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RELACIÓN MÉDICO PACIENTE

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RELACIÓN MÉDICO PACIENTE
la conexión entre el paciente y su médico es una de las relaciones más extraordinarias que pueden establecerse entre dos seres humanos, el eje vertebrador de la profesión. En cuestión de minutos, dos extraños —el paciente y el sanador— comienzan a debatir detalles íntimos de la vida de una persona. Una vez generada una relación de confianza, el paciente se sentirá cómodo y podrá exponer los detalles más personales de su enfermedad. Está claro que debe establecerse un vínculo fuerte.
Una buena y asertiva relación médico-paciente es fundamental para la consulta y llegar al objetivo en común que es la salud del paciente, para así encontrar los problemas que aquejen al paciente la mejor manera de solucionarlos a su lado. 
¿Qué ha cambiado en la relación médico paciente?
· La ultraespecialización: se pierde la integridad y complejidad humana
· La introducción de las leyes del mercado: provoca que el paciente sea visto como un objeto de lucro, únicamente como un cliente que está pagando por un servicio, y no como una persona doliente y necesitada de ayuda.
· La actitud del medico
Estructura de la relación médico-paciente
1. El fin propio de la relación: el objetivo final es la salud del paciente, tanto el médico como el paciente están allí para ello.
2. El modo propio de la relación: es la equilibrada combinación de las operaciones necesarias para el dx y tto junto al acompañamiento durante el proceso de la enfermedad
3. El vínculo propio: aquí es donde entra en juego lo que es la filantropía o el amor al prójimo. Parecelso dijo “Es el amor el que nos hace aprender el arte de la medicina”.
4. La comunicación: el conjunto de recursos técnicos en el que predomina la palabra para poder realizar las operaciones necesarias para el dx y tto. 
Relación bioética
Esta se basa en principios éticos y morales que guían la interacción de ambas partes, para así promover confianza, respeto, autonomía y bienestar. Algunos puntos clave son:
1. Autonomía del paciente, su derecho a tomar decisiones informadas sobre su propia salud y tratamiento, donde el médico debe respetar y fomentar esta toma de decisiones informada y a su vez proporcionar la información relevante para ello.
2. Beneficiencia: es el no hacer daño, extremar los posibles beneficios y minimizar los riesgos.
3. Justicia: La relación médico-paciente debe ser justa, asegurando que todos los pacientes reciban una atención médica adecuada y equitativa, independientemente de su origen étnico, religión, género, orientación sexual, estatus socioeconómico, entre otros factores.
4. Confidencialidad: el conocido secreto médico. LA privacidad y confidencialidad son importantísimas para generar esa confianza que necesitamos que el paciente deposite en nosotros. Debe estar seguro de que cualquier patología o información que no quiere que otras personas conozcan están completamente a salvo con nosotros puesto que puede derrumbar toda la relación y por lo tanto el acceso a la información en un futuro.
5. Consentimiento informado: podemos tomar como ejemplo el caso Canterburry vs Spencer en 1972 donde el Sr Canterburry fue sometido a una cirugía de columna vertebral realizada por el Dr Spencer, pero el Dr no le informó de los posibles riesgos de la operación y el hombre resultó parapléjico. 
La relación médico-paciente afecta la entrevista
Una regla importante para mejorar las entrevistas es escuchar más, hablar menos e interrumpir poco. Las interrupciones alteran el ritmo del pensamiento del paciente. Como decía el profesor, hay que dejar que el paciente nos cuente su historia y dejarlo que lleve mayormente las riendas para poder extraer toda la información posible. A su vez, hay que tratarlo con respeto, sin contradecir o imponer nuestros principios en nuestro tiempo con el. Hay que mostrar interés en la historia. 
EVITAR LA DESPERSONALIZACIÓN o DESHUMANIZACIÓN
Durante el ingreso hospitalario, los pacientes pueden sentir deshumanización. Muchos enfermos se encuentran en un entorno desconocido, desnudos sobre una cama, mientras gente vestida entra y sale de la habitación, les tocan o les dicen lo que tienen que hacer, etc. Pueden estar asustados, su futuro está lleno de incertidumbres. Al ingresar en el hospital, al paciente se le quita su ropa y a veces su dentadura, sus gafas, su audífono y otras pertenencias personales. En la muñeca se les pone una pulsera de identificación con su nombre y pasan a ser «el paciente 9W-310». Esto baja aún más la moral del enfermo.

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