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Literatura_Mexicana

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Gustavo López Cortes
Literatura Mexicana 
MÁSCARAS MEXICANAS 
La máscara de un mexicano es la forma en que podemos ocultar nuestra sinceridad. El mexicano puede sonreír ante una desgracia para no mostrar su realidad. Esta característica aún la cumplen los mexicanos pero no de la misma forma que expresa Octavio Paz en su ensayo titulado “Máscaras Mexicanas”. La forma de la máscara ha cambiado por detalles mundiales que se describirán después. 
 La palabra rajarse es el celo de la intimidad de un mexicano. El no rajarse se mantiene aunque en ocasiones el término rajarse no se utiliza. Los mexicanos seguimos siendo amantes de callar nuestro sentir y en momentos negar la ayuda de alguien por simple orgullo. Un mexicano prefiere evitar ser presa fácil para alguien. Un mexicano aún no es una persona sincera puesto que es su forma de protegerse y en paz con los demás por temor al qué dirán. En algunas situaciones, el mexicano prefiere usar una máscara para ser visto como uno más, es decir, no rajarse como lo describe Octavio Paz, así logramos que este detalle se mantenga en el estereotipo de un mexicano. 
 El machismo es otro aspecto que menciona Octavio Paz, aunque éste haya variado por razones globales como el feminismo, y el mejoramiento del prototipo de la familia. Por desgracia, el machismo se mantiene en algunas familias mexicanas. 
 México ha sido una nación muy conservadora y el nivel de ser conservador fue enorme que aún no se puede erradicar con ese mal. Así que podemos decir que si el machismo se ha mantenido en algunas familias se debe al aspecto conservador de nuestra sociedad. Sin embargo, cambios globales como el feminismo y los cambios para mejorar a la familia han permitido un progreso en nuestra nación. Algunos cambios que podemos admirar son el rol del hombre en casa porque un hombre ya hace tareas del hogar además de trabajar; El rol de la mujer porque también es común encontrar una mujer que se ha hecho cargo de la familia y eso se admira. La sociedad ha cambiado y aunque hay algunas injusticias por el género, nuestra sociedad ha logrado que el machismo haya disminuido. 
 El mexicano sigue siendo resignado y sigue admirándose de las cosas que se hacen en la adversidad. Nuestra historia sigue siendo superficial y enfocada a lo que nos gusta. Y nuestra resignación aumentó al vernos sin las herramientas suficientes para salir vencedores ante nuestras autoridades. Estamos sometidos como siempre ha sido. Somos personas que viven bajo miedo pero siempre ocultándolo y mostrando nuestra aparente conformidad a través de la sumisión. Octavio Paz nos muestra una triste realidad, puesto que hemos empeorado en esta característica en el estereotipo Mexicano. 
 El mexicano aún ama la mentira. La mentira evita nuestro progreso en esta sociedad que está decayendo. El mexicano puede sostener una mentira por fidelidad, pero la verdad se llama protección por los suyos o simple seguridad personal. En ocasiones, entre nosotros buscamos un punto débil para atacar, así que el remedio del mexicano es callar o retarse hasta que alguien resulte perdedor. 
 La homosexualidad ha tenido una mayor aceptación que en los tiempos de Octavio Paz. Nuevamente, la influencia mundial sobre la aceptación de la homosexualidad ha sido un punto fundamental para que muchos expresen sus sentimientos, es decir, rajarse sin remordimientos. Sin embargo, el tema de la homosexualidad no es totalmente aceptado, debido a que como buenos mexicanos algunos prefieren usar una máscara (la mentira) para aparentar y vivir en armonía con los demás, aunque esto haga infeliz a quien la aplica.
 El juego de albures es algo que el mexicano ha mantenido y hasta cierto punto mejorado. Sin duda, este arte de juego con las palabras se mantiene presente en la vida de todo mexicano. Aunque solo era juego de hombres, actualmente podemos observar también participan sin problema alguno. El doble sentido, característica esencial del mexicano, que podría decir, que se ha reforzado debido a que la gente ha dejado de ser un poco inhibida. Además de sentirse grande cuando en el juego sale un mexicano victorioso y orgulloso. 
 Nigunearnos es una protección bastante usada para disimular . De esta forma tratamos de esquivar problemas. Sin duda todo esto y otras cosas mencionadas anteriormente se mantienen como en la época del Octavio Paz, aunque algunas se perfeccionaron. 
TODOS SANTOS, DÍA DE MUERTOS 
México sigue siento un país ritual como lo expresa Octavio Paz en su ensayo titulado “Todos santos, día de muertos”. La religión sigue influyendo demasiado en la vida de los mexicanos. Podemos decir que los rituales mexicanos son una combinación de religión con aspectos prehispánicos. El mexicano ve al rito como algo de respeto y tradición. 
 Las celebraciones en México son fiestas grandes, en las cuales se invierte dinero, tiempo y defensa. Podemos encontrar fiestas todo el año en diferentes lugares de nuestra nación. Octavio Paz menciona que los mexicanos en cada pueblo tienen un patrón religioso, el cual, es motivo de la celebración. Las celebraciones en México no son de un día sino una semana o hasta un mes, hasta donde se sabe de tiempo. 
 El mexicano aprovecha la oportunidad para interactuar en una celebración. La participación de un mexicano consiste en abrirse al exterior, tal como lo explica Octavio Paz en su ensayo. Durante la fiesta, el mexicano hace todo lo que no ha podido hacer como persona solitaria que sigue una doctrina. Pero no todo se ha mantenido al cien por ciento como en la época de Octavio Paz.
 Actualmente, las fiestas tienen más objetivos que una celebración nacional o religiosa como en la época de Octavio Paz. La fiesta se ha vuelto algo comercial, donde lo más importante es ofrecer un gran espectáculo con cantantes, grupos de danza folklórica, presentaciones teatrales o exhibiciones. Podemos notar que la esencia de fiesta se pierde pero la organización se mejora. 
 Nuestra sociedad aún admira a aquellas personas que prefieren invertir en una fiesta que en sus necesidades. La gente aún disfruta del despilfarro de dinero en la realización de una fiesta. El mexicano ama la fiesta y por ello la pone entre sus prioridades. 
 Para el mexicano la fiesta es un arte. La fiesta una esencia mágica, porque los mexicanos en una fiesta pueden enamorarse, hacer amigos, distraerse, acabar con su vida cotidiana; pareciera que todos son felices. Obviamente, nunca falta el borracho que aprovecha la ocasión para ajustar cuentas con los conocidos o desconocidos. En una fiesta te transportas a un nuevo mundo abierto a tantas posibilidades. 
 Las fiestas han cambiado en objetivo y desarrollo. Es increíble saber que a pesar de los años no ha cambiado mucho. Poniendo un ejemplo muy mexicano podemos mencionar la celebración Todos Santos, Día de Muertos. 
 Todos Santos, día de muertos es una celebración tan importante que se suspenden labores y se sirve para recordar a aquellos que se han ido de esta vida. Esta fiesta ha sido parte de la combinación de religión católica y ritos prehispánicos. 
 Los mexicanos se niegan adoptar fiestas como Halloween y respetar la tradición Mexicana, esto en tiempo de Octavio Paz. Sin embargo, nuestra tradición ha tenido influencia extranjera, es decir, podemos encontrar una combinación de rasgos de la fiesta de Halloween en nuestra ofrendas o decoraciones. Nuestra sociedad no acepta del todo esta mezcolanza, pero la aceptación va en incremento. 
 El mexicano todavía habla de la muerte sin temor en la festividad de Todos Santos, Día de Muertos. Tanto se aparenta el no temor que se hace burla de la muerte, hasta competencias se realizan. Obviamente, los mexicanos no son tan valientes por eso ocultan su miedo a la muerte. Aunque existe la idea de que hay otra vida después de la muerte. 
 El dolor por perder a alguien o bromear de la muerte cuando alguien no está bien de salud puede resultar una ofensa. Solo día de muertos se juega con la palabra “muerte”. El mexicano sigue escondiendosu miedo a través de alegría y fiesta tal como en la época de Octavio Paz.

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