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| Rev. Salud Pública Parag. 2013; Vol. 3 Nº 1; Enero-Julio 2013 23 pág. 23-29 ARTICULO ORIGINAL / ORIGINAL ARTICLES Resistencia a la insulina en niños y adolescentes con obesidad de Asunción, Paraguay Insulin resistance in children and adolescents with obesity in Asuncion, Paraguay. Venzano Vera M., Ramírez L.* RESUMEN Introducción: Existe un incremento marcado en la prevalencia de la obesidad y del síndrome me- tabólico, y con ellos, la resistencia a la insulina en niños y adolescentes. Objetivo: Determinar la presencia de resistencia a la insulina en un grupo de pacientes pediátricos con obesidad. Material y Método: Diseño prospectivo, obser- vacional, descriptivo. Se incluyeron 41 pacientes de 6 a 16 años con diagnóstico de obesidad en quienes se determino insulina basal y glicemia tras 8 horas de ayuno. La resistencia a la insulina se definió mediante el índice HOMA (Homeosta- sis Model Assessment), utilizándose el punto de corte establecido por Keskin de 3,1. Los resul- tados fueron expresados en términos de media y desviación estándar. Resultados: Fueron evaluados 1215 pacientes, de los cuales el 13,2% (n=160) eran obesos. De ellos, fueron seleccionados al azar 41 pacientes, de los cuales el 51% (n=21) eran de sexo masculi- no, con una edad promedio de 9,6 años (±2,9). El 12% (n=5) de los pacientes presentó resistencia a la insulina, con una media de HOMA de 4,23 (±0,59). De ellos, el 60% (n=3) correspondió al sexo masculino. Conclusión: La presencia de resistencia a la in- sulina en el 12% de la población estudiada, a una edad temprana, constituye signo de alarma, y conlleva grave riesgo cardiovascular. SUMMARY Introduction: There exists a marked increase in the prevalence of obesity and metabolic syn- drome, and alongside them, insulin resistance in children and adolescents. Objective: To determine the presence of insulin resistance in a group of pediatric patients who suffer obesity. Materials and Methods: Prospective, obser- vational, descriptive design. Forty one patients aged 6 to 16 with diagnosed obesity, whose basal insulin and glycaemia were determined following 8 hours of fasting. Insulin resistance was defined according to HOMA (Homeostasis Model As- sessment), using the 3,1 cut-off point established by Keskin. Results were expressed in terms of mean and standard deviation. Results: 1215 patients were evaluated, of which 13,2% (n=160) were obese. 41 patients were randomly selected among them, of which 51% (n=21) were males, with an average age of 9,6 years (±2,9). 12% (n=5) of patients presented insulin resistance, with a HOMA mean of 4,23 (±0,59). Among those, 60% (n=3) corresponded to males. Conclusion: The presence of insulin resistance in 12% of the studied population, and at an early age, constitutes a sign of alarm and entails se- rious cardiovascular risk. *Postgrado de Pediatría Clínica. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”. 24 Rev. Salud Pública Parag. 2013; Vol. 3 Nº 1; Enero-Julio 2013 | INTRODUCCIÓN La insulina es el principal regulador de la ho- meostasis de la glucosa y los lípidos. A través de su acción, la insulina disminuye las concentra- ciones de glucosa, la gluconeogénesis y la lisis de glucógeno en el hígado, así como favorece el ingreso de la glucosa al músculo estriado y al te- jido adiposo. Por otro lado, la insulina favorece la síntesis de triglicéridos en el hígado y tejido adi- poso, incrementa la circulación de las lipoproteí- nas por estimular la actividad de la lipoproteína lipasa en el tejido adiposo e inhibe la lipólisis del tejido adiposo y músculo. La obesidad juega un papel importante en el sín- drome de resistencia a la insulina, y con éste, el síndrome metabólico, que incluye hiperinsuline- mia, hipertensión, dislipidemia, Diabetes Melli- tus tipo 2 y, por sobre todas las cosas, un riesgo incrementado a enfermedades cardiovasculares, incluso en niños1. Muchos autores consideran que la obesidad es un estado proinflamatorio, por cuanto genera una cantidad importante de radicales libres que van a desencadenar un incremento en el estrés oxidati- vo, lo que trae aparejado una interrupción de las señales de traducción de la insulina, con la consi- guiente resistencia a la insulina2. El hiperinsulinismo compensatorio es una mani- festación temprana de la resistencia a la insulina para mantener el control glucídico, cuando esto ya no se logra; la hiperglicemia mantenida o into- lerancia a la glucosa termina dañando las células beta (glucotoxicidad) con el consecuente déficit de insulina y el comienzo de la Diabetes Mellitus tipo 2. La asociación de obesidad con la resistencia a la insulina y por ende el riesgo de enfermedad car- diovascular no solo está relacionada al grado de obesidad, sino depende fundamentalmente de la distribución de la grasa. Kissebah demostró que personas que presentan obesidad de tipo central desarrollan resistencia a la insulina más frecuen- temente que aquellas con obesidad periférica3. Una directa asociación entre adiposidad y resis- tencia a la insulina ha sido encontrada en niños4,5. Steinberg demostró que los niños obesos tienen una mayor prevalencia de resistencia a la insulina que los niños magros6. El riesgo que representa la obesidad ha sido muy bien explicado en el Harvard Growth Study, don- de se mostró que los problemas de salud presen- tados en la vida adulta fueron de mayor preva- lencia en aquellos que presentaron obesidad en su niñez7. Por otro lado, el incremento de la inci- dencia de la Diabetes Mellitus tipo 2 que se dio en un estudio realizado en Cincinnati por Pinhas- Hamiel O y cols. fue básicamente en niños que presentaban obesidad8. Asimismo, el reconocido estudio The Bogalusa Heart Study demostró muy claramente la relación de la obesidad en niños con diversos factores de riesgo cardiovascular9; por otro lado fue The Minneapolis Children Blood Pressure Study el que informó la relación directa entre el índice de masa corporal (IMC) en los niños y los niveles de insulina10. En el Paraguay, el problema de la obesidad ya es una realidad no solo en los adultos sino también en los niños. Es motivo de preocupación que esta patología se presenta con un rasgo epidemiológi- co con tendencia a incrementarse en función del tiempo11, hecho corroborado en otras partes del mundo, como es el caso de Morkand, EE.UU12. La obesidad en nuestros niños también lleva im- plícita una serie de riesgos que se van agregando, como por ejemplo las dislipidemias y el síndrome metabólico. Si bien un diagnóstico temprano de la resistencia a la insulina es fundamental para la prevención de las enfermedades asociadas, no hay consenso al respecto en la población infantil13-16. Sin em- bargo en adultos puede diagnosticarse a través del clamp euglicémico hiperinsulinémico, de la insulina basal o de la relación entre la insulina y la glicemia17-21. En la práctica clínica, existen múltiples métodos para evaluar la sensibilidad a la insulina, entre los más utilizados pueden citar- se el Homeostasis Model Assessment (HOMA) y el Quantitative Insulin-sensitivity Check Index (QUICKI), ambos presentan una buena correla- ción con el clamp euglicémico hiperinsulinémi- co19-21. pág. 23-29 | Rev. Salud Pública Parag. 2013; Vol. 3 Nº 1; Enero-Julio 2013 25 Si bien es conocida la actual epidemia de obesi- dad en toda la población a nivel mundial, incluso desde edades tempranas, aún queda mucho cami- no por recorrer en cuanto a la fisiopatología de todos los riesgos para la salud que ésta acarrea. No obstante, es útil remarcar que una de las prin- cipales consecuencias, en especial de la obesidad central, constituye la resistencia a la insulina, me- canismo principal de la Diabetes Mellitus tipo 2. OBJETIVOS Determinar la prevalencia de resistencia a la in- sulina en un grupo de escolares y adolescentes con diagnóstico de obesidad en Asunción, Para- guay, en el año 2012.MATERIAL Y METODOS Diseño del estudio: Estudio observacional, des- criptivo, prospectivo de corte transversal. Población enfocada: Pacientes escolares y ado- lescentes de ambos sexos, de 6 a 16 años de edad, procedentes de Asunción, Paraguay, con el diag- nóstico de obesidad. Población accesible: Pacientes escolares y ado- lescentes de ambos sexos, de 6 a 16 años de edad, procedentes de Asunción, Paraguay, con el diag- nóstico de obesidad, que acudieron a una clínica pediátrica privada para control médico anual pre- vio al inicio del periodo escolar entre los meses de enero y abril de 2012. Criterios de inclusión: Escolares y adolescen- tes, de ambos sexos, con edades comprendidas entre 6 y 16 años, con diagnóstico de obesidad, que consultan en un centro médico privado entre enero y abril de 2012 y se realizan un examen físico y laboratorial establecido. El muestreo fue de tipo no probabilístico de casos consecutivos y las variables fueron: Parámetros clínicos. En cada paciente se evaluó el índice de masa corporal (IMC) y el estado nu- tricional utilizando el referente el CDC-NCHS (eutrofia = IMC<p 85; sobrepeso = IMC entre p85 y 95 y obesidad = IMC >p95). Fueron teni- dos en cuenta para el estudio todos los pacientes con diagnóstico de obesidad. Laboratorio. Se determinó la glicemia (método por química seca en soporte de poliéster) y la in- sulinemia basal (Método Ensayo Enzimático de Micropartículas o M.E.I.A) en sangre obtenida por venopuntura tras 8 horas de ayuno. La determinación de resistencia a la insulina se realizó mediante el índice HOMA (Homeostasis Model Assessment o Modelo de Determinación de la Homeostasis). Este índice consiste en la re- lación de los valores de insulina basal (uUI/mL) x glicemia basal (mmol/L)/22,521. Se consideró como valor diagnóstico un HOMA mayor o igual a 3,1; punto de corte dado por Keskin22. Los datos se expresaron en términos de media y desviación estándar asi como por frecuencias y porcentajes. Fueron considerados todos los as- pectos éticos. RESULTADOS Fueron evaluados 312 pacientes, de los cuales el 13,17% (n = 41) presentaron obesidad. El 51% (n=21) eran de sexo masculino, con una edad promedio de 9,6 años (±2,9). Figura 1. Distribución por sexo de pacientes con diagnóstico de obesidad (n=41) La media de los valores de glicemia fue de 82,4mg/dL (±7,9); valor mínimo 68mg/dL; valor máximo 103 mg/dL. pág. 23-29 26 Rev. Salud Pública Parag. 2013; Vol. 3 Nº 1; Enero-Julio 2013 | Figura 2. Media de valores de glicemia El promedio de los valores de insulinemia basal fue de 8,36 uUI/mL (±5,72); valor mínimo 2uUI/ mL; valor máximo 21,2uUI/mL. Figura 3. Promedio de valores de insulinemia La media de los valores de HOMA fue de 1,70 (±1,2); valor mínimo 0,41; valor máximo 4,83. Figura 4. Media de valores de HOMA Presentó resistencia a la insulina el 12% (n=5) de los pacientes, con una media de HOMA de 4,23 (±0,59), valor máximo 4,83; valor mínimo 3,42. De ellos, el 60% (n=3) correspondió al sexo mas- culino, con una media de HOMA de 4,25 (±0,74), mientras que en las pacientes de sexo femenino (n=2) la media de HOMA fue de 4,28 (±0.76). Figura 5. Porcentaje de pacientes obesos con resistencia a la insulina (n=41) DISCUSIÓN Steinberg23 comunicó que los niños y adolescen- tes obesos, en relación a los no obesos, tienen valores más altos de colesterol, triglicéridos e insulina, lo que determina un riesgo adicional en los obesos. Se ha documentado que la hiperinsulinemia favo- rece la síntesis de lipoproteínas de densidad muy baja en el hígado y por lo tanto puede contribuir al incremento de los triglicéridos y del colesterol LDL24-28. Asimismo, la resistencia de la insulina actúa sobre la lipoproteína lipasa29,30, lo que con- tribuye a elevar lo mencionado anteriormente. El incremento del sobrepeso y la obesidad en la edad pediátrica en estos últimos 20 años, es su- mamente preocupante porque a ello se suma el aumento del riesgo cardiovascular31-43. Este dato ha sido documentado en The Princenton School Study, donde se observó que entre 1975 y 1990 la obesidad se incrementó de 12,4 a 25,3%44. La experiencia en el diagnóstico de resistencia a la insulina por intermedio del HOMA, en adultos, pág. 23-29 | Rev. Salud Pública Parag. 2013; Vol. 3 Nº 1; Enero-Julio 2013 27 es bastante amplia, lo que no sucede en niños. Uno de quienes ha validado el uso del HOMA en niños ha sido Uwaifo, quien reportó la asociación significativamente estadística entre el HOMA y los clamps normo e hiperglicémico, no solamen- te en niños eutróficos sino también en obesos45. En esta población, el 13,17% de los niños fueron obesos, informándose un promedio de HOMA en ellos de 1,7 (±1,2). El HOMA ha sido, dentro de los métodos en que se incluyen la tasa de insulina/ glucosa y el índice cuantitativo de sensibilidad a la insulina, el más seguro para identificar la resistencia a la insulina en niños y adolescentes22. Es en base al estudio de Keskin, que se determina que el mejor punto de corte para diagnóstico de resistencia a la insulina para los niños y adolescentes es > 3,1. El hecho de que 88% de los pacientes obesos no presente resistencia a la insulina con relación a los restantes, permite pensar que los mismos no tienen las condiciones necesarias para desarro- llarla, no se encuentran predispuestos o en su de- fecto el tiempo de inicio de su obesidad es muy reciente. Esto último no ha sido determinado en el presente estudio. En una población de niños obesos australianos, los valores encontrados de HOMA fueron prác- ticamente el triple que lo encontrado en nuestros niños45 Si bien el promedio de insulina encontrado en los pacientes obesos están dentro de lo conside- rado normal, cuando se disocia se observa que los que presentan resistencia a la insulina llegan a presentar un promedio de insulinemia de 19,9 uUI/mL (±4,16), lo que hace pensar en un au- mento paulatino de la insulinemia en forma com- pensatoria para mantener la glicemia en rango, que con el correr del tiempo ya no se puede sos- tener, instaurándose la resistencia a la insulina y la posterior Diabetes Mellitus tipo 2 desencade- nada por toda la fisiopatología que conlleva el síndrome metabólico446-52. Algo parecido encon- tró Goran53, quien, estudiando niños afro-ame- ricanos, blancos hispánicos y caucásicos, halló valores de insulina similares a los nuestros, pero con una gran presencia de resistencia a la insuli- na, más en el grupo afroamericano. Los promedios de insulina y HOMA encontra- dos en el presente trabajo en los pacientes con obesidad, encubren el verdadero peligro que esto representa, por cuanto los valores que presentan los que ya tienen resistencia a la insulina hacen que los valores se dupliquen y en algunos casos se tripliquen. En conclusión, la presencia de resistencia a la in- sulina en el 12% de la población estudiada, y a una edad tan joven, representa un grave riesgo cardiovascular. Berenson54 mostró, en un estu- dio de autopsias realizadas en personas de 2 a 32 años que participaron en el Bogalusa Heart Stu- dy, la presencia de estrías grasas y placas fibrosas en la aorta y las coronarias, a muy temprana edad, y que esta presencia estaba íntimamente correla- cionada con la aparición de factores cardiovas- culares, que se incrementaba con la edad. Por otro lado, la resistencia a la insulina en la gente joven es asociada con depósitos de lípidos en el compartimiento visceral y células musculares55. Y, actualmente, hay una sustancial evidencia que la obesidad en niños crea una plataforma meta- bólica de enfermedad cardiovascular en adultos y es el principal determinante de resistencia a la insulina en los niños56. Extrapolando los estudios en adultos, es muy ra- zonable sugerir que se debe modificar los estilos de vida, con la finalidad de controlar y modifi- car el peso, lo cual puede reducir el desarrollo del síndrome de la resistencia a la insulina y por ende elriesgo de enfermedades cardiovascula- res. Pero, lo más importante es tomar acciones que permitan prevenir la obesidad, orientadas a incrementar la actividad física y a promover una alimentación y un estilo de vida saludable. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Steinberger J. Insulin resistance and cardiovascular risk in the pediatric patient. Progress in Pediatric Car- diology. 2001; 12:169-75. pág. 23-29 28 Rev. Salud Pública Parag. 2013; Vol. 3 Nº 1; Enero-Julio 2013 | 2. Dandona P, Aljada A, Chaudhuri A, Mohanty P, Garg R. Metabolic syndrome. A comprehensive perspective based on interactions between obesity, diabetes and inflammation. Circulation. 2005; 111:1448-54. 3. Kissebah A, Krakower G. Regional adiposity and mor- bidity. 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