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teseopress.com GOBERNANZA REGIONAL DE GÉNERO teseopress.com teseopress.com GOBERNANZA REGIONAL DE GÉNERO Aportes de OEA y MERCOSUR, 1990-2015 Martina Ferretto teseopress.com Ferretto, Martina Manuela Gobernanza regional de género : aportes de OEA y MERCOSUR, 1990-2015 / Martina Manuela Ferretto. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Martina Manuela Ferretto, 2021. Libro digital Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-88-1549-7 1. Ciencia Política. 2. Política Latinoamericana. 3. Cooperación Internacional. I. Título. CDD 327.1098 ISBN: 9789878815497 Las opiniones y los contenidos incluidos en esta publicación son responsabilidad exclusiva del/los autor/es. Gobernanza Regional de Género TeseoPress Design (www.teseopress.com) teseopress.com Índice Resumen.............................................................................................9 Abstract ........................................................................................... 11 Agradecimientos........................................................................... 13 Dedicatoria..................................................................................... 15 Introducción .................................................................................. 17 1. Las mujeres como sujetas de derechos y ciudadanas del desarrollo. Algunos antecedentes en la arena internacional.................................................................................. 25 2. Conceptos y metodología ...................................................... 43 3. La OEA y el MERCOSUR bajo la lupa .............................. 65 Conclusiones. Aportes a la Gobernanza Regional de Género ............................................................................................. 93 Bibliografía ................................................................................... 105 teseopress.com 7 teseopress.com Resumen Prevenir, sancionar y erradicar las violencias por razones de género, así como, incorporar un enfoque para ello en el diseño de las políticas, se configuran en los últimos años como los principales ejes de los debates en el ámbito global, como parte integral de los derechos humanos, el desarrollo social sostenible y las democracias. Las declaraciones inter- nacionales como la de Naciones Unidas en 1993 para eli- minar esta violencia en particular contra las mujeres, indica un consenso mundial emergente sobre la naturaleza del problema (Van der Vleuten, et al, 2020) así como también las Conferencias Internacionales y, las redes regionales de activistas conformadas durante esos años. Si bien, las orga- nizaciones intergubernamentales no son intrínsecamente sensibles al género, a partir de la década del 90 comenzaron a prestarle mayor atención, en gran parte por la influencia del movimiento de mujeres y feministas que incidió en estos espacios. En América Latina y el Caribe, estos temas tienen una resonancia más fuerte debido a que registra uno de los índices más altos de violencia y desigualdad por razo- nes de género en comparación a otras regiones del mundo (PNUD, 2019; CEPAL, 2018). La OEA y el MERCOSUR, no son ajenas a estos procesos y forman parte del complejo entramado regional. Este estudio sostiene que ambas orga- nizaciones contribuyen a la gobernanza regional de género, porque han logrado construir herramientas útiles para la promoción y protección de reglas que buscan erradicar la violencia y fomentar la igualdad y equidad de género. Se identifican y analizan los aportes que hacen estas dos orga- nizaciones entre los años 1990 y 2015. teseopress.com 9 teseopress.com Abstract Preventing, punishing and eradicating gender-based vio- lence, as well as incorporating a gender-based approach in the design of policies, have become the main focus of global debates in recent years, as an integral part of human rights, sustainable social development and democracies. Interna- tional declarations such as that of the United Nations in 1993 to eliminate this violence, particularly against women, indicate an emerging global consensus on the nature of the problem (Van der Vleuten, et al, 2020) as well as the inter- national conferences and regional networks of activists for- med during those years. Although intergovernmental orga- nizations are not intrinsically sensitive to gender, from the 1990s onwards they began to pay greater attention to it, largely due to the influence of the women’s and feminist movement that influenced these spaces. In Latin America and the Caribbean, these issues have a stronger resonance due to the fact that it registers one of the highest rates of gender-based violence and inequality compared to other regions of the world (UNDP, 2019; ECLAC, 2018). The OAS and MERCOSUR are no strangers to these proces- ses and are part of the complex regional framework. This study argues that both organizations contribute to regional gender governance, because they have managed to build useful tools for the promotion and protection of rules that seek to eradicate violence and promote gender equality and equity. The contributions made by these two organizations between 1990 and 2015 are identified and analyzed. teseopress.com 11 teseopress.com Agradecimientos La elaboración de esta tesis representa un desafío personal de constantes aprendizajes e inspiraciones de aquellas autoras y activistas,muchasaquífueroncitadas,quedejanverensuspala- brasescritas ungrancompromiso conel tema, lascualesnosólo hancautivadomiatención,sinoademáshancontagiadoelcom- promiso. Este camino transitado, que apenas cierra una parte del ciclo conesta primera investigación, no hubiera sido posible sin el apoyo y el ánimo incondicional de la amorosa y fiel red de familia-amiga que me sostiene. Si bien la autoría es propia y debió hacerse en gran medida de forma aislada y solitaria, tampoco hubiera sido posible sin el pensar y sentir colectivo de algo que transciende mucho más que estas páginas. Gracias a mis directoras, Mercedes Botto y Laura Pautassi que me han enseñado a encontrar el equilibrio entre los anhelos y frustraciones de mi activismo y la acade- mia que, de otro modo, no podrían ir de la mano. A la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales que me abrió sus puer- tas cuando apenas me gradué de la carrera y me habilitó contar hoy con el valioso apoyo del Instituto de Investigaciones Socia- les de América Latina y el financiamiento del CONICET de mi beca doctoral, la cual fue fundamental para la finalización de la presente. Por último, pero no menos importante, esto pudo ser posi- ble, gracias a la Universidad Pública, especialmente a la casa que elegí y sigo eligiendo para formarme, en la Facultad de Ciencias SocialesdelaUniversidaddeBuenosAiresy,enparticularagra- deceralaMaestría,quefueunespaciodeenseñanzafundamen- tal, un lugar de construcción de conocimiento colectivo, crítico, desdeelSury,ademásmebrindólaoportunidaddetenderlazos de amistad con personas maravillosas. Gracias infinitas. teseopress.com 13 teseopress.com Dedicatoria A mis amigas y compañeras de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito porque me inspiran y porque en 2020, después de muchos años de lucha y una pandemia de por medio, hicimos historia, una vez más. A Yami, que se emocionó conmigo cuando entre medio de sesiones legislativas, reuniones para organizar la calle y el fin de año, me leyó una última vez para entregar la tesis. Y a mi misma, que logré llegar a este punto de partida, convencida y orgullosa del compromiso político de vida que sigo eligiendo aunque tanto cueste. teseopress.com 15 teseopress.com Introducción La teorización feminista tiene una trayectoria reconocida en las Relaciones Internacionales, que suele centrarse en el nivel global de análisis (Enloe, 1989; Tickner, 1991 y 1992; Zalewski, 1993; Van der Vleuten, 2015). La inclusión del género, como variable y como perspectiva, en la literatu- ra sobre regionalismo comparado ygobernanza regional continúa siendo poco explorada (Acharya y Johnston, 2007 y Shaw, et al, 2011; Söderbaum y West 2003) o quedando a las sombras de otros temas, frecuentemente más prio- rizados, como los económicos o productivos por ejemplo. Primordialmente, quienes abrieron camino en esta línea y le han dado relevancia al tema, fueron las investigaciones de Andrea Ribeiro Hoffmann (2006 y 2020); Paloma Azar, Alma Espino y Lilian Celiberti (2005); Elizabeth Jelin y Teresa Valdés (2003); Elisabeth Jay Friedman (2009); Anna Van der Vleuten (2015 y 2018); Anna Van der Vleuten, Conny Roggeband y Anouka van Eerdewijk, et al (2020), sobre las cuales me baso para el desarrollo de esta tesis. Si bien la indagación sobre género en la Organización de los Estados Americanos (en adelante OEA) y en el Merca- do Común del Sur (en adelante Mercosur) ha sido empren- dida desde distintos enfoques por separado; este estudio propone un abordaje novedoso por los siguientes motivos: porque se estudian ambas organizaciones de forma con- junta ya que, a pesar de su composición tan disímil entre una y otra, debido a sus objetivos y composición, hallamos semejanzas en la construcción de sus agendas de género que aportan a la gobernanza sobre estos temas. Asimismo porque el estudio se realiza desde la perspectiva analítica de la gobernanza regional, entendida como aquel proceso de coordinación más allá de la autoridad centralizada del Estado, que involucra una variedad de actores y, en donde teseopress.com 17 las organizaciones intergubernamentales suelen ser el cen- tro de las interacciones regionales y principales vehículos para la generación de reglas y consensos (Rosenau, 1987; Herz, 2013). El surgimiento de esta conceptualización sobre las nue- vas dinámicas de coordinación social para la formulación de reglas y consensos a nivel global tiene sus cimientos en los años setenta, pero su instalación en América Latina y el Caribe se produjo dos décadas después por medio de las agencias regionales para el desarrollo, a través de los orga- nismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas y el Banco Mundial (Hufty, 2011). En este sentido, la relevancia del período tiene que ver con que, por un lado, a partir de la década de 1990 las regiones cobran un notable protagonismo principalmente debido a que se con- figuran como espacios provechosos para el intercambio de conocimiento y experiencias entre los diversos actores de la sociedad civil, la cual a partir de estos años, irrumpe en el escenario regional como pieza clave para la incidencia y formulación de políticas sociales, (Tussie y Botto, 2003) en espacios “más allá del Estado” (Börzel y Risse, et al, 2015) en busca de crear y articular estrategias que propongan solu- ciones a problemas comunes. Por otro lado, porque durante estos años, se produjo un impulso transnacional para termi- nar con la violencia por razones de género, en particular las violencias contra las mujeres (Van der Vleuten, et al, 2020). De modo que, la gobernanza regional de género como aque- lla coordinación específica para lograr políticas de igual- dad de oportunidades, de trato, condiciones y distribuir los beneficios equitativamente entre los géneros (Van der Vleu- ten, 2015), resulta cada vez más necesaria por dos razones principales. En primer lugar, la nueva globalización de los mercados nacionales limita la capacidad de los Estados para desarrollar políticas sociales efectivas en el nivel domés- tico de autoridad; a la vez que, el nivel regional permite la coordinación para lograrlo, aunando la incidencia de y 18 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com entre distintos grupos que tengan más restringido el acceso y la participación en sus países (Van der Vleuten y Ribeiro Hoffmann, 2010). En dicho contexto, prevenir, sancionar, erradicar las violencias contra las mujeres e incorporar un enfoque de género en el diseño de las políticas, se configuran como los principales ejes de los debates sobre estos temas en el ámbito global. Las declaraciones internacionales como la de Naciones Unidas en 1993 para eliminar esta violencia, indi- can un consenso mundial emergente sobre la naturaleza del problema como así también las Conferencias Internaciona- les y, las redes regionales de activistas conformadas durante la época. Si bien, las organizaciones regionales interguber- namentales no son intrínsecamente sensibles al género, en este período comenzaron a prestarle mayor atención, en gran medida por la creciente influencia del movimiento de mujeres y feministas que incidió en estos ámbitos. En Amé- rica Latina y el Caribe, estas cuestiones tienen una reso- nancia más fuerte debido a que registra uno de los índices más altos de violencia y desigualdad por razones de género en comparación a otras regiones del mundo (PNUD, 2019; CEPAL, 2019). Y a su vez, esta argumentación, se traduce en un compromiso social y una responsabilidad intelectual con el tema, que invita a incorporar la perspectiva de género en el estudio sobre regionalismo y gobernanza. La OEA y el Mercosur no son ajenas a estos procesos y forman parte del complejo entramado regional. Por lo tanto, la presente investigación se propone identificar y analizar los aportes que hacen estas dos organizaciones a la gobernanza regional de género entre 1990 y 2015. La hipó- tesis sostiene que la OEA y el Mercosur contribuyen a la gobernanza regional de género, principalmente porque han logrado construir herramientas útiles para la promoción y protección de reglas para erradicar las violencias contra las mujeres y fomentar la igualdad y equidad de género. La selección de estas dos organizaciones se debe a que, la OEA es el organismo de cooperación política hemisférico para la Gobernanza Regional de Género • 19 teseopress.com paz y la igualdad y, el Mercosur es el bloque subregional de acuerdo económico que ha tenido un desarrollo particular de cooperación política a diferencia de otros. Este estudio forma parte de mi investigación doctoral en curso que bus- ca profundizar el análisis. Por esto, no pretende dar cuenta de manera exhaustiva la lógica regional de la gobernanza de género, sino contribuir desde el método a un primer estudio más acotado, brindando algunos aportes para futu- ras investigaciones. El trabajo se estructura en tres capítulos. El primero plantea una revisión de los acontecimientos más significa- tivos que hacen a los antecedentes y el estado del arte de la temática en el escenario internacional, regional y su retro- alimentación. El recorrido responde a una genealogía de avances intergubernamentales guiado por orden cronológi- co según los hitos en la construcción institucional de ambos niveles. Allí se muestran los efectos que generan los sucesos de una en la otra, puesto que como veremos, resulta desa- certado pensar y analizar estos procesos de manera aislada, por ello la consideración del vínculo entre ambos niveles es elemental. La selección de acontecimientos estuvo orien- tada por un interés analítico en señalar los eventos que implicaron un reconocimiento y/o reivindicación desde los derechos humanos de las mujeres y su inclusión en torno al principio de igualdad y no discriminación, hasta el pasaje conceptual de la categoría género como clivaje en la histo- ria. En la última parte de este primer capítulo se enumeran los principales enfoques de la literatura que han abordado la agenda de género desde distintas aristas de las Relaciones Internacionales y los regionalismos. Seguidamente, el Capí- tulo dos establece en primera instancia el marco teórico y la precisión conceptual del estudio, claves para la lectura. Aquí es importante señalar el límite que conlleva referirse en los términos del sistema binario construido socioculturalmen- te, a sabiendas de que las relaciones desiguales que el género categoriza, incluyen todas las identidades que no respondan 20 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com a la norma de lo cis-hétero-patriarcal1. No obstante, hace- mos referencia enparticular a las sistemáticas violencias que se ejercen contra las mujeres y, a los derechos que este sujeto político ha conquistado en pos de una mayor equidad social. Citando a la escritora feminista cubana que dejó su legado a fines del Siglo XIX “la cuestión de la mujer es un pris- ma de infinitas caras que revela las múltiples fases del problema”2. Y del mismo modo si a esta categoría se le adhieren otras que hacen al sistema de opresiones como la clase, la etnia, el lugar de residencia o la edad, el aherrojo a la violencia es aún mayor. La segunda parte de dicho capítulo propo- ne el abordaje metodológico estructurado por medio de la identificación en primer lugar, de los actores que impulsa- ron los temas dentro de cada organización, atendiendo a la incidencia de mujeres y feministas organizadas. En segundo lugar, de las agendas construidas en base a los temas prio- rizados para ser atendidos intergubernamentalmente y, en tercer lugar, la identificación de las instituciones creadas en términos de compromisos, normas, acuerdos o políticas que prueban avances en la materia. Estas identificaciones ordenan el Capítulo tres que pre- senta el análisis de los casos, a partir de un estudio de tipo cualitativo tomando como principales fuentes la informa- ción de documentos oficiales de cada organización regional, la bibliografía producida al respecto y, aquellas memorias colectivas elaboradas desde el activismo que se han sistema- tizado sobre el tema. El desarrollo analítico se divide según las partes a identificar es decir, reconociendo en primera instancia a aquellas mujeres y feministas que impulsaron 1 Nos referimos a lo cis, cuando se corresponde la autopercepción con la asig- nación sexogenérica al nacer (Violeta Alegre para Agencia Presentes, 2018); hétero, refiere a la heteronormatividad y; patriarcal, da cuenta del sistema de opresión que reproduce las desigualdades y asimetrías entre las personas por condiciones construidas socialmente. También existen enormes traba- jos que van más allá del género como las teorías queers que, si bien exceden a esta investigación, nos parece importante mencionarlas. 2 María Luisa Dolz, Cuba 1894, extraído de Dania de la Cruz Martínez (1990). Gobernanza Regional de Género • 21 teseopress.com los temas, en segunda instancia caracterizando las agen- das construidas y, por último se describen las instituciones creadas que aportan a la igualdad de género al interior de cada organización, comenzando por la OEA, continuando por el MERCOSUR y así aproximarnos a conocer una suer- te de caja negra de cada uno de los casos al respecto de estos temas. Esto es, dar cuenta de la concertación experi- mentada en las organizaciones, que hace a la gobernanza comprendida tanto por una estructura compuesta de acto- res e instituciones diversas, formales e informales; así como por procesos que dan lugar a los mecanismos de coordina- ción social que también pueden ser formales e informales y que son promovidos por la estructura, de los cuales esta investigación prepondera aquellos elementos formales de institucionalización que prueban la construcción de herra- mientas útiles para el abordaje de la problemática. No obs- tante, también se tomaron en consideración ciertos actores y procesos informales como las redes y los espacios creados desde y para el activismo feminista porque dan cuenta del entramado de discusiones y temas como parte sustancial de la gobernanza. Finalmente, los principales hallazgos y conclusiones explicitan cuáles han sido los aportes que hicieron ambas organizaciones, durante el período delimitado, a la gober- nanza regional de género. Estos aportes los distinguimos en dos grupos, por un lado, aquellos que proporcionan avan- ces en términos de contenido, es decir lo referido a los marcos conceptuales e interpretativos relativos a los con- sensos alcanzados sobre equidad de trato, condiciones y oportunidades, prevención y erradicación de las violencias contra las mujeres, niñas y adolescentes enmarcado en los grandes principios de igualdad y no discriminación en cada organización, así como lo concerniente a la transversali- dad del enfoque de género. Por otro lado, aquellos apor- tes que han contribuido en términos de procedimientos, tales como, la conformación de instancias prácticas para la defensa y promoción de derechos que contribuyen a la 22 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com gobernanza, incluyendo la apertura o ampliación de canales de participación de los actores no estatales y el instrumen- to de seguimiento más significativo para la región creado para monitorear la aplicación de la Convención de Belém do Pará. Por último, se mencionan dentro de las conclu- siones algunos de los desafíos que enfrentan estos aportes con relación a la implementación, las voluntades políticas y las autoridades delegadas en los organismos por parte de los Estados; planteados a modo propositivo para pensar en el fortalecimiento de esta gobernanza y presentar algunas líneas para futuras investigaciones. Gobernanza Regional de Género • 23 teseopress.com teseopress.com 1 Las mujeres como sujetas de derechos y ciudadanas del desarrollo Algunos antecedentes en la arena internacional Este capítulo recupera los principales antecedentes que hacen a la conformación del tema en la arena regional e internacional. A través de una breve genealogía, se identifi- carán los eventos más significativos que abrieron paso para trabajar sobre la situación de las mujeres y sus derechos. Esta contextualización, permite ver que, ya para inicios del Siglo XX el activismo de las mujeres y feministas logra ocu- par un lugar en la agenda de negociaciones internacionales. El abordaje del recorrido será, en primer lugar, una revisión de la trayectoria de incidencia interamericana que tuvieron las mujeres para reivindicar y reconocerse como sujetas de derechos; seguidamente de las reconfiguraciones que trajo la idea occidental del desarrollo económico y la visibilización del rol de las mujeres en él. Por último, se presenta el estado del arte y los diversos enfoques desde donde se ha estudiado el tema, que introducen el marco teórico y metodológico utilizado en la presente tesis. teseopress.com 25 1.1. Construcción institucional: de lo regional a lo global y viceversa Los últimos años del Siglo XIX fueron testigos de una época avanzada de disputas de derechos en varios países1 y que, probablemente hayan sido un importante impulso para los primeros años del siguiente siglo. En las prime- ras décadas de 1900 sucedieron significativos hitos para las mujeres latinoamericanas: el primer Congreso de Librepen- samiento, en 1906 y los Congresos Internacionales feminis- tas, que particularmente se llevaron a cabo en Sudamérica2. Las preocupaciones de aquellos años giraban alrededor del acceso a la educación superior, la paz, la doble moral y, centralmente, conseguir el derecho al sufragio (Gargallo, 2004). Dicho contexto impulsó a nivel regional la creación de la Unión Panamericana de Mujeres en 1915, la cual lleva adelante los preparativos de la Primera Conferencia Panamericana de la Mujer en 1922 en los Estados Unidos. La construcción de estos espacios dio lugar a la creación de la Comisión Interamericana de la Mujer (CIM) en la IV Conferencia Internacional Americana de 1928, en La Habana, Cuba. De acuerdo con Giordano (2012) el cambio de siglo produjo una ruptura en la hegemonía internacional que favoreció al fortalecimiento de los espacios hemisféricos para canalizar las demandas. Proceso que reemplaza el 1 Algunos ejemplos son en 1876 en Chile, La Serena; en 1886 en El Salvador; en Brasil a fines de la década de 1880. En Argentina alrededor de 1888 se estaba hablando del derecho al divorcio y contemporáneamente en México se llevó adelante la Campaña por el Derecho al Voto de la Mujer creándose clubes femeninos como “Amigas del Pueblo” e “Hijas de Cuauhtémoc”; en Ecuador con el triunfo del liberalismo radical de 1895 se otorgaron los pri- meros cargos públicosa mujeres, creándose también el primer normal femenino para la formación de maestras (Vitale, 1987:107-110) para más detalle véase Luis Vitale (1987) en su libro La mitad invisible de la historia. El protagonismo social de la mujer latinoamericana (C. V pp.78-127). 2 En Argentina en 1910, en Chile en 1923, en Perú en 1924 y en Colombia en 1930 26 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com intervencionismo europeo por una “tutela norteamerica- na” y en donde el “primer feminismo” forja un claro perfil “transnacional” (Giordano, 2012:75-76), característica liga- da a los intentos de la unión de las subregiones de las Américas para fortalecer sus capacidades. El propósito del Panamericanismo era que las Américas del Norte, Centro y Sur unidas se potenciarían entre sí para trabajar en pos del desarrollo de la región. En este marco, -aunque poco estudiado- las mujeres también veían con ilusión la unidad del continente como oportunidad para gestar organizacio- nes con sus pares de todas las repúblicas americanas (Miller, 1991 en Jaiven, 2009:18). La creación del sistema de Naciones Unidas (ONU) en 1945 sentó una importante base en materia de derechos: En 1945, el preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas reafirmó la “fe en los derechos humanos fundamentales… en la igualdad de derechos de hombres y mujeres”. Duran- te la primera Asamblea General de la ONU, realizada en San Francisco, las mujeres delegadas exigieron una atención especial a sus demandas. Como resultado, el Consejo Eco- nómico y Social (ECOSOC) creó una subcomisión sobre la Condición de la Mujer. Durante la primera y única reunión de la Subcomisión, ésta votó unánimemente la instalación de una comisión que se dedicara exclusivamente al análisis de la condición de la mujer. Se estableció así, en el Departamento de Economía Internacional y Asuntos Sociales, una oficina de Avance para la Mujer. Como conclusión de este proceso, surgió en junio de 1946 la Comisión sobre la Condición de la Mujer (Centro Tribuna Internacional de la Mujer, 1994 en Guzmán Stein y Pacheco Oreamuno, 1996:57) Estas declaraciones bajo el sistema ONU, establecie- ron un estándar global sobre el respeto y la garantía de los derechos humanos en general y, en particular, delimitó un marco de referencia clave para los derechos humanos de las mujeres. De modo que, el reconocimiento específi- co de derechos durante estos años permitió avanzar en la Gobernanza Regional de Género • 27 teseopress.com actualidad con el objetivo de promover la igualdad de géne- ro tanto en el nivel global como regional dentro del sistema de protección de Derechos Humanos (Gherardi, 2017). En consonancia a la creación de la ONU, en 1948 a nivel regional se crea la Organización de Estados America- nos (OEA). A partir de ese momento, la CIM se incorpora como el órgano especializado para promover y asesorar sobre los derechos de las mujeres en todo el continente. El 10 de diciembre de ese mismo año se adopta y proclama la Declaración Universal de Derechos Humanos (Res. 217 A), motor de las convocatorias internacionales para discutir y trabajar en pos de estos derechos y, en donde las delega- das de la región en particular fueron quienes presionaron para que la declaración no lleve el nombre de “derechos del hombre”, sino que sea la categoría de “humanos” la que se incluyera para abarcar tanto varones como mujeres y sentar las bases que introducen el concepto “sexo” (Tomasevski, 1993 en Guzmán y Pacheco, 1996). En especial, los archi- vos de esos años recuperan el legado de Eleanor Roosevelt, Hansa Mehta, Minerva Bernardino, Begum Shaista, Ikra- mullah Bodil Begtrup, Marie-Hélène Lefaucheux, Evdokia Uralova y Lakshmi Menon (Adami, 2018). Esta declaración universal, afianza las bases funda- mentales sobre el principio de la no discriminación. En su artículo número 2 dice que todas las personas tienen los derechos y libertades proclamados en la Declaración “sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posi- ción económica, nacimiento o cualquier otra condición. Acorde a Gherardi, la prohibición a toda discriminación negativa, entre otras por el sexo de las personas, también se introdujo en términos semejantes en dos pactos internacionales sobre los derechos conocidos como de primera generación, estos son los derechos civiles y políticos y; los de segunda gene- ración, que son los derechos económicos, sociales y cultu- rales. Ambos aprobados por las Naciones Unidas en 1966, 28 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com donde también se explicitan la garantía del goce de todos los derechos para todos los hombres y todas las mujeres (Gherardi, 2017:1-2). Estos principios globales sobre derechos establecieron la no discriminación hacia las mujeres por su condición de mujer, que es la más generalizada a nivel mundial. Gracias a este precedente, los años posteriores fueron protagonistas de un desarrollo teórico más profundo acerca de la discri- minación negativa hacia las mujeres3. Con anterioridad, las Naciones Unidas desarrollaron distintas actividades, decla- raciones y documentos sobre la situación de la mujer en el mundo, que serán uno de los principales cimientos para la preparación de la conferencia mundial de la mujer décadas después (Grammatico, 2004). A lo largo de la consolidación del sistema interamericano de derechos humanos, se esta- blecieron normativas en sintonía con el consorcio mundial, como la Convención sobre la Nacionalidad de la Mujer (1933), las Convenciones Interamericanas sobre las Conce- siones de Derechos Políticos y Civiles a las Mujeres (1948) y las resoluciones aprobadas entre 1954 y 1957 sobre dere- chos económicos y políticos de las mujeres (CIM, 2019). A partir de la década de 1960, se inaugura la concep- ción de un desarrollo particular con un giro significativo para las mujeres con foco en la arena internacional. El pro- tagonismo que asume el sistema de Naciones Unidas duran- te estos años deja translucir las sinergias que se generan, en especial sobre estos temas, entre los niveles regional y glo- bal. Se trató de la creación de un área de investigación desde nuevas dimensiones de análisis sobre el desarrollo y el rol de las mujeres en él, a través del establecimiento en 1963 del Instituto autónomo de Investigación de las Naciones Uni- das para el Desarrollo Social (UNRISD en inglés) encargado 3 Una importante recopilación de los logros en materia de Derechos Huma- nos de las mujeres en el sistema internacional en general ha sido trabajada por Gherardi, 2017; Giordano, 2012; Jaiven, 2009; Grammatico, 2006 y 2004; Guzmán Stein y Pacheco Oreamuno, 1996 y Acosta Vargas, 1990 y 1996. Gobernanza Regional de Género • 29 teseopress.com de investigar y analizar multidisciplinariamente las dimen- siones sociales de las políticas de desarrollo, lo que repre- sentó el comienzo de una nueva percepción del lugar de las mujeres en los procesos económicos. La nueva aprecia- ción y los esfuerzos para incluir como sujetos de derechos a las mujeres en las declaraciones universales de derechos humanos abrieron paso para la defensa de las mujeres como sujetos económicos partícipes del proceso de desarrollo. La producción académica4 de esos años sobre este tema, fue- ron los resortes de la Primera Conferencia Mundial de la Mujer en 19755. Esta conferencia, acordó diseñar un plan estratégico para llevar adelante en el decenio de la mujer 1975-1985 un paquete de medidas que debían adoptarse a nivel nacional para conseguir la realización del lema elegido para la década “Igualdad, Desarrollo y Paz”: Las directrices emanadas del Plan se centraron en 8 áreas de acción: cooperación internacional y fortalecimiento de la paz mundial; participación política; educación y formación; empleo y funciones conexas en la economía; salud y nutri- ción; la familia en la sociedad moderna; población; y servicios de vivienda y afines. En cada una de estas áreas se fijaron una serie de metasa alcanzar destinadas a provocar el “adelanta- miento de la mujer (Grammatico, 2004:105) En términos institucionales, este hecho produjo una valiosa oportunidad para la gestación de grandes redes de organizaciones de mujeres, feministas, independientes y ONGs a nivel global (Guzmán Stein y Pacheco Oreamuno, 4 A mediados de los años setenta surgen los primeros estudios que distinguen el sexo biológico del género social (Edholm et al, 1977; Rubin, 1975) abrien- do camino a una nueva concepción de las relaciones sociales y su implican- cia en las preocupaciones por el desarrollo. Este surgimiento, fue posible gracias a la categoría social, cultural e histórica de género (Scott, 1986; Bock, 1991; Lamas, 1994; Rigat-Pflaum, 2008). La utilidad de esta categoría per- mite identificar y precisar los elementos subyacentes que presenta. 5 En México, Primera Conferencia Internacional de la Mujer llamada “Desa- rrollo, Igualdad y Paz” el año 1975 fue elegido en la Asamblea General de la ONU en su declaración de 1972 (Grammatico, 2004:102). 30 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com 1996:60). Según el Consejo Económico y Social -encargado de coordinar económica y socialmente el desempeño de los 14 organismos del sistema ONU- la reunión internacional debía elaborar: (…) un programa de acción internacional que incluya medi- das a corto y largo plazo destinadas a lograr la integración de la mujer como partícipe cabal e igual del hombre en el esfuerzo total del desarrollo y a eliminar la discriminación por motivos de sexo, así como a lograr la más amplia inter- vención de la mujer en el fortalecimiento de la paz interna- cional y la eliminación del racismo y la discriminación racial (ONU, 1976: 6-7). El énfasis estuvo puesto en el lugar que la mujer debía tener en el proceso de desarrollo, especialmente en aquellos países en vías de hacerlo, bajo los argumentos que conectan las preocupaciones sobre el desarrollo, la eficiencia produc- tiva y la contribución de la mujer en tal proceso. Esta corriente de pensamiento se originó por un grupo de profesionales del desarrollo femenino6 en Estados Unidos a finales de los años sesenta y principio de los setenta, los cuales sostenían que la modernización tenía un impacto diferencial entre varones y mujeres por lo que, el desarro- llo debía mejorar sus derechos y su estatus por medio de su integración a la economía productiva (Tinker, 1999:30). Este enfoque de las mujeres en el desarrollo se conoce más por sus siglas en inglés de women in development (WID) y por haber desafiado a los supuestos del desarrollo económico desde el enfoque de bienestar, destacando la importancia de las mujeres para las economías, principalmente aquellas que eran esencialmente agrícolas como los países de África Subsahariana (Boserups, 1970). 6 [Cita textual] The term women in development was coined in the early 1970s by a Washington-based network of female development professionals (Tinker, 1990:30). Gobernanza Regional de Género • 31 teseopress.com La incorporación de estos argumentos en el sistema de Naciones Unidas y en sus agencias de desarrollo, gene- raron las recomendaciones internacionales para promover por primera vez a escala global los intereses de las muje- res, fundamentalmente el derecho a la participación y a beneficiarse del proceso de desarrollo. La promoción de estas recomendaciones sienta las bases para la creación de una legislación nueva, la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, más conocida por sus siglas en inglés, la CEDAW, sancionada en 1979 y con vigor desde 1981. En paralelo, a nivel regional, la OEA declaró el decenio 1976-1986 de la Mujer en las Améri- cas, un período que no se puede ignorar para la historia lati- noamericana la cual experimentaba los autoritarismos más cruentos y, en donde las mujeres organizadas fueron quie- nes instalaron el concepto de delito de violencia sexual para visibilizar la situación diferencial de violencia que sufren las mujeres en contextos bélicos y de golpes de estado. A partir de los años 80, se fortalecieron las redes de activistas por medio de los Encuentros Feministas Lati- noamericanos y del Caribe (EFLAC). El primer EFLAC se realizó en Bogotá en 1981, allí se acordó declarar el 25 de noviembre como el día de acción contra la violencia hacia las mujeres en conmemoración a las hermanas Mirabal, víc- timas de la dictadura dominicana de Trujillo (1960) refor- zando la concepción de la violencia de manera integral y no meramente como un acto doméstico-privado. Cabe señalar que recién en el año 2000 la Asamblea de la ONU lo declaró día internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (Asamblea General, Resol. 54/134). Para las activistas de la región, la posibilidad de encontrarse dio lugar a nuevas formas de intercambio y acción coordinada para el movi- miento, como la creación en 1984 de la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, que articula redes nacionales, diversas organizaciones y mujeres individuales. (Valdés, 2003) y, en 1987 del Comité de América Latina y 32 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres7 (CLADEM), por mencionar algunas más activas. En este sentido, los EFLAC forman parte del registro más valioso de nuestra actualidad con relación a la construcción colectiva, desde la sociedad sobre los debates, acuerdos, desacuerdos, consensos y avances en términos regionales. Estos Encuen- tros, comprenden uno de los espacios autogestivos más importantes para el feminismo regional y donde se forjaron los debates y análisis en torno a la relación etnia-clase-sexo- colonialismo (Vitale, 1987:228). Podría decirse que durante esa década, mujeres y feministas organizadas consolidaron sus alas -teórico y práctico- políticas8. El escenario internacional durante estos años estuvo atravesado por la II Conferencia mundial de la mujer en Copenhague (1980), que debía examinar los avances de los compromisos asumidos en la primera conferencia. Al igual que en la III Conferencia en Nairobi (1985), donde se eva- luaron los resultados de ese período, definiendo así, un nuevo paquete de medidas concretas para superar los obs- táculos y lograr los objetivos del decenio. Las medidas esta- ban orientadas a que los gobiernos adopten las estrategias para el adelanto de la mujer, promoviendo principalmente la igualdad a nivel nacional y, la participación en aquellas iniciativas orientadas al desarrollo y la paz. Las principales discusiones que estuvieron presentes en Nairobi giraron alrededor de los estudios sobre las asimetrías sociales con respecto a las mujeres en relación a sus (im) pares varones, 7 El encuentro en los espacios internacionales dio fruto a estas redes. En el caso de CLADEM, nació por un grupo de especialistas legales feministas y representantes de organizaciones de derechos de las mujeres que se habían reunido durante la conferencia de Nairobi. La fundación del comité tuvo como objetivo hacer una evaluación regional de las legislaciones nacionales en el tema. Transcurridos los años se involucró cada vez más en la promo- ción y el cabildeo, tanto a nivel nacional como regional (Chiarotti, 2010), lle- gando a ser una organización con estatus consultivo ante la ONU y con un rol muy activo para la preparación de la Convención de Belém do Pará 8 Hago referencia al término “alas políticas” para comprender que son necesa- rias ambas para “volar”. Gobernanza Regional de Género • 33 teseopress.com pero ya no como algo aislado, sino como la consecuencia de un “sistema de género” reproductor de las desigualda- des (Rigat-Pflaum, 2008). Estos avances en el sistema de la ONU influenciaron directamente sobre la OEA que en 19869, creó el Plan de Acción: “Participación Plena e Iguali- taria de la Mujer para el año 2000”. A esta altura, a nivel global, lo que impulsó el enfoque WID, presentó serios limitantes y efectos contraproducen- tes con su puesta en práctica,que obligaron a repensar la fórmula. En pocas palabras, la visión de este enfoque fue acotada, su fracaso se debió principalmente por pensar a las mujeres de manera aislada, sin problematizar las rela- ciones sociales con respecto a los varones y desconoció el trabajo en el hogar, llamado doméstico. La reducida visión de las mujeres como madres y esposas impidió el acceso a oportunidades laborales en igualdad de condiciones y gene- ró consecuencias no esperadas, como un mayor deterioro de la vida de las mujeres (Razavi y Miller, 1995; Goetz, 1994a; Young, Wolkowitz y McCullagh, 1981). Esto habilitó dos nuevos enfoques: el GAD (Gender and Development) y, el enfoque WED (Women, Environment and Development)10. Finalmente, el aumento de las críticas y cuestionamien- tos a la eficiencia de la planificación centralizada del Estado y el consiguiente descrédito, en gran medida a razón del ajuste estructural, dio lugar a un cambio importante en la agenda de desarrollo. Se toma distancia de los problemas económicos y se pone énfasis en los asuntos políticos e institucionales, principalmente dando mayor importancia a 9 Previamente en 1979 la OEA incorpora un artículo referido al domicilio de los cónyuges, que reconoce el derecho a determinar el domicilio personal de la mujer de forma independiente dentro de la Convención Interamericana sobre el Domicilio de las Personas Físicas en el Derecho Internacional Pri- vado. 10 El enfoque WED fue inspirado por mujeres rurales activistas contra la defo- restación del sur global. Las académicas, tradujeron esta resistencia desde una visión teórica en donde las mujeres como principales administradoras ambientales, podrían aportar a la ecuación entre desarrollo económico y medio ambiente (Resurrección, 2016). 34 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com los derechos humanos, el buen gobierno y la participación (Razavi y Miller, 1995). Esto implicó una revisión de la concepción del desarrollo y, por consiguiente, del rol que ocupan las mujeres en él, y ya no de manera aislada como una pieza externa que se incluye y se analiza, sino desde el reconocimiento del género y las relaciones desiguales que lo constituyen. Este salto conceptual hacia el género profun- dizó los debates internacionales en relación al desarrollo en general y, en particular a darle visibilidad a las estructuras que reproducen la desigualdad. 1.2. Abordajes de género en las Relaciones Internacionales El pasaje a la conceptualización del género en los debates internacionales y desde los estudios del desarrollo se realizó por medio de dos miradas investigativas distintas. Una des- de un enfoque más económico, que refería a los roles de género y de la cual se consolida la economía feminista y; otro más sociológico que analiza las relaciones sociales (Razavi y Miller, 1995). Este último fue el que instó a las agencias de desarrollo a que adoptaran una perspectiva sen- sible al género, es decir, tomando en cuenta las críticas y el fracaso de la corriente WID que mencionamos previamente de los años sesenta y setenta. Si bien el concepto de género tiene sus orígenes a comienzos de la década de los años setenta, fue recién a mediados de los años ochenta (1984) que se precisó mun- dialmente como enfoque de mainstreaming: [c]uando se reestructuró el Fondo de Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) y se estableció como mandato la incor- poración de las mujeres y de la igualdad de sus derechos a la agenda para el desarrollo, junto con el objetivo de promover su participación en la toma de decisiones relativas al desarro- llo (Rigat-Pflaum, 2008:41). Gobernanza Regional de Género • 35 teseopress.com Un paso muy significativo se dio en el año 1995 en la Cuarta Conferencia Mundial de Beijing, cuando estableció como estrategia central a la Transversalidad de Género, en su traducción al español de Gender Mainstreaming11. Con- siderado como un enfoque clave para llevar adelante las estrategias y pautas mínimas acordadas en la Plataforma de Acción para reducir las desigualdades de género12 por medio de los mecanismos de “adelanto y empoderamien- to” de las mujeres13. Este paso, resultó central en la región para tratar de incorporar la estrategia en las instituciones14 desde finales de esa década. Incluso, dentro del consenso global asumido, bajo la Plataforma de Acción de Beijing, se estipularon dos artículos específicos sobre la aplicación de los compromisos acordados en la Conferencia para el plano regional, los cuales dictan expresamente que: 351. Se debería solicitar a los bancos de desarrollo regionales, las asociaciones de negocios y otras instituciones regionales que contribuyan a la aplicación de la Plataforma de Acción en sus actividades de concesión de créditos y de otro tipo y que ayuden a movilizar recursos para ese fin. También se los debería alentar a que tomen en cuenta la Plataforma de Acción en sus políticas y modalidades de financiación. 11 El concepto, según autoras como Claudia Von Braunmühl (2002) y Regina Frey (2003), surge como resultado de las políticas diseñadas para lograr el objetivo del desarrollo en los primeros años de la década de los 80, momen- to en el cual se reestructura el Fondo de Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), estableciendo la incorporación de las mujeres y la igualdad. Para un abordaje más completo, véase Rigat-Pflaum, M. (2008) “Gender mains- treaming: un enfoque para la igualdad de género” Revista Nueva Sociedad, N° 218. 12 La Igualdad de Género es una meta que forma parte de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio acordada por la ONU a través de sus distintas agencias regionales para tal fin (CEPAL, 1997 y 2000). 13 La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, 1995 se encuentra dispo- nible en el sitio web https://bit.ly/3z7fx74 14 En los hechos se empezaron a definir e incorporar algunas instituciones o espacios específicos de la mujer (comisaría de la mujer, fiscalía, ministerio) en los países que sirvieran para atender la violencia contra las mujeres en particular; y no para todos los ámbitos o en todas las estructuras institucio- nales, como la transversalidad del enfoque de género supone. 36 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com 352. Las organizaciones subregionales y regionales y las comisiones regionales de las Naciones Unidas deberían pres- tar asistencia, en caso necesario y en el marco de sus actuales mandatos, en la movilización de fondos para la aplicación de la Plataforma de Acción (ONU Mujeres, p.220) Si bien el acuerdo de la plataforma refleja un consenso global para incorporar la estrategia en todas las institucio- nes, lograrlo implica un proceso que dista de algo automáti- co o más automatizado. No obstante, algunos de los princi- pales factores que han habilitado los primeros pasos para la institucionalidad del tema, tanto en los Estados como en las organizaciones regionales, fueron, por un lado el retorno y consolidación de la democracia como sistema político y de gobierno en muchos de los países de la región, lo que permitió pensar a la institucionalidad como una opción real a diferencia de los años anteriores. La vuelta de la demo- cracia a su vez hizo posible que regresen quienes habían tenido que exiliarse como muchas activistas feministas en otros países e incluso, muchas todavía involucradas en la política se incorporaron en órganos del Estado (Guzmán, 2001). En paralelo a los procesos de democratización en cada uno de los Estados en particular, se suceden las confe- rencias mundiales arriba mencionadas que, de manera más indirecta, alientan una apertura institucional del tema en las experiencias de integración que fueron surgiendo alrededor de esos años, al calor de las reformas de ajuste estructural y la nueva globalización del capital. Estos procesos llama- dos “los nuevos regionalismos” de la segunda oleada (Faw- cett y Hurrell, 1995) caracterizada por una proliferación de bloques regionales (Börzel, 2011) en general tuvieron una gran impronta de integración económica, es decir lograr GobernanzaRegional de Género • 37 teseopress.com acuerdos de intercambio preferencial entre zonas de libre comercio y/o alcanzar una unión aduanera, o mercados comunes15. Junto a estos procesos, surgieron también los interro- gantes acerca de qué manera dichos acuerdos comerciales de integración regional afectarían a las mujeres. Es decir, en términos de oportunidades en el esperado marco de desa- rrollo económico y humano, investigadoras feministas se preguntaron si cabían nuevos espacios para que las rela- ciones de género se pudieran transformar y reconfigurar dando lugar a avances en términos de equidad (Celiberti y Espino, 2005; Moser, 1991 y 1993; León, 1993). El interés en profundizar acerca de los efectos de estos procesos eco- nómicos sobre la vida de las mujeres fue posible también a partir del nuevo impulso que toman los movimientos de mujeres y feministas al lograr una mayor visibilidad e inci- dencia en la agenda pública. Así, de acuerdo con Pautassi (1998) las investigaciones tomaron dos direcciones, por un lado desde el análisis que identifica a un movimiento social y, por otro lado, como categoría analítica, como particulari- dad de fenómenos sociales globales, incorporándose como una dimensión de las principales cuestiones de la agenda global tales como educación, trabajo, salud, etc. (Pautassi, 1998:1). Pues el género y las formas de abordarlo resultan complejas debido a que en sí misma, la categoría subyace múltiples aristas en las que se ejerce la opresión y donde se manifiestan la desigualdad y la discriminación. Agotado el modelo de desarrollo neoliberal tras las profundas crisis que dejaron a cuestas los años noventa, fue necesario repensar una vez más la idea del desarrollo. Esto produjo una suerte de clivaje al humanizar el desarrollo, ya que permitió preocuparse explícitamente por la vida de las 15 Para un estudio detenido sobre integración económica, ver Balassa, Bela (1964), Teoría de la integración económica, Uteha, México. 38 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com mujeres. En palabras de López Méndez (2005) “la “humani- zación” del desarrollo trajo consigo inevitablemente su “feminiza- ción” y el aliado sin duda ha sido el concepto de género” (p.3) Para lograr un desarrollo con equidad es imprescindible que, en la formulación de políticas públicas, se aplique un enfoque de género como instrumento técnico-analítico que acompaña este objetivo ético-político (Daeren, 2001:7) Como mencionamos, a nivel global el tema se convirtió en un objetivo y una estrategia para el desarrollo de las sociedades, que sugiere alcanzarse a través de la coopera- ción internacional (De Miguel Álvarez, 2014). A partir de distintos enfoques de observación, se elaboraron múltiples trabajos. Distinguimos cuatro grupos de estudios que hacen a la producción de conocimiento en esta área. En primer lugar, se encuentran los estudios de los derechos humanos de las mujeres, desde el Derecho Inter- nacional como vía para alcanzar el desarrollo humano. La investigadora española López Méndez (1999, 2000 y 2005) aporta un ordenamiento elemental para entender desde qué enfoques se cruzan estos grandes temas, a saber: a) equidad de género como un derecho humano; b) género como una construcción sociocultural y un proceso; c) género como un sentido ético y político; d) como cuestionamiento a las relaciones sociales e instituciones arraigadas históricamen- te, dando lugar a una nueva comprensión del poder, ya no como dominio y opresión, sino como “empoderamiento” y “autoconfianza” (capacidad de vivir en el entorno en el que toca vivir) (2005:6), al mismo tiempo que sistematiza en términos cronológicos los avances que han habido en materia de Derecho Internacional sobre los derechos de las mujeres16. 16 Otros significativos trabajos desde el enfoque de Derechos son, los de Her- nández Zubizarreta y Rodríguez Álvarez (1996) “Igualdad, desarrollo y paz: Luces y sombras de la acción internacional por los derechos de las mujeres” Cuadernos de Hegoa, núm. 17, Bilbao; y la compilación realizada por el Ins- Gobernanza Regional de Género • 39 teseopress.com En segundo lugar, los estudios sobre los procesos de integración regional, que encuentran en dichos acuerdos, un nuevo espacio para transformar las relaciones de género y lograr la equidad, a partir del análisis de las posibilida- des que ofrece la integración regional para la equidad de género (Valdés, 2003:258). Valiosos estudios se han realizado espe- cialmente con el fin de incidir durante el proceso de con- solidación del Mercosur, por ejemplo, donde autoras como Espino (2000); Valdés (2003); Abramo y Rangel (2003); Azar, Celiberti y Espino (2005) sostienen que, existen impactos sociales de las políticas económicas sobre el empleo pero las condiciones de trabajo y labores de cuidado no remunera- do, se dan en forma diferenciada entre hombres y mujeres y que, por esta razón, “los acuerdos comerciales deben conside- rar la perspectiva de género para evitar perjuicios y favorecer la equidad de los géneros”, garantizando la igualdad de oportu- nidades para ambos sexos, “como una condición de la equidad social y de la eficiencia en la asignación de los recursos” (Espino, 2000:8). Más recientemente, a partir de la herramienta de la transversalidad de género por ejemplo en la Unión Euro- pea, los trabajos apuntan al análisis de su implementación, aportando estrategias para lograrlo. En tercer lugar, se encuentran los aportes que abarcan los diversos significantes que tomó la idea del desarro- llo. Aquí, haremos una sub distinción entre la idea del desarrollo-mujer-género principalmente desde la visión de los organismos impulsores y sus variantes a lo largo del tiempo, de acuerdo al recorrido que realizamos sobre los enfoques WID, WED y GAD; en donde se resalta la impor- tancia de incluir en la ecuación de los programas para el desarrollo la perspectiva de género, es decir, consideran “la igualdad de género [como] una parte intrínseca de la visión tituto Interamericano de Derechos Humanos (2004) Los derechos humanos de las mujeres: Fortaleciendo su promoción y protección internacional, IIDH - San José, Costa Rica. 40 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com del desarrollo humano17” (Sen, 1999 en Porter y Sweetman, 2005:2). Dentro de este campo de estudio, también se hallan los trabajos elaborados desde una perspectiva crítica del desarrollo, al considerarlo como un escudo para la repro- ducción de la desigualdad entre los géneros (Falquet, 2003). Este subgrupo de estudios críticos cuestiona el origen y consiguiente conformación de la idea del desarrollo18. El problema que se plantea, según una de las autoras de estas críticas, gira sobre: (…) en qué medida podría existir una recuperación del tra- bajo, de las propuestas y de la legitimidad del movimiento de mujeres y feministas por parte de las instituciones inter- nacionales, para imponer un desarrollo supuestamente “con- sensual” que en el fondo está diametralmente opuesto a los intereses de las mujeres y a los análisis radicalmente trans- formadores del Feminismo. (Falquet, 2003:14) Por último, se encuentran aquellos estudios que ana- lizan desde la perspectiva de la gobernanza, las interaccio- nes entre los diversos actores que inciden en la construc- ción de las agendas de género y, los distintos niveles de implementación que se alcanzan en los órdenes y regímenes regionales. Los trabajos de las investigadoras Anna Van der Vleuten, Anouka Van Eerdewijk, Conny Roggeband (2014 y 2020) representan una importante base representativa de este grupo de estudios ya que, gracias a sus investigaciones, 17 La oración original dice “Gender equality is an intrinsic part of the vision of human development (Sen 1999). Development cannot be said to be just unless struc- tural gender inequality is challenged and eradicated in all social, economic, and political institutions. Development organisations — both within and outside govern- ment — have a key role to play” (Porter y Sweetman, 2005:2)18 Mencionamos este enfoque brevemente ya que una explicación más detalla- da requiere un tiempo y espacio que excede a esta investigación. Para un estudio más completo ver Falquet, J. (2003) “Mujeres, Feminismo y Desarro- llo: Un análisis crítico de las políticas de las instituciones internacionales”.IHEAL-Sorbonne, París. Gobernanza Regional de Género • 41 teseopress.com fue posible distinguir las diversas lógicas con las que se estructuran los regímenes regionales existentes en el mun- do, de gobernanza social y de género19. Esta contextualización genealógica que hemos plantea- do brevemente hasta aquí, sobre la incorporación del “tema de la mujer” y a posteriori, una prematura agenda de géne- ro, en la esfera pública internacional y regional, tiene su correlato en los avances de la agenda global de Naciones Unidas, que los Estados adhieren. El salto conceptual hacia el género de los debates internacionales se ve reflejado en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, acordados para el período 2000-2015, que estipularon, entre otros, “la promo- ción de la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer” (ODM 3, 2000); y los Objetivos de Desarrollo Soste- nible, para el período subsiguiente 2015-2030 en donde se acuerda “lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamien- to de todas las mujeres y niñas” (ODS 5, 2015). Con ello, buscamos ver de qué modo la introducción, construcción y avance del tema fue estudiado desde dis- tintas perspectivas, enfoques y disciplinas, pues la presente investigación si bien se nutre de dichos aportes, princi- palmente se enmarca en el último grupo de trabajos más actuales bajo el paraguas de la gobernanza regional. Con el propósito de contribuir en una respuesta a la pregunta acerca de qué modo los organismos regionales, como la OEA y el Mercosur aportan a la gobernanza regional de género. Para aproximarnos a ello, en el siguiente capítulo nos adentraremos en los marcos teóricos y metodológicos, englobados en las Ciencias Sociales y que, como tales, su precisión es vital para la lectura interpretativa. 19 En su trabajo, “Regional Social and Gender Governance”, in: Börzel, T. & Risse, T. (Eds) Oxford Handbook on Comparative Regionalism, Oxford: Oxford University Press, pp. 405-429, realizó una tipología en la que agrupa a las distintas organizaciones regionales del mundo según sus lógicas en regíme- nes. Distingue los (i) de derechos individuales; (ii) de regulación liderado por el mercado; (iii) de desarrollo dirigido por el Estado y; (iv) régimen conser- vador declarado (Van der Vleuten, 2015). 42 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com 2 Conceptos y metodología Las disciplinas que guían esta tesis son la Ciencia Política y las Relaciones Internacionales, desde el enfoque de la gobernanza regional. La selección de este enfoque se debe a dos razones. En primer lugar porque permite incluir la multiplicidad y diversidad de actores e instituciones, sin privilegiar o limitarse a los actores e instituciones guber- namentales, lo que aporta una observación más completa de la arquitectura regional y; en segundo lugar porque esta perspectiva permite conocer a la gobernanza como obje- to de estudio, en términos de coordinación y articulación socio-estatal, que existe entre las organizaciones, los acto- res, instituciones formales y alianzas sociales para producir bienes y/o servicios sobre la agenda de género regional. Asimismo, el desarrollo del trabajo tendrá en cuenta los aportes metodológicos de otros enfoques que contribuyen al análisis de la gobernanza regional de género. De modo que el estudio también estará atravesado por las aportacio- nes teóricas del feminismo en las disciplinas mencionadas al inicio, cuya perspectiva nos habilita a comprender la información desde los fundamentos de género que poseen las instituciones políticas y su funcionamiento, incluyendo la importancia de las instituciones informales, no estata- les, que inciden en los mecanismos generales para producir continuidad o cambios en las relaciones de género (Waylen, 2008; Kenny, 2007 y 2013; Krook y Mackay 2011). Tal como planteamos al comienzo de esta tesis, el nivel regional ha demostrado ser un espacio propicio para la promoción y defensa de derechos y, conveniente, para que teseopress.com 43 los actores no gubernamentales cuenten con una instancia “más allá del estado” para ejercer presión ante posibles blo- queos domésticos (Keck y Sikkink, 1998; Van der Vleuten, 2007). Particularmente la región de América cuenta con una larga tradición de esfuerzos para construir experiencias de cooperación e integración, con el objetivo de obtener bene- ficios o enfrentar amenazas comunes. 2.1. Regionalismos: ¿por qué hablamos de Gobernanza y no de integración regional? La literatura tradicional distingue tres momentos corres- pondientes a variaciones del regionalismo a lo largo de la historia, separado en tres oleadas (Fawcett y Hurrell, 1995) de acuerdo al formato de construcción, los propósitos de integración y el contexto global. El primer período1, caracterizado por un regionalismo de tipo cerrado, con un motor de demanda doméstica, la paz y la economía impulsada por los Estados (Botto, 2015) se diferencia en buena parte del período de fin de la Guerra Fría. El giro del contexto internacional durante la década del 90 provoca la construcción nuevos regionalismos que, a diferencia del primer período, en esta ocasión son factores exógenos que motorizan la unión, centralmente la nueva globalización del capital. Esta segunda etapa experimenta la transformación del modo en que los regionalismos sur- gen, al mismo tiempo que, se da una mayor delegación de 1 El primer período corresponde a los años inmediatamente posteriores de posguerra, en donde la experiencia de Europa Occidental protagonizó la escena e impulsó la producción de múltiples estudios. La distinción en olea- das históricas también señala casos emblemáticos de cada momento. Vale aclarar que, más allá de esos casos, en todo el mundo se han ensayado otras experiencias de construcción de regionalismos. De este modo, considera- mos que medir otras experiencias con el éxito del caso paradigmático, limita un análisis más profundo y la posibilidad de nuevas construcciones de conocimiento. Sobre esto véase Perrotta y Porcelli (2019). 44 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com autoridad en aquellos bloques de larga data, creados en el período anterior como la Unión Europea principalmente (Mansfield y Pevehouse, 2013). El cambio de paradigma tuvo que ver con diversos factores, en primer lugar, la pérdida del predominio de Estados Unidos en términos económicos2 y la consiguiente emergencia de países desarrollados como Japón y Alemania con calidad de potencia. En segundo lugar, la expansión de la transnacionalización de la producción3, el aumento de la tecnocracia como consecuencia del aceleramiento de la revolución tecnológica y científica, el impacto de las refor- mas estructurales de corte neoliberal definidas como reco- mendaciones a través del Consenso de Washington en 1989 y, la pérdida de dinamismo del Estado como el principal agente de desarrollo. Así, quienes toman protagonismo son los mercados por medio de la desregulación y, se abre paso a actores privados e internacionales con un rol más cen- tral. La creación de la Organización Mundial del Comer- cio (OMC, 1995) refleja el principio de multilateralismo y su relación con esta oleada de regionalismo es una de las principales diferencias con el viejo modelo de iniciativas de integración comercial4. Para los países de la región llevar adelante acuerdos de integración económica entre vecinos fue el modo de responder ofensivamente a este contexto, lo que resultó en una proliferación de compromisos institucionales y blo- ques regionales (Börzel, 2011; Botto, 2015). Esta expansión de acuerdos comerciales multilaterales produjo un spaghetti bowl (Bhagwati, 2008) de regionalismos y una renovación teórica. En este entorno nace la teoría del NuevoRegiona- lismo (Hettne y Söderbaum, 2002; Hettne, 2005) que poco 2 En términos de ingeniería y aparato militar sigue siendo un país potencia. 3 Surgimiento de filiales de empresas que dividieron su cadena productiva en distintos lugares abriendo paso a la emergencia de actores privados transna- cionales (Peixoto, 2008). 4 Basadas principalmente en la experiencia europea y en las teorías generado- ras del “gran debate europeo” (Dürr y Mateo, 2004) Gobernanza Regional de Género • 45 teseopress.com dialoga con las teorías clásicas, pero comparten la incorpo- ración de postulados constructivistas5 como denominador común producto del nuevo contexto (Perrotta, 2018). La tercera oleada de regionalismos se inauguró a comienzos del nuevo milenio en la región latinoamericana particularmente, tras las agudas crisis generadas por el ago- tamiento del modelo neoliberal. Este período, a diferen- cia de los anteriores, se ha calificado como más de tipo político-ideológico, caracterizado por un marcado declive de la hegemonía política estadounidense en la región vis a vis la construcción de una herramienta ofensiva con Vene- zuela y Brasil como líderes, en la IV Cumbre de las Américas de 2005, que años después se reflejarán en la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). En el campo de la teoría6, esto: (…) habilitó el ensayo de respuestas autónomas de construcción de conocimiento que ganaron popularidad, cuestionaron los postulados del centro y revalorizaron aportaciones locales. (Perrotta, 2018:12) 5 El aporte del constructivismo en las relaciones internacionales supone muy resumidamente que el sistema no está dado, sino que se construye social- mente. El surgimiento de teorías con enfoques constructivistas se debe al cuestionamiento de los axiomas convencionales de las teorías mainstream del período de los años 60-80. Uno de los máximos exponentes de este enfo- que es el politólogo Alexander Wendt artífice de “la anarquía es lo que los Esta- dos hacen de ella” (Wendt, 2005). 6 Esta etapa de formulación de teorías sobre las nuevas construcciones de regionalismos estuvo teñida de diversas adjetivaciones para denominarla. Obtuvieron mayor utilidad el regionalismo post-hegemónico (Riggirozzi y Tussie, 2012; Briceño Ruiz y Ribeiro Hoffman, 2015) y el post-liberal (Veiga y Ríos, 2007; Sanahuja, 2013). Esto nos da la pauta de que, los mismos perío- dos implican distintos contextos para cada región, es decir, impactan de maneras disímiles. Las diferencias geográficas, históricas, políticas y econó- micas entre Europa y América, especialmente Latinoamérica, son innega- bles. El pasado colonialista forjado en una relación unilateral con la metró- polis y competitiva con sus vecinos, sumado al rol que tiene los Estados Unidos (Sunkel, 1998), condiciona las relaciones regionales en pos de una integración al modelo europeo. 46 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com La presente investigación, por lo tanto, estudia un período atravesado por dos oleadas de regionalismos que incluye a diversas teorías. Mientras que las teorías conven- cionales de integración regional del período de la posguerra estaban más preocupadas por el cómo se integran los países y el rol que debían tener los Estados como principales acto- res y únicos agentes de integración; las teorías de los años noventa, tanto las clásicas como las alternativas en cambio, cuestionaron los axiomas tradicionales e incluyeron otros actores y agentes en el análisis. Si bien existen elementos de continuidad, el principal clivaje entre estas corrientes de pensamiento y construcciones de conocimiento fue el viraje contextual de globalización, en donde surgen otros acto- res que impulsan el fenómeno del regionalismo y, son en distintos niveles sociales en los que se manifiestan, otorgán- dole a esta época un carácter multidimensional, multinivel y multiactor (Hettne, 2005:184). Más allá de las divergencias entre teorías clásicas y alternativas o nuevas y viejas para el estudio del regiona- lismo, los autores de estas corrientes coinciden en la difi- cultosa tarea que enfrentan las y los cientistas sociales a la hora de investigar sobre este fenómeno (Botto, 2015; Hettne, 2005; Dür & Mateo González, 2004). No sólo por las variantes definiciones que se han compuesto para el concepto, sino también por la multiplicación de teorías y enfoques para ello. El trayecto que realizaron dichas formu- laciones permitió la construcción de una visión superadora para el estudio de los regionalismos: la perspectiva compa- rada (Laursen, 2010) y de la gobernanza regional (Börzel & Risse, 2015), esta última será nodal en la presente tesis. En primer lugar, entendemos que la construcción de una región puede darse de distintas formas de acuerdo con las experiencias y el tipo de relacionamiento entre vecinos para que se constituya, o no. La historia demuestra que existen distintas fórmulas de regiones, no todas siguen un patrón predeterminado, aunque comparten varias similitu- des. De hecho, mientras los primeros ensayos de prueba y Gobernanza Regional de Género • 47 teseopress.com error iban produciéndose, la literatura empezaba a teorizar sobre la marcha. En este sentido, utilizamos la definición de Katzenstein (2005), entendidas como aquellas entidades porosas, sensibles a ser influenciadas por la difusión de nor- mas, ideas o políticas de estándares globales o de los países potencias. Ya que las regiones no son solamente una deli- mitación geográfica y política continental, subcontinental o transcontinental simplemente porque no logra ser una categoría objetiva en sí misma. El concepto de región es una construcción social intermediaria y más efectiva para gobernar, por la proximidad geográfica, económica, social y cultural, gracias a su condición entre el nivel global del sistema internacional y el nivel doméstico de lo nacional. Dentro de las regiones se dan procesos de construcción de instituciones intergubernamentales entre al menos tres países, llamados regionalismos. Cuando hablamos de insti- tuciones, nos referimos a la definición tradicional para las Ciencias Sociales como el “conjunto de normas, reglas y procedimientos que permiten o limitan el comportamiento del actor” (Keohane, 1989; March y Olsen, 1989; Powell y DiMaggio, 1991; Hall y Taylor, 1996) y que se mani- fiestan en creencias compartidas y conocimiento común entre grupos de actores, así como prácticas de comporta- miento (Börzel & Risse, 2015), es decir, en pocas palabras, es el proceso top to down o State-leader. Las organizacio- nes regionales constituyen el regionalismo, ya que son las relaciones cooperativas formales e institucionalizadas entre Estados o unidades subnacionales de distintos países que pueden variar en términos de capacidad vinculante según la autoridad delegada (Börzel, 2015). Por otro lado, la regio- nalización más bien connota procesos de interacciones, económico-político-sociales, cada vez más crecientes entre los Estados y sociedades contiguas geográfica o cultural- mente, impulsadas por actores no estatales, generalmente económicos, pero también otros organizados en redes o alianzas informales. Estas interacciones dan cuenta de la 48 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com creciente interdependencia que se busca, dejando prueba de que también pueden darse procesos ascendentes o bottom up (Hurrell, 1995; Börzel & Risse, 2015). Las teorías clásicas de integración regional como el neofuncionalismo de Haas (1958) o el institucionalismo liberal de Moravcsik (1998), suponían la probabilidad de que la regionalización generaría regionalismo en términos de desarrollo institucional, sin embargo no necesariamente sucede así, ya que la regionalización enfatiza las interaccio- nes transnacionales entre los actores no gubernamentales como impulsores o directamente involucrados que pueden no generar automáticamente la institucionalidad formal que el regionalismo constituye, sino continuar operando en redes informales. Los procesos de regionalismos quese constituyen como organizaciones regionales intergubernamentales pueden variar en objetivo y diseño institucional. Pueden ser tanto de cooperación, es decir, no necesariamente los Esta- dos miembros transfieren autoridad a la organización, sino que la relación que contraen es meramente cooperativa; o de integración regional, en donde sí implica una trans- ferencia de autoridad a la organización respectivamente (Börzel, 2015). En resumen, la cooperación regional refiere a las relaciones principalmente intergubernamentales que no implican necesariamente transferencia de autoridad o soberanía, mientras que, en la integración regional, implica que los Estados sí transfieran al menos algunos derechos de autoridad y soberanía a nivel regional, construyendo lo que se conoce como la supranacionalidad. Esta estructura supranacional que se construye por medio de la delega- ción de autoridad consta de dos mecanismos: el mecanismo de agrupación, que requiere un ejercicio conjunto precisa- mente de agrupar los derechos de soberanía con respecto, por ejemplo, a la toma de decisiones, dejando de lado el derecho a vetar individualmente. Y en segunda instancia, el mecanismo de delegación que consta efectivamente de Gobernanza Regional de Género • 49 teseopress.com la transferencia de autoridad y soberanía a instituciones supranacionales, un ejemplo sería la creación de mecanismo de solución de controversias (Risse y Börzel et al, 2015). Como vimos, las teorías clásicas de cooperación e inte- gración regional usualmente se caracterizan por ser racio- nalistas, donde los Estados son los principales actores. Estas teorías convencionales según Börzel (2011 y 2015) tienen un doble sesgo debido a, por un lado, el carácter estado- centrista que ubica al Estado como el único agente activo dentro del regionalismo y por ende, su indiscutible impul- sor; esta característica lleva al segundo sesgo, el cual es que sólo se focaliza en los procesos de construcción institucio- nal formal además de que en su gran mayoría se centran en el caso de la Unión Europea. Al respecto de esto últi- mo, investigaciones como las de Perrotta (2018) y Tickner (2002) plantean la posibilidad de otras construcciones de conocimiento de estos estudios internacionales y de inte- gración regional desde América Latina. A partir de esta caracterización conceptual sobre los procesos de regionalismos, surge una llave analítica para ampliar la comprensión y su estudio: la Gobernanza Regio- nal. Si bien el concepto de gobernanza es por demás poli- sémico y su historia se remonta a la Antigua Grecia (Hufty, 2011); llega a nuestros días desde distintas disciplinas y perspectivas de análisis. En el campo de las relaciones inter- nacionales la agitación conceptual a su alrededor se desa- rrolla durante la década del 70 en los Estados Unidos cuan- do gana influencia el enfoque institucionalista por sobre el enfoque realista7. Este período, en los países centrales corresponde a la etapa de crisis del modo de producción 7 Para entender el recorrido, brevemente podemos decir que el enfoque rea- lista es aquel que tiene una visión anárquica del sistema internacional donde sólo los Estados tienen la potestad de maximizar su poder unos contra otros (muy cercana a una visión hobbesiana del mundo). El Institucionalismo en cambio, gana terreno debido a la mayor institucionalización del sistema internacional marcado por los Regímenes Internacionales (Krasner, 1982 y Hasclever, 1997). Régimen internacional se introdujo por primera vez por 50 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com fordista y el cuestionamiento del Estado de bienestar. Para mediados de la década siguiente, el enfoque ya demuestra su fortalecimiento a través de los acuerdos multilaterales y los procesos de integración regional que dan cuenta de la creciente institucionalización que va tomando el escenario internacional; a la vez que se torna más complejo debido a la presencia de una multiplicidad y diversidad cada vez mayor de actores en el juego. Citando a Hufty el mundo global llegó a complejizarse de tal manera que las fronteras tradicionales entre la política nacional e internacional se volvie- ron más borrosas (2011:171). Al mismo tiempo, el proceso de globalización trajo una creciente intención de homogenei- zar la política y el comercio, dando lugar a la multiplicación de interacciones en la coordinación macroeconómica, tanto verticales como horizontales, entre los actores y en los dis- tintos niveles (Young, 2002) dejando una prueba empírica de la complejidad de este nuevo escenario internacional. En este sentido, en América Latina y el Caribe, la con- cepción del término Gobernanza está estrechamente rela- cionada a los organismos más hegemónicos para la coope- ración, tales como el Banco Mundial (BM), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quienes fueron los que mayormente difundieron sus interpretaciones sobre lo que significaba el término. No es casual que la emergencia de la gobernanza entendida como un nuevo formato de gestión pública, sucediera en un contexto en el que los Estados esta- ban llevando adelante reformas sustantivas cuyo modelo de desarrollo pasó a tener en el centro de toda decisión al mercado, bajo el Consenso de Washington y, una menor John Gerard Ruggie (1975) que lo definió como “un conjunto de mutuas expectativas, normas, regulaciones, planes, energías organizativas y com- promisos financieros que han sido aceptados por un grupo de estados” Gobernanza Regional de Género • 51 teseopress.com capacidad de acción estatal, aumentando la participación de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y el sector privado para proveer bienes y servicios públicos8. Según la literatura, gobernanza es el marco [que] permi- te teorizar más allá de los Estados (Börzel y Risse, 2015:5) ya que el término abre puertas a la inclusión en el análisis de diferentes actores y modos de diseñar e implementar políti- cas, que no sean solamente jerárquico-estatista. Su utilidad se debe a que posibilita la conceptualización de las diversas demandas del orden regional, cuyo espectro contiene las combinaciones entre regionalismo y regionalización. Así, el concepto de Gobernanza se torna en una llave para superar limitaciones explicativas de las teorías que desean comparar variedades de regionalismo a través del tiempo y el espacio. Por esta razón, las experiencias aquí estudiadas se abordan desde el marco de la gobernanza ya que las definiciones de integración económica o cooperación no alcanzan para enmarcar el propósito general del presente trabajo. Por otra parte, además todo concepto puede ser ambiguo y por ello requerir precisión. La gobernanza posee adjetivos que cola- boran en este proceso semántico de definición. De acuerdo a la precisión inicial del concepto de gobernanza a secas, el mismo a nivel regional es un concepto que tiene la ventaja de no privilegiar al Estado sobre los actores no estatales y principalmente por esta razón la Gobernanza como pers- pectiva analítica proporciona un marco para comparar entornos institucionales en el que los actores estatales y no estatales a nivel global, regional, nacional y subnacional coordinan sus acciones en redes multinivel formales e informales (Börzel, 2015:54). La gobernanza se compone de una estructura y de procesos, es decir, aquellas instituciones y el mapa de actores en juego será la estructura que, no determinan, sino que promueven modos específicos de coordinación de acciones y que pue- den ser tanto formales, gubernamentales, como informales, 8 Sobre las reformas de primera y segunda generación de los Estados en Amé- rica Latina ver: Torres, 1998; Oszlak, 1999; y Bresser, 1999. 52 • Gobernanza Regional de Género teseopress.com alianza o redes de otros actores no estatales. Esos modos de coordinación social son los procesos por los cuales los actores ajustan su comportamiento y que también pue- den ser tanto formales como informales. En síntesis,
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