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Notas sobre Maquiavelo, sobre política v sobre el estado moderno

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fonn~ d~ trabajo, si~o por las necesidades, reconocidas ya como 
tran~It~:Ias, de. la VIda de guerra y de trinchera. Esta presión 
repnm10 especmlmente los instintos sexuales, aun los normales, 
en grandes masas de jóvenes y la crisis desencadenada en el mo· 
mento del, retorno a la vida normal se tornó más violenta por la 
desapanc1~~ de tantos varones y por un desequilibrio permanente 
en la relacwn numénca entre los individuos de los dos sexos. Las 
instituciones ligadas a la vida sexual recibieron una fuerte sacu­
dida Y en la cu~tión sexual se desarrollaron nuevas formas de 
utopía iluminista .. 'La crisís.~~tornó más violenta (.y lo es todavía) 
"'':.~~r~.~~~hec~o de que ha tocado a todos los estnitos de la. pobla­
: ' c¡on. Y entro-en c.onflicto con las necesidades de los nuevos méto­
~.;,d;~sAe tra~~i() ·que .mientras tanto se venían imporiíenda· ( taylo­
~,Bsn;~;y:racJo~'~:~ción·en gen.eral). Estos nuevos métodos exigían 
. \J")la.:rigida.d<'>_CI¡_Jlif!,a, .el~)~~ mstintos sexuales (del sistema ner~ 
VI9s?;)~';!:2e<:irt;uná: consolidacion ··de-la-"farnilia" en-' sentidb, 
, ~mpho . (no . ~e esta o aquella forma del sistema familiar), de la 
Ieglamentac10n y esta bílidad de ·1u.s 'relaciones sexuales. 
., Es ·preciso insistir sobre el hecho de que eu el campo sexual 
el fa~t~r ideológico. más depravado y "regresivo" es la concepción 
lh1m1msta y libertina propia de las clases no ligadas estrecha­
mente al trabajo productivo, y que se propaga de estas clast's a 
l~s de los trabajadores. Este elemento se torna tanto más grave 
s1 en .~n Estado las masas trabajadoras no sufren más la presión 
co~rc•;•~a de una clase superior, si los nuevos hábitos y actitudes 
ps1cof•s•cas conexas a Jos nuevos métodos de producción y de tra­
bajo deben ser adquiridas por la vía de la persuasión recípmea o 
de convicciones individualmente propuestas y aceptadas. Puede 
crearse así una situación de doble fondo, un conflicto íntimo en­
tre la ideología "verbal" que reconoce las nuevas necesidades y la 
práctica real, "animal", que impide a los cuerpos físicos la efectiva 
adquisición de las nuevas actitudes. Se forma en este caso lo que 
se puede llamar una situación de- hipocresía social totalitaria. ·Por 
' t t 1· · '? E l é qu~ o a rtana. n as otras situaciones los estratos populares son 
ohhgados a olJservar la "virtud"; r¡uien la predica no la observa, 
aunque la alabe de palabra, de suerte que la hipocresía es par­
cial, no total. Esta situación, por cierto, no puede durar y conducirá 
a una crisis de libertinaje, pe-ro sólo cuando las mnsas hayan asimi­
lado In "virtud" en hábitos pem1anentes o casi permanentes, vale 
decir, con oscilaciones cada yez menores. Por el contrario, en caso 
de que no exista presión coercitim de una clas<' superior, la "vir-
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l 
tud" es afirmada de una manera general y no es observada ni por 
convicción ni por coercíón, no lográndose por lo tanto la adq~isi­
ción de las actitudes psicofísicas necesarias para los nuevos meto­
dos de trabajo. La crisis puede convertirse en «permanente", vale 
decir, de perspectiva catastrófica, ya que sólo la coerción podrá 
definirla, una coerción de nuevo tipo en cuanto, ejercida por la 
élite de una clase sobre la propia clase, no puede menos que ser 
una autocoerción, o sea, una autodiseiplína ( Alfierí que se hace 
atar a la sílla). • En todo caso, lo que se puede oponer a esta 
función de las élites es la mentalidad iluminista Y libertina en la 
esfera de las relaciones sexuales; luchar contra esta concepción 
significa precisamente crear las élites necesarias pa~~ esta t~rea 
histórica, o al menos desarrollarlas para que su funcwn se exhen­
da a todas las esferas de la actividad humana . 
Reaci01wlización de la producción y del trabajo. La tendencia de 
León Davidovich' estaba estrechamente ligada a esta serie de 
problemas, lo que no me parece que se haya pu<'Sto bien en .e"f­
dtmcia. Su conte1údo es(•m:íal, desde este punto de vista, conststm 
en la voluntad "demasiado" resuelta (y por consiguiente no racio­
nalizada) de dar la supremacía, en la vida nacional, a la indnstría Y 
a los ·métodos industriales, de acelerar, mediante medios coerciti­
vos exteriores, la disciplina y el orden en la producción, de adccnar 
las costumbres a las necesidades del trabajo. Dada la forma gene­
ral de abordar todos los problemas vinculados a la tendencia, ésta 
debb desembocar necesariamente en una forma de bonapartismo, 
de allí por consiguiente la necesidad de suprimirla. Sus preocupa­
ciones eran justas, pero las soluciones prácticas eran profundamente 
erróneas; en este desoquilibrio entre teoría y práctica era Ínsito 
el pelígro, que por otro lado ya se había manifestado precedente­
mente, en 1921. El principio de la coerción, directa e indirecta, en 
el ordenamiento de la producción y del trabajo es justo, pero la 
• Impulsado por la lectura de las virtudes de los hé~oes de Plu.ta.r?o Y de­
seoso de fomnrse por sí mismo una personalidad~ Alf1en resolvw s1endo un 
joven aún, imponerse como oblígación la de estudiar cuatro o cinco .hor.as 
por día~ y para no ceder se hada atar a su silla, delante del escntono .. 
(N. del T.) 
' Lev Davidovich Bronstein (Trotski). (N. del E.l 
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fonna que había asumido era errónea: el modelo militar se había 
convertido e~ un prejuicio funesto y los ejércitos del trabajo fraca­
saron. Interes de León Davidovich por el americanismo· sus 
artíc~los, sus encuestas sobre el byt 8 y sobre la literatura; 'estas 
actividades eran ~enos extrañas entre sí que cuanto lo parecía, ya 
que los nuevos metodos de trabajo están indisolublemente lio-ados 
a un determinado modo de vivir, de pensar y de sentir la viJ:'l. no 
se pueden obte~cr éxitos en un campo sin obtener resultados ta~gi­
b~es e~ el otro. ,En. EE.UU., la racionalización del trabajo y el prohi­
biCJOmsmo estan mdudablcmente ligados: las encuestas de los in­
dustnales sobre la vida íntima de los obreros, los servicios de ins­
pec?,iones creados en algunas empresas para controlar la "morali­
da? de los obr~ros: s?n necesidades del nuevo método de trabajo. 
Rmrse de estas Il11Clal!vas (aunque hayan fracasado) y ver en ellas 
sólo nm manifestación IlipÓC'rita de "puritanismo", C'S negarse a 
cor';prender la 1mpo~tancia, el significado y el alcance obfetivo del 
f~nomeno. norteamencano, que es también el mayor esfuerzo colec­
tivo verif_Jca~o hasta ahora para crear, con rapidez inaudita y eon 
una con~Jenc1a de los fines jamás vista en la historia, un tipo nuevo 
de traba¡ador y de hombre. La expresión «conciencia del fin" puede 
parecer por lo menos humorística para quien recuerda la frase de 
Taylor sobre el ."gorila amaestrado". Taylor expresa con u¿ ci­
msmo b~u~al el fin de la sociedad norteamericana: desarrollar en 
grado max1mo en el trabajador las actitudes maquinales y automá­
t:cas, destruir ~] _vk·jo nexo psicofísico del trabajo profesional ca­
lificado que ex1gm una cierta participación activa de la inteligcn­
cm, de la fantasía, de la iniciativa del trabajador y reducir las 
operaciones productivas a su solo aspecto ffsico y maquinal. Pero, 
en reahdad, no se trata de novedades originales, se trata única­
~~~~:tc de la fase m¡\s reciente de un largo proceso que se ha 
u~cmd? c::m el nacimiento del mismo industrialismo, fa~e que es 
so~o mas mtensa que las precedentes y se manifiesta bajo formas 
mas brutales, pero que será superada mediante la creación de un 
nuevo nexo psicofísico de tipo diferente de los precedentes e indu­
dablemente superior. Se producirá ineluctablemcntc una selección 
forzada, una parle de la vieja clase trabajadora será despiadada-
8 B~t signific;¡ en !WW d modo de vida. Se refiere a los escritos de Trotski 
ded~eados al análisis de la vida cotklian.a en lu Rusia sovie'tica Cf L ' ·- · - El . . r. eon 
1 rut.s .. d, nue1:o ct~rso 1 Problemas de la vida cotidiana> cuadernos de Pasa~ 
do Y Presente no 27, Córdoba, 1971. (N. del T.) 
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mente eliminada del mundo del trabajo y quw1s del mundo tout 
court.Desde este punto de vista es preciso estudiar las iniciativas 
"puritanas" de los industriales norteamericanos tipo Ford. Es cierl<> 
que ellos no se preocupan por In "humanidad" y la "espiritualidad" 
del trabajador, que son dcstmidas de innwdiato. Esta "humanidad 
y espiritualidad" sólo puede realizarse en el mundo de la produc­
ción y del trabajo, en la "creación'' productiva: era máxima en 
el artesano, en el "demiurgo", cuando la personalidad del trabaja­
dor se reflejaba toda en el objeto creado, cuando era aún mny 
fuerte la ligazón entre arte y trabajo. Pero justamente eontra este 
"humanismo" lucha el nuevo industria:ismo. Las iniciativas "puri­
tanas" tienen sólo el fin dC' eons<'rvar, fm•ra del trabajo. un cierto 
equilibrio psicofísico que impida el colapso fisiológi<:o dd trabaja­
dor, exprimido por el nuevo método de producción. Este equilibrio[ 
no puede dejar de ser puramente exterior y mecánico, pero~podr.f ~ 
éonvertirse en interior si es propuesto por el mismo traM#dor y : 
; ñoimpuesto de~de afuera, ,si ~uesro-1ioi"Uñirñüe'V'a""furma'"tiq1 
' sociedad, cotl _ _l!l_edií.J~~ apropiados X originales:;·EI industrial norte-
americano se preocupa por mantener la continuidad de la eficien­
cia física del trabajador, de su eficiencia muscular nerviosa: su in­
terés es tener una maestranza estable, un complejo permanente­
mente en condiciones, porque el conjunto humano (el tru bajador 
colectivo) de una empresa es una máquina que no debe ser des­
montada con demasiada frecuencia y cuya renovación en sus pie­
zas fundamentales debe ser realizada sin que se sufran enormes 
pérdidas. 
El denominado "alto salario" es un elemento dependiente de 
esta necesidad: es el instrumento para seleccionar una maestranza 
adaptada al sistema de producción y de trabajo y para mantenerla 
en forma estable. Pero el alto salario es de doble filo: es preciso que 
el trabajador gaste "racionalmente" los sueldos más abundantes, 
para mantener, renovar y posiblemente acrecentar su eficiencia 
muscular nerviosa, no p11ra destruirla o cortarla. De allí, entonces, 
que la lucha contra el alcohol, el agente más peligroso de destruc­
ción de las fuerzas de trabajo, se convierta cn función del Estado. 
Es posible que otras luchas "puritanas" se conviertan también en 
función del Estado, si la iniciativa privada de lo; industriales se 
demuestra insuficiente, o si se 'desencadena una crisis de morali­
dad demasiado profunda y extensa en las masas trabajadoras, lo 
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