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Misterios Luminosos

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SANTO ROSARIO
Misterios Luminosos (jueves)
	
	
	
	
	
	
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (+). Amén
Credo
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Primer Misterio: Bautismo de Jesús en el río Jordán
Juan es quien bautiza y Jesús el bautizado. La escena es contradictoria, se diría que absurda: el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo recibiendo el bautismo de conversión ¡de un hombre!, santo sí pero con la carga del pecado original. 
Tú Señor, acudías al Jordán a cumplir con el gesto profético de asumir los pecados del mundo, para que los pecadores fueran por tu futura Pasión limpios por el bautismo en el Espíritu Santo, que venías a traer. Meditando este misterio, a la luz del Espíritu que invoco, descubra yo todo mal que mancha mi corazón para dejarlo al pie de tu cruz y avanzar purificado en mi camino de conversión. 
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén (se repite 10 veces).
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén 
OH Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno y lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas. 
Segundo Misterio: Las Bodas de Caná
Ocurrió en Caná de Galilea cuando por la intervención de su Madre, la primera creyente, Jesús manifiesta su Gloria y abre el corazón de los discípulos a la fe en Él. San Juan Evangelista relata el milagro (él lo llama signo) que Jesús obró en Caná de Galilea. Fue en ocasión de una boda a la que había sido invitado junto a sus discípulos. Fue el primer signo que realizó, manifestando así su gloria y por ello los discípulos creyeron en él.
Madre, por ti tu Hijo adelanta la hora de manifestarse a los suyos. Tu fe firme, decidida, hace que Él obre el milagro de cambiar el agua en vino. Tú, siempre atenta a nuestras necesidades, mira ahora las debilidades que cunden ante la prueba, tantos temores y angustias, e intercede ante Jesús para que a todos conceda confianza en Él y la desesperación dé lugar a la esperanza.(Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
Tercer Misterio: El Anuncio del Reino de Dios, llamada a la conversión
Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios llamando fuertemente a volverse a Dios. Acercarse a Él es acercarse al Reino. Quien con fe y corazón humilde y arrepentido va a Él, Jesús lo perdona. Este es el momento en el que comienza su ministerio de misericordia que continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del sacramento de la Reconciliación confiada a la Iglesia.
Señor, Tú no dejas de decirnos: “Convertíos porque está cerca el Reino de los Cielos”. En realidad, el Reino, en quienes Tú reinas ya llegó, y sabemos que al definitivo lo anticipamos en cada conversión. Ahora, que a muchos les está vedado acercarse a los sacramentos para acceder al Reino, Señor concédenos un buen examen de conciencia y el don de la compunción y transforma los deseos de tus fieles, su hambre eucarística, en bendiciones. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria) 
Cuarto Misterio: La Transfiguración del Señor en el monte Tabor
Misterio de luz por excelencia es la transfiguración, que según la tradición tuvo lugar en el monte Tabor. La Gloria de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras que el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo “escuchen”.
¡Qué poco te hemos oído, Señor! ¡con tanto ruido por fuera y por dentro! Nos habíamos privado de la luz de tus palabras para aturdirnos con el mundo que encandila, pero no ilumina. Ese mundo que ahora lo vemos efímero, impotente, vano, pasajero. Que estas privaciones y sufrimientos nos vuelvan la mirada a Ti, Dios lleno de amor y misericordia y hacia todos los que sufren. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
Quinto Misterio: La Institución de la Eucaristía en la última cena
Cristo con su Cuerpo y con su Sangre, se vuelve alimento de vida eterna: la Eucaristía. Él mismo en las especies del pan y del vino consagrados, da testimonio de su amor “hasta el extremo” por la humanidad, por cuya salvación se ofrece en sacrificio. En aquella noche, en la que Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo “Tomad y Comed, esto es mi Cuerpo” y luego tomó el Cáliz, pronunció la acción de gracias y dijo “Bebed todos, porque esta es mi Sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados” y así de sus comensales sacerdotes, la Nueva Alianza fundaba sacramentalmente a su Iglesia.
Señor, que todos comprendamos la magnitud de este acontecimiento, el don infinito que nos haces con el sacerdocio y con tu presencia viva en la Eucaristía. Cuando regresemos todos a nuestras iglesias aprovechemos de la Santa Misa, del sacrificio tuyo actual en la misa, por la que nos viene el rescate y te adoremos en el Santísimo Sacramento. Que las capillas de adoración perpetua vuelvan a estar abiertas, porque necesitamos de ti, nuestra alma tiene sed de ti. Tu Iglesia necesita sacerdotes santos, ahora más que nunca. Por eso te rogamos por los sacerdotes que están en crisis en sus ministerios como personas, que tu Santísima Madre interceda siempre por ellos los consuele y los reanime en los momentos de extravío y dificultad. Que nunca más le falte al mundo la misa, nunca. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
LETANÍAS A NUESTRA SEÑORA ……
Al terminar las letanías:
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros santa madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén
Rezamos por la Santa Iglesia, por el Santo Padre. Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
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**SANTO ROSARIO**
**Misterios Luminosos (jueves)**
	
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (+). **Amén**
**Credo**
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesiacatólica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
** Primer Misterio: Bautismo de Jesús en río Jordán**
Juan es quien bautiza y Jesús el bautizado. La escena es contradictoria, se diría que absurda: el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo recibiendo el bautismo de conversión ¡de un hombre!, santo sí pero con la carga del pecado original. 
Tú Señor, acudías al Jordán a cumplir con el gesto profético de asumir los pecados del mundo, para que los pecadores fueran por tu futura Pasión limpios por el bautismo en el Espíritu Santo, que venías a traer. Meditando este misterio, a la luz del Espíritu que invoco, descubra yo todo mal que mancha mi corazón para dejarlo al pie de tu cruz y avanzar purificado en mi camino de conversión. 
**Padre Nuestro,** que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
**Dios te Salve, María,** llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén (se repite 10 veces).
**Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,** como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
**OH Jesús mío, perdónanos,** líbranos del fuego del infierno y lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas. 
** Segundo Misterio: Las Bodas de Caná**
Ocurrió en Caná de Galilea cuando por la intervención de su Madre, la primera creyente, Jesús manifiesta su Gloria y abre el corazón de los discípulos a la fe en Él. San Juan Evangelista relata el milagro (él lo llama signo) que Jesús obró en Caná de Galilea. Fue en ocasión de una boda a la que había sido invitado junto a sus discípulos. Fue el primer signo que realizó, manifestando así su gloria y por ello los discípulos creyeron en él.
Madre, por ti tu Hijo adelanta la hora de manifestarse a los suyos. Tu fe firme, decidida, hace que Él obre el milagro de cambiar el agua en vino. Tú, siempre atenta a nuestras necesidades, mira ahora las debilidades que cunden ante la prueba, tantos temores y angustias, e intercede ante Jesús para que a todos conceda confianza en Él y la desesperación dé lugar a la esperanza. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
** Tercer Misterio: El Anuncio del Reino de Dios, llamada a la conversión**
Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios llamando fuertemente a volverse a Dios. Acercarse a Él es acercarse al Reino. Quien con fe y corazón humilde y arrepentido va a Él, Jesús lo perdona. Este es el momento en el que comienza su ministerio de misericordia que continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del sacramento de la Reconciliación confiada a la Iglesia.
Señor, Tú no dejas de decirnos: “Convertíos porque está cerca el Reino de los Cielos”. En realidad, el Reino, en quienes Tú reinas ya llegó, y sabemos que al definitivo lo anticipamos en cada conversión. Ahora, que a muchos les está vedado acercarse a los sacramentos para acceder al Reino, Señor concédenos un buen examen de conciencia y el don de la compunción y transforma los deseos de tus fieles, su hambre eucarística, en bendiciones. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria) 
** Cuarto Misterio: La Transfiguración del Señor en el monte Tabor**
Misterio de luz por excelencia es la transfiguración, que según la tradición tuvo lugar en el monte Tabor. La Gloria de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras que el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo “escuchen”.
¡Qué poco te hemos oído, Señor! ¡con tanto ruido por fuera y por dentro! Nos habíamos privado de la luz de tus palabras para aturdirnos con el mundo que encandila, pero no ilumina. Ese mundo que ahora lo vemos efímero, impotente, vano, pasajero. Que estas privaciones y sufrimientos nos vuelvan la mirada a Ti, Dios lleno de amor y misericordia y hacia todos los que sufren. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
** Quinto Misterio: La Institución de la Eucaristía en la última cena**
Cristo con su Cuerpo y con su Sangre, se vuelve alimento de vida eterna: la Eucaristía. Él mismo en las especies del pan y del vino consagrados, da testimonio de su amor “hasta el extremo” por la humanidad, por cuya salvación se ofrece en sacrificio. En aquella noche, en la que Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo “Tomad y Comed, esto es mi Cuerpo” y luego tomó el Cáliz, pronunció la acción de gracias y dijo “Bebed todos, porque esta es mi Sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados” y así de sus comensales sacerdotes, la Nueva Alianza fundaba sacramentalmente a su Iglesia.
Señor, que todos comprendamos la magnitud de este acontecimiento, el don infinito que nos haces con el sacerdocio y con tu presencia viva en la Eucaristía. Cuando regresemos todos a nuestras iglesias aprovechemos de la Santa Misa, del sacrificio tuyo actual en la misa, por la que nos viene el rescate y te adoremos en el Santísimo Sacramento. Que las capillas de adoración perpetua vuelvan a estar abiertas, porque necesitamos de ti, nuestra alma tiene sed de ti. Tu Iglesia necesita sacerdotes santos, ahora más que nunca. Por eso te rogamos por los sacerdotes que están en crisis en sus ministerios como personas, que tu Santísima Madre interceda siempre por ellos los consuele y los reanime en los momentos de extravío y dificultad. Que nunca más le falte al mundo la misa, nunca. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
**LETANÍAS A NUESTRA SEÑORA ……**
 __Al terminar las letanías:__
**Dios te Salve, Reina y Madre** de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros santa madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén
**Rezamos por la Santa Iglesia, por el Santo Padre**. Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. **Amén**
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*Misterios Luminosos (jueves)*
	
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (+). *Amén*
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Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
* Primer Misterio: Bautismo de Jesús en río Jordán *
Juan es quien bautiza y Jesús el bautizado. La escena es contradictoria, se diría que absurda: el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo recibiendo el bautismo de conversión ¡de un hombre!, santo sí pero con la carga del pecado original. 
Tú Señor, acudías al Jordán a cumplir con el gesto profético de asumir los pecados del mundo, para que los pecadores fueran por tu futura Pasión limpiospor el bautismo en el Espíritu Santo, que venías a traer. Meditando este misterio, a la luz del Espíritu que invoco, descubra yo todo mal que mancha mi corazón para dejarlo al pie de tu cruz y avanzar purificado en mi camino de conversión. 
*Padre Nuestro,* que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
*Dios te Salve, María,* llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén (se repite 10 veces).
*Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,* como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
*OH Jesús mío, perdónanos,* líbranos del fuego del infierno y lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas. 
* Segundo Misterio: Las Bodas de Caná*
Ocurrió en Caná de Galilea cuando por la intervención de su Madre, la primera creyente, Jesús manifiesta su Gloria y abre el corazón de los discípulos a la fe en Él. San Juan Evangelista relata el milagro (él lo llama signo) que Jesús obró en Caná de Galilea. Fue en ocasión de una boda a la que había sido invitado junto a sus discípulos. Fue el primer signo que realizó, manifestando así su gloria y por ello los discípulos creyeron en él.
Madre, por ti tu Hijo adelanta la hora de manifestarse a los suyos. Tu fe firme, decidida, hace que Él obre el milagro de cambiar el agua en vino. Tú, siempre atenta a nuestras necesidades, mira ahora las debilidades que cunden ante la prueba, tantos temores y angustias, e intercede ante Jesús para que a todos conceda confianza en Él y la desesperación dé lugar a la esperanza.(Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
* Tercer Misterio: El Anuncio del Reino de Dios, llamada a la conversión*
Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios llamando fuertemente a volverse a Dios. Acercarse a Él es acercarse al Reino. Quien con fe y corazón humilde y arrepentido va a Él, Jesús lo perdona. Este es el momento en el que comienza su ministerio de misericordia que continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del sacramento de la Reconciliación confiada a la Iglesia.
Señor, Tú no dejas de decirnos: “Convertíos porque está cerca el Reino de los Cielos”. En realidad, el Reino, en quienes Tú reinas ya llegó, y sabemos que al definitivo lo anticipamos en cada conversión. Ahora, que a muchos les está vedado acercarse a los sacramentos para acceder al Reino, Señor concédenos un buen examen de conciencia y el don de la compunción y transforma los deseos de tus fieles, su hambre eucarística, en bendiciones. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria) 
* Cuarto Misterio: La Transfiguración del Señor en el monte Tabor*
Misterio de luz por excelencia es la transfiguración, que según la tradición tuvo lugar en el monte Tabor. La Gloria de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras que el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo “escuchen”.
¡Qué poco te hemos oído, Señor! ¡con tanto ruido por fuera y por dentro! Nos habíamos privado de la luz de tus palabras para aturdirnos con el mundo que encandila, pero no ilumina. Ese mundo que ahora lo vemos efímero, impotente, vano, pasajero. Que estas privaciones y sufrimientos nos vuelvan la mirada a Ti, Dios lleno de amor y misericordia y hacia todos los que sufren. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria) 
* Quinto Misterio: La Institución de la Eucaristía en la última cena*
Cristo con su Cuerpo y con su Sangre, se vuelve alimento de vida eterna: la Eucaristía. Él mismo en las especies del pan y del vino consagrados, da testimonio de su amor “hasta el extremo” por la humanidad, por cuya salvación se ofrece en sacrificio. En aquella noche, en la que Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo “Tomad y Comed, esto es mi Cuerpo” y luego tomó el Cáliz, pronunció la acción de gracias y dijo “Bebed todos, porque esta es mi Sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados” y así de sus comensales sacerdotes, la Nueva Alianza fundaba sacramentalmente a su Iglesia.
Señor, que todos comprendamos la magnitud de este acontecimiento, el don infinito que nos haces con el sacerdocio y con tu presencia viva en la Eucaristía. Cuando regresemos todos a nuestras iglesias aprovechemos de la Santa Misa, del sacrificio tuyo actual en la misa, por la que nos viene el rescate y te adoremos en el Santísimo Sacramento. Que las capillas de adoración perpetua vuelvan a estar abiertas, porque necesitamos de ti, nuestra alma tiene sed de ti. Tu Iglesia necesita sacerdotes santos, ahora más que nunca. Por eso te rogamos por los sacerdotes que están en crisis en sus ministerios como personas, que tu Santísima Madre interceda siempre por ellos los consuele y los reanime en los momentos de extravío y dificultad. Que nunca más le falte al mundo la misa, nunca. (Padre Nuestro, Ave Marías, Gloria y Jaculatoria)
*LETANÍAS A NUESTRA SEÑORA ……*
 _Al terminar las letanías:_
*Dios te Salve, Reina y Madre* de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros santa madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén
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