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39 Reina-Valera-1960-Esquematizada-Biblia-de-estudio (2)

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DERECHOS	LEGALES
Este	libro	es	para	uso	personal	del	comprador.	Ninguna	parte	de	este	libro	podrá	ser
traducida	ni	reproducida	ni	distribuida	de	ninguna	manera	y	en	ningún	formato	sin	el
consentimiento	escrito	de	Sociedades	Bíblicas	Unidas.
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Publicación	Digital	Biblia	de	Estudio	esquematizada	©	Sociedades	Bíblicas	Unidas,	2012.	Biblia	de	estudio	esquematizada	©	Sociedades	Bíblicas	Unidas,
2007.	Texto	Bíblico:	Reina-Valera	1960	®	©	Sociedades	Bíblicas	en	America	Latina,	1960.	Derechos	renovados	1988,	Sociedades	Bíblicas	Unidas.	Antigua
versión	de	Casiodoro	de	Reina	(1569),	revisada	por	Cipriano	de	Valera	(1602).	Otras	revisiones:	1862,	1909.	El	logo	de	Reina-Valera	1960	®	es	una	marca
registrada	de	la	American	Bible	Society,	y	puede	ser	usada	solamente	bajo	licencia.	Notas	de	estudio	e	introducciones	originales	en	portugués	©	Sociedade
Bíblica	do	Brasil,	2005.	Traducción	y	adaptación	al	español	©	Sociedades	Bíblicas	Unidas,	2007.	Concordación	©	Sociedades	Bíblicas	Unidas,	1964,	1985,
1995.	Ayudas	para	el	lector	©	Sociedades	Bíblicas	Unidas,	1994.	Mapas	©	Sociedades	Bíblicas	Unidas,	1994,	2000.
eISBN:	978-1-59877-449-8
www.labibliaweb.com
www.reinavaleracontemporanea.com
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http://www.labibliaweb.com
http://www.reinavaleracontemporanea.com
PRESENTACIÓN
La	Biblia	es,	sin	lugar	a	dudas,	uno	de	los	más	ricos	tesoros	de	la	literatura	universal
de	 todos	 los	 tiempos.	 Nadie	mínimamente	 informado	 podría	 negar	 la	 evidencia	 del
gran	tesoro	cultural	encerrado	en	esta	colección	de	antiguos	escritos	judeo-cristianos,
que	alterna	la	narrativa	histórica	con	los	códigos	legales,	las	normas	de	conducta	con
la	 delicada	 belleza	 de	 la	 lírica	 hebrea,	 los	 discursos	 didácticos	 o	 morales	 con	 la
interpretación	de	sueños	y	visiones.
Sin	embargo,	el	valor	principal	de	 la	Biblia	no	consiste	en	 razones	estéticas	ni	en
motivo	 alguno	 de	 índole	 cultural,	 sino	 en	 su	 contenido	 esencialmente	 religioso,	 que
hace	de	ella	el	libro	sagrado	por	excelencia,	tanto	para	el	pueblo	de	Israel	en	particular
como	para	 el	mundo	 cristiano	 en	 general.	 Porque	 todo	 en	 la	Biblia	 está	 ordenado	 a
revelar	que	Dios,	autor	de	la	vida	y	de	cuanto	existe,	no	es	un	ser	inaccesible,	oculto
en	la	hondura	de	su	divinidad	y	ajeno	a	los	problemáticos	planteamientos	de	la	historia
del	 ser	 humano,	 sino	 un	 Padre	 amoroso	 y	 perdonador,	 que	 se	 acerca	 a	 las	 personas
para	liberarlas	de	sus	propias	faltas	y	errores.
El	valor	religioso	de	la	Biblia,	que	se	descubre	claramente	en	su	título	de	«Sagradas
Escrituras»	o	«Santas	Escrituras»	(véase	Ro	1.2	n)	es	además	refrendado	por	la	forma
en	que	a	ellas	se	refieren	Jesús	y	los	autores	del	Nuevo	Testamento:	Dios	nos	habla	en
los	escritos	proféticos,	como	también	en	los	demás	libros	del	catálogo	bíblico	(cf.	Mt
1.22,	 2.15;	 Ro	 1.2;	 1	 Co	 9.9);	 los	 profetas,	 al	 predicar	 o	 al	 anunciar	 algún
acontecimiento	 futuro,	 son	 transmisores	 de	 la	 palabra	y	 la	 voluntad	de	Dios	 (cf.	Mt
2.17;	3.3;	4.14),	y	la	autoridad	de	las	Escrituras	es	incuestionable	(cf.	Mt	5.17–18;	Jn
10.35;	 Hechos	 23.5),	 pues	 son	 resultado	 directo	 de	 la	 actividad	 del	 Espíritu	 Santo
(Hechos	1.16;	28.25).
La	 fe	 cristiana,	 de	 modo	 unánime,	 expresa	 su	 convicción	 respecto	 al	 valor	 y	 la
vigencia	permanentes	de	la	Biblia	con	declaraciones	afirmativas	como	hallamos	en	2	P
1.19–21:	«Tenemos	también	la	palabra	profética	más	segura,	a	la	cual	hacéis	bien	en
estar	 atentos	 como	 a	 una	 antorcha	 que	 alumbra	 en	 lugar	 oscuro,	 hasta	 que	 el	 día
esclarezca	y	el	lucero	de	la	mañana	salga	en	vuestros	corazones;	entendiendo	primero
esto,	que	ninguna	profecía	de	la	Escritura	es	de	interpretación	privada,	porque	nunca	la
profecía	 fue	 traída	 por	 voluntad	 humana,	 sino	 que	 los	 santos	 hombres	 de	 Dios
hablaron	 siendo	 inspirados	por	 el	Espíritu	Santo»	 (cf.	 2	Ti	 3.15–17).	 Esta	 autoridad
última	 de	 la	 Biblia	—Palabra	 de	 Dios	 y	 obra	 inspirada	 por	 el	 Espíritu	 Santo—	 en
cuanto	 que	 es	 alimento	 de	 la	 fe,	 fuente	 de	 luz,	 y	 aliento	 y	 estímulo	 para	 la	 vida
personal	y	comunitaria,	es	patrimonio	común	de	todo	creyente	cristiano.
Pasada	 la	 época	 en	 que	 se	 redactaron	 los	 escritos	 del	 NT,	 la	 iglesia	 cristiana
reconoció	en	ellos	valores	de	revelación	divina	y	autoridad	doctrinal	y	ética	idénticos	a
los	del	AT	(cf.	Mc	16.15–16;	Lc	1.1–4;	Jn	20.31;	1	Ts	2.13).	El	mismo	NT	ofrece	un
avance	explícito	de	tal	reconocimiento	al	equiparar	las	epístolas	de	Pablo	a	«las	otras
Escrituras»	 (2	P	3.15–16).	 Pero,	 sobre	 todo,	 fue	 a	 lo	 largo	 del	 siglo	 II	 d.C.	 cuando,
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paso	a	paso,	el	pueblo	cristiano	recibió	como	libros	sagrados,	junto	a	los	del	Antiguo
Testamento,	 la	 totalidad	 de	 los	 libros	 que	 constituyen	 el	 Nuevo,	 quedando	 de	 este
modo	completada	la	Biblia	en	su	forma	definitiva.
Afirmar	 el	 origen	 religioso	 y	 la	 autoridad	 final	 de	 los	 textos	 bíblicos	 no	 supone
negar	 o	 restarle	 importancia	 a	 la	 actividad	humana,	 a	 la	 cual	 se	 debe	 el	 prolongado
proceso	 de	 su	 redacción	 y	 compilación.	 Los	 libros	 fueron	 escritos	 por	 mano	 de
personajes	 históricos,	 de	 los	 que	 desconocemos	 algunos,	 y	 de	 otros	 tenemos	 apenas
alguna	 noticia	 (cf.	 Ec	 1.13;	 Am	 1.1,	 7.14;	 Lc	 1.1–4;	 1	 Co	 15.21;	 Gl	 6.11).
Precisamente,	 esa	 presencia	 del	 escritor	 humano	 es	 el	 factor	 que	 incorpora	 a	 las
Escrituras	la	extraordinaria	riqueza	idiomática,	estilística,	cultural	y	teológica	que	las
caracteriza.
La	 presente	 edición,	 llamada	 «de	 estudio»,	 corresponde	 a	 la	 revisión	 editada	 en
1960	 de	 la	 Biblia	 de	 Casiodoro	 de	 Reina	 y	 Cipriano	 de	 Valera.	 Esta	 labor	 fue	 el
resultado	de	un	largo	esfuerzo	de	las	Sociedades	Bíblicas	Unidas,	llevado	a	cabo	por
un	grupo	de	biblistas	de	varios	países	del	mundo	hispano,	de	diversas	denominaciones
y	 tradiciones	 cristianas.	 Se	 ha	 tratado	 de	mantener,	 en	 lo	 posible,	 una	 estructura	 de
dependencia	 y	 proximidad	 respecto	 de	 las	 claves	 lingüísticas	 que	 caracterizan	 la
versión	 original	 de	 Reina	 y	 Valera.	 De	 igual	manera,	 se	 ofrece	 al	 lector	 un	 amplio
conjunto	de	conocimientos	para	facilitarle	el	acercamiento	a	la	geografía,	la	historia,	la
cultura	 y	 las	 circunstancias	 en	 que	 se	 produjo	 el	mensaje	 transmitido	 de	 una	 a	 otra
generación	por	las	Sagradas	Escrituras.
En	realidad,	existen	palabras	e	ideas	que	no	pueden	ser	explicados	en	el	texto	de	la
traducción.	Hay	informaciones	de	naturaleza	histórica	que	no	pueden	ser	introducidas
en	 la	 traducción.	Si	 a	 eso	 le	 sumamos	detalles	 relacionados	 con	 el	 texto	original,	 el
registro	de	 traducciones	alternativas,	explicaciones	de	contenido	de	 la	Biblia	y	 listas
de	pasajes	bíblicos	que	 tratan	del	mismo	asunto,	 llegaremos	a	millares	de	notas.	De
hecho,	esta	Biblia	tiene	más	de	14	mil	notas	explicativas	colocadas	a	pie	de	página.
Otra	novedad	de	esta	Biblia	de	estudio	son	las	notas	de	sección.	La	versión	Reina-
Valera	 presenta	 el	 texto	 bíblico	 dividido	 en	 secciones,	 cada	 cual	 con	 su	 título.	 La
primera	 sección	 bíblica	 es	 Génesis	 1.1-2.3,	 y	 tiene	 como	 título	 «La	 Creación».	 La
división	de	secciones	y	los	títulos	de	esas	secciones	fueron	adaptados	por	los	editores
de	 esta	 Biblia,	 no	 formando	 parte	 del	 texto	 en	 sí.	 También	 se	 agregaron	 notas	 de
secciones	o	esquemas,	que	aparecen	entre	el	título	de	la	sección	o	de	un	conjunto	de
secciones	 y	 el	 texto	 bíblico.	 Para	marcar	 la	 diferencia,	 estos	 esquemas	 aparecen	 en
bastardilla	o	cursiva.	En	total	son	casi	2.200.	Su	presencia	a	lo	largo	de	todos	los	libros
bíblicos	da	un	 toque	especial	a	esta	Biblia	de	estudio.	De	allí	su	nombre:	«Biblia	de
estudio	esquematizada».
Además,	esta	edición	trae	una	introducción	a	cada	uno	de	los	libros	bíblicos,	y	otras
ayudas	como	mapas	y	cuadros	 temáticos	 insertados	en	el	 texto	bíblico,	concluyendo
con	una	extensa	concordancia	hacia	el	final	de	la	edición.
El	objetivo	principal	de	esta	Biblia	de	estudioesquematizada	es	ayudar	al	 lector	a
entender	 el	 texto	 bíblico.	 Por	 más	 preciadas	 que	 sean	 las	 notas,	 los	 esquemas,	 los
cuadros	 y	 las	 demás	 ayudas,	 nada	 sustituye	 la	 lectura	 del	 texto	 bíblico.	 Por	 eso,
recomendamos	con	insistencia	que	el	lector	examine	todo	el	material	complementario
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a	la	luz	del	texto	bíblico.	La	intención	de	esta	edición	es	conducir	al	lector	a	un	mejor
entendimiento	de	la	Palabra	de	Dios,	para	hacerla	su	modo	de	vida.
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CÓMO	USAR	LOS	RECURSOS	DE	ESTA	BIBLIA	DE	ESTUDIO
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ÍNDICE	GENERAL
Presentación
Cómo	usar	los	recursos	de	esta	Biblia	de	Estudio
Índice	de	tablas	y	mapas
Abreviaturas	usadas	en	la	Biblia	de	Estudio
Introducción	general
Antiguo	Testamento
Introducción	al	Antiguo	Testamento
Introducción	el	Pentateuco
Génesis	(Gn)
Éxodo	(Ex)
Levítico	(Lv)
Números	(Nm)
Deuteronomio	(Dt)
Introducción	a	los	libros	históricos
Josué	(Jos)
Jueces	(Jue)
Rut	(Rt)
1	Samuel	(1	S)
2	Samuel	(2	S)
1	Reyes	(1	R)
2	Reyes	(2	R)
1	Crónicas	(1	Cr)
2	Crónicas	(2	Cr)
Esdras	(Esd)
Nehemías	(Neh)
Ester	(Est)
Introducción	a	los	libros	de	sabiduría	y	a	los	libros	poéticos
Job	(Job)
Salmos	(Sal)
Proverbios	(Pr)
Eclesiastés	(Ec)
Cantar	de	los	Cantares	(	Cnt)
Introducción	a	los	libros	proféticos
Isaías	(Is)
Jeremías	(Jer)
Lamentaciones	(Lm)
Ezequiel	(Ez)
Daniel	(Dn)
Oseas	(Os)
Joel	(Jl)
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Amós	(Am)
Abdías	(Abd)
Jonás	(Jon)
Miqueas	(Miq)
Nahúm	(Nah)
Habacuc	(Hab)
Sofonías	(Sof)
Hageo	(Hag)
Zacarías	(Zac)
Malaquías	(Mal)
Nuevo	Testamento
Introducción	al	Nuevo	Testamento
Introducción	a	los	evangelios
San	Mateo	(Mt)
San	Marcos	(Mc)
San	Lucas	(Lc)
San	Juan	(Jn)
Hechos	(Hch)
Introducción	a	las	epístolas
Romanos	(Ro)
1	Corintios	(1	Co)
2	Corintios	(2	Co)
Gálatas	(Gl)
Efesios	(Ef)
Filipenses	(Flp)
Colosenses	(Col)
1	Tesalonicenses	(1	Ts)
2	Tesalonicenses	(2	Ts)
1	Timoteo	(1	Ti)
2	Timoteo	(2	Ti)
Tito	(Tit)
Filemón	(Flm)
Hebreos	(Heb)
Santiago	(Stg)
1	San	Pedro	(1	P)
2	San	Pedro	(2	P)
1	San	Juan	(1	Jn)
2	San	Juan	(2	Jn)
3	San	Juan	(3	Jn)
San	Judas(	Jud)
Apocalipsis	(Ap)
Concordancia
Mapas
Ayudas	para	el	lector
Tabla	cronológica	I:	Época	del	Antiguo	Testamento
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Tabla	cronológica	II:	Época	del	Nuevo	Testamento
Tabla	de	pesas,	monedas	y	medidas
Panorama	general	de	los	libros	de	la	Biblia
División	del	día
Historias	del	Antiguo	Testamento
Historias	del	Nuevo	Testamento
Canciones	en	la	Biblia
Qué	dice	la	Biblia	acerca	del	perdón	de	Dios
Lecturas	para	días	especiales
Cómo	encontrar	ayuda	en	la	Biblia
Oraciones	en	la	Biblia
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ÍNDICE	DE	TABLAS	Y	MAPAS
Tablas
Pacto	con	Dios
Nombres	y	títulos	de	Dios	en	el	Antiguo	Testamento
Las	diez	plagas	de	Egipto
Ofrendas	y	sacrificios	en	el	Antiguo	Testamento
Fiestas	y	días	sagrados	judíos
Cronología	del	Éxodo:	de	Egipto	a	Canaán
Las	doce	tribus	de	Israel
Mujeres	famosas	del	Antiguo	Testamento
Oraciones	del	Antiguo	Testamento
Los	Herodes	del	Nuevo	Testamento
Contrastes	entre	el	diablo	y	Jesucristo
Nombres	y	títulos	mesiánicos	de	Jesús
La	última	semana	de	vida	de	Jesús
Bautismo
Las	siete	«palabras»	de	Jesús	en	la	cruz
Mujeres	en	el	ministerio	de	Jesús
Mujeres	en	las	enseñanzas	de	Jesús
Milagros	de	Jesús	en	el	evangelio	de	Juan
Amor
Los	«Yo	soy»	de	Jesús	en	el	evangelio	de	Juan
Nombres	y	títulos	del	diablo
Oraciones	del	Nuevo	Testamento
Calendario	hebreo
Espíritu	de	Dios/del	Señor/Santo
La	vida	del	apóstol	Pablo
La	fe,	la	esperanza	y	el	amor
Apariciones	de	Jesús	resucitado
Mujeres	famosas	de	la	iglesia	primitiva
Mapas
El	mundo	antiguo
Viajes	de	Abraham
El	éxodo	de	Egipto
Ruta	de	los	espías
Las	ciudades	de	refugio
La	conquista	de	Canaán
La	division	de	las	tribus
Reino	de	Saúl
Reino	de	David
Reino	de	Salomón
Profetas	de	Israel	y	Judá
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Viajes	de	Elías
Viajes	de	Eliseo
El	imperio	asirio
El	imperio	babilónico
El	regreso	de	los	exiliados
La	Jerusalén	del	Antiguo	Testamento
Jeremías	es	llevado	a	Egipto
Planos	del	templo	descrito	en	el	libro	de	Ezequiel
Profetas	de	Israel	y	Judá
Palestina	en	el	siglo	II	a.C.
El	imperio	romano
Primer	viaje	de	Pablo
Segundo	viaje	de	Pablo
Tercer	viaje	de	Pablo
Viaje	de	Pablo	a	Roma
Ciudades	a	las	que	Pablo	envió	cartas
Las	siete	iglesias	del	Apocalipsis
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ABREVIATURAS	USADAS	EN	LA	BIBLIA	DE	ESTUDIO
a.C.	Antes	de	Cristo
AT	Antiguo	Testamento
cap.,	caps.	capítulo,	capítulos
cm.	centímetro(s)
d.c.	después	de	Cristo
g.	gramo(s)
Intr.	Introducción
kg.	kilogramo(s)
km.	Kilómetro(s)
l.	litro(s)
m.	metro(s)
n.	nota
NT	Nuevo	Testamento
RVR	Reina	Valera
v.,	vv.	versículo,	versículos
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INTRODUCCIÓN	GENERAL
1.	QUÉ	ES	LA	BIBLIA.
1.1.	El	nombre	«Biblia»,	en	español,	viene	de	la	palabra	griega	biblía,	que	significa
«libros».	 La	 Biblia	 es	 una	 colección	 de	 libros	 sagrados,	 agrupados	 en	 dos	 partes,
llamadas	«testamentos».	La	palabra	«testamento»,	en	ese	contexto,	significa	«alianza»,
«pacto»,	 «convenio».	 Los	 libros	 del	Antiguo	Testamento	 explican	 cómo	 el	 mundo
comenzó	y	narran	la	historia	del	pueblo	de	Israel	antes	de	la	venida	de	Jesucristo.	En
el	Nuevo	Testamento	se	narra	la	historia	de	Jesucristo,	de	los	apóstoles	y	de	la	iglesia
primitiva.	 El	 Nuevo	 Testamento	 incluye	 también	 algunas	 cartas	 escritas	 en	 aquel
tiempo,	y	un	libro	de	visiones	llamado	Apocalipsis.
1.2.	Los	libros	de	la	Biblia	fueron	escritos	por	varios	autores,	a	lo	largo	de	muchos
siglos.	En	esos	libros	se	encuentran	los	más	variados	géneros	literarios.	Hay	historias,
biografías,	 leyes,	poesías,	himnos,	cánticos,	proverbios,	cartas,	sermones,	profecías	y
visiones.
1.3.	El	Antiguo	Testamento	 fue	escrito	en	hebreo,	con	excepción	de	unos	cuantos
pasajes	que	fueron	escritos	en	arameo;	el	Nuevo	Testamento	fue	escrito	en	el	griego
común	o	popular,	llamado	koiné.
1.4.	Para	los	cristianos,	la	Biblia	es	un	libro	sagrado	y	tiene	un	valor	religioso	muy
especial.	 La	 Biblia	 es	 la	 revelación	 escrita	 de	 Dios,	 que	 llegó	 a	 producirse	 por
inspiración	del	Espíritu	Santo.	Ella	nos	dice	cómo	Dios	se	relaciona	con	las	personas	y
muestra	el	camino	que	nos	lleva	a	conocer	al	verdadero	Dios,	justo	y	bondadoso	quien,
por	 medio	 de	 la	 encarnación,	 vida,	 muerte	 y	 resurrección	 de	 Jesucristo,	 nos	 da
salvación	y	vida	eterna.	La	Biblia	es	la	cartilla	de	nuestra	fe.	Ella	nos	habla	de	nuestros
errores	 y	 pecados,	 que	 nos	 alejan	 de	Dios,	 y	 nos	 dice	 qué	 pasos	 debemos	 dar	 para
volver	a	él.	La	Biblia	nos	enseña	 lo	que	 significa	 ser	cristiano,	y	nos	muestra	cómo
debe	 ser	 y	 vivir	 la	 persona	 que	 realmente	 quiere	 seguir	 a	 Cristo.	 En	 sus	 páginas
encontramos	 también	palabras	de	orientación,	 ánimo	y	 esperanza	para	 la	vida	diaria
personal,	así	como	para	la	vida	de	las	comunidades	de	seguidores	de	Cristo.
2.	LOS	TEXTOS	HEBREO	Y	GRIEGO.
2.1.	Esta	 traducción	de	 la	Biblia	 al	 español	 se	basa	en	 los	 textos	más	 seguros	del
Antiguo	Testamento	(hebreo)	y	del	Nuevo	Testamento	(griego).
2.1.1.	 Del	 Nuevo	 Testamento	 existen	 aproximadamente	 cinco	 mil	 manuscritos
griegos,	 de	 los	 cuales	 doscientos	 contienen	 el	 Nuevo	 Testamento	 completo.	 Esos
manuscritos	 no	 siempre	 concuerdan	 entre	 sí.	 Por	 eso,	 siguiendo	 el	 texto	 griego
adoptado,	 en	 esta	 Biblia	 de	 Estudio	 los	 versículos	 que	 no	 aparecen	 en	 todos	 los
manuscritos	llevan	una	nota	que	así	lo	indica.
3.	LA	PRESENTE	TRADUCCIÓN.
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3.1.	La	versión	Reina-Valera,	revisión	de	1960	(RVR	1960),	busca	ser	fiel	al	sentido
de	 los	 textos	 originales.	 Esa	 fidelidad	 incluye	 la	 conservación	 de	 los	 aspectos
históricos	 y	 culturales	 del	 texto	 original,	 con	 lo	 que	 se	 evita	 la	 modernización	 del
texto.
3.2.	RVR	1960	sigue	el	principio	de	la	equivalencia	formal	y	de	la	correspondencia
literal,	que	es	el	principio	por	el	cual	se	procura	reproducir,	en	la	traducción,	la	forma
y	el	orden	de	las	palabras	y	la	estructura	gramatical	del	original.
3.3.	 RVR	 1960	 ha	 sido	 el	 texto	 básico	 de	 la	 iglesia	 evangélica	 durante	 varias
generaciones,	aunque	a	través	de	los	años	ha	pasado	por	cambios	considerables,	de	los
cuales	 la	 edición	 de	 1909	 fue	 la	 última	 y	más	 extensa	 revisión:se	 hicieron	más	 de
100.000	 cambios	de	ortografía	 y	 puntuación,	 y	más	de	60.000	 cambios	de	palabras.
Sin	duda,	tanto	Casiodoro	de	Reina	como	Cipriano	de	Valera	eran	hombres	de	grandes
cualidades	literarias,	y	su	traducción	y	revisión	reflejan	no	sólo	sensibilidad	a	los	giros
idiomáticos	sino	una	comprensión	excepcional	de	los	problemas	exegéticos.
4.	TRANSFORMACIONES	GRAMATICALES.
4.1.	 Al	 traducir,	 es	 necesario	 a	 veces	 cambiar	 el	 orden	 sintáctico	 y	 la	 función
gramatical,	y	tomar	en	cuenta	el	sentido	de	las	palabras	y	la	manera	de	hablar,	tanto	en
las	 culturas	 originales	 hebrea	y	 griega	 como	en	 la	 cultura	 del	 lector	 de	 hoy,	 en	 este
caso,	el	hispanohablante.
4.2.	Los	traductores	no	cuentan	el	número	de	palabras	que	traducen.	Al	traducir,	a
veces	se	produce	una	reducción,	por	lo	cual	en	español	no	aparecen	algunos	elementos
presentes	en	el	texto	hebreo	o	griego.
4.3.	 Al	 tratar	 de	 expresar	 el	 sentido	 del	 texto	 original	 de	 manera	 natural,	 los
traductores	 emplean	 a	 veces	 más	 palabras	 de	 las	 que	 se	 encuentran	 en	 el	 texto	 y
recurren	 a	 la	 suplementación	 o	 explicitación,	 aunque	 no	 añaden	 nada	 al	 sentido	 del
texto	original;	lo	que	buscan	es	usar	las	palabras	necesarias	para	la	buena	comprensión
del	texto	que	traducen.
4.4.	El	traductor	debe	estar	atento	a	la	actualización	del	sentido	de	las	palabras,	es
decir,	a	usar	palabras	comprensibles	para	el	lector	contemporáneo.
4.5.	Para	que	un	 texto	 sea	entendido,	 a	veces	necesita	 ser	 sometido	al	proceso	de
actualización	cultural;	otras	veces,	es	necesario	dar	información	cultural,	ya	sea	en	el
mismo	texto	o	en	una	nota	marginal.	Esto	se	debe	a	que	algunos	usos,	costumbres	o
modos	de	hacer	o	de	decir	las	cosas	varían	con	el	paso	del	tiempo,	y	también	difieren
de	cultura	en	cultura.	El	traductor	busca	mantener	el	sentido	del	mensaje	bíblico	en	las
formas	culturales	de	nuestros	días,	y	que	sean	habituales	para	nuestras	comunidades.
4.6.	En	una	traducción	de	la	Biblia	es	necesario	estar	atento	a	la	actualización	del
vocabulario.	«Frisado	de	cabellos»	es	lo	mismo	que	decir	«peinados	ostentosos»	(1	P
3.3).
4.7.	La	inversión	de	líneas	o	de	palabras	es	un	recurso	que	se	emplea	en	RVR	1960
cuando	esto	ayuda	a	la	mayor	claridad	del	texto.
4.8.	 Para	 facilitar	 la	 comprensión,	 a	 veces	 hace	 falta	 recurrir	 a	 la	 transposición
léxica,	 es	 decir,	 emplear	 en	 la	 traducción	 palabras	 que	 no	 pertenecen	 a	 la	 misma
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categoría	gramatical	de	la	palabra	que	está	en	el	original.
4.9.	 En	 aras	 de	 la	 claridad,	 las	 metáforas	 a	 veces	 pasan	 por	 el	 proceso	 de
desmetaforización.	 La	 metáfora	 es	 una	 comparación	 basada	 en	 la	 semejanza:	 «la
lengua	 es	 un	 fuego»	 escribió	 Santiago	 (3.6).	 Si	 determinada	metáfora	 bíblica	 no	 es
suficientemente	 clara	 para	 ser	 entendida	 por	 el	 lector	 moderno,	 ella	 puede	 ser
«desmetaforizada»,	es	decir,	su	sentido	puede	expresarse	en	lenguaje	directo.
4.10.	 Algunas	 veces,	 en	 el	 caso	 de	 la	 metonimia,	 la	 solución	 es	 la
desmetonimización.	La	metonimia	es	una	 figura	del	 lenguaje	que	emplea	un	nombre
por	 otro,	 cuando	 entre	 el	 sentido	 de	 ambos	 hay	 una	 relación	 objetiva.	 Esa	 relación
puede	ser	de	naturaleza	variada,	como	por	ejemplo,	la	causa	por	el	efecto	o	el	efecto
por	la	causa,	el	contenedor	por	el	contenido,	lo	abstracto	por	lo	concreto,	el	autor	por
su	obra,	etc.	Por	ejemplo:	El	«cetro»	es	el	bastón	que	alguien	lleva	como	símbolo	de
su	autoridad.	En	Heb	1.8,	el	texto	griego	es	traducido	en	RVR	1960	como:	«Cetro	de
equidad	es	el	cetro	de	 tu	 reino».	Con	 la	desmetonimización	se	 traduciría	como:	«Tú
gobernarás	a	tu	pueblo	con	justicia».
4.11.	Finalmente,	los	traductores	se	esfuerzan	por	producir	un	texto	claro	y	sencillo.
En	1	Co	4.1,	el	texto	griego	habla	de	los	«ministros	de	Cristo	y	despenseros	de	Dios»,
palabras	que	RVR	1960	traduce	como:	«servidores	de	Cristo,	y	administradores	de	los
misterios	de	Dios».
5.	INFORMACIONES	ACERCA	DE	NOMBRES.
5.1.	Siguiendo	la	costumbre	que	comenzó	con	la	Septuaginta,	la	primera	traducción
del	Antiguo	Testamento,	la	gran	mayoría	de	las	Biblias	emplea	el	título	«SEñOR»	(con
mayúsculas)	 para	 traducir	 la	 palabra	Yavé	 (YHVH),	 que	 es	 el	 nombre	 de	Dios	más
usado	en	el	Antiguo	Testamento.	En	el	Antiguo	Testamento	de	RVR	1960,	se	emplea
la	palabra	«Jehová»	para	referirse	a	Dios.	En	el	Nuevo	Testamento,	«Señor»	traduce	la
palabra	griega	que	significa	«señor»	o	«dueño»,	y	que	se	usa	tanto	para	el	Padre	como
para	el	Hijo.
5.2.	 En	 los	 casos	 en	 que	 una	 persona	 o	 lugar	 recibe	 dos	 o	 más	 nombres,	 esta
traducción	tiende	a	usar	el	nombre	más	conocido.	Por	ejemplo,	«Priscila»,	la	esposa	de
Aquila.	En	el	texto	griego	de	Hechos	18.2,	18.26,	se	le	llama	«Priscila»,	mientras	que
en	las	cartas	de	Pablo	(Ro	16.3;	1	Co	16.19;	2	Ti	4.19)	su	nombre	es	«Prisca».	En	RVR
1960,	en	 todos	esos	pasajes	se	emplea	el	nombre	más	conocido,	es	decir,	«Priscila»,
menos	en	el	último	(2	Ti	4.19).
6.	CÓMO	ORIENTARSE	EN	LA	BIBLIA
El	 texto	de	una	Biblia	 impresa	contiene	una	 serie	de	 recursos	con	orientaciones	e
informaciones	 adicionales.	 Si	 el	 lector	 usa	 bien	 esos	 recursos,	 podrá	 orientarse	 con
más	rapidez	y	tener	a	la	mano	innumerables	ayudas	suplementarias	para	comprender
mejor	el	texto	bíblico.
6.1.	Todos	los	libros	de	la	Biblia	están	divididos	en	capítulos	y	versículos	(algunos
libros	muy	cortos	se	dividen	sólo	en	versículos).	Esa	numeración	no	pertenece	al	texto
bíblico	 original,	 sino	 que	 fue	 incluida	 durante	 la	 Edad	Media.	 Las	 indicaciones	 de
21
capítulos	 y	 versículos	 nos	 permiten	 encontrar	 rápidamente	 cualquier	 pasaje	 de	 la
Biblia.	Una	referencia	bíblica	está	estructurada	de	la	siguiente	manera:
Las	referencias	están	separadas	unas	de	otras	por	punto	y	coma.	En	la	indicación	de
un	 pasaje	 del	 mismo	 capítulo,	 los	 versículos	 se	 separan	 por	 guión;	 en	 el	 caso	 de
pasajes	que	abarcan	más	de	un	capítulo,	se	usa	un	guión	más	largo.	Normalmente	el
nombre	del	libro	es	sustituido	por	su	abreviatura	(véase	el	índice).	Por	ejemplo:
Gn	5.2;	7.6-13	(Libro	de	Génesis,	capítulo	5,	versículo	2	y	capítulo	7,	versículos	6	a
13)
Mt	 5.43–6.4	 (Evangelio	 de	 Mateo,	 del	 capítulo	 5,	 versículo	 43	 al	 capítulo	 6,
versículo	4)
6.2.	Para	una	orientación	más	 rápida,	 el	cabezal	 en	 la	parte	 superior	de	 la	página
contiene	 información	 en	 cuanto	 al	 título,	 los	 capítulos	 que	 se	 encuentran	 en	 aquella
página	y	el	número	de	la	página.
6.3.	Los	títulos	de	sección	dividen	el	texto	bíblico	en	secciones	o	perícopas,	según
su	contenido.	En	los	manuscritos	bíblicos	originales	(los	textos	en	hebreo	y	griego)	no
existían	 esos	 títulos,	 sino	 que	 fueron	 añadidos	 posteriormente	 para	 facilitar	 la
orientación	mediante	un	resumen	de	aquella	sección.
6.4.	 En	 algunos	 libros,	 como	 los	 Evangelios	 y	 los	 libros	 históricos	 del	 Antiguo
Testamento,	puede	haber	más	de	un	registro	de	un	mismo	acontecimiento.	Cuando	eso
sucede,	 las	 referencias	a	esos	pasajes	paralelos	aparecen	debajo	de	 los	 títulos	de	 las
secciones.
7.	CONTENIDO	DE	ESTA	BIBLIA	DE	ESTUDIO.
7.1.	Al	principio	de	cada	libro	de	la	Biblia	hay	una	Introducción,	que	por	lo	general
trata	acerca	de	la	naturaleza	del	libro,	da	un	resumen	de	su	contenido,	dice	cuál	es	su
mensaje	y,	según	el	caso,	dice	cuándo,	dónde,	por	quién	y	para	quién	fue	escrito.	Con
la	introducción	siempre	va	un	bosquejo	del	contenido	del	libro.
7.2.	Cuando	el	texto	bíblico	es	en	prosa,	los	versículos	se	agrupan	en	párrafos,	y	los
capítulos	se	dividen	en	temas,	con	uno	o	más	títulos.	Véase,	por	ejemplo,	el	cap.	24	de
Levítico	y	el	cap.	5	de	Mateo.	En	la	poesía,	las	líneas	van	sueltas,	y	el	cambio	de	tema
se	indica	mediante	un	espacio	doble	entre	las	líneas.	Véase,	por	ejemplo,	Sal	76;	Is	12;
Lc	1.46–55.
7.3.	 En	 esta	 Biblia	 de	 Estudio	 contiene	 esquemas	 de	 secciones	 que	 sirven	 de
introducción	a	una	sección	o	unidad	temática	del	texto	bíblico	y	presentan	los	aspectos
clave	 dedicha	 sección.	 En	 este	 caso,	 los	 esquemas	 aparecen	 entre	 el	 título	 de	 la
sección	y	el	texto	bíblico,	en	letra	bastardilla.
7.4.	En	esta	Biblia	de	Estudio,	las	notas,	que	aparecen	agrupadas	al	pie	de	página,
son	de	varios	tipos.
22
7.4.1.	 Casi	 en	 su	 totalidad	 las	 notas	 son	 explicativas,	 es	 decir,	 aclaran	 palabras	 e
ideas.	 Véase	 en	 las	 notas,	 por	 ejemplo,	 lo	 que	 significa	 «conocen	 tu	 nombre»	 (Sal
9.10),	«cimientos	del	mundo»	(Sal	18.15)	y	«circuncisión...	del	corazón»	(Ro	2.29).
7.4.2.	 Hay	 unas	 cuantas	 notas	 textuales,	 que	 se	 refieren	 a	 problemas	 con	 ciertas
palabras	o	grupos	de	palabras	que	se	usan	en	los	textos	hebreo	o	griego.	Véanse,	por
ejemplo,	las	notas	en	Sal	11.6;	20.9;	Mt	6.13;	Ef	1.1.
7.4.3.	Algunas	veces,	los	estudiosos	de	la	Biblia	y	sus	traductores	no	concuerdan	en
cuanto	 al	 sentido	 de	 uno	 u	 otro	 pasaje	 bíblico.	 Eso	 se	 registra	 como	 traducción
alternativa.	Véanse,	por	ejemplo,	las	notas	en	Sal	7.4	y	Ro	1.17.
7.4.4.	 Las	 notas	 pueden	 tener	 referencias	 cruzadas,	 las	 cuales	 indican	 al	 lector
pasajes	bíblicos	que	abordan	un	tema	semejante.
7.4.5.	Muchas	veces,	una	nota	 remite	el	 lector	a	otra	nota,	a	 fin	de	ofrecer	mayor
información	 acerca	 del	 asunto	 en	 cuestión.	 Una	 letra	 «n»	 lo	 indicará.	 Véase,	 por
ejemplo,	 la	nota	en	Gn	1.31.	De	 igual	manera,	 una	nota	 puede	 remitir	 al	 lector	 a	 la
información	contenida	en	la	introducción	del	libro.	Véase,	por	ejemplo,	la	nota	en	Ro
1.17.
7.5.	Esta	Biblia	 trae,	 al	 final,	una	Concordancia	 con	 innumerables	palabras	y	 con
los	pasajes	en	que	éstas	aparecen.
7.6.	 Además,	 hay	 a	 lo	 largo	 de	 toda	 la	 Biblia	 otras	 ayudas	 que	 facilitan	 la
comprensión	del	lector.
7.6.1.	 Los	 mapas	 retratan	 la	 geografía	 bíblica	 y	 el	 lugar	 de	 un	 acontecimiento
importante.	Están	colocados	cerca	de	los	pasajes	bíblicos	relevantes.
7.6.2.	Los	cuadros	temáticos	reúnen	información	acerca	de	un	tema	específico.	Lo
mismo	que	 los	mapas,	 esos	cuadros	aparecen	cerca	de	pasajes	bíblicos	 relevantes	 al
tema.
7.6.3.	Las	tablas	cronológicas	y	otros	recursos	hacia	el	final	de	la	edición	ofrecen	al
lector	un	panorama	de	los	principales	acontecimientos	narrados	en	la	Biblia.
8.	CÓMO	USAR	ESTA	BIBLIA	DE	ESTUDIO
Ésta	 es	una	Biblia	de	Estudio.	Es	decir,	 esta	Biblia	ofrece	 al	 lector,	 además	de	 la
traducción	del	texto	bíblico,	una	serie	de	ayudas	que	facilitan	la	comprensión	del	texto
y	permiten	mayor	profundización	en	el	contenido	del	mensaje	bíblico.
8.1.	En	primer	 lugar,	 familiarícese	con	 las	ayudas	que	esta	Biblia	ofrece.	Lea	con
atención	 la	 Introducción	 al	 Antiguo	 Testamento	 y	 la	 Introducción	 al	 Nuevo
Testamento.	 Después,	 vaya	 al	 final	 de	 la	 Biblia	 y	 conozca	 los	 diversos	 recursos
presentes.	Y	lea	una	u	otra	explicación	en	las	notas	al	pie	de	página.
8.2.	 Antes	 de	 estudiar	 determinado	 pasaje,	 lea	 la	 introducción	 al	 libro	 en	 que
aparece	dicho	pasaje.
8.3.	 Lea	 con	 atención	 el	 pasaje	 que	 pretende	 estudiar	 y,	 luego,	 busque	 alguna
aclaración	en	las	notas	al	pie	de	página.	No	deje	de	consultar	las	referencias	bíblicas,
pues	 la	mejor	 explicación	de	un	pasaje	de	 la	Biblia	 está	 en	 la	Biblia	misma	y	en	 la
comparación	de	sus	textos.
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8.4.	Antes	de	comenzar	a	estudiar	un	pasaje,	ore	y	medite,	y	pida	que	la	luz	divina
lo	ilumine	en	ese	estudio.
8.5.	Trate	de	llegar	a	sus	propias	conclusiones.	Usted	descubrirá	la	riqueza	de	cada
texto,	y	a	usted	le	corresponde	aplicar	las	enseñanzas	bíblicas	en	su	propia	vida	y	en	la
vida	de	su	iglesia.
9.	PARA	QUE	MEDITE.
9.1.	A	usted	que	lee	y	estudia	la	Biblia,	le	invitamos	a	pensar	siempre	y	con	gratitud
en	el	 inmenso	trabajo	que	hay	detrás	del	libro	que	tiene	en	sus	manos.	Piense	en	los
millares	 de	 copistas	 que,	 en	 el	 pasado	 distante,	 copiaron	 a	 mano,	 con	 cariño	 y
atención,	 cada	 palabra	 del	 texto	 original.	 Piense	 en	 el	 cuidado	 minucioso	 de	 los
especialistas	que,	en	los	tiempos	modernos,	han	procurado	presentar	un	texto	bíblico
que	sea	lo	más	fiel	posible	a	los	manuscritos	originales.	Piense	en	las	investigaciones
laboriosas	de	las	personas	que	han	producido	gramáticas,	diccionarios,	concordancias
y	otras	ayudas	indispensables	para	el	traductor.	Piense	en	los	exegetas,	personas	que	se
esfuerzan	por	descubrir	el	sentido	del	texto	bíblico.	Piense	en	los	traductores,	hombres
y	mujeres	que	siempre	están	en	busca	de	la	mejor	manera	de	expresar	la	verdad	bíblica
en	el	lenguaje	del	pueblo.	Y	no	se	olvide	de	las	personas	que	preparan	las	ayudas	y	los
comentarios	 para	 las	 Biblias	 de	 Estudio.	 Acuérdese	 del	 trabajo	 paciente	 de	 quienes
cuidan	de	la	composición,	revisión,	impresión	y	distribución	de	la	Biblia.	Y	agradezca
a	Dios	el	hecho	de	que	haya	personas	que,	por	medio	de	ofrendas,	permiten	la	venta	de
la	Biblia	a	precios	accesibles.
9.2.	Las	personas	que	hicieron	esta	traducción	saben,	mejor	que	nadie,	lo	difícil	que
es	 la	 tarea	 que	 les	 ha	 sido	 encomendada.	 Pero	 ellas	 la	 realizaron	 con	 disposición,
pidiendo	 siempre	 la	 dirección	 y	 la	 ayuda	 del	 Espíritu	 Santo	 de	 Dios.	 Todos	 los
esfuerzos	hechos	por	incontables	personas	para	producir	una	Biblia	de	Estudio	como
la	 que	 usted	 tiene	 en	 sus	manos,	 son	 el	 resultado	 de	 la	 convicción	 de	 que	 la	Biblia
contiene	un	mensaje	indispensable,	que	debe	ponerse	al	alcance	de	todas	las	personas.
Ese	 mensaje	 habla	 acerca	 del	 amor	 de	 Dios	 por	 todos	 nosotros,	 amor	 que	 fue
demostrado,	 en	 su	 grado	 más	 alto,	 en	 la	 persona	 de	 nuestro	 Señor	 Jesucristo.
Finalmente,	por	el	poder	del	Espíritu	Santo,	ese	mensaje	de	amor	se	diseminará	por	el
mundo	entero.«Al	único	y	sabio	Dios,	nuestro	Salvador,	sea	gloria	y	majestad,	imperio
y	potencia,	ahora	y	por	todos	los	siglos.	Amén.»	Judas	25
24
ANTIGUO	TESTAMENTO
25
26
INTRODUCCIÓN	AL	ANTIGUO	TESTAMENTO
1.	QUÉ	ES	EL	ANTIGUO	TESTAMENTO
1.1.	Antiguo	 Testamento	 es	 el	 nombre	 que	 los	 cristianos	 dan	 al	 conjunto	 de	 las
Escrituras	 Sagradas	 del	 pueblo	 de	 Israel.	 Estos	 libros,	 originalmente	 escritos	 en
hebreo,	son	parte	también	de	la	Santa	Biblia	de	los	cristianos.
1.2.	El	Antiguo	Testamento	habla	acerca	del	antiguo	pacto	que	Dios,	por	medio	de
los	patriarcas	y	de	Moisés,	hizo	con	su	pueblo.	El	Nuevo	Testamento	 trata	acerca	del
nuevo	pacto	que	Dios,	por	medio	de	Jesucristo,	hizo	con	su	pueblo	(véase	8.4).
2.	DIVISIONES	DEL	ANTIGUO	TESTAMENTO
2.1.	 Los	 israelitas	 organizan	 los	 libros	 del	Antiguo	Testamento	 en	 tres	 grupos:	 la
Ley,	los	Profetas	y	los	Escritos.	En	Lc	24.44,	el	tercer	grupo	es	llamado	«Salmos»	en
lugar	de	«Escritos»,	porque	el	Libro	de	Salmos	era	el	primero	de	esa	división.
2.1.1.	La	Ley	agrupa	a	los	primeros	cinco	libros	del	Antiguo	Testamento.
2.1.2.	Los	Profetas	tienen	dos	subdivisiones:	los	Profetas	Anteriores,	desde	Josué	a
2	 Reyes,	 y	 los	 Posteriores,	 desde	 Isaías	 hasta	Malaquías.	 Los	 profetas	 desde	Oseas
hasta	Malaquías	reciben	de	los	israelitas	el	nombre	de	«El	Libro	de	los	Doce»	(véase
2.2.4).
2.1.3.	 Los	 escritos	 incluyen	 los	 siguientes	 libros:	 Salmos,	 Job,	 Proverbios,	 Rut,
Cantar	de	los	Cantares,	Eclesiastés,	Lamentaciones,	Ester,	Daniel,	Esdras,	Nehemías	y
Crónicas.
2.1.4.	Las	tres	divisiones	mencionadas	antes	corresponden	al	orden	histórico	en	que
sus	 libros	 fueron	 reconocidos	como	de	autoridad	para	 formar	parte	del	canon	de	 los
israelitas.	«Canon»	es	la	colección	de	los	libros	aceptados	como	Escrituras	Sagradas.
2.2.	 Las	 iglesias	 cristianas	 siguen,	 en	 general,	 un	 orden	 diferente	 del	 de	 los
israelitas,	pero	los	libros	son	los	mismos,	con	un	total	de	treinta	y	nueve.	Ese	orden	se
encuentra	en	las	antiguas	versiones	griegas	y	latinas	usadas	por	la	iglesia	primitiva.
2.2.1.	Los	primeros	cinco	libros	del	Antiguo	Testamento	son	llamados	«Pentateuco»
o	«Los	Libros	de	la	Ley».	La	palabra	«Pentateuco»	significa	«cinco	volúmenes».	Ellos
hablan	acerca	de	la	creación	del	mundo	y	de	la	humanidad,	y	narran	la	historia	delos
hebreos,	desde	el	llamamiento	de	Abraham	y	hasta	la	muerte	de	Moisés,	que	sucedió
cuando	el	pueblo	de	Israel	estaba	a	punto	de	entrar	en	Canaán,	la	Tierra	prometida.
2.2.2.	Los	doce	libros	siguientes,	desde	Josué	hasta	Ester,	son	libros	históricos,	que
narran	 los	 principales	 sucesos	 en	 la	 historia	 de	 Israel	 desde	 su	 entrada	 en	 la	 Tierra
prometida	hasta	el	tiempo	en	que	los	muros	de	Jerusalén	fueron	reconstruidos,	después
del	regreso	de	los	israelitas	del	cautiverio.	Eso	sucedió	unos	cuatrocientos	cuarenta	y
cinco	años	antes	de	Cristo.
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2.2.3.	 Job,	Salmos,	Proverbios,	Eclesiastés	y	Cantar	de	 los	Cantares	 son	 llamados
«Libros	Poéticos»	Entre	ellos	también	se	incluyen	las	Lamentaciones	de	Jeremías.
2.2.4.	Los	últimos	diecisiete	 libros	del	Antiguo	Testamento	contienen	mensajes	de
Dios	 anunciados	 al	 pueblo	 de	 Israel	 por	medio	 de	 los	 profetas.	 Esos	mensajeros	 de
Dios	condenaban	 los	pecados	del	pueblo,	exigían	el	arrepentimiento	y	prometían	 las
bendiciones	divinas	a	las	personas	que	confiaran	en	Dios	y	vivieran	de	acuerdo	con	su
voluntad.	 Esos	 libros	 están	 organizados	 en	 dos	 grupos:	 los	 «Profetas	Mayores»,	 de
Isaías	a	Daniel,	y	los	«Profetas	Menores»,	desde	Oseas	hasta	Malaquías	(véase	2.1.2).
2.3.	Algunas	versiones	antiguas,	tales	como	la	Septuaginta,	en	griego,	y	la	Vulgata,
en	latín,	incluyen	en	el	AT	algunos	libros	que	no	se	encuentran	en	la	Biblia	Hebrea	de
Israel.	Esos	libros	fueron	escritos	en	el	período	intertestamentario	(véase	8).	La	Iglesia
Católica	Romana	los	acepta	y	los	llama	«Deuterocanónicos»,	es	decir,	pertenecientes	a
un	 «segundo	 canon»	 (véase	 2.1.4).	 Ellos	 son:	 Tobías,	 Judit,	 Ester	 Griego,	 1	 y	 2
Macabeos,	 Sabiduría,	 Eclesiástico	 (no	 confundirlo	 con	Eclesiastés),	Baruc,	Carta	 de
Jeremías	y	adiciones	a	Daniel,	que	son	la	Oración	de	Azarías,	la	historia	de	Susana,	y
Bel	y	el	Dragón.
3.	CÓMO	SE	FORMÓ	EL	ANTIGUO	TESTAMENTO
3.1.	Los	treinta	y	nueve	libros	que	componen	el	Antiguo	Testamento	fueron	escritos
durante	un	período	de	más	de	mil	años.
3.2.	 Las	 historias,	 los	 himnos,	 los	 mensajes	 de	 los	 profetas	 y	 las	 palabras	 de
sabiduría	fueron	agrupadas	en	colecciones	que,	con	el	tiempo,	fueron	aceptadas	como
escritura	sagrada.
3.3.	Algunos	libros	de	historia	que	se	mencionan	en	el	Antiguo	Testamento	se	han
perdido.	Ellos	son:	el	Libro	de	Jaser	(Jos	10.13),	el	Libro	de	los	hechos	de	Salomón	(1
Re	11.41),	la	Historia	de	los	reyes	de	Israel	(1	Re	14.19)	y	las	Crónicas	de	 los	reyes
de	Judá	(1	Re	14.29).
3.4.	Los	Libros	de	Salmos	y	Proverbios	son	obra	de	varios	autores.
4.	CUESTIONES	DE	AUTORÍA
4.1.	Para	el	pueblo	de	Israel	conocer	al	autor	de	determinado	libro	de	las	Escrituras
no	era	tan	importante	como	reconocer	que	se	trataba	de	un	libro	que	había	sido	escrito
por	 inspiración	 divina	 y	 que	 contenía	 un	 mensaje,	 o	 mensajes,	 de	 valor	 pertinente
acerca	de	Dios	y	de	su	relación	con	el	pueblo	de	Israel,	en	particular,	y	con	los	pueblos
del	mundo,	en	general.
4.2.	Las	opiniones	de	los	estudiosos	de	las	Escrituras	son	variadas	y	poco	unánimes
en	 cuanto	 a	 la	 autoría	 de	 cada	 libro	 en	particular.	Esta	Biblia	 de	Estudio	no	discute
esas	cuestiones.
5.	PROSA	Y	POESÍA	EN	EL	ANTIGUO	TESTAMENTO
5.1.	Buena	parte	del	Antiguo	Testamento	fue	escrita	en	prosa.
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5.1.1.	 Están	 escritos	 en	 prosa	 los	 relatos	 de	 la	 vida	 de	 personas,	 como	 se	 puede
observar	en	Génesis	y	Rut.
5.1.2.	En	otros	 libros,	 se	narra	en	prosa	 la	historia	del	pueblo	de	 Israel,	como	por
ejemplo,	en	Éxodo	1–19,	partes	de	Números,	Josué,	Jueces,	Samuel,	Reyes,	Crónicas,
Esdras,	Nehemías,	Ester.
5.1.3.	Están	en	prosa	los	registros	de	las	leyes	dadas	por	Dios	a	Israel,	así	como	los
asuntos	relacionados	con	el	culto.
5.1.4.	El	Libro	de	Deuteronomio	consta	principalmente	de	discursos	pronunciados
por	Moisés.
5.1.5.	Hay	libros	de	profetas	escritos	en	prosa,	como	por	ejemplo,	Jeremías	(buena
parte),	Ezequiel,	Daniel	y	los	profetas	menores,	excepto	Nahúm	y	Habacuc.
5.1.6.	 En	 los	 Libros	 de	 Proverbios	 y	 Eclesiastés,	 aparece	 una	 forma	 especial	 de
prosa	apropiada	para	la	literatura	de	sabiduría.
5.2.	Hay	varios	libros	y	partes	de	libros	del	Antiguo	Testamento	que	fueron	escritos
en	forma	de	poesía.
5.2.1.	La	poesía	 hebrea	 se	 expresa	 en	un	 estilo	 especial	 llamado	paralelismo.	Las
características	de	ese	tipo	de	poesía	son	tratadas	en	Salmos,	Introducción	5.
5.2.2.	La	poesía	del	Libro	de	Salmos	se	 llama	 litúrgica,	porque	 los	Salmos	fueron
escritos	para	ser	usados	en	el	culto.
5.2.3.	El	Libro	de	Job	también	es	poético.
5.2.4.	Y	hay	libros	proféticos	que	emplean	lenguaje	poético,	como	Isaías,	partes	de
Jeremías,	Lamentaciones,	Nahúm	y	Habacuc.
6.	GEOGRAFÍA	DE	LA	TIERRA	DE	ISRAEL
6.1.	El	Israel	antiguo	ocupaba	un	área	de	aproximadamente	16.000	km.	cuadrados,
que	incluía	los	territorios	a	ambos	lados	del	río	Jordán.	De	norte	a	sur,	es	decir,	de	Dan
hasta	Beerseba,	la	distancia	era	de	240	km.	De	este	a	oeste,	es	decir,	de	Gaza	hasta	el
Mar	Muerto,	la	distancia	era	de	86	km.	Pero	es	impresionante	que	un	país	tan	pequeño
haya	 ejercido	 una	 influencia	 religiosa	 tan	 poderosa	 que	 se	 extiende	 por	 el	 mundo
entero	 hasta	 hoy	 día.	 El	 actual	 Estado	 de	 Israel	 ocupa	 un	 área	 de	 20.700	 km.
cuadrados.
6.2.	Los	vecinos	más	cercanos	a	Israel	eran,	en	la	costa,	los	filisteos	y	los	fenicios;
al	 norte,	 estaban	 los	 hititas	 y	 los	 arameos	 (sirios);	 al	 este	 del	 Jordán,	 habitaban	 los
amonitas	y	 los	moabitas;	 y	 al	 sur,	 los	 edomitas.	Los	vecinos	más	distantes	de	 Israel
eran	Egipto	y	Asiria.	Más	 tarde,	 el	 territorio	 de	Asiria	 pasó	 a	 ser	 dominado	por	 los
babilonios;	después,	por	los	persas;	y	posteriormente,	por	los	griegos	(véase	7.5,	7.6	y
7.7).
6.3.	 Durante	 el	 período	 de	 la	 conquista	 y	 de	 los	 jueces	 (véase	 7.2),	 el	 país	 fue
dividido	por	las	tribus	de	Israel	(véase	mapa	La	División	de	las	Tribus).
6.4.	En	 el	 período	del	 reino	 unido,	 la	 capital	 era	 Jerusalén	 (véase	mapa	Reino	de
David	y	Salomón).
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6.5.	Durante	el	período	del	reino	dividido	(véase	7.4),	la	capital	de	Judá,	el	reino	del
sur,	era	Jerusalén.	La	capital	de	Israel,	el	reino	del	norte,	era	Samaria	(véase	mapa	Los
reinos	de	Israel	y	Judá).
6.6.	En	los	tiempos	del	Nuevo	Testamento,	el	país	ocupaba	25.000	km.	cuadrados	y
estaba	dividido	en	cuatro	territorios:	Judea,	Samaria,	Perea	y	Galilea.
6.7.	En	la	tierra	de	Israel	se	observan	cuatro	zonas	paralelas,	en	dirección	norte-sur.
La	 primera	 zona	 es	 la	 planicie	 costera.	 La	 segunda,	 en	 el	 centro,	 es	 la	 región
montañosa.	La	tercera	es	el	valle	del	Jordán,	río	que	desemboca	en	el	Mar	Muerto.	Y
la	cuarta	es	el	altiplano	donde	hoy	día	se	encuentra	Jordania.
6.8.	Los	israelitas	dividían	el	año	en	dos	estaciones.	En	el	verano,	hacía	calor	y	se
cosechaba	los	frutos;	en	el	invierno	terminaban	las	cosechas,	llovía	y	hacía	frío.
7.	PERÍODOS	DE	LA	HISTORIA	DE	ISRAEL	EN	EL	ANTIGUO
TESTAMENTO
La	historia	del	pueblo	de	Dios	en	el	Antiguo	Testamento	se	divide	en	ocho	períodos.
Examine	la	Tabla	Cronológica	I	al	final	de	esta	Biblia.
7.1.	El	primer	período	abarca	aproximadamente	desde	1850	a	1220	a.C.,	y	en	ese
tiempo	vivieron	los	patriarcas	Abraham,	Isaac	y	Jacob.
7.2.	El	período	de	los	caudillos	o	jueces,	aproximadamente	desde	1220	a	1030	a.C.
El	 pueblo	 de	 Israel	 es	 comandado	 por	 Josué	 y	 por	 los	 jueces.	 El	 último	 juez	 fue
Samuel.
7.3.	El	 reino	unido,	aproximadamente	de	1030	a	931	a.C.	El	pueblo	es	gobernado
por	tres	reyes:	Saúl,	David	y	Salomón.
7.4.	El	reino	dividido,	de	931	a.C.	a	587	a.C.	(véase	6.5).
7.4.1.	El	reino	de	Israel,	al	norte,	duró	doscientos	años.	Samaria,	su	capital,	cayó	en
722	a.C.,	conquistada	por	los	asirios.
7.4.2.	El	reino	de	Judá,	al	sur,	duró	trescientos	cuarenta	y	cinco	años,	y	llegó	a	su	fin
con	la	conquista	de	Jerusalén	por	los	babilonios	en	587	o	586	a.C.
7.5.	 El	 período	 del	 exilio,	 también	 llamado	 cautiverio,	 comenzó	 en	 722,	 con	 la
conquista	de	Samaria	(véase	7.4.1).	Los	moradoresdel	reino	del	norte	(Israel)	fueron
llevados	como	prisioneros	a	Asiria.	Ciento	treinta	y	seis	años	después,	en	587	o	586
a.C.,	 Jerusalén	 fue	 conquistada,	 y	 los	 moradores	 del	 reino	 del	 sur	 (Judá)	 fueron
llevados	a	Babilonia	(véase	7.4.2).
7.6.	 La	 época	 persa,	 o	 restauración.	 El	 regreso	 del	 pueblo	 de	 Dios	 a	 la	 Tierra
prometida	 comenzó	 en	 538	 a.C.,	 por	 orden	 de	 Ciro,	 rey	 de	 Persia,	 el	 cual	 había
dominado	 a	 Babilonia.	 Varios	 grupos	 de	 judíos	 volvieron	 a	 la	 tierra	 de	 Israel,	 se
establecieron	allí	y	reconstruyeron	el	templo	(520	a.C.)	y	los	muros	de	Jerusalén	(445–
443	a.C.).
7.7.	La	época	helenística	corresponde	al	período	intertestamentario,	es	decir,	lo	que
está	entre	el	fin	del	Antiguo	Testamento	y	el	comienzo	del	Nuevo	Testamento.	Abarca
desde	330	a.C.	hasta	el	nacimiento	de	Cristo.
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7.7.1.	 Ese	 período	 es	 llamado	 helenístico	 debido	 al	 dominio	 del	 poder	 y	 de	 la
cultura	griega.	El	rey	griego	Alejandro	Magno,	comenzó	a	gobernar	en	Israel	en	333
a.C.
7.7.2.	Del	323	al	197,	el	gobierno	fue	ejercido	por	 los	 tolomeos,	descendientes	de
un	general	de	Alejandro.
7.7.3.	Del	197	al	142,	el	dominio	fue	de	los	seléucidas,	descendientes	de	un	general
de	Alejandro	que	había	gobernado	a	Siria.
7.7.4.	Del	 166	 al	 63,	 Israel	 vivió	 ciento	 tres	 años	de	 independencia,	 y	 el	 país	 fue
gobernado	por	los	asmoneos,	descendientes	de	Judas	Macabeo,	el	líder	de	la	liberación
de	Israel.
7.7.5.	En	63	a.C.,	 Jerusalén	cayó	en	poder	de	 los	 romanos	y	pasó	a	pertenecer	 al
Imperio	 Romano.	 El	 gobierno	 en	 Israel	 era	 ejercido	 por	 reyes	 nombrados	 por	 el
Emperador	de	Roma.	Uno	de	esos	reyes	fue	Herodes	el	Grande,	el	cual	gobernó	del	37
al	4	a.C.
8.	VALORES	RELIGIOSOS	DEL	ANTIGUO	TESTAMENTO
8.1.	El	AT	registra	la	experiencia	que	sus	autores	y	el	pueblo	de	Israel	tuvieron	con
Jehová,	el	Dios	verdadero.	Las	naciones	vecinas	tenían	varios	dioses	y	diosas,	a	cuyas
imágenes	(ídolos)	rendían	adoración.	La	fe	de	Israel	era	diferente.	Para	ellos,	Jehová
era	el	único	Dios	de	Israel,	y	de	él	no	se	hacían	imágenes.	Jehová	era	el	único	Dios,
Creador	y	Señor	del	universo;	era	un	Dios	vivo	y	salvador,	que	siempre	vivía	en	medio
de	su	pueblo.
8.2.	 Ese	 Dios	 imponía	 a	 sus	 adoradores,	 leyes	 y	 normas	 morales	 que	 tenían	 en
mente	 un	 procedimiento	 justo	 en	 las	 relaciones	 de	 la	 vida.	 Había	 también	 leyes
sociales	que	protegían	los	intereses	de	los	otros,	incluso	de	las	personas	marginadas,	y
del	pueblo	como	un	todo.
8.3.	Ese	Dios	perdonaba	a	las	personas	que	rompían	sus	leyes,	pero	el	perdón	les	era
concedido	 sólo	con	 la	 condición	de	que	éstas	 se	 arrepintieran,	 confesaran	 su	error	y
estuvieran	 dispuestas	 a	 corregirse.	Las	 personas	 que	 permanecían	 en	 el	 pecado	 eran
juzgadas	por	Dios	y	castigadas.
8.4.	Jehová	hizo	un	pacto	con	el	pueblo	de	Israel,	por	el	que	se	comprometió	a	ser	el
Dios	de	Israel;	y	el	pueblo,	a	su	vez,	se	comprometió	a	serle	fiel	y	a	estar	dispuesto	a
seguir	y	obedecer	sus	leyes.	Esa	doctrina	fundamental	de	la	fe	del	pueblo	de	Israel	se
complementa	con	estas	palabras	que	Jesús	pronunció	al	instituir	la	cena:	«Esta	copa	es
el	nuevo	pacto	en	mi	sangre,	que	por	vosotros	se	derrama»	(véase	1.2	y	Lc	22.20)
8.5.	 Por	 medio	 de	 símbolos	 (véase	 la	 Epístola	 a	 los	 Hebreos)	 y	 de	 profecías,	 el
Antiguo	 Testamento	 preparó	 al	 pueblo	 de	 Dios	 para	 la	 venida	 del	 Mesías,	 aquél	 a
quien	Dios	enviaría	para	traer	salvación	completa	a	toda	persona.
8.6.	 Para	 comprender	 claramente	 el	 Nuevo	 Testamento	 es	 necesario	 recurrir	 al
Antiguo	Testamento,	 porque	 éste	 es	 la	 base	 para	 las	 enseñanzas	 que	 se	 hallan	 en	 el
Nuevo	Testamento.	Pero	no	todas	las	enseñanzas	presentes	en	el	Antiguo	Testamento
son	válidas	para	los	cristianos,	sino	que	estos	leen	el	Antiguo	Testamento	a	la	luz	de	la
interpretación	de	Jesús,	que	dijo:	«No	penséis	que	he	venido	para	abrogar	la	ley	o	los
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profetas;	no	he	venido	para	 abrogar,	 sino	para	 cumplir»	 (Mt	5.17).	Y,	más	 adelante,
Jesús	 afirmó	 algo	 que	 es	 totalmente	 nuevo:	 «Oísteis	 que	 fue	 dicho:	 Amarás	 a	 tu
prójimo,	 y	 aborrecerás	 a	 tu	 enemigo.	 Pero	 yo	 os	 digo:	 Amad	 a	 vuestros	 enemigos,
bendecid	a	los	que	os	maldicen,	haced	bien	a	los	que	os	aborrecen,	y	orad	por	los	que
os	 ultrajan	 y	 os	 persiguen	 »	 (vs.	 43–44).	 Estas	 palabras	 de	 Jesús	 acerca	 de	 los
enemigos	van	más	allá	de	la	enseñanza	del	Antiguo	Testamento	sobre	este	punto.
8.7.	Las	enseñanzas	del	Antiguo	Testamento	en	cuanto	a	la	ley,	el	culto,	la	conducta
de	las	personas,	la	vida	y	la	muerte,	y	la	vida	después	de	la	muerte,	son	entendidas	y
vividas	por	los	cristianos	a	la	luz	de	la	revelación	completa	y	final	que	se	encuentra	en
el	Nuevo	Testamento.
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INTRODUCCIÓN	AL	PENTATEUCO
Pentateuco	es	el	nombre	dado	a	los	cinco	primeros	libros	del	Antiguo	Testamento.
El	nombre	significa	«cinco	rollos»,	en	alusión	a	los	cinco	rollos	de	pergamino	o	papiro
en	que	estaban	escritos	los	libros.	En	la	Biblia	Hebrea,	esos	libros	son	llamados	Torá,
palabra	generalmente	traducida	como	«ley»,	pero	que	significa	también	«enseñanza»	o
«instrucción».
Los	nombres	de	 los	 libros	 provienen	de	 la	 antigua	versión	griega,	 la	Septuaginta.
Génesis	 significa	 «comienzo»;	 Éxodo,	 «salida»;	 Levítico,	 «lo	 relacionado	 con	 los
levitas»;	Números,	«censo»;	y	Deuteronomio,	«segunda	ley».	En	la	Biblia	Hebrea	los
libros	 reciben	 su	 nombre	 por	 las	 primeras	 palabras	 del	 texto:	 Génesis	 es	 «En	 el
principio»;	 Éxodo,	 «Éstos	 son	 los	 nombres»;	 Levítico,	 «Y	 (el	 Señor	 Dios)	 llamó»;
Números,	«En	el	desierto»;	y	Deuteronomio,	«Éstas	(son)	las	palabras».
1.	CONTENIDO
El	 Pentateuco	 es	 una	 colección	 variada	 y	 compleja	 de	 historias	 y	 personajes
notables	 e	 incluye	 muchas	 genealogías	 y	 colecciones	 extensas	 de	 mandamientos	 y
leyes.	La	historia	comienza	con	 la	creación	del	Universo	y	de	 la	humanidad,	y	 llega
hasta	 la	muerte	 de	Moisés,	 aproximadamente	 en	 1210	 a.C.	 Este	material	 puede	 ser
organizado	de	la	siguiente	manera:
1.	De	la	creación	del	mundo	hasta	la	torre	de	Babel	—	Gn	1.1–11.9
2.	La	historia	de	los	patriarcas	—	Gn	11.10–50.26
3.	La	salida	de	Egipto	—	Ex	1.1–15.21
4.	De	Egipto	hasta	el	monte	Sinaí	—	Ex	15.22–18.27
5.	La	revelación	del	Señor	Dios	en	el	monte	Sinaí	—	Ex	19.1–Nm	10.10
6.	Del	monte	Sinaí	hasta	Moab	—	Nm	10.11–21.35
7.	El	pueblo	de	Israel	en	Moab	—	Nm	22–36
8.	La	Ley	de	Dios	para	el	pueblo	de	Israel	—	Dt	1–33
9.	La	muerte	de	Moisés	—	Dt	34
2.	AUTOR	Y	FECHA
En	tiempos	pasados,	tanto	la	tradición	judía	como	la	tradición	cristiana	llamó	a	estos
cinco	libros	«Los	Libros	de	Moisés»,	lo	cual	no	debe	sorprendernos,	pues	comenzando
con	su	nacimiento	(Ex	2.1–2)	y	yendo	hasta	su	muerte	(Dt	34.5)	Moisés	es	 la	 figura
predominante	de	esos	libros.	Moisés,	el	siervo	de	Dios,	fue	el	mayor	profeta	de	Israel,
el	hombre	con	el	cual	Dios	hablaba	cara	a	cara.	Fue	él	quien,	por	medio	de	milagros	y
maravillas	de	Dios,	liberó	al	pueblo	de	Israel	del	cautiverio	en	Egipto	y	los	llevó	a	la
Tierra	prometida.	Fue	por	medio	de	él	como	el	Señor	dio	al	pueblo	de	Israel	todas	sus
leyes	y	mandamientos.
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Pero	eso	no	significa	que	Moisés	haya	escrito	todo	lo	que	está	en	estos	cinco	libros,
desde	 Gn	 1.1	 hasta	 Dt	 34.12.	 Los	 estudiosos	 judíos,	 lo	 mismo	 que	 los	 cristianos,
toman	 en	 cuenta	 factores	 literarios	 e	 históricos	 que	 sugieren	 la	 mano	 de	 varios
escritores	y	redactores	de	esos	libros.	La	existencia	de	dos	o	más	relatos	diferentes	de
una	misma	historia	sugiere	el	uso	de	más	de	una	fuente,	escrita	u	oral.	Un	ejemplo	de
ello	es	la	historia	de	la	creación	del	universo	y	de	la	raza	humana.	El	primer	relato	(Gn
1.1-2.4a)	usa	el	nombre	genérico	elohim,	«Dios»,	para	hablar	acerca	del	Creador:	«En
el	 principio	Dios	 creó	 los	 cielos	 y	 la	 tierra»	 (1.1).	 El	 segundo	 (Gn	2.4b–25)	 usa	 el
nombre	sagrado	del	Dios	de	Israel,	YHWH	elohim,	«el	Señor	Dios»:	«Cuando	el	Señor
Dios	hizo	los	cielos	y	la	tierra...»	(2.4b).	Otro	ejemploes	el	relato	del	diluvio.	En	Gn
6.19–20,	Dios	dice	a	Noé	que	ponga	dentro	del	arca	una	pareja	de	todas	las	especias	de
aves,	de	animales	y	de	seres	que	se	arrastran	por	el	suelo.	Pero,	en	Gn	7.2–3,	el	Señor
Dios	le	dice	a	Noé	que	ponga	siete	parejas	de	cada	especie	de	animal	puro	y	de	aves,	y
una	pareja	de	cada	especie	de	animal	impuro.	Además,	hay	dos	versiones	ligeramente
diferentes	de	 los	diez	mandamientos	 (Ex	20.1–17;	Dt	5.1–21),	 como	 también	 varios
relatos	de	la	institución	de	las	grandes	fiestas	judías	(Ex	23.14–19;	34.18-26;	Lv	23.1–
44;	Dt	16.1–17).
Esos	detalles,	unidos	a	otros	fenómenos	literarios	e	históricos,	han	llevado	a	muchos
estudiosos,	 tanto	 judíos	 como	 cristianos,	 a	 concluir	 que	 el	 Pentateuco,	 como	 lo
tenemos	ahora,	es	el	resultado	de	un	proceso	que	duró	varios	siglos.	Es	posible	que	la
redacción	final	del	Pentateuco	haya	ocurrido	en	el	siglo	Vantes	de	Cristo.
3.	LA	IMPORTANCIA	DEL	PENTATEUCO
Esta	 colección	 de	 cinco	 libros	 narra	 cómo	 es	 que	 comenzó	 la	 vida	 del	 pueblo	 de
Dios.	Pero	estos	libros	deben	leerse	y	estudiarse	no	sólo	por	ser	la	historia	del	pueblo
de	 Israel,	 ya	 que	 tanto	 para	 judíos	 como	para	 cristianos	 son	 también	 fuente	 viva	 de
inspiración	y	fe,	de	la	cual	el	pueblo	de	Dios	necesita	beber.
Para	conmemorar	la	fiesta	de	las	Cosechas	(Dt	26.1–11),	el	padre	israelita	recitaba
una	historia	abreviada	del	pueblo	de	Israel	(v.	5–10),	que	comenzaba	con	Jacob	y	su
familia	y	terminaba	con	el	pueblo	de	Israel,	próspero	y	feliz	e	instalado	ya	en	la	Tierra
prometida.	 Al	 hablar	 de	 Jacob	 y	 de	 sus	 descendientes	 en	 Egipto	 (v.	 5),	 el	 padre
israelita	 usaba	 el	 pronombre	 de	 tercera	 persona,	 pero	 al	 hablar	 del	 sufrimiento	 del
pueblo	de	Israel	en	Egipto	cambiaba	al	pronombre	de	primera	persona:	«los	egipcios
nos	maltrataron...	clamamos	a	Jehová...	oyó	nuestra	voz...	nos	sacó	de	Egipto»	(v.	6–
9).	La	historia	del	pueblo	de	Israel	era	su	historia	de	rescate	y	salvación.	El	 israelita
hacía	 con	esto	una	confesión	de	 fe.	Para	 el	 lector	 cristiano	 la	historia	del	pueblo	de
Israel	es	el	comienzo	de	la	obra	redentora	de	Dios,	que	culminó	con	la	venida	de	su
Siervo,	Jesucristo,	que	nos	libra	del	poder	de	la	muerte	y	nos	da	vida,	la	vida	eterna.
Por	 lo	 tanto,	 leemos	 estos	 libros	 no	 sólo	 para	 conocer	 la	 historia	 del	 pueblo	 de
Israel,	sino	también,	y	sobre	todo,	para	que	crezca	nuestra	fe	en	aquél	que	es	nuestro
Redentor.
4.	EL	MENSAJE	DEL	PENTATEUCO
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El	mensaje	principal	gira	en	torno	al	Señor	Dios	y	su	pueblo.	Él	hace	un	pacto	con
el	pueblo	de	Israel,	al	cual	promete	proteger	y	bendecir,	mientras	que	ellos	prometen
serle	 fieles	 y	 obedecerlo	 en	 todo.	 La	 palabra	 bíblica	 que	 tanto	 en	 hebreo	 como	 en
griego	significa	«pacto»,	se	tradujo	al	latín	como	testamentum,	de	donde	viene	nuestra
palabra	 «testamento».	 El	Antiguo	Testamento	 habla	 acerca	 del	 pacto	 que	Dios	 hizo
con	 su	 pueblo,	 Israel;	 el	Nuevo	Testamento	 habla	 acerca	 del	 nuevo	 pacto	 que	Dios
hizo	con	su	pueblo,	la	iglesia,	y	que	selló	con	la	muerte	de	Jesús	en	la	cruz	(Lc	22.20;
Heb	8.6–13;	9.15-22).
Primero,	Dios	hace	un	pacto	con	Abraham	(Gn	15.17–21;	17.1-27);	luego,	con	Isaac
(Gn	17.19–21;	26.1-5),	y,	más	tarde,	con	Jacob	(Gn	28.10–22;	Ex	2.24;	6.2-4).
En	el	monte	Sinaí	el	Señor	Dios	hace,	por	medio	de	Moisés,	un	pacto	con	el	pueblo
de	Israel	(Ex	24.1–8).	Unos	cuarenta	años	después,	cuando	el	pueblo	está	a	punto	de
entrar	en	la	Tierra	prometida,	Dios	renueva	su	pacto	con	ellos	(Dt	29.10–15).	Aunque
el	pueblo	sea	 infiel,	el	Señor	sigue	siendo	fiel.	Siglos	más	 tarde,	el	profeta	Jeremías
habla	acerca	del	nuevo	pacto	que	Dios	hará	con	su	pueblo	(Jer	31.31–34),	profecía	que
se	cumplió	en	el	pacto	hecho	por	Jesucristo	(Mc	14.22–26;	1	Co	11.23–25).
En	 el	 pacto	 de	 Dios	 con	 Abraham,	 él	 promete	 que	 sus	 descendientes	 tendrán	 su
propia	 tierra,	 donde	vivirán	como	pueblo	del	Señor	 (Gn	12.7;	13.14-17;	17.8).	 Dios
repite	esa	promesa	a	Isaac	(Gn	26.2–4)	y	a	Jacob	(Gn	28.13–15;	35.12).	Es	allí	donde
el	santo	Dios	habitará	con	su	pueblo.	Por	lo	tanto,	la	tierra	tendría	que	ser	santa,	como
santo	era	el	tabernáculo	de	reunión	donde	Dios	habitó	con	su	pueblo	durante	cuarenta
años	(Ex	40.9–10).
Como	 parte	 de	 ese	 pacto,	 el	 pueblo	 de	 Dios	 es	 santo.	 El	 santo	 Dios	 (Lv	 20.26;
22.31-33)	quiere	que	su	pueblo	sea	santo,	es	decir,	que	ellos	lo	adoren	y	le	sirvan	sólo
a	él,	y	que	obedezcan	todas	sus	leyes	(Lv	11.44–45;	19.2;	20.7-8;	21.8).	Por	medio	de
su	pueblo,	el	santo	Dios	bendecirá	a	todos	los	pueblos	del	mundo	(Gn	12.1–3).
Ésta	es	la	promesa	y	la	esperanza	que	el	Pentateuco	nos	ofrece.
35
LIBRO	PRIMERO	DE	MOISÉS
GÉNESIS
1	2	3	4	5	6	7	8	9	10	11	12	13	14	15	16	17	18	19	20	21	22	23	24	25	26	27	28	29	30
31	32	33	34	35	36	37	38	39	40	41	42	43	44	45	46	47	48	49	50
INTRODUCCIÓN
La	palabra	Génesis	significa	«principio».	Este	libro	toma	su	nombre	de	la	antigua
versión	 griega	 llamada	 Septuaginta.	 En	 el	 AT	 hebreo	 se	 le	 conoce	 como	 «En	 el
comienzo»,	que	es	la	primera	palabra	del	libro.	De	hecho,	este	libro	narra	el	comienzo
de	varias	cosas:	el	mundo,	los	seres	humanos	y,	 también,	el	pecado	y	el	sufrimiento.
Génesis	es,	sobre	todo,	un	libro	en	el	que	Dios	actúa.	Es	él	quien	crea	el	mundo	y	a
todos	los	seres	vivientes,	y	quien	cuida	de	todos	y	protege	y	guía	a	su	pueblo.
1.	CONTENIDO
El	libro	de	Génesis	se	divide	en	dos	partes.	La	primera,	que	va	del	capítulo	1	al	11,
narra	 cómo	 Dios	 creó	 todo	 lo	 que	 existe,	 incluyendo	 la	 raza	 humana	 (Sal	 33.6,	 9;
148.5–6;	Heb	11.3).	Aquí	se	encuentran	las	historias	de	Adán	y	Eva,	de	Caín	y	Abel,
de	Noé	y	el	diluvio,	y	de	la	torre	de	Babel.	La	primera	parte	del	libro	termina	con	una
lista	 de	 los	 descendientes	 de	 Sem,	 hijo	 de	 Noé	 (11.10–26),	 y	 con	 una	 lista	 de	 los
descendientes	de	Tera,	padre	de	Abram	(11.27–32).
La	 segunda	parte,	 que	 va	 del	 capítulo	 12	al	50,	 narra	 la	 historia	 de	 los	 patriarcas
hebreos:	Abraham,	Isaac,	Jacob	y	sus	doce	hijos,	 los	cuales	dieron	origen	a	 las	doce
tribus	de	Israel.	En	sus	últimos	capítulos	el	libro	narra	la	historia	de	José,	que	fue	uno
de	 los	hijos	de	Jacob	y	que	hizo	que	su	padre,	sus	hermanos	y	sus	familias	 fueran	a
vivir	en	Egipto.	Termina	el	libro	con	la	muerte	de	José	en	Egipto.
2.	AUTOR	Y	FECHA
Véase	«Introducción	al	Pentateuco»
3.	MENSAJE
3.1.	Dios	es	el	creador	y	Señor	del	Universo	El	Dios	del	pueblo	de	Israel	creó	todo
lo	que	existe	y	es	él	quien	manda	en	este	mundo.	Dios	tiene	un	plan	para	la	humanidad
y	 escoge	 al	 pueblo	 de	 Israel	 como	 su	 instrumento	 para	 cumplir	 su	 voluntad.	 Dios
puede	incluso	usar	los	errores	y	pecados	humanos	para	llevar	adelante	su	plan	(40.4–8;
50.20).
36
3.2.	Dios	y	la	humanidad	Dios	creó	a	los	seres	humanos	«a	su	imagen»	(1.27).	Es
decir,	 que	 el	 ser	 humano	 puede	 tener	 una	 relación	 personal	 con	Dios,	 como	 la	 que
existe	entre	padres	e	hijos.	Dios	le	dio	a	los	seres	humanos	poder	sobre	todas	las	otras
criaturas	 (1.28;	 Sal	 8.5–8).	 El	 ser	 humano	 fue	 creado	 libre,	 pero,	 al	 desobedecer	 a
Dios,	sufre	las	consecuencias	de	su	pecado	(cap.	3;	11.1–9).
3.3.	 El	 pacto	 Dios	 ama	 y	 quiere	 cuidar	 no	 solamente	 al	 pueblo	 de	 Israel,	 sino
también	 a	 todo	 el	 género	 humano.	 Después	 de	 que	 el	 diluvio	 acabó	 con	 toda	 la
humanidad,	excepción	hecha	de	Noé	y	su	familia,	Dios	hizo	un	pacto,	un	acuerdo	con
Noé	 y	 con	 toda	 la	 humanidad,	 en	 el	 que	 prometió	 que	 jamás	 volvería	 a	mandar	 un
diluvio	sobre	la	tierra	(9.8–17).
En	ese	pacto	entre	Dios	y	su	pueblo	escogido,	Dios	promete	bendecirlos	y	guiarlos,
y	espera	que	su	pueblo	le	sea	obediente.	Primero,	él	hace	un	pacto	con	Abram	(15.18–
21;	17.1–8),	 después,	 con	 Isaac	 (17.21;	26.2–5)	 y	más	 tarde,	 con	 Jacob	 (28.13–15).
Una	promesa	muy	importante	de	ese	pacto	es	que	Dios	daría	a	su	pueblo	una	tierra	que
para	 siempre	 sería	 de	 ellos.	Tal	 es	 la	 promesa	 de	Dios	 a	Abraham	 (12.7;	 13.14–17;
15.18–21;	 17.8),	 a	 Isaac	 (26.2–9)	 y	 a	 Jacob(28.13–15;	 35.12).	 El	 libro	 termina
recordando	a	los	hebreos	que	ellos	volverían	a	la	Tierra	prometida.
4.	ESQUEMA	DE	CONTENIDO
Principio	1.1—11.32
1.	Creación	del	universo	y	de	la	raza	humana	1.1—2.25
2.	Comienzo	del	pecado	y	del	sufrimiento	3.1–24
3.	Desde	Adán	hasta	Noé	4.1—5.32
4.	Noé	y	el	diluvio	6.1—10.32
5.	La	torre	de	Babel	11.1–9
6.	Desde	Sem	hasta	Abraham	11.10–32
Los	patriarcas	hebreos	12.1—50.26
1.	Abraham	12.1—25.18
2.	Isaac	25.19—26.35
3.	Jacob	27.1—36.43
4.	José	y	sus	hermanos	37.1—50.26
37
Capítulo	1
1	2	3	4	5	6	7	8	9	10	11	12	13	14	15	16	17	18	19	20	21	22	23	24	25	26	27	28	29	30
31
La	creación
1.1—2.3	En	un	período	de	seis	días,	Dios	crea	el	universo	y	a	la	raza	humana	(1.1—2.1).	En	los	primeros	cuatro	días	crea	el	universo	(v.	3–19);	en	el
quinto	día,	Dios	crea	las	aves	y	los	seres	marinos	(v.	20–23);	y	en	el	sexto	día,	crea	 los	animales	 terrestres	y	a	 la	raza	humana	(v.	24–31).	Con	 la
excepción	del	segundo	día	(v.	6–8),	el	relato	de	cada	día	de	la	creación	termina	con	la	afirmación	de	que	«Dios	vio	que	lo	que	había	hecho	era	bueno»
(v.	4,	10,	12,	18,	21,	25,	31).	En	el	séptimo	día,	Dios	descansó	y	bendijo	aquel	día	como	un	día	sagrado	(2.2–3).
1	†	En	el	principio	creó	Dios	los	cielos	y	la	tierra.
2	†	Y	 la	 tierra	 estaba	desordenada	y	vacía,	y	 las	 tinieblas	estaban	 sobre	 la	 faz	del
abismo,	y	el	Espíritu	de	Dios	se	movía	sobre	la	faz	de	las	aguas.
3	†	Y	dijo	Dios:	Sea	la	luz;a	y	fue	la	luz.
4	†	Y	vio	Dios	que	la	luz	era	buena;	y	separó	Dios	la	luz	de	las	tinieblas.
5	†	Y	 llamó	Dios	 a	 la	 luz	Día,	 y	 a	 las	 tinieblas	 llamó	Noche.	Y	 fue	 la	 tarde	 y	 la
mañana	un	día.
6	†	Luego	dijo	Dios:	Haya	expansión	en	medio	de	las	aguas,	y	separe	las	aguas	de
las	aguas.
7	†	E	hizo	Dios	la	expansión,	y	separó	las	aguas	que	estaban	debajo	de	la	expansión,
de	las	aguas	que	estaban	sobre	la	expansión.	Y	fue	así.
8	Y	llamó	Dios	a	la	expansión	Cielos.b	Y	fue	la	tarde	y	la	mañana	el	día	segundo.
9	Dijo	también	Dios:	Júntense	las	aguas	que	están	debajo	de	los	cielos	en	un	lugar,	y
descúbrase	lo	seco.	Y	fue	así.
10	†	Y	llamó	Dios	a	lo	seco	Tierra,	y	a	la	reunión	de	las	aguas	llamó	Mares.	Y	vio
Dios	que	era	bueno.
11	Después	dijo	Dios:	Produzca	la	tierra	hierba	verde,	hierba	que	dé	semilla;	árbol
de	fruto	que	dé	fruto	según	su	género,	que	su	semilla	esté	en	él,	sobre	la	tierra.	Y	fue
así.
12	Produjo,	pues,	la	tierra	hierba	verde,	hierba	que	da	semilla	según	su	naturaleza,	y
árbol	que	da	fruto,	cuya	semilla	está	en	él,	según	su	género.	Y	vio	Dios	que	era	bueno.
13	Y	fue	la	tarde	y	la	mañana	el	día	tercero.
14	†	Dijo	luego	Dios:	Haya	lumbreras	en	la	expansión	de	los	cielos	para	separar	el
día	de	la	noche;	y	sirvan	de	señales	para	las	estaciones,	para	días	y	años,
15	y	sean	por	lumbreras	en	la	expansión	de	los	cielos	para	alumbrar	sobre	la	tierra.	Y
fue	así.
16	E	hizo	Dios	las	dos	grandes	lumbreras;	la	lumbrera	mayor	para	que	señorease	en
el	día,	y	la	lumbrera	menor	para	que	señorease	en	la	noche;	hizo	también	las	estrellas.
38
17	†	Y	las	puso	Dios	en	la	expansión	de	los	cielos	para	alumbrar	sobre	la	tierra,
18	y	para	señorear	en	el	día	y	en	la	noche,	y	para	separar	la	luz	de	las	tinieblas.	Y	vio
Dios	que	era	bueno.
19	Y	fue	la	tarde	y	la	mañana	el	día	cuarto.
20	Dijo	Dios:	Produzcan	las	aguas	seres	vivientes,	y	aves	que	vuelen	sobre	la	tierra,
en	la	abierta	expansión	de	los	cielos.
21	†	Y	creó	Dios	los	grandes	monstruos	marinos,	y	todo	ser	viviente	que	se	mueve,
que	 las	aguas	produjeron	según	su	género,	y	 toda	ave	alada	según	su	especie.	Y	vio
Dios	que	era	bueno.
22	†	Y	Dios	los	bendijo,	diciendo:	Fructificad	y	multiplicaos,	y	llenad	las	aguas	en
los	mares,	y	multiplíquense	las	aves	en	la	tierra.
23	Y	fue	la	tarde	y	la	mañana	el	día	quinto.
24	†	Luego	dijo	Dios:	Produzca	la	 tierra	seres	vivientes	según	su	género,	bestias	y
serpientes	y	animales	de	la	tierra	según	su	especie.	Y	fue	así.
25	E	hizo	Dios	animales	de	la	tierra	según	su	género,	y	ganado	según	su	género,	y
todo	animal	que	se	arrastra	sobre	la	tierra	según	su	especie.	Y	vio	Dios	que	era	bueno.
26	†	Entonces	dijo	Dios:	Hagamos	al	hombre	a	nuestra	imagen,c	conforme	a	nuestra
semejanza;	y	señoree	en	los	peces	del	mar,	en	las	aves	de	los	cielos,	en	las	bestias,	en
toda	la	tierra,	y	en	todo	animal	que	se	arrastra	sobre	la	tierra.
27	†	Y	creó	Dios	al	hombre	a	su	imagen,	a	imagen	de	Dios	lo	creó;	varón	y	hembra
los	creó.d
28	 Y	 los	 bendijo	 Dios,e	 y	 les	 dijo:	 Fructificad	 y	 multiplicaos;	 llenad	 la	 tierra,	 y
sojuzgadla,	y	señoread	en	los	peces	del	mar,	en	las	aves	de	los	cielos,	y	en	todas	las
bestias	que	se	mueven	sobre	la	tierra.
29	†	Y	dijo	Dios:	He	aquí	que	os	he	dado	toda	planta	que	da	semilla,	que	está	sobre
toda	la	tierra,	y	todo	árbol	en	que	hay	fruto	y	que	da	semilla;	os	serán	para	comer.
30	Y	a	 toda	bestia	de	 la	 tierra,	y	a	 todas	 las	aves	de	 los	cielos,	y	a	 todo	 lo	que	se
arrastra	sobre	la	tierra,	en	que	hay	vida,	toda	planta	verde	les	será	para	comer.	Y	fue
así.
31	†	Y	vio	Dios	todo	lo	que	había	hecho,	y	he	aquí	que	era	bueno	en	gran	manera.	Y
fue	la	tarde	y	la	mañana	el	día	sexto.
39
Capítulo	2
1	2	3	4	5	6	7	8	9	10	11	12	13	14	15	16	17	18	19	20	21	22	23	24	25
1	Fueron,	pues,	acabados	los	cielos	y	la	tierra,	y	todo	el	ejército	de	ellos.
2	†	Y	acabó	Dios	en	el	día	séptimo	la	obra	que	hizo;	y	reposó	el	día	séptimo	de	toda
la	obra	que	hizo.a
3	Y	bendijo	Dios	al	día	séptimo,	y	lo	santificó,b	porque	en	él	reposó	de	toda	la	obra
que	había	hecho	en	la	creación.
El	hombre	en	el	huerto	de	Edén
2.4–25	En	este	relato	de	la	creación,	Dios	forma	al	primer	hombre	(v.	7),	planta	un	jardín	y	pone	al	hombre	allí	para	que	lo	cuide	(v.	8–17);	sólo	más
adelante	Dios	forma	a	la	primera	mujer	(v.	21–25).
4	†	Éstos	son	los	orígenes	de	los	cielos	y	de	la	tierra	cuando	fueron	creados,	el	día	que
Jehová	Dios	hizo	la	tierra	y	los	cielos,
5	y	toda	planta	del	campo	antes	que	fuese	en	la	tierra,	y	toda	hierba	del	campo	antes
que	naciese;	porque	 Jehová	Dios	 aún	no	había	hecho	 llover	 sobre	 la	 tierra,	 ni	 había
hombre	para	que	labrase	la	tierra,
6	sino	que	subía	de	la	tierra	un	vapor,	el	cual	regaba	toda	la	faz	de	la	tierra.
7	†	Entonces	Jehová	Dios	formó	al	hombre	del	polvo	de	la	tierra,	y	sopló	en	su	nariz
aliento	de	vida,	y	fue	el	hombre	un	ser	viviente.c
8	†	Y	Jehová	Dios	plantó	un	huerto	en	Edén,	al	oriente;	y	puso	allí	al	hombre	que
había	formado.
9	†	Y	Jehová	Dios	hizo	nacer	de	la	tierra	todo	árbol	delicioso	a	la	vista,	y	bueno	para
comer;	también	el	árbol	de	vidad	en	medio	del	huerto,	y	el	árbol	de	la	ciencia	del	bien
y	del	mal.
10	Y	salía	de	Edén	un	río	para	regar	el	huerto,	y	de	allí	se	repartía	en	cuatro	brazos.
11	†	El	nombre	del	uno	era	Pisón;	éste	es	el	que	rodea	toda	la	tierra	de	Havila,	donde
hay	oro;
12	y	el	oro	de	aquella	tierra	es	bueno;	hay	allí	también	bedelio	y	ónice.
13	†	El	nombre	del	segundo	río	es	Gihón;	éste	es	el	que	rodea	toda	la	tierra	de	Cus.
14	Y	el	nombre	del	tercer	río	es	Hidekel;	éste	es	el	que	va	al	oriente	de	Asiria.	Y	el
cuarto	río	es	el	éufrates.
15	Tomó,	pues,	Jehová	Dios	al	hombre,	y	lo	puso	en	el	huerto	de	Edén,	para	que	lo
labrara	y	lo	guardase.
16	†	Y	mandó	 Jehová	Dios	 al	 hombre,	 diciendo:	De	 todo	 árbol	 del	 huerto	 podrás
comer;
40
17	†	mas	del	árbol	de	la	ciencia	del	bien	y	del	mal	no	comerás;	porque	el	día	que	de
él	comieres,	ciertamente	morirás.
18	†	Y	dijo	Jehová	Dios:	No	es	bueno	que	el	hombre	esté	solo;	le	haré	ayuda	idónea
para	él.
19	†	Jehová	Dios	formó,	pues,	de	la	tierra	toda	bestia	del	campo,	y	toda	ave	de	los
cielos,	y	las	trajo	a	Adán	para	que	viese	cómo	las	había	de	llamar;	y	todo	lo	que	Adán
llamó	a	los	animales	vivientes,	ése	es	su	nombre.
20	†	 Y	 puso	Adán	 nombre	 a	 toda	 bestia	 y	 ave	 de	 los	 cielos	 y	 a	 todo	 ganado	 del
campo;	mas	para	Adán	no	se	halló	ayuda	idónea	para	él.
21	 Entonces	 Jehová	 Dios	 hizo	 caer	 sueño	 profundo	 sobre	 Adán,	 y	 mientras	 éste
dormía,	tomó	una	de	sus	costillas,	y	cerró	la	carne	en	su	lugar.
22	†	Y	de	la	costilla	que	Jehová	Dios	tomó	del	hombre,hizo	una	mujer,	y	la	trajo	al
hombre.
23	†	Dijo	entonces	Adán:	Esto	es	ahora	hueso	de	mis	huesos	y	carne	de	mi	carne;
ésta	será	llamada	Varona,	porque	del	varón	fue	tomada.
24	†	Por	 tanto,	dejará	el	hombre	a	su	padre	y	a	su	madre,	y	se	unirá	a	su	mujer,	y
serán	una	sola	carne.e
25	†	Y	estaban	ambos	desnudos,	Adán	y	su	mujer,	y	no	se	avergonzaban.
41
Capítulo	3
1	2	3	4	5	6	7	8	9	10	11	12	13	14	15	16	17	18	19	20	21	22	23	24
Desobediencia	del	hombre
3.1–24	Este	pasaje	muestra	cómo	el	pecado	entró	en	el	mundo	(Ro	5.12).	También	enseña	que	el	ser	humano	es	responsable	por	sus	acciones	y	sufre
las	consecuencias	cuando	desobedece	el	mandamiento	de	Dios	(Gl	6.7–8).	No	puede	culpar	a	los	demás,	ni	al	mismo	diablo.
1	†	Pero	la	serpientea	era	astuta,	más	que	todos	los	animales	del	campo	que	Jehová
Dios	había	hecho;	 la	cual	dijo	a	 la	mujer:	¿Conque	Dios	os	ha	dicho:	No	comáis	de
todo	árbol	del	huerto?
2	Y	la	mujer	respondió	a	la	serpiente:	Del	fruto	de	los	árboles	del	huerto	podemos
comer;
3	†	pero	del	fruto	del	árbol	que	está	en	medio	del	huerto	dijo	Dios:	No	comeréis	de
él,	ni	le	tocaréis,	para	que	no	muráis.
4	†	Entonces	la	serpiente	dijo	a	la	mujer:	No	moriréis;
5	†	sino	que	sabe	Dios	que	el	día	que	comáis	de	él,	serán	abiertos	vuestros	ojos,	y
seréis	como	Dios,	sabiendo	el	bien	y	el	mal.
6	†	Y	vio	la	mujer	que	el	árbol	era	bueno	para	comer,	y	que	era	agradable	a	los	ojos,
y	 árbol	 codiciable	 para	 alcanzar	 la	 sabiduría;	 y	 tomó	 de	 su	 fruto,	 y	 comió;	 y	 dio
también	a	su	marido,	el	cual	comió	así	como	ella.
7	†	Entonces	fueron	abiertos	los	ojos	de	ambos,	y	conocieron	que	estaban	desnudos;
entonces	cosieron	hojas	de	higuera,	y	se	hicieron	delantales.
8	Y	oyeron	la	voz	de	Jehová	Dios	que	se	paseaba	en	el	huerto,	al	aire	del	día;	y	el
hombre	y	su	mujer	se	escondieron	de	la	presencia	de	Jehová	Dios	entre	los	árboles	del
huerto.
9	Mas	Jehová	Dios	llamó	al	hombre,	y	le	dijo:	¿Dónde	estás	tú?
10	†	Y	él	respondió:	Oí	tu	voz	en	el	huerto,	y	tuve	miedo,	porque	estaba	desnudo;	y
me	escondí.
11	Y	Dios	le	dijo:	¿Quién	te	enseñó	que	estabas	desnudo?	¿Has	comido	del	árbol	de
que	yo	te	mandé	no	comieses?
12	†	Y	el	hombre	respondió:	La	mujer	que	me	diste	por	compañera	me	dio	del	árbol,
y	yo	comí.
13	†	 Entonces	 Jehová	Dios	 dijo	 a	 la	mujer:	 ¿Qué	 es	 lo	 que	 has	 hecho?	Y	 dijo	 la
mujer:	La	serpiente	me	engañó,b	y	comí.
14	†	Y	Jehová	Dios	dijo	a	 la	serpiente:	Por	cuanto	esto	hiciste,	maldita	serás	entre
todas	las	bestias	y	entre	todos	los	animales	del	campo;	sobre	tu	pecho	andarás,	y	polvo
comerás	todos	los	días	de	tu	vida.
15	†	Y	pondré	enemistad	entre	ti	y	la	mujer,	y	entre	tu	simiente	y	la	simiente	suya;
42
ésta	te	herirá	en	la	cabeza,	y	tú	le	herirás	en	el	calcañar.
16	†	A	la	mujer	dijo:	Multiplicaré	en	gran	manera	los	dolores	en	tus	preñeces;	con
dolor	darás	a	luz	los	hijos;	y	tu	deseo	será	para	tu	marido,	y	él	se	enseñoreará	de	ti.
17	†	Y	 al	 hombre	dijo:	Por	 cuanto	obedeciste	 a	 la	 voz	de	 tu	mujer,	 y	 comiste	 del
árbol	de	que	te	mandé	diciendo:	No	comerás	de	él;	maldita	será	la	tierra	por	tu	causa;
con	dolor	comerás	de	ella	todos	los	días	de	tu	vida.
18	Espinos	y	cardos	te	producirá,c	y	comerás	plantas	del	campo.
19	†	Con	el	sudor	de	tu	rostro	comerás	el	pan	hasta	que	vuelvas	a	la	tierra,	porque	de
ella	fuiste	tomado;	pues	polvo	eres,	y	al	polvo	volverás.
20	†	Y	llamó	Adán	el	nombre	de	su	mujer,	Eva,	por	cuanto	ella	era	madre	de	todos
los	vivientes.
21	†	Y	Jehová	Dios	hizo	al	hombre	y	a	su	mujer	túnicas	de	pieles,	y	los	vistió.
22	†	Y	dijo	Jehová	Dios:	He	aquí	el	hombre	es	como	uno	de	nosotros,	sabiendo	el
bien	y	el	mal;	 ahora,	pues,	que	no	alargue	su	mano,	y	 tome	 también	del	árbol	de	 la
vida,d	y	coma,	y	viva	para	siempre.
23	Y	lo	sacó	Jehová	del	huerto	de	Edén,	para	que	labrase	la	tierra	de	que	fue	tomado.
24	†	Echó,	pues,	fuera	al	hombre,	y	puso	al	oriente	del	huerto	de	Edén	querubines,	y
una	 espada	 encendida	 que	 se	 revolvía	 por	 todos	 lados,	 para	 guardar	 el	 camino	 del
árbol	de	la	vida.
43
Capítulo	4
1	2	3	4	5	6	7	8	9	10	11	12	13	14	15	16	17	18	19	20	21	22	23	24	25	26
Caín	y	Abel
4.1–16	Después	del	primer	pecado	(3.6),	 en	 seguida	 surgen	otros	pecados:	 la	 envidia,	 el	 odio	y	 el	 asesinato.	La	muerte	 comienza	 a	dominar	 a	 la
humanidad	(Ro	5.12).
1	†	Conoció	Adán	a	su	mujer	Eva,	 la	cual	concibió	y	dio	a	luz	a	Caín,	y	dijo:	Por
voluntad	de	Jehová	he	adquirido	varón.
2	†	Después	dio	a	luz	a	su	hermano	Abel.	Y	Abel	fue	pastor	de	ovejas,	y	Caín	fue
labrador	de	la	tierra.
3	Y	aconteció	andando	el	tiempo,	que	Caín	trajo	del	fruto	de	la	tierra	una	ofrenda	a
Jehová.
4	†	Y	Abel	trajo	también	de	los	primogénitos	de	sus	ovejas,	de	lo	más	gordo	de	ellas.
Y	miró	Jehová	con	agrado	a	Abel	y	a	su	ofrenda;a
5	 pero	no	miró	con	agrado	a	Caín	y	a	 la	ofrenda	 suya.	Y	se	ensañó	Caín	en	gran
manera,	y	decayó	su	semblante.
6	Entonces	Jehová	dijo	a	Caín:	¿Por	qué	te	has	ensañado,	y	por	qué	ha	decaído	tu
semblante?
7	†	Si	bien	hicieres,	¿no	serás	enaltecido?	y	si	no	hicieres	bien,	el	pecado	está	a	la
puerta;	con	todo	esto,	a	ti	será	su	deseo,	y	tú	te	enseñorearás	de	él.
8	†	Y	dijo	Caín	a	 su	hermano	Abel:	Salgamos	al	campo.	Y	aconteció	que	estando
ellos	en	el	campo,	Caín	se	levantó	contra	su	hermano	Abel,	y	lo	mató.b
9	†	Y	 Jehová	 dijo	 a	Caín:	 ¿Dónde	 está	Abel	 tu	 hermano?	Y	 él	 respondió:	No	 sé.
¿Soy	yo	acaso	guarda	de	mi	hermano?
10	†	Y	él	 le	dijo:	¿Qué	has	hecho?	La	voz	de	 la	sangre	de	 tu	hermano	clama	a	mí
desde	la	tierra.
11	 Ahora,	 pues,	maldito	 seas	 tú	 de	 la	 tierra,	 que	 abrió	 su	 boca	 para	 recibir	 de	 tu
mano	la	sangre	de	tu	hermano.
12	Cuando	labres	la	tierra,	no	te	volverá	a	dar	su	fuerza;	errante	y	extranjero	serás	en
la	tierra.
13	Y	dijo	Caín	a	Jehová:	Grande	es	mi	castigo	para	ser	soportado.
14	He	aquí	me	echas	hoy	de	la	tierra,	y	de	tu	presencia	me	esconderé,	y	seré	errante
y	extranjero	en	la	tierra;	y	sucederá	que	cualquiera	que	me	hallare,	me	matará.
15	†	Y	le	respondió	Jehová:	Ciertamente	cualquiera	que	matare	a	Caín,	siete	veces
será	castigado.	Entonces	Jehová	puso	señal	en	Caín,	para	que	no	lo	matase	cualquiera
que	le	hallara.
44
16	†	Salió,	pues,	Caín	de	delante	de	Jehová,	y	habitó	en	tierra	de	Nod,	al	oriente	de
Edén.
4.17–24	 Esta	 lista	 de	 descendientes	 de	Caín	 incluye	 siete	 generaciones.	Caín	 y	 sus	 descendientes	 son	 considerados	 los	 fundadores	 de	 la	 primera
«cultura»:	edificó	una	ciudad	(v.	17);	fue	el	antepasado	de	los	que	crían	ganado	(v.	20);	fue	el	antepasado	de	todos	los	músicos	(v.	21);	 también	fue
herrero	(v.	22).	Todo	eso	es	parte	de	la	bendición	de	Dios	registrada	en	Gn	1.28.
17	†	Y	 conoció	Caín	 a	 su	mujer,	 la	 cual	 concibió	 y	 dio	 a	 luz	 a	Enoc;	 y	 edificó	 una
ciudad,	y	llamó	el	nombre	de	la	ciudad	del	nombre	de	su	hijo,	Enoc.
18	 Y	 a	 Enoc	 le	 nació	 Irad,	 e	 Irad	 engendró	 a	Mehujael,	 y	Mehujael	 engendró	 a
Metusael,	y	Metusael	engendró	a	Lamec.
19	Y	Lamec	tomó	para	sí	dos	mujeres;	el	nombre	de	la	una	fue	Ada,	y	el	nombre	de
la	otra,	Zila.
20	Y	Ada	dio	a	luz	a	Jabal,	el	cual	fue	padre	de	los	que	habitan	en	tiendas	y	crían
ganados.
21	Y	el	nombre	de	su	hermano	fue	Jubal,	el	cual	fue	padre	de	 todos	 los	que	 tocan
arpa	y	flauta.
22	Y	Zila	también	dio	a	luz	a	Tubal-caín,	artífice	de	toda	obra	de	bronce	y	de	hierro;
y	la	hermana	de	Tubal-caín	fue	Naama.
23	†	Y	dijo	Lamec	a	sus	mujeres:
Ada	y	Zila,	oíd	mi	voz;
Mujeres	de	Lamec,	escuchad	mi	dicho:
Que	un	varón	mataré	por	mi	herida,
Y	un	joven	por	mi	golpe.
24	†	Si	siete	veces	será	vengado	Caín,
Lamec	en	verdad	setenta	veces	siete	lo	será.
25	†	 Y	 conoció	 de	 nuevo	Adán	 a	 su	mujer,	 la	 cual	 dio	 a	 luz	 un	 hijo,	 y	 llamó	 su
nombre	 Set:	 Porque	Dios	 (dijo	 ella)	me	 ha	 sustituido	 otro	 hijo	 en	 lugar	 de	Abel,	 a
quien	mató	Caín.
26	 †	 Y	 a	 Set	 también	 le	 nació	 un	 hijo,	 y	 llamó	 su	 nombre	 Enós.	 Entonces	 los
hombres	comenzaron	a	invocar	el	nombre	de	Jehová.
45
Capítulo	5
1	2	3	4	5	6	7	8	9	10	11	12	13	14	15	16	17	18	19	20	21	22	23	24	25	26	27	28	29	3031	32
Los	descendientes	de	Adán
(1.1–4)
5.1–32	Esta	lista	de	los	descendientes	de	Adán	incluye	diez	generaciones	y	abarca	desde	Adán	hasta	Noé.	La	persona	de	más	edad	entre	los	hombres
citados	es	Matusalén	(v.	25–27),	el	cual	vivió	969	años;	el	más	joven	es	Enoc	(v.	21–24),	que	tenía	365	años	cuando	Dios	se	lo	llevó.
1	†	Éste	es	el	libro	de	las	generaciones	de	Adán.	El	día	en	que	creó	Dios	al	hombre,
a	semejanza	de	Dios	lo	hizo.
2	†	Varón	y	hembra	los	creó;a	y	los	bendijo,b	y	llamó	el	nombre	de	ellos	Adán,	el	día
en	que	fueron	creados.
3	†	Y	vivió	Adán	ciento	treinta	años,	y	engendró	un	hijo	a	su	semejanza,	conforme	a
su	imagen,	y	llamó	su	nombre	Set.
4	 Y	 fueron	 los	 días	 de	 Adán	 después	 que	 engendró	 a	 Set,	 ochocientos	 años,	 y
engendró	hijos	e	hijas.
5	Y	fueron	todos	los	días	que	vivió	Adán	novecientos	treinta	años;	y	murió.
6	Vivió	Set	ciento	cinco	años,	y	engendró	a	Enós.
7	 Y	 vivió	 Set,	 después	 que	 engendró	 a	 Enós,	 ochocientos	 siete	 años,	 y	 engendró
hijos	e	hijas.
8	Y	fueron	todos	los	días	de	Set	novecientos	doce	años;	y	murió.
9	Vivió	Enós	noventa	años,	y	engendró	a	Cainán.
10	 Y	 vivió	 Enós,	 después	 que	 engendró	 a	 Cainán,	 ochocientos	 quince	 años,	 y
engendró	hijos	e	hijas.
11	Y	fueron	todos	los	días	de	Enós	novecientos	cinco	años;	y	murió.
12	Vivió	Cainán	setenta	años,	y	engendró	a	Mahalaleel.
13	Y	vivió	Cainán,	después	que	engendró	a	Mahalaleel,	ochocientos	cuarenta	años,	y
engendró	hijos	e	hijas.
14	Y	fueron	todos	los	días	de	Cainán	novecientos	diez	años;	y	murió.
15	Vivió	Mahalaleel	sesenta	y	cinco	años,	y	engendró	a	Jared.
16	Y	vivió	Mahalaleel,	 después	 que	 engendró	 a	 Jared,	 ochocientos	 treinta	 años,	 y
engendró	hijos	e	hijas.
17	Y	fueron	todos	los	días	de	Mahalaleel	ochocientos	noventa	y	cinco	años;	y	murió.
18	Vivió	Jared	ciento	sesenta	y	dos	años,	y	engendró	a	Enoc.
19	Y	vivió	Jared,	después	que	engendró	a	Enoc,	ochocientos	años,	y	engendró	hijos
46
e	hijas.
20	Y	fueron	todos	los	días	de	Jared	novecientos	sesenta	y	dos	años;	y	murió.
21	†	Vivió	Enoc	sesenta	y	cinco	años,	y	engendró	a	Matusalén.
22	†	Y	caminó	Enoc	con	Dios,	después	que	engendró	a	Matusalén,	trescientos	años,
y	engendró	hijos	e	hijas.
23	Y	fueron	todos	los	días	de	Enoc	trescientos	sesenta	y	cinco	años.
24	†	Caminó,	pues,	Enoc	con	Dios,c	y	desapareció,	porque	le	llevó	Dios.
25	Vivió	Matusalén	ciento	ochenta	y	siete	años,	y	engendró	a	Lamec.
26	 Y	 vivió	Matusalén,	 después	 que	 engendró	 a	 Lamec,	 setecientos	 ochenta	 y	 dos
años,	y	engendró	hijos	e	hijas.
27	Fueron,	pues,	 todos	 los	días	de	Matusalén	novecientos	sesenta	y	nueve	años;	y
murió.
28	Vivió	Lamec	ciento	ochenta	y	dos	años,	y	engendró	un	hijo;
29	 †	 y	 llamó	 su	 nombre	 Noé,	 diciendo:	 éste	 nos	 aliviará	 de	 nuestras	 obras	 y	 del
trabajo	de	nuestras	manos,	a	causa	de	la	tierra	que	Jehová	maldijo.
30	Y	vivió	Lamec,	después	que	engendró	a	Noé,	quinientos	noventa	y	cinco	años,	y
engendró	hijos	e	hijas.
31	Y	fueron	todos	los	días	de	Lamec	setecientos	setenta	y	siete	años;	y	murió.
32	Y	siendo	Noé	de	quinientos	años,	engendró	a	Sem,	a	Cam	y	a	Jafet.
47
Capítulo	6
1	2	3	4	5	6	7	8	9	10	11	12	13	14	15	16	17	18	19	20	21	22
La	maldad	de	los	hombres
6.1–8	Aquí	comienza	un	nuevo	capítulo	en	la	historia	de	la	humanidad,	la	cual	llega	a	tal	grado	de	maldad	que	Dios	decide	acabar	no	sólo	con	todos
los	seres	humanos	sino,	también,	con	todos	los	animales	y	las	aves.	únicamente	Noé	y	su	familia	se	salvan.
1	Aconteció	que	cuando	comenzaron	los	hombres	a	multiplicarse	sobre	la	faz	de	la
tierra,	y	les	nacieron	hijas,
2	 †	 que	 viendo	 los	 hijos	 de	 Dios	 que	 las	 hijas	 de	 los	 hombres	 eran	 hermosas,
tomaron	para	sí	mujeres,	escogiendo	entre	todas.
3	†	Y	dijo	Jehová:	No	contenderá	mi	espíritu	con	el	hombre	para	siempre,	porque
ciertamente	él	es	carne;	mas	serán	sus	días	ciento	veinte	años.
4	†	Había	gigantes	en	la	tierra	en	aquellos	días,a	y	también	después	que	se	llegaron
los	hijos	de	Dios	a	las	hijas	de	los	hombres,	y	les	engendraron	hijos.	éstos	fueron	los
valientes	que	desde	la	antigüedad	fueron	varones	de	renombre.
5	Y	vio	 Jehová	que	 la	maldad	de	 los	 hombres	 era	mucha	 en	 la	 tierra,	 y	 que	 todo
designio	de	los	pensamientos	del	corazón	de	ellos	era	de	continuo	solamente	el	mal.
Pacto	con	Dios
Con	Noé:	Gn	6.18;	9.9-17
Com	Abraham,	Isaac	y	Jacob:	Gn	15.18–19;	17.1-14,	21;	Ex	2.24;
6.2-5;	2	Re	13.23;	Gl	3.17
Con	Finees:	Nm	25.12–13
Con	David:	2	Cr	13.5;	21.7
Con	(el	pueblo	de)	Israel:	Ex	19.1–8;	24.1-8;	34.10-28;	Dt	4.23–24;
7.1-11;	1	Cr	16.12–18;	Hch	3.25;	Ro	9.4;	2	Co	3.14;	Gl	3.17;	Ef	2.12;
Heb	9.1,	18,	20
El	nuevo	pacto:	Jer	31.31–34;	Mt	26.28;	Mc	14.24;	Lc	22.20;	1	Co
11.25;	2	Co	3.6;	Heb	7.22;	8.6-13;	9.15;	10.16,29;	12.24;	13.20
6	 †	 Y	 se	 arrepintió	 Jehová	 de	 haber	 hecho	 hombre	 en	 la	 tierra,	 y	 le	 dolió	 en	 su
corazón.
7	Y	 dijo	 Jehová:	Raeré	 de	 sobre	 la	 faz	 de	 la	 tierra	 a	 los	 hombres	 que	 he	 creado,
desde	 el	 hombre	 hasta	 la	 bestia,	 y	 hasta	 el	 reptil	 y	 las	 aves	 del	 cielo;	 pues	 me
arrepiento	de	haberlos	hecho.
8	Pero	Noé	halló	gracia	ante	los	ojos	de	Jehová.b
48
Noé	construye	el	arca
6.9—7.24	La	historia	del	arca	de	Noé	y	del	diluvio,	la	cual	termina	en	Gn	9.29,	demuestra	cómo	Dios	lidia	con	la	humanidad	que	no	quiere	saber
nada	de	él	(Mt	24.37–39;	Lc	17.26–27;	2	P	2.5).	También	demuestra	el	amor	de	Dios,	pues	Noé	y	su	familia	se	salvaron	(Heb	11.7;	1	P	3.20).
9	 †	 Éstas	 son	 las	 generaciones	 de	 Noé:	 Noé,	 varón	 justo,c	 era	 perfecto	 en	 sus
generaciones;	con	Dios	caminó	Noé.
10	Y	engendró	Noé	tres	hijos:	a	Sem,	a	Cam	y	a	Jafet.
11	Y	se	corrompió	la	tierra	delante	de	Dios,	y	estaba	la	tierra	llena	de	violencia.
12	†	Y	miró	Dios	la	tierra,	y	he	aquí	que	estaba	corrompida;	porque	toda	carne	había
corrompido	su	camino	sobre	la	tierra.
13	Dijo,	pues,	Dios	a	Noé:	He	decidido	el	fin	de	todo	ser,	porque	la	tierra	está	llena
de	violencia	a	causa	de	ellos;	y	he	aquí	que	yo	los	destruiré	con	la	tierra.
14	Hazte	un	arca	de	madera	de	gofer;	harás	aposentos	en	el	arca,	y	 la	calafatearás
con	brea	por	dentro	y	por	fuera.
15	Y	de	esta	manera	la	harás:	de	trescientos	codos	la	longitud	del	arca,	de	cincuenta
codos	su	anchura,	y	de	treinta	codos	su	altura.
16	†	Una	ventana	harás	al	arca,	y	la	acabarás	a	un	codo	de	elevación	por	la	parte	de
arriba;	y	pondrás	la	puerta	del	arca	a	su	lado;	y	le	harás	piso	bajo,	segundo	y	tercero.
17	Y	 he	 aquí	 que	 yo	 traigo	 un	 diluvio	 de	 aguas	 sobre	 la	 tierra,	 para	 destruir	 toda
carne	en	que	haya	espíritu	de	vida	debajo	del	cielo;	todo	lo	que	hay	en	la	tierra	morirá.
18	†	Mas	estableceré	mi	pacto	contigo,	y	entrarás	en	el	arca	tú,	tus	hijos,	tu	mujer,	y
las	mujeres	de	tus	hijos	contigo.
19	Y	de	todo	lo	que	vive,	de	toda	carne,	dos	de	cada	especie	meterás	en	el	arca,	para
que	tengan	vida	contigo;	macho	y	hembra	serán.
20	De	las	aves	según	su	especie,	y	de	las	bestias	según	su	especie,	de	todo	reptil	de
la	tierra	según	su	especie,	dos	de	cada	especie	entrarán	contigo,	para	que	tengan	vida.
21	 Y	 toma	 contigo	 de	 todo	 alimento	 que	 se	 come,	 y	 almacénalo,	 y	 servirá	 de
sustento	para	ti	y	para	ellos.
22	Y	lo	hizo	así	Noé;d	hizo	conforme	a	todo	lo	que	Dios	le	mandó.
49
Capítulo	7
1	2	3	4	5	6	7	8	9	10	11	12	13	14	15	16	17	18	19	20	21	22	23	24
El	diluvio
1	†	Dijo	luego	Jehová	a	Noé:	Entra	tú	y	toda	tu	casa	en	el	arca;	porque	a	ti	he	visto
justo	delante	de	mí	en	esta	generación.
2	†	De	 todo	 animal	 limpio	 tomarás	 siete	 parejas,	macho	y	 su	 hembra;	mas	de	 los
animales	que	no	son	limpios,	una	pareja,	el	macho	y	su	hembra.
3	También	de	las	aves	de	los	cielos,	siete	parejas,	macho	y	hembra,	para	conservar
viva	la	especie	sobre	la	faz	de	la	tierra.
4	 Porque	 pasados	 aún	 siete	 días,	 yo	 haré	 llover	 sobre	 la	 tierra	 cuarenta	 días	 y
cuarenta	noches;	y	raeré	de	sobre	la	faz	de	la	tierra	a	todo	ser	viviente	que	hice.
5	E	hizo	Noé	conforme	a	todo	lo	que	le	mandó	Jehová.
6	Era	Noé	de	seiscientos	años	cuando	el	diluvio	de	las	aguas	vino	sobre	la	tierra.
7

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