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Métodos Anticonceptivos en Roma

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MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS EN LA ANTIGUA ROMA
Había una Ley que se llamaba Cornelia que fue promulgada por el dictador Lucio Cornelio Sila en la cual prohibía las prácticas abortivas. Un emperador llamado Augusto, preocupado por las bajas tasas de natalidad existentes en la época, promulgó ciertas medidas para obligar a los jóvenes romanos a contraer matrimonio y prohibió el uso de los anticonceptivos y el aborto.
El médico Sorano de Éfeso, contemporáneo de Adriano (76-138), recomendaba en su Ginecología 1, el uso de una mezcla compuesta por aceite rancio de oliva, miel y bálsamo o resina de cedro, que debía introducirse en el útero.
También propugnaba el uso de un método que se reveló bastante eficaz. Éste consistía en introducir una bola de lana en la vagina que era empujada hasta la entrada del cuello del útero, previamente empapada de vino u otras sustancias de textura gomosa (un líquido en el que previamente se había disuelto corteza de pino).
Otro método consistía en crear una costra sobre el pene, mediante una pomada que poseía la cualidad de matar el esperma, al cerrarle el acceso al cuello del útero.
En época romana se utilizaban amuletos como anticonceptivos.
El uso de amuletos se usaba principalmente en las clases bajas. Mencionaron también algunos tipos de amuletos que las mujeres usaban para no quedarse embarazadas. Algunos de ellos eran tan curiosos como los que se fabricaban con una determinada especie de araña que, envuelta en un pedazo de piel de ciervo, se colgaba al cuello de la mujer antes de salir el sol.
También usaban tampones, con el fin de cerrar el orificio del útero y evitar que el semen llegue al útero de la mujer. Estos métodos eran efectivos, no eran parte de las creencias de la población romana. Los médicos modernos estaban de acuerdo con estos métodos, ya que proporcionaban resultados eficaces.
LA SEXUALIDAD EN LA ANTIGUA ROMA.
Las relaciones sexuales comenzaban muy pronto a los doce años entre las mujeres y a los catorce entre los hombres. En el matrimonio era una operación de compra. El padre disponía del máximo poder sobre los hijos, teniendo el derecho de poder darles la muerte o venderlos como esclavos. Como el matrimonio se basaba en la dote de la hija, ésta era considerada como un objeto precioso por parte del padre, que esperaba obtener un beneficio de la boda.
En la práctica de la prostitución, las mujeres que la ejercían pertenecían a distintas clases sociales. Esas eran: Las delicatue, damas mantenidas por los varones ricos y prominentes: las famosae, estas eran de las familias vulnerables cuya afición por el sexo era conocida; las dorae que caminaban desnudas por la ciudad; las lupae desarrollaban sus actividades bajo los templos, los puentes y la estructuras del coliceo; las copae, servían en las tabernas, podían desempeñarse como acompañantes sexuales por una noche; las noctiliae, ejercían su servicio en las noches; además de las Bustiariae, las Blitidae, las Florariae y las Gallinae.
Los romanos fueron los primeros en utilizar el preservativo como método de barrera contra las enfermedades venéreas. Se empleaban las tripas y las vejigas de los animales para cubrir el pene, pues estos tejidos tenían una gran capacidad de tensión.
Era legalmente aceptable para los hombres romanos tener sexo así con mujeres y hombres prostitutos como con esclavos, siempre y cuando el hombre romano fuese el activo.
En Roma imperial la violación ocupaba un lugar importante en la vida sexual, se consideraba que el individuo forzado obtenía placer de ello. El modelo de la sexualidad romana era la relación del amo con sus subordinados como su esposa, paje o esclavos, es decir, el sometimiento. El placer femenino era totalmente ignorado. En la moral sexual la oposición era someter. Someter era una alabanza, ser sometido era vergonzoso solamente si se era un varón adulto libre. Si se era mujer o esclavo era lo natural.
ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEXUAL EN LA ANTIGUA ROMA.
Hoy, la prostitución conlleva el peligro real de la transmisión de enfermedades sexuales. En esto, las prostitutas grecolatinas tenían menos motivos de preocupación. El VIH-SIDA no existía en la Antigüedad y no se conocía la sífilis. Es posible que en el Imperio romano existiera la gonorrea, pero como no deja marcas en los huesos, la osteología no puede ayudarnos y los escritos médicos no son concluyentes. De modo que hasta cierto punto las prostitutas podían practicar su profesión sin peligros de contagio de enfermedades de transmisión sexual muy graves. En este apartado, la vida en la Antigüedad era más segura que en tiempos modernos.
La prostitución estaba muy extendida. Quien caminara por cualquier ciudad, vería prostitutas en los alrededores del foro, haciendo señas desde las casas u ofreciéndose a la salida del teatro. En buenas circunstancias, las prostitutas podían llevar una vida incluso mejor que la del ciudadano medio, pero si las condiciones eran malas, una despiadada explotación podía dar lugar a una muerte temprana.
Los romanos describen las verrugas genitales (virus papiloma humano) que se transmiten por relaciones sexuales. Hasta bien entrado el siglo XX se creía erróneamente que la infección de las verrugas o condilomas genitales formaba parte de las infecciones sifilíticas y gonorréicas.
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS EN LOS PUEBLOS NORMANDOS.
LA SEXUALIDAD EN LOS PUEBLOS
NORMANDOS.
Su moral sexual era bastante más abierta que la del resto de culturas europeas, los hombres podían tener varias concubinas bajo su techo, estas concubinas por regla general era esclavas, aunque bajo este régimen de concubinato también podían unirse alguna mujer libre. La existencia de esta esclavitud de carácter sexual estuvo bastante generaliza dentro de la cultura vikinga, por lo que el comercio de esclavas alrededor de la cuenca del volga fue un negocio muy próspero.
Los normandos denominaron matrimonio 'more danico' (a la manera danesa), donde un hombre podían casarse oficialmente con dos mujeres y donde los hijos frutos de este segundo matrimonio eran considerados legítimos.
En la sociedad vikinga la mujer tenía un rol activo y su figura era enormemente respetada.
Para el matrimonio solía ser durante la adolescencia, en torno a los 15 años. Como la mayor parte de culturas del mundo, el concepto de virginidad, asociado a la pureza, era muy importante, ya que se ponía en entredicho el honor y la honra de toda la familia.
A pesar de esa libertad de la mujer, el matrimonio no era cosa del amor ni del enamoramiento, por lo que la opinión de la mujer solía contar bien poco. El matrimonio era considerado como un negocio familiar, ya que lo que primaba a la hora de contraer nupcias era establecer alianzas familiares o mejorar económicamente la situación de ambas familias.
ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEXUAL EN LOS PUBLOS NORMANDOS.
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