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Perfil do Pastor

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1 
UNIVERSIDAD PANAMERICANA DE GUATEMALA 
FACULTAD DE TEOLOGÍA 
MAESTRÍA EN TEOLOGÍA PASTORAL 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“El Perfil del Pastor, como Ministro de Dios, ante las 
Exigencias Eclesiásticas” 
(TESIS) 
 
Hugo Fernando Mazariegos Rodríguez 
 
Guatemala, mayo de 2005. 
 
 2 
INDICE 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN 1 
MARCO CONCEPTUAL 
1. ANTECENDETES 2 
2. JUSTIFICACIÓN 3 
3. JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO 3 
4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 4 
5. DELIMITACIÓN 4 
6. ALCANCES 4 
MARCO TEORICO 
EL PERFIL DEL MINISTERIO PASTORAL 5 
1. PRIMERA DIMENSION: La personalidad del Pastor 10 
 A. EL PASTOR Y SU VIDA INTEGRAL 10 
A.1 ¿QUÉ SE ESPERA DEL MINISTRO DE DIOS? 10 
A.2 El Ejemplo de los Patriarcas 11 
A.3 Moisés 12 
A.4 Los sacerdotes 13 
A.5 Los profetas 14 
A.6 Las enseñanzas de Jesús 14 
A.7 Los Hechos de los Apóstoles 15 
A.8 Las enseñanzas de Pablo 16 
A.9 La epístola a los Hebreos 17 
 A.10 Las epístolas de 1 y 2 de Pedro 17 
A.11 Las epístolas de Juan 18 
A.12 El Apocalipsis de Juan 18 
 B. RECURSOS PARA EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL 19 
 B.1 El alimento: La Palabra de Dios 19 
 B.2 La respiración espiritual del ministro: La oración 19 
 a. En la oración se exhala 19 
 b. En la oración se inhala 20 
 B.3 Los ejercicios espirituales (San agustín): El servicio al Señor 20 
 a. El siervo de dios tiene capacidad especifica para servir 20 
 b. El siervo de Dios debe ministrar y servir según sus capacidades 20 
 c. El siervo de Dios debe mejorar la calidad de su ministerio y 
 buscar su excelencia. 20 
 B.4 El cuidado: La comunión en la Iglesia 
 C. LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO 21 
 C.1 Características de la Llenura del Espíritu Santo 21 
 C.2 Condiciones para la vida plena en el Espíritu Santo 
 C.3 Consecuencias principales de una vida plena en el Espíritu 22 
 D. CUALIDADES PERSONALES 22 
 D.1 RASGOS DE CONDUCTA NO DESEABLES EN EL 
 MINISTERIO 23 
a. Soberbio 23 
b. Iracundo 23 
c. Dado al vino 23 
d. Pendenciero 23 
e. Codicioso de Ganancias deshonestas 23 
f. Avaro 24 
g. Neófito 24 
D.2 RASGOS DE CARÁCTER DESEABLES EN EL MINISTERIO 24 
 3 
 a. ES UN HOSPEDADOR POR EXCELENCIA 24 
 b. ES AMANTE DE LO BUENO 24 
 c. ES PRUDENTE Y SENSATO 24 
 d. DEBE SER JUSTO 24 
 e. ES SANTO 25 
 f. ES DUEÑO DE SI MISMO 25 
 g. MANTIENE DECOROSO 25 
 h. ES SUMAMENTE DECOROSO 25 
 i. APTO PARA ENSEÑAR 25 
 j. ES AMABLE 25 
 k. ES APACIBLE 25 
 l. DE BUEN TESTIMONIO DE LOS DE AFUERA 25 
 E. EL CARÁCTER DEL PASTOR 26 
 E.1 ES UN SERVIDOR 26 
 E.2 ES BONDADOSO 27 
 E.3 ES SANTO 28 
 2. DIMENSIÓN: El Pastor y su Familia 29 
 A. El liderazgo en el hogar 29 
 A.1 Gobernar bien su casa 29 
 A.2 Amar a su esposa 30 
 a. Fidelidad sexual absoluta 30 
 b. Educar correctamente a sus hijos e hijas 30 
 B. El pastor y su esposa 31 
 A.1 Aquí algunos consejos de los Derechos del Amor de la Pareja 
 Ministerial 31 
 A.2 Qué es el amor en el Matrimonio 32 
 A.3 Oportunidades en el Matrimonio Ministerial 32 
 A.4 Lo que se espera de la esposa del Pastor 33 
 a. Esperan que sea pastora asociada 33 
 b. Espera que la esposa del pastor sea una inmaculada 34 
 c. Esperan que nunca se queje 34 
 A.5 La percepción que la esposa del Pastor tiene de si misma y 
lo que es en realidad 35 
 a. La esposa inactiva 35 
 b. La esposa activa trabaja hombro a hombro con su esposo 35 
 A.6 Lo que la esposa del pastor espera de la congregación 36 
 a. La esperanza de la consideración 36 
 i. Las consideraciones verdaderas 36 
 ii. Las consideraciones de privilegios 36 
 b. La esperanza de la satisfacción 37 
 c. La esperanza del amor 37 
 d. La esperanza de la comprensión 37 
 e. La esperanza de la sinceridad 37 
 f. La esperanza de la amistad 38 
 C. Los hijos e hijas del Pastor 38 
 C.1 Los hijos e hijas del pastor comparten la atención y el amor 
 de su padre con toda la congregación 38 
C.2 A los hijos e hijas de los pastores se les considera como 
 ángeles o como diablos 40 
C.3 Descripción de las necesidades integrales de los hijos 
 e hijas de los pastores 40 
 a. La necesidad de Dios 40 
 b. La Necesidad de Amar y se Amado 41 
 c. Necesidades de Seguridad 41 
 d. La necesidad de pertenencia 41 
 e. Necesidades de Realización 42 
 4 
 f. La necesidad de estar Libre de Temor 42 
 g. La Necesidad de estar Libre de Sentimiento de Culpa 42 
h. La Necesidad de Participación y de Dignidad 
i. La Necesidad de Identidad y Comprensión 43 
j. Necesidad de Disciplina 43 
C.4 Los hijos e hijas del pastor necesitan el amor de la congregación 45 
3 TERCERA DEMENSIÓN: El Pastor y la Iglesia 46 
 A. LA CONGREGACIÓN Y EL PASTOR SE CASAN 47 
 A.1 El inicio de la Relación entre el Pastor y la Congregación 47 
 A.2 La luna de miel: Pastor y Congregación 48 
 A.3 La sumisión o la adaptación 49 
 A.4 Las peleas ministeriales 50 
 A.5 El divorcio entre el Pastor y la Congregación 51 
 a. La falta de atención de los pastores 51 
 b. Su familia o las familias de la iglesia 51 
 c. El adulterio 52 
 d. La incompetencia 52 
e. Los celos 52 
f. La falta de carácter 52 
g. La integridad 52 
h. La falta de madurez 53 
i. El engaño 53 
j. La espiritualidad 53 
 B. MODELOS BÍBLICOS DE MINISTERIO PASTORALES 53 
 B.1 El Señor Jesucristo 53 
 B.2 Los apóstoles 54 
 B.3 Las enseñanzas del apóstol Pablo a los Efesios 54 
 B.4 Enseñanzas del apóstol Pablo a Timoteo 54 
 B.5 El uso de la Palabra de Dios 54 
 a. Retener la Palabra 54 
 b. Exhortar con la Palabra 54 
 c. Convencer con la Palabra 55 
 B.6 Funciones y Responsabilidades del Pastor 55 
 a. La función de Anciano Docente 55 
 b. La función de Obispo 55 
 c. La Función de Pastor 56 
 d. Aplicación de las funciones especificas del pastor 
 según los tres conceptos anteriores 56 
e. Responsabilidad del Pastor 56 
 i. Enseñanza 57 
 ii. Oración 57 
 iii. Otras Responsabilidades 57 
III MARCO METODOLOGICO 
 58 
 1. METODOLOGÍA 58 
 2. OBJETIVOS 59 
 2.1 OBJETIVO GENERAL 59 
 2.2 OJETIVO ESPECIFICO 59 
 2.3 OBJETIVOS OPERATIVOS 59 
 3. INDICADORES 59 
 4. VARIABLE ÚNICA 69 
 5. INSTRUMENTOS 69 
 6. SUJETOS 69 
 7. RECURSOS 69 
 
 5 
CONCLUSIONES 70 
RECOMENDACIONES 71 
BIBLIOGRAFÍA 72 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 6 
INTRODUCCIÓN 
 
El presente trabajo de investigación, previo a optar al grado académico de 
Magíster Artium en Teología Pastoral, tiene como referente lo relativo al quehacer 
pastoral, frente a los cambios que el sistema mundial y especialmente el 
eclesiástico están requiriendo. Es de hacer notar que los cambios se están dando 
en cada ámbito del quehacer humano, la globalización de la economía, de la 
educación, de la comunicación, los cambios de la modernidad a la posmodernidad 
y aún de la ultra modernidad y los nuevos roles dela sociedad. Este enfoque debe 
producir inevitablemente una reflexión sobre la teología pastoral en este nuevo 
milenio dentro de la Facultad de Teología de la Universidad Panamericana. 
 
 El Programa de Teología Pastoral de la Facultad de Teología ante estos 
serios y profundos desafíos está en la obligatoriedad de revisar y 
recontextualizar el contenido de sus programas, y aun más, por medio de una 
reingeniería pastoral, debe reevaluar su filosofía fundante, el marco y 
basamento sobre el cual se construye la vocación ministerial cristiana y la 
respuesta que la teología, como rama del saber humano, debe dar a los 
interrogantes vitales del ser humano. 
 
 La estructura del trabajo facilita una ruta de lectura para un mejor 
entendimiento del mismo, la cual se conforma por medio de los siguientes 
marcos: 
 
El Marco Conceptual está estructurado con asuntos eminentemente 
técnicos como lo relativo a los antecedentes, la justificación del por qué del 
trabajo, la importancia del mismo y otros aspectos que de una manera sucinta 
dan el carácter técnico y científico al trabajo y también al pensamiento sobre el 
cual se fundó la idea primera para elaborarlo. 
 
 El Marco Teórico es la médula del trabajo, se identifica con lo relacionado 
al perfil del Pastor, tanto a nivel personal, familiar, y a nivel eclesiástico 
propiamente. 
 
 El Marco Metodológico, aborda lo relacionado con la metodología que el 
trabajo observó en su proceso. Desde su inicio en el proceso investigativo 
hasta el final, al momento de redactar este documento. 
 
Por último aparecen las conclusiones que se consideraron pertinentes 
alcanzar así como las recomendaciones que se consideraron propias hacer 
con base en el trabajo de investigación realizado. Al final presentamos una 
Bibliografía selecta de las obras consultadas, a las cuales hacemos referencia 
o consulta propiamente. 
 
 7 
I. MARCO CONCEPTUAL 
 
 
Por la importancia que esta sección del trabajo posee, se considera que la 
estructura debe seguir la siguiente conformación: 
 
 
1. ANTECEDENTES 
 
 La teología pastoral como disciplina científica y autónoma en las Facultades 
de Teología, es de origen relativamente reciente. Para facilitar la comprensión de 
la teología pastoral podemos dividir su historia en diversas etapas: 
 
PRIMERA ETAPA: “Sentido práctico, no teológico”. Se suele presentar 
habitualmente como fecha de nacimiento de la teología pastoral el año de 1,777, 
cuando la emperatriz Maria Teresa introduce la reforma de la enseñanza 
universitaria. En ese momento, la teología pastoral es concebida como la 
enseñanza a los pastores de su profesión y sus inicios quedan vinculados al 
nombre del abate de Brauman, F.S. Raudenstrauch. Se inicia la era de los 
manuales: se escriben diversos libros sobre los deberes de los pastores y sobre 
su actividad. La teología pastoral de entonces, llamada también teología ―práctica‖, 
contiene mucha ética y escasas referencias a la Sagrada Escritura; es ante todo 
práctica y se basa en la costumbre y la tradición. 
 
SEGUNDA ETAPA: “Orientación Bíblico-Teológica‖ En la segunda etapa la 
teología pastoral se hace más precisa; ahora es más teología pastoral, es decir 
una ciencia sobre la iglesia que se construye así misma. Se constata un 
desplazamiento desde la temática pedagógica (cómo desarrollar la actividad 
pastoral) hacia el estudio del contenido kerigmático. Es aquí donde se lanzan 
proyectos de teoría y sistematización de la ―cura de almas‖, fundándolos en la 
revelación positiva y en la acción salvífica de Dios, presentando este servicio de 
mediación en el acto salvífico que desciende de Dios al hombre, convirtiéndose el 
pastor en el colaborador activo de Dios en la salvación de los hombres. 
 
TERCERA ETAPA: “Acento Eclesiológico” Se llama también la escuela de 
Tubinga según algunos de sus autores como J. S. Grey, el objeto material de la 
teología pastoral no es el pastor, sino la iglesia, por medio de la cual el 
cristianismo se construye a sí mismo, de cara al futuro. 
 
CUARTA ETAPA: Esta etapa representa principalmente el pensamiento 
protestante en el cual el pastor vuelve a retomar un papel protagónico dentro de la 
estructura eclesiástica de los movimientos pietista y de santidad; el protestantismo 
naciente en los Estados Unidos hace posible que la acción pastoral contemple 
aspectos como acompañamiento, tanto en momentos de soledad, de crisis o 
aspectos eminentemente sociales y culturales. 
 
 8 
 
Es necesario retomar el sentir de que la teología pastoral es una novedad en el 
panorama teológico y eclesial. 
 
 
2. JUSTIFICACIÓN 
 
 En relación con la definición estrecha de la teología pastoral está la 
temática de su naturaleza. Durante los 200 años de evolución histórica de la 
teología pastoral ha sido necesario justificar tres cosas: Su carácter científico, su 
valor teológico específico y su sentido eclesial. 
 
 Se ha definido la teología pastoral como la ciencia teológica que analiza la 
situación concreta en que la iglesia se edifica mediante sus acciones propias; de lo 
cual se sigue que el objeto material de la teología pastoral son las acciones 
eclesiales realizadas por hombres y mujeres de Dios que ejercitan un ministerio 
profético, es decir proclamación de la palabra de Dios, ministerio litúrgico o 
celebración de los oficios cultuales, ministerio odegético (solicitud pastoral) en tres 
aspectos principales: Gobierno o Disciplina, Diaconía y Oficios Pastorales. 
 
De ahí nace la necesidad de investigar sobre la teología pastoral y hacer 
ciertas comparaciones con las ciencias contemporáneas, en primer lugar con la 
sociología y con la psicología. En donde evidentemente el sujeto de investigación 
es quien hace posible esas acciones eclesiales, llamado el pastor o ministro de la 
palabra y de los sacramentos. 
 
 
3. JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO 
 
Analizar la Pastoral no solamente como una actividad circunscrita al mundo 
religioso, sino con una proyección abierta a la persona que hace la pastoral, a la 
familia a la que pertenece y al mundo eclesial en donde se lleva a cabo este 
ejercicio. 
 
 El aporte radicará en permitir que la Teología Pastoral, que hasta el momento 
es presentada por medio de la Facultad de Teología de la Universidad 
Panamericana, no se enmarque en el proceso lineal de la mismisidad, sino que se 
vea confrontada con la alteridad de las nuevas exigencias y posibilidades que la 
Iglesia Posmoderna va creando para ella en una sociedad donde los cambios son 
violentos y vertiginosos, con exigencias altamente ponderadas en relación a la 
excelencia formativa del profesional. 
 
 Lo anterior, permitirá que ella evalúe su eficiencia científica, su formación 
axiológica en sus actores, su calidad productiva, profesional y humana de acuerdo 
a las nuevas exigencias e instancias eclesiales en relación a su cuerpo pastoral. 
 
 
 9 
 
 
4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
 
Al iniciar un trabajo de investigación de gabinete o documental sobre los 
problemas eclesiásticos y particularmente sobre los perfiles pastorales y sus 
exigencias modernas es necesario plantearnos el siguiente problema: 
 
¿Qué Perfil Pastoral se desarrolla y se propone desde la Facultad de 
Teología de la Universidad Panamericana para el tercer milenio en 
Guatemala? 
 
Esto permite analizar los potenciales que deberá activar la tarea pastoral en 
contacto con las turbulencias que acontecen hoy en el universo eclesiástico 
guatemalteco. Además le exige a la Facultad de Teología de la Universidad 
Panamericana, cambiar el mensaje rutinario, aportar a las necesidades 
apremiantes de hacer cambios ante el desafío de una Pastoral más actual, más 
congruente con la exigencia existencial y aún más, dialógica y profundamente 
humana. 
 
 
5. DELIMITACIÓN 
 
Debido a lo extenso del objeto a investigar relativo a los perfiles pastorales, así 
como su redefinición dentro de la Teología Bíblicay Pastoral, el presente estudio 
se circunscribió al: 
 
1. Ámbito Institucional: Universidad Panamericana. 
2. Ámbito Geográfico: Facultad de Teología. 
3. Ámbito Temporal: 
 3.1. El Universo de la Universidad 
 3.2. La Facultad con su estructura total. 
 
 
6. ALCANCES 
 Se pretende con este tipo de investigación documental, replantear el Perfil 
Pastoral para la Facultad de Teología en los programas establecidos de Pre-
grado, en el programa de Maestrías; así como, en el programa del Doctorado. 
Además que éste desafíe respecto a la manera que inciden los actuales perfiles 
pastorales como parte de los contenidos del pénsum de la universidad y su 
implementariedad en la docencia dentro de la misma facultad. 
 
 
 
 10 
II. MARCO TEORICO. 
 
EL PERFIL DEL MINISTERIO PASTORAL 
 
 Una de las características de la época moderna es el cúmulo de actividades 
que se desarrollan diariamente. La mayoría de las personas en este mundo viven 
presionadas por el exceso de actividades que realizan, literalmente pareciera que 
el tiempo no les alcanza para lograr sus metas. En este afán de la vida muchas 
veces se descuida las prioridades, lo cual es causa de frustración y fracaso en 
muchos casos. Esta situación afecta también en menor o mayor grado a todos los 
creyentes, incluyendo a los líderes que desempeñan un ministerio pastoral. 
 
 Ser pastor de una iglesia es uno de los privilegios más altos y más 
sagrados que puede llegar a tener un ser humano. El pastor tiene la oportunidad 
de acompañar a sus feligreses en los momentos especiales de la vida los 
momentos de suprema felicidad y de profundo dolor; los momentos cuando están 
regocijándose por los éxitos personales y familiares, y cuando están llorando por 
la derrota; los momentos de la llegada de una nueva vida cuando nace un bebé, y 
los momentos de la muerte cuando uno se despide de esta tierra.--- El ministro 
funciona en un contexto tormentoso que requiere que esté por encima de las 
circunstancias de la vida, y no controlado por esas circunstancias. 
 
 El ministro hará su trabajo principalmente por medio de las relaciones 
personales e interpersonales. Su éxito dependerá de sus capacidades para 
relacionarse positivamente dentro de la familia, con los miembros de su iglesia, 
con los colegas en su denominación y con la comunidad. 
 
 Hubo un tiempo cuando el ministro, junto con el médico, gozaba del respeto 
y prestigio de la mayoría de las personas en la comunidad. Algunos estudios han 
indicado que en los Estados Unidos, en 1925, el ministerio estaba en el cuarto 
lugar de preferencia de los jóvenes. En 1969 el ministerio había bajado al puesto 
número veintisiete en preferencias. En los países donde predomina el catolicismo 
romano, los religiosos gozan de mucho prestigio, aunque siempre hay evidencia 
de una falta de respeto por parte de algunos. En estos países el ministerio 
evangélico no goza del prestigio de la comunidad en general; pero ciertamente, 
entre los evangélicos el ministro se ve como persona merecedora de profundo 
respeto. Este hecho se debe a un aprecio general hacia la fe cristiana, a pesar del 
hecho de la presencia en cada comunidad de unos cuantos ateos y otras personas 
que profesan cierto secularismo o humanismo. Esta actitud no les permite dar 
mucho lugar a la religión, la iglesia, ni a los líderes religiosos. 
 
 Hoy en día, hay un ambiente creciente de secularización y de escepticismo 
con relación a la importancia de la iglesia en la comunidad. Este se debe al 
hecho de que muchas personas tienen una educación científica y/o tecnológica 
que ha creado en ellas un escepticismo con relación a las cosas espirituales. 
Muchos en la comunidad ganan más dinero que los ministros, y en algunas partes 
 11 
el ministerio paga sueldos más bajos que cualquier otra profesión. Algunos llegan 
al punto de decir que el ministerio no aporta nada positivo en la comunidad. 
 
Estas circunstancias han creado más estrés en el ministerio en la actualidad 
que en otras generaciones. Hoy en día sabemos, frecuentemente, acerca de la 
crisis de ministros y del hecho de que más pastores están abandonando el 
ministerio cristiano que en cualquier otra época. ¿A qué se debe todo esto? 
 
Algunos estudios indican que el estrés es una experiencia común, que 
alcanza al 75% de los ministros, y que el ministro experimenta estrés durante todo 
su ministerio. Sin embargo, se experimenta más estrés durante los primeros años 
en el ministerio, con una tendencia de disminuir a medida que el pastor pasa más 
tiempo en el ministerio (Mills & Doval, Stress in Ministry, p. 54). Hay tres épocas durante 
la carrera del ministro cuando se experimenta más estrés. Veámoslas en detalle: 
 
 Primero, entre los tres a cinco años después de haber tenido los estudios 
en el seminario, el ministro pasa por una época de crisis que se caracteriza como 
depresión y desilusión. Esto se debe al hecho de que el idealismo que tenía al 
graduarse del seminario o de la universidad ha desaparecido, y lo invade el 
realismo. Su iglesia no lo ve como la solución de todos los problemas, ni lo 
acepta como el Mesías que él mismo pensaba ser. Sus sueños chocan con la 
realidad de que su ministerio no es tan efectivo como él imaginaba. La gente deja 
de asistir a los cultos, y sus consejos no se consideran infalibles ante el cuerpo de 
diáconos, el consistorio u oficiales, dependiendo del gobierno de cada iglesia 
particular. 
 
El segundo período de crisis, (si es que el ministro sobrevive el primero), 
acontece entre los diez a doce años después de estar en el ministerio, o sea, 
cuando el hombre tiene de 40 a 45 años de edad. Es la época de reflexionar 
sobre el pasado, su eficacia o ineficacia, y el ministro se pregunta si en verdad 
quiere pasar el resto de sus años en las mismas funciones como ministro. Teme 
que va a vivir el resto de su vida en esas circunstancias y después puede sentir 
que no ha aportado en forma significativa a la vida de otros o al mejoramiento de 
las circunstancias en el mundo. 
 
La tercera época de estrés acontece cuando el ministro llega de los 
cincuenta y cinco hasta los sesenta años de edad. Esta es la época cuando se 
da cuenta de que las iglesias están buscando a un pastor más joven que él. 
Escucha sugerencias tenues de algunos en la iglesia que piensan que un pastor 
más joven podría ser un líder más influyente entre los jóvenes en la iglesia y la 
comunidad. Se siente inseguro en el lugar donde está trabajando, pero no tiene 
ninguna invitación para considerar otro lugar de servicio. 
 
Juntamente con el estrés entre ministros viene la confusión de la identidad 
del ministro como factor que afecta su eficacia. Carl F. H. Henry pregunta: 
 
 12 
―¿Quién es el ministro, y qué es lo que está tratando de hacer? ¿Es un hombre 
ordinario tratando de ganarse la vida, o es uno con un complejo mesiánico que 
está tratando de corregir a todos? ¿Cuál es su lugar en la era del espacio? 
(―Recipe for a Waffling Minister‖, Christianity Today, V, July 3, 1961, p. 20)‖ 
 
Algunos ministros experimentan confusión con relación a su identidad en el 
ministerio porque toman la decisión durante la adolescencia, cuando las personas 
no están en condiciones de tomar la responsabilidad completa de sí mismas. 
Puede ser una decisión impulsiva, resultado de un culto religioso cargado de 
emocionalismo momentáneo, cuando muchas personas son inspiradas a pasar 
adelante y dedicar sus vidas a actividades religiosas. La persona puede 
experimentar un llamamiento genuino en esta manera, pero muchas decisiones 
tomadas en estas condiciones no perduran. Y entre los que perduran, muchos se 
desilusionan después de unos años en el ministerio. 
 
Algunos clasifican las decisiones como las de fantasías, las tentativas y las 
realistas. (Thomas W. Klink, ―The Career of Preparation for the Ministry‖, Journal of Pastoral Care, Fall, 1964, p. 202). 
 
El ministropuede experimentar confusión en cuanto a su identidad porque 
hay una mezcla de motivaciones en su decisión de ser ministro. Algunos toman 
la decisión por presión de los padres y otras personas influyentes en su vida. 
Ellos lo empujan al ministerio. Otros son llevados al ministerio porque creen que 
como representantes de Dios podrán controlar los impulsos carnales que ejercen 
mucho poder en su vida. Otros escogen el ministerio porque piensan que van a 
tener muchas oportunidades para influir (controlar) a otros. Otros buscan una 
aceptación que no han sido capaces de brindarse a sí mismos. (Thomas Klink, ―The 
Ministry as Career an Crisis‖, Pastoral Psychology, June 1969, p. 19). 
 
El ministerio se ha dividido entre cuatro ciclos. El primero es la época de 
preparación, cuando el ministro es joven y lleno de idealismo. Tiene ambiciones 
muy espirituales, y no es influido tanto por asuntos económicos. Está listo para 
dedicarse al ministerio porque quiere servir a Dios y ayudar a los hombres a 
encontrar la felicidad en el reino de Dios. El segundo ciclo es la época de 
establecimiento en un lugar de servicio donde uno tiene responsabilidades delante 
de otros y remuneración de alguna índole. Algunos jóvenes se estrellan en este 
ciclo, porque después de los años de preparación encuentran que ninguna iglesia 
los invita a ser pastores o a ningún puesto de responsabilidad, menos aun con 
cierta remuneración. El tercer ciclo se llama la época de mantenimiento. El 
ministro se establece en algún puesto de responsabilidad. Llega a ser respetado 
por las personas en la organización. Puede llegar a tener puestos de influencia y 
liderazgo en la denominación local o nacional. Esta es la época de mayor 
contribución de parte del ministro. El cuarto ciclo es cuando su influencia 
comienza a disminuir y se acerca a la jubilación. No goza de tanto poder, pero 
todavía tiene un ministerio que le da un sentido de satisfacción y cumplimiento en 
la vida. 
 
Todo lo que hemos dicho hasta este punto recalca el hecho de que el 
ministerio está en crisis. La crisis puede derivar de varias causas, incluyendo las 
 13 
circunstancias de secularismo y de pluralismo que forman parte de nuestra época, 
la competencia de otras personas con una educación igual o superior a la del 
ministro y que son líderes en la comunidad, y las actitudes de las personas que 
forman parte de las iglesias donde el ministro ejerce su ministerio. Puede ser por 
haber tomado una decisión basada en el idealismo más bien que en el realismo, o 
puede ser que el ministro no haya entendido bien la naturaleza del ministerio. 
Cualesquiera que sean las causas, el joven que considera el ministerio hoy en día 
como vocación tiene la oportunidad de reflexionar sobre su decisión y estar seguro 
de que es la voluntad de Dios y lo que el joven desea. 
 
Esta disertación tiene el propósito de ayudar al ministro a tomar las 
decisiones con mayor inteligencia y reflexión, reconociendo especialmente las 
demandas éticas que rigen en el ministerio. Cuando pensamos en la ética 
pastoral, no estamos pensando en principios que son distintos de las normas 
éticas para todo otro cristiano. En un sentido, la ética para ministros es igual a la 
ética para todo cristiano. Sin embargo, hay circunstancias especiales para los 
ministros que no entran en juego para otros profesionales. Por ejemplo, si uno va 
a un médico por un problema de salud, el médico lo examina, le receta algunas 
medicinas u otros tratamientos, y el paciente se va sin saber nada del médico, su 
familia, u otros asuntos personales. Pero en el ministerio, la vida privada del 
ministro afecta su funcionamiento en la comunidad. Si no está viviendo una vida 
ejemplar en la comunidad, pronto los miembros de la iglesia se dan cuenta y le 
hacen reclamos. 
 
Por eso Pablo aconseja a los ministros que sean ―irreprochables‖. Esto 
abarca mucho, y el ministro se da cuenta rápidamente en su ministerio que es 
difícil complacer a toda la congregación, la comunidad en general y su 
denominación. Al fin y al cabo, tiene que poseer unos principios cristianos 
básicos y luchar para ponerlos en práctica en su vida privada y pública, y seguir 
adelante sin pasar horas preocupándose por si ha ofendido a alguien o no. 
 
En las siguientes ideas vamos a considerar algunas de las normas que 
ayudarán al ministro a funcionar en su ministerio con mayor efectividad y los 
principios bíblicos que ayudarán a manejar las circunstancias y el quehacer 
pastoral con mayor facilidad. Los consejos se dan con el fin de ayudar a los 
pastores principiantes tanto como a los que han pasado años en el ministerio. 
 
 ¿Cómo solucionar éste problema? La respuesta a esta pregunta tiene que 
conducir indudablemente, como primer paso, al ordenamiento de las prioridades 
en la vida. Aplicando esto al ministerio pastoral conducirá a un enfoque 
equilibrado del mismo. Si tomamos lo que la presente disertación plantea, es el 
intento de dar una respuesta a una necesidad apremiante en la vida de muchos 
colegas pastores, que se desempeñan en el ministerio y no logran definir cuáles 
son esas prioridades que la vida y la experiencia del texto bíblico nos dan. Las 
plantearemos en tres dimensiones las cuales se presentan en un orden prioritario. 
 
 14 
 La primera dimensión: El Pastor y su Vida Personal, es decir el cuidado 
de que como persona debe crecer en sus áreas física, emocional, espiritual y 
social; para desarrollar un mejor perfil de Dios en su vida, por eso Carlos 
Spurgeon menciona: “No bendice Dios los grandes talentos tanto como la 
semejanza que se tiene de Jesús. Un ministro santo es un arma poderosa en 
la mano de Dios” (Discursos a mis Estudiantes, CBP. 1979, pag. 7). Por eso Pablo aconseja a 
los ministros que sean ―irreprochables‖. Esto abarca mucho, y el ministro se da 
cuenta rápidamente en su ministerio que es prioritario que su fidelidad sea 
fundamentalmente a Dios. La vida personal del ministro debe por ser analizada 
desde el llamamiento que de parte de Dios ha recibido, el cuidado que se tiene de 
crecer en el conocimiento de la Palabra, el cultivar sus dones a través de la 
actualización ministerial y revaluar la devoción misma del ministro. La Biblia sí nos 
presenta las cualidades del ministro, desde sus habilidades de enseñar, hasta el 
de servir de buen testimonio ante los demás. El ministro es un siervo de Dios, que 
ha dedicado su vida a una misión que es básicamente espiritual en su naturaleza. 
Él pasará su vida esforzándose por ayudar a las personas a relacionarse con Dios 
en una forma aceptable. 
 
 
 La segunda dimensión: El Pastor y su Familia. El bienestar en el hogar del 
ministro contribuirá sobremanera en el buen funcionamiento del ministro en la obra 
de Dios. Es necesario que el ministro dedique el tiempo necesario para su esposa 
e hijos. Si los descuida, aparentemente ministrará a otros, pero a su propia casa la 
descuidará y es una forma sutil de perder una gran oportunidad de ministrar a su 
propia familia. Los hijos pueden llegar a preguntar o resentir el hecho de que su 
padre pasa mucho tiempo con los demás menos con ellos mismos. 
 
 Las estadísticas comprueban que los hijos e hijas de los ministros se 
destacan en muchas profesiones y en trabajos que requieren grandes 
capacidades y rendimientos, más que los hijos de cualquier otro grupo profesional. 
Por esta razón, el pastor y su esposa no deben preocuparse por la posibilidad de 
perjudicar a sus hijos con la privación de bienes temporales, en la casa pastoral. 
La aceptación, el calor emocional y el estímulo constante a establecer metas altas 
cubrirán toda deficiencia de bienes temporales. Es cierto que la mayoría de los 
pastores no pueden brindarles a sus hijos todas las ventajas que tendrían con una 
situación económica próspera; sin embargo, tendrán otras ventajas. Tendrán una 
apreciación de los valores más altos de la vida y una oportunidadde conocer y 
experimentar las ventajas culturales que pueden aportarles valores mucho más 
altos. 
 
La tercera dimensión: El Pastor y su Ministerio en la Iglesia particular. La 
función pastoral es siempre el resultado de una buena relación sana y profunda 
con la congregación. Se puede comparar con un matrimonio, es una relación de 
fidelidad, además de una gama de relaciones, que hoy más que nunca demandan 
un alto grado de profesionalismo, de ambas partes. La función pastoral es 
polifacética, el pastor es un profeta, en cuanto ha sido llamado para ministrar 
correctamente la Palabra, es una voz autorizada por Dios mismo quien le encarga 
 15 
la buena comunicación de la misma a su pueblo. Además, por la fidelidad al 
concepto mismo, es un pastor, quien guía, alienta, sana, cura y se identifica 
plenamente con su rebaño. Es además un orientador ante las tentaciones de la 
vida y del sistema en el cual se desenvuelve su congregación, etc. Esta gama de 
áreas en las cuales el Pastor se desenvuelve en función de su Iglesia, es amplia y 
por ende, debe ser desarrollada de una manera cada vez mejor, provocando una 
excelente relación con la congregación en la que Dios le ha puesto a ministrar. 
 
 
1. PRIMERA DIMENSIÓN: La Personalidad del Pastor. 
 
 Una de las áreas más descuidadas en el ministerio pastoral es la 
vida personal del pastor. La razón principal es la falta de conciencia en cuanto a 
la importancia de esta faceta en el ministerio del siervo de Dios. Para Gordon 
Allport, “la personalidad es la organización dinámica en el interior del individuo, de 
los sistemas neuropsíquicos que determinan su conducta y su pensamiento 
característico”. A la falta de conciencia se suman también otros factores como la 
indisciplina personal, la vida sedentaria, la falta de diversiones sanas, de amigos, 
el ordenamiento inadecuado de las prioridades, el cansancio producido por el 
exceso de trabajo y la inadecuada mayordomía del tiempo. 
 
 En las demandas del Apóstol Pablo a los presbíteros, aplicables también a 
los pastores en el concepto actual, una de las áreas que más sobresale es la vida 
personal del pastor (1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9). Esto constituye la primera 
dimensión del ministerio pastoral. 
 
A. EL PASTOR Y SU VIDA INTEGRAL 
 
 A.1 ¿QUÉ SE ESPERA DEL MINISTRO DE DIOS? 
 El ministro de Dios tiene que ser una persona con una experiencia religiosa 
muy profunda, que abarca el nuevo nacimiento (una conversión genuina y 
auténtica) y un caminar constante con Dios. Cuando leemos de los grandes 
personajes que Dios utilizaba en tiempos pasados, hombres y mujeres, nos 
impresionamos con estas cualidades. Por eso, debemos decir que el ministro de 
Dios tiene que ser una persona que haya conocido a Dios en una forma personal. 
No podemos establecer pautas para esta experiencia, porque Dios se revela a 
cada persona en forma distinta. Abram caminaba bajo las luces de las estrellas 
cuando Dios le habló. Moisés estaba en el desierto apacentando las ovejas y el 
ganado, y Dios le habló por medio de la zarza ardiente. Jacob acababa de tener 
una riña con su hermano, lo cual resultó en su fuga de la casa, y Dios le habló por 
medio de un sueño. Pablo estaba en una misión para matar a los mismos 
seguidores de Cristo cuando vio la luz del cielo que lo detuvo y le hizo ver que lo 
que hacía iba en contra de la voluntad de Dios. 
 
 Cada persona tendrá una experiencia religiosa con diferentes circunstancias, 
pero ninguna puede negar que ha escuchado la voz de Dios si verdaderamente ha 
 16 
sido convertida. El ministro de Dios tiene sed por las personas perdidas. Anhela 
que otras personas tengan la misma experiencia. Se sacrifica para que otros 
lleguen a experimentar lo que él mismo ha experimentado. Andrés, al encontrar a 
Jesús, corrió para comunicar las buenas noticias a su hermano Pedro. Lo 
lamentable es que muchas veces hay personas que son muy celosas durante los 
primeros meses o años de su conversión, pero después pierden algo de su celo 
evangelizador. ¿Cómo podemos mantener el ardor de las llamas que nos 
consumen cuando recientemente hemos tenido ese encuentro con Dios que ha 
cambiado nuestras vidas? 
 
El ministro deberá mantener una vida devocional muy activa si ha de tener 
eficacia en el ministerio. Es lamentable que muchas veces la persona que debe 
ser ejemplo delante de todos los demás, no es buen ejemplo en su práctica de 
mantener una comunión dinámica con el Señor a través de la lectura de la Biblia, 
la meditación y la oración. Es impresionante el hecho de que los discípulos 
descubrieron en muchas ocasiones que Cristo se levantaba muy de mañana, para 
ir a un lugar aislado para comunicarse con el Padre celestial (Marcos 1:35; Lucas 
6:12; 9:28; 22:39). Entre ministros se conversa mucho sobre las cosas 
espirituales, pero en muchas ocasiones los mismos ministros tienen una vida 
devocional muy esporádica y raquítica. El ministro tiene que ser persistente, y 
mantener la vida devocional acorde a la voluntad de Dios, y esto a toda costa. 
 
 Para lograr esta vida espiritual vibrante, el ministro necesita cultivar la práctica 
de leer la fuente de toda gracia, la Sagrada Escritura, y esta debe ser su norma de 
fe y conducta; libros devocionales que contribuyan a ese crecimiento. Las ideas 
presentadas en estos libros le serán de inspiración. Las biografías y 
autobiografías de grandes personajes de la historia formarán una base para la 
reflexión sobre las experiencias propias de cada uno. Además, el ministro debe 
buscar oportunidades de participar en programas especiales que tienen como 
meta el desarrollo espiritual de los participantes. 
 
A.2 El ejemplo de los patriarcas 
 
Los primeros líderes en la historia bíblica de la humanidad, el pueblo escogido 
de Dios, desempeñaron responsabilidades cívicas, sociales y religiosas. Cuando 
leemos las experiencias de Noé y Abraham, vemos en ellos a personajes que se 
sentían responsables por sus familias inmediatas y las familias extendidas. Isaac 
y Jacob eran patriarcas que asumían las responsabilidades para todos dentro de 
la comunidad. Eran vistos como personas que actuaban con autoridad sobre 
todos lo demás, pero también eran hombres que asumían la responsabilidad de 
guiar al pueblo según las normas que Dios les había revelado. Aunque estamos 
hablando de la época anterior a la revelación bíblica de los Diez Mandamientos, 
era una época cuando estos patriarcas demandaban respeto por la propiedad, 
protegían las relaciones matrimoniales y respetaban la vida humana. 
 
¿Qué caracterizaba a estos líderes? La Biblia no contiene comentarios sobre 
su vida moral, excepto el relato de la vida tal cual era en aquel entonces. 
 17 
Sabemos que cuando Noé se emborrachó, esto se vio como pecado (Génesis 
9:21). Al despertarse, Noé se dio cuenta de que su hijo Cam lo había visto 
borracho y desnudo. Pronunció una maldición sobre Canaán, hijo de Cam. 
 
Abraham, el padre de los judíos, escuchó el llamado de Dios y sacó a su 
familia de Harán en obediencia a ese llamado, para llegar a una tierra que Dios le 
había prometido. El gran patriarca tomó las responsabilidades de líder espiritual 
tanto como político. Junto con su sobrino, Lot, llamaban a todos los de su casa a 
una devoción genuina a Jehová. Tiempo después, cuando Lot y su esposa 
estaban en región de Sodoma y Gomorra, reconocieron la seriedad de los 
pecados de los habitantes de esa región. 
 
En varias ocasiones durante esta época Abraham pecó al ir a Egipto y decirle 
allí a Faraón que Sara, su esposa, era su hermana. El cometió este pecado 
porque temía por su propia vida. Pero cada vez que lo hizo se arrepintió de este 
pecado, y así se evitaron consecuencias graves. La dedicación a Jehová se 
muestra cuando dio los diezmos a Melquisedec, y éste le bendijo (Génesis 14:17-
24). Su vacilación en la fe se ve cuando se impacientaba respecto al 
cumplimiento de la promesaque Dios le había hecho en cuanto a un hijo. Pero al 
fin, Dios cumplió su promesa. La fe de Abraham se probó aún más en el mandato 
de Dios para sacrificar a su hijo (Génesis 22:16, 17). 
 
En ese resumen, podemos ver cómo el líder de la familia y de la tribu también 
eran personajes que temían a Dios y buscaban la manera de estar relacionados 
con él de forma correcta. Tomaban la responsabilidad por el desarrollo moral y 
espiritual de los miembros de su familia y todos los esclavos y pastores que les 
acompañaban y pertenecían a su núcleo familiar. 
 
El caso de Jacob muestra en una forma más clara que él era una líder 
espiritual. Jacob cometió sus propios pecados, engañando a su hermano Esaú y 
también a su suegro; pero era un hombre sensible, que escuchaba la voz de Dios. 
Cuando huía de su hermano, Dios se le apareció en la noche, y Jacob hizo un 
voto de consagración (Génesis 28:20-22). Jacob, como buen padre, asumió la 
responsabilidad por el desarrollo moral y espiritual de su familia. Cuando estaba 
regresando de la tierra de Labán, los hijos se metieron en problemas morales con 
los heveos. Cuando Jacob se dio cuenta del problema, llamó a su familia a un 
retorno a Dios (Génesis 35:2). En su trato con los hijos vemos que Jacob se vio 
como el patriarca, y el representante de Dios entre los habitantes de esa región. 
Era un hombre a quien todos respetaban, y su autoridad se manifestó hasta su 
muerte (Génesis 48:20, 21). 
 
A.3 Moisés 
 
Cuando llegamos a estudiar la vida de Moisés, vemos a un libertador, 
legislador y representante espiritual de Dios entre el pueblo. La vida de Moisés 
tiene mucho para inspirar a un ministro. Es ejemplo de uno que obró porque 
sintió que Dios le había llamado. Moisés nunca se escapó de la llama de fuego 
 18 
en la zarza ardiente por medio de la cual Dios le llamó para ir a Egipto y librar a los 
esclavos de la servidumbre. (Éxodo 3:2-10). 
 
Su papel como líder espiritual se ve en toda su vida, pero tal vez la experiencia 
más dramática está en haber sido el mediador por medio del cual Dios reveló los 
Diez Mandamientos a su pueblo. Moisés había experimentado el poder del Dios 
verdadero en la comunión con él en el Monte Sinaí. Cuando bajó de la montaña, 
encontró al pueblo en la idolatría, danzando alrededor de un fuego con un becerro 
de oro (Éxodo 32:1-21). Dios les llamó al arrepentimiento, y Moisés actuó como 
el representante espiritual para mediar entre el pueblo y Dios. 
 
En todas estas experiencias, Moisés también fue sacudido por las experiencias 
que él tuvo con Dios. Así es la vida del ministro durante todos los años que está 
sirviendo al Señor. Moisés aprendió muchas lecciones de Jehová durante los 
siguientes años, cuando estaban en el desierto esperando la entrada a la Tierra 
Prometida. Era un hombre que se comunicaba con Dios, para explicar sus 
pruebas, y Dios siempre le escuchó y le levantó de la depresión emocional para 
inspirarle a seguir adelante en su servicio. En esto vemos una de las cualidades 
más importantes para el ministro de Dios. Tiene que ser una persona inclinada a 
llevar sus cargas a Dios y confiar en el poder del Dios que le llamó para darle la 
motivación a seguir adelante en su propósito. Nos inspiramos con el ejemplo de 
Moisés. Seguramente él sirve de modelo para cada ministro. Era un hombre fiel 
a Dios a pesar de los sufrimientos y la oposición que experimentó por parte de su 
pueblo. 
 
A.4 Los sacerdotes 
 
En el Pentateuco encontramos normas presentadas para los sacerdotes; 
líderes religiosos cuyas responsabilidades incluían la mediación entre el pueblo y 
Dios en los sacrificios de los animales. Lo interesante es que Dios estableció 
requisitos de mucho significado para los sacerdotes. Por ejemplo, hay normas 
relacionadas con el vestido del sacerdotes (Éxodo 28:1-12, 29). El sacerdote 
llevaba los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su 
corazón, por memorial permanente delante de Jehová. 
 
En el acto de la consagración de Aarón, sus hijos también participaron, 
implicando la responsabilidad de toda la familia del sacerdote (Éxodo 29). En el 
mismo capítulo del libro del Éxodo hay unas normas que tienen que ver con el 
sostenimiento del sacerdote y su familia: “Y comerán aquellas cosas con las 
cuales se hizo expiación, para llenar sus manos para consagrarlos; mas el extraño 
no las comerá, porque son santas” (Éxodo 29:33). 
 
Entre los requisitos elaborados para los sacerdotes hay algunas normas que 
nos impresionan por su naturaleza ética y moral. “Tú, y tus hijos contigo, no 
beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, . . . para poder 
discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio” (Levítico 10:9, 
10). Levítico 21 contiene varias otras prohibiciones para los sacerdotes, entre las 
 19 
cuales están el no tocar cadáveres, el no hacer tonsura en la cabeza ni raer la 
punta de su barba, ni hacer rasguños en su carne. Tampoco debían casarse con 
una ramera ni con una mujer repudiada de su marido (vv. 1-7). 
 
Había requisitos muy estrictos para los hijos del sacerdote también. “Y la hija 
del sacerdote, si comenzare a fornicar, a su padre deshonra; quemada será al 
fuego” (Levítico 21:9). 
 
Para ser sacerdote el hombre tenía que tener un cuerpo sin defectos. “Porque 
ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego o cojo o mutilado o 
sobrado o varón que tenga quebradura de pie o rotura de mano o jorobado o 
enano o que tenga nube en el ojo o que tenga sarna o empeine o testículo 
magullado” (Levítico 21:18-20). 
 
Estas normas resaltan varios principios que tiene relevancia para nosotros hoy 
en día, aunque no somos tan legalistas en exigir el respeto a los mismos 
principios. Podemos decir que el ministro es un líder espiritual y debe poder 
merecer el respeto de todos los demás en la comunidad. No debe tener defecto 
que cause falta de respeto hacia su oficio y llamado. La representación y el 
estado físico son de vital importancia en el ministerio; si hay defectos se prestan a 
apodos o sobrenombres o a faltar el respeto al ministro. 
 
A.5 Los profetas 
 
Aunque el comienzo del movimiento profético es oscuro, se puede ver que en 
los días de Samuel había grupos que andaban juntos y hacían énfasis en los 
elementos morales y culturales que se consideraban de importancia para la nación 
(1 Samuel 10:10, 11). Los profetas pre-canónicos actuaban de tal manera que 
representaban la conciencia moral del pueblo en asuntos relacionados con la 
honestidad y la protección de la moral del pueblo. Natán fue llamado por Dios 
para declarar a David su pecado (2 Samuel 12). Elías fue llamado para declarar 
a Acab su pecado cuando terminó de quitarle la viña a Nabot (1 Reyes 21). 
 
Cuando estudiamos las enseñanzas de los profetas, nos damos cuenta de que 
el elemento moral figura muy prominentemente en los temas. El hecho de 
condenar la injusticia económica, la opresión de los pobres, la mentira, el engaño 
y la corrupción personal y social, implica que los profetas tenían que ser ejemplo 
de las virtudes positivas en estas esferas. Algunos profetas se relacionaban con 
los reyes y príncipes en la nación, lo cual nos presenta un ejemplo para el ministro 
de hoy en día que logra ser consejero de los líderes políticos. ¿Cómo puede el 
ministro de hoy ser consejero del rey sin inmiscuirse en la política? 
 
Uno de los grandes problemas en el día de los profetas era que algunos 
profetas ―falsos‖ siempre pronunciaban las palabras para manipular al pueblo en 
vez de comunicarles el mensaje de Dios. “Así ha dicho Jehová acerca de los 
profetas que hacen errar a mi pueblo, y claman: Paz, cuando tiene algo que 
comer, y al que no les da de comer, proclaman guerra contra él”. (Miqueas 3:5). 
 20 
El profeta verdadero clamaba por una vida moral que acreditaba al mensajero de 
Dios. Esto formala base del mismo ideal para los ministros en el día de hoy. 
 
A.6 Las enseñanzas de Jesús 
 
¿Cuáles son los requisitos para los líderes religiosos que podemos derivar de 
las enseñanzas de Jesús? Un estudio somero de los Evangelios revela como 
contestación solamente los requisitos positivos para líderes religiosos; también 
revela las características negativas que no deben poseer. 
 
Al comenzar su ministerio público, Jesús vio la necesidad de llamar a los que 
habían de ser sus colaboradores en la obra en los años futuros. No tenemos en 
los Evangelios ningún pasaje que nos revele el criterio o las cualidades de los que 
habían de ser sus discípulos. Reconocemos que Jesús en su sabiduría divina 
discernía lo que estaba en el corazón de cada uno. Seguramente Cristo fue 
guiado por el potencial que vio en cada una de las personas que él llamó. 
Podemos reflexionar sobre las cualidades de cada uno, y reconoceremos que eran 
producto de la cultura social y las influencias religiosas de su día. 
 
Cristo llamó a los discípulos a una vida diferente que abarcaba la 
transformación espiritual de cada uno. El los llamó a dejar su trabajo para 
dedicarse a la vida del discipulado. Los llamó a dejar sus familias, a lo menos por 
épocas, para acompañarle en su recorrido por las regiones de Palestina. Los 
llamó a tomar la cruz. Esto implica el embarcase en una misión cuya naturaleza 
era diferente de lo que habían hecho anteriormente. 
 
Jesús pasó el tiempo con los discípulos ministrando a las personas 
necesitadas y enseñando a la gente la naturaleza del reino de Dios, el cual él 
había venido a establecer. Les llamó a considerar los valores morales y 
espirituales que iban a poner en tensión sus deseos personales y naturales, con el 
llamado a vivir una vida dedicada a una misión cuya naturaleza es espiritual. 
Seguramente, Jesús observaba el progreso en la vida de cada uno de sus 
discípulos. Sabemos que Judas no pasó las pruebas finales, porque era ladrón 
de corazón (Juan 12:6). Otros de los discípulos tenían que luchar con el egoísmo 
y sus consecuencias que despertaban disputas entre ellos (Mateo 20:23-28). 
 
En las enseñanzas éticas de Jesús se resaltan los ideales morales para la 
humanidad. El Sermón del monte destaca las normas más altas de todos los 
maestros y filósofos en el curso de la historia desde el punto de vista de los 
principios éticos que allí se elogian. El ministro tiene un gran desafío al tomar en 
serio estas enseñanzas y determinar seguirlas en su ministerio. 
 
Cristo resumió la Ley, las enseñanzas de los profetas y sus propias 
enseñanzas en el mandamiento: “Amarás a Dios. . . y amarás a tu prójimo como 
a ti mismo” (Mateo 22:37-40). El amor es la cualidad que garantizará cada día el 
éxito para el ministro. 
 
 21 
A.7 Los Hechos de los Apóstoles 
 
La iglesia naciente que vemos en los Hechos de los Apóstoles tenía líderes 
con cualidades morales y espirituales que despertaban respeto de parte de la 
comunidad de creyentes. Cuando la iglesia hubo crecido tanto en los primeros 
meses, fue necesario buscar a personas para servir como diáconos y ayudar en el 
servicio a los demás. Entre las cualidades que tenían que reunir se destacaba 
que debían de ser de “buen testimonio y llenos del Espíritu Santo” (Hechos 6:5). 
Personajes como Bernabé, Felipe, Esteban, Saulo, Timoteo, Tito, Silas, Lidia y 
Dorcas aparecen como líderes con cualidades morales y espirituales que les 
hacían destacarse en las páginas de este libro de historia de la iglesia primitiva 
durante la época de expansión en toda Asia Menor hasta llegar a Roma. 
 
La calidad de la vida moral y la consagración de estas personas a la causa son 
las claves para el crecimiento numérico y espiritual de este movimiento durante 
esos años. ¡Ojalá pudiéramos capturar de nuevo el celo evangelizador y 
misionero de estos pioneros del cristianismo! ¡Es posible! Todo lo que tenemos 
que hacer es imitar su sinceridad, su dedicación al Señor y su compromiso con 
Dios. 
 
A.8 Las enseñanzas de Pablo 
 
Cuando llegamos a considerar las enseñanzas de Pablo referentes a las 
normas éticas y morales para ministros, encontramos pasajes que tratan con 
cristianos en general, que ciertamente son aplicables; pero también encontramos 
varios pasajes que tienen que ver especialmente con el ministro. Pablo pasó 
mucho tiempo enseñando a los jóvenes ministros, por medio de sus palabras y su 
ejemplo. 
 
La base sobre la cual fundamenta Pablo su ética pastoral es el señorío de 
Cristo (George Eichholz, El Evangelio de Pablo. España: Salamanca, 1977, p. 369). Este 
tema es central en los pasajes que llaman a los ministros para servir al Señor 
(Gálatas 2.20). Si el ministro del Señor obedece al señorío de Cristo, está 
habilitado para desempeñar las funciones que Pablo mismo sintió que debía 
realizar. En todas sus cartas Pablo se identifica como esclavo y siervo de 
Jesucristo, de modo que no se pertenece a sí mismo (Romanos 14:7-9). 
 
Pablo también insiste en que los fuertes deben aconsejar a los débiles con 
actitud de misericordia y con la meta del fortalecimiento mutuo (1 Corintios 9:19-
23). La meta que Pablo presenta aquí es que los fuertes sepan entender a los 
débiles y restaurarles a la comunión con Dios y con la iglesia (José María Gonzáles, El 
Evangelio de Pablo. Madrid: Moraba, 1977, p. 69). 
 
Pablo sufrió abusos como ministro del Señor a manos de personas ajenas a la 
iglesia y de personas dentro de la iglesia también. En su segunda epístola a los 
corintios él defiende su ministerio (2 Corintios 10-12) y termina esa defensa con 
 22 
las palabras: ―. . . porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, 
aunque nada soy” (2 Corintios 12:11b). 
 
Pablo hace énfasis en que el cristiano debe mostrar el fruto del Espíritu Santo, 
y lo enumera como “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22, 23). Sí 
nosotros como ministros podemos tomar este fruto como la meta de nuestra vida, 
seremos ministros con una madurez espiritual que nos hará fructíferos en nuestro 
servicio al Señor. En 1 Corintios 13 él presenta su desafío inmortal relacionado 
con la necesidad de manifestar el amor en las relaciones interpersonales. Esta 
cualidad es lo que destacaba a los cristianos en la iglesia primitiva, y era la clave 
de su crecimiento. Es la gran necesidad entre nosotros hoy. 
 
Además de las enseñanzas morales para todo cristiano, Pablo también enfoca 
las cualidades morales para los pastores (1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9). Estos 
requisitos serán considerados más detalladamente en los capítulos que siguen, ya 
que es el sumario más completo de las normas éticas para ministros que tenemos 
en la Biblia. Los jóvenes ministros necesitan estudiar a fondo cada uno de los 
requisitos, para establecer las pautas que les han de guiar en los años de su 
servicio al Señor. 
 
A.9 La epístola a los Hebreos 
 
El autor de la epístola a los Hebreos es desconocido, pero tuvo que ser una 
persona que conocía el papel de los líderes sacerdotales en el sistema del 
judaísmo y a la vez una persona que había experimentado una conversión muy 
dramática a Cristo. Así tuvo la capacidad de escribir para convencer de la 
superioridad de la revelación de Cristo por encima de la antiguotestamentaria. En 
Hebreos 13:7 aparecen estas palabras: “Acordaos de vuestros pastores, que os 
hablaron la palabra de Dios; considerar cuál haya sido el resultado de su 
conducta, e imitad su fe.” Este versículo afirma la importancia del testimonio del 
pastor por medio de su conducta. Muchas personas quedan impresionadas al 
escuchar el evangelio mediante un pastor que les da un testimonio en el bus o en 
un almacén, o cuando están sentadas en una banca en el parque. Otros esperan 
meses para observar el testimonio del pastor por medio de su conducta, antes dedecidirse a considerar el mensaje que predica. Tal vez el comerciante en la 
tienda de la esquina está observando a ver si el pastor paga las cuentas del pan y 
la leche para decidir si su mensaje tiene influencia sobre su honestidad y 
cumplimiento. Este versículo afirma para nosotros la importancia de la moral en 
la vida del ministro. 
 
 
A.10 Las epístolas de 1 y 2 de Pedro 
 
Pedro llama a los cristianos a dar un buen testimonio frente a las tribulaciones. 
El motiva a los líderes a seguir la voluntad de Dios, porque han sido llamados 
según la voluntad divina (1 Pedro 1:14-16). El elemento escatológico es muy 
 23 
evidente en la forma en que Pedro anima a los ministros a ejercer su ministerio, 
sabiendo que el tiempo es corto (1 Pedro 4:7 y 2 Pedro 3:11-14). Este énfasis 
todavía es pertinente para nosotros hoy en día, ya que nadie sabe el día ni la hora 
de la segunda venida de Cristo. Muchos creen que estamos viviendo en los 
últimos días y que tenemos que estar más atentos a las oportunidades que 
tenemos para ministrar en nombre de Cristo. 
 
Pedro llama a los ministros a ser buenos administradores de la gracia de Dios 
(1 Pedro 4:1-11). Aquí Pedro hace énfasis en la diferencia entre los cristianos y 
los inconversos, porque los cristianos no corren con los inconversos en el mismo 
desenfreno de disolución. Pedro amonesta a los ministros a ser sobrios y velar 
en oración (v.7). También, los desafía a ejercer el don de acuerdo con los varios 
ministerios, y menciona específicamente la administración, la predicación y el 
ministerio (vv. 10, 11). Estas tres actividades abarcan las funciones principales 
del ministro. 
 
A.11 Las epístolas de Juan 
 
Al apóstol Juan le tocó escribir y actuar en una época cuando había muchas 
manifestaciones de oposición al cristianismo. Se refiere especialmente a los 
falsos maestros ―anticristos‖, refiriéndose específicamente a las doctrinas 
gnósticas que habían ganado aceptación en aquel entonces. El maestro 
verdadero es uno que anda en la luz y habla la verdad (1 Juan 1:6; 2:4-6; 3:6-9). 
Juan hace énfasis en las virtudes del amor, la fe y la fidelidad a la verdad como las 
cualidades que hacen del cristiano el vencedor frente a la oposición. Estas 
epístolas llaman a los ministros a estar dispuestos a ejercer su ministerio en medio 
de la oposición y a tener el discernimiento intelectual y espiritual para distinguir 
entre la verdad y el error. En 2 Juan 8, amonesta a todos: “Mirad por vosotros 
mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón 
completo”. 
 
 
A.12 El Apocalipsis de Juan 
 
El Apocalipsis fue escrito a los ―ángeles‖ de las siete iglesias en Asia Menor, y 
se considera que este término se refiere a los pastores de estas iglesias. La 
naturaleza de la literatura apocalíptica es tal que trae consuelo a los que están 
sufriendo a manos de un gobierno pagano que es antagónico al cristianismo. Los 
pastores que ejercían su ministerio en estas iglesias debieron de haber sufrido 
mucho por su fidelidad al Señor en medio de la persecución. Esta verdad nos 
puede inspirar en el día de hoy, porque hay lugares en el mundo en donde les toca 
a los ministros de Cristo pasar por el mismo crisol. Los que vivimos en países 
donde hay libertad para predicar el evangelio a veces nos olvidamos de los que 
están en las cárceles en otros países por llevar a cabo las mismas funciones que 
nosotros ejercemos. 
 
 24 
La persecución sirve para separar a los sinceros en su consagración de las 
personas que pueden estar en el servicio por otros motivos. A veces la 
persecución viene de manos de los mismos cristianos, y a veces viene de los 
enemigos del evangelio. Cuando nos toca sufrir por nuestra fe en Cristo, tenemos 
que decidir si nuestro compromiso va más allá de un servicio durante las épocas 
fáciles. En esto se manifiestan las cualidades morales del ministro, las cuales 
hacen resaltar su sinceridad y su fidelidad al Señor. 
 
Al estudiar las enseñanzas de la Biblia que tienen que ver con las cualidades 
morales y espirituales que se exigían de los líderes espirituales, quedamos 
impresionados con el hecho de que durante cada época histórica la revelación 
divina hace resaltar los altos requisitos para los siervos del Señor. En una clase 
con seminaristas el autor pidió que los alumnos elaborasen una lista de los 
requisitos para ministros, y que la lista reflejara las enseñanzas de la Biblia. Las 
listas presentadas variaron entre 20 a 28 requisitos o principios derivados de las 
normas bíblicas. 
 
Las páginas siguientes van a explorar estos requisitos, comenzando con la 
persona del ministro y su ética personal. Después vamos a considerar las 
relaciones con las personas más cercanas, su familia. De allí vamos a enfocar 
las relaciones éticas que tiene que ver con la iglesia local, y extendernos de allí a 
la denominación a que pertenece. 
 
 
B. RECURSOS PARA EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL 
 
Para poder desarrollar las cualidades personales demandadas por el 
Apóstol Pablo, es indispensable alcanzar un crecimiento integral adecuado. 
Es necesario recordar que ―líder cristiano‖ no es sinónimo de una persona 
espiritualmente madura. Por eso los nutrientes del ministro son: 
 
 B.1 El alimento: La Palabra de Dios 
 
Así como los alimentos fortalecen el cuerpo, la Palabra de Dios también 
fortalece la vida espiritual, produce salud y fuerzas en la vida del siervo de 
Dios (Mateo 4:4; 1 Pedro 2:2). Para que la Palabra de Dios cumpla la 
función de nutrir al ministro es necesario tomar en cuenta los siguientes 
elementos indispensables en el trabajo pastoral: 
 
 a. Escudriñar diariamente la Palabra de Dios es un requisito 
implícito en aquellos que han optado por el ministerio cristiano. 
(Apocalipsis 1:3) 
 b. Meditar en la Biblia todos los días para nutrirse y compartir su 
frescura a cada momento. (Salmo 1:2) 
 25 
 c. Obedecerla como su regla de fe y conducta. (Juan 14:23) 
 
 
B. 2 La respiración espiritual del ministro: La oración 
 
La oración es la comunicación con Dios, es sencillamente hablar con él de 
lo profundo del corazón. La oración es la manera de entrelazar una 
relación permanente con el que es nuestro Dios, Padre y Señor. En la 
oración, de la misma forma que en la respiración, se exhala e inhala 
espiritualmente. 
 
 
 a. En la oración se exhala: 
 
 i. Hacemos una confesión de nuestros pecados (1 Juan 1:9) 
 ii. Mantenemos peticiones personales (Filipenses 4:6) 
 iii. Damos acciones de gracias al Señor (Efesios 5:20) 
 iv. Intercedemos por otras personas (1 Timoteo 2:1-2) 
 
 b. En la oración se inhala: 
 
 i. La confianza en Dios (1 Juan 5:14) 
 ii. La paz de Dios en el corazón (Filipenses 4:7) 
 iii. Nuevas fuerzas para seguir adelante (Isaías 40:31) 
 iv. La oración en la vida y ministerio del Señor Jesucristo fue 
 fundamental y una manera de dependencia con su Padre. 
 
 
 La oración en la vida devocional del Señor Jesucristo la encontramos reflejada en 
su continua comunicación con el Padre. Depende de él y mantiene una relación de 
interdependencia. (Lucas 5:16). 
 
 La oración en las decisiones ministeriales del Señor. Este análisis de la cotidianidad 
en Jesús es un reflejo de su humildad y apego a la voluntad de su Padre. (Lucas 6:12). 
 
 La oración en el tiempo de prueba del Señor. Su vaciamiento es también la forma de 
compartir sus temores, alegrías y tristezas. (Mateo 26:36-46). 
 
B.3 Los ejercicios espirituales (San Agustín): El servicio al Señor 
 26 
 
De la misma forma que el ejercicio físico ayuda al desarrollo corporal, el 
ejercicio de las capacidades en el servicio al Señor ayuda al crecimiento 
espiritual tanto del ministro como del cuerpo de Cristo. 
 
a. El siervo de Dios tiene capacidades específicas para servir. 
(Romanos 12:3; Efesios 4:7; 1 Corintios 12:7,11) 
 
b. El siervo de Dios debeministrar y servir según sus capacidades. (1 
Pedro 4:10; Efesios 4:11) 
 
c. El siervo de Dios debe mejorar la calidad de su ministerio y buscar 
su excelencia. (1 Corintios 15:58) 
 
 
 B.4 El cuidado: La comunión en la iglesia 
 
 Dios ha colocado a todos los creyentes dentro de la iglesia local para 
que disfruten la comunión dentro de un ambiente de amor en familia. De 
esta forma los creyentes, incluyendo los pastores y líderes, llenan las 
necesidades de cuidado, lo cual es indispensable para el desarrollo 
espiritual. (Hechos 2:41-47). 
 
 
 
C. LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO 
 
 La madurez espiritual está íntimamente ligada al control o llenura del 
Espíritu Santo, por lo tanto no se puede desarrollar un "liderazgo espiritual" sin 
su ayuda. 
 
 Dentro del creyente se desarrolla un conflicto entre la carne y el Espíritu 
(Gálatas 5:16), esto demuestra las limitaciones a las que está sujeto el proceso 
de crecimiento espiritual (Gálatas 5:17; Romanos 7:19). Para contrarrestar 
esta realidad, Dios en su gracia infinita ha provisto de un poder sobrenatural 
para vivir en santidad, la "llenura del Espíritu Santo". (Gálatas 5:18; Efesios 
5:18). 
 
 Las cualidades personales del siervo de Dios son parte vital de su ministerio 
pastoral, éstas pueden lograrse si se alcanza un adecuado crecimiento o 
madurez espiritual, ésta a su vez sólo puede lograrse bajo la guía del Espíritu 
Santo. 
 
 
C.1 Características de la Llenura del Espíritu Santo 
 
 27 
a. Efesios 5:18 contrasta el dominio del vino y el dominio del Espíritu 
Santo en la vida de una persona, ambas situaciones producen un cambio 
de conducta, distinta a la que corrientemente tiene una persona. El Espíritu 
Santo produce la nueva vida que Dios desea para sus hijos. 
 
 
b. La plenitud del Espíritu Santo no es obtener más de él, pues ya mora 
permanentemente en cada creyente (Romanos 8:9; 1 Corintios 6:19). La 
plenitud es permitir que el Espíritu Santo tenga más control o dominio en la 
vida del creyente. 
 
 
C.2 Condiciones para la vida plena en el Espíritu Santo 
 
 a. Es necesaria la obediencia a Dios (Efesios 5:18). "Sed llenos" 
es un imperativo que indica una acción continua en el presente. 
 b. Separación del pecado y de todo aquello que conlleve a 
apartarnos de Dios (Efesios 4:30) 
 c. Sumisión al Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19) 
 d. Dependencia del Espíritu (Gálatas 5:16) 
 e. Fe en Dios y a su Espíritu (Juan 7:37-39) 
 
 C. 3 Consecuencias principales de una vida plena en el Espíritu 
 
 a. Una nueva forma de expresión (Efesios 5:19a) 
 b. Una vida de alabanza (Efesios 5:19b) 
 c. Una vida de gratitud (Efesios 5:20) 
 d. Una vida de sumisión (Efesios 5:21) 
e. Una vida que manifiesta el fruto del Espíritu 
 (Gálatas 5:22-23) 
 f. Una vida de servicio (Juan 7:37-39) 
 
 
D. CUALIDADES PERSONALES 
 
 Muchos pastores se dan el lujo de ser de una forma en su hogar y de otra 
forma delante de sus hermanos y hermanas en la congregación. Esto 
indudablemente destruye el carácter de su ministerio como pastor. El pastorado 
es más que un trabajo, es una forma de vida, y ésta de humildad ante Dios y ante 
nuestros semejantes. Como líderes de nuestros hogares, debemos dar ejemplo 
 28 
de lo que es un verdadero siervo del Señor con nuestras palabras, conductas y 
hechos. 
 
 No sé cuantas veces se reciben quejas de hermanos que han contado que 
sus pastores tratan mal a sus hijos, hijas, o a sus esposas. Esto causa mucho 
dolor y pena. Si no podemos dirigir bien nuestros hogares, nunca podremos dirigir 
bien nuestras congregaciones. Santiago en su carta declara: «Pero él da mayor 
gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes» 
(Santiago 4:6). 
 
 Un pastor tiene como primera responsabilidad dar ejemplo y mostrar el 
carácter de Dios en su vida. De que vale tener el título de Reverendo o Pastor si 
no se da el ejemplo. Siempre se ha pensado que no hay excusas para no servirle 
al Señor y para no buscar de Dios, pero muchas personas tienen la excusa de que 
fueron heridos por una palabra dura recibida desde el púlpito. Algunos por una 
mala broma gastada por el pastor. Y otros por un descuido pastoral: cuando el 
pastor ignora las necesidades de la congregación, estos lo ignoran como si fuera 
un estorbo y no una bendición para ellos. 
 
 El siervo de Dios tiene una gran responsabilidad en cuanto a su testimonio 
personal, lo que él haga o deje de hacer impactará de manera muy profunda en 
las personas que están dentro del círculo de su ministerio pastoral. Su forma de 
vida, ya sea positiva o negativa, se convertirá en un modelo a imitar, sea esto 
consciente o inconscientemente. 
 
 Según el apóstol Pablo (2 Corintios 3:2) todo creyente es observado 
detenidamente por los no creyentes, de tal forma que su testimonio personal 
puede impactar para bien o para mal. El ministerio pastoral tiene mayor 
responsabilidad de reflejar en su vida las cualidades personales demandadas por 
el Señor. En el ministerio pastoral es requisito indispensable desarrollar una 
conducta digna de un siervo de Dios (1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9). 
 
 La norma bíblica general es que el siervo de Dios, sea éste pastor, obrero, 
anciano o líder en general, viva en forma "responsable" (1 Timoteo 3:2; Tito 1:6-
7), lo cual no quiere decir "perfecto", pero sí se refiere a una persona cuya 
conducta no puede ser criticada. Irreprensible es una persona cuyas costumbres 
o características, a los ojos de otras personas, no hacen daño a la obra de Dios 
(Daniel 6:4-5; Hebreos 16:2). Sin este requisito indispensable ningún creyente 
debe ocupar un puesto de liderazgo pastoral. 
 
 
D.1 RASGOS DE CONDUCTA NO DESEABLES EN EL MINISTERIO 
PASTORAL: 
 
Desde la perspectiva bíblica se presentan los rasgos de conducta no 
deseables en el ministerio pastoral, pero además aquellos que son 
deseables: 
 29 
 
 a. SOBERBIO (Tito 1:7) 
 Se debe evitar el orgullo o arrogancia, lo cual hace que una persona 
se crea superior a los demás y por lo tanto busque siempre que su 
opinión se imponga a la de otras personas. 
 
 
 b. IRACUNDO (Tito 1:7) 
 El líder no debe enojarse con facilidad ni perder el control de sí 
mismo, pues esto puede conducirlo a realizar actos fuera de la 
voluntad de Dios. 
 
 c. DADO AL VINO (Tito 1:7; 1 Timoteo 3:3) 
 Se aplica primeramente al hecho de no ser adicto a las bebidas 
alcohólicas como un hábito que lo controle. Esta característica, 
como un principio de ética cristiana, toma en cuenta los elementos 
culturales de los diferentes grupos de personas en el mundo. 
 
 d. PENDENCIERO (Tito 1:7; 1 Timoteo 3:3) 
 Esta característica negativa tiene que ver con una marcada 
tendencia a discutir por cualquier motivo y a buscar pleitos con 
cualquier persona. Las personas con esta característica 
generalmente buscan hacer daño a otros ya sea en forma física o 
emocional. 
 
 e. CODICIOSO DE GANANCIAS DESHONESTAS (Tito 1:7; 
1 Timoteo 3:3) 
La motivación para servir al Señor nunca debe ser lo económico, el 
dinero no debe constituirse en la meta suprema de la vida. El líder 
cristiano no debe usar su posición para su propia ganancia. Pero 
tampoco debe creer que Dios lo llamó a miseria y que lo poco que 
recibe es lo único que puede aspirar. 
 f. AVARO (1 Timoteo 3:3) 
 Es el deseo descontrolado de querer tener más cosas temporales, no 
conformándose con lo que ya posee. La exhortación del apóstol 
Pablo en cuanto a buscar las cosas de arriba (Colosenses 3:1-2) está 
en contraste con una actitud insaciable por obtener las cosas 
temporales de esta tierra. 
 
 g. NEOFITO (1 Timoteo 3:6) 
 El líder cristiano no debe ser un nuevo creyente, porque éste por su 
falta de madurez fácilmente puede caer en la vanidad o el orgullo. 
Es necesaria la madurez espiritual que se evidencie en una vida 
consecuente, un continuo prepararseformalmente en la Palabra de 
 30 
Dios y en todo aquello que contribuya a su mejor desempeño 
ministerial. 
 
 
D.2 RASGOS DE CARÁCTER DESEABLES EN EL MINISTERIO 
PASTORAL: 
 
a. ES UN HOSPEDADOR POR EXCELENCIA 
 (Tito 1:8; 1 Timoteo 3:2) 
 El líder debe tener una actitud servicial hacia otras personas, 
especialmente con los extranjeros o con las personas que no conoce. 
Es la actitud generosa de compartir lo que se posee, de abrir las 
puertas de la casa para hospedar a alguna persona en circunstancias 
especiales. Esta es una actitud sacrificial. 
 
 
 La excepción en este caso la presenta Juan en su segunda carta, no 
se debe hospedar a los que enseñan falsas doctrinas, porque el que 
lo hace participa de sus malas obras (2 Juan 10-11). 
 
 
 b. ES AMANTE DE LO BUENO (Tito 1:8) 
 Es la actitud de amar siempre lo bueno, de desear el bien ajeno. 
Esta característica contrasta con una actitud de egoísmo y también 
de no apañar el pecado, a todas luces, nefasto en la obra de Dios. 
 
 
 c. ES PRUDENTE Y SENSATO (Tito 1:8; 1 Timoteo 3:2) 
Esta característica tiene que ver con la manifestación de 
discernimiento para ver las cosas de un modo correcto. Es la 
capacidad de analizar las cosas desde la perspectiva de Dios. 
 
 
 d. DEBE SER JUSTO (Tito 1:8) 
Tiene que ver con una actitud correcta hacia las leyes humanas, es 
decir, la capacidad y disciplina para obedecerlas. El pastor que es 
justo hace lo correcto con los demás, sin acepción de personas. Esta 
característica es sumamente necesaria en el ministerio, 
particularmente hoy en el mundo en el que vivimos. 
 
e. ES SANTO (Tito 1:8) 
Tiene que ver con una actitud correcta hacia las leyes divinas, tiene 
la capacidad y la disciplina para obedecerlas. El pastor que tiene 
esta característica hace lo correcto en relación con Dios. 
 
 f. ES DUEÑO DE SÍ MISMO (Tito 1:8) 
Tiene que ver con una actitud correcta en relación consigo mismo; 
con autodisciplina para controlar los deseos carnales. 
 31 
 
 g. MANTIENE UNA SOBRIEDAD (1 Timoteo 3:2) 
Es la actitud de prevención frente a las tentaciones de Satanás. El 
líder sobrio ejerce auto-control, lo cual lo hace calmado, cuidadoso y 
cauteloso. 
 
 h. ES SUMAMENTE DECOROSO (1 Timoteo 3:2) 
Es la correcta manera de vivir delante de otras personas, su 
comportamiento es ordenado y manifiesta una excelencia moral en 
todos los aspectos. 
 
i. APTO PARA ENSEÑAR (1 Timoteo 3:2) 
Esta característica puede ser entendida desde dos puntos de vista: 
a. La capacidad de comunicar la Palabra de Dios a otras 
personas, según sea el contexto de éstas. 
 
b. La disposición a ser enseñado por otros, escuchando sus 
opiniones y sugerencias. La capacidad de buscar de 
alguna manera la superación personal. 
 
 j. ES AMABLE (1 Timoteo 3:3) 
La amabilidad tiene que ver con una actitud de interés por las 
personas que le rodean. El pastor amable es muy gentil y paciente. 
 
 k. ES APACIBLE (1 Timoteo 3:3) 
El pastor apacible es un mediador en los conflictos de otros, 
promueve la paz entre hermanos. Tiene la virtud de calmar a las 
personas alteradas por un conflicto o pleito. El problema no es tener 
problemas, sino que el problema es que el Pastor sea el problema. 
 
 l. DE BUEN TESTIMONIO DE LOS DE AFUERA (1 Timoteo 3:7) 
Enfoca la manera de vivir de un creyente en su relación con los no 
creyentes, es la buena fama que se debe ganar frente a los que no 
conocen al Señor. ¿Le importa lo que la gente diga de usted? A 
Jesús sí le importó. 
 
 
 
E. EL CARÁCTER DEL PASTOR 
 
El pastor ha sido llamado a tener características muy particulares: 
 
E.1 ES UN SERVIDOR 
 
 El pastor tiene que ser un servidor. La palabra servidor es simplemente uno 
que se presta para servir. El pastor nunca hace las cosas de «mala gana» sino 
siempre se ocupa de hacer todo con humildad y amor. Desde su corazón emite la 
 32 
humildad de un verdadero amigo de Dios. El siervo del Señor Charles Finney, 
decía que los verdaderos amigos de Dios pensaban primeramente en hacer lo 
bueno para Dios y en hacer lo bueno para su prójimo. Haciéndolo así cumplían 
los diez mandamientos en dos mandamientos: «Amarás al Señor tu Dios con todo 
tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu 
prójimo como a ti mismo» (Lucas 10:27). 
 
 El primero indica un amor supremo a un Dios digno de ese amor. Dios no 
demanda de nosotros un amor a medias, sino un amor único y completamente 
dedicado a él y para él. No podemos amar a Dios parcialmente, en un área sí en 
otra no. El amor que Dios demanda de sus hijos es un amor supremo y digno del 
Dios del universo. 
 
 El segundo amor indica un amor sincero a nuestros semejantes. Un amor que 
demuestra nuestro amor hacia Dios y verifica nuestra relación con él. Dios es 
amor. El que sirve a Dios de corazón ama a su hermano y a su hermana. Nadie 
que no ama a su hermano ama a Dios, simplemente es así. Como siervos del 
Señor y ministros del evangelio de Cristo nuestra mayor disposición debe ser para 
servir. Todo pastor tiene la obligación de entender sus privilegios y también sus 
responsabilidades. 
 
 Nos gozamos en las cosas que Dios nos permite lograr y en los éxitos del 
ministerio, pero también tenemos que gozarnos haciendo el bien, levantando a los 
caídos y dar por gracia lo que por gracia hemos recibido. El que recibe gracia no 
tiene temor de dar por gracia de Dios lo que ha recibido. Ningún árbol bueno da 
frutos malos y ningún árbol malo da frutos buenos. Cada cual da lo que tiene, lo 
que produce una persona a través de sus palabras y sus hechos definen lo que 
ella realmente es en su interior. 
 
 Muchas veces escuchamos cuando la gente dice: Aquel es un hombre bueno; 
aunque tiene cosas malas y no hace todas las cosas bien, su corazón es bueno y 
tiene buenas intenciones. La verdad es que nadie hace lo malo queriendo hacer 
lo bueno. Cuando una persona le falta a Dios lo hace a propósito. Si nos 
dedicamos a vivir para él tendremos la victoria en el Señor por su Espíritu Santo. 
Como decía Charles Finney: «Los verdaderos amigos de Dios siempre se ocupan 
de hacer la voluntad de Dios, y esa voluntad es servir». 
 
 
E.2 ES BONDADOSO 
 
 El verdadero siervo de Dios es bondadoso. La bondad es un fruto del Espíritu 
Santo, una manifestación del fruto santo que Dios cultiva en nuestras vidas a 
través de su Espíritu. Cuando una persona expresa la bondad del Señor, expresa 
el fruto del Espíritu. El apóstol Pablo nos dice en su epístola a los Gálatas: «Mas 
el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de 
Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el 
 33 
Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, 
irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros» (Gálatas 5:22). 
 
 Aquí Pablo le dice a la Iglesia que el Espíritu de Dios produce fruto en la vida 
de los creyentes verdaderos, los que buscan crecer en el Señor y dan todo por 
estar en su voluntad. La bondad es un fruto del Espíritu Santo. El pastor tiene 
que tener bondad para con todos. Este es un fruto que no vemos en la vida de 
muchos. Hay personas que dicen que pueden contar con sus dedos las personas 
que conocen que en verdad pueden ser llamadas bondadosas. Jesús era y es el 
perfecto ejemplo de la bondad. Él era bondadoso, siempre pensaba en el bien de 
los demás, siempre buscaba ayudar a los que buscan su ayuda. Jesús jamás 
despreció a nadie. Siempre estaba presto para dar su mano sanadora a todo 
aquel que necesitaba de su sanidad. Estando Jesús en la sinagoga un día de 
reposo hizo un milagro que impactó a los más sinceros incrédulos: 
 
 «Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y 
enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. Y le 
acechaban los escribas y los fariseos, para ver

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