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UNIDAD 11 ZOOTECNIA APICOLA

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UNIDAD 11 
ZOOTECNIA APÍCOLA 
Adriana Correa Benítez 
Ernesto Guzmán-Novoa 
 
INTRODUCCIÓN 
El proceso evolutivo de las abejas productoras de miel (Apis mellifera) se asocia 
con la aparición y difusión de las plantas que tienen flores. Hace unos 100 
millones de años, cierta familia de avispas comenzó a diferenciarse entre ellas 
para aprovechar una nueva y creciente fuente de alimentos, néctar y polen que 
ofrecían las plantas. Estas avispas adaptaron su aparato bucal para succionar el 
néctar de las flores, su cuerpo se cubrió de pelos plumosos para recoger los 
granos de polen y las patas posteriores se hicieron progresivamente más amplias 
para poder llevarse cada vez más polen al nido. Este proceso se convirtió en un 
fenómeno de coevolución: las plantas producían más semillas con la polinización 
de los insectos e intentaban atraerlos con la recompensa de los alimentos 
ofrecidos por sus flores. Hace unos 35-40 millones de años aparecieron las 
primeras abejas del género Apis. (Crane 1990). 
 
Como antecedentes históricos, el arte pictórico primitivo nos ha dejado escenas de 
la coexistencia entre el ser humano y las abejas, nos muestra la importancia que 
entonces tuvo la recolección de miel y cera en las colonias silvestres, por ejemplo 
las pinturas encontradas en la Cueva de la Araña, en Bicorp (Valencia, España), 
las cuales fueron realizadas hacia el año 7.000 a.C. aproximadamente, o bien las 
pinturas descubiertas en las cuevas y refugios de las 
Montañas Drakensberg (Natal, 
Sudáfrica), con un sorprendente 
parecido unas con otras a pesar de la 
gran distancia geográfica que las 
separa (Crane 1990). 
 
El hombre primitivo ejercía el papel 
de depredador sobre las colonias 
silvestres ya que, una vez localizada 
la colmena en el hueco de un árbol o 
en la grieta de una roca, utilizaba el 
fuego y el humo para desalojarla y así 
poder recoger su botín, provocando en ocasiones la muerte de 
la colonia. Aún hoy utilizado como método de recolección de miel con pocas 
variaciones en cuanto a su manejo (Dadant 1999). 
 
Los centros de cultura más antiguos se encontraban en el Medio Oriente, en 
zonas calurosas, secas y abiertas, sin forestación. Ahí las primeras colmenas 
consistían en vasijas de barro, donde acomodaban algunas colonias de abejas. 
Estas vasijas de barro fueron fabricadas durante casi todo el período neolítico, 
posiblemente desde 5,000 a. C. Los jarros empleados en la transportación de 
agua todavía se utilizan como colmenas en algunos países del Mediterráneo. 
La apicultura propiamente dicha, comenzó cuando el hombre aprendió a proteger, 
cuidar y controlar el futuro de las colonias de abejas que encontró en árboles 
huecos o en otras partes. Al transformarse de cazador nómada en agricultor y 
pastor sedentario, se proveyó de troncos huecos de árboles para sustituir las 
viviendas originales de las abejas. El reunir colonias aisladas y formar con ellas un 
colmenar o apiario, simplificaba mucho las labores de vigilancia de las mismas 
para protegerlas de sus enemigos (animales salvajes, otros hombres, etc.), 
proveerlas de protección contra los elementos naturales (vientos, excesivo calor o 
frío, incendios, etc.) o simplemente para facilitar la captura de nuevos enjambres 
para aumentar el número de colonias o reemplazar las que habían muerto o 
desaparecido por otras causas (Crane 1990). 
Las colmenas primitivas eran generalmente pequeñas, las piqueras eran 
suficientemente chicas para ser defendidas por las abejas; además, existía otra 
abertura para uso del apicultor cuando quería sacar miel y cera, que constituía su 
cosecha. La apicultura primitiva apenas consistía en proveer las colmenas y matar 
las abejas (por ejemplo, sumergir la colmena en agua hirviendo) para conseguir 
miel y cera. 
 
Uno de los pueblos de la antigüedad que con 
mayor detalle nos legaron sus técnicas apícolas 
fueron los egipcios. En sus bajorrelieves (2,500 a. 
C.) describen con detalle tanto el tipo de colmena 
utilizada, como la forma de extracción de miel y los 
métodos de almacenamiento y conservación de 
ésta. Contaban con aproximadamente 900 
remedios o fórmulas medicinales que usaban 
habitualmente, de éstos más de 500 contenían 
miel entre sus componentes. En el año 1580 – 
1350 a. C. una pintura mural de la 18° dinastía de 
Tabas, representa un hombre que lleva panales de 
miel, uvas, y abejas revoloteando sobre los 
panales, demostrando así el manejo que tenían de las abejas (Dadant 1999). 
 
Existen documentos los cuales atestiguan que la apicultura migratoria era común 
en Egipto, movilizaban colmenas del norte al sur, navegando a través del río Nilo 
buscaban lugares con mayor floración, lo que hoy en día se conoce como 
trashumancia. 
Otro pueblo que dedicó cuidado y estudio a la abeja, fue el Griego (750 a. C.). Se 
han encontrado restos de vasijas de cerámica que fueron usadas como colmenas 
para las colonias de abejas, siendo prácticamente iguales a las utilizadas hoy en 
día por algunos apicultores griegos (Dadant 1999). 
 
Los romanos tuvieron gran estima por las abejas y a los productos de la colmena. 
Como reflejan las obras de Columela, Plinio el Viejo, Varrón y otros escritores. En 
esos textos, no sólo se observa un profundo amor y admiración por las abejas y su 
mundo, sino que además, indican un grado de conocimiento sobre manejo (solían 
alimentar a las abejas), enfermedades que las afectaban, e incluso leyes sobre 
apicultura, era el reflejo del nivel de manejo apícola de ese momento (Dadant 
1999). 
La abeja Apis mellifera por presiones biológicas y 
humanas se diversificó en varias razas 
geográficas, entre las cuales destacan A. m. 
mellifera, A. m. carnica, A. m. caucásica, A. m. 
ligustica, , etc. 
 
Cuando el hombre cambia de ser un simple 
recolector a un productor, comienza una nueva 
etapa en la historia de la apicultura, con el 
desarrollo, invención y descubrimiento de nuevas 
técnicas de manejo para volverla más eficiente. Los inventos más relevantes se 
mencionan en la siguiente tabla. 
 
Tabla 1. Inventos más importantes en el desarrollo histórico de la Apicultura 
Invento Año publicado Desarrollado por País 
Colmenas con bastidores móviles 1851 L.L. Langstroth EUA 
Cera estampada 1857 J. Mehring Alemania 
Extractor de miel centrífugo 1865 F. Hruschka Austria 
Ahumador 1875 M. Quinby T.F. Bingham EUA 
Cría de reinas con celdas artificiales 1889 G.M. Doolittle EUA 
Instrumental para inseminación de 
reinas 1926 L.R. Watson EUA 
(Crane 1990). Modificado. 
Con la aparición de estos implementos y equipos apícolas, nacen nuevas técnicas 
de manejo y la apicultura da un salto importante en cuanto a tecnificación, lo que 
generó el desarrollo de la apicultura moderna. 
Además, se han desarrollado estudios científicos importantes sobre la biología de 
la abeja, comportamiento, genética, patología, que han permitido la obtención de 
otros productos diferentes a la miel y cera, como: polen, propóleos, jalea real y 
veneno. Asimismo, el aprovechamiento de las abejas para la actividad biológica 
más importante, la polinización de cultivos. 
Antecedentes de la apicultura y la importancia de las diferentes especies de 
abejas manejadas en México 
Melipona y Trigona 
 
En América no existían las distintas especies 
del género Apis, por lo que las culturas 
establecidas en las zonas tropicales y 
subtropicales utilizaron otro grupo de abejas 
de la familia Meliponinae o abejas sin 
aguijón. De éstas, las culturas 
mesoamericanas lograron cultivar diversas 
variedades de los géneros Melipona y 
Trigona, entre las que tuvo particular 
importancia la especie Melipona beecheii 
Bennett, que se utiliza todavía en Yucatán y 
a la que en idioma maya se denomina Xuna`an-Kab, Kolel`Kab o Po`ol-Kab. 
(Labougle, Zozaya 1986). 
 
A la actividad dedicada a la explotación de la abeja Melipona se le denomina 
meliponicultura. En la península de Yucatán, ésta actividad se desarrollo con 
gran auge. Los mayas llevaban a cabo la explotación de los meliponidosrobando la miel de las colonias silvestres. Años después, cortaban los troncos 
en los que existían los nidos, los transportaban al alero de su vivienda y eran 
cuidados hasta el momento de la cosecha. (Labougle, Zozaya 1986). 
 
La protección de los nidos naturales seguramente 
enseñó al meliponicultor sobre la necesidad que tenían 
las colonias de recursos florales y su susceptibilidad a 
factores físicos como lluvia y viento. De esta manera 
aprendieron a proteger sus "colmenas" dentro de chozas 
y a colocar sus troncos en un armazón especialmente 
diseñado, las cuales constituirían el equivalente 
funcional de un apiario moderno. Esta actividad alcanzó 
una eficiencia a la efectuada con A. mellifera en la 
Europa de los siglos XVI al XVIII, especialmente en lo 
que se refiere a producción y reproducción de colonias, 
mecanismos para reducir la enjambrazón, etcétera. 
Fernández de Oviedo en su historia general y natural de las indias, describe la 
actividad apícola y el intenso cuidado de las abejas que tenían los mayas durante 
la colonia; asimismo resulta evidente que la meliponicultura en esa época estaba 
más extendida que la apicultura en cualquier país europeo. (Labougle, Zozaya 
1986). 
 
El documento más antiguo sobre aspectos relacionados con la meliponicultura en 
la península de Yucatán es el códice Troano, el cual hace mención de las 
festividades religiosas de los meliponicultores; festejos similares fueron descritos 
por el obispo Diego de Landa, quien comenta que durante los meses de Tzec 
(noviembre) y Mol (diciembre), los meliponicultores celebraron fiestas dedicadas 
principalmente al Dios Ah-Muzenkab para asegurar un buen flujo de néctar. Uno 
de los usos de la miel importantes para los Mayas, desde el punto de vista 
religioso fue la bebida llamada “balché” que es elaborada con agua y la corteza 
del árbol del mismo nombre (Lonchocarpus longistylus pittier). (Labougle, Zozaya 
1986). 
 
Además de ser el tributo que los campesinos mayas pagaban a los "halach-
uinics", la miel fue objeto de un intenso comercio que realizaban desde Tabasco, 
por mar con Honduras (Ulúa) y Nicaragua, así como con el imperio mexica. A 
cambio de miel y cera, los mayas 
probablemente recibían semillas de cacao y 
piedras preciosas. 
La cera recogida por los españoles se 
comercializaba a través de los puertos de 
Sisal, en Yucatán y de Campeche, hacia el 
puerto de Veracruz y a otros del Imperio 
Español; por ello, a la cera de M. beecheii, 
que en realidad es un cerumen (mezcla de 
cera con propóleos), se le conoció como 
cera de Campeche. (Labougle, Zozaya 1986). 
 
En general, la estructura económica tributaria y el sistema de explotación de las 
meliponas se mantuvieron durante toda la Colonia, por lo que la llegada de la 
abeja europea a México no fue a través de Yucatán, ya que en esta región se 
realizaba la meliponicultura y los meliponicultores se opusieron a trabajar con una 
abeja que “picaba”, además de que no tenían necesidad económica, debido a que 
la meliponicultura estaba bastante desarrollada y cubría en su totalidad la 
demanda de miel y cera. 
 
Apis mellifera 
La introducción de la abeja europea a México no fue directa, existe evidencia que 
las abejas europeas de la raza Apis mellifera mellifera (se caracteriza por ser de 
color negro), fueron introducidas sin éxito productivo en Florida a fines del siglo 
XVII con fines económicos, cuando esta península era posesión española. 
Para mediados del siglo XVIII, sólo se podían encontrar en la península 
poblaciones silvestres de esta abeja. Sin embargo, en 1764 se llevaron a Cuba 
colonias de Apis mellifera mellifera provenientes de Florida; la actividad cobró gran 
importancia y tuvo una rápida dispersión en la isla. Es muy probable que haya sido 
entonces cuando se introdujo desde Cuba, la abeja europea, en la Nueva España 
en los estados de Veracruz y Tabasco. A pesar de que no existe ningún 
documento conocido que proporcione la fecha exacta de su incorporación, algunas 
evidencias indirectas sugieren que dicha introducción tuvo lugar a fines de 1760 o 
principios de 1770 y ésta se dio sólo en la región central del país (Labougle, 
Zozaya 1986). 
La introducción de la abeja 
europea en Yucatán se llevó a 
cabo desde Estados Unidos sin 
logros productivos significantes. La 
abeja europea Apis mellifera 
ligustica (conocida como la abeja 
italiana) llegó a México después 
del año 1911, es la raza de abejas 
más difundida a nivel mundial por 
sus características, de docilidad, 
baja enjambrazón y productividad 
(Labougle, Zozaya 1986). 
 A la par del manejo establecido con la abeja italiana, hay un periodo importante 
en el desarrollo tecnológico apícola al implementar los marcos móviles, que se 
difundieron a nivel mundial de forma importante después de 1920 y es en este 
momento cuando México destaca como país productor de miel en el mercado 
internacional ocupando los primeros lugares de producción y exportación. 
 
Abeja africanizada 
En 1956 se introdujeron abejas africanas (Apis mellifera scutellata) a Brasil para 
establecer un programa de mejoramiento genético con el objetivo de desarrollar 
abejas más productivas y mejor 
adaptadas a condiciones tropicales 
que las abejas europeas 
(predominantemente Apis mellifera 
mellifera) que se trabajaban (Kerr 
1967). Como consecuencia de este 
programa, colonias de abejas 
africanas se establecieron de 
manera silvestre y se cruzaron con 
las abejas europeas locales, 
produciéndose así las abejas 
africanizadas. 
 
Entre los rasgos indeseables de las abejas africanizadas están su alto 
comportamiento defensivo y migratorio, su tendencia a abandonar las colmenas 
(evasión) y su baja productividad (Guzmán-Novoa y Page 1994b), características 
completamente opuestas a las abejas europeas que se venían trabajando en 
México. 
Las abejas africanizadas han migrado y hoy día se encuentran en todos los países 
de América central y del sur, con excepción de Chile; llegaron a nuestro país 
desde finales de 1986, año en que entraron los primeros enjambres a través de la 
frontera con Guatemala, después de 29 años de migración desde Brasil (Moffett et 
al. 1987). Los enjambres de estas abejas continuaron dispersándose por el país, 
incluyendo los estados del altiplano durante 1989 y 1990. Para 1993 ya se habían 
detectado en todos los estados de México con excepción de Baja California Sur, 
donde el desierto ha sido una barrera natural que ha dificultado su llegada 
(Guzmán-Novoa y Page 1994b). 
 
Las abejas africanizadas entraron a los Estados Unidos en 1990 (Sugden y 
Williams 1991). Actualmente se encuentran en los estados de Texas, Nuevo 
México, Arizona y California y su avance parece haberse estancado debido a 
varios factores entre los que destacan las bajas temperaturas invernales y 
diferencias en el fotoperiodo, a los que no se adaptan bien las abejas tropicales 
(Schneider et al. 2004). 
 
El alto comportamiento defensivo 
es la característica más indeseable 
de las abejas africanizadas. Varios 
estudios han demostrado que las 
abejas africanizadas son 
significativamente más defensivas 
que las abejas europeas (Stort 
1974,1975, Collins et al. 1982, 
Guzmán-Novoa y Page 1993) y 
que esta característica es 
altamente heredable (Stort 1975, 
Collins et al. 1984). Además, esta 
característica parece ser genéticamente dominante (Stort 1975, Guzmán-Novoa y 
Page 1994a, Guzmán-Novoa et al. 2002). 
 
En México, la alta respuesta defensiva de estas abejas ha ocasionado miles de 
accidentes de picaduras a personas, de las cuales más de 300 han muerto. 
Personal del PNCAA, así como de protección civil y de los cuerpos de bomberos, 
han eliminado un promedio de más de 100,000 enjambres cada año; estas 
capturas han prevenido un mayor número de incidentes de picaduras y fatalidades 
(Cajero 1995, PNCAA 1998). Por otro lado, aunque no existen estadísticas sobre 
el número de animales muertos, éste seguramente es de miles, a juzgar por lo 
común que es escuchar quejassobre animales picados y muertos en todas las 
regiones apícolas de México. 
 
La consecuencia directa de esta agresividad sobre la apicultura, es que los 
apicultores abandonan la actividad o reducen su número de colmenas, pues el 
encontrar sitios apropiados para establecer apiarios se ha dificultado. Los dueños 
de terrenos no aceptan fácilmente el establecimiento de apiarios y los lugares en 
donde se pueden colocar por no representar problemas de accidentes, son 
generalmente poco accesibles como para darles una atención adecuada a las 
abejas. 
 
Sistemas de producción y parámetros productivos 
Norte
Pacífico
Gólfo
Península
CentroCentro
Regiones apícolas de MéxicoRegiones apícolas de México
México se divide en cinco grandes 
regiones apícolas, dependiendo del 
clima, suelo, vegetación predominante y 
las características generales de los 
sistemas de producción empleados en 
las abejas. 
Región Norte 
Es la de mayor extensión con 
aproximadamente 930,000 km2; su 
vegetación es de tipo xerófila con 
importantes áreas de pastizal, bosque 
espinoso y coníferas. Se estima que en 
ésta región existen un total de 156,498 
colmenas, propiedad de unos 2,238 productores que obtienen anualmente 
alrededor de 3,571 toneladas de miel con un rendimiento promedio por colmena 
de 23 Kg. y 157 toneladas de cera1. El porcentaje de colmenas rústicas es todavía 
alto, a pesar de ser la región de mayor extensión; su apicultura esta poco 
desarrollada debido a sus tipos de vegetación ya que presenta una estación 
invernal adversa. 
 
Durante los últimos años, en algun
importantes se 
 limitaciones, ésta área 
Central 
denominada meseta central, con una superficie aproximada de 
 
as áreas se ha incrementado la actividad 
apícola con una producción moderada de 
miel de excelente calidad. También está 
aumentando la utilización de las abejas para 
la polinización de cultivos, como por ejemplo 
huertos de frutales de manzanos y cultivos 
intensivos de valles irrigados. 
Las épocas de floración más 
presentan de marzo a mayo y, en las tierras 
de mayor precipitación, ocurren también de 
agosto a octubre. 
A pesar de sus
presenta posibilidades moderadas para el desarrollo de la apicultura, además de 
requerir de un buen nivel técnico, y de ser de carácter migratorio para la selección 
de micro-regiones (Labougle, Zozaya 1986). 
Región 
Comprende la 
390,000 km2. La vegetación predominante en orden de importancia es: matorral 
serófilo, bosque espinoso, pastizal, bosque de coníferas y de encinos y bosque 
tropical caducifolio. Se estima que cuenta con 444,897 colmenas, propiedad de 
unos 7,933 apicultores, que producen al año 12,392 toneladas de miel con un 
 
1 SAGARPA. 2003. Fuente: Servicio de Información y Estadística Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) y 
SAGARPA. 
rendimiento promedio por colmena de 28 kg. y 643 toneladas de cera2. A pesar de 
su desarrollo técnico es la región con mayor número de colmenas rústicas. El 
clima predominante es el subtropical de tierras altas, también denominado clima 
de altiplano, que presenta generalmente dos épocas de floración: la primera, en 
abril y mayo en plantas perennes, y la segunda, en los meses de septiembre a 
noviembre, en plantas anuales que se desarrollan entre el cultivo del maíz. 
(Labougle, Zozaya 1986). 
 
La principal limitante de ésta región es que, en las partes de mayor altitud, algunos 
años se presentan heladas tempanas; por el contrario, las partes bajas tienen la 
limitante de una precipitación insuficiente, lo que provoca malas cosechas de miel. 
La miel que se produce en las colmenas técnicas es de excelente calidad, color 
ámbar extraclaro, aroma y sabor muy agradables y bajo contenido de humedad. 
Por ser la región más poblada del país, los apicultores destinan el mayor 
porcentaje de su producción, para abastecer el mercado interno de miel. 
Región del Pacífico 
Comprende desde la vertiente de la Sierra 
Madre Occidental hasta el Océano 
Pacífico, y desde el estado de Sinaloa 
hasta la frontera con Guatemala; tiene 
una superficie aproximada de 260,000 
km2 y la vegetación predominante son los 
bosques tropicales caducifolios y 
subcaducifolios, aunque también presenta 
bosque espinoso y en algunas áreas con 
mayor altitud, bosque con coníferas y 
encinos. 
En términos generales, la región es muy favorable para la explotación de las 
abejas, tanto por su vegetación néctar-polinífera como porque posee una 
adecuada precipitación. Se estima que cuenta con 377,276 colmenas, explotadas 
por al rededor de 6,258 apicultores que obtienen anualmente 12,226 toneladas de 
miel con un rendimiento promedio por colmena de 32 Kg. y 802 toneladas de 
cera3. La época más importante de floración se presenta al finalizar la temporada 
de lluvias de octubre a diciembre, especialmente en plantas anuales. En primavera 
florecen varios arbustos y árboles de los cuales se obtiene otra cosecha de miel 
con características muy variables y que posee un alto porcentaje de humedad, por 
lo que se vende a un precio menor. La mayor parte de ésta miel se exporta 
(Labougle, Zozaya 1986). 
 
Región del Golfo de México 
Comprende desde la vertiente de la Sierra Madre Oriental hasta la costa del Golfo 
de México, ocupando un área de 250,000 km2; su mayor extensión está cubierta 
 
2 SAGARPA. 2003. Fuente: Servicio de Información y Estadística Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) y 
SAGARPA. 
3SAGARPA. 2003. Fuente: Servicio de Información y Estadística Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) y 
SAGARPA 
por bosque tropical perennifolio, con áreas importantes de bosque tropical 
caducifolio. En su extremo norte presenta también vegetación xerófila y bosque 
espinoso. Se estima que existen 271,307 colmenas, propiedad de 2,516 
apicultores, con una producción de 10,148 toneladas de miel con un rendimiento 
promedio por colmena de 37 Kg. y 548 toneladas de cera4. Las cosechas se 
realizan en noviembre y durante los meses de abril a junio. 
En ésta región se producen las mieles 
más costosas, en especial la llamada 
miel de azahar de los huertos del 
naranjo, durante los meses de marzo 
y abril. En contraste, presenta áreas 
donde predomina el mangle de cuyo 
néctar las abejas elaboran una miel 
con alta humedad y bajo precio. 
También durante la zafra de las zonas 
cañeras, las abejas recolectan el 
exudado de la caña quemada y luego 
elaboran una miel de coloración 
obscura y baja calidad. 
En términos generales, el potencial apícola de la región es bueno, limitado en el 
norte por heladas y sequías y en el extremo sur por el exceso de lluvias. Gran 
parte de la producción se destina a la exportación, aunque actualmente existe la 
tendencia de vender en el mercado nacional (Labougle, Zozaya 1986). 
Región de la Península de Yucatán 
Comprende los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo que son 
tradicionalmente productores de miel. Con una superficie aproximada de 140,000 
km2; su vegetación original predominante en el noreste es el bosque tropical 
caducifolio, seguido por una franja diagonal de bosque tropical subcaducifolio, con 
amplias extensiones en el Sur y en el Este de bosque tropical perennifolio. Su 
clima es tropical y la vegetación néctar-polinífera es exuberante; en años 
favorables, las floraciones se suceden una a otra desde noviembre hasta junio o 
julio. 
Es la región productora de miel más importante del país; se cosechan 20,553 
toneladas de miel al año con un rendimiento promedio por colmena de 41 Kg., lo 
cual representa la mayor producción en la menor superficie. 
 
4SAGARPA. 2003. Fuente: Servicio de Información y Estadística Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) y 
SAGARPA 
 
En cuanto a producción de cera, esta 
región anualmente produce 333 toneladas. 
Cuenta con 497,810 colmenas explotadas 
por 18,039 apicultores. Cabe señalar que 
las colmenas son del tipo técnico 
Langstroth y las colmenasrústicas 
prácticamente se desconocen. La mayor 
parte de ésta miel se exporta 
principalmente a Europa y Estados Unidos 
(Labougle, Zozaya 1986). 
La Península de Yucatán es por tradición 
una región importante productora de miel a 
nivel mundial, ya que en gran proporción (95%) su producción se destina al 
mercado internacional, siendo inclusive considerado dentro de los primeros 
exportadores y productores de gran calidad en Europa y Estados Unidos, donde la 
miel es altamente demandada por sus características de origen botánico y 
propiedades terapéuticas. 
 
Instalación de un apiario 
La elección de un buen lugar 
garantiza la buena producción de 
las abejas y por lo tanto, la 
remuneración económica para el 
apicultor, sin olvidar que deben ser 
colocados en lugares seguros 
tanto para el apicultor como para 
personas y animales, mínimo a 
200 m de casas habitación, 
caminos y corrales. 
Evitar lugares húmedos, y si es un 
lugar de mucho calor buscar que la zona este sombreada para ayudar a las abejas 
en el control de la temperatura interna de la colmena. 
 
El terreno debe estar nivelado y seco, con una ligera inclinación para evitar 
encharcamientos en temporadas de lluvias. 
 
Se debe ubicar en un lugar donde exista abundancia de flores para garantizar la 
producción de miel y polen (principales alimentos de las abejas), con las piqueras 
orientadas al este para estimular a las abejas a trabajar más temprano y la 
colmena colocada mínimo a 20 cm. del suelo sobre una base metálica, de 
concreto ó bien piedra, tabicón, etc., la que se emplee, debe permitir una visión 
clara hacia la parte de debajo de la colmena, para evitar sustos y accidentes por 
animales indeseables. 
 
El lugar debe estar limpio para evitar que se alojen hormigas, ratones ó cualquier 
otro enemigo de las abejas, de preferencia el apiario se protegerá con barreras 
naturales para evitar vientos fríos y fuertes. 
 
El agua es vital, por lo que debe haber agua potable o corriente a no menos de 
200 m, de no ser así, hay que proporcionarla, No debe permitirse agua estancada 
o contaminada ya que son focos de enfermedades. 
 
Un apiario esta constituido en promedio por 25 a 30 colmenas colocadas en forma 
lineal, circular o asimétrica, pero siempre con una separación mínima entre ellas 
de 1 m, esto para facilitar su manejo y el desplazamiento del apicultor entre las 
colmenas, además entre cada uno de los apiarios debe haber una distancia 
recomendada de 2 a 3 km. 
 
La revisión de los apiarios debe realizarse mínimo cada 15 días para garantizar el 
buen estado de las colonias. 
Cuando las abejas son empleadas en producción podemos obtener de ellas por 
elaboración: miel, cera, jalea real y veneno; por procesamiento: polen y propóleos. 
 
Otra de las labores que realizan las abejas es la polinización de cultivos, en ésta 
se requiere que las colmenas estén distribuidas en todo el cultivo para garantizar 
la correcta fecundación de las flores. La carga de colmenas y la distribución de 
éstas dependerán del producto a polinizar, y la cantidad de hectáreas a cubrir, 
estos cálculos de carga animal, los realizan tanto el agrónomo encargado del 
cultivo como el apicultor. 
 El uso de las abejas para polinización de cultivos es una actividad muy reciente; 
en algunas regiones del norte del país (Sinaloa, Sonora y Chihuahua), del centro 
(Guanajuato y Michoacán) y en Chiapas comienza a ser necesario rentar 
colmenas para polinización, principalmente de frutales (manzana, naranja, 
etcétera) y de hortalizas como el melón, la sandía y el pepino. 
 
Plantas de extracción 
Las plantas de extracción, por 
lo general se encuentran a 
una distancia considerable de 
los apiarios para evitar en lo 
posible el pillaje, aunque 
siempre habrá abejas en el 
lugar porque se van en las 
alzas al cosechar la miel, o 
bien, provienen de enjambres 
silvestres que se encuentren 
en la zona. 
 
Las áreas para el proceso y envasado de miel con las que se cuentan son: área 
de carga y descarga de alzas, áreas de desoperculado, extracción, filtrado, 
sedimentación y envasado de miel. Además de áreas para el trabajo ó limpieza de 
cera, polen, propóleo y bodega de almacenamiento de equipo. 
El buen diseño de una planta de extracción ahorra gastos de energía eléctrica y 
mano de obra, ya que el flujo de la miel es llevado a cabo por gravedad. 
 
Producción Nacional de productos apícolas 
Estadísticas del Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana (PNCAA) 
entre los años 2000 y 2003, indican que la producción promedio fue menor a 
58,000 ton, mientras que la exportación fue de sólo 29,000, lo que representa una 
baja de 11% en la producción y de 40% en la exportación del dulce. 
 
Con base en información estadística, se estima que actualmente existen en 
México alrededor de 1,747,788 colmenas, con un valor aproximado de 20,000 
millones de pesos incluyendo instalaciones y vehículos. En el año 2003 la 
producción de miel fue de de 61,000 toneladas con un precio promedio de $26.00 
(veintiséis pesos m/n) por Kg. de miel. Se obtuvieron 2,483 toneladas de cera; 
además, se produjo poco más de ocho toneladas de jalea real, cerca de 23 ton. de 
polen y poco más de 1.6 ton. de propóleo.5 A nivel mundial, México ocupa el 3er 
lugar como exportador de miel, 5º lugar como productor y 3er. lugar como 
generador de divisas en el sector pecuario. 
Los principales países importadores de productos apícolas mexicanos en orden de 
importancia son: República Federal de Alemania, Estados Unidos, Inglaterra, 
Francia, Suiza, Bélgica y España. 
La polinización de cultivos en México es de diez a veinte veces mayor que el de la 
miel rebasando los 18,000 millones de pesos cada año. 
El consumo nacional de miel de abeja 
es reducido debido en gran parte a 
que la población desconoce sus 
cualidades alimenticias y no 
acostumbra consumirla. Además, los 
envases costosos y un sistema de 
comercialización con un alto margen 
de ganancia, hacen que su precio al 
público esté por encima de las 
posibilidades económicas de la 
mayoría. Sin embargo, paulatinamente 
aumenta el consumo interno de miel, debido en parte a la actual tendencia de 
ingerir productos naturales. Cabe señalar que el consumo anual por habitante es 
de tan solo 360 g. Por otra parte, el consumo de polen es mínimo debido a los 
altos precios que impone el sistema de comercialización, a la poca o nula 
 
5 SAGARPA. 2003. Fuente: Servicio de Información y Estadística Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) y 
SAGARPA 
 
costumbre del público para ingerir éste producto de alto valor proteínico y a que 
pocos apicultores cosechan polen en sus apiarios. 
Perspectivas del Médico Veterinario Zootecnista en el área apícola. 
El médico veterinario dedicado al área apícola tendrá que enfrentarse a la solución 
de una problemática amplia de este sector pecuario. Se describirá la problemática 
general de la apicultura para poder entender la responsabilidad que tiene el 
médico veterinario en esto. 
 
 
El tener abejas agresivas y evasivas aumenta 
los costos de producción porque obliga a los 
apicultores a ubicar sus apiarios en sitios más 
remotos, con el consecuente aumento de los 
costos de transportación y de mano de obra 
(cada hombre trabaja menos colmenas por día 
en relación a trabajar con abejas europeas). En 
lo referente a costos de mano de obra, estos 
aumentan porque las colonias defensivas 
requieren más tiempo de atención para el 
manejo y extracción de miel. Por otro lado, hoy 
día la mayoría de los apicultores cambia las 
reinas de sus colonias más agresivas, cuando 
antes de la llegada de las abejas africanizadas 
menos del 10% lo hacían. 
 
También los costos aumentan por concepto de 
equipo de protección como overoles y guantes 
 que antes no se utilizaban. 
 
Los apicultores mexicanos invierten más recursos en la alimentación artificial (en 
azúcar o fructosa) en las épocas de escasez (secas, invierno y lluvias), ya que de 
no alimentarsea las colonias, muchas de ellas se evaden y obviamente colmenas 
vacías no rinden miel 
 
La reubicación de apiarios no ha sido uniforme en todo el país. En estados 
densamente poblados como los de México, Puebla, Veracruz, Tlaxcala y Morelos, 
los apicultores estiman haber reubicado más del 50% de los apiarios. Sin 
embargo, en estados con baja densidad poblacional como los de la península de 
Yucatán, Guerrero y Oaxaca, menos del 25% de los apiarios han sido reubicados. 
 
La mayoría de los apicultores ha disminuido el número de colmenas por apiario 
para reducir los riesgos de pillaje y agitación de las colonias de abejas. 
 
El incremento en los costos de producción ha afectado más a los apicultores 
comerciales que poseen muchas colmenas, que a los apicultores pequeños. Los 
apicultores comerciales se enfrentan a más problemas en encontrar lugares para 
ubicar sus apiarios, se ven forzados en viajar distancias más grandes, gastan y 
dependen más de mano de obra alquilada, que no siempre tiene la capacitación 
adecuada. Como consecuencia de esto, el número de apicultores comerciales ha 
disminuido y los que quedan, mantienen menos colmenas que antes. 
 
Las empresas más grandes que quedan son las que rentan colmenas para la 
polinización, ya que sus apiarios los ubican en los terrenos de siembra donde 
alquilan las colonias para polinizar cultivos. 
Mientras que por un lado el número de apicultores 
comerciales y la cantidad de colmenas que trabajan 
han disminuido; por otro lado, el número de 
apicultores pequeños va en aumento y esta 
tendencia se espera que continúe. 
 
Es importante poder identificar y discriminar abejas 
con características africanas de aquéllas con 
características europeas para seleccionar las que 
sean productivas y manejables, para criar reinas de 
estas últimas. El cambio de abejas reinas 
mejoradas es la principal medida para el control de 
las abejas africanizadas, por ello, gobiernos, 
científicos y apicultores, necesitan métodos 
confiables y prácticos para seleccionar y producir 
abejas mejoradas. 
 
Desgraciadamente hay menos de 50 criadores de 
abejas reinas en el país, que producen no más de 
300,000 reinas anualmente, cuando se requiere el 
mismo número de reinas que de colmenas (1.8 millones cada año). Además de lo 
anterior, ningún criador de reinas sigue un programa de mejoramiento genético en 
forma, aunque hay cuatro o cinco que realizan algún tipo de selección. 
 
Es importante que todos estos criadores establezcan un programa de 
mejoramiento genético para producir abejas mejoradas. En este sentido, el 
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) ha 
desarrollado un programa sencillo de mejoramiento genético que ha demostrado 
que se puede aumentar la producción de miel en al menos 25% y que se puede 
disminuir el comportamiento defensivo de las colonias de abejas en al menos 
50%, sin necesidad de recurrir a la inseminación instrumental de reinas (Guzmán-
Novoa y Prieto 1997, Guzmán-Novoa y Page 1999, Guzmán-Novoa et al. 2003), 
falta hacer una adecuada transferencia de tecnología para que los criadores de 
reinas sigan un programa como este. 
 
Es aquí donde el médico veterinario debe trabajar fuertemente en apoyo a los 
apicultores fortaleciéndoles sus conocimientos en cuanto a manejos básicos 
como, revisiones rutinaria, alimentación artificial adecuada, control de 
enfermedades y plagas, división de colmenas, cambio de reinas e implementando 
programas de mejoramiento genético en las diferentes regiones del país para 
poder mantener la productividad de la apicultura nacional, con pocos riesgos de 
accidentes por africanización en las colonias. 
 
Importancia de la participación del Médico Veterinario Zootecnista en apoyo 
a la protección civil de la ciudadanía para la captura y destrucción de 
enjambres de abeja africanizada. 
 
El Médico Veterinario Zootecnista apoya fuertemente campañas de protección civil 
en la captura y destrucción de enjambres participando en un comité que se 
encarga de esta actividad, actualmente se encuentra integrado por las siguientes 
dependencias. 
 
Comité de Protección y Control de la Abeja Africanizada 
Protección Civil SAGARPA 
H. Cuerpo de Bomberos Locatel 
ISSSTE IMSS 
SSA 
 
Dirección General de la Comisión de 
Recursos Naturales del Gobierno del 
Distrito Federal 
Dirección General de Servicios de 
Salud Pública en el Distrito Federal 
Dirección General de Servicios Médicos 
y Urgencias de la Secretaría de Salud 
en el Distrito Federal 
Dirección Ejecutiva de Siniestros y 
Rescates del Gobierno del Distrito 
Federal 
Presidencia del Consejo Nacional y 
Directores de la Cruz Roja Mexicana 
Dirección de Emergencia Escolar de la 
Secretaría de Educación Pública 
Facultad de Medicina Veterinaria y 
Zootecnia de la Universidad Nacional 
Autónoma de México 
Dirección Ejecutiva del Bosque de 
Chapultepec 
Club Rotario Portales 
Centro de Educación Ambiental 
ECOGUARDAS 
Asociación de Apicultores Unidos de 
México 
Asociación Ganadera Local de 
Apicultores de Xochimilco 
Programa Nacional para el Control de 
la Abeja Africana 
Ejercito Nacional 
 
En su conjunto realizan acciones para disminuir accidentes en la población civil, 
como lo es la capacitación constante a cuerpos de seguridad pública en el manejo 
y control de enjambres de abejas en la ciudad, protegiendo a la ciudadanía. 
 
El Médico veterinario apoya en la orientación y capacitación a profesores de los 
niveles primaria y secundaria sobre el comportamiento de la abeja africanizada, 
para que ellos a su vez lo transmitan a la comunidad estudiantil de manera 
objetiva y veraz. Además de ser capacitados en evacuación rápida y eficaz de las 
escuelas. 
 
Sólo en el año 2003, en el Distrito Federal fueron capturados 8,400 enjambres, 
tanto de trampas caza- enjambres, como de casas habitación, edificios públicos 
(oficinas gubernamentales, escuelas, entre otros), panteones, el sistema de 
transporte colectivo METRO, etc. 
 
De 1991 al 2003 a través de informes enviados por el H. Cuerpo de Bomberos del 
Distrito Federal se han eliminado más de 100,000 enjambres de abejas de los 
cuales y de acuerdo a resultados emitidos por el Laboratorio de Identificación y 
Diagnósticos de la SAGARPA en el D. F. el 85 % han sido africanizados y el 15% 
restante europeos. 
 
Conclusión 
La apicultura en México está destinada a cambiar drásticamente en corto tiempo; 
para que dicha actividad se mantenga y desarrolle será necesaria la coordinación 
entre los productores y el sector oficial. Si el apoyo por parte del gobierno es 
mínimo, la repercusión será muy negativa; en caso contrario la abeja africanizada 
presentará la oportunidad de planear una apicultura más tecnificada en la que el 
desarrollo de centros de investigación y apoyo técnico desempeñarán un papel 
primordial en el futuro de esta actividad. La abeja africanizada y sus problemas 
asociados, así como aquellos que se hagan evidentes durante el proceso de 
africanización, deben estudiarse y resolverse mediante una investigación aplicada 
que en forma rápida difunda la información para la mejor capacitación de los 
apicultores. 
 
México es un país que cuenta con gran potencial apícola y puede decirse que 
pocas de sus regiones están saturadas o próximas a ser saturadas con abejas 
comunes. Más aún, en México la producción apícola es incompleta, ya que 
generalmente no se realizan actividades como la obtención de polen, jalea real, 
veneno, que son productos redituables, económicamente hablando si se saben 
administrar; la polinización intensiva, la apicultura migratoria, etcétera. 
 
Una de las grandes limitaciones para alcanzar éste desarrollo óptimo es el 
reducido o prácticamente inexistente mercado local o nacional. La miel es y ha 
sido un producto restringido y pocos alimentos tradicionales o populares la utilizan 
como ingrediente. El pequeño mercado nacional ha obligado a los apicultores a 
depender en gran parte del mercado internacional,especialmente de la República 
Federal de Alemania y de los Estados Unidos, con la desventaja de fluctuaciones 
de precio y la competencia de países como la República Popular China. 
 
En la actualidad, la apicultura 
se enfrenta a dos problemas 
muy importantes los cuales 
son la africanización de las 
colonias de abejas y las 
enfermedades. La abeja 
africanizada es un organismo 
que llegó para quedarse; en 
la actualidad existen en Sudamérica regiones con 106 enjambres por km2. 
Constituyen colonias que explotan cualquier recurso florístico y físico del medio, 
sustituyendo a las abejas europeas por dominancia genética y ecológica. El efecto 
que ésta abeja provoca en la apicultura es devastador, reduciendo la producción 
anual de miel hasta en 90% y aumentando considerablemente los costos de 
producción, de no existir acciones efectivas para su control. 
En lo que refiere a las enfermedades, las principales son Varroosis, Loque 
Americana y próximamente tendremos un depredador de las abejas Aethina 
tumida conocido como el pequeño escarabajo de la colmena, el cual ha generado 
serios problemas en los Estados Unidos de América. 
 
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	UNIDAD 11
	ZOOTECNIA APÍCOLA
	Adriana Correa Benítez
	INTRODUCCIÓN
	
	
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	Región Central
	Región del Pacífico
	Región del Golfo de México
	Región de la Península de Yucatán
	Producción Nacional de productos apícolas
	Perspectivas del Médico Veterinario Zootecnista �
	Literatura citada

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