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Teoria da Política Internacional

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Comprendiendo algunos aspectos de 
la Teoría de la Política Internacional 
Sebastián Vigliero* 
·: .. Nuestro entendimiento de las relaciones in­
ternacionales no puede esperarse que sea perfec­
to o final, en ta forma de verdades eternas. En efec­
to, el mero propósito de la producción de conoci­
miento es presumiblemente utilizarlo para cambiar 
- o mejorar- alguna dimensión de la existencia hu­
mana ... " 
J. Martín Rochester, 1986 
El debate teórico de las relaciones internacionales entre el realismo 
estructural y el institucionalismo surge a partir de dos conceptua­
lizaciones distintas: la primera - el realismo estructural- describió a las 
relaciones internacionales a partir del comportamiento estructural 
sistémico del cual formaban parte actores inter-estatales, mientras que 
la segunda - el institucionalismo - logró dar una explicación acerca de 
la dinámica de los procesos que se dan entre actores inter-estatales, 
actores institucionales y sociales. 
Esta diferenciación dio lugar a un grnn deiplkgue académico en­
torno de .ambas escuelas, proliferando partidarios o criticas de una 
y otra con la finalidad de reexaminar el núcleo duro para generar 
conceptos complementarios. Tampoco faltaron quienes intentaron 
refutar alguna de las dos rJrandes teorías, con intención de mante­
ner viva la otra. Finalizada la guerra fria, el realismo estructural co­
menzó a recorrer una larga crisis paradigmática. Pero no por ello debe 
suponerse un triunfo del institucionalismo, sino que deben estudiarse 
sus aportes teóricos, el legado del neorrealismo, y la comple­
mentariedad existente entre ambos, tales que permitieron el avance 
de la disciplina hacia nuevas cuestiones surgidas a partir de un con­
texto mundial diferente. 
rrn t:rrllil\I hJ\ln \/l J\10 Q 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
El aporte teórico-metodológico hacia fines de los 70' 
y"comienzos de los 80'. 
"Teoría de la Política Internacional" de K. Waltz editado en 1979 
ofrecía una metodología de estudio de las relaciones internacionales 
que tenia como premisa principal que el entendimiento de la política 
internacional era consecuencia de una investigación científica dada a 
partir del estudio de ciertas regularidades de los sucesivos hechos que 
ocurrían en la realidad. Estas regularidades eran el µroducto de un pro­
ceso experimental y de la asociación de los hechos que permitirían des­
cribir diferentes comportamientos. Esto era lo que Waltz denominaba 
la primera parte de la investigación o la "constitución de leyes" 1
• Una 
segunda parte sugería que esa elaboración descriptiva y explicativa del 
comportamiento de aquellas leyes o regularidades permitirían al inves­
tigador idear un concepto acerca de las generalidades observadas, de 
manera más crítica y especulativa, habilitándolo para la consecución y 
formación de una "teoría"2 • 
Tanto la "constitución de leyes" y la posterior "formación de teo­
rías" serían los elementos con los que el observador podría interpretar 
una tercera parte, consistente en una mecánica de "causa y efecto del 
conjunto"3 producto del agrupamiento colectivo de las partes integran­
tes, inmersas dentro de un sistema determinado. 
Luego de que Waltz manifestara sus principales postulados acerca 
del método científico del. neorrealismo para interpretar la realidad de 
las relaciones internacionales, los años 80' dieron paso a la búsqueda 
de una metodología complementaria que permitiría enfocar esta reali­
dad desde otra óptica. 
Dicha búsqueda no tuvo que dejar de lado los antiguos preceptos 
del realismo clásico4 , sino r¡ue considerándolos, algunas investiQacio­
nes se propusieron como meta "examinar algunos de sus temas centra­
les y determinar su relevancia para el análisis de la interdependencia 
política "5 • Otros estudiosos de teoría de las relaciones internacionales 
tuvieron por objeto la comprensión de un fenómeno al que las unida­
des interestatales no estaban ajenas: el cambio. 
El "cambio" implicaba una relación social6 entre los actores que 
variaba según el tiempo y el espacio en el que se desarrollaban los acon­
tecimientos y que configuraba a su vez un proceso histórico y dinámi­
co. J.G. Ruggie recomt>nrló no abordar el estudio de las relaciones in-
ternacionales a partir de la premisa que suponía la existencia de unida­
rles en forma separarla.;;, enfatiz:rnrlo por el contrario, que el objeto de 
estudio de la disciplina debía ser algo más que eso: debería profundi­
zar el conocimiento acerca del comportamiento de los actores interna­
cionales (Estados e instituciones). 
En el caso de los Estados, su primera cualidad debía ineludiblemente 
continuar siendo el de ser soberanos, pero permaneciendo al mismo 
tiempo cada uno "diferenciados"7 (y no aislados como entre sí) dentro 
de un contexto mundial dadoª. La finalidad de Ruggie fue la de ense­
ñar al estudiante de relaciones internacionales a desenmascarar el nú­
cleo duro del carácter sistémico, en cuyo interior existía un "proceso", 
en el cual intervenían actores sociales dinámicos. 
Desde un punto de vista epistemológico, R. Keohane abordó el es­
tudio de la política internacional retomando lo que el filósofo l. Lákatos 
( 1970) denominó "programa de investigación como parte de la respuesta 
de patrones de evaluación por pane de T. Kuhn" 9
: El mismo tenia como 
premisa básica proteger el "núcleo duro" de la investigación científica, 
construyendo para tal fin hipótesis auxiliares que fuesen progresivas y 
asignasen en consecuencia, un continuo crecimiento de nuevos hechos. 
Estas hipótesis adicionales eran las encargadas de ampliar la capacidad 
de entendimiento de la realidad en cuestión, guiando permanentemente 
al investigador en el curso de su investigación. Es así que C. Geertz, a 
través de la teoría antropológica, argumentaba que sería factible desa­
rrollar una descripción general, no ya a partir de la codificación de re­
gularidades abstractas de los diversos casos, sino habiendo generaliza­
do dentro de ellos10
• Siguiendo el caso en estudio, tanto Keohane como 
Nye no negaron en "Poder e interdependencia revisada" de 198.7 - tra­
bajo posterior a "Poder e interdependencia"- la postura realista clásica, 
sino que por el contrario, pretendieron estudiarla en un contexto de 
interdependencia, siendo su deseo teorizar bajo los preceptos de la teoría 
liberal 11
• Esto demuestra que autores como Keohane y Nye, que de al­
guna manera convivieron y se educaron dentro de la escuela clásica 
realista, retomaron su aprendizaje y lo adaptaron a nuevas circunstan­
cias evitando mostrar al liberalismo institucional y al realismo como dos 
teorías escindidas sin ningún parentesco de por medio. Esto lo explica 
B. Buzan cuando presenta al realismo como un argumento que ha per­
manecido central dentro de la teoría de las relaciones internacionales a . 
lo largo de los años, fruto de su permanente "readaptación" y 
(OLECCION AÑO VI Nº 9 165 
"reinvención". Además Buzan sostiene que "la interdependencia no ha 
sido un sustituto de la política de poder, sino un nuevo marco para 
estudiarla" 11
• En todo caso, el progreso académico produjo como da 
cuenta J. Rochester - la aceptación creciente de un nuevo paradigma 
en las relaciones internacionales que fue capaz de desafiar al paradig­
ma realista, pero sin dejnrlo de 1ado13 • 
Desde una óptica distinta, el marxismo también fue (y sigue sien­
do) una forma cientíticamente viable que aportó mucho a la compren..: 
sión de las relaciones internacionales. Uno de sus precursores, R. Cox, 
partió de la base de entender el "materialismo histórico" como una teoría 
crítica que explicaría la realidad de manera progresiva e histórica, sir­
viéndose de tres conceptos: "las ideas", entendidas como un significa­
do intersubjetiva, las "instituciones" como la imagen colectiva que re­
flejan las relaciones de poder, y las "capacidades materiales" interpre­
tadas como la potencialidad lógica y organizadonal. Más aún, para una 
mejor comprensión delestudio de la política internacional, Cox reorientó 
aquella conceptualización de materialismo histórico y la identificó con 
otros tres niveles diferentes: ''la internacionalización de la producción"14 , 
a través del cual los países llevan a cabo sus procesos industriales; las 
"formas de estado'' 1 ~ y su relación con la estructurn de clase; y los pro­
pósitos del futuro "orden mundial" 16 a partir del posicionamiento de 
los diferentes actores y la relación de fuerzas dentro del proceso mismo 
de internacionalización de la producción, como también d~ las relacio­
nes de poder dentro del Estado. Es decir que el "neo marxismo" surgi­
do en la década de los 60' comenzó a retomar y a reinterpretar al mar­
xismo tradicional a partirtío sólo de categorías económicas específicas 
y distitJtas, sino también a partir de "una coyuntura concreta de una 
situación histórica determinada" 17
• 
Hosto aquí, el estudiante de relaciones internacionales debe adver­
tir que además de los distintos puntos de vista que definen una teoría, 
existen otras disciplinas. como "la teoría social" 18 -que comprende el 
estudio del comportamiento de una sociedad-, en las que podrá hallar 
herramientas conceptuales que sirvan como base de análisis para for­
mular los conceptos tanto del neorrealismo como del institucionalismo 
en las relaciones internacionales. La gran variedad de disciplinas no­
fácticas en las ciencias sociales marcaron una época (y aún hoy están 
vigentes) y posibilitaron trazar líneas de pensamiento posteriores que 
de alguna manera influenciaron a las relaciones internacionales: Sassure 
166 (OLECClON AÑO Vl Nº 9 
en el análisis del lenguaje, Durkheim en sociología, Levi-Strauss en 
antropología, Piaget en la psicología, entre otros, (todos estos euro­
peos) desarrollaron conceptos desde un sentido hermenéutico (tenien­
do en cuenta el historicismo y el subjetivismo). En cambio Deustch, 
Merton y Parsons - todos ellos estadounidenses- junto a otros, pensa­
ron y escribieron teniendo en cuenta un sentido estructural y ahistórico. 
La apertura de las relaciones internacionales hacia otras disciplinas 
contribuyó también a ampliar y a reforzar fundamentos teóricos. Un 
ejemplo de ello es el importante rol jugado por la relación entre "el 
poder" y "la economía". R. Gilpin decía que el alcance del estudio de 
las relaciones internacion;:iles no rlebí;:i limitarse sólo al estudio el po­
der, sino que por el contrario debía también remitirse a las relaciones 
económicas internacionales. Ejemplificaba la preocupación de algunos 
autores clásicos -como la de Tucídides- quienes al escribir, ya habían 
dejado remarcado que el poder económico también era un elemento 
político social significante. 19 
Refiriéndose a los clásicos de principios del siglo XX, Gilpin agrega­
ba que "el mismo Morgenthau dedica muchas páginas al imperialismo 
económico y a la base económica como poder nacional". La relación o 
convivencia entre política y economía permitiría una síntesis más com­
pleta que cualquier análisis que intentara separarlas; "la ligazón entre 
lo político y Jo económico provee una mejor explicación de lo que su­
cedió en la década pasada - los 70'- y da cuenta mejor de las razones 
que causaron las crisis mundiales"2º. En advertencia a esto, Keohane y 
Nye aseguraban que "el liberalismo incluso examina la acción del Esta­
do pero dirige al mismo tiempo su atención hacia otros grupos. Para 
los pensadores liberales, el incentivo económico rs tan importante como 
la preocupación por los temas de seguridad"21
• 
Con posterioridad a su obra publicada en 1979, K. Waltz - como 
exponente máximo del neorrealismo- reforzó a mediados de los 80' la 
visión sistémica de las relaciones internacionales, explicando Jos cam­
bios sólo a nivel de la estructura y dando respuestas a los trabajos aca­
démicos que cuestionaron sus postulados metodológicos de Jos 10: Estos 
cuestionamientos provinieron de parte de un importante sector del es­
tablishment de las relaciones internacionales interesado más en la bús­
queda de una teoría que hiciera énfasis en el nivel de "proceso" y el 
"cambio" ocurridos dentro de la estructura waltziana. Waltz aceptó la 
preocupación por parte de Ruggie y admitió "cuán dificultoso es man-
(OLECCION AÑO VI Nº 9 167 
tener en forma distinta y separada a las unidades y a la estructura"n. 
Pero a pesar de las críticas, subrayón que la teoría sistémica sólo tenía 
por objeto teorizar a partir de lo "más importante" y "visible" acerca 
de dinámica internacional. 
El comportamiento estructural obedecía al entonces contexto de 
guerra fría imperante, habiendo sido las armas nucleares el objeto de 
análisis que representaba a las capacidades de las unidades. Sus críti­
cos observaron sin ~mbargo una omisión en el estudio del "proceso", a 
lo que Waltz justíficó aclarando que un aná lisís en el nível de proceso 
no era relevante al objeto de su estudio. Si bien no se desestimaba24 el 
estudio de política doméstica de cada unidad interactuante, lejos de su 
voluntad estaba desarrollar una Teoría del Estado. 
Cuestionamientos y bondades 
atribuidos al neorrealismo. 
Lo descripto hasta aquí pretende ser una breve guía sobre las prin­
cipales cuestiones metodológicas vertidas por los diferentes puntos de 
vista acerca del tema. 
En primer lugar, el pensamiento institucionalista de R. Keohane y J. 
Nye criticó al neorrealismo de K. Waltz por haber omitido la existencia 
de actores sociales relevantes como las instituciones, entendidas como 
organizaciones internacionales donde los estados dirimen sus problemas. 
Esto hizo necesario que_la disciplina de la política internacional fuese 
abordada más como un estudio de la política mundial que como uno de 
orden. internacional. H. Bull dijo, "el orden mundial es más amplio que el 
orden internacional porque para tener una idea debemos no sólo convi­
vir con un orden entre Estados sino además con un orden en una escala 
doméstica o municipal, provista con Estados y con un orden donde és­
tos sean sólo una parte del sistema político mundial"25 • En consecuencia 
el estudio de las relaciones internacionales debía ser entendido a partir 
de una teoría capaz de ser inteligible y más predictiva26 posibilitando ello 
no sólo la observación del comportamiento de las varía bles y sus conse­
cuencias estructurales, sino también, la factibilidad de un método 
ontológico que abarque el análisis del proceso histórico y presente. 
Pero sin duda Waltz contribuyó - en gran medida- a enriquecer la 
teoría de las relaciones internacionales, siendo él quien "desafió al 
168 COLECClON AÑO Yl Nº 9 
conductismo para que hubiese un método más científico en relaciones 
internacionales"27 • Sus primeros seis capítulos de "Teoría de la política 
internacional" no deberían ser dejados de leer por ningún estudiante 
que se dedique a estudiar dicha disciplina, porque demuestran la rigu­
rosidad científica con la que son explicadas las relaciones internacio­
nales. Incluso los críticos contemporáneos de Waltz sacaron a relucir 
las bondades de su obra del 79'; J. Ruggie dijo que "el libro en discu­
sión es una de las contribuciones más importantes a la teoría de las 
relaciones internacionales desde "'Man, State and War"28
, también de 
Waltz. R. Keohane manifiestó que "el programa de investigación estruc­
tural realista es un desarrollo intelectual impresionante; un elegante, 
parsimonioso y riguroso instrumento deductivo para el descubrimiento 
científico "29
• 
Aporte teórico-metodológico hacia los 90'. 
Admitidos los alcances de una y otra escuela teórico-metodológica, 
el debate de fines de la guerra fría iría adoptando como metodología 
de investigación, un análisis más "complejo" de las relaciqnes inter­
nacionales, hallando un conjunto de parámetros que posibilitarían 
abordar en forma científica aquella dinámica de proceso y de cambio 
originalmente propuestas por Ruggie. La discusión permitiría bajar el 
núcleo duro del estudio de la política internacional desdela "alta po­
lítica" hacia la "baja política", pudiendo concentrar -según Baldwin­
el estudio del debate contemporáneo de los 90' en la naturaleza y 
consecuencias de la anarquía dentro de un escenario de cooperación 
internacional, de ganancias relativas versus las ganancias absolutas, 
de objetivos del Estado, de intenciones y capacidades de los actores, 
como también dentro de las institituciones y regímenes internacio­
nales30. 
Respecto de la anarquía, Baldwin sostiene que "si bien es entendi­
da como el caos, visto desde el punto de vista hobbesiano, tanto el 
neorrealismo como el neoliberalismo están de acuerdo en que la políti­
ca mundial exhiba cierto orden".31 A pesar de ello, Baldwin invita a los 
estudiantes de relaciones internacionales a buscar diferentes definicio­
nes de anarquía y hallar las causas por las cuales se le atribuyen dicha 
definición32
• 
(OLECCION AÑO VI Nº 9 169 
Como idea más ancestral y originaria acerca de la anarquía, Waltz, 
en su tésis doctoral publicada en 1959 decía que "nuestros infortunios 
son, inevitablemente, el producto de nuestra naturaleza. La raíz de todo 
mal se encuentra en el hombre, y, por consiguiente, él constituye en sí 
mismo, la raíz del mal específico: la guerra" 33
• Años después concibió 
a la anarquía como el elemento fundamental para entender la estruc­
tura internacional, donde el principio ordenador imperante hacía que 
las unidades actuaran de manera racional y que mediante la autoayuda 
maximizaran su poder. En cambio en la actualidad, H. Milner sostiene 
que la anarquía es la falta de gobierno34 , cuestionándose a su vez el 
significado de esa ausencia -"en términos de Waltz el gobierno supo­
nía un concepto weberiano del poder: el gobierno eomo legitimidad 
que se adjudica el monopolio de la fuerza"35
-, aclarando que "otros 
investigadores asocian esta idea de gobierno menos con el poder, que 
con la existencia de instituciones y leyes que mantienen el orden". Ade­
más, asegura que si el estudio del sistema internacional es abordado 
desde la política doméstica como "una iniciativa jerárquica, adonde tanto 
Estados, como agencias e instituciones guardan una relación de sub­
ordinación "36, no se podría definirse exactamente qué es la autoridad 
o quién la conduciría, debido a la inexistencia de un sólo polo de po­
der, en el cual no hay un orden jerárquico determinado. En consecuen­
cia, Milner enfatiza que la mejor forma de entender al sistema interna­
cional es "analizándolo de manera descentralizada, pudiéndolo medir 
en un continum y no en forma dicotómica" y "tener en cuenta qué tema 
está en discusión (ej. si ~I derecho de pesca, el de uso de armas nuclea­
res, o el del control de los derechos del mar) y en qué momento el mis­
mo se gesta".37 Agrega que "es dificil asumir la postura de Waltz en 
cuanto a si todos los Estados son o no iguales según sea la distribu­
ción de sus capacidades"38 ya que "la distribución de los recursos in­
ternacionales crea una división del trabajo tal entre los Estados, exi­
giendo ello una diferenciación y jerarquización que proveen mecanis­
mos de gobierno tanto para los Estados como para los individuos"39 • 
Distintamente para A. Stein, la anarquía es entendida como un es­
cenario donde imperan la coordinación y colaboración de los regíme­
nes internacionales, destinados a formular diferentes interacciones que 
explican bajo qué condiciones recobran auge, o en su defecto, qué fac­
tores Jos llevan a perder consistencia40
, considerando que aún perma­
neciendo vigentes las instituciones internacionales, las políticas 
170 CoLECCION AÑO v1 Nº 9 
instrumentadas por los gobiernos soberanos seguirán siendo sin em­
bargo en función de sus propios intereses·11
• A µe~ar de sus intereses, 
los actores deciden racionalmente, se coordinan - en cuanto al respeto 
de las reglas de juego- y colaboran en un amhiente de regímenes in­
ternacionales. 
Stein se refiere en primer lugar al estudio sobre el "juego del dile­
ma entre actores", donde los participantes están expuestos necesaria­
mente a un "joint decision making", acordando la búsqueda de ines­
perados subóptimos: a lo que denomina "dilema de intereses comu­
nes"42. Dice que "si bien ocurre que ninguno de los actores involucrados 
prefiere ]¡:¡ misma pauta que el otro, acuerdan en que hay una situa­
ción que se puede evitar"43
, y que ninguno de ellos podrá contar con 
una estrategia que tienda a prevalecer por sobre la riel otro. A esto lo 
denomina "dilema de aversiones comunes". A partir de estos dos con­
ceptos elaborados, Stein recalca que el "dilema de intereses comunes" 
no podría sobrevivir sin la cooperación entre los actores, al mismo tiempo 
explica que las ganancias relativas serán quienes predominen en el "di­
lema de aversium:~ rnmunes", siendo indispensable por parte de cada 
actor, dejar de lado la búsqueda de ganancias absolutas. 
En la medida de lo posible ninguna situación en las relaciones in 
ternacionales es dejada en manos de la anarquía porque "las expecta­
tivas son de suma importancia" y sirven "como base para recrear reglas 
y convenios internacionales"44
• Fue "John Elster quien definió a Ja 
política como el estudio de la trascendencia del dilema del prisionero", 
ideando conductas racionalmente factibles que hicieran de la coopera­
ción internacional una herramienta de seguridad45
• Elster sostenía que 
"la teoría de la elección racional es, antes que nada, una teoría norma­
tiva. Nos dice qué es lo que deberíamos hacer para alcanzar nuestro 
propósito de la mc::jor manera posible. No nos dice cómo rleberían ser 
nuestros propósitos"46
• 
C. Lipson describe claramente cuán importantes resultan ser las ins­
tituciones internacionales bajo un contexto de anarquía: "la ausencia 
de garantías es un riesgo esencial para las relaciones internacionales, 
como así también un obstáculo para llevar adelante tratados, contra­
tos y acuerdos"47
, siendo estos últimos tres, íngredientes indispensa­
bles para la constitución de regímenes internacionales. Los regímenes 
internacionales serán quienes "estimulen una estrategia basada en la 
reciprocídad, teniendo por finalidad una cooperación estable entre ac-
(OLECCION AÑO Vl Nº 9 171 
torcs cgoístas"'lll, haciendo viable una convivencia política que no de­
penda de un estricto control central. 
Para llevar a cabo la cooperación internacional bajo un esquem;i de 
dilema del prisionero, es menester contar con cuatro elementos vita­
les4Y: percepciones contingentes, capacidad de monitoreo del otro, fuerte 
determinación del interés buscado y, diferencias moderadas entre los 
costos para la cooperación y la deserción. Estos cuatro elementos ofre­
cen un amplio entendimiento de las yanam:ias rt:'lalivas y seriin deter­
minantes en todo el proceso de negociación, sabiendo "que el conoci­
miento acerca de los costos y estrategias del otro será relevante para 
un actor A que busca cooperar con otro actor B"50
• Lipson dice que 
"los gobiernos no eligen las tácticas alternativas como un simple pro­
ceso de decisión, sino que lo hacen teniendo en cuenta la maxirnización 
de sus beneficios y asegurando un costo mínimo; por el contrario, es el 
producto de una negociación política mediada" 51
, donde los actores 
involucrados intentan traspasar una situación de anarquía y verse en­
vueltos en una de seguridad, intentando cada uno maximizar ol mis­
mo tiempo, sus costos y ampliar los márgenes de ganancia en base a 
sus intenciones y a sus capacidades. 
Las estrategias adoptadas por los actores no deben ser necesaria­
mente analizadas como un paso dado desde un estado de anarquía hacia 
otro de armonía, sino como un estado de permanente cooperación. Para 
conseguir un estado de armonía, se requiere de una identidad comple­
ta de intereses previa, mientras que un estado de cooperación "sólo 
puede tener lugar en situas~nes donde haya una mezcla de intereses 
complementarios"52
• Axelrod y Keohane sostienen53 que es impensado 
considerar para el estudio de la cooperacióninternacional sólo el con­
texto mundial y la forma en que los actores interestatales interactúan. 
Estos deben evaluar cómo alteran e influyen a dicho contexto, y con­
templar la formación de instituciones provistas de principios, normas, 
reglas y procedimientos de conducta en las relaciones internacionales. 
Los puntos que ambos autores consideran pertinentes para Ja puesta 
en escena de una estrategia de rooperarión son54 : rn primer lugar, "los 
costos impuestos por la estructura" que rodea la situación y que gene­
ran preferencias mutuas o conflictos. Los costos que Ja estructura in­
ternacional puede imponer -considerando que la percepción está fue­
ra del alcance de los actores- es impredecible por los mismos55 • En se­
gundo lugar, "la sombra del futuro"56 , serfa como un estado de incer-
172 COLECClON AÑO Vl Nº 9 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
tidumbre pero dotado de la posibilidad de asegurar a los actores rn 
pugna la presencia de un ambiente de cooperación. Estos factores ha­
rán posible el hallazgo de los horizontes dé' larga data, la regularidad 
de intereses, la información acerca de los demás y un logro más rápido 
del entendimiento acerca del cambio en las acciones del otro. En tercer 
lugar se tiene que la habilidad de los gobiernos para cooperar en un 
juego de motivaciones mixtas no es afectada ni por los costos que 
impone la estructura ni por la sombra del futuro sino por "el número 
de actores involucrados" en el juego y en cómo sus relaciones están 
estructuradas57 • Una efectiva reciprocidad debe ser el resultado de una 
identificación de los actores entre sí y de sus aspiraciones, pudiendo 
ellos a posteriori foca fizar su contraofensiva o estrategias y llev;ir a cabo 
medidas de largo plazo que tiendan a coaccionar uno al otro58
• 
Una vez tenidos en cuenta estos tres puntos, Keohane y Axelrod se 
reñeren a cómo sería el contexto donde la interacción entre los actores 
tomaría parte, y bajo qué categorías teóricas se lo podría identificar. El 
contexto dt:lit: st:r pt:ns<:H.lu rnmo un proceso de la interacción caracte­
rizado por juegos llevados a cabo en múltiples niveles tal que permitan 
a sus actores desenvolverse con eficacia y reciprocidad en la elección 
de estrategias de cooperación59
; los actores llevan adelante vinculación 
de cuestiones, involucrando áreas temáticas diferentes de la agenda de 
un actor con respecto a las del otro, como así también un "linkage" 
entre los temas de política doméstica con los de política internacional. 
Esto los lleva a que puedan quedar sujetos a la compatibilidad o in­
compatibilidad entre juegos de cooperación que envuelven y se sobre­
ponen a actores con diferentes capacidades. Todos estos aspectos son 
los que en definitiva, están inmersos en el contexto de las relaciones 
internacionales, y los que la teoría considera que alientan o inhiben la 
cooperación internacional. Es por ello que la interacción deberá tomar 
lugar en un clima donde "los gobiernos tengan incentivos de practicar 
la reciprocidad en una variedad de situaciones caracterizadas por la 
mezcla de conflictos e intereses complementarios"6º. 
La cooperación internacional y sus limitaciones pasaron entonces a 
representar en los 90' uno de los ejes del debate entre los partidarios 
del realismo estructural y los institucionalistas. De lo anteriormente 
descripto, J. Grieco 61 entiende que si el institucionalismo sostiene que 
el "engaño" es atractivo al juego del dilema del prisionero porque cada 
jugador podrá maximizar su recompensa -Axelrod subrayó la impor-
(OLECClON AÑO VI Nº 9 173 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
tancia sobre "qué estrategia producirá un jugador que le haga rendir el 
"score" más alto posible"1' 2 , entonces los neolíberales estarían 
retomando la tradicional definición de interés en términos de poder 
desde el realismo político. Grieco dice que esto generaría una "coope­
ración condicionada" donde los actores podrían actuar según su pro­
pio interés y una "conducta individualista"donde su "estrategia 
posicional" condicionaría a la potencial estrategia de cooperación. Esto 
estaría demostrando "el peligro de que alguno de ros jugadores de ra 
cuntkr1da tienda a acumular más poder que el otro"G3
• 
Siguiendo esta misma línea de pensamiento, D. Snidal desarrolla un 
modelo para examinar las ganancias de las ganancias relativas en si­
tuaciones de dilema de prisionero en donde participan más de dos ac­
tores, llegando a la conclusión general de que el incremento del núme­
ro de actores en disputa hace que crezca en forma "dramática" la posi­
bilidad de que la excesiva cantidad de ganancias relativas impidan la 
cooperación64
• Esto lleva a que "cuando los Estados se preocupan sólo 
por sus ganancias relativas, las relaciones pueden desarrollarse como 
un juego de suma cero, produciéndose un repontenciamiento de la 
competencia donde cada Estado buscaría maximizar sus intereses, mi­
nimizando la cooperación"65
: "Si las ganancias absolutas son hechas 
en el marco del dilema del prisionero, al incorporar las ganancias rela­
tivas, hacen que aquel se intensifique y que la descentralización de la 
cooperación sea más difícil"66
• Snidal estima que la relación de coope­
ración más óptima debiera -darse entonces en un plano intermedio, es 
decir a partir de un número "limitado" de actores tal que exijan un 
involucramíento "medido" de ganancias relativas. 
R. Powell avanza aún más, agregando al tradicional escenario de 
dilema del prisionero de entre dos actores A y B -que emprenden es­
trategias a 1, a2 y b l, b2- otro escenario donde ambos emprendan es­
trategias a 1, a2, a3; b 1, b2, b3, teniendo la posibilidad de llegar a una 
"tercera alternativa óptima -a3 ;b3". Dice que una economía abierta, la 
base de la construcción de una "estrategia de tarifas óptimas" será donde 
cada actor manifiesta su subóptimo como la mejor alternativa y donde 
puede además ceder lo mejor de sí al otro. Pero advierte <]Uf' C'u~ndo 
cada uno de los actores comience a percibir que el otro le produce 
mayores costos -como ser excesivas tarifas y restricciones comerciales­
, el nivel de intercambio entre ambos tiende a disminuir y a contraerse. 
En consecuencia, "el juego representa el caso donde cada Estado gana 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
si es el único que impone tarifas al otro, pero, ambos Estados pierden 
si además entre ellos se imponen tarifas restrictivas, tal que deje a ambos 
en peor situación que en la de un contexto de economía libre. Si am­
bos Estados cierran sus economías, entonces cada uno de ellos embar­
ga al otro, no generándose ganancia relativa alguna e inhabilitando toda 
posibilidad de comercio"67
• 
De lo expuesto, se puéde ir enfatizando que en primer Jugar, las 
ganancias relativas en las relaciones internacionales recobran vigor a 
partir de Ja intersección entre los asuntos domésticos con los de políti­
ca internacional68
, donde no sólo existe un canal de comunicación 
"transgubernamental" y otro "transnacional", sino una intersección" de 
carácter "interdoméstica" en las relaciones intermH.:ium1les dada a par­
tir de Ja vinculación de "relaciones transnacionales y 
transgubernamentales" entre sí69 • Pero sin embargo, el juego de ganan­
cias absolutas entre Estados continúa siendo una de las estrategias 
políticas prevalecientes en las relaciones internacionales y representa a 
su vez una cara sustancial de la interdependencia compleja. 
La intersección entre agendas domésticas e internacionales exige 
que "cada Estado tenga necesariamente que internacionalizar sus re­
glas soberanas para ir reemplazándolas por un proceso de fabricación 
institucional de la sociedad internacional y no de una con significa­
do puramente nacional"1º. En segundo lugar esto también da lugar a 
una estrategia de ganancias relativas donde los Estados más peque­
ños puedan explotar a los más grandes7
' debido a dos razones: los 
más pequeños estarán más identificadoscon el juego de ganancias 
relativas porque están en mejor posición para negociar, mientras que 
los "grandes" tendrán que operar con los "más pequeños" en áreas 
temáticas donde su superioridad esté asegurada, debiendo relegar 
aquellas áreas en donde pierdan competitividad. Esto hará que se 
produzca una "cooperación desigua1"72 • La política exterior econó­
mica estadounidense hacia fines de Jos 80' percibió un declive relati­
vo de poder en contrapartida con un auge de la de Japón, al mismo 
tiempo que visualizaba una importante disminución de la amenaza 
militar soviética. Dentro de Ja burocracia estadounidense, los funcio­
narios estaban ampliamente divididos en Jo atinente a Ja utilidad y 
deseo de una estrategia de ganancias relativas73 referidas a las áreas 
de defensa, satélites y televisión: "Jos tradicionalistas -Jos más orto­
doxos- dijeron que perseguir la estrategia de ganancias relativas era 
lOIF\rlON AÑO VI Nº q 17S 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ... 
una mala guía"''' mientras que "los revisionistas tendieron a ser más 
simpáticos en torno a una política basada en un sensible juego de 
ganancias relativas". Los primeros tenían aún por principio una "con­
cepción territorialista del Estado", mientras que la segunda hacía én­
fasis en la concepción de un "Estado comercial"' 5
, capaz de dirimir 
controversias y recrear soluciones consecuentes con el fortalecimien­
to de la cooperación internacional a partir de una política de ganan­
cias relativas. La ejecución de determinado tipo de política de ganan­
cia~ relaLivas "dependerá según el tipo de contríncanle que t:I yobiemo 
tenga enfrente -aliado o adversario- y del tipo de relación -comer­
cia I o militar" en disputa 76 • En un caso concreto de los 80', M. 
Mastanduno describe : "Japón no ha institucionalizado una versión 
distinta al capitalismo y que su crecimiento en el sector tecnológico 
y comercial está manejado por un Gobierno comercial que utiliza el 
crecimiento, las ganancias del mercado, la eficiencia y el bienestar del 
consumidor"11
• En el sector comercial hacia finales de la guerra fría, 
los EE.UU. persiguieron un juego de ganancias absolutas -a través 
de la reducción incondicional de barreras tarifarias- al mismo tiempo 
que aplicaron políticas de ganancias relativas (apoyo de la integra­
ción europea y tolerancia del proteccionismo japonés y restricciones 
a las inversiones extranjeras directas), discriminando así 
asimétricamente a su propio país78
• Con esto Mastanduno quiere ex­
plicar que "si el poder económico declina y la seguridad externa dis­
minuye, un Estado liegemónico perseguirá relaciones de ganancias 
relativas más abiertas en ternas económicos con sus aliados"79
• No por 
esto debe suponerse que Jos «policy-makers~ estadounidenses apren­
dieron y aceptaron del todo el juego de ganancias relativas. En su li­
bro "Oiplomacy", H. Kissinger, luego de una pormenorizada descrip­
ción acerca de la postura de pro-europea e independiente que Fran­
cia mantuvo durante los 60' frente a Ja NATO y de la intransigencia 
estadounidense -en su condición de primera potencia mundial- de 
desistir de su propuesta de que la Alianza Atlántica de cooperación 
estuviera conformada por los EE.UU. y Europa, concluye que la pos­
tura histórica de EE.UU. respecto al mismo tema, continúa represen­
tando aún hoy una lección no aprendida por su país. Kissínger sos­
tiene que ciertas actitudes de la política exterior estadounidense se 
ven imposibilitadas de zanjar diferencias debido a que los "EE.UU. aún 
tiene que aprender que las naciones cooperan por largos períodos de 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECI O~ !JE LA TEORÍA DE ••• 
tiempo sólo cuando comparten objetivos políticos comunes", siendo 
indispensable para el funcionamiento de un orden internacional el 
"dejar el espacio suficiente para aceptar los diferentes intereses na­
cionales"ªº. 
Conclusiones referidas a los aspectos teóricos 
A la luz de lo descrito se debe dejar en claro la importancia que tie­
nen las "percepciones" en el estudio de las relaciones internacionales, 
siendo que el propósito del "decísion making" estará siempre influido 
a partir de las percepciones que un actor tiene de otro; Keohane resal­
ta la importancia de esto al criticar que "los estudiantes de relaciones 
internacionales no prestan demasiada atención a los estudios psicoló­
gicos que estudia el «decision making» en el laboratorio: los líderes de 
un país viven alejados de los líderes de otro país"81 agrega. Asimismo 
resalta la necesidad y la exigencia en el futuro de dar mejores explica­
ciones y precisión en el estudio. 
En cuanto a la adopción de "políticas recomendadas", la determi­
nación de las mismas "resulta ser una elección -adoptada en medio 
de incertidumbre, información incompleta y adivinanzas acerca del 
otro- donde los mercados poseen variada información"82
• La elección 
será adoptada según la lógica maximizadora de la utilidad de cada 
actor, que tendrá por objetivo allanar diferentes subóptimos y con­
solidar los pilares institucionales internacionales, teniendo la parti­
cularidad de "generar una simetría en la información, para que los 
Estados puedan tener confianza y prevenir el engaño mutuo, hacien­
do que la habilidad cognitiva de la construcción internncional sea más 
importante que las capacidades del poder nacional"83
• Esto será difí­
cil, siendo que no siempre las políticas están acompañadas por una 
preocupación sobre las ganancias relativas sino que cohabitan con 
otros factores84 como: la ideología que guardan los funcionarios de 
gobierno respecto a la política de estado en general, la "interacción 
de las diferentes instituciones burocráticas internas" y la capacidad 
de hacer lobby -para alcanzar un objetivo determinado-. Todos ellos 
hacen que, al trazar una estrategia política, los actores no intenten 
sólo predecir el futuro según estructuras domésticas -como su con­
traparte internacional inmutables85
• 
COLECCIÓN AÑO V1 Nº 9 177 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ... 
Keohane, cuando se refiere a que "la cooperación puede ayudar a 
uno a expensas del otro"!lf>, resalta -f'n rf'<>11mid;i<; ruf'ntas- l;:i.;; condi­
ciones elementales con las los futuros «policy makers» deberán contar: 
"estudiar el proceso acerca de cuándo los gobiernos pueden ponerse 
de acuerdo para coordinar su futuro y pensar en cómo realizar un pro­
ceso de aprendizaje que sea proclive al abandono del estado de anar­
quia e incentive en cambio, la cooperación internacional"07
• 
Una vez expuestos los principales argumentos tanto del neorrealismo 
como del institucionalismo y sus derivaciones se concluirá que, las in­
terpretaciones avanzadas que tanto J. Grieco y R. Keohane dan, coin­
ciden en la existencia de una complementariedad teórica en sus estu­
dios, necesaria para entender las relaciones internacionales. Tanto el 
institucionalismo como el neorrealismo consideran que las ganancias 
de uno u otro actor son necesarias para la supervivencia. Pero cada punto 
de vista teórko observa de manera desigual el comportamiento de las 
ganancias relativas. J. Grieco es quien encuentra "limitaciones" dentro 
del institucionalismo liberal aludiendo que éste aparece incorporando 
preceptos realistas del Estado al "perseguir una posición racional-egoísta 
-los realistas visualizan una posición defensiva del Estado para soste­
ner las capacidades relativas suficientes para permanecer seguros e in­
dependientes en un contexto de autoayuda en la anarquía internacio­
nal"88 -. La preocupación de Grieco es acerca del grado subsistencia de 
incertidumbre: "el posicionalismo defensivo del estado y el problema 
de la cooperación reflejan aún la persistencia de incertidumbre en las 
relaciones intemacionalés,,-ª9 • Mientras tanto, el neoinstitucionalismo se 
defiende asegurando que "la teoría racional institucional dice que la 
discordia no necesariamente resulta de un egoísmo racional': "Si cada 
miembro monitorea la conducta del otro yademás espera cooperar, 
ambos deben ser capaces de ajustar la conducta para reducir la dis­
cordia". "Deben crear principios, normas y procedimientos para en­
frentar un dilema a partir de la coordinación y colaboración bajo con­
diciones de interdependencia"9º. Esta interrelación entre los actores 
debe ser creada a partir de Ja confianza entre ellos, producto del per­
manente intercambio de información: "cada miembro debe facilitar 
el hacer y mantener los acuerdos a través de la provisión de informa­
ción y de la reducción de los costos. Es decir, que el ejercicio de influir 
al otro no depende sólo de las capacidades materiales sino de sus fines 
y significados"91 • 
178 CoLEccroN AÑO v1 Nº 9 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
Conclusiones 
Lo antepuesto pretende ser un intento de acercamiento para en­
tender los principales instrumentos teóricos que aportaron el 
neorrealismo y el institucionalismo al estudio de la política internadu­
nal en los últimos años. Este trabajo tiene como finalidad despertar en 
el estudiante de relaciones internacionales una permanente inquietud 
por el estudio de la disciplina, evitando la adopción de cualquier acti­
tud pasiva y relajada que se vanaglorie sobre una certeza inequívoca e 
irrefutable. Muy por el contrario, la trama compleja de la política inter­
nacional debe desvelar no sólo con permanentes cuestionamientos a 
quien la estudie, sino que debe motivar, a quien se interese por ella, a 
una continua y activa -pero serena- predisposición que tienda al ha­
llazgo de causas y respuestas. Esto es lo que permitirá a la disciplina 
tener rigurosidad a lo largo del tiempo, obligándola así a mantener vivo 
su caráctf'f científico y evitando que sea catalogada como un mero 
estudio principista o descriptivo, carente de la capacidad de interpre­
tar, dirimir y formar -y recomendar- políticas de estado92 • 
La lectura del presente trabajo tampoco pretende conformar al es­
tudiante de relaciones internacionales, ilustrándolo en la descripción del 
neorrealismo y su contraste neoinstitucionaHsta como simples "escue­
las separadas", sino que pretende motivarlo a desentrañar y develar la 
complementariedad bajo la cual operan ambos paradigmas. Esta mu­
tua complementariedad, denominada "neo-neo síntesis" -que bajo nin­
gún pretexto podría ser denominada una fusión-, tiene dos caracterís­
ticas centrales: la primera es que la misma era ya uno de los objetos de 
análisis de la literatura clásica de la disciplina -Tucídides, Maquiavelo, 
Hobbes, Kant, etc.-. Releer los clásicos siempre con::.liluyi;: un but::n ejer­
cicio ya que poseen una fuente de sabiduría inagotable para el estudio 
de la teoría, y permiten evacuar interrogantes presentes con afirmacio­
nes y estudios del pasado y, a su vez, su lectura original evita muchas 
veces que el estudiante caiga en interpretaciones inválidas hechas por 
terceros. En el caso en estudio, cuando uno lee los clásicos encontrará 
o sospechará que finalmente, a quienes habitualmente se comprendió 
-o tildó- de realistas tenían, en realidad, mucho de institucionalistas y, 
quienes actuaron como liberal-institucionalistas, en verdad, poseían 
mucho de realismo político. La segunda característica es que esta 
complementariedad deberá constituir una enseñanza para la futura 
CotEcc10N AÑO vi Nº 9 179 
(OMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE IA TEORÍA DE ••• 
investigación en materia de relaciones internacionales, en el sentido de 
que !os acontecimientos y cambios habidos en los últimos años dan 
cuenta de una "complejización de! análisis" de la disciplina que reque­
rirá un método científico compuesto por "consensos mínimos" entre 
las teorías en disputa, "ínterdísciplinariedad" y mayor "sustento cientí­
fico''. 
En cuanto a la bibliografía clásica más contemporánea, conviene 
destacar que parte de ella tampoco dejará de tener vigencia ya que sus 
autores lei::¡aron herramientas de uso contemporáneo. Anteriormentt> se 
hizo mención a "Teoría de la Política Internacional" de K. Waltz de 1979 
y su contribución al debate de la disciplina durante los 70'y los 80'; 
entender a Waltz sólo a partir de esta obra sería omitir la riqueza de su 
pensamiento y las generosas contribuciones que él mismo hizo a la dis­
ciplina. Su tésis de l 959 sentó un importante precedente al haber des­
crito el comportamiento de la política internacional y su principal con­
flicto -la guerra- a través de tres "imágenes" de las relaciones intt>rna­
cionales. Las mismas constituyen un impresionante despliegue de ar­
gumentos filosóficos, teológicos, económicos y sociales para justificar 
el comportamiento del hombre. El estudiante de relaciones internaciones 
debería tener en cuenta que Waltz ofreció una base epistemológica de 
pensamiento muy sólida para teorizar que abarcan argumentos filosó­
ficos, históricos -tesis del 59'- como argumentos estructural sistémicos 
-tésis del 79'-. Dicha base debería ser una fuente de riqueza y de c-on­
sulta ineludible para quien pretenda estudiar el conflicto internacio­
nal. El hombre representala primera imagen, en ella se analizan las 
causas que llevan a la mente humana a ser egoísta o virtuosa. La se­
gunda imagen, el Estado, hace referencia a fa organización política in­
terna de un estado y al comportamiento de sus estructuras. La tercera 
imagen, Ja guerra, es la que describe el comportamiento de los estados 
entre sí y su desenvolvimiento dentro de la estructura internacional. 
S. Hoffman93 no dudó que la línea de pensamiento de algunas teo­
rías de la política internacional eran sumamente prejuciosas y conte­
nían una fuerte carga valorativa en su intento de explicar los aconteci­
mientos mundiales, siendo esto razón suficiente para que el analista 
quedara asombrado o perplejo -él particularmente confiesa haber es­
tado exhausto en alguna época- dada la abundancia de presupuestos 
reduccionistas y a menudo contradictorios. El fue, junto a R. Aron, 
partidario de no asignar a los hechos internacionales un sentido 
180 CoLECClON ANO v1 Nº 9 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
epistemológico-explicativo basado por ej. en el modt>lo hipotético de­
ductivo, donde la realidad sea analizada como si pudiera aislarse en 
un laboratorio y someterla a distintas pruebas. Por el contrario, fue 
más bien partidario de no apartar el estudio de la realidad del senti­
do histórico, considerando que el estudio de la historia tenía en sí la 
finalidad de comparar hechos, y que la misma constituía una 
inagotablFuente de sucesos muy similares que ayudarían a compren­
der la razonabilidad de los acontecimientos políticos. De la misma 
manera, Hoffman prevenía a los investigadores científicos acerca de 
la peligrosidad de la teoría de caer en la trampa cimentando causas 
vagas e irrelevantes. 
R. Aron pensaba al sentido de la historia como una concientización 
de la historia dada como consecuencia de "atribuir importancia y sig­
nificación a la fortuna cambiante de las armas y las leyes, las ciudades 
y los regímenes, las alternam:ia::. de guerras y revoluciones, de grande­
za y degradación en que meditamos, a través de los siglos, filósofos y 
analistas"94 • En "Historia de las guerras del Peloponeso", Tucídides no 
se propuso analizar ex-pos facto un cuadro determinista de la historia, 
a fin de entender a la misma como una repetición de ciclos que se su­
cedían, sino simplemente narrar de "manera inteligible los sucesos de 
aquella época a la manera de un drama en que una mezcla de decisio­
nes reflexionadas, de falsos cálculos, de impulsos irracionales y de aza­
res han determinado un curso"95
• Su estudio sirvió para poder cons­
truir un rompecabezas de situaciones concretas que tenían por objeto 
comprender de manera racional un marco global a través del tiempo, 
evitando un "determinismo causal que pretenda interpretar a la histo­
ria del hombre a partir de hechos aislados, vinculados de manera in­
cierta e inequívoca"96 • 
En cuanto al futuro método científico de Ja disciplina,una de las 
contribuciones más auspiuciosas fue la noción de "paradigma" intro­
ducida por Kuhn, a partir de la cual, las explicación teórica de la reali­
dad se sustenta en base a una construcción de conceptos y categorías 
amparadas los designios normativos de las ciencias naturales. Si bien 
la teoría tiene un poder explicativo importante a partir de grandes de­
bates, estos no siempre apelaron a la evaluación de las percepciones, 
las imágenes o de la psicología cognitiva97
• O. Waever entiende que no 
es posible la "conmensurabilidad" - la medición- de teorías como si 
ello fuera un mero análisis de laboratorio, como así tampoco es posible 
CoLEcc10N AÑO v1 Nº 9 181 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE lA TEORÍA DE ••• 
desligar aquello que Lákatos entendía por "construcción de hipótesb 
auxiliares" y una "progresiva" evolución de la investigación. Para Waever 
"el deb;:ite interparadigmático consiste en un acuerdo en donde las te'o­
rías de relaciones internacionales son vistas como filtros percepcionales 
inconmensurables y en competencia"98
• "Los debates operan como una 
dialéctica entre cuadros implícitos y autorepresentaciones de la disci­
plina", constituyendo "construcciones parciales e imposiciones artiA­
cíales"99. En un sentido parecido, pero desde una óptica distinta, J. 
Gaddis 1ºº, realiza un mea culpa desde el estudio de la historia de las 
relaciones intermcionJles al explicar que, la descripción "lineal" tanto 
como la "cíclica", son herramientas válidas y complementarias y que, 
llegado el caso, la teoría de los ciclos puede servir como una forma más 
poderosa y conmovedora de llamar la atención que el simple ejercicio 
lineal de la historia y viceversa. Asimismo, objeta cualquier verdad ab­
soluta y preeminencia por parte de la historia como de la teoría, en el 
sentido de que la primera, no puede desentenderse absolutamente de 
un esquema leúrirn, rr1ie11Lras que la segunda, no puede abstraerse en 
sus generalizaciones desconociendo los hechos históricos 1º1
• Gaddis 
advierte que el ejercicio de simulación por medio dt>l cual se pretende 
representar la realidad, deberá establecer un conjunto de parámetros -
o variables de control- razonables lo más claro posible, que permitan 
llevar a cabo una adecuada predictibilidad 1º2
; ese ejercicio tendrá que 
contar la suficiente flexibilidad de criterio tal que permita validar y 
desaprobar teorías y, con una dinámica de experimentación que posi­
bilite un «feedback» o avance y retroceso, tal que permita al investiga­
dor hallar continuamente alternativas y evitar caer en modelos linea­
les. Esta es una buena manera de ordenar la investigación porque la 
misma se circunscribirá a un limitado número de parámetros que des­
echará un uso y abuso "excesivo" de predicciones generales cuyo único 
objetivo sea evitar distorsionar la realidad. 
Los 80' y comienzos de los 90' fueron años en donde el fervor del 
interdebate entre realistas y liberales iría bajando el tono de confron­
tación desarrollado en los 70' y evitaría futuras explicaciones teóricas 
monocausales de la política internacional, dando lugar a que ambos 
paradigmas se constituyeran en parte complementaria de la otra, a fin 
de una mejor comprensión de la realidad. La afirmación del 
neoinstitucionalismo en los 90' no fue consecuencia de la anulación o 
destrucción del neorrealismo, sino el resultado de haber sabido edificar 
182 CoLEcc10N AÑO v1 Nº 9 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
sobre éL Frigir teorías sobre un vacío. es decir, sin tener en cuenta otra 
teoría u otro punto de vista, sería un ejercicio poco productivo ya que 
no se podría medir cuán profundo se ha avanzado en relación a otra 
cosa. Criticando al establishment de la disciplina, J. Rochester dice de 
manera más enfática que "los académicos han estado dando vuelta sobre 
la misma rueda o reinventando la rueda, en vez de avanzar en el cono­
cimiento"1º1, mientras que S. Smith -al referirse los métodos alternati­
vos que la disciplina ofrece- alude una "falta de interés" en la búsque­
da de alternativas al método "positivista"1º4
• El estudiante deberá com­
prender que los cambios y continuidades en la teoría de las relaciones 
internacionales estuvieron sujetos -y lo seguirán estando- al ~·sentido 
crítico" 105 con que se abordó -o se abordará- una determinada cues­
tión. Este representa un elemento de análisis imprescindible, que ja­
más podrá ser considerado inútil porque es el principal responsable de 
que el estudiante origine y cree diferentes prejuicios que le permitirán 
poder contrastar varias ideas, para así poder ir construyendo el límite y 
el contexto sobre los cuales podrá teorizar. Este ejercicio será una ma­
nera de evitar lo que Rochester percibe como una de las causas que 
alientan el deterioro de la cientificidad de la disciplina: la mera narra­
ción de hechos y la reacción del estudiante o científico frente a los úl­
timos acontecimientos, sin prestar la debida atención a tendencias de 
largo plazo u otras posibilidades latentes106
• 
Notas 
*Lic. Ciencia Política egresado de la Universidad de Buenos Aires .Docente 
auxiliar de "Teoría de la Política Internacional" y "Relaciones Internacionales 
Contemporáneas" en la Carrera de Ciencia Política en la Univer!>idad de Buenos 
Aires. Becario de Posgrado del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas 
y Técnicas. 
1. WALTZ K. : "Laws and Theories" in KEOHANE, R.:"Neorealism and its 
critics" Columbia University Press 1986, p. 33 
2. ibídem 
3. WALTZ, K .. : "Reductionist and Systemic Theories" in KEOHANE, R.: 
"Neorealísm and its critics" Columbia University Press 1986, p. 52 
4. KEOHANE, R.: "Theory ofWorld Politics: Structural Realism and Beyond" 
in KEOHANE, R.:"Neorealism and its critics" Columbia University Press 1986, 
p. 160 
(OLECClON AÑO Vl Nº 9 183 
(OMPRENDIENOU ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
5. KEOHANE, R. -NYE, J.: Power ;imJ lr1Lt:rdependence revisíted". 
lnternationa 1 Orga niz<Jtion 41,4, Autumn 1987, p. 729 
6. RUGCllE, J.: "Continuity ancl Tr;insformation in World Polity: Toward a 
Neorealis Synthesis" in KEOHANE, R.:"Neorealísm and íts critics" Columbia 
University Press 1986, p. 142 
7. ibídem 
8. Ruggie ejemplifica esto en el sentido de que las relaciones sociales, por 
antigua<; í]Ue parecieron, definieron y marcaron siempre una etapa CQncreta de 
la historia del hombre; durante la era del "Estado feudal" la "relación" caracte­
rística de la época fue la el "amo" con el "esclavo", mientras que la "propiedad 
privada" lo fue durante la era del "Estado mUlkrno". Estos dos "momentos his­
tóricos", desde el punto de vista conceptual y real, fueron analizados por E. 
Ourkheim teniendo en cuenta el grado de desarrollo de la "densidad" habido en 
esas sociedades. Esta "densidad" le permitía medir la cantidad, velocidad y diver­
sidad de las transacciones con las que desarrolló la sociedad. Op. cit. p. 143 
9. KEOHANE, R.: "Theory ofWurld Politics ... " pp. lG0-161 
10. KEOHANE, R.: "Theory ofWorld Politics ... " pp. 161 162 
11. KEOHANE. R. -NYE, J.: op. cit. p.729 "Nuestro análisis estuvo clara­
mente enmarcado en la teoría de la interdependencia, la que compartía custíones 
con el liberalismo, no hicimos ningún esfuerzo para localizarnos respecto a la 
tradición liberal''. 
12. BUZAN, B.: "The tímeless widsom od realism" in SMlTH, S.- BOOTH, 
K.-ZALEWSKl, M.: '1nternational theory: positivism and beyond''. Cambdridge 
Universíty Press 1996, U.K., p. 56 
13. ROCHESTER, J.M.: "The rise and fati of international organization as a 
field uf study". lnternational Organization 40,4, /\utumn 1986, p. 791 
14. COX, R.W.: "SociaLForces, States and World Orders: Beyond lnternational 
Relations Theory" in KEOHANE, R.:"Neorealism and its critics" Columbia 
University Press 1986, op. cit. p. 233 
15. COX, R.W.: op. cit. p.234 
16. COX, R.W.: op. dt. p.236 
17. POULANTZAS, N: Clases sociales y poder político en el Estado Capitalista. 
Siglo XXI, México D.F., 1985 p.94-9518. ASHLEY, R.: "The Poverty of neorealism"in KEOHANE, R.:"Neorealism 
and its critics" Columbia University Press 1986, p. 256 
19. Gilpin dijo que los clásicos como Tuddides estudiaban el impacto de 
aspectos comerciales (su expansión y sus consecuencias) y la monetización de 
las economías agrarias (Op. cit. p.308) y agrega que "durante los siglos XVll y 
XVlll, el interés nacional era identificado más con el comportamiento de la 
balanza comercial y la de pagos. Un Estado necesita necesitaba de oro y plata 
para poder emprender campafü1s militares". Op. dt. p.309 (citando a Jacobo 
Viner) 
184 CotEcc10N AÑO vr Nº 9 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORlA DE ••• 
20. GILPIN, R.: "The Richness of the Tr::idition of Politicnl Rcalism" in 
KEOHANE, R.:"Neorealism and its critics" Columbia University Press 1986, op. 
cit. p .. 310 
21. KEOHANE, R.-NYE, R.: op. cit. p. 729 
22. WALTZ, K.: "Retlections on Theory of lnternational Politics: A Response 
to My Crítics" ín KEOHANE, R.:"Neorealism and its critics" Columbia University 
Press 1986, p. 328 · 
23. WALTZ, K.: "Retlections on Theory ... " pp. 328-329 
24. WALTZ, K.: "Reflections on Theory ... " p. 331 
25. BULL, H.: The Anarchical Society. Columbia University Press, New York 
1977, p.22. Es importante tener en cuenta además qué es lo que se entiende 
por "orden mundial". H. Bull dice que "Orden mundial es más fundamental y 
primordial que el orden internacional porque las últimas unidades de la gran 
sociedad humana no son los estados ( o naciones, tribus, imperios, clases o 
partidos) sino la existencia del individuo humano, que mantiene una relación 
permanente e indestrnctihle" p. 22 
26. RUGGIE, J.: op. cit. p. 151 
27. BUZAN, B.: op. cit. p.58 
28. RUGGIE, J.: op. cit. p. 141 
29. KEOHANE, R.: op. cit. pp. 167-168 
30. BALDWIN, D.: "Neoliberalism, Neorealism, and World Politics" in 
BALDWIN, D.:"Neorealism and Neoliberalism: The Contemporary Debate" Co­
lumbia University Press, New York 1993 pp. 4-11 
31. BALDWIN, D.: op. cit. p. 14 
32. ibídem 
33. WALTZ, K.: El hombre. el Estado yla Guerra. Editorial Nova Ruenos Aires 
p. 11 
Son importantes los comentarios de K. Waltz en "Man, State and War" de 
1959, acerca de la conduela humana y los motivos que la llevan a un estado 
de guerra: p.11. Es ilustrativo el aprendizaje que Waltz rescata acerca del pen­
samiento clásico (Hobbes, Rousseau, San Agustín, Niebhur, etc.) para poder 
entender la naturaleza hostil del ser humano, su instinto de autoconservación 
y sus ambiciones de poder, siendo estos quienes lo llevarán a convivir en un 
permanente estado de tensión entre sus µares. 
34. MILNER, H.: "The Assumption of Anarchy in lnternational Relatíons 
Theory: A Critique" in BALDWIN, D.:"Neorealism and Neoliberalism: The 
Contemporary Debate" Columbia University Press, New York 1993 op. cit. p. 147 
35. MILNER, H.: op. cit. p. 148 
36. MILNER, H.: op. cit. p. 1 54 
37. MILNER, H.: op. cit. p. 155 
38. MILNER, H.: op. cit. p. 157 
39. ibídem 
COLECCION AÑO Vl Nº 9 185 
(OMPRENDIENDO ALGUNO~ ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
40. STEIN, A.: "Coorclin<Jtion ;rncl coll<JboraLur1: Regímenes in an anarchic 
world" in BALDWIN, O.:"Neorealism and Neoliber<Jlism: The Contemporary 
Debate" Columbi;:i University Press, New York 1993 p. 29 
41. STElN, A: op. cit.p.30. En la p.38 del mismo trabajo resalta este tipo de 
conducta durante la risis económica de los años JO'. Para él, la crisis tuvo como 
causa fundamental las diferentes posturas dt: comercio interm1cíonal adoptada 
por cada nación. 
42. STFIN, A.: op. cit p. 37 
43. STElN, A.: op. cit. p. 38 
44. LIPSON, C.: "lnternational Cooperation in Economic and Security Affairs" 
in BALUWIN, D.:"Neorealism and Nt:uliberalism; The Contcmpornry Debate" 
Columbia University Press, New York 1993 op. cit. p. 61 
4i;_ LIPSON, C.: op. cit. p. 62 
Asimismo, en "Rational Choice" de 1986, J. Elster sostiene que "la teoría de 
la elección racional apeló a tres elementos en la situación elegida: el primero, 
cursos de acción viables qut: ~atisfagan constreñimicntos lógicos, físicos y eco­
nómicos. El segundo, un juego de creencias racionales sobre las causas estructu­
rales de la situación, que determinará qué cursos de acción primarán en relación 
a qué desarrollos. El tercero, un ránking de alternativas viables, usualmente deri­
vadas de un ránking de desarrollo con las cuales esperan liderar''. p. 4. 
"Por otro lado se debe tener en cuenta que la racionalidad nos dicta la op­
ción a elegir la expectativa de más utilidad y no la de mayor beneficio". "Asu­
miendo que estamos de cara a elegir bajo incertidumbre ... , la elección racional, 
nos dice algo acerca de lo que debiéramos hacer? Muy poco. Nos dice que no 
podemos contar racionalmente las consecuencias de una opción , excepto lo 
mejor y lo peor" p .. 6 
46. ELSTER, J: Ratianal Choice. New York University Press, Washington 
Square, New York 1986, p. ;- -
47. LIPSON, C.: op. cit. p. 63 
48. LIPSON, C.: op. cit. p. 64 
49. LlPSON, C.: op. cit. p. 65 
50. LIPSON, C.: op. cit. p. 66 
51. LIPSON, C.: op. cit. p. 68 
52. AXELROD, R. - KEOHANE, R.: "Achievmg Cooperation Under Anarchy: 
Strategies and lnstitutions" in BALDWIN D.:"Neorealism and Neoliberalism: The 
Contemporary Debate". Columbia University Press, New York 1993 p. 85 
53. AXELROD, R. - KEOHANE, R.: op. cit. p . 87 
54. ibídem 
55. Axelrod y Keohane sostienen que ~las depresiones de 1873-96 y la de 
los años 30' estimularon la demanda de protección por parte de individuos y 
de empresas. Ello redujo los incentivos de los gobiernos para cooperar tanto 
con uno como con otro''. Es decir que "los gobiernos no pudieron calcular y 
186 CoLECc10N AÑO v1 Nº 9 
CüMPRl::NLJll::NUO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
resolver los co~los que generaron e~t<J~ µerceµcium:s ª partir de facture~ uuje­
tivos, ya que las percepciones de los actores estaban definidas según su inte­
rt'>s". p. 88 
56. AXELROD, R. - KEOHANE, R.: op. cit. pp. 91-92 
57. AXELROD, R. - KEOHANE, R.: op. cit. p. 94 
58. AXELROD, R. - KEOHANE, R.: op. cit. p. 95 
59. AXELROD, R. KEOHANE, R.: op. cit. p. 99 
60. AXELROD. R. KEOHANE, R.: op. cit. p. 104 
61. GRIECO, J.: "Anarchy and the Limits of Cooperation: A Realist Critique 
of the Newest Liberal lnstitusionalism" in BALDWIN, D.:"Neorealism and 
Neoliberalism: The Conternµorary Debate" Columbia University Press, Nc:w York 
1993 p. 122 (Axelrod 1984:7, Keohane 1984: 66-69, Axelrod-Keohane 1985: 
231, Lipson 1984: 2, Stein 1983: 120-124). 
62. GRIECO, J.: op. cit. p. 125 
63. GRIECO, J.: op. cit. p. 128 
Robert Pfaltzgraff escribe en "The Unitc:d Statc:s and the world: reconc:iling 
post cold war security interests and values" que "la política exterior norteame­
ricana, en el siglo XX, como lo he notado, ha tenido una no fácil coexistencia 
entre el énfasis puestos en el orden político mundial y en el balance de poder''. 
"W.Wilson ha alimentado esta contradicción. Bajo su liderazgo, nosotros en­
tramos en la primera guerra en un esfuerzo, como lo llamó T. Jefferson, para 
prevenir la dominación del continente europeo por un sólo poder". "Al mismo 
tiempo, Wilson retomó el concepto de equilibrio de poder como un principio 
de gobierno de las relaciones de política internacional en favor de un orden 
político mundial basado en la seguridad colectiva como lo dispuesto en la con­
vención de la Liga de las Naciones". 
64. SNIDAL, D.: "Relative gains and the Pattem oflntemational Cooperation" 
in BALDWIN, D.:"Neorealism and Neoliberalism: The Contemporary Debate" 
Columbia University Press, New York 1993, p. 171 
65. ibídem 
66. ibídem 
67. POWELL, R.: "Absolute and relative Gains in lnternational Relations 
Theory" in BALDWIN, D.: "Neorealism and Neoliberalism: The Contemporary 
Debate" Columbia University Press, New York 1993 pp. 215-216 
68. MASTANDUNO, M.: "Do Relative Gains Matter? American's Response 
to japanese Industrial Policy" in BALDWIN, D.: "Neorealism and 
Neoliberalism: The ContemporaryDebate" Columbia University Press, New 
York 1993 p .. 251 
69. Keohane y Nye sostienen en Poder e interdependencia de 1977 que "las 
corporaciones multinacionales pueden ser significativas tanto como actores 
independientes o como instrumentos manejados por los gobiernos. Las actitu­
des y plataformas políticas de los grupos internos probablemente se vean afecta-
(OLECCION AÑO Vl Nº 9 187 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE ••• 
UJ) 1-1u1 lu comunicJción, Oll:JJllÍLadJ u rru, tnlre eliu) y )LIS t1omólogos en el 
exterior·: p. 52 
70. KEOHANE, R.: "Hobbes's Dilemma and lnstitutional Change", publihrd 
in: Holm, H and Sorensen G. eds.: "Whose World Order? Under Globalization 
and he End of the Cold War", Westview Press, EE.UU., Feb. 1995 p. 174 
71. SNIDAL, D.: op. cit. p. 198 
72. ibídem 
73. MASTANDUNO, M.: op. cit. p. 252 
74. MASTANDUNO, M.: op. cit. p. 254 
75. R. Rosecrance escribió en "The rise of trading State-Comemerce an 
conquist in the modern world" de 1986 que posteriormente a la segunda gue­
rra mundial -y como consecuencia de su derrota- algunos Estados habían 
quedado en la imposibilidad de proseguir un expansionismo territorial, te­
niendo que recurrir en cambio a una alternativa de desarrollo económica y 
comercial. Este cambio de actitud, permitió a países como Alemania y Ja­
pón, evitar el aislamiento internacional adoptado previo a la contienda, 
adoptando una política de consolidación de relaciones internacionales. Para 
una mejor comprensión se recomienda leer las p. l 58-159 del Libro de 
Rosecrance. "Resulta correcto afirmar que ambos países se decidieron a 
probar suerte con el comercio exterior, una vez que el resultado de la se­
gunda guerra mundial les desengañó de la oportunidad del expansionismo 
militar. Habían quedado imposibilitados de guerrear a gran escala durante 
un cierto tiempo, por lo que no les quedaba más remedio que adoptar el 
sistema comercial como única alternativa a su alcance". En la p.159 dice 
que " ... el cambio de la tendencia obligaba a los pequeños Estados, que 
quisieran consolidarse a establecer relarionpo;; ron otros países y a no pre­
tender mantenerse en U!J aislamiento inviable. El resultado fue lo que he­
mos dado en llamar el sistema comercial...". 
Al mismo tiempo afirmaba que "la nueva vocación de las naciones comer­
ciales ha llamado la atención de muchos paises, y aqu.ellos que se han sumado 
a esta tendencia han sido recompensados de una forma increíble muchas veces 
con ganancias mayores y más durareras que las conseguidas por sus colegas 
orientados por principios militaristas y territoriales". p. 173. 
76. MASTANDUNO, M.: op. dl. p. 256 
77. MASTANDUNO. M.: op. cit. p. 254 
78. MASTANDUNO, M.: op. cit. p. 257 
79. MASTANDUNO, M.: op. cit. p. 258 
80. KlSSlNGER, H.: Diplomocy. Touchstone-Simon él: Schuster lnc., New York 
1995, p. 616. 
81. AXELROD, R. - KEOHANE, R.: op. cit. p.107 
82. MILNER, H.: op. cit. p.167 
83. KRASNER, S.: "Global communications and national power: Life on the 
188 (OLECCION AÑO Vl Nº 9 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORIA DE ••• 
Pareto Frontier" in BALOWIN, O.: "Neorealism and Neoliberalism: The 
Contemporary Debate" Columbia University Press, New York 1993 p. 243 
84. MASTANDUNO, M.: op. cit. p. 261 
85. MASTANDUNO, M.: op. cit. p. 264 
86. AXELROD, R. - KEOHANE, R.: op. cit. pp. 113-114 
87. AXELROD, R. - KEOHANE, R.: op. cit. p. 114 
88. GRlECO, J.: "Undestanding the' Problem of lnternational Cooperation: 
The Limits of neoliberal lnstitusionalism and the Future of realist Theory" in 
BALDWIN, D.: "Neorealism and Neoliberalism: The Contemporary Debate" Co­
lumbia University Press, New York 1993 p. 303 
89. GRIECO, J.: "Understanding the Problem ... ".p. 313 
90. KEOHANE, R.: "lnstitutional Theory ... " p. 273 
91. KEOHANE, R.: "lnstitutional Theory ... " pp. 273-274 
92. William G. Summer escribió en 1914: "Todo el método de especulación 
abstracta sobre tópicos políticos se encuentra viciado. Se ha hecho popular por­
que no es demasiado difícil. Es más fácil imaginar un mundo nuevo que apren­
der a conocer el que tenemos. Es más fácil embarcarse en especulaciones basadas 
en una pocas hipótesis que estudiar la historia de los estados y las instituciones. Es 
más fácil tomar al vuelo un dogma popular que analizarlo para ver si es verdadero 
o falso. Todo esto lleva a la confusión, a admitir frases hechas y banalidades, a 
mucha discusión pero a pocas conclusiones en el campo de la prosperidad de las 
naciones." "Democracy and Representative Govemment" in The Challenge ofFacts 
anr! Other Es<;ays, Yale University Press, New Haven, 1914, pp. 245-246 
93. HOFFMAN, S.: Jan o y Minerva. Ensayos sobre la guerra y la paz. GEL 1991 
Buenos Aires., Argentina, p. 27 
94. ARON, R.: Dimensiones de la conciencia histórica. FCE. 1983, México D.F., 
México, p. 40 
95. ARON. R.: op. cit. p. 41 
96. ARON, R.: op. cit. p. 45 
97. WAEVER, O.: "Rise and fall of the inter-paradigm debate" in SMITH, 
S.- BOOTH, K.-ZALEWSKI, M.: 'lntermHionaf theory: positivisrn and beyond': 
Cambdridge University Press 1996, U.K., pp. 158-159 
98. WAEVER. O.: op. cit., p. 160 
99. WAEVER, O.: op. cit., p. 175 
100. GADDIS, J.L: The United States and the End of the Cold War. lmplications, 
Recansideratians, Pravocations. Oxford University Press, New York 1992, p. 190 
101. ibídem 
102. GADDIS, J.L.: op. cit., p. 191 
103. ROCHESTER, J.M.: op. cit., p. 778 
iü4. SMITH, S.: "Positivism and beyond" in SMITH, S.- BOOTH, K.­
ZALEWSKI, M.; '1nlernalional Lheory: positivism and beyond". Cambdridge 
Universíty Press 1996, U.K., p. 32 
(OLECCION AÑO V1 Nº 9 189 
COMPRENDIENDO ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORiA DE ••• 
105. KEOHANE. R.: "Realisrn, Neore<Jlism ;:ind the Study of World Politics", 
in KEOHANE, R.:"Neorealism and its Critics" Columbia University Press New York 
1986. p. 3 
106. ROCHESTER, J.M: op. cit., p. 803. 
190 CoLEcc10N AÑO v1 Nº 9

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