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PABLO ALBERTO ESPER DI CESARE BALONCESTO FORMATIVO LA PREPARACIÓN FÍSICA EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA Esper Di Cesare, Pablo Alberto Baloncesto formativo : la preparación física / Pablo Alberto Esper Di Cesare. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2017. 336 p. ; 22 x 15 cm. ISBN 978-987-761-052-9 1. Deporte. 2. Balance. I. Título. CDD 794.86323 EDITORIAL AUTORES DE ARGENTDG@INA www.autoresdeargentina.com Mail: info@autoresdeargentina.com Coordinación de producción: Helena Maso Baldi Diseño de portada: Justo Echeverría Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini Contacto con el autor: baloncestoformativo@gmail.com Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723 Impreso en Argentina – Printed in Argentina ÍNDICE Agradecimientos: Prólogo Prólogo Capítulo 1 “El rol del preparador físico en las divisiones formativas del baloncesto” Capítulo 2 ¿Formación, desarrollo o preparación física en divisiones de base? Capítulo 3 El rol del preparador físico en proceso de selección y torneos internacionales. Capítulo 4 “Proceso de formación y desarrollo de un jugador de Básquetbol, edades de 13 a 19 años de edad” Capítulo 5 Baloncesto de Formación: ¿Hacia la especificidad del entrenamiento? Capítulo 6 “Desarrollo de las cualidades físicas en divisiones formativas” Capítulo 7 “La planificación del trabajo físico en divisiones formativas” Capítulo 8 “El proceso de prevención de lesiones en jugadores en formación. Desarrollo de ejercicios con carácter preventivo” Capítulo 9 “Trabajo de fuerza en etapas infantiles, cómo comenzar el entrenamiento con sobrecarga (período 13 a 15 años)” Capítulo 10 “Desarrollo de la Fuerza en Jugadores Juniors (período 15 a 19 años)” Capítulo 11 “El desarrollo del CORE en edades infanto - juveniles” Capítulo 12 Entrenamiento y Periodización de la Resistencia Especifica en edades juveniles. Capítulo 13 “El entrenamiento de la saltabilidad en el baloncesto de etapas formativas” Capítulo 14 “El entrenamiento de la rapidez y la agilidad en las divisiones formativas.” Capítulo 15 “Trabajos físicos específicos para jugadores altos en formativas” AGRADECIMIENTOS: Luego de mucho trabajo durante más de dos años, finalmente llegamos al puerto, lograr editar un libro en forma independiente en nuestro país, sobre divisiones formativas del básquet, las que menos prensa tiene. En 1998 presentamos nuestro primer libro “Baloncesto Formativo, una forma diferente de enseñar el básquet”. Hoy casi 20 años después, enriquecidos por el estudio y la experiencia de tantos viajes dentro y fuera del país, presentamos esta nueva obra, de carácter inédito en habla hispana, ya que no hay ninguna obra literaria dedicada en su exclusividad al entrenamiento físico de las formativas. Para llegar a este logro colectivo fue necesaria la participación de mucha gente que nos apoyó, algunos sin conocernos personalmente, lo cual engrandece aún más su colaboración. Llegó el momento de los agradecimientos y voy a tratar de no dejar ninguno afuera, aunque el orden de aparición no tenga que ver con un orden de méritos. En primer lugar, a mi familia, la que hace más de 30 años me da el soporte, en las buenas y en las malas, para poder seguir dedicándome a esta pasión y poder restarle horas al descanso para escribir este libro. A Coqui, que desde hace más de 30 años me sigue en todas mis locuras deportivas; a mi hijo Nicolás, del cual fui su entrenador, jugamos juntos en primera división (algo que pocos han podido) y, luego, fue mi entrenador en primera división, además de dar clínicas juntos; a mi hijo Federico, que en este libro debuta como escritor con uno de sus puntos fuertes, el trabajo de fuerza; a mi hija Julieta, que me ayudó con las imágenes y foto de tapa, buscando tiempo entre sus estudios. A mis viejos, en especial a mi papá Miguel, gracias al cual fui por primera vez a jugar al básquet a los 6 años siguiendo el mandato familiar. Al Gobierno del Partido de Pergamino por permitirnos, por medio del Fondo de Promoción Cultural, hacer más accesible a los entrenadores el libro y ponerlo a disposición en forma gratuita de los clubes de básquetbol de la ciudad. Al Diputado Provincial Fabio Britos, quien creyó en nosotros desde el primer momento y nos dio un soporte para permitirnos entregarle a los clubes de básquetbol, de la ciudad de Chivilcoy un ejemplar en forma gratuita. A mis entrenadores del Club Sirio Libanes y del Club Gimnasia y Esgrima, ambos de Pergamino. Al Dr. Néstor Lentini, quien además me ha hecho el honor de prologar el libro, porque cuando la mano venía cambiada no dudo en ayudarme para poder seguir estudiando. Al Lic. Horacio Anselmi, una personalidad del entrenamiento deportivo mundial, que no dudó en prologar el libro cuando se lo propuse, sabiendo que su nombre es marca registrada de calidad. A la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, en el nombre del coordinador de la carrera Mag. Luis Erdociain por brindarme su apoyo ya hace 12 años como docente de la Licenciatura en Alto Rendimiento Deportivo y, en la Maestría en Formación y Desarrollo Deportivo. A los profesionales que aceptaron el reto de escribir un capítulo del libro: Manuel Alvarez, Enrique Orellana, Marco Cerveró Simonet, Libni Morales Lorenzana, Daniel Castillo Díaz, Matías Gizzarelli, Marcelo Magliarella, Pablo Añón, Federico Esper y Diego Rodríguez. Al David Rodríguez, coach español, que no dudo en ayudarme para hacer los gráficos de mis capítulos. A los amigos entrañables que el deporte me dio de mi ciudad natal, Pergamino, a los cuales voy a representar a todos, en el nombre de mi amigo de la infancia José Luis Picarelli, un apasionado del básquet que cumplió, al igual que yo, uno de los sueños que solo el deporte puede darnos: ser dirigidos por nuestros hijos como entrenadores y ser nosotros, los padres los jugadores. Si leyó bien, el hijo entrenador, el padre jugador. Los dos lo cumplimos. A todos los que colaboraron de diferentes formas, alentándonos, criticándonos, marcando nuestros aciertos y nuestros errores. Pasaron casi 20 años, pero acá estamos nuevamente presentando UN LIBRO. Dr. Pablo A. Esper Di Cesare Dr. Néstor Lentini Jefe Médico del Laboratorio de Medicina Deportiva del Centro Nacional de Alto Rendimiento de Argentina Ex – Médico de las selecciones nacionales de básquetbol CABB Actualmente a cargo de la medicina deportiva del club Fujeirah de Emiratos Árabes, llevado por Diego Maradona. Prólogo El deporte Argentino ya sea de Alto Rendimiento o de competencia adoleció SIEMPRE de un orden en la etapa formativa donde el empirismo superó al conocimiento. Cuando Pablo me invitó a escribir el prólogo de este libro de pronto al recorrer los capítulos comencé a recordar a aquel joven que venía desde lejos todos los días en bicicleta al CENARD con muchas inquietudes, ganas de aprender, y buscando siempre cómo concretar sus objetivos; ese joven luchador, de grandes ilusiones creció, se capacitó, venció todos los obstáculos que aparecen en el camino de la vida y sus convicciones lo llevaron a concretar entre tantos otros logros este libro tan necesario en la etapa formativa del deporte. Los autores invitados de los distintos capítulos le dan sin duda el respaldo necesario para que toda la problemática que se presenta en el desarrollo de la evolución deportiva de un joven esté contemplada. No tengo dudas que este libro marcará el rumbo para el desarrollo pleno del deporte no solo del alto rendimiento sino que dejará a todos los jóvenes una enseñanza y aprendizaje que seguramente hará de todos ellos personas físicamente y mentalmente sanas. En el deporte se necesitan muchos litros de sudor para alcanzar apenas gotitas de felicidad. Este libro seguro representa para Pablo esas gotitas de felicidadque se merece por tanto esfuerzo dedicado a su formación y al deporte en su vida. Ojalá cada lector encuentre esas gotitas después de leerlo. Mi más sincero deseo de éxito en el nuevo desafío Dr. Néstor A. Lentini Lic. Horacio Anselmi. Director Deportivo del Club Atlético Boca Juniors desde 1992 hasta la fecha. Director Técnico de la Selección Argentina de Pesas 1983 - 1997. Member of the National Strength Coach Asociation. U.S.A.Director Nacional de Deportes de Alto Rendimiento 1997. Director de la Junta metodológica de la Secretaria de Deportes de la Nación Trabajó con los siguientes tenistas profesionales entre otros: Gabriela Sabatini, Mercedes Paz, Alberto Mancini, Franco Davin, Hernán Gumy, Gastón Etlis, Mariano Zabaleta, Gastón Gaudio, Guillermo Coria, Juan Martin Del Potro y Marco Bagdathis. Preparador Físico del equipo de la Liga Nacional de Básquetbol de Boca Juniors 1998-1999 Analista Técnico Deportivo del Ente Nacional de Alto Rendimiento Coordinador de Preparación fisica en el Club Atletico Boca Juniors de Enero 2016 a la fecha. Prólogo La Republica Argentina, es y será poderosa en los deportes de conjunto, varias son las razones que lo hacen posible, algunas de ellas de índole sociológica y que tienen que ver con nuestra conformación como Nación. En este libro el Dr, sí... Dr Pablo Esper de Cesare, hace gala de varias de estas razones En primer lugar estamos hablando de alguien que en su afán de perfección se proyectó a sí mismo a los más altos grados de educación académica, sabiendo de antemano que la mayor parte de su enorme sabiduría basquetbolística la obtuvo picando el mismo la pelota. Evidentemente este nivel de formación le permite ordenar su sabiduría, organizarla y darle método. Como buen argentino conductor de equipo, se deshace de posibles vanidades y confía en otros profesionales para darles participación en este libro, por considerarlos más aptos para desarrollar temas específicos. Por ultimo este libro forma parte de la estrategia que en nuestro país debemos poseer para poder seguir compitiendo con éxito en el más alto nivel internacional. No podemos copiar, debemos adaptar y crear, proponer ideas superadoras que nos permitan seguir disfrutando de un alto nivel codeándonos con las potencias. De esto trata este libro, disfrútenlo. CAPÍTULO 1 Dr. Pablo Esper Di Cesare (Argentina). Doctor en Ciencias del Deporte Master en Diseño de Planes de Actividad Física y Salud Licenciado en Educación Física Profesor titular de la Licenciatura en Alto Rendimiento Deportivo de la U.N.L.Z. de la cátedra: Teoría y Método del Alto Rendimiento Deportivo. Profesor titular de la Maestría en Formación y Desarrollo Deportivo de la U.N.L.Z. de la cátedra: Deportes de Equipo. Director del Diplomado de Baloncesto en Etapas Formativas de la Facultad de Cultura Física de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México. Entrenador Nacional de Básquetbol, acreditación E.N.E.B.A. 3. Acreditación FIBA. Integrante del cuerpo de preparadores físicos de la C.A.B.B. 2015 a 2017. Conferencista en Congresos, Campus y Clínicas en USA, Cuba, México, Perú, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, Venezuela, Argentina, Portugal, España e Italia. “El rol del preparador físico en las divisiones formativas del baloncesto” Decidimos comenzar el libro con este punto ya que es necesario que nuestro lector tenga claro cuál es la concepción que tenemos de nuestro rol, el de preparador físico en un deporte como el baloncesto y, principalmente, en sus divisiones formativas. En primer lugar, analicemos a nuestro deporte, el baloncesto: un deporte de resolución de situaciones tácticas, por medio de gestos técnicos, con soporte físico. Este análisis nos muestra que en el baloncesto, lo prioritario y determinante es tener una excelente técnica que le permita al jugador resolver situaciones tácticas (individuales y colectivas), y una vez que su nivel de prestación deportiva es elevado, entonces la preparación física será determinante para poder realizar los movimientos a la mayor intensidad posible, y poder mantener el esfuerzo durante el mayor tiempo de juego. El baloncesto es un deporte colectivo, acíclico, de cooperación y oposición, ejecutado en un espacio delimitado y con unas normas perfectamente codificadas, pero donde se producen constantemente variables controladas e incontroladas. Debemos programar y pensar ejercicios para conseguir la fuerza específica que, a las velocidades que requiere en cada circunstancia del juego, el jugador pueda ejecutar la técnica eficazmente en tiempo y espacio en pos del logro de lo que él propone, y el adversario permite Hoy por hoy es impensable pensar que un equipo de formativas con aspiraciones de desarrollo de sus jugadores, no posea un especialista que se dedique única y exclusivamente a la faceta física del jugador, ya que está más que comprobado, que las mejoras técnicas e incluso mejoras tácticas del equipo, vienen precedidas, por supuesto de un gran trabajo del entrenador el cuál va compaginado con un gran trabajo físico, formando una gran equipo técnico que permite un buen desarrollo del conjunto. Un club puede existir sin que pueda resolver estas funciones, pero si este club quiere ser moderno, pionero y el mejor, debe ser capaz de resolver estas demandas. Me detengo en lo que destaqué en cursiva en el párrafo anterior: equipo técnico. El PF tiene un rol que cumplir dentro del engranaje del equipo técnico, que conformará con el entrenador principal y, en algunos equipos de formativas de mayor prestigio, un asistente. Es fundamental que el PF tenga reuniones semanales con el equipo técnico para planificar las cargas de entrenamiento, para presentarle al entrenador los ejercicios especiales y específicos seleccionados para que éste haga las correcciones técnicas y/o tácticas que considere necesarias, así como, ante los ejercicios propuestos por el conductor, programar las series, repeticiones, pausas, en definitiva la carga de entrenamiento. Ya no debería existir el clásico PF que llega y hace “su trabajo” al inicio o al final de la práctica, sin tener en claro siquiera el objetivo diario de entrenamiento, menos aún el semanal, y que cuando termina su parte se retira de la práctica. El equipo es un conjunto no una suma de partes, es por ello que el PF debe estar presente toda la práctica apoyando al entrenador, trabajando en las pausas, haciendo trabajos diferenciados para jugadores en recuperación, trabajando en tecnificación con aquellos que necesitan trabajos individualizados, pero siempre presente y activo en el entrenamiento. Juan Trapero (2017), señala “…creo firmemente en el papel del preparador físico como asesor en la planificación semanal y mensual, ya que tiene la información proveniente de médico y fisioterapeutas, a la vez que obtiene datos del propio entrenamiento físico, pero me cuesta creer que se puedan establecer metas a muy largo plazo. En los equipos de Euroliga y ACB, que llegan a los 85 partidos por temporada, el entrenamiento de fuerza como prevención de lesiones y desequilibrios artromusculares, debe ser un trabajo prioritario. Deberemos controlar los aspectos fisiológicos que cada entrenador aporta a su equipo (manera de entrenar, tiempos de esfuerzo y pausa, o sea, la carga real...), los porcentajes de grasa, niveles de fuerza, etc...”; “…estaríamos hablando de semanas donde a lo sumo tendríamos 3 días para trabajar a alta intensidad. Realmente tenemos que individualizar y trabajar como un EQUIPO, los entrenadores, médicos, fisios y preparadores físicos”. Como podemos ver, el PF del Real Madrid, equiposuperprofesional plantea la necesidad de planificar (acorde a su tipo de competencia) y de relacionarse con los otros integrantes del equipo. ¿Cómo no hacerlo ya, dentro de las posibilidades desde las formativas? Las divisiones formativas no deberían tener la presión de triunfos de las categorías mayores (al menos hasta la U 15 incluida), lo cual nos debería permitir planificar junto al equipo técnico el año de trabajo sobre la base de los objetivos técnicos, tácticos (individuales y colectivos) y de preparación física que queremos alcanzar (el Lic. Enrique Orellana los desarrolla en su capítulo). El equipo técnico debe tener al menos tres cosas muy claras: • La planificación mensual, con sus objetivos técnicos, de juego y de PF. • La planificación semanal, que en el caso de la PF debería tener determinado el objetivo por día, por ejemplo: lunes: fuerza; martes: potencia aeróbica; miércoles: neuromuscular; jueves: fuerza; viernes: velocidad acíclica y gestual. • La planificación diaria: el PF debe llevar un cuaderno de entrenador donde vaya plasmando los ejercicios que va a utilizar día por día, con sus cargas, necesidades de materiales, diagramación espacial, para poder tener claro el tiempo activo de entrenamiento del jugador que debe ser amplio. Y detengámonos en este punto: el preparador físico (PF) es un entrenador de individualidades de un juego colectivo. Comprender esto es determinante para la labor del PF que deberá encontrar la forma metodológica de individualizar cargas cuando es necesario, unificar cargas cuando la ejercitación lo requiera, armar grupos de rendimiento similares para los trabajos que impliquen la resistencia específica, la resistencia general o los ejercicios pliométricos. Juan Trapero (2017), PF del Real Madrid, destaca que “…la individualización la debemos hacer al trabajar sprints repetidos con cambio de dirección, ya que los “pequeños” siempre realizaran mayor distancia que los “grandes”. Tendremos muy en cuenta a la hora de diseñar sesiones de velocidad específicas, qué tipo de trabajo están realizando en los entrenamientos de baloncesto y con qué frecuencia, puesto que muchos de ellos ya llevan un alto número de sprints”. Y para poder hacer esta individualización en el capítulo 5 de este libfo, “Hacia la especificidad del entrenamiento en el baloncesto juvenil”, el PF podrá conocer la cantidad de frenos y en qué dirección los hacen, por posición en cancha, por sexo y por edad. Porque sin datos no existe la individualización de la carga. Un consejo que siempre les damos a nuestros amigos PF es: recuerden que no entrenan repeticiones sino sistemas energéticos. Qué significa esto? Que si no tienen evaluados a los jugadores para darles planes individuales, por ejemplo en saltos, determinen qué área quieren entrenar, por ejemplo potencia anaeróbica aláctica (esfuerzos de la máxima intensidad que van de 1” a 5-6”) y le piden al jugador que haga la mayor cantidad de repeticiones posibles en ese tiempo, en lugar de pedir 10 repeticiones para todos los jugadores, lo cual es un error metodológico. Nuevamente nos apoyamos en Juan Trapero (2017), quien destaca que “…los componente técnico-táctica lo diseñarán los entrenadores, pero los preparadores físicos, deberemos realizar un trabajo cuyo fin sea que pongamos al servicio de esos entrenamientos, unas cualidades físicas especificas (fuerza, agilidad, velocidad, etc...)”. Resaltamos, trabajo en equipo. Cuando comienza la temporada el entrenador va a plantear una forma de trabajar en la cancha y una idea de juego. Vaya por delante que los jugadores que forman parte del equipo son los que realmente condicionan el estilo de juego. Es decir, que si quiero jugar rápido, necesito jugadores con esa cualidad predominante. No creo que existan 2 entrenadores iguales a la hora de entrenar, realizar ejercicios, tiempos de esfuerzo y pausa, distancia recorrida en cada ejercicio, rotaciones, etc..... Ahí es donde empieza nuestra labor, analizando su forma de trabajar, para saber si está en consonancia con lo que luego querremos plasmar en un estilo de juego. Después diseñaremos un trabajo de fuerza, carrera, de prevención, de recuperación, descansos, etc..., para que cuando llegue el día del partido o el momento de la temporada, seamos capaces de desarrollarlo al 100%. Sería un error gravísimo trabajar a espaldas de los esfuerzos que realizan los jugadores en la cancha, o sea, que si han realizado ejercicios de contra - ataque, velocidad, etc..., tratemos de repetir el mismo día en la sesión física, esa cualidad. Eso nos lleva a lesiones. Para Seirul-lo (1987) el PF tiene como única misión reconocida el lograr la forma física óptima de los jugadores, mantenerla el mayor tiempo posible y sobre todo, en los mayores compromisos de la competición sus funciones pueden ser muchas más. Esto supone el seguimiento diario del proceso global de entrenamiento, tanto de las cargas físicas como técnico-tácticas, el control objetivo de las mismas, la elaboración de planes alternativos, de programas individuales y de un sin fin de tareas que el entrenador no puede realizar él solo. Luca Bechi (2015), afirma que los clubes profesionales y, en general todos aquellos que deciden construir un jugador de calidad han reconocido la necesidad de una construcción física y otra técnica del jugador, sobretodo en el entrenamiento de la rapidez y la agilidad de los jugadores. Los deportes de equipo se entrenan tácticamente en grupo, pero el resto de aspectos técnico-táctico individuales y de condición física, deben ser entrenados según las necesidades individuales. Esta es la situación con la que se encuentran todos los profesionales de la preparación física, por un lado el trabajo en conjunto y por el otro el desarrollo y/o perfeccionamiento individual a fin de incrementar el trabajo de grupo. Hoy en día, en aquellos clubes de mayor rendimiento, sus divisiones formativas tienen planes de tecnificación física, y física – técnicas, individualizados fuera del entrenamiento. Ese es el camino que debe recorrer hoy la PF de las formativas, la individualización de los planes de tecnificación, siempre teniendo en claro la premisa de ejercicios generales (motores sin balón), especiales (motores con balón) y específicos (motores con balón y resolviendo situaciones de táctica individual, al principio y, luego, de táctica colectiva. Dentro de las funciones que le atribuye a un preparador físico Seirul-lo (1987), podemos destacar en trabajo con un equipo las siguientes: • Planificación y ejecución de los programas de entrenamiento. Supone la responsabilidad del estado de la condición física de los jugadores a lo largo de la temporada. Un elemento esencial de esta tarea es la elaboración de objetivos y planes de trabajo, así como la evaluación posterior. • Seguimiento y control de los jugadores. El control de la evolución de diversos aspectos a lo largo del ciclo de entrenamiento es fundamental a la hora de mantener o modificar los planes marcados, además nos sirve como herramienta de motivación o explicación de diversas circunstancias. • Análisis de la eficacia técnico-táctica de los jugadores durante los partidos. Durante los encuentros el entrenador tiene previstas diferentes situaciones tácticas, individuales o colectivas, que precisan de feed-back que el preparador físico desde su posición no principal a lo largo del partido, puede facilitarle, ya sea en los descansos o al finalizar el partido. De igual forma esta información condicionará los contenidos de trabajo de futuros microciclos competitivos. • Realización de programas para la enseñanzay perfeccionamiento técnico-táctico. El preparador físico puede diseñar métodos de aprendizaje, al objeto de enseñar cualquier acción técnico-táctica individual o colectiva. • Recuperación de lesiones. Dentro de esta función el preparador físico debe centrarse en el trabajo que le permita al jugador encontrarse dentro del umbral de menor riesgo de lesiones. Si ésta se produce, debe procurar su rápida integración dentro del grupo. • Formación e higiene deportiva de los jugadores. La motivación interna es la más fuerte y segura para la permanencia y participación interesada en un hecho. El conocimiento teórico de ciertos aspectos es la base para modificar una conducta personal. La cultura deportiva va a mejorar su nivel deportivo y personal. El preparador físico es la pieza fundamental del trabajo de cada día, del que no se ve, pero del que los jugadores sienten, del que da seguridad en cada acción a lo largo de un partido en el puesto y funciones que el entrenador asigne. El trabajo del preparador físico, no sólo es una acción directa sobre los jugadores, sino que es mucho más polivalente. (Seirul-lo, 1987, pág. 71). Otra función que tiene el PF es lograr el aumento del tiempo de compromiso motor exitoso por parte de los jugadores contribuye a la optimización del aprendizaje de éstos, entendiendo por tiempo de compromiso motor exitoso aquel que los deportistas emplean en la realización de actividades tendentes a la consecución de unos objetivos prefijados, con un nivel adaptado al nivel de quienes practican deporte, posibilitando gran número de repeticiones correctas, conociendo las y los jugadores lo que se les solicita y obteniendo frecuente información sobre su actuación. Con la Maestría en Formación y Desarrollo Deportivo, y con la Licenciatura de Alto Rendimiento Deportivo, de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, desde 2007 a la fecha hemos realizado observaciones de más de 1000 entrenamientos de las etapas de iniciación (8 a 12), formación (13 a 15), y desarrollo (17 a 19), en todo tipo de deportes colectivos y tenemos una media de tiempo activo del jugador de 12’ por hora de practica en iniciación, de 13’ por hora en formación y, de 16’ por hora en desarrollo. Muy poco tiempo activo, debido casi exclusivamente a la mala planeación metodológica de los ejercicios (sobre este aspecto no extenderemos en el capítulo 2). Los deportes se aprenden haciendo, por eso como regla general siempre decimos que cada 60’ d’ entrenamiento, no más de 10’ deberían ser de explicaciones. Otro aspecto importante que debe tener en cuenta el PF, es la necesidad de adaptar el tipo de entrenador a la edad de desarrollo de la persona. Su papel debe evolucionar y cambiar de acuerdo a los cambios experimentados por los deportistas a lo largo de sus años. En los estudios relacionados con el papel de la persona entrenadora en los deportistas más jóvenes (Bloom, 1985; Côté y Hay, 2002) se propone que en las primeras edades de su desarrollo, éste precisa básicamente feedback para desarrollar fundamentalmente los atributos del deporte. Al mismo tiempo, se propone que en estas edades el entrenador necesita entusiasmo y desarrollar un papel fundamentalmente motivador para favorecer su compromiso. El PF será quien motive a los jugadores, si él no está motivado, difícilmente lo haga con sus jugadores. Esta circunstancia obliga al PF, en esta fase, a preocuparse no solo de modelos técnico-tácticos, sino también tratar de atender a aspectos contextuales que rodeen a la joven persona deportista (como los exámenes, su situación familiar, sus relaciones sociales,…) y que sin duda influyen en su estado de ánimo, en su desarrollo y en la calidad del entrenamiento. Lorenzo Calvo, A.; Calleja Gonzalez, J. (2010) proponen como medidas concretas para conseguir esta situación se proponen las siguientes: 1. Mantener reuniones durante la pretemporada donde se discutan y acuerden las funciones, las responsabilidades y los objetivos deportivos y de entrenamiento, las competiciones, la implicación en el equipo, etc. 2. Este tipo de encuentros no solo se debe mantener con los y las entrenadoras, sino también con las madres y padres, donde se aclaren las expectativas y el papel de éstos. 3. Tratar de fomentar la responsabilidad y la toma de decisión, la persona que entrena debe implicar en las decisiones a sus deportistas. 4. Se debe observar de forma conjunta y global el resto de la vida de la persona deportista y compatibilizarla con el entrenamiento. Así será preciso conocer sus necesidades sobre el colegio, familia, amistades. Por ejemplo, las competiciones pueden coincidir con los exámenes o con un importante evento familiar. Habrá ocasiones en que la competición requiera ese tipo de sacrificios, pero deben ser conocidos, y será el quien tome la decisión de que grado de implicación asume. 5. Otra forma de asumir dicha responsabilidad sobre las personas deportistas por parte de quien les entrena de las instituciones, es el proporcionar oportunidades para que puedan entrenar en niveles más bajos, introducirlos como entrenadoras y entrenadores, darles alguna función dentro del equipo, etc. Una cuestión que debe tener siempre presente el PF de divisiones formativas es que es muy importante valorar al comienzo de la temporada, el estado real de articulaciones y sus desequilibrios artromusculares, porque nos ayudarán a elaborar programas individuales. Igualmente debemos de transmitir a los entrenadores el resultado de las valoraciones médicas, que condicionaran si todos pueden entrenar al mismo nivel o no (edad, antecedentes lesionales,...). Todos estos informes nos ayudaran a saber si podemos entrenar y jugar al estilo que quiere el entrenador. En definitiva, debemos mantener un diálogo permanente con los entrenadores para moldear el entrenamiento y tratar de ser más artesanos que científicos en el día a día. Qué evaluar, cómo evaluar, cuándo evaluar, lo decidirá cada PF de acuerdo a sus posibilidades, materiales, medio en el cual se desempeña, pero siempre se debe evaluar, porque es la forma de determinar si la planificación del equipo va en el sentido deseado o, de no ser así, realizar los ajustes necesarios. Finalmente, considero que el PF y todo el cuerpo técnico debe tener presente la Regla de los 10 años, que Epstein D. (2017), plantea en su libro “El gen deportivo” quien señala que “…los científicos deben ir más allá de decir que la práctica importa y acometer la difícil tarea de determinar con exactitud cuánto importa la práctica. Con la mentalidad más estricta de las 10.000 horas, la práctica acumulada debería explicar la mayor parte o toda la varianza en la destreza. Pero eso jamás sucede”. Se plantea que al menos se requieren 10 años de entrenamiento planificado para alcanzar el nivel de deportista experto Recientemente han demostrado como una especialización temprana y un entrenamiento altamente estructurado en el que el control es desarrollado por un agente externo (entrenador) reduce la motivación intrínseca del niño o de la niña y puede desencadenar en un abandono prematuro del deporte Los deportistas que llegan a ser expertos toman la decisión de invertir mucho tiempo y esfuerzo en el entrenamiento después de al menos 9 años de entrenamiento o sobre la edad de los 18 años. Epstein D. (2017), finalmente, señala, respecto a las 10.000 horas, que “…los datos apoyan con bastante claridad un concepto de la destreza (desde el ajedrez a la música, y del béisbol al tenis) que no se basa en un paradigma de hardware, no software, sino en otro tanto de un hardware innato como de un software aprendido”. Y enel desarrollo del software del deportista, el trabajo del PF en sus etapas de formación, desarrollo y entrenamiento deberá ser de calidad respetando las etapas evolutivas infanto – juveniles. El recorrido de los 5 a los 19 años debe der coherente con los objetivos propuestos definiendo el camino más adecuado para alcanzarlos. Todos los medios, incluyendo el juego, deben estar dirigidas al desarrollo de su calidad física, técnica y cognitiva. En este largo camino de las 10.000 horas es prioritario comenzar con el desarrollo de los estímulos coordinativos y el conocimiento de la técnica en sintonía con contenidos adaptados a la edad con la cual trabajamos. La propuesta didáctica por lo tanto es la que debe organizar el trabajo teniendo presente las capacidades específicas del sujeto, teniendo en cuenta la maduración física y la experiencia deportiva. No existe un ejercicio para una edad particular, existen en cambio metodologías y requisitos analíticos que comienzan en el Minibasket para llegar al senior, pasando por las categorías juveniles. Por eso, volvemos al inicio: el PF es un desarrollador de individualidades en un deporte colectivo. Y esa es su principal y más difícil función, en un equipo técnico en divisiones formativas. Bibliografía: Bloom, B.S. (1985). Developing talent in young people. New-York: Ballantine. Epstein D. (2017). El gen deportivo, un atleta excelente ¿nace o se hace? Editorial Indicios. Lorenzo Calvo, A.; Calleja Gonzalez, J. (2010). Factores condicionantes del desarrollo deportivo. Diputación Foral de Bizkaia. Dirección General de Deportes. Seirul-lo, F. (1987) Las funciones y competencias del preparador físico en un club deportivo. Revista de entrenamiento deportivo. Volumen 1 nº 1. págs. 70-77. Ideasport. Trapero, J. (2017). Lo físico y el estilo de juego. http://www.fsbasketball.com/2016/11/la-preparacion-fisica-ha-de-ser- acorde.html http://www.fsbasketball.com/2016/11/la-preparacion-fisica-ha-de-ser-acorde.html CAPÍTULO 2 Dr. Pablo Esper Di Cesare (Argentina). Doctor en Ciencias del Deporte Master en Diseño de Planes de Actividad Física y Salud Licenciado en Educación Física Profesor titular de la Licenciatura en Alto Rendimiento Deportivo de la U.N.L.Z. de la cátedra: Teoría y Método del Alto Rendimiento Deportivo. Profesor titular de la Maestría en Formación y Desarrollo Deportivo de la U.N.L.Z. de la cátedra: Deportes de Equipo. Director del Diplomado de Baloncesto en Etapas Formativas de la Facultad de Cultura Física de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México. Entrenador Nacional de Básquetbol, acreditación E.N.E.B.A. 3. Acreditación FIBA. Integrante del cuerpo de preparadores físicos de la C.A.B.B. 2015 a 2017. Conferencista en Congresos, Campus y Clínicas en USA, Cuba, México, Perú, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, Venezuela, Argentina, Portugal, España e Italia. ¿Formación, desarrollo o preparación física en divisiones de base? La pregunta que encabeza el título de este capítulo con el cual les damos la bienvenida a esta obra es la que motivo presentarles un libro dedicado exclusivamente a las divisiones formativas del baloncesto, ya que la bibliografía existente siempre es dedicada al alto rendimiento que es el que tiene mayor impacto publicitario, llevando muchas veces, a confundir el trabajo y presentar entrenamientos en edades infanto – juveniles que no son acordes a las etapas evolutivas de los jugadores. En primer lugar debemos dar nuestra respuesta a la pregunta. ¿Formación, desarrollo o preparación física? Las tres!!!! Pero cada una a su etapa, en su momento, y teniendo en cuenta que las tres son parte de un proceso, la formación integral del jugador de base. La etapa de la formación motriz es la que, en el caso del baloncesto se extiende desde los 6/7 años a 11/12 años. La etapa del desarrollo motor, se extiende desde los 12/13 años a los 15/16 años; para comenzar la preparación física específica a partir de los 16/17 años. Cuando planteamos estas etapas tenemos en cuenta cuál es la edad del alto rendimiento en el baloncesto. Hoy podemos ver jugadores de la LNB de Argentina, la ACB de España, la NBA, la Lega de Italia, que superan largamente los 30 años de edad, y más de 20 años de edad deportiva. Es por ello que, en el caso del trabajo físico en edades infanto – juveniles, toma siempre relevancia la frase: Vísteme despacio, que tengo prisa! 1. La Etapa de la Formación Motora en el Baloncesto de Base. La principal función que debe cumplir un PF en la primera etapa en el desarrollo integral del jugador de baloncesto, es la de ser docente formador, cuyo principal objetivo es la formación motor, donde el objetivo principal debe ser el desarrollo del Acervo Motor. El acervo motor es el conjunto de experiencias motrices vividas por cada individuo, acumuladas y ordenadas en esquemas de acción y que se encuentran disponibles para cuando sean necesaria. Es en esta etapa que debemos trabajar para aumentar el caudal de experiencias motrices por encima de las técnicas deportivas específicas. En esta etapa debemos poner énfasis en el desarrollo de los gestos motores básicos, en los cuales se apoyarán más adelante las técnicas específicas del deporte. Debemos estimular la carrera, los frenos, los giros en todos los sentidos, los saltos con uno y dos pies, los desplazamientos en diferentes direcciones. Nuestra propuesta para esta etapa de la formación motora general es determinar un porcentaje de tiempo dentro del entrenamiento para el desarrollo de las habilidades motoras básicas. Nuestra propuesta es: • 6/8 años: 50% del tiempo de práctica debe ser dedicado a la formación motora general. • 9/10 años: 40% del tiempo de práctica debe ser dedicado a la formación motora general. • 11/12 años: 30% del tiempo de práctica debe ser dedicado a la formación motora general. Les recomendamos mirar la clínica de Pablo Esper Di Cesare sobre esta temática en: • https://www.youtube.com/watch?v=iwzLmIEdTcI • https://www.youtube.com/watch?v=KZMjvYi5YfU En esta etapa el objetivo esencial es la conformación de un acervo motor en el niño, rico en experiencias, complejo y variado. Las actividades deben contemplar todas las habilidades básicas con todas sus variantes posibles. https://www.youtube.com/watch?v=iwzLmIEdTcI https://www.youtube.com/watch?v=KZMjvYi5YfU Al acervo motor se le integran todas las conductas locomotrices, manipulativas y no locomotivas. El acento está puesto en la cantidad y variedad del movimiento. Todo el proceso cerebral que se desarrolla durante un acto motor se suele resumir en tres fases: percepción, decisión y ejecución, según autores como Marteniuk (1971), citado por Delgado (1993). En realidad este proceso es mucho más complejo, pero el esquema de las capacidades que requiere da lugar a los tres mecanismos: la percepción, la decisión y, finalmente la ejecución. Las tareas motrices se pueden analizar en función de la utilización de cada uno de los mecanismos. El mecanismo de percepción interviene cuando hacemos consciente un estímulo. Normalmente, sucede a nivel visual, pero cualquiera de los sentidos puede percibir. El mecanismo perceptivo depende de varios factores: la capacidad perceptiva de cada individuo, las condiciones del entorno, los tipos de estímulos o la movilización de objetos. Debemos ser capaces de analizar el mecanismo de percepción en las acciones técnico - tácticas del baloncesto. Por ejemplo, un pase en situación real es muy complejo por manipular un balón, en un contexto abierto yperceptivo. El jugador debe ser capaz, no sólo de ser consciente de sus movimientos, sino de percibir los del compañero que recibe, y de los adversarios que pueden variar el espacio y el tiempo de la acción. El mecanismo de decisión se produce tras el perceptivo. Se analizan los datos percibidos y se toma una decisión que viajará a toda velocidad desde nuestro cerebro a los músculos a través del Sistema Nervioso. Esta decisión depende de la inteligencia motriz del individuo, del número de decisiones, del número de respuestas alternativas, del tiempo que requiere, del nivel de incertidumbre, del nivel de riesgo, del orden secuencial o del número de elementos a recordar. En baloncesto son constantes las decisiones que deben tomar los jugadores tanto en ataque, por ejemplo a quién realizo el pase, por dónde supero a mi oponente, como en defensa, qué lado defiendo más fuerte, cuándo realizo la ayuda, etc. Por último, se presenta el mecanismo de ejecución que es lo que se ve, es decir el gesto que se realiza tras el proceso cognitivo. Es, por tanto, la ejecución técnica final. Depende de aspectos cuantitativos como la velocidad, la flexibilidad, la resistencia o la fuerza, y de aspectos cualitativos como la coordinación, la agilidad o el equilibrio. El desconocimiento de este proceso ha hecho que se dé más importancia al mecanismo de ejecución incluso en tareas motrices en las que la percepción y la decisión son más trascendentes. En general, en los juegos y deportes de oposición los mecanismos perceptivos y decisional son claves para la eficacia final del movimiento. En los deportes colectivos, como el baloncesto, esta importancia es todavía más notable. Sin embargo, muchos entrenadores se siguen empeñando en practicar casi exclusivamente el mecanismo de ejecución, lo que consideramos un grave error, ya que es indudable que los tres mecanismos se pueden mejorar. Es más, consideramos, siguiendo a Antón (1989) y a Pintor (1987) que el mecanismo clave en los deportes colectivos, como ya hemos afirmado, es el de percepción-decisión. Lo que debemos buscar en esta etapa son tipos de movimiento: habilidades básicas, y tipo de respuesta motriz: Respuesta general; la modalidad de adquisición: Aprendizaje por ensayo y error; aprendizaje por insight; respuesta motora a consignas simples. Esto implica que en esta etapa no se deben realizar correcciones técnicas específicas sino permitirle equivocarse y vivenciar el movimiento. Se debe estimular el conocimiento acerca de los movimientos, que aprenda el nombre formal de las habilidades básicas. Debemos en esta respetar algunos principios metodológicos. • Principio de la globalidad: todas las actividades motrices presentadas durante el período de los 6/8 años deben ser planteadas evitando dar indicaciones precisas acerca del modo de ejecución de los movimientos. Todas las habilidades que se logran en este período deben ser H. B. Su modo de ejecución se da a través de respuestas motoras generales. No se deben hacer correcciones de tipo técnico. La globalidad se logra respetando la etapa evolutiva del niño. • Principio de la estimulación: Todas las actividades motrices deben estar orientadas en la misma dirección y ritmo que el desarrollo de las funciones: Ø Acompañar el crecimiento. Ø Acompañar el aumento normal de fuerza con estimulación de grandes grupos musculares. Ø Incitar a crear relaciones sociales. Ø Presentar situaciones que comprometan el intelecto. Ø Promover aprendizajes significativos • Principio de la exploración: Exploración = experiencia o vivencia motriz. Cada niño debe tener sus propias vivencias motrices para conformar su propia experiencia. Aconsejamos no dar una respuesta única frente a un mismo problema motor, ya que este es el paso previo al descubrimiento que incluye la vivencia motriz. Los descubrimientos dan lugar a nuevas exploraciones y nuevos descubrimientos, pero lo fundamental es que el niño “aprende”, que es verdaderamente protagonista, el docente debe “ayudarlo a aprender”. • Principio de variabilidad: Las actividades deben contener la mayor variedad posible de: Ø Estímulos para los diferentes aparatos y sistemas. Ø Formas de movimiento con y sin elementos. Ø Las distintas formas de movimiento deben ser realizadas de las más variadas formas (direcciones, velocidades, etc). Ø Tipos de situaciones motrices a resolver. Plantear recorridos motrices donde el niño encuentra la forma de realizarlo. Ø Situaciones de trabajo que contemplen el trabajo individual y la tarea con un compañero o con varios. Es en esta etapa donde comienza el gran trabajo para el desarrollo de la coordinación motora general del niño. La capacidad coordinativa permite al jugador de baloncesto demostrar un determinado nivel de control operativo de nuestras acciones motoras en las condiciones más variadas: en la asimilación de nuevos movimientos, en la reproducción de movimientos eficaces cuando el dispendio de tiempo, o espacio es breve, en estado de fatiga, en la anticipación frente a acciones de nuestros rivales y/o compañeros, en improvisaciones frente a situaciones inesperadas, en la transición rápida de unas acciones a otras. En esta capacidad, variada y específica para cada deporte, es posible diferenciar aspectos que se presentan en la actividad competitiva en compleja interacción: Ø La capacidad para valorar y regular los parámetros dinámicos y espacio- temporales de los movimientos. Ø La capacidad de mantener una posición. Ø El sentido del ritmo. Ø La capacidad de orientarse adecuadamente en el espacio. Ø La capacidad para relajar voluntariamente los músculos. Ø El nivel de coordinación de movimientos. Este cúmulo de necesidades se pone en evidencia en mayor o menor medida en nuestra competición siendo nuestro objetivo trabajarlas en función de esa relevancia. También es importante que en esta etapa el niño tenga tiempo pleno de movimiento en la clase cosa que se logra con una buena distribución espacial, el tener abundante material didáctico, la no realización de largas filas, el aumento del tiempo útil en la práctica e involucrarlo al niño desde lo perceptivo y desde la toma de decisiones, no ser simplemente un ejecutor de movimientos. Es en esta etapa en que debemos garantizar la educación y desarrollo de habilidades y capacidades motrices básicas de forma multilateral. El baloncesto es un deporte que debe ser jugador con el lado dominante y el lado no dominante, es por ello que debemos dedicar tiempo en la parte motriz y en la parte técnica a que el niño tenga la misma destreza para girar hacia derecha o izquierda, para saltar con igual eficacia con apoyo en su pierna derecha o izquierda, debemos comenzar en esta etapa con la ambidestría deportiva. El desarrollo de estas capacidades o cualidades físicas influencian de modo determinantes en las habilidades técnicas, tanto que entre técnica y cualidad física existe una inevitable y estrecha interdependencia. A la hora de enseñar diversas habilidades técnicas deberemos tener en cuenta el desarrollo de cada una de estas capacidades físicas en el niño, ya que el desarrollo de éstas condicionará, inevitablemente, la ejecución del gesto. Conociendo el estado de desarrollo de cada capacidad física en el niño, los entrenadores podremos proporcionarle instrucciones adecuadas para la realización de los gestos técnicos. Sería poco coherente, en nuestra función de formadores, exigirle al niño gestos complejos y de elevada exigencia física, poco acordes con su nivel de desarrollo físico. Lo que debemos tener presente es que en esta edad el fundamento técnico más importante es el dribling ya que el juego en esta etapa es el1 x 1, por lo cual el dribling es necesario para poder progresar en el campo. Es por ello que la recomendación es tratar de involucrar siempre al gesto motor con el dribling, y brindarle al niño la mayor cantidad de experiencias de dribling posibles con balones de diferentes tamaños, densidades, colores, para incrementar su nivel coordinativo. • Fases del desarrollo de las habilidades motrices básicas y específicas. En primer lugar deberemos establecer la definición de habilidad motriz básica. Estas habilidades motrices básicas se pueden considerar como habilidades motrices comunes a todos los niños durante su desarrollo (Knapp, 1979) y además, sobre éstas habilidades básicas se desarrollan aprendizajes motores más complejos (Singer, 1975). Estas habilidades básicas son, pues, el cimiento sobre el cual se desarrollarán los aprendizajes de las acciones técnicas más complejas. Evidentemente, no podremos enseñar habilidades más complejas si el niño no ha adquirido habilidades simples. Estas habilidades motrices básicas pueden clasificarse en: a) Habilidades motrices de Locomoción. (Andar, correr, saltar, etc.) b) Habilidades motrices de No Locomotrices. (Giros, equilibraciones, balanceos, etc.) c) Habilidades motrices de Proyección, Manipulación y Recepción. (Lanzar, golpear, recepcionar, etc.) Como vemos en el cuadro 1, las habilidades motrices básicas se desarrollan en el niño desde los 2 a los 6-7 años. Es en ese momento cuando los estímulos deben ir dirigidos al desarrollo de estas habilidades sin exigencias mayores. A medida que el niño va madurando va adquiriendo capacidades que le permiten desarrollar habilidades más complejas. Períodos Cronológicos Aproximados Fases del Desarrollo Motor Estadios del Desarrollo Motor 0 – 4 meses 4 meses – 1 año Fase de movimientos reflejos Estadio de captación de información Estadio de procesamiento 1° año 1° año – 2° año Fase de movimientos rudimentarios Estadio de inhibición refleja Estadio pre - control 2 – 3 años 4 – 5 años 6 – 7 años Fase de habilidades motrices básicas Estadio inicial Estadio elemental Estadio maduro 7 - 10 años 11 – 13 años Fase de habilidades motrices específicas Estadio transicional Estadio específico + de 14 años Fase de habilidades motrices especializadas Estadio especializado Cuadro 1. Ureña R., y Refoyo I. (2001) A continuación vemos la progresión en la capacidad de lanzamiento a canasta, presentada por Ureña R. y Refoyo I., partiendo de la fase de habilidades motrices básicas en la que el niño debe recibir un gran número de estímulos diferentes (diferentes pesos, tamaños, formas y objetivos). En esta fase no deberemos centrarnos en un solo tipo de lanzamiento. Posteriormente en la fase de habilidades motrices específicas, propondremos al niño, además de todos los lanzamientos de la fase anterior, las posiciones correctas de los segmentos corporales (brazos, piernas, muñecas, etc.) para el lanzamiento a canasta, pero deberemos tener en cuenta, una vez más la capacidad de éste para ejecutarlas. Por último, en la fase de habilidades motrices especializadas, proporcionaremos al jugador las correcciones oportunas para la adquisición de automatismo y siempre adecuadas a su nivel de capacidad física. Es en este momento en el cual el jugador debe aprender a utilizar dichos automatismos en situaciones reales de juego. Es por ello que nuestra función es la de brindarles diferentes posibilidades de vivenciar el gesto motor de lanzar, para que le sirva de base para luego aprender la técnica del lanzamiento, para lo cual necesitaremos que el balón y la altura del canasto estén adecuados a las posibilidades motrices el niño. Ureña R., y Refoyo I. (2001), señalan que... “en el desarrollo de nuestra práctica deportiva sobre jugadores jóvenes deberemos tener en cuenta una serie de factores evolutivos que afectan a éstos. Estos factores evolutivos están en relación con los procesos de crecimiento y maduración de los distintos componentes que constituyen al ser humano. Los ritmos de crecimiento y la velocidad de maduración de los diversos sistemas funcionales deben respetarse con el fin de favorecerlos. Una estimulación prematura de determinados procesos metabólicos podría perjudicar seriamente el desarrollo del niño”. El desarrollo de estas capacidades o cualidades físicas influencian de modo en las habilidades técnicas, tanto que entre técnica y cualidad física existe una inevitable y estrecha interdependencia. A la hora de enseñar diversas habilidades técnicas deberemos tener en cuenta el desarrollo de cada una de estas capacidades físicas en el niño, ya que el desarrollo de éstas condicionará, inevitablemente, la ejecución del gesto. Conociendo el estado de desarrollo de cada capacidad física en el niño, los entrenadores podremos proporcionarle instrucciones adecuadas para la realización de los gestos técnicos. Sería poco coherente, en nuestra función de formadores, exigirle al niño gestos complejos y de elevada exigencia física, poco acordes con su nivel de desarrollo físico. No obstante, dentro del desarrollo de cada capacidad existen unos periodos o fases en los cuales el desarrollo de esa capacidad se ve favorecido si se estimula adecuadamente el organismo. A estas fases se les denomina Fases Sensibles: “Periodo ontogenético con una predisposición (entrenabilidad en este caso) muy favorable para el desarrollo de una determinada capacidad física”. Es decir, es más fácil influenciar (estimular) una capacidad cuando está madurando que cuando ya ha madurado. Dentro de la capacidad física de la fuerza deberemos diferenciar entre: 1) Se puede estimular la potencia desde los 8-12 años y siempre con esfuerzos de baja sobrecarga y velocidades de ejecución elevada. 2) En cuanto a la fuerza resistencia, se puede empezar a estimular, al igual que la potencia, desde los 8-12 años y también con esfuerzos de baja sobrecarga, pero con elevado número de repeticiones. Esto ha sido muy bien desarrollado en el capítulo que llevan adelante Rodríguez D., y Esper F. En estas edades el incremento de la fuerza se basa principalmente en mejora de la coordinación intra e intermuscular no en hipertrofia. En la velocidad deberemos tener en cuenta que: 1) Gracias al desarrollo del músculo esquelético existe una fase sensible para la Velocidad de Reacción y la Frecuencia desde los 6-7 años a los 11-12 años. 2) Para la Velocidad Gestual, Velocidad Acíclica, la capacidad de Aceleración y la Velocidad máxima existe una fase para los niños desde los 8 a los 14-15 años, y en las niñas desde los 8 a los 11-12 años. Esto debe ser teniendo en cuenta que los movimientos deben ser cortos, explosivos, con poco tiempo de contacto, con salidas hacia derecha e izquierda, y utilizando principalmente, estímulos visuales. Para la Resistencia diferenciaremos: 1) Ya que la Resistencia Aeróbica es una capacidad de baja intensidad, ésta se puede entrenar desde los 5 años (obteniéndose valores de VO2 max. absolutos entre 15-18 años y de VO2 max. relativos entre los 11-13 años). 2) En cuanto a la Resistencia Anaerobia, ésta se podrá entrenar siempre después de la pubertad. En cuanto a la flexibilidad, deberemos diferenciar la utilización de métodos pasivos (aquellos en los que no se utiliza ninguna fuerza, ni externa, ni interna al sujeto, para producir el estiramiento del músculo y el tendón) y los métodos activos (utilización de fuerzas, ya sean externas o musculares, para el estiramiento del tendón y el músculo). 1) Se pueden utilizar métodos pasivos desde los primeros años de vida hasta la pubertad. 2) Para utilizarmétodos activos, encontramos que la fase sensible se sitúa en las niñas desde los 8 a los 11-12 años y en los niños desde los 8 a los 12-13 años. 2. La Etapa del Desarrollo Motor en el Baloncesto de Base. En esta etapa debemos poner énfasis en el desarrollo de las técnicas específicas del deporte, que se basan en el desarrollo de las habilidades motoras básicas como señalamos anteriormente. En este período es cuando comienza la primera aproximación al entrenamiento deportivo y sus principios, lo cual implica cargas, repeticiones, series, dosificación, tiempos de pausa, siendo a nuestro entender en estas etapas tres principios del entrenamiento deportivo, determinantes de futuros rendimientos: • Principio de la individualidad biológica. • Principio de la variabilidad de la carga. • Principio de la continuidad de la carga. Nuestra propuesta para esta etapa del desarrollo motor es mantener un porcentaje de tiempo dentro del entrenamiento para el desarrollo de las habilidades motoras básicas: • 13/14 años: 15 - 20% del tiempo de práctica debe ser dedicado a la formación motora general. • 15/16 años: 10% del tiempo de práctica debe ser dedicado a la formación motora general. Algunos aspectos pedagógicos a tener en cuenta en esta etapa son: • Se busca el pulimento técnico con aumento de la velocidad de ejecución y la incorporación de nuevas técnicas. • Se aprenden técnicas deportivas a partir de la disociación, es decir por medio del aprendizaje analítico. • Las respuestas motrices son específicas y especializadas. • Esta etapa es el primer paso hacia la especialización deportiva. • Se deben realizar la mayor cantidad de movimientos posibles con el balón siendo mayor la carga de ejercicios especiales y específicos que los generales. 3. La Etapa de la Preparación Física en el Baloncesto de Base. La preparación física es uno de los componentes que en deportes de equipo va cobrando de forma progresiva mayor importancia en el ámbito general del entrenamiento deportivo. El entrenamiento físico, la valoración funcional, la recuperación del lesionado y el calentamiento son los campos de intervención más importantes. A priori quizás sea éste el contenido más fácilmente programable de todas las que concurren en el baloncesto. Trabajaremos la condición física de los jugadores desglosando debidamente los diversos aspectos que la componen. La Preparación Física se divide en general y especial. La primera pretende desarrollar equilibradamente las cualidades motoras, siendo este desarrollo el fundamento funcional para abordar las cualidades físicas especiales. La preparación especial está destinada a desarrollar las aptitudes físicas de acuerdo con las exigencias que plantean el deporte en cuestión y la actividad competitiva determinada, cobrando una mayor importancia a medida que se incrementa el nivel del deportista (proximidad a la élite o edad adulta). Por otra parte, durante este proceso de trabajo para desarrollar las diferentes cualidades físicas tenemos muy en cuenta que en nuestra especialidad deportiva el jugador debe demostrar fuerza, rapidez, coordinación, resistencia, en estado estable, con una gran capacidad de trabajo de los distintos sistemas funcionales y con la manifestación más clara de fatiga progresiva. Por ello, en el proceso de preparación física es importante, tanto más cuanto mayor sea el nivel del jugador, poner en práctica un método que le permita no sólo desarrollar unos índices suficientemente altos de las cualidades físicas, sino que pueda además demostrarlas en condiciones de fatiga. Les presentamos una selección de ejercicios especiales y específicos para trabajar con las divisiones formativas, en especial U17 y U19, recordando que siempre que se entrene un fundamento en condiciones de exigencias físicas elevadas, éste debe estar fijado en el acervo motor del jugador, para no producir errores en el proceso de formación técnica. 1. Ejercicios especiales en cancha. Siguiendo el mapa de los medios de entrenamiento, los ejercicios especiales se encuadran dentro de los medios básicos (ejercicios de desarrollo condicional), a pesar de ser realizados en la cancha de baloncesto y de utilizar, en la mayoría de los casos, el balón. Los ejercicios especiales fomentan el desarrollo y la mejora de la condición y de la coordinación individual, así como los elementos técnicos, tácticos y psicológicos necesarios para el perfeccionamiento de las aptitudes competitivas. La ventaja de los ejercicios especiales consiste, sobre todo, en la variación de las cargas que se puede realizar sobre las capacidades individuales en relación con las características de la carga específica de competición. En estos ejercicios, la secuencia de movimientos corresponde, en su forma básica, a la disciplina en cuestión. Las desviaciones respecto de las exigencias específicas de la competencia surgen de las características de la carga, lo mismo que la limitación del alcance de las tareas. Ejercicio 1: fuerza explosiva El jugador 1, corriendo rápido en diagonal, tira desde las posiciones marcadas, rebotea, pasa al jugador 2 y va a la siguiente posición. Es importante el trabajo de recepción y el movimiento de los pies para tirar. Ejercicio 2: fuerza explosiva El jugador 2 recoge un pase corto y difícil del jugador 1, se gira y pasa al jugador 3, en la zona de la esquina, para que éste tire en suspensión Ejercicio 3: velocidad de reacción Cuando el jugador 1 salta el primer obstáculo y pasa el segundo, recibe del jugador 2, se encara al aro y tira en suspensión. Ejercicio 4: velocidad Mientras el jugador 1 se desplaza velozmente, el jugador 2 le pasa un balón que atrapa en la cabecera de la zona, se gira y tira en suspensión. Ejercicio 5: potencia anaeróbica láctica En la posición 1, iniciamos el ejercicio mirando hacia la línea de fondo más próxima. En el tramo 1-2 hacemos repliegue defensivo (se impulsa el pie izquierdo). En el tramo 2-3 hacemos sprint. En el tramo 3-4 hacemos desplazamiento lateral (uno o dos pasos) mirando hacia la línea de fondo más próxima. En el tramo 4-5 hacemos repliegue defensivo (se impulsa el pie derecho). En el tramo 5-6 hacemos sprint. En el tramo 6-7 hacemos desplazamiento lateral mirando hacia la línea de fondo más próxima. En la posición 7 hacemos recuperación (ver figura). Variaciones: - Empezar con tres palmeos en el aro o en el tablero. Realizar desplazamiento lateral de la posición 1 a la 3. Andar de espaldas de la posición 3 a la 2. Hacer sprint de la posición 2 a la 4 y dar tres palmeos en el tablero. Repetir por el otro lado. - Usando una o dos canastas, organizar carreras individuales o por equipos. Ejercicio 6: potencia anaeróbica láctica Iniciamos el ejercicio en la posición 1 bajo canasta, haciendo tres palmeos en el aro o en el tablero. En los tramos 1-2 y 2-3 hacemos sprint. En la posición 3 damos tres palmeos al tablero. En los tramos 3- 4 y 4-5 hacemos sprint. En la posición 5 damos tres palmeos al tablero. En el tramo 5-6 hacemos sprint. En el tramo 6-7 hacemos sprint hasta la “botella”, donde recibimos un pase del jugador 2 y entramos a canasta (ver figura). Variantes: -Proponer el ejercicio como una carrera de relevos, con el fin de hacer una competición y que así se realice con más intensidad. -Introducir distintas pautas de movimiento: realizar los desplazamientos lateralmente, de espaldas, salvando obstáculos en el camino, etc. Ejercicio 7: potencia aeróbica máxima Desarrollar las trayectorias que se describen en la figura. El jugador 1 realiza los desplazamientos a máxima velocidad para finalmente tocar el aro, mientras que el jugador 2 se desplaza con movimientos defensivos en la trayectoria indicada. A continuación, el jugador 1 realiza los movimientos del jugador 2 y éste los del 1.El jugador 2 se traslada a la otra canasta para imitar al jugador 1, al trote, recuperando durante 20 s, y el jugador 1 recupera al ir a la otra canasta durante 10 s (ver figura). Intensidad del 85% (frecuencia cardiaca sobre 180 pulsaciones/minuto). Duración del ejercicio: 5 minutos (sin disminuir la intensidad). Ejercicio 8: capacidad aeróbica Ejercicio para trabajar, fundamentalmente, en el período preparatorio. Intensidad: 130-160 pulsaciones/minuto. Duración: de 30 a 60 minutos. Cada jugador botando un balón. Actuaciones. 1. Desplazamiento frontal adelante y atrás con un balón (o con dos). 2. Cambios de dirección. 3. Entradas por ambos lados de la zona. 4. Bote de balón entre bancos suecos. 5. Tiros libres. 6. Desplazamientos laterales. 7. Realizar 10” abdominales y 10” fondos. Salida. 2. Ejercicios específicos en cancha: Este tipo de ejercicios queda encuadrado, dentro del mapa de los medios de entrenamiento, en situaciones colectivas de juego simplificadas y partidos de entrenamiento. Debido a su forma de movimiento y a su énfasis sobre las características específicas de la competición (intensidad, volumen y calidad de movimiento), el ejercicio específico es particularmente eficaz en la formación de un equilibrio entre los factores de rendimiento y el complejo perfeccionamiento del rendimiento específico de una disciplina. De este modo, es posible la formación de capacidades tácticas, así como técnicas y condicionales, que serán determinantes en la capacidad y la habilidad táctica. El entrenamiento específico para la competición tiene una importante influencia sobre el ritmo de desarrollo del rendimiento, particularmente al final del período preparatorio y durante el período competitivo. Exige las fuerzas físicas y psicológicas del deportista. Por lo tanto, el volumen del esfuerzo es relativamente pequeño, si se compara con el volumen total de la carga en otras etapas y períodos En la realización de estos ejercicios incluimos la táctica individual y la colectiva. En algunos casos, basta con incluir alguna norma en el ejercicio para incidir, de esta forma, en una capacidad condicional más intensamente, sin abandonar el carácter global y pluri - direccional que tienen los ejercicios específicos. Ejercicio 1: uno contra uno (1x1) en medio campo a partir del “dribbling” de avance. Ubicamos en esquinas opuestas a los jugadores, agrupados por parejas. El portador del balón va por el exterior del campo, entrando con él a partir de media cancha y eligiendo la vía de penetración en función del defensor (ver figura 9). Este ejercicio permite desarrollar el “dribbling” de avance y encadenarlo con él. Hacer dos series por cinco repeticiones. Limitar el tiempo de ejecución. Fig. 1 Ejercicio 2: dos contra dos (2x2) Un jugador pasa y va con cortes por delante del defensor. A partir de una situación de 2x2, desarrollar un juego de pasa y va en base a cortes por delante del defensor: sin finta, con finta previa y con reverso (ver figuras 1, 2 y 3). Si no utilizamos fintas previas, emplear la velocidad. Duración: de 5 a 7 minutos. Fig. 2 Fig. 3 Ejercicio 3: dos contra dos (2x2) Un jugador interior y otro exterior: jugamos con cortes y con fintas. No hay bloqueos. El jugador interior trabaja para encontrar una posición ventajosa cerca del aro y anotar canasta. El jugador de fuera debe conseguir un tiro de 6,25 (ver figura). En este ejercicio es importante que los atacantes lean la defensa de los contrarios y que jueguen en consecuencia. Ejercicio 4: tres contra tres (3x3) Con dos bases y un alero. Descubrir las relaciones que pueden darse entre un alero y dos bases. Antes de efectuar cualquier acción, realizar una finta previa. El hombre-balón debe mirar para ver si hay algún compañero mejor situado, y, en caso contrario, jugar 1x1. Ejemplos de situaciones de tres jugadores: pasa y va, bloqueo directo al base y corte sobre un jugador interior (ver figuras 4, 5 y 6). Fig. 4 Fig. 5 Fig. 6 Ejercicio 5: cuatro contra cuatro (4x4) Tres jugadores exteriores y uno interior. Efectuar, preferentemente, cortes de los jugadores exteriores sobre los interiores y bloqueos indirectos del pívot sobre los alas (ver figuras). Cada equipo debe realizar cinco ataques Fig. 7 antes de cambiar los roles, pero cada ataque continúa hasta que se consiga canasta. La recuperación se realiza lanzando tiros libres (10-15) por parejas. Este ejercicio podemos hacerlo también en toda la pista si introducimos normas como: si hay rebote defensivo, corremos contraataque, y es válida la canasta si todos los jugadores de ese equipo han pasado el centro del campo. Esta variación hace más intenso el ejercicio, lo que influirá positivamente en la resistencia del jugador. (Ver figuras 7, 8 y 9). Fig. 8 Fig. 9 Ejercicio 6: cinco contra cinco (5x5) El último paso son los partidos de 5x5 que realizamos en los entrenamientos como trabajo complejo para la mejora del rendimiento del jugador. Bibliografía: 1. Antón, J. (1989). La formación de los factores psico-caracteriales. En ANTÓN, J. (coord.). Entrenamiento deportivo en la edad escolar. Bases de aplicación. UNISPORT. Málaga. 2. Antón, J. (1997). La iniciación a los deportes colectivos, una propuesta pedagógica. Gymnos. Madrid. 3. Delgado, M.A. (1993). Los métodos didácticos en la E.F. Fundamentos de E.F. para la enseñanza primaria. INDE. Barcelona 4. Sáenz-López, P.; Giménez Fuentes-Guerra, F. Curso entrenador de baloncesto de 1° nivel. Federación Andaluza de Baloncesto. España 5. Ureña R., y Refoyo I., Curso de Entrenador de Iniciación de Baloncesto. Federación Guipuzcoana de Baloncesto. España. CAPÍTULO 3 Prof. Álvarez, Manuel Guillermo. Profesor en Educación Física. UNLP, La Plata, Argentina. 1992 Posgrado en Alto Rendimiento Deportivo. INEF, Madrid, España. 1994 Esp. En Alto Rendimiento Deportivo Instituto. Manuel Fajardo La Habana, Cuba. 1995 Preparador Físico 1era división Basquetbol Club Gimnasia Esgrima La Plata 1993-2005. Argentina. Preparador Físico Selección Mayor Nacional Argentina de Basquetbol 2006-2017. Director de Educación Media Colegio del Centenario, La Plata, Argentina 1999-2017 El rol del preparador físico en proceso de selección y torneos internacionales. El concepto de rol está vinculado a la función o papel que cumple alguien o algo. Pensar en el rol es pensar en acción, tanto como pensar en equipo supone correrse de eje, de modo que los conceptos y las intervenciones formen parte de un conjunto, alejándose de posturas individualistas con la severa intención de colaborar y o aportar. La formación permanente, la escucha, la contextualización, las valoraciones objetivas y subjetivas, las proposiciones expresadas en actividad, la capacidad de observación, el equilibrio emocional, las modalidades de abordaje, conforman una especie de conjunto indispensable para los profesionales que forman parte de un equipo o grupo de trabajo, en este caso, en el ámbito deportivo. Entendemos que no hay rol más importante que formar parte de un equipo. Al entender el deporte como un patrón cultural de construcción social, son incomprensibles las posturas cerradas en los aspectos biológicos y mecánicos, ya que los protagonistas del mismo son sujetos en movimiento, atravesados por incontables factores que superan puramente lo biomecánico. Bajo esta conceptualización las acciones de aquellos que ocupan lugares en la toma de decisiones en los cuerpos técnicos, se ven sumamente enriquecidas, promueven la resignificación permanente de conceptos y potencian la formación profesional de todos los implicados en la mesa de trabajo. En el marco de lo enunciado se describen los alcances del rol del Preparador Físico expresado en acciones. Definición general de modalidad de trabajo con todoslos integrantes del Cuerpo Técnico, modo de entreno definiendo alcances en cada rol. No existe una sola forma de entrenamiento, el abanico de modalidades es inagotable. No obstante cada Cuerpo Técnico definirá un estilo, una forma de trabajo, que se ajustará a las variables de cada equipo, calendario competitivo, sistema y tipo de competencia, aspectos temporales (propuestas plurianuales, anuales, mensuales), características de los deportistas implicados (categorías formativas, jugadores mayores), infraestructura disponible, etc. La definición de la modalidad de abordaje estará signada por la convicción como estandarte. Esta instancia se presenta como un pilar imposible de sortear, ya que la asignación y definición de roles es un agente facilitador para la dinámica de trabajo. Conocimiento de lugares de anclaje para llevar adelante la preparación. Es imprescindible el conocimiento de las sedes de entrenamiento previo al inicio de cualquier proceso. Saber con antelación con qué medios contamos para llevar adelante el trabajo implica no sólo atender a las cuestiones de infraestructura, sino también a la dinámica de los recursos humanos de la sede que se ha consignado (conocer referentes del lugar, horarios de apertura y cierre, tiempo de acceso al lugar de entrenamiento, instalaciones referidas al área de salud, gimnasio, vestuario, comedor, etc.), para procurar una rápida adaptación y evitar improvisaciones que desajusten lo planificado. Identificación de la competencia, lugar, tipo, calendario, fixture. Este punto atiende directamente a los procesos adaptativos, con el fin de lograr una acomodación y o climatización para evitar que existan perturbaciones de las condiciones de rendimiento en el período previo a la competencia. Conocer e identificar las características y particularidades del lugar y la modalidad secuencial de los juegos, permite tomar decisiones que no atenten contra las condiciones logradas tanto en términos individuales como colectivos. Saber con precisión la zona horaria de la sede de competencia permite delinear las acciones que faciliten una adecuada y mejor adaptación, debido a que muchos torneos se desarrollan en otros continentes provocando el síndrome del cambio rápido de zona horaria, conocido como Jet Lag, el cual se define como un desequilibrio producido entre el reloj biológico del deportista (periodo definido de sueño y vigilia) y el nuevo horario que se establece al viajar largas distancias. Esta identificación debe ser evaluada conjuntamente con el equipo del área de salud, con el fin de intervenir objetivamente para intentar disminuir la presencia de los síntomas que conlleva este cambio como, desajustes en el sueño, problemas digestivos, astenia, irritabilidad, ya que tienen una relación directa con la aparición temprana de la fatiga. Conocer con anticipación la locación del torneo permite la toma de decisiones que atañen a la adaptación del esfuerzo, por ejemplo, en el caso de la altura. El rendimiento deportivo en actividades con componente oxidativo se ve claramente afectado por la hipoxia relativa que hay en la altura, si bien estas alteraciones son de carácter transitorias, anticiparse en las acciones, puede dar una ventaja deportiva. Las repuestas entre los deportistas suelen ser diferentes en este ámbito, por lo cual la observación y la planificación individualizada merecen una especial atención. En la altura, la disminución de la presión de O2 hará que el O2 circule con menor presión en los tejidos periféricos, dando lugar a una hipoxia relativa; el organismo para compensar aumentará la ventilación pulmonar, aumentando a su vez, el gasto cardiaco (a costo de un incremento de la frecuencia cardiaca), conjuntamente con otras alteraciones de menor grado. La disminución del VO2máx., es proporcional al aumento de la altitud. Altura (M) Presión Atmosférica (mmHg) Presión Parcial del O2 0 (Nivel del mar) 760 159,2 1000 674 141,2 2000 596 124,9 3000 526 110,2 4000 462 96,9 9000 231 48,4 Adaptado de Willmore JH y Costill DL Physiology of Sport and Exercise. Human Kinetics 2004 “En los primeros días de estancia en altitud moderada puede aparecer de una manera individualizada unos síntomas leves, que varían entre dolores de cabeza, distrés respiratorio, nauseas, mareos, insomnio y falta de apetito. Estos síntomas pueden aparecer de una manera aislada o varios a la vez y no aparecen en todos los casos” (Terrados Cepeda 2012) Las investigaciones en este campo acuerdan que los tiempos de adaptación a situaciones de esfuerzo en altura rondan entre las dos y tres semanas. Conforme a lo expuesto y a la modalidad de nuestro deporte y las características de los torneos, la estrategia a tomar, es tratar de realizar la etapa de preparación en lugares que guarden cierta similitud de altitud a la sede de competencia. En los casos donde solo se desarrolla un juego, se puede tomar la decisión de arribar al encuentro deportivo lo más próximo al horario de su inicio, pero no cabe este modelo para los torneos de corte internacional que suelen desarrollarse en una o dos sedes como máximo, por el lapso de 10 (diez) a 14 (catorce) días. En la actualidad el uso de máscaras que simulan situación de altitud variando la presión parcial de O2 es un recurso que se está implementando, no registrándose en las investigaciones un resultado que asegure fehacientemente el éxito de este elemento en los procesos de adaptación en la altura. La identificación de cambios drásticos de temperatura, entre la locación de la preparación y la sede de competencia, también es un punto a no descuidar. En el caso de las competencias en ambientes calurosos, el deportista necesita una climatización previa para no tener una merma en su rendimiento, acompañada de una correcta dosificación de las cargas de trabajo, estrategias de hidratación pre, intra y post esfuerzo, alimentación adecuada y regulada. La hidratación en todo proceso de entrenamiento merece una atención especial; en los ámbitos calurosos se debe potenciar su atención, se debe pautar la interrupción de las sesiones para asegurar la correcta hidratación y activar los mecanismos observacionales de todo el cuerpo técnico para la detección de un posible caso de deshidratación, situación que amerita una atención especial y una re dosificación de la carga de entrenamiento. Las competencias que se desarrollan en ambientes fríos no presentan una problemática adaptativa, no obstante el acondicionamiento previo deberá ser más prolongado. Según Bataller (2010) en los entrenamientos de fuerza, el rendimiento se ve afectado debido al aumento de la viscosidad del tejido muscular, corresponde entonces, en este área de entrenamiento una activación particular, que atienda todos los núcleos articulares y la aplicación de la carga en forma gradual. Conocimiento de la lista de jugadores convocados o pre seleccionados. Identificación retrospectiva de cada jugador en su equipo de procedencia. Variables a contemplar: • Desempeño. • Registro lesivo. • Fecha de último juego. • Obtención de registros (antropométricos, evaluaciones de capacidades condicionales, registros cualitativos de observación) • Aspectos socio culturales. • Condición de desarraigo. • Dedicación exclusiva o no. La adquisición de estos parámetros pretende evitar la repetición de instancias evaluatorias con el fin de optimizar el Factor Tiempo. Este último en situaciones de procesos relativamente cortos de preparación cobra una dimensión imposible de descuidar. Confección de planes de trabajo para los jugadores citados, para la transición entre su último juego y el inicio de la preparación. La premisa de optimizar los tiempos lleva consigo tomar
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