Vista previa del material en texto
1ª. MODERNIZACION - LA REFORMA DE LA EDUCACIÓN PRIMARIA En nuestro país se han realizado diversas reformas de la educación pública, pero la creación de un sistema educativo comenzó a partir de 1876 con José Pedro Varela. El reformador llevó a la práctica las ideas sostenidas de la Sociedad de Amigos de la Educación Popular fundada en 1868. Criticando la realidad educativa del país, José Pedro Varela fundamentó que no podían existir cambios importantes en una sociedad si no se transformaba la educación. Pensaba que una democracia no puede funcionar con ciudadanos ignorantes. José Pedro Varela pertenecía a una familia de intelectuales: fue hijo de Jacobo Varela y de Benita Berro. Era una familia vinculada a la política y cultural nacional. Sus tíos destacaron en el periodismo, la literatura, poesía y uno de ellos fue presidente de la República. La rica influencia familiar estimuló las inquietudes de Varela. Desde joven trabajó en el negocio de la madera de su padre. Por motivos comerciales viajó a Europa y Estados Unidos. Allí se vinculó con personalidades como Víctor Hugo y Domingo Faustino Sarmiento, lo que dio un importante impulso a sus inquietudes intelectuales, especialmente las educativas. A su regreso, junto a Carlos María Ramírez y Elbio Fernández, fundó la Sociedad de Amigos de la Educación Popular, cuyo objeto primordial es “consagrarse a la causa de la educación popular”. Entre los 206 jóvenes miembros se encuentran Carlos María Ramírez (20 años), Elbio Fernández (26 años) y José P. Varela (23 años), quien da el discurso inaugural. Pocos días después fue aprobado su estatuto y designada su primera Comisión Directiva, presidida por Elbio Fernández. Entre las decisiones prioritarias de esa primera Comisión Directiva estuvo la de abrir una Escuela que fuera el campo experimental de la reforma de la educación. En junio de 1869 muere repentinamente el Dr. Elbio Fernández y en homenaje a su memoria se bautiza con su nombre la nueva Escuela, que se inaugurará en un acto simbólico el 29 de agosto siguiente, en el cual Varela aseguró: “La Comisión Directiva ha creído con sobrado fundamento que la misión de la Sociedad de Amigos de la Educación Popular no es fundar aquí y allá una escuela más o menos espaciosa (…) Ella ha querido establecer el modelo que sirva para la organización de todas las escuelas primarias.” José Pedro Varela pasó a ocupar la Presidencia de la SAEP. Desde entonces, más que el Presidente, fue el alma de la Sociedad. Se da inicio – desde el ámbito de la educación privada - a la Reforma Vareliana. El 3 de setiembre de 1869 comienzan las clases en la Escuela Elbio Fernández propiedad de la SAEP. En 1874 Varela concreta sus ideas en un libro titulado “La educación del pueblo”. En 1876, al asumir el gobierno el Cnel. Latorre, Varela acepta la invitación del Gobernador Provisorio para ocupar el cargo de Dirección de Instrucción Pública y llevar adelante sus ideas de reforma educativa. Sus ideas educativas se pudieron llevar a la práctica al sancionarse la “Ley de Educación Común” en 1876. Aunque su proyecto de Ley contaba con 111 artículos, el Gobierno de Latorre promulgó 55. Esto significó un recorte al alcance de sus ideas. A pesar de ello, la sanción de esta Ley fue un inmenso avance para Uruguay y para buena parte del mundo. LA EDUCACIÓN VARELIANA Varela sostenía que sólo la educación podía transformar la sociedad, al individuo y asegurar tanto la tranquilidad política como el progreso económico. A través de la educación se pretende alcanzar, además del disciplinamiento de la población, la unificación del territorio, la identidad nacional, la conciencia cívica exigida para el mantenimiento de la democracia. La clase rural alta, nucleada en la Asociación Rural, veía la necesidad de disciplinar y sedentarizar al gaucho para lograr el ordenamiento de la campaña y contar con la mano de obra exigida por la tecnificación de la explotación pecuaria. La educación era un medio para convertirlo de bárbaro y ocioso a trabajador pacífico. En este contexto la reforma escolar propuesta por Varela fue vista con buenos ojos tanto por el poder político (Militarismo, coronel Lorenzo Latorre) como por el poder económico (Asociación Rural del Uruguay, alto comercio, saladeristas). La obra impulsada por Varela, como toda obra de alcance colectivo y de carácter social, destinada a sustituir un orden de cosas por otro, encontró muchos adversarios que la obstaculizaron y que la hubieran hecho fracasar de no haber sido el reformador un hombre de tan fuerte voluntad o de no haber estado tan indestructiblemente compenetrando de su bondad y de su utilidad para el país. Varela estuvo acompañado no solo por un importante grupo de amigos, sino por un ambiente social en el cual la idea de la educación como motor transformador de la sociedad estaba bastante arraigada. Se adopta para las escuelas públicas los programas de estudio únicos, textos avalados y no aceptados, carteles didácticos, diseños de bancos escolares, capacitación magisterial, cuerpos inspectivos, métodos de enseñanza y organización que ya venían utilizándose en la Escuela Elbio Fernández desde su primer día. El “Elbio” fue utilizado como modelo de la Reforma Vareliana. La ley permitió consagrar total o parcialmente los principios varelianos para la educación. Veamos cuáles son los tres principios fundamentales sobre los que se basa su reforma educativa, con relación a la educación primaria: GRATUITA: Varela consideraba que la enseñanza es un servicio público, como la justicia o la policía, y que debía ser pagado por el Estado. El estado debía disponer la gratuidad como el medio para cumplirla. Para él, la gratuidad quita un impedimento básico para que los niños asistan a estudiar. Un impedimento lógico en el Uruguay de mediados y fines del Siglo XIX. Al ser gratuita, la educación permite a todos asistir, con independencia de la condición económica de las familias y permite que niños de diversas situaciones socio – económicas compartan un aula común y se integren en una especie de “micro sociedad” uruguaya. OBLIGATORIA: Establece por ley, que todos los niños deben concurrir a la escuela, los padres tiene la obligación de enviar a sus hijos a la escuela, de esa manera se asegura que llegue a todos por igual. Es interés del Estado que asistan a la escuela la mayor cantidad de niños. Allí, además de recibir una instrucción común, serán formados en convivencia, en prácticas y conocimientos que los formarán como futuros ciudadanos. Ser alfabeto era imprescindible para que los uruguayos tengan derecho a votar, por lo que la escuela se convirtió en impulsor de la democracia LAICA: La escuela pública debía ser laica por varias razones. Entre ellas figuran las siguientes: El Estado, institución política y no religiosa, no debe favorecer a ninguna religión determinada. El objetivo de la educación es formar ciudadanos y no impartir a los niños una u otra religión. La enseñanza de religión en la escuela, lleva a desconocer la libertad de conciencia o a ignorar a quienes tienen otra religión diferente. Se le dio una gran importancia al tema religioso, ya que mayormente esta actividad estaba en manos de instituciones religiosas. Pero la laicidad también se refiere a que la educación no debe favorecer, ni difundir, defender o propiciar ninguna filosofía, partido política o socio – económica. Eso no quiere decir necesariamente que no se trabajen los temas referidos a estos temas. Por el contrario. Se deben trabajar pero desde la mayor objetividad posible y aportando información completa de todas las posiciones, opciones y posicionamientos. Pese a ser un principio fundamental de su reforma, Varela no pudo aplicarla en toda su extensión debido a que la Constitución de 1830 vigente en la época, expresaba que el Estado uruguayo tenía una religión oficial: la Católica Apostólica Romana; por lo queera imposible que una Ley estableciera la educación laica. Habría que esperar a 1919 cuando entró en vigencia la nueva Constitución que estableció la separación definitiva de la Iglesia Católica del Estado uruguayo.