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I l l 6 190 chóse». En quinto, expresar con exactitud lo múltiple y lo 10 poco y lo uno: «y cuando ellos llegaron, me golpearon». Vicios c o n t r a l a p u r e z a . En general es preciso que sea legible lo escrito, y bien pronunciable; lo cual es una misma cosa. Tal consiguen las muchas conjunciones, <y no las pocas) ni lo que no se •puede puntuar fácilmente, como los escritos de Herácli- to (44); porque buen trabajo es puntuar a Heráclito, por la is oscuridad de adonde corresponde cada palabra, si a lo de antes o a lo de después. Así ocurre en el comienzo de su obra, pues dice: «La doctrina esta de siempre incompren sible es para los hombres», y el de siempre es oscuro con cuál de las dos partes hay que puntuarlo. También hace cometer solecismo el no poner lo que conviene a ambos' 20 términos si se unen; por ejemplo, para ruido y color, ver no es común, pero percibir sí. Es oscuro el estilo si no ter minas de decir algo antes, cuando vas a intercalar muchas cosas en medio; por ejemplo: «Iba, después de decir a aquel tales y cuales cosas y de tal manera, a marchar»; mas no: «Iba, después de hablar, a marchar», y luego decir que tal y cual cosa sucedió, y de tal manera. 25 E s t il o p o m p o s o . g A la pompa del estilo contribuye el servirse de una de finición en lugar de un nombre, por ejemplo, no decir «círculo», éino «plano regular desde un centro». La breve dad es lo contrario, decir en vez de una definición un nom bre. En el caso de algo feo o indecente, si lo feo está en la definición, dígase un nombre, y si lo feo está en el nombre, la definición. Y exponer mediante metáfora, y con los epí- 30 tetos, pero guardándose del tono poético. Y el hacer de lo singular, plural, como los poetas, que siendo sólo un puer- 26 I l l 7 191 to dicen (45), sin embargo, «hacia los puertos aqueos», y [Eur. If. T . 727]: «de la carta estos numerosos dobleces». 35 Y no unir palabras bajo la misma, sino ponerle a cada una la suya: «De la mujer, de la nuestra»; si se habla con con cisión, al contrario: «De la nuestra mujer». Y decir con con junción, mas si es con concisión, sin conjunción, pero no dejando sin ligar, por ejemplo, respectivamente: «Después 1408 a de caminar y hablar». «Después de caminar, hablé». Y el útil procedimiento de Antímaco (46), hablar de lo que el objeto no posee, lo cual hace a propósito del Teu- meso: «Hay una cumbre ventosa y chica...»; porque así se amplifica hasta el infinito. Se aplica a bienes y a males decir que no existen, según convenga, de donde 5 sacan los poetas nombres como canción sin-cuerdas y sin- lira, aplicando epítetos por la privación; es estimado esto en las metáforas fundadas en la analogía, por ejemplo, de cir que la trompeta es un canto sin lira. P r o p i e d a d . 7 Propiedad tendrá el estilo si expresa las pasiones y ca- 10 racteres y tiene correspondencia (47) con los asuntos de que trata. Esta correspondencia existe si no se tratan improvisa damente asuntos de importancia, ni con solemnidad los fú tiles, ni a una palabra vulgar se le ponen adornos; pues si no, parece comedia, lo cual hace Cleofón (48), pues algunas 15 cosas las expresa como si hubiera dicho: «augusta higuera».
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