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Oraciones_para_la_consagración_al_Inmaculado_Corazón_de_María_

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Misión María Eucaristía
Consagración al Inmaculado Corazón de María
Oraciones para la consagración
Ven, Espíritu Creador
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección,
evitaremos todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que, en Ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos. Amén.
V. Envía tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos
Oh, Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del
Espíritu Santo;
haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su
consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén
Bajo tu Amparo
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
Antes bien,
líbranos de todo peligro,
¡Oh siempre Virgen,
gloriosa y bendita!
Oración a Nuestra Señora
de San Luis María Grignion de Montfort
¡Salve, María, amadísima Hija del Eterno Padre;
salve María, Madre admirable del Hijo;
salve, María, fidelísima Esposa del Espíritu Santo;
salve, María, mi amada Madre, mi amable Maestra, mi poderosa Soberana;
salve, gozo mío, gloria mía, mi corazón y mi alma!
Sois toda mía por misericordia,
y yo soy todo vuestro por justicia,
pero todavía no lo soy bastante.
De nuevo me entrego a Ti todo entero en calidad de eterno esclavo,
sin reservar nada, ni para mí, ni para otros.
Si algo ves en mí que todavía no sea tuyo,
tómalo enseguida, te lo suplico,
y hazte dueña absoluta de todos mis haberes
para destruir y desarraigar y aniquilar en mí
todo lo que desagrada a Dios
y plantar y levantar y producir todo lo que os guste.
La luz de tu fe disipe las tinieblas de mi espíritu;
tu humildad profunda ocupe el lugar de mi orgullo;
tu contemplación sublime detenga las distracciones de mi fantasía
vagabunda;
tu continua vista de Dios llene de su presencia mi memoria,
el incendio de caridad de tu corazón abrase la tibieza y frialdad del mío;
cedan el sitio a tus virtudes mis pecados;
tus méritos sean delante de Dios mi adorno y suplemento.
En fin, queridísima y amadísima Madre,
haz, si es posible,
que no tenga yo más espíritu que el tuyo
para conocer a Jesucristo y entender sus divinas voluntades;
que no tenga más alma que la tuya para alabar y glorificar al Señor;
que no tenga más corazón que el tuyo
para amar a Dios con amor puro y con amor ardiente como Tú.
No pido visiones, ni revelaciones, ni gustos, ni contentos, ni aun espirituales.
Para Ti el ver claro, sin tinieblas;
para Ti el gustar por entero sin amargura;
para Ti el triunfar gloriosa a la diestra de tu Hijo, sin humillación;
para Ti el mandar a los ángeles, hombres y demonios,
con poder absoluto, sin resistencia, y el disponer en fin,
sin reserva alguna de todos los bienes de Dios.
Ésta es, divina María, la mejor parte que se te ha concedido,
y que jamás se te quitará, que es para mí grandísimo gozo.
Para mí y mientras viva no quiero otro sino el experimentar el que Tú
tuviste:
creer a secas, sin nada ver y gustar;
sufrir con alegría, sin consuelo de las criaturas;
morir a mí mismo, continuamente y sin descanso;
trabajar mucho hasta la muerte por Ti,
sin interés, como el más vil de los esclavos.
La sola gracia, que por pura misericordia te pido,
es que en todos los días y
en todos los momentos de mi vida
diga tres amenes:
amén (así sea) a todo lo que hiciste en la tierra cuando vivías;
amén a todo lo que haces al presente en el cielo;
amén a todo lo que obras en mi alma,
para que en ella no haya nada más que Tú,
para glorificar plenamente a Jesús en mí,
ahora y en la eternidad.
Amén.
CORONA DE REPARACIÓN
Se usa la corona del Rosario. Si es posible rezarlo frente al sagrario o al
Santísimo expuesto.
1. Persignarse:
Por la señal de la santa cruz + de nuestros enemigos + líbranos, Señor,
Dios nuestro + En el nombre del Padre y del Hijo + y del Espíritu Santo
Amén.
2. Credo:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor,
Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien
todo fue hecho; que por nosotros lo hombres, y por nuestra salvación
bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la
Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en
tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer
día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe
una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la
Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un
solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de
los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
3. Acto de contrición:
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
4. En cada cuenta del Padrenuestro:
"Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro
profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de nuestro Señor Jesucristo presente en todos los sagrarios
de la tierra en reparación por todos los sacrilegios, ultrajes e
indiferencias con que Él mismo es ofendido, y por los infinitos méritos
de su Sacratísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María os ruego
la conversión de los pobres pecadores".
5. En cada Avemaría:
"Dios mío yo creo, adoro, espero y os amo, y os pido perdón por
aquellos que no creen, no adoran, no esperan ni os aman".
6. Al final de cada decena la jaculatoria:
"Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del Infierno, lleva al
Cielo a todas las almas, y especialmente a las más necesitadas".
7. Concluida la corona por 3 veces:
"Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal ten piedad de nosotros (tu
Iglesia) y del mundo entero".

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