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LA HISTORIA DE LA CIENCIA ITALIANA EN COSTA RICA Desde el descubrimiento de América hasta el siglo XIX EN EL PERIODO COLONIAL En esta reseña es necesario destacar in primis al genovés CRISTÓBAL COLÓN (Cristoforo Colombo ¿1451?-1506) navegante, cartógrafo, almirante al servicio de la Corona de Castilla, el cual fue un clásico ejemplo del hombre renacentista que no encuentra obstáculo que le prive la consecución de sus fines. Colón fue el primero que trazó una ruta de ida y vuelta a través del océano Atlántico. Los adelantos técnicos casi simultáneos de su época, como la cartografía (el siglo XV fue llamado la edad de Oro de la cartografía), el mejoramiento en la construcción marítima, el perfeccionamiento de la brújula, del bastón de Job y del astrolabio fueron su apoyo. Como es notorio, durante su cuarto y último viaje a América, en setiembre de 1502, Colón echó anclas en una pequeña bahía entre la isleta de Quiribrí y el puerto de Cariarí (hoy Limón); allí tuvo oportunidad de entrar en relaciones amistosas con los nativos y de admirar su naturaleza y llamó al lugar “La Huerta”. A su vez, el mito cuenta que Colón llamó a esa región “Costa Rica”. Se abrió así, sea para los europeos como para los autóctonos, un mundo hasta entonces desconocido. Unas tres décadas después, el historiador GIROLAMO BENZONI, nacido en Milán en 1519, viajó a América en 1541 y exploró el centro del continente por 14 años. Entre otros, en 1544 estuvo al séquito del gobernador español don Diego de Gutiérrez, el cual había emprendido la conquista de Costa Rica y había fundado la Villa de Santiago, por la desembocadura del río Suerre (Reventazón). No obstante haber sido bien recibido por los indios de la zona, don Diego hizo apresar a los caciques Camaquire y Cocorí, por lo que los nativos se retiraron indignados y como represalia atacaron de sorpresa a los conquistadores en un lugar llamado Tayutic (entre Tuis y Chirripó). Don Diego y treinta de sus soldados murieron y Benzoni se salvó milagrosamente. A su regreso a Europa, Benzoni publicó en 1561 una obra titulada Dell’Historie del Mondo Nuovo (Historia del Nuevo Mundo), donde narraba sus vicisitudes e incluía valiosos datos sobre la etnografía, el clima y la flora de los lugares visitados. Además, su crónica ofrecía grabados que atestiguaban gráficamente lo que había observado en las poblaciones locales. Ese libro logró un gran éxito, tuvo más de treinta ediciones y fue traducido a las principales lenguas europeas. De Costa Rica, Benzoni comentó textualmente: “Aquel terriblísimo país de ningún modo se podía conquistar por estar lleno de asperísimos bosques y de crudelísimas montañas”. EN EL SIGLO XIX Ya entrando al siglo XIX y al darse su Independencia de España, Costa se abrió a presencias europeas que no tuvieran que pasar obligatoriamente a través de tierras españolas. Entre tantos, llegaron algunos científicos italianos. Exactamente a la mitad de ese siglo arribó al país FILIPPO VALENTINI (Berlín 1824 - New York 1899); llegó a instancias de Alejandro Von Humboldt, amigo de su padre. Valentini había estudiado en Prusia y en Costa Rica se dedicó primero a la agricultura y luego a trabajos importantes de ingeniería. En la década de 1860, durante las administraciones de José María Castro y de Jesús Jiménez, se le asignaron diversos cargos. En Alemania le publicaron la obra Zur Geographie von Costarrica y también emprendió una Historia de Costa Rica. Luego de su estadía en el país, se fue a vivir a los Estados Unidos. En 1852 la Universidad de Santo Tomás contrató como catedrático a ALESSANDRO POMAROLI, natural de Roma. En su breve estadía de unos tres años, Pomaroli se dedicó a difundir los conocimientos y los progresos del Rinascimento italiano y también dio un curso de teneduría de libros por partida doble. El profesor FRANCESCO ALFONSO CINELLI arribó a San José en 1864, con el nombramiento de Inspector de Escuelas. Puesto que para esa época el país carecía de textos didácticos, escribió libros en múltiples disciplinas, entre los cuales estuvo un Compendio de Geografía e Historia de Costa Rica y un Compendio de Aritmética. Se ha rumoreado que en Italia Cinelli había pertenecido a la secta secreta de la Carbonería y que por ende fue asesinado a manos de un sicario en Heredia. Particularmente importante para el desarrollo científico costarricense fue el profesor RODOLFO BERTOGLIO (Milán, Italia, 1844 - León, Nicaragua, 1887). Se había graduado en la Universidad de Pisa en física y matemática y como ingeniero en el Politécnico de Milán. Luego de su experiencia como docente en Italia, dio un gran impulso en nuestro país en la enseñanza de la matemática. En 1875 el gobierno de Costa Rica le comisionó la construcción del nuevo hospital San Juan de Dios. Además, realizó el plano del Asilo Chapuí y del edificio para la instalación de cloacas en San José, y también hizo estudios topográficos en Santa Clara. De 1879 a 1886 trabajó en el Instituto Nacional de Costa Rica, llegando a ser su director. Bertoglio fue también fundador y director de la efímera Escuela de Ingeniería: en La Gaceta del 12 de marzo de 1882 se encuentra publicado el programa de ingeniería elaborado por él. Cosa importante, inventó la “espiral de Bertoglio”, aparato que permitía resolver complicados problemas matemáticos con el uso del compás. Contratado en Nicaragua, murió un año después de su llegada. El conocido político y educador don Mauro Fernández así se expresó del profesor Bertoglio: “El representante asiduo y propagador en nuestro país de los métodos modernos de la enseñanza de las matemáticas de 1879 a 1886 ha sido el ingeniero don Rodolfo Bertoglio. Puede afirmarse que fundó escuela. Y no quiere decir esto que nuestros antiguos profesores no poseyesen extensos conocimientos en las matemáticas y no fuesen también hábiles maestros; pero en cuanto a los llamados métodos modernos, objetivos, gráficos y bien sistemados (sic), se debe su introducción, exposición y propaganda a Bertoglio. Versado en matemáticas superiores, y fuerte en las abstracciones y generalizaciones de la ciencia, no olvidaba Bertoglio en la enseñanza el proceso lento y difícil de la concepción objetiva del número, para elevar gradualmente a sus discípulos a las representaciones simbólicas de la cantidad; versado también en ciencias físicas y naturales, no cayó en el escollo de los que sólo matemáticas puras profesan, apartarse de la observación externa, divorciarse de los fenómenos del mundo real y serle indiferente la existencia de la materia.” EN ITALIA Mientras tanto y siempre durante el siglo XIX, a través de informantes o bien por levantamiento de información personal en Costa Rica, a algunos estudiosos italianos se les publicaban en su país estudios acerca de datos zoológicos de Costa Rica. Tal fue el caso de TOMMASO SALVADORI, quien en 1868 escribió Intorno ad Alcuni Uccelli di Costa Rica con base en una colección de 23 especies tomadas por Luigi Durando al noreste de Costa Rica (Atti della R.Ac. Torino, 1868, p. 170). Por su parte, el profesor CARLO EMERY de la Universidad de Bolonia formalizó un estudio interesante sobre las especies de hormigas en Costa Rica y que fue publicado en Italia en 1896 bajo el título Studi sulle formiche della fauna neutropica (Bollettino della Societá entomológica italiana, 1896, Firenze). En fin, apenas empezando el siglo XX, el profesor ALFREDO BORELLI hizo estudios sobre forficúlidos bajo los siguientes títulos: Di alcune Forficole di Costa Rica; Forficole di Costa Rica; Forficole nuove o poco note di Costa Rica; Descrizione di una nuova specie di forficola di Costa Rica (en: Boll. Mus. Zool. Com. Anat. Torino, XVIII, 1903; op.cit. XXI, 1906; op.cit. XXIV, 1909; op. cit. XXV, 1910). EPÍLOGO Para concluir, se puede apreciar que a lo largo de cuatro siglos, en el aporte científico de Italia a Costa Rica, se han destacado algunos personajes más o menos notorios, pero todos han dejado una influencia. En Costa Rica se han transmitido enseñanzas científicasitalianas, en Italia se ha publicado sobre aspectos científicos costarricenses. En cierto modo, se han anulado las distancias y el tiempo. BIBLIOGRAFÍA Bariatti, Rita: Italianos en Costa Rica. 1502-1952. De Cristóbal Colón a San Vito de Java. San José: Universidad Autónoma de Centro América (UACA), 2001. Chaunu, Pierre. La expansión europea (siglos XIII al XV). Barcelona: Editorial Labor S.A, 1982. Fernández, León. Historia de Costa Rica. San José: Editorial Costa Rica, 1975. González, Luis Felipe. Historia de la influencia extranjera en el desenvolvimiento educacional y científico de Costa Rica. San José: Editorial Costa Rica, 1976. Incera Olivas, Eugenia. El Hospital San Juan de Dios y su evolución histórica. 1845-1900. San José: Litografía e Imprenta Lil S.A., 1978. S.A. “Crimen sin castigo”. La campana de Cubujuqui. Heredia: Año III, N. 34, abril de 1949. Sanabria, Víctor. “Apunte biográfico y bibliográfico”. Revista de Archivos Nacionales. San José: N. 7-8, 1943. Tenenti, Alberto. La formación del mundo moderno. Siglos XIV-XVII. Barcelona: Editorial Crítica, 1989. Vicens Vives, Jaime. Historia General Moderna. Tomo I. Barcelona: Montaner y Simón, 9ª edición, 1974
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