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I 2 12 teres o ética, la cual puede bien llamarse política (21). Por eso se encubre con la figura de la política la retórica y los que pretenden estudiar ésta, en parte por ineducación, en parte por ostentación, en parte por otras causas humanas; 30 pero es una parte de la dialéctica y su semejante, como decíamos al comienzo; pues ninguna de las dos es ciencia de cómo es nada definido, sino como meras facultades de suministrar razones. S ilo gism o y e n t im e m a , in d u c c ió n y e je m p l o . Acerca de los fines de éstas y cómo se relacionan entre sí, ya queda dicho casi lo suficiente. De la persuasión me- 35 diante demostración o demostración aparente, lo mismo que en la dialéctica hay la inducción, o el silogismo, o el si- 1353 b logismo aparente, también aquí es de modo semejante: pues el ejemplo es una inducción, el entimema es un silo gismo, <el entimema aparente, un silogismo aparente). Llamo entimema al silogismo oratorio y ejemplo a la in ducción oratoria. Pues todos dan las pruebas para demos- 6 tra r o diciendo ejemplos o entimemas, y fuera de esto nada; de manera que en absoluto es preciso que cualquier cosa se pruebe o haciendo silogismo o inducción (y esto es claro para nosotros por los Analíticos [pr. I I 23, 68 b 13; post. I l , 71 α 5 sgs., ν. infra 1368 b 13]) (22),yes forzoso que los en timemas y los ejemplos sean lo mismo respectivamente que ' 10 los silogismos y la inducción. Cuál es la diferencia entre el ejemplo y el entimema está claro por los Tópicos [I 1, 100 α 25 y 12, 105 a 13] (pues allí ya se ha hablado primero del silogismo y la in ducción), y mostrar por muchas cosas y semejantes que es 15 de tal manera, es allí inducción y aquí ejemplo; y que, da das ciertas proposiciones, otra de ellas resulte a su lado por existir ellas o absolutamente o por la mayor parte, se llama allí silogismo, aquí entimema. I 2 13 LOS EJERCICIOS CON EJEMPLO Y CON ENTIMEMA. Es claro también que ambas especies de ejercicios retó ricos (23) tienen su excelencia; pues coma hemos dicho en la Metódica (24) a ambas su excelencia conviene de semejante modo, pues una son ejercicios a base de ejemplo y otra a base de entimema, y de la misma manera los oradores son, unos, mejores en ejemplos, otros, en entimemas. Pues no son menos persuasivos los razonamientos mediante ejem plos, si bien son más .aplaudidos los basados en entimema [cf. Probi. XV III 3, 916 b 25 ss.]. La fuente de estos (25) y cómo hay que servirse de unos y otros lo diremos des pués [II, 20-24]; ahora sobre estos mismos razonamien tos distinguiremos con más precisión. L a r e tó r ic a e s a r t e po r q u e m ir a a lo p e r su a siv o e n GENERAL. Puesto que lo persuasivo lo es para alguien, y o bien es persuasivo y creíble inmediatamente y por sí mismo, o bien porque parece que es probado por razonamientos que son tales; y ningún arte mira a lo individual, como la me dicina qué es remedio para Sócrates o para Calías, sino a lo que lo es para el que es de tal clase o los que son de tal modo (pues esto es lo propio de un arte, ya que lo particu lar es infinito y no objeto de ciencia), tampoco la retórica contemplará lo admisible particular, como para Sócrates o para Hipias, sino lo que lo es para los que son tales o cuales, como también la dialéctica. Pues también ésta hace sus si logismos, no de cualquier cosa al azar (aunque así les pare ce a los insensatos), mas de cosas que necesitan razones (26); y la retórica, de las que es costumbre ya deliberar. Es, pues, su función acerca de cosas sobre las cuales, deliberamos y no tenemos artes (27), y para oyentes que no pueden inferir (28) a través de muchos grados ni razonar tomándolo desde lejos. Pues deliberamos acerca de las cuestiones que 25 30 35 1357 a
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