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Ludwig van Beethoven: Genial e Atormentado

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ARTÍCULO ESPECIAL
Rev Med Chile 2018; 146: 91-95
Ludwig van Beethoven, el genio 
de Bonn atormentado por sus 
enfermedades: su historia médica
Marcelo Miranda
A medical biography of Ludwig van Beethoven
Much emphasis has been given to the deafness of Ludwig van Beethoven 
and its potential causes. However, when analyzing several symptoms reported 
by himself throughout his life in many letters and his final illness, a common 
etiology emerges. This article reports the medical history of this artist, based on 
authoritative scientific sources.
(Rev Med Chile 2018; 146: 91-95)
Key words: Autoimmune diseases; Deafness; Famous Persons.
Clínica Las Condes. Santiago, 
Chile.
Trabajo no recibió 
financiamiento. El autor declara 
no tener conflicto de interés.
Recibido el 11 de septiembre de 
2017, aceptado el 23 de enero 
de 2018.
Correspondencia a:
Marcelo Miranda
Lo Fontecilla 441. Santiago, Chile.
Marcelo.miranda@clc.cl 
6272
Existen pocos ejemplos en la historia de la 
música más impactantes que el de Ludwig van 
Beethoven (Figura 1)1, en cuanto a los efectos que 
una enfermedad puede producir en la vida de un 
artista o que, a pesar de ella, se logren realizar obras 
maestras. Ese es el caso de Beethoven, quien aque-
jado de una sordera precoz, se vio severamente 
invalidado por este déficit en los aspectos sociales, 
no obstante, no disminuyó su genio creativo.
Obras portentosas como la Novena Sinfonía, 
fueron escritas estando completamente sordo. 
Aún existen controversias acerca del origen de su 
defecto auditivo, como también de la etiología del 
síndrome hepatorrenal que le provocó la muerte, 
o si existió una causa común para estos 2 trastor-
nos2-6. Los intentos para determinar el origen de 
su sordera llevaron en 2 ocasiones a exhumar sus 
restos en 1863 y 1888, sin mayor aporte.
En este documento, se presentan aspectos 
médicos poco conocidos de la vida de Beethoven, 
que permiten plantear un diagnóstico etiológico 
de sus síntomas.
Su historia médica
Beethoven nació el 16 de diciembre de 1770 
en Bonn, Alemania, en una familia humilde. Fue 
el segundo de 7 hijos, de los cuales sobrevivieron 
sólo 3, incluyendo sus hermanos Karl y Johann. 
Su padre, que era tenor en la capilla del elector de 
Colonia, lo impulsó a estudiar música muy tem-
pranamente, imponiéndole una dura disciplina en 
sus tareas. Mostrando un talento impresionante, 
dio su primer concierto público a los 7 años, y a 
los 12 publicó su primera composición. Su padre 
falleció víctima del alcoholismo cuando Beetho-
ven tenía 21 años. Su madre había fallecido de 
tuberculosis pocos años antes, cuando él tenía 17 
años. Beethoven permaneció en Bonn los primeros 
22 años de su vida, pero luego de la muerte de su 
padre, se trasladó con su familia a Viena, debien-
do encargarse de solventar su hogar. Durante los 
primeros 20 años de su vida poco se sabe de su 
historia médica, salvo que era asmático desde los 
5 años y que continuó teniendo un “débil tórax”. 
Sin embargo, se desconoce si tuvo tuberculosis. Sí 
se sabe que padeció de varicela, la que dejó secuelas 
de cicatrices faciales2.
Desde los 22 años, Beethoven presentó sinto-
matología digestiva que lo acompañó toda la vida. 
Tuvo períodos intercurrentes de diarrea, en raras 
ocasiones sanguinolenta, dolor abdominal tipo 
cólico, el que inicialmente la ingesta de alcohol 
lo aliviaba2-4.
Su defecto auditivo, que ya era notorio a los 
27 años, comenzó en el oído izquierdo y luego se 
hizo bilateral2-4. La hipoacusia era frente a sonidos 
mailto:Marcelo.miranda@clc.cl
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de alta frecuencia, asociada a severo tinnitus, con 
pobre discriminación y reclutamiento, indicador 
de compromiso sensorio-neural. Beethoven usó 
elementos como trompetas de oído, y una varilla 
de madera que colocaba en sus dientes (y el otro 
extremo apoyado en el piano para intentar oír 
mejor) (Figura 2)1,2. Sin embargo, no fueron de 
real utilidad, ya que el defecto era principalmente 
sensorio-neural y no de conducción. Mantuvo 
oculto su déficit por 3 años y recién lo manifestó 
a su amigo Wegeler en cartas de 1801: “déjeme 
contarle que mi más preciada posesión, mi audi-
ción, se ha deteriorado en estos últimos 3 años, 
he estado muy desesperado. Para darle una idea 
en el teatro estoy obligado a inclinarme hacia el 
escenario para entender a los actores o músicos 
y por momentos no escucho nada de notas altas 
de que ellos dan. Frecuentemente, puedo oír una 
conversación en bajo volumen, pero no logro 
distinguir las palabras”8,9. Ya a esta edad manifestó 
depresión “el cielo solo sabe lo que va ser de mí… 
me informaron que mi sordera no tiene cura. Ya 
he maldecido a mi creador y a mi existencia. Ud. 
puede darse cuenta qué triste vida debo tener, 
viendo que he sido retirado de todo lo que es 
querido y precioso para mí… debo retirarme de 
todo”. El defecto auditivo produjo en Beethoven 
una pérdida de la autoestima, labilidad emocional, 
aislamiento progresivo y negligencia con sí mismo. 
En varias cartas manifestó ideación suicida, que 
sólo fue evitada por su sentido moral y el amor 
a la música: “hace una semana en el campo, el 
no poder escuchar el sonido de una flauta me 
provocó tanta desesperación que por poco más 
pongo fin a mis días, solo mi arte fue lo que me 
hizo retroceder”2.
En 1812, el músico Ludwig Spohr escribió: “era 
tarea difícil hacerse entender por Beethoven, uno 
tenía que gritar tan fuerte que podría oírse a tres 
habitaciones más allá”8,9. Entre 1812 y 1814 (41-45 
años de edad), todas sus visitas tenían que gritar 
para hacerse entender. En 1814 comenzó a usar las 
trompetas de oído. En enero de 1815 fue su última 
presentación pública. En 1817 ya no pudo escu-
char música y debió usar libros de conversación, 
en los cuales sus interlocutores se comunicaban 
con Beethoven a través de la escritura2,8,9. En 1818 
la audición no le permitía la comunicación oral 
a pesar de los implementos que usaba. Desde los 
50 años, es decir 1820, estaba funcionalmente sor-
do2,8,9. En 1822 intentó conducir su ópera Fidelio, 
pero fue forzado a abandonar el intento. Después 
de 1822, Beethoven no vuelve más a intentar ayuda 
médica. En 1824, a la edad de 54 años, en la pre-
mière de su 9ª Sinfonía, no pudo percatarse de la 
ovación que estaba recibiendo hasta que una de 
Historia médica de Beethoven - M. Miranda
Rev Med Chile 2018; 146: 91-95
Figura 1. Beethoven, ya sordo, escribiendo la Misa solemnis, 
en 1819.
Figura 2. Los implementos que Beethoven usó para ayudarse 
en su sordera desde 1814.
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ARTÍCULO ESPECIAL
las cantantes, la contralto Karoline Ungar, lo hace 
girar de cara al público2,8,9. En esos años, Beethoven 
se vuelve negligente consigo mismo, comienza 
a ingerir alcohol con frecuencia, especialmente 
ponche y vino de la variedad húngara. Se le veía 
frecuentemente caminando solo en las calles sin 
sombrero, con un viejo abrigo y una apariencia 
descuidada. Su comportamiento llegó a ser ex-
traño, con frecuentes ataques de irritabilidad. Su 
relación con los médicos era peor que nunca y 
frecuentemente los descalificaba. En este período 
eran frecuentes sus quejas de problemas diarreicos 
y también malestares reumáticos2.
La sordera tuvo un importante papel en las 
composiciones de Beethoven, las que pueden di-
vidirse en 3 períodos de acuerdo a sus biógrafos. El 
primero, que se extiende hasta 1800 y que corres-
ponde al inicio de su sordera, muestra la influencia 
de sus maestros Haydn y Mozart. El período medio 
corresponde al inicio y progresión de su sordera 
(1800-1815), durante el cual compone su hermosa 
sonata Claro de Luna y las Tercera, Cuarta, Quinta 
y Sexta Sinfonías. El último período coincide con 
su total sordera y severa enfermedad sistémica. 
En este período de “silencio” es que compuso la 
grandiosa Novena Sinfonía, la Misa Solemnis los 
últimos 6 cuartetos de cuerdas y las últimas sonatas 
para piano2.
La mayor parte de la música que por siempre 
ha influido y sobrecogido a millones deseres 
humanos desde entonces surgió de la mente de 
este hombre que no pudo escuchar nada de ella.
La sintomatología digestiva hasta su final y 
su etiología más plausible
Desde los 22 años Beethoven presentó diarrea 
recurrente con dolor abdominal, que derivaron 
en una severa postración y anorexia2,3. Estos 
episodios aumentaron en severidad, frecuencia y 
duración con el paso del tiempo. En 1821, tuvo 
un prolongado episodio de ictericia, dolor abdo-
minal y vómitos. La ictericia persistió por meses, 
volviendo a presentarse en un segundo episodio 
en 18252. En los últimos 3 meses de vida mani-
festó claramente signos de insuficiencia hepática, 
gatillados por cuadros de neumonía en diciembre 
de 1826 y a principios de marzo de 18272. Se hizo 
evidente una ascitis marcada, requiriendo en cua-
tro oportunidades paracentesis, practicadas por el 
Dr. Andreas Wawruch, drenándose hasta 22 litros 
en una ocasión. Presentó una nueva neumonía 15 
días antes del desenlace fatal.
Falleció el 26 de marzo de 1827 a las 18 h de lo 
que ahora se conoce como síndrome hepatorre-
nal, probablemente agravado por una peritonitis 
bacteriana espontánea2,3,6. La escena de la muerte 
es revivida por uno de los presentes, Anselm 
Huttenbrenner: “a eso de las 5.30 PM se vio un 
rayo seguido de un gran trueno, iluminándose el 
lecho de Beethoven, quien abrió sus ojos, levantó 
su mano derecha y con la mano empuñada dijo: 
poderes hostiles, los desafió, Dios está conmigo”8. 
Al dejar caer la mano, sus ojos se cerraron a me-
dias. No se sintió más respiración ni más latidos 
cardiacos”. Su funeral tuvo una asistencia calcu-
lada en 20.000 personas8-10 (Figura 3).
La causa de su daño hepático se ha atribuido 
al abuso del alcohol. Esta hipótesis es bastante 
discutible, ya que algunos de los médicos que lo 
atendieron en la etapa final de su vida afirmaron 
que Beethoven era un bebedor muy discreto y solo 
exageró el uso en relación al último período de su 
vida para calmar los dolores abdominales. Uno de 
sus amigos, su médico Wegeler, afirmó más tarde 
que ninguno de sus amigos o conocidos jamás lo 
Figura 3. Los funerales del músico en Viena, con 20.000 
asistentes.
Historia médica de Beethoven - M. Miranda
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ARTÍCULO ESPECIAL
vieron en estado de embriaguez. Beethoven mismo 
atribuyó siempre que todos sus problemas de salud 
se generaron de su diarrea de inicio en la juventud, 
incluso su defecto auditivo2,4.
Hallazgos de la necropsia
Otro hecho que está en contra de la etiología 
alcohólica de su cirrosis, es que la autopsia realiza-
da el día posterior a su fallecimiento por Wagner 
y Rokitanski (la que sería la primera de las 59.786 
autopsias realizadas por este último) mostró una 
cirrosis macronodular y no micro como suele ver-
se en el alcoholismo. Los hallazgos más relevantes 
de la autopsia en el abdomen fueron: cirrosis del 
hígado de la variedad macronodular, signos de 
hipertensión portal con el bazo 3 veces el tamaño 
normal. Había 9 litros de líquido ascítico infectado 
en la cavidad peritoneal. El páncreas estaba endu-
recido, compatible con una pancreatitis crónica y 
había colelitiasis. En cabeza y cuello, comentaron 
que el cráneo estaba engrosado (0,5 pulgadas de 
grosor). Los nervios auditivos estaban adelgazados 
(más el izquierdo que el derecho) y las arterias au-
ditivas estaban ateroscleróticas. El hueso temporal 
y su contenido fue removido para un análisis más 
exhaustivo, pero se extraviaron sus rastros2,3,9.
La hipótesis de una enfermedad inflamatoria 
intestinal como colitis ulcerosa o Crohn, postulada 
por Davies y Kubba y col2,3, es muy interesante. 
Esta etiología autoinmune, que comprende ade-
más la asociación con una cirrosis hepática por 
colangitis esclerosante primaria, también podría 
explicar su defecto auditivo. Esto dado que, en 
las manifestaciones extra digestivas está presente 
la hipoacusia sensorioneural. Sin embargo, llama 
la atención la ausencia de mayor comentario en 
la autopsia, acerca de la presencia de estenosis, 
perforaciones y adherencias como las que se ven 
en Crohn, ni de referencias en sus cartas a im-
portante sangrado digestivo bajo, como se ve en 
la colitis ulcerosa.
Las hipótesis sobre la etiología de su sordera
Enfermedad de Paget:
Se ha planteado una enfermedad de Paget. Esto 
está basado en que Beethoven era macrocefálico 
y en los hallazgos de la autopsia que revelaron un 
engrosamiento del hueso craneal. Sin embargo, la 
enfermedad de Paget se manifiesta en un grupo 
etario mayor, el engrosamiento craneal es focali-
zado y no difuso como en Beethoven. Tampoco 
explica los síntomas gastrointestinales. El defecto 
auditivo en Paget es usualmente mixto, con un 
componente importante de conducción y casi 
nunca se presenta entre los 20 y 30 años, como en 
Beethoven. Finalmente, Jesserer y Banal analizaron 
restos del cráneo presuntamente de Beethoven y 
no encontraron evidencia de esta enfermedad11. 
Sin embargo, una reciente interpretación de los 
resultados de autopsia por Oiseth hace plantear a 
este autor que sí era compatible con enfermedad 
de Paget12.
Otoesclerosis
Es una enfermedad autosómico dominante 
de la capsula ótica que puede causar hipoacusia 
de conducción, mixta o, más raramente, de tipo 
sensorioneural. No hay historia familiar que la 
apoye. Se presenta generalmente como una hipoa-
cusia de conducción en la adolescencia y progresa 
lentamente. No existen casos comunicados en que 
no haya compromiso del estribo. En la autopsia 
de Beethoven no se menciona este compromiso 
ni signos de fijación ósea2.
Intoxicación con plomo
El reciente hallazgo de residuos de plomo en 
fragmentos del cabello de Beethoven13 hicieron 
pensar en una intoxicación con plomo como causa 
de sus problemas digestivos, pero no podría expli-
car el defecto auditivo (aunque hay controversia al 
respecto)14, ni el daño hepático crónico. La fuente 
de los altos niveles de plomo se ha atribuido al 
agregado de plomo que en esa época se hacía en 
los vinos o el envase en que se guardaban13,14.
Sífilis
Esta hipótesis es poco sostenible; está basada 
en 2 prescripciones de mercurio que habría tenido 
Beethoven en 1820. El mercurio era utilizado no 
solo para tratar sífilis sino un sin fin de males, y re-
cientemente se ha confirmado que la prescripción 
era en realidad un compuesto de amonio. La ma-
nifestación auditiva de la lúes es de presentación 
tardía y no a la edad en que Beethoven tuvo sus 
primeros síntomas, y cuando aparece hipoacusia 
por lúes, habitualmente ya existen manifestaciones 
de tabes o parálisis general; ninguna evidencia 
clínica la favorece2.
Historia médica de Beethoven - M. Miranda
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ARTÍCULO ESPECIAL
Enfermedad inflamatoria intestinal
En esta enfermedad sistémica es posible ob-
servar manifestaciones neurológicas tanto en la 
colitis ulcerosa como en la enfermedad de Cro-
hn; ambas pueden acompañarse de hipoacusia 
sensorioneural15-18. Esta asociación fue descrita 
inicialmente por Levitar15 y diversos autores pos-
teriores han confirmado su presencia16-18. Incluso 
está presente en pacientes sin síntomas otológicos: 
en una serie de 20 pacientes con colitis ulcerosa 
pudo detectarse, con audiometría de tonos puros, 
una significativa hipoacusia sensorioneural en el 
grupo de pacientes comparado con controles16.
Manifestaciones reumáticas asociadas
En concomitancia con los síntomas digestivos 
,Beethoven manifestó con frecuencia síntomas 
articulares. En 2 ocasiones presentó abscesos que 
comprometieron dedos de una mano y luego su 
mandíbula19. En 1822 se comunicó una “gota torá-
cica” que se repitió posteriormente, sin embargo, 
no se explicitaron qué síntomas manifestó. Entre 
agosto de 1823 y junio de 1824 hizo varias referen-
cias a dolor ocular, lo que sugiere la presencia de 
una uveítis2,9. Esta manifestación, en conjunto con 
la sintomatología artrálgica y diarrea recurrente, 
hacen plantear una etiología inmunitaria común. 
Beethovensiempre hizo referencia a un episodio 
febril inicial en 1792 con diarrea que, según él, 
causaría todos sus males posteriores2,3,8,9,19. Se 
ha planteado que esta probable disentería haya 
provocado una artritis reactiva seronegativa, 
con sacroileítis, espondilitis anquilosante y uveí-
tis recurrentes, entre otras manifestaciones19. 
Es una gran ironía que un genio que aportó una 
creación artística musical que ha maravillado 
y emocionado a la humanidad desde entonces, 
haya por sí mismo luchado contra un mundo 
en silencio prácticamente la mitad de su vida. 
Del punto de vista médico, como otros autores, 
concordamos con el mismo Beethoven, quien 
atribuyó su sordera a sus problemas digestivos 
crónicos; la etiología que mejor explica la mayoría 
de sus síntomas es una enfermedad inflamatoria 
intestinal.
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