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Inmunologia_Basica_de_Abbas_4ta_Edicion

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Inmunología básica
Funciones y trastornos
del sistema inmunitario
CUARTA EDICIÓN
Abul K. Abbas, mbbs
Distinguished Professor in Pathology 
Chair, Department of Pathology 
University of California San Francisco 
San Francisco, California
Andrew H. Lichtman, md, phd
Professor of Pathology 
Harvard Medical School 
Brigham and Women's Hospital 
Boston, Massachusetts
Shiv Pillai, MBBS, PhD
Professor of Medicine and Health Sciences and Technology 
Harvard Medical School 
Massachusetts General Hospital 
Boston, Massachusetts
Ilustraciones a cargo de 
David L. Baker, MA 
Alexandra Baker, MS, CMI
DNA Illustrations, Inc.
Amsterdam Barcelona Beijing Boston Filadelfia Londres Madrid ELSEVIER México Milán Múnich Orlando París Roma Sidney Tokio Toronto
ELSEVIER
Edición en español de la cuarta edición de la obra original en inglés 
Basic Immunology: Functions and Disorders of The Immune System
Copyright © 2014, 2011, 2009, 2006, 2004, 2001 by Saunders, an imprint of Elsevier Inc.
Ilustraciones a cargo de: David L. Baker, MA, y Alexandra Baker, MS, CMI, DNA Illustrations, Inc.
Revision científica
Dr. Juan Manuel Igea Aznar
Doctor en Medicina y Cirugía 
Especialista en Alergología e Inmunología,
Universidad Complutense de Madrid
© 2014 Elsevier España, S.L.
Travessera de Gracia, 17-21 - 08021 Barcelona, España
Fotocopiar es un delito (Art. 270 C.P.)
Para que existan libros es necesario el trabajo de un importante colectivo (autores, traductores, 
dibujantes, correctores, impresores, editores...). El principal beneficiario de ese esfuerzo es el lector 
que aprovecha su contenido.
Quien fotocopia un libro, en las circunstancias previstas por la ley, delinque y contribuye a la «no» 
existencia de nuevas ediciones. Además, a corto plazo, encarece el precio de las ya existentes.
Este libro está legalmente protegido por los derechos de propiedad intelectual. Cualquier uso fuera 
de los límites establecidos por la legislación vigente, sin el consentimiento del editor, es ilegal. Esto se 
aplica en particular a la reproducción, fotocopia, traducción, grabación o cualquier otro sistema de 
recuperación y almacenaje de información.
ISBN edición original: 978-1-4557-0707-2
ISBN edición española (versión impresa): 978-84-9022-506-6
ISBN edición española (versión electrónica): 978-84-9022-618-6
Depósito legal (versión impresa): B. 27932-2013 
Depósito legal (versión electrónica): B. 27931-2013
Servicios editoriales: GE A Consultoría Editorial, s. l.
Advertencia
La medicina es un área en constante evolución. Aunque deben seguirse unas precauciones de se­
guridad estándar, a medida que aumenten nuestros conocimientos gracias a la investigación básica 
y clínica habrá que introducir cambios en los tratamientos y en los fármacos. En consecuencia, se 
recomienda a los lectores que analicen los últimos datos aportados por los fabricantes sobre cada 
fármaco para comprobar las dosis recomendadas, la vía y duración de la administración y las con­
traindicaciones. Es responsabilidad ineludible del médico determinar las dosis y el tratamiento más 
indicados para cada paciente, en función de su experiencia y del conocimiento de cada caso con­
creto. Ni los editores ni los directores asumen responsabilidad alguna por los daños que pudieran 
generarse a personas o propiedades como consecuencia del contenido de esta obra.
El Editor
PREFACIO
Hemos revisado exhaustivamente la cuarta edición 
de Inmunología básica para incluir los avances re­
cientes más importantes referidos a nuestro cono­
cimiento del sistema inmunitario y para organizar 
y presentar la información optimizando su utilidad 
para estudiantes y profesores. Los estudiantes de 
los diferentes cursos a los que nosotros y nuestros 
colegas enseñamos han recibido con entusiasmo las 
tres ediciones anteriores de la obra, por lo que no 
hemos vacilado a la hora de seguir los principios 
que inspiraron la génesis de dichas ediciones previas. 
Nuestra experiencia como docentes de inmunología 
y directores de cursos nos ha ayudado a definir cuáles 
son los contenidos necesarios para los cursos de in­
troducción destinados a estudiantes de medicina y 
para otros Grados de Ciencias de la salud, y a valorar 
la presentación de las bases de la inmunología de una 
forma sucinta y clara. En la actualidad, creemos que 
un abordaje conciso y moderno de la inmunología 
es un objetivo realista, en gran medida porque la 
inmunología ha madurado como disciplina y actual­
mente se conocen tanto los componentes esenciales 
del sistema inmunitario, como el modo en que es­
tos interactúan las respuestas inmunitarias. Como 
consecuencia, en la actualidad podemos enseñar a 
nuestros estudiantes, con razonable seguridad, có­
mo actúa el sistema inmunitario. Además, podemos 
relacionar los resultados experimentales, usando 
modelos simples, con la cuestión más compleja, pero 
fisiológicamente relevante, de la defensa del huésped 
frente a los patógenos infecciosos. Se ha producido, 
además, un progreso ciertamente significativo en la 
aplicación de los principios básicos con el fin de com­
prender y tratar las enfermedades humanas.
Este libro ha sido escrito para cubrir las actuales 
necesidades de los estudiantes de medicina, aprove­
chando el nuevo enfoque de la inmunología. Hemos 
intentado alcanzar varios objetivos. En primer lugar, 
hemos presentado las bases más importantes que ri­
gen la función del sistema inmunitario, sintetizando 
los conceptos clave a partir de la ingente cantidad de 
datos experimentales que han surgido en el campo 
de la inmunología. La elección de aquello que es más
importante se basa, en gran medida, en los concep­
tos reflejados de forma más clara en la investigación 
científica y en los más relevantes para la salud y la 
enfermedad humanas. También somos conscientes de 
que, en cualquier exposición concisa de fenómenos 
complejos, es inevitable no exponer con detalle las 
excepciones y salvedades. En segundo lugar, nos hemos 
centrado en las respuestas inmunitarias frente a agen­
tes infecciosos. La mayor parte de nuestra exposición 
del sistema inmunitario se desarrolla en este contexto. 
En tercer lugar, hemos aprovechado el profuso y deta­
llado soporte iconográfico para destacar los conceptos 
más importantes, si bien hemos reducido detalles que 
pueden encontrarse en libros de texto más exhaus­
tivos. En cuarto lugar, también hemos expuesto las 
enfermedades inmunitarias desde la perspectiva de 
las bases, subrayando su relación con las respuestas 
inmunitarias normales y evitando detalles sobre los 
síndromes clínicos y sus tratamientos. Hemos añadido 
casos clínicos escogidos, con la finalidad de ilustrar 
cómo pueden aplicarse las bases de la inmunología a 
las enfermedades humanas más frecuentes. En último 
lugar, con el fin de hacer los capítulos unidades inde­
pendientes, hemos repetido las ideas clave en diferentes 
lugares del libro. Creemos que tal repetición ayudará a 
los estudiantes a captar los conceptos más importantes.
Esperamos que los estudiantes encuentren esta 
nueva edición de Inmunología básica clara, convin­
cente, manejable y didáctica. Confiamos, asimismo, 
que el libro transmita nuestra fascinación por todo lo 
relacionado con el sistema inmunitario y la emoción 
que sentimos al comprobar cómo ha evolucionado 
este campo y cómo su importancia continúa crecien­
do en el marco de la salud y la enfermedad humanas. 
Finalmente, aunque fue nuestra vinculación a los 
cursos de la facultad de medicina la que nos animó 
a acometer este proyecto, esperamos que el libro 
resulte útil a los estudiantes de biología, así como a 
los estudiantes de Ciencias de la Salud. Habremos 
tenido éxito si el libro responde a muchas de las cues­
tiones que los estudiantes se plantean sobre esta vas­
ta materia de estudio y, al mismo tiempo, los anima 
a ahondar aún más en el campo de la inmunología.
vii
viií Prefacio
Varias personas han desempeñado funciones 
esenciales en la redacción de este libro. Nuestro 
nuevo editor, James Merritt,ha sido una fuente en­
tusiasta de aliento y consejo. Nuestros dos geniales 
ilustradores, David y Alexandra Baker, de DNA Illus­
trations, han modernizado la totalidad del diseño 
de esta nueva edición y han transformado nuestras 
ideas en dibujos informativos y estéticamente atrac­
tivos. Sarah Wunderly ha impulsado el libro a través 
del proceso de producción de forma eficaz y profesio­
nal. Nuestra editora de desarrollo, Rebecca Gruliow,
ha mantenido el proyecto organizado y encauzado a 
pesar de las presiones de tiempo y logística. A todos 
ellos les debemos nuestro agradecimiento. A modo 
de conclusión, deseamos explicitar nuestra gran 
muestra de gratitud hacia nuestras familias, cuyo 
apoyo y aliento han sido inquebrantables y de una 
importancia capital.
Abul K. Abbas 
Andrew H. Lichtman 
Shiv Pillai
INDICE DE CONTENIDOS
CAPÍTULO 1. 
CAPÍTULO 2. 
CAPÍTULO 3. 
CAPÍTULO 4.
CAPÍTULO 5. 
CAPÍTULO 6. 
CAPÍTULO 7. 
CAPÍTULO 8. 
CAPÍTULO 9. 
CAPÍTULO 10.
CAPÍTULO 11. 
CAPÍTULO 12.
Introducción al sistema inmunitario 1
Nomenclatura, propiedades generales y componentes
Inmunidad innata 23
La defensa temprana contra las infecciones
Captura del antígeno y presentación a los linfocitos 49
Lo que los linfocitos ven
Reconocimiento del antígeno en el sistema inmunitario adaptativo 71
Estructura de los receptores para el antígeno del linfocito 
y desarrollo de repertorios inmunitarios
Inmunidad mediada por linfocitos T 93
Activación de los linfocitosT por antígenos asociados a células
Mecanismos efectores de la inmunidad mediada por linfocitos T 117
Funciones de los linfocitosT en la defensa del huésped
Respuestas inmunitarias humorales 131
Activación de los linfocitos B y producción de anticuerpos
Mecanismos efectores de la inmunidad humoral 151
Eliminación de los microbios extracelulares y las toxinas
Tolerancia inmunitaria y autoinmunidad 171
Discriminación entre lo propio y lo extraño en el sistema inmunitario y su fallo
Respuestas inmunitarias contra tumores y trasplantes 189
Inmunidad frente a células transformadas y células extrañas 
no infecciosas
Hipersensibilidad 207
Trastornos causados por respuestas inmunitarias
Inmunodeficiencias congénitas y adquiridas 225
Enfermedades causadas por respuestas inmunitarias defectuosas
X índice de contenidos
APÉNDICE I 
APÉNDICE II 
APÉNDICE III 
APÉNDICE IV
Lecturas recomendadas 241 
Glosario 247 
Principales citocinas 283
Principales características de algunas moléculas CD 287 
Casos clínicos 295 
índice alfabético 307
C A P Í T U L O1
Introducción al sistema inmunitario
Nomenclatura, propiedades generales y componentes
INMUNIDADES INNATA Y ADAPTATIVA 3
TIPOS DE INMUNIDAD ADAPTATIVA 4
PROPIEDADES DE LAS RESPUESTAS INMUNITARIAS 
ADAPTATIVAS 5
Especificidad y diversidad 6 
Memoria 6
Otras características de la inmunidad adaptativa 7
CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO 7
Linfocitos 8
Células presentadoras de antígenos 13 
Células efectoras 13
TEJIDOS DEL SISTEMA INMUNITARIO 13
Úrganos linfáticos periféricos 13
Recirculación del linfocito y migración a los tejidos 17
PERSPECTIVA GENERAL DE LAS RESPUESTAS 
INMUNITARIAS A LOS MICROBIOS 18
Respuesta inmunitaria innata temprana a los microbios 18 
Respuesta inmunitaria adaptativa 19 
Declinación de las respuestas inmunitarlas y memoria 
inmunitaria 21
RESUMEN 21
La inmunidad se define como la resistencia a la 
enfermedad, en concreto a las enfermedades infec­
ciosas. El conjunto de células, tejidos y moléculas 
que media la resistencia a las infecciones se llama 
sistema inmunitario y la reacción coordinada de 
estas células y moléculas a los microbios infecciosos 
es la respuesta inmunitaria. La inmunología es 
el estudio del sistema inmunitario, incluidas sus res­
puestas a los microbios patógenos y los tejidos daña­
dos, así como su participación en la enfermedad. La 
función fisiológica más importante del sistema 
inmunitario es evitar las infecciones potenciales 
y erradicar las ya establecidas, y este es el princi­
pal contexto en el que las respuestas inmunitarias se 
exponen a lo largo de este libro.
La importancia del sistema inmunitario para la 
salud queda reflejada por el hecho de que, con fre­
cuencia, se observa que los sujetos con respuestas 
inmunitarias defectuosas tienden a sufrir infecciones 
graves que ponen en peligro su vida (fig. 1 -1). Por el 
contrario, el estímulo de las respuestas inmunita­
rias contra los microbios por medio de la vacunación es el 
método más eficaz para proteger a las personas de las 
infecciones; este abordaje ha llevado a la erradicación 
en todo el mundo de la viruela, la única enfermedad 
eliminada de la civilización por la intervención hu­
mana (fig. 1-2). La aparición del síndrome de la in- 
munodeficiencia adquirida (sida) en la década de los 
ochenta del siglo xx puso de relieve de modo trágico 
la importancia del sistema inmunitario en la defensa 
de los sujetos frente a la infección. La repercusión de 
la inmunología va, sin embargo, más allá del ámbito 
de las enfermedades infecciosas (v. fig. 1-1). El sis­
tema inmunitario impide el crecimiento de algunos
© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 1
2 Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario
Papel del sistema inmunitario Implicaciones
Defensa frente 
a las infecciones
La deficiencia inmunitaria aumenta la proclividad 
a las infecciones; un ejemplo es el sida
La vacunación incrementa las defensas inmunitarias 
y protege frente a las infecciones
Posibilidad de inmunoterapia para el cáncerDefensa frente 
a los tumores
El sistema inmunitario 
reconoce y responde a 
injertos tisulares y moléculas 
recién introducidas
Las respuestas inmunitarias son barreras para el 
trasplante y la terapia génica
El sistema inmunitario puede 
dañar las células e inducir 
una inflamación patológica
Las respuestas inmunitarias son la causa 
de las enfermedades alérgicas, autoinmunitarias 
y de otras enfermedades inflamatorias
FIGURA 1-1 Importancia del sistema inmunitario en la salud y la enfermedad. Esta tabla resume algunas de las funciones 
fisiológicas del sistema Inmunitario y su función en la enfermedad, sida, síndrome de Inmunodeflclencla adquirida.
tumores y se están desarrollando varios métodos 
para tratar los cánceres mediante el estímulo de res­
puestas inmunitarias frente a las células tumorales. 
Las respuestas inmunitarias también participan en
la eliminación de células muertas y en el inicio de la 
reparación tisular.
A diferencia de estas funciones beneficiosas, las 
respuestas inmunitarias anómalas son la causa de
Enfermedad Número máximo 
de casos (año)
Número de 
casos en 2009
Cambio
porcentual
Difteria 206.939 (1921) 0 -99,99
Sarampión 894.134(1941) 61 -99,99
Parotiditis 152.209 (1968) 982 -99,35
Tos ferina 265.269(1934) 13.506 -94,72
Poliomielitis
(paralítica)
21.269(1952) 0 -100
Rubéola 57.686(1969) 4 -99,99
Tétanos 1.560(1923) 14 -99,1
Hemophilus 
influenzae 
del tipo B
-20.000(1984) 25 -99,88
Hepatitis B 26.611 (1985) 3.020 -87,66
FIGURA 1-2 Eficacia de la vacunación en algunas enfermedades infecciosas frecuentes. Esta tabla ¡lustra el llamativo 
descenso de la incidencia de algunas enfermedades infecciosas para las que se han obtenido vacunas eficaces. Para algunas infecciones, como 
la hepatitis B, se ha obtenido una vacuna recientemente y su incidencia está empezando a disminuir. (Modificado de Orenstein WA, HinmanAR, Bart 
KJ, Hadler SC: Immunization. En Mandell GL, Bennett JE, Dolin R, editors: Principles and practices of infectious diseases, ed 4, New York, 1995, Churchill 
Livingstone; y MMWR 58:1458-1469, 2010.)
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Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario 3
muchas enfermedades inflamatorias, con una mor­
bilidad y una mortalidad importantes. La respuesta 
inmunitaria es la principal barrera para el éxito del 
trasplante como medio de tratamiento de la insufi­
ciencia orgánica. Los productos de las célulasinmu­
nitarias también tienen un uso práctico. Por ejemplo, 
los anticuerpos, que son proteínas producidas por 
ciertas células del sistema inmunitario, se emplean en 
las pruebas clínicas de laboratorio y de investigación 
como reactivos muy específicos, para detectar una 
amplia variedad de moléculas tanto en la circulación 
como en las células y los tejidos. Los anticuerpos di­
señados para bloquear o eliminar moléculas y células 
en potencia lesivas se usan con profusión para el 
tratamiento de enfermedades inmunitarias, cánceres 
y otros tipos de trastornos. Por todas estas razones, el 
campo de la inmunología ha captado la atención de 
clínicos, científicos y público en general.
Este capítulo expone la nomenclatura propia de la 
inmunología, las importantes propiedades generales 
de todas las respuestas inmunitarias, y las células y 
tejidos que conforman los principales componentes 
del sistema inmunitario. En particular, se da res­
puesta a las siguientes preguntas:
• ¿Qué tipos de respuestas inmunitarias protegen a 
las personas de las infecciones?
• ¿Cuáles son las características importantes de la 
inmunidad y qué mecanismos son responsables 
de ellas?
• ¿Cómo se organizan las células y los tejidos del 
sistema inmunitario para encontrar y responder 
a los microbios de forma que se produzca su eli­
minación?
Concluimos el capítulo con una breve exposición 
general de las respuestas inmunitarias contra los 
microbios. Los principios básicos aquí presentados 
son la base de exposiciones más detalladas de las 
respuestas inmunitarias en capítulos posteriores. En 
el apéndice I se proporciona un glosario de términos 
importantes usados en este libro.
INMUNIDADES INNATA Y ADAPTATIVA
Los mecanismos de defensa del huésped con­
sisten en la inmunidad innata, que media la 
protección inicial frente a las infecciones, y 
la inmunidad adaptativa, que se desarrolla de 
forma más lenta y proporciona una defensa 
más especializada y eficaz contra las infecciones 
(fig. 1-3). La inmunidad innata, también llamada 
inmunidad natural o nativa, siempre está presente
i Microbio
Inmunidad innata
Barreras 
epiteliales
Fagocitos Células
dendríticas/
Inmunidad adaptativa
„ , , Linfocitos Complemento j^K
Horas
0 6 12 
Tiempo después de la infección
FIGURA 1-3 Principales mecanismos de la inmunidad innata y de la adaptativa. Los mecanismos de la inmunidad innata 
proporcionan la defensa inicial contra las infecciones. Algunos mecanismos (p. ej.( las barreras epiteliales) evitan las infecciones, y otros (p. ej., los 
fagocitos, los linfocitos citolíticos naturales [NK] o el sistema del complemento) eliminan los microbios. Las respuestas inmunitarias adaptativas 
se desarrollan más tarde y están mediadas por los linfocitos y sus productos. Los anticuerpos bloquean las infecciones y eliminan los microbios, y 
los linfocitosT erradican los microbios intracelulares. La citocinética de las respuestas inmunitarias innata y adaptativa son aproximaciones y pueden 
variar en diferentes infecciones.
4 Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario
en los sujetos sanos (de ahí el término innato), 
preparada para bloquear la entrada de microbios y 
eliminar con rapidez los que entren en los tejidos 
del huésped. La inmunidad adaptativa, también 
llamada inmunidad específica o adquirida, debe 
expandir y diferenciar los linfocitos en respuesta 
a los microbios antes de poder proporcionar una 
defensa eficaz; es decir, se adapta a la presencia de 
los invasores microbianos. La inmunidad innata es 
más antigua en la evolución filogenética, en tanto 
que el sistema inmunitario más potente y eficaz se 
desarrolló después.
La primera línea de defensa en la inmunidad 
innata la proporcionan las barreras epiteliales y las 
células y antibióticos naturales presentes en los epi­
telios, todos los cuales actúan bloqueando la entrada 
de microbios. Si los microbios rompen los epitelios 
y entran en los tejidos o la circulación, son atacados 
por fagocitos, linfocitos especializados llamados lin­
focitos citolíticos naturales y varias proteínas plas­
máticas, incluidas las del sistema del complemento. 
Todos estos mecanismos de la inmunidad innata reco­
nocen específicamente los microbios y reaccionan 
contra ellos. Además de proporcionar una defensa 
temprana contra las infecciones, las respuestas in- 
munitarias innatas potencian las adaptativas contra 
los microorganismos infecciosos. Los componentes 
y mecanismos de la inmunidad innata se exponen 
con detalle en el capítulo 2.
La defensa contra los microbios infecciosos re­
quiere, además, respuestas inmunitarias adaptativas, 
en especial contra los microbios que son patógenos 
para los seres humanos (es decir, capaces de causar 
enfermedad) y pueden haber evolucionado para re­
sistir a la inmunidad innata. El sistema inmunita­
rio adaptativo está integrado por los linfocitos 
y sus productos, entre ellos los anticuerpos. 
Mientras que los mecanismos de la inmunidad in­
nata reconocen estructuras compartidas por clases 
de microbios, las células de la inmunidad adaptativa 
(linfocitos) expresan receptores que reconocen es­
pecíficamente una variedad mucho más amplia de 
moléculas producidas por los microbios, así como 
sustancias no infecciosas. Estas sustancias se llaman 
antígenos. Las respuestas inmunitarias adaptativas 
a menudo usan las células y las moléculas del sis­
tema inmunitario innato para eliminar microbios, 
y la inmunidad adaptativa funciona para potenciar 
estos mecanismos antimicrobianos de la inmunidad 
innata. Por ejemplo, los anticuerpos (componentes 
de la inmunidad adaptativa) se unen a los microbios, 
y estos microbios cubiertos se unen con avidez a 
los fagocitos (componentes de la inmunidad inna­
ta), que, al activarse, los ingieren y destruyen. En 
capítulos posteriores se muestran ejemplos simila­
res de cooperación entre la inmunidad innata y la 
adaptativa.
TIPOS DE INMUNIDAD ADAPTATIVA
Los dos tipos de inmunidad adaptativa, la 
humoral y la celular, están mediados por di­
ferentes células y moléculas, y proporcionan 
una defensa adecuada contra los microbios ex- 
tracelulares e intracelulares, respectivamente 
(fig. 1-4). La inmunidad humoral está mediada 
por proteínas llamadas anticuerpos, que producen 
células conocidas como linfocitos B. Los anticuer­
pos se secretan en la circulación y los líquidos de 
las mucosas, y neutralizan y eliminan microbios y 
toxinas microbianas presentes fuera de las células del 
huésped, en la sangre y en las luces de los órganos 
mucosos, como los de los aparatos digestivo y res­
piratorio. Una de las funciones más importantes 
de los anticuerpos es detener a los microbios que 
están presentes en las superficies mucosas y en la 
sangre, en su acceso y colonización de las células y 
del tejido conjuntivo del huésped. De esta forma, 
los anticuerpos impiden que las infecciones se ins­
tauren. Los anticuerpos no pueden acceder a los 
microbios que viven y se dividen dentro de las cé­
lulas infectadas. La defensa contra tales microbios 
intracelulares se conoce como inmunidad celular, 
porque está mediada por células llamadas linfocitos T. 
Algunos de estos activan a los fagocitos para que 
destruyan los microbios que han ingerido en sus 
vesículas intracelulares. Otros linfocitos T matan 
cualquier tipo de célula del huésped que albergue 
microbios infecciosos en el citoplasma. De este mo­
do, los anticuerpos producidos por los linfocitos B 
reconocen antígenos microbianos extracelulares, 
y los linfocitos T, antígenos producidos por los mi­
crobios intracelulares. Otra diferencia importante 
entre los linfocitos B y los T es que la mayoría de 
estos últimos solo reconocen antígenos proteínicos, 
mientras que los primeros y los anticuerpos pueden 
reconocer muchos tipos diferentes de moléculas, 
incluidos proteínas, hidratos de carbono, ácidos nu­
cleicos y lípidos.
La inmunidad puede ser inducida en un 
sujeto mediante infección o vacunación (in­
munidad activa) o ser conferida mediantela 
transferencia de anticuerpos o linfocitos de 
un sujeto inmunizado activamente (inmuni­
dad pasiva). En la inmunidad activa, un sujeto 
expuesto a los antígenos de un microbio organiza 
una respuesta activa para erradicar la infección y 
desarrollar resistencia a la infección posterior por 
este microbio. De tal sujeto se diría que es inmune
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Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario 5
Inmunidad
humoral
Inmunidad
celular
Microbio
Funciones
-ft
Linfocitos
reactivos
Mecanismo
efector
Bloquea las 
infecciones 
y elimina 
los microbios 
extracelulares
Microbios
extracelulares
Linfoclto B
Anticuerpo
secretado
Microbios 
fagocitados 
en macrófago
Macrófago
activado
Elimina
microbios
fagocitados
Microbios
intracelulares (p. ej., 
virus) que se replican 
dentro de la célula 
infectada
Linf<
citot
Célula 
infectada muerta
Mata células 
infectadas y 
elimina reservorios 
de la infección
FIGURA 1-4 Tipos de inmunidad adaptativa. En la inmunidad humoral, los linfocitos B secretan anticuerpos que eliminan microbios 
extracelulares. En la inmunidad celular, diferentes tipos de linfocitosT reclutan y activan fagocitos para que destruyan los microbios ingeridos y 
maten a las células infectadas.
frente a ese microbio, al contrario que la persona 
que no se ha expuesto antes a los antígenos del 
microbio. A nosotros nos interesan sobre todo los 
mecanismos de la inmunidad activa. En la inmuni­
dad pasiva, un sujeto recibe anticuerpos o células 
(p. ej., linfocitos, factible solo en animales con una 
composición génica idéntica [endogámicos]) de 
otro sujeto ya inmunizado frente a una infección. 
Durante toda la vida de los anticuerpos o las células 
transferidos, el receptor es capaz de combatir la 
infección. Por ello, la inmunidad pasiva es útil para 
conferir inmunidad con rapidez, incluso antes de 
que el sujeto sea capaz de desarrollar una respuesta 
activa, pero no induce una resistencia duradera 
frente a la infección. El único ejemplo fisiológico de
inmunidad pasiva se observa en los recién nacidos, 
cuyos sistemas inmunitarios no son suficientemen­
te maduros para responder a muchos microorganis­
mos patógenos, pero sí están protegidos frente a las 
infecciones, gracias a la adquisición de anticuerpos 
de sus madres a través de la placenta y de la leche 
materna.
PROPIEDADES DE LAS RESPUESTAS 
INMUNITARIAS ADAPTATIVAS
Varias propiedades de las respuestas inmunitarias 
adaptativas son cruciales por su eficacia para com­
batir las infecciones (fig. 1-5).
6 Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario
Característica Significado funcional
Especificidad Asegura que distintos 
antígenos desencadenen 
respuestas que se dirijan 
contra esos antígenos
Diversidad Capacita al sistema inmunitario 
para responder a una gran 
variedad de antígenos
Memoria Conduce a respuestas rápidas 
y aumentadas a exposiciones 
repetidas a los mismos 
antígenos
Expansión
clonal
Aumenta el número de linfocitos 
específicos frente al antígeno 
para controlar a los microbios
Especialización Genera respuestas que son 
óptimas para la defensa frente 
a diferentes tipos de microbios
Contracción 
y homeostasis
Permite al sistema inmunitario 
responder a antígenos con los 
que se acaba de encontrar
Falta de 
reactividad 
frente a lo propio
Impide dañar al huésped 
durante las respuestas a 
antígenos extraños
FIGURA 1-5 Propiedades de las respuestas inmunitarias 
adaptativas. Esta tabla resume las propiedades importantes de las 
respuestas inmunitarias adaptativas y cómo cada característica con­
tribuye a la defensa del huésped contra los microbios.
Especificidad y diversidad
El sistema inmunitario adaptativo es capaz de dis­
tinguir entre millones de antígenos o porciones 
de antígenos diferentes. La especificidad es la 
capacidad de distinguir entre muchos antígenos 
diferentes. Implica que el grupo total de especi­
ficidades del linfocito, llamado a veces reperto­
rio linfocítico, presenta una gran diversidad. 
La base de esta notable especificidad y diversidad 
es que los linfocitos expresan receptores para los 
antígenos distribuidos de forma clonal, lo que sig­
nifica que toda la población de linfocitos consta de 
muchos clones diferentes (cada uno compuesto 
de una célula y su descendencia), cada uno de los 
cuales expresa un receptor para el antígeno que 
es diferente de los receptores de todos los demás 
clones. La hipótesis de la selección clonal, for­
mulada en la década de los cincuenta del siglo xx, 
predijo correctamente que los clones de linfocitos 
específicos frente a diferentes antígenos se desa­
rrollan antes del encuentro con estos, y que cada
antígeno desencadena una respuesta inmunitaria 
al seleccionar y activar los linfocitos de un clon es­
pecífico (fig. 1-6). Actualmente, conocemos la base 
molecular de esta especificidad y esta diversidad de 
los linfocitos (v. capítulo 4).
La diversidad del repertorio linfocítico, que 
capacita al sistema inmunitario para responder a 
un ingente número de antígenos diversos, también 
se traduce en que muy pocas células, quizás una de 
cada 100.000 linfocitos o una de cada millón, sea 
específica frente a un antígeno. El número total de 
linfocitos vírgenes (sin activar) que puede recono­
cer un antígeno y reaccionar contra él oscila entre 
unas 1.000 a 10.000 células. Para crear una defensa 
eficaz contra los microbios, estas pocas células tie­
nen que dar lugar a un gran número de linfocitos 
capaces de destruir a los microbios. La eficacia no­
table de las respuestas inmunitarias se atribuye a 
varias características de la inmunidad adaptativa, 
tales como: 1) expansión marcada del grupo de 
linfocitos específicos frente a cualquier antígeno al 
exponerse a él; 2) asas de retroalimentación posi­
tivas que amplifican las respuestas inmunitarias, y 
3) mecanismos de selección que conservan los lin­
focitos más útiles. Estas características del sistema 
inmunitario adaptativo se describen en capítulos 
posteriores.
Memoria
El sistema inmunitario monta respuestas mayores 
y más eficaces ante exposiciones repetidas al mis­
mo antígeno. La respuesta a la primera exposición 
a un antígeno, llamada respuesta inmunitaria 
primaria, es mediada por linfocitos conocidos 
como linfocitos vírgenes que entran en contacto 
con el antígeno por primera vez (fig. 1-7). El tér­
mino virgen se refiere a que estas células no tienen 
experiencia inmunitaria, no habiendo respondido a 
antígenos previamente. Los encuentros posteriores 
con el mismo antígeno conducen a las denomina­
das respuestas inmunitarias secundarias, que 
suelen ser más rápidas, de mayor magnitud y con 
mayor capacidad de eliminación del antígeno que 
las respuestas primarias. Las respuestas secundarias 
son el resultado de la activación de los linfocitos 
de memoria, que son células de vida larga indu­
cidas durante la respuesta inmunitaria primaria. 
La memoria inmunitaria optimiza la capacidad 
del sistema inmunitario de combatir infecciones 
persistentes y recurrentes, ya que cada encuentro 
con un microbio genera más células de memoria y 
activa las generadas previamente. La memoria 
también es una de las razones por las que las va­
cunas confieren una protección duradera contra 
las infecciones.
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Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario 7
En los órganos 
linfáticos 
generadores 
surgen clones de 
linfocitos con 
receptores diversos
Clones de linfocitos 
maduros específicos 
frente a muchos 
antígenos entran en 
los tejidos linfáticos
Clones específicos 
frente al antígeno 
son activados 
(«seleccionados») 
por los antígenos
Se producen 
respuestas inmunitarias 
específicas frente 
al antígeno
Precursor 
del linfocito
/i* . Í3* <z C
> c <t
Antígeno X Antígeno Y "'1SK
^ r
Linfocitos
maduros
Anticuerpo
anti-X
Anticuerpo 
anti-Y
FIGURA 1-6 Selección clonal. Los linfocitos maduros con receptorespara muchos antígenos se desarrollan antes del encuentro con dichos 
antígenos. Un clon es una población de linfocitos con receptores para el antígeno y, por tanto, con especificidades idénticas; se presume que todas 
estas células derivan de una sola célula precursora. Cada antígeno (p. ej., X eY) selecciona un clon preexistente de linfocitos específicos y estimula 
la proliferación y diferenciación de ese clon. El diagrama solo muestra linfocitos B que dan lugar a células secretoras de anticuerpos, pero se aplica 
el mismo principio a los linfocitos T. Los antígenos mostrados son moléculas de superficie de los microbios, pero la selección clonal también es 
cierta para los antígenos solubles extracelulares e intracelulares.
Otras características de la inmunidad 
adaptativa
Las respuestas inmunitarias adaptativas tienen otras 
características importantes para sus funciones (v. 
fig. 1-5). Cuando los antígenos activan a los linfo­
citos, estos proliferan, de modo que generan mu­
chos miles de células de descendencia clonal, todos 
con la misma especificidad antigénica. Este proceso, 
llamado expansión clonal, aumenta rápidamente 
el número de células específicas frente al antígeno 
encontrado, lo que posibilita que pocos linfocitos 
específicos frente al antígeno sirvan a su función 
defensora y asegura que la inmunidad adaptativa 
controle a los microbios en proliferación rápida. Las 
respuestas inmunitarias están especializadas, y di­
ferentes respuestas tratan de defender mejor frente 
a distintas clases de microbios. Todas las respuestas 
inmunitarias son autolimitadas y declinan a medida
que la infección es eliminada, lo que permite que 
el sistema vuelva a un estado de reposo, preparado 
para responder a otra infección.
El sistema inmunitario es capaz de reaccionar 
contra un gran número de microbios diversos y otros 
antígenos extraños, pero normalmente no reacciona 
contra las sustancias antigénicas del propio huésped 
-los llamados antígenos propios-. Esta falta de res­
puesta frente a lo propio se conoce como tolerancia 
inmunitaria y se refiere a la capacidad del sistema 
inmunitario de coexistir con (tolerar) moléculas, 
células y tejidos potencialmente antigénicos.
CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO
Las células del sistema inmunitario adaptativo son 
los linfocitos, las células presentadoras de antíge­
nos (CPA) que capturan y muestran los antígenos
8 Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario
A
FIGURA 1-7 Respuestas inmuni­
tarias primaria y secundaria. Los
antígenos X eY inducen la producción 
de diferentes anticuerpos (un reflejo de 
la especificidad). La respuesta secunda­
ria al antígeno X es más rápida y mayor 
que la primaria (lo que es ilustrado por la 
memoria) y es diferente de la respuesta 
primaria al antígeno Y (de nuevo, reflejo de 
la especificidad). Las concentraciones 
de anticuerpo declinan con el tiempo tras 
cada inmunización. La cantidad de anti­
cuerpo producida se muestra en unidades 
arbitrarias y varía con el tipo de exposición 
al antígeno. Solo se muestran los linfocitos B, 
pero se observan las mismas caracterís­
ticas con las respuestas del linfocitoT a 
los antígenos. El tiempo tras la inmuni­
zación puede ser de 1-3 semanas para 
una respuesta primaria y de 2-7 días pa­
ra una secundaria, pero la cinética varía en 
función del antígeno y de la naturaleza de 
la inmunización.
Antígeno X
Antígeno X 
+ antígeno Y
•CE Jnfocito B anti-X 
Linfocito B anti-Y
Células plasmáticas
Tiempo tras la inmunización =>
microbianos, y las células efectoras (entre las que 
se encuentran linfocitos activados y otras células, 
particularmente otros leucocitos) que eliminan los 
microbios (fig. 1-8). En esta sección se describen las 
importantes propiedades funcionales de las princi­
pales poblaciones celulares; puede encontrarse una 
exposición de la forma de las células en libros de 
histología. Las células de la inmunidad innata se 
describen en el capítulo 2.
Linfocitos
Los linfocitos son las únicas células que produ­
cen receptores específicos frente a antígenos 
diversos y son los mediadores clave de la in­
munidad adaptativa. Aunque todos los linfocitos 
tienen un aspecto similar y no destacan por él, son 
heterogéneos en su linaje, función y fenotipo, y 
capaces de producir respuestas y actividades bioló­
gicas complejas (fig. 1-9). Estas células a menudo 
se distinguen por las proteínas de superficie que 
pueden identificarse usando grupos de anticuerpos 
monoclonales. La nomenclatura estándar de estas 
proteínas es la designación numérica del grupo de 
diferenciación (CD, del inglés duster of differentiation), 
que se utiliza para describir las proteínas de superfi­
cie que definen un tipo particular de célula o estadio de 
diferenciación y que se reconocen por un grupo 
de anticuerpos. (En el apéndice II se ofrece una lis­
ta de las moléculas CD que se mencionan en el libro.)
Como ya se indicó anteriormente, los linfocitos B 
son las únicas células capaces de producir anticuer­
pos; por tanto, son las que median la inmunidad 
humoral. Los linfocitos B expresan formas mem­
branosas de anticuerpos que sirven de receptores 
que reconocen antígenos e inician el proceso de 
activación de las células. Los antígenos solubles y los 
que están en la superficie de los microbios y otras 
células pueden unirse a estos receptores del lin­
focito B para el antígeno, lo que inicia el proceso 
de activación del linfocito B. Esto conduce a la se­
creción de formas solubles de anticuerpos con la 
misma especificidad antigénica que los receptores 
de membrana.
Los linfocitos T son responsables de la inmuni­
dad celular. Los receptores para el antígeno de la 
mayoría de los linfocitos T solo reconocen fragmen­
tos peptídicos de antígenos proteínicos que están 
unidos a moléculas especializadas en la muestra de 
péptidos, conocidas como complejo principal de his- 
tocompatibilidad (CPH) y situadas en la superficie 
de células especializadas denominadas células pre­
sentadoras de antígenos (v. capítulo 3). Entre los 
linfocitos T, los CD4+ se denominan linfocitos T 
cooperadores, porque ayudan a los linfocitos B a 
producir anticuerpos y a los fagocitos a destruir los 
microbios ingeridos. Los linfocitos T CD8+ se conocen 
como linfocitos T citotóxicos (LTC) porque matan 
a las células que albergan microbios intracelulares. 
Algunos linfocitos T CD4+ pertenecen a un subgrupo
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Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario 9
Tipo de célula Principal(es) función(es)
Linfocitos:
linfocitos B; 
linfocitos T; linfocitos 
citolíticos naturales
Linfocito sanguíneo
Células presentadoras 
de antígeno:
células dendríticas; 
macrófagos; células 
dendríticas foliculares
vil
Célula dendrítica Monocito sanguíneo
Células efectoras:
linfocitos T; 
macrófagos; 
granulocitos
Reconocimiento específico 
de antígenos:
Linfocitos B: mediadores 
de la inmunidad humoral
Linfocitos T: mediadores 
de la inmunidad celular
Linfocitos citolíticos naturales: 
células de la inmunidad innata
Captura de antígenos para 
mostrarlos a los linfocitos: 
Células dendríticas: inicio 
de respuesta del linfocito T
Macrófagos: fase efectora 
de inmunidad celular
Células dendríticas foliculares: 
muestra de antígenos a los 
linfocitos B en las respuestas 
inmunitarias humorales
Eliminación de antígenos: 
Linfocitos T: linfocitos T 
cooperadores y linfocitos T 
citotóxicos
Macrófagos y monocitos: células 
del sistema fagocítico 
mononuclear
Granulocitos: neutrófilos, 
eosinófilos
Neutrófito
FIGURA 1-8 Principales células del sistema inmunitario. Esta tabla muestra los principales tipos celulares implicados en las res­
puestas inmunitarias y las funciones clave de dichas células. Las microfotografías de la izquierda ilustran la forma de algunas células de cada tipo. 
Obsérvese que los macrófagos tisuiares derivan de los monocitos sanguíneos.
especial que impide o limita las respuestas inmuni­
tarias; estos se llamanlinfocitos T reguladores. 
Otra clase de linfocitos son los linfocitos citolíticos 
naturales (NK, del inglés natural killer cell), que 
también matan células infectadas del huésped, pero, 
al contrario que los linfocitos B y T, no expresan 
receptores para el antígeno con una distribución 
clonal. Los linfocitos NK son componentes de la 
inmunidad innata, capaces de atacar rápidamente 
a las células infectadas.
Todos los linfocitos surgen de células troncales de 
la médula ósea (fig. 1-10). Los linfocitos B madu­
ran en la médula ósea, y los linfocitos T, en un 
órgano llamado timo. Estos lugares en los que se 
producen (generan) linfocitos maduros se llaman 
órganos linfáticos generadores. Los linfocitos 
maduros salen de estos y entran en la circulación 
y en los órganos linfáticos periféricos, donde 
pueden encontrarse con el antígeno frente al cual 
expresan receptores específicos.
10 Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario
Reconocimiento del antígeno Funciones efectoras
Linfocito
B
Neutralización
del microbio,
1 fagocitosis,
JL activación del
complemento
Linfocito T 
cooperador
Antígeno microbiano 
presentado 
por célula 
presentadora 
de antígeno
Célula infectada 
que expresa el 
antígeno microbiano
Activación 
(proliferación y 
diferenciación) 
de linfocitos T 
yB
Muerte de 
célula infectada
Linfocito T 
regulador
Linfocito 
citolítico 
natural (NK)
P<
f kV ==>•??•) Muerte
de célula
slula diana • u
infectada
FIGURA 1-9 Clases de linfocitos. Diferentes clases de linfocitos reconocen distintos tipos de antígenos y se diferencian en células efectoras 
cuya función es eliminara los antígenos. Los linfocitos B reconocen antígenos solubles o de la superficie celular y se diferencian en células secretoras de 
anticuerpos. Los linfocitos T cooperadores reconocen antígenos situados en las superficies de las células presentadoras de antígenos y secretan 
citocinas, lo que estimula diferentes mecanismos de la inmunidad y la inflamación. Los linfocitos T citotóxicos (LTC) reconocen antígenos en las 
células infectadas y matan a dichas células. (Obsérvese que los linfocitos T reconocen péptidos que se muestran en las moléculas del complejo 
principal de histocompatibilidad [CPH], analizados en el capítulo 3.) Los linfocitosT reguladores limitan la activación de otros linfocitos, especialmente 
de los linfocitosT, e impiden la autoinmunidad. Los linfocitos citolíticos naturales (NK) reconocen cambios en la superficie de las células infectadas 
y las matan. Los linfocitos NK son células de la inmunidad innata y todos los otros linfocitos son células del sistema inmunitario adaptativo.
Supresión 
de respuesta 
inmunitaria
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Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario 11
Organos
linfáticos
generadores
Sangre,
linfa
Linfocitos B 
maduros
Organos
linfáticos
periféricos
Precursor Línea 
linfático de 
común linfocitos B
Línea de 
linfocitos T
Linfocitos B 
inmaduros
Timo vírgenes
maduros
linfáticos
Medula
osea
Bazo
Tejidos
linfáticos
Recirculación ^ mucosos 
m y cutáneos
Linfocitos T 
maduros
FIGURA 1-10 Maduración de los linfocitos. Los linfocitos se desarrollan a partir de precursores en los órganos linfáticos generadores 
(médula ósea y timo). Los linfocitos maduros entran en los órganos linfáticos periféricos, donde responden a los antígenos extraños y recirculan 
en la sangre y la linfa.
Cuando los linfocitos vírgenes reconocen 
antígenos microbianos y, además, reciben se­
ñales adicionales inducidas por los microbios, 
los linfocitos específicos frente al antígeno pro- 
liferan y se diferencian en células efectoras y 
células de memoria (fig. 1-11). Los linfocitos 
vírgenes expresan receptores para los antígenos, 
pero no realizan las funciones necesarias para eli­
minar a los antígenos. Estas células residen en los 
órganos linfáticos periféricos, circulan entre ellos y 
sobreviven durante semanas o meses, a la espera de 
encontrarse con el antígeno y responder a él. Si no 
son activados por el antígeno, los linfocitos vírgenes 
mueren por el proceso de la apoptosis y son reem­
plazados por células nuevas que surgen en los órga­
nos linfáticos generadores. La diferenciación de los 
linfocitos vírgenes en células efectoras y de memoria 
se inicia por el reconocimiento del antígeno, lo que 
asegura que la respuesta inmunitaria que surge sea 
específica frente al antígeno. Las células efectoras 
son la descendencia diferenciada de células vírgenes 
que tienen la capacidad de producir moléculas que 
actúan para eliminar antígenos. Las células efectoras 
del linaje del linfocito B son células secretoras de 
anticuerpos, llamadas células plasmáticas. Estas se 
producen en respuesta al estímulo antigénico en los 
órganos linfáticos periféricos, donde pueden estar y 
producir anticuerpos. También hay células secretoras 
de anticuerpos en la sangre, conocidas como plas- 
moblastos. Algunas de estas migran a la médula
ósea, donde maduran en células plasmáticas de vida 
larga y continúan produciendo pequeñas cantidades 
de anticuerpos mucho tiempo después de que la 
infección esté erradicada, lo que proporciona una 
protección inmediata en el caso de que la infección 
recurra.
Los linfocitos T CD4+ efectores (linfocitos T coope­
radores) producen las proteínas llamadas citocinas, 
las cuales activan a los linfocitos B, a los macrófagos 
y a otros tipos celulares, con lo que median en la 
función cooperadora de este linaje. Los linfocitos T 
CD8+ efectores (LTC) disponen del mecanismo para 
matar células infectadas del huésped. El desarrollo 
y las funciones de estas células efectoras se exponen 
en capítulos posteriores. Los linfocitos T efectores 
viven poco tiempo y mueren cuando se elimina el 
antígeno.
Las células de memoria, generadas también a 
partir de la descendencia de linfocitos estimulados 
por el antígeno, sobreviven largos períodos de tiem­
po sin el antígeno. Por tanto, la frecuencia de apa­
rición de células de memoria aumenta con la edad, 
probablemente debido a la exposición a microbios 
ambientales. De hecho, las células de memoria su­
ponen menos del 5% de los linfocitos T de la sangre 
periférica de un recién nacido, pero el 50% o más 
de los de un adulto. Las células de memoria son 
inactivas; no desempeñan funciones efectoras a no 
ser que sean estimuladas por un antígeno. Cuando 
se encuentran con el mismo antígeno que indujo
12 Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario
Tipo de célula Estadio
Célula virgen Linfocito activado 
o efector
Linfocito 
de memoria
Linfocitos B
Reconocimiento Proliferación Diferenciación 
del antígeno 4”
4 <
Linfocitos T 
cooperadores
Reconocimiento Prolife 
del antígeno
ración Diferenciación
Linfocito
virgen
Linfocitos activados 
o efectores Linfocitos de memoria
Linfocitos T
Migración Preferentemente 
a ganglios 
linfáticos 
periféricos
Preferentemente 
a tejido inflamado
Heterogénea: un subgrupo 
migra a los ganglios linfáticos 
y otro a la mucosa y a los 
tejidos inflamados
Frecuencia de 
células reactivas a 
antígeno particular
Muy baja Alta Baja
Funciones
efectoras
Ninguna Secreción de citocinas; 
actividad citotóxica
Ninguna
Linfocitos B
Isotipo de 
inmunoglobulina 
(Ig) de membrana
IgM e IgD Habitualmente IgG, 
IgA, IgE
Habitualmente IgG, 
IgA, IgE
Afinidad de Ig 
producida
Relativamente
baja
Aumenta durante la 
respuesta inmunitaria
Relativamente alta
Función efectora Ninguna Secreción de 
anticuerpos
Ninguna
FIGURA 1-11 Estadios en la historia vital de los linfocitos. A. Los linfocitos vírgenes reconocen antígenos extraños para iniciar 
las respuestas inmunitarias adaptativas. Los linfocitos vírgenes necesitan señales, además de antígenos, para proliferar y diferenciarse en células 
efectoras; estas señales adicionales no se muestran. Las células efectoras, que surgen a partir de las células vírgenes, actúan eliminando antígenos. 
Las células efectoras del linaje del linfocito Bson células plasmáticas secretoras de anticuerpos (algunas de las cuales tienen una vida larga). Las 
células efectoras del linaje del linfocito T CD4 producen citocinas. (Las células efectoras del linaje CD8 son linfocitos T citotóxicos; estas no se 
muestran.) Otros descendientes de los linfocitos estimulados por el antígeno se diferencian en células de memoria de vida larga. B. Se resumen las 
características importantes de los linfocitosT y B vírgenes, efectores y de memoria. La generación y las funciones de las células efectoras, incluidos 
los cambios en los patrones de migración y los tipos de inmunoglobulinas (Ig) producidas, se describen en capítulos posteriores.
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Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario 13
su desarrollo, responden rápidamente para iniciar 
las respuestas inmunitarias secundarias. Las señales 
que generan y mantienen las células de memoria no 
se conocen bien, pero entre ellas están las citocinas.
Células presentadoras de antígenos
Los sitios de entrada más habituales para los 
microbios -la piel, el tubo digestivo y las vías 
respiratorias- contienen CPA especializadas, 
localizadas en el epitelio y que capturan antí­
genos, los transportan a los tejidos linfáticos 
periféricos y los muestran (presentan) a los 
linfocitos. Esta función de captura y presentación 
del antígeno se conoce mejor en un tipo de célula 
llamada célula dendrítica debido a sus largos pro­
cesos membranosos. Las células dendríticas capturan 
antígenos proteínicos de los microbios que entran a 
través de los epitelios y los transportan a los ganglios 
linfáticos regionales, donde muestran porciones de 
los antígenos para su reconocimiento por los linfoci­
tos T. Si un microbio ha invadido a través del epitelio, 
puede ser fagocitado por los macrófagos que viven 
en los tejidos y en diversos órganos. Los microbios 
o sus antígenos que entran en los órganos linfáticos 
pueden ser capturados por las células dendríticas o 
los macrófagos que residen en dichos órganos y pre­
sentados a los linfocitos. Las células dendríticas son 
las CPA más eficaces para iniciar las respuestas del 
linfocito T. El proceso de presentación del antígeno 
a los linfocitos T se describe en el capítulo 3.
Las células especializadas en la muestra de antí­
genos a los linfocitos T tienen otra importante carac­
terística que les confiere la capacidad de activar las res­
puestas del linfocito T. Estas células especializadas 
responden a los microbios produciendo proteínas de 
superficie y secretadas que son necesarias, junto al 
antígeno, para activar los linfocitos T vírgenes para 
que proliferen y se diferencien en células efectoras. 
Las células especializadas que muestran los antíge­
nos a los linfocitos T y proporcionan señales acti­
vadores adicionales a veces son denominadas CPA 
profesionales. Las CPA profesionales prototípicas 
son las células dendríticas, pero los macrófagos, los 
linfocitos B y algunos otros tipos celulares pueden 
realizar la misma función en varias respuestas in­
munitarias.
Se sabe menos sobre las células que pueden cap­
turar antígenos para presentarlos a los linfocitos B. 
Estos son capaces de reconocer directamente los 
antígenos de los microbios (liberados o en la super­
ficie de los microbios), o bien los macrófagos que 
recubren los conductos linfáticos pueden capturar 
antígenos y mostrarlos a los linfocitos B. Un tipo 
de célula, la llamada célula dendrítica folicular 
(CDF) reside en los centros germinales de los folí­
culos linfáticos en los órganos linfáticos periféricos 
y muestra los antígenos que estimulan la diferencia­
ción de los linfocitos B en los folículos (v. capítulo 7). 
Las CDF no presentan antígenos a los linfocitos T y 
difieren de las células dendríticas anteriormente des­
critas en que actúan como CPA para los linfocitos T.
Células efectoras
Las células que eliminan microbios se llaman 
células efectoras y consisten en linfocitos y 
otros leucocitos. Las células efectoras de los li­
najes de los linfocitos B y T ya se han mencionado. 
La eliminación de microbios a menudo requiere 
la participación de otros leucocitos no linfocíticos, 
como los granulocitos y los macrófagos. Estos leu­
cocitos pueden actuar como células efectoras tanto 
en la inmunidad innata como en la adaptativa. En 
la primera, los macrófagos y algunos granulocitos 
reconocen directamente a los microbios y los elimi­
nan (v. capítulo 2). En la inmunidad adaptativa, los 
productos de los linfocitos B y T potencian las activi­
dades de los macrófagos, y reclutan otros leucocitos 
y los activan para que maten a los microbios.
TEJIDOS DEL SISTEMA INMUNITARIO
Los tejidos del sistema inmunitario son los ór­
ganos linfáticos generadores, en los que los lin­
focitos T y B maduran y se hacen competentes 
para responder a los antígenos, y los órganos 
linfáticos periféricos, en los que se inician las 
respuestas inmunitarias adaptativas frente a 
los microbios (v. fig. 1-10). Los órganos linfáticos 
generadores (también llamados primarios o cen­
trales) se describen en el capítulo 4, donde se expone 
el proceso de maduración del linfocito. La siguiente 
sección subraya algunas de las características de los 
órganos linfáticos periféricos (o secundarios) que 
son importantes para el desarrollo de la inmunidad 
adaptativa.
Órganos linfáticos periféricos
Los órganos linfáticos periféricos -los ganglios linfá­
ticos, el bazo y los sistemas inmunitarios cutáneo y 
mucoso- están organizados para optimizar las inter­
acciones entre los antígenos, las CPA y los linfocitos, 
de modo que promuevan el desarrollo de las res­
puestas inmunitarias adaptativas. Los linfocitos T 
y B deben localizar a los microbios que entran por 
cualquier lugar del cuerpo, responder entonces a 
ellos y eliminarlos. Además, como se ha descrito 
anteriormente, en el sistema inmunitario normal 
muy pocos de estos linfocitos son específicos frente
14 Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario
a un antígeno. Para los pocos linfocitos específicos 
frente a cualquier antígeno no es posible vigilar todos 
los posibles sitios de entrada del antígeno. La organi­
zación anatómica de los órganos linfáticos periféricos 
capacita a las CPA para concentrar los antígenos en 
estos órganos, y a los linfocitos para localizarlos y 
responder frente a ellos. Esta organización se ve 
complementada por la notable capacidad de los 
linfocitos de circular a través del cuerpo, de forma 
que los linfocitos vírgenes vayan preferentemente a 
los órganos en que se concentra el antígeno, y las 
células efectoras, a los lugares de infección, donde los 
microbios deben ser eliminados. Además, diferentes 
tipos de linfocitos necesitan a menudo comunicarse 
para generar respuestas inmunitarias eficaces. Por 
ejemplo, los linfocitos T cooperadores específicos 
frente a un antígeno interaccionan con los linfoci­
tos B específicos frente al mismo antígeno y los ayu­
dan, lo que propicia la producción del anticuerpo. 
Una función importante de los órganos linfáticos 
es reunir estas células infrecuentes, de modo que 
interaccionen de forma productiva.
Los ganglios linfáticos son agregados nodulares 
encapsulados de tejido linfático localizados a lo largo 
de conductos linfáticos de todo el cuerpo (fig. 1-12). 
Constantemente sale líquido de los vasos sanguíneos 
en todos los epitelios y tejidos conjuntivos, así como 
de la mayoría de los órganos parenquimatosos. Es­
te líquido, llamado linfa, es drenado por los vasos 
linfáticos de los tejidos hasta los ganglios linfáticos y, 
finalmente, lo devuelven a la circulación sanguínea. 
Por tanto, la linfa contiene una mezcla de sustancias 
absorbidas de los epitelios y los tejidos. A medida que 
la linfa pasa a través de los ganglios linfáticos, las CPA 
de los ganglios son capaces de tomar muestras de 
antígenos de los microbios que entren a través de los 
epitelios en los tejidos. Además, las células dendríti­
cas captan antígenosde los microbios de los epitelios 
y otros tejidos, y los transportan a los ganglios linfá­
ticos. El resultado neto de estos procesos de captura 
y transporte del antígeno es que los antígenos de los 
microbios que entran a través de los epitelios o que 
colonizan los tejidos se concentran en los ganglios 
linfáticos de drenaje.
El bazo es un órgano abdominal muy vasculari- 
zado que realiza la misma función en las respuestas 
inmunitarias frente a los antígenos transportados 
por la sangre que los ganglios linfáticos en las res­
puestas frente a los antígenos transportados por 
la linfa (fig. 1-13). La sangre que entra en el bazo 
fluye a través de una red de conductos (sinusoides). 
Los antígenos transportados por la sangre son con­
centrados por las células dendríticas y los macró­
fagos en el bazo. Este órgano contiene abundantes 
fagocitos, que ingieren y destruyen los microbios 
de la sangre.
FIGURA 1-12 Morfología de un ganglio linfático. A. Dia­
grama esquemático de un ganglio linfático que ilustra su organización 
estructural. B. Microfotografía óptica de un ganglio linfático que muestra 
su sección transversal, con numerosos folículos en la corteza, algunos 
con zonas centrales ligeramente teñidas (centros germinales).
Arteria \cáPsula 
> . Trabécula
Médula
Zona
de linfocitos B 
(folículo)
Seno 
subcapsular
Antígeno
Vénula del 
endotelio 
alto (VEA) Vaso
linfático
aferente
Zona 
linfocitos
Centro 
germinal 
Seno medular linfático
eferente Linfocitos
Folículo linfático primario 
(zona de linfocitos B)
Corteza parafolicular 
(zona de linfocitos T)
Folículo 
secundario 
con centro 
germinal
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Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario 15
Arteria 
trabecular central marginal
Seno
marginal
Arteriola
folicular
FIGURA 1-13 Morfología del bazo. A. Diagrama esquemático 
que muestra una arteriola esplénica rodeada de la vaina linfática periar- 
teriolar (PALS) y unida al folículo que contiene un centro germinal 
prominente. Las PALS y los folículos linfáticos constituyen la pulpa 
blanca. B. Microfotografía óptica de una sección del bazo que muestra 
una arteriola con la PALS y un folículo con un centro germinal rodeados 
por la pulpa roja, que es rica en sinusoides vasculares.
Los sistemas inmunitarios cutáneo y mucoso
son grupos especializados de tejidos linfáticos, CPA 
y moléculas efectoras localizados en los epitelios 
de la piel y en los aparatos digestivo y respiratorio, 
respectivamente, y por debajo de ellos. Aunque la 
mayoría de las células inmunitarias de estos tejidos 
se dispersan difusamente bajo las barreras epite­
liales, se trata de grupos definidos de linfocitos y 
CPA organizados de una forma parecida a como lo 
están los ganglios linfáticos. Por ejemplo, la amígdala 
faríngea y las placas de Peyer del intestino son dos 
tejidos linfáticos mucosos definidos en estructuras 
anatómicas (fig. 1-14). En cualquier momento, al 
menos una cuarta parte de los linfocitos del cuerpo
están en los tejidos mucosos y en la piel (reflejo del 
gran tamaño de estos tejidos) y muchos de ellos son 
células de memoria. Los tejidos linfáticos cutáneos 
y mucosos son lugares de respuestas inmunitarias a 
los antígenos que atraviesan los epitelios. Un desafío 
para estos sistemas inmunitarios mucosos y cutáneos 
es ser capaces de responder a los microorganismos 
patógenos pero no reaccionar al elevado número 
de microbios comensales habitualmente inocuos 
que están presentes en las barreras epiteliales. Esto 
se consigue por medio de diversos mecanismos que 
aún no se conocen por completo completamente, 
incluida la acción de los linfocitos T reguladores y de 
las células dendríticas que suprimen los linfocitos T, 
en lugar de activarlos.
Dentro de los órganos linfáticos periféricos, los 
linfocitos T y B son segregados en diferentes com­
partimentos anatómicos (fig. 1-15). En los gan­
glios linfáticos, los linfocitos B se concentran en 
estructuras definidas, llamadas folículos, locali­
zadas alrededor de la periferia, o corteza, de cada 
ganglio. Si los linfocitos B en un folículo han res­
pondido al principio a un antígeno, este folículo 
puede contener una región central ligeramente 
teñida, conocida como centro germinal. El papel 
de los centros germinales en la producción de an­
ticuerpos se describe en el capítulo 7. Los linfocitos T 
se concentran fuera de los folículos pero junto a 
ellos, en la paracorteza. En los folículos están las 
CDF anteriormente descritas, que participan en la 
activación de los linfocitos B, y en la paracorteza se 
encuentran las células dendríticas, que presentan 
antígenos a los linfocitos T. En el bazo, estos últimos 
se localizan en las vainas linfáticas periarteriales 
(PALS, del inglés periarterial lymphoid sheath) que 
rodean las pequeñas arteriolas, y los linfocitos B, 
en los folículos.
La organización anatómica de los órganos linfáti­
cos periféricos está muy bien regulada para permitir 
que las respuestas inmunitarias se desarrollen tras 
la estimulación de los antígenos. Los linfocitos B 
son atraídos y retenidos en los folículos, debido a la 
acción de una clase de citocinas, las quimiocinas 
(citocinas quimiotácticas; las quimiocinas y otras 
citocinas se describen con más detalle en los capí­
tulos posteriores). Las CDF de los folículos secretan 
constantemente una quimiocina particular para la 
que los linfocitos B vírgenes expresan un recep­
tor, llamado CXCR5. La quimiocina que se une al 
CXCR5 atrae a los linfocitos B desde la sangre a los 
folículos de los órganos linfáticos. De forma similar, 
los linfocitos T son segregados a la paracorteza de los 
ganglios linfáticos y las PALS del bazo, debido a 
que los linfocitos T vírgenes expresan un receptor, 
llamado CCR7, que reconoce quimiocinas produ­
cidas en estas regiones de los ganglios linfáticos y
16 Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario
Placa
Linfático
aferente
Folículo
Vellosidad
Bacterias 
_¿r comensales
Linfocitos r,
Jntraepiteliales cé|u|a M
Célula epitelial / Moco 
intestinal / /
Célula \ / /
dendrítica
Cripta de Peyer
Drenaje
linfático
Célula
dendrítica Linfocito B
Ganglio linfático 
mesentérico
íhQT Linfocito Macrófago Qéiula
plasmática
Luz
intestinal
Epitelio
mucoso
Lámina
propia
Mesenterio
FIGURA 1-14 Sistema inmunitario de las mucosas. Diagrama esquemático del sistema inmunitario mucoso con el intestino delgado 
como ejemplo. Hay muchas bacterias comensales en la luz. El epitelio secretor de moco proporciona una barrera innata a la invasión microbiana 
(v. capítulo 2). Células epiteliales especializadas, como las células M, promueven el transporte de antígenos desde la luz a los tejidos subyacentes. 
Las células de la lámina propia, incluidas las células dendríticas, los linfocitosT y los macrófagos, proporcionan una defensa inmunitaria innata y 
adaptativa contra los microbios invasores; algunas de estas células se organizan en estructuras especializadas, como las placas de Peyer en el 
intestino delgado. La inmunoglobulina A (IgA) es un tipo de anticuerpo que se produce de forma abundante en los tejidos mucosos y se transporta 
a la luz, donde se une a los microbios y los neutraliza (v. capítulo 8).
el bazo. Debido a ello, se reclutan linfocitos T de la 
sangre hacia la región parafolicular de la corteza 
del ganglio linfático y las PALS del bazo. Cuando 
los antígenos activan a los linfocitos, estos alteran 
la expresión de receptores para quimiocinas. Los 
linfocitos B y T migran entonces hacia su mutuo 
encuentro y se reúnen en el borde de los folículos, 
donde los linfocitos T cooperadores interaccionan 
con los linfocitos B y los ayudan a diferenciarse en 
células productoras de anticuerpos (v. capítulo 7). 
De este modo, estas poblaciones de linfocitos se 
mantienen separadas hasta que resulta útil para
ellos interactuar, tras la exposición a un antígeno. 
Este es un ejemplo excelente de cómo la estructura 
de los órganos linfáticosasegura que las células 
que han reconocido y respondido a un antígeno 
interaccionen y se comuniquen entre sí solo cuando 
es necesario.
Muchos de los linfocitos activados, especialmente 
los linfocitos T, salen, finalmente, del ganglio a través 
de los vasos linfáticos eferentes y abandonan el bazo 
a través de las venas. Estos linfocitos activados aca­
ban en la circulación y pueden desplazarse a lugares 
de infección distantes.
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Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario 17
Zona de 
linfocitos B
Célula
dendrítica Linfocito B Quimipcina 
virqen .específica
'de linfocito B
V
Vaso
linfático / A* i 
aferente
Zona de 
linfocitos T 
Quimiocina
Linfocito 
virgen . .- . 
específica de Artena
linfocito T y Linfocito T
célula dendrítica
Linfocito
B
Zona de
Zona de 
linfocitos B 
(folículo 
linfático)
FIGURA 1-15 Segregación de linfocitos B yT en dife­
rentes regiones de un ganglio linfático. A. El diagrama 
esquemático ilustra la vía mediante la cual los linfocitos B yT vírgenes 
migran a diferentes zonas de un ganglio linfático. Los linfocitos B yT 
vírgenes entran a través de una vénula del endotelio alto (VEA), mos­
trada en corte transversal, desde donde son llevados a zonas diferentes 
del ganglio por la acción de quimiocinas producidas en dichas zonas y 
que se unen selectivamente a cada tipo celular. También se muestra 
la migración de las células dendríticas, que captan antígenos desde el 
epitelio, entran a través de los vasos linfáticos aferentes y migran a las 
zonas ricas en linfocitosT del ganglio (v. capítulo 3). B. En esta sección 
histológica de un ganglio linfático, los linfocitos B localizados en los 
folículos se tiñen de verde, y los linfocitosT de la corteza parafolicular, 
de rojo, usando inmunofluorescencia. En esta técnica, una sección de 
tejido se tiñe con anticuerpos específicos frente a los linfocitos T o B 
acoplados a fluorocromos que emiten diferentes colores cuando son 
estimulados con las longitudes de onda adecuadas. La segregación 
anatómica de los linfocitosT y B también se observa en el bazo (no mos­
trado). (Por cortesía de los Drs. Kathryn Pape y Jennifer Walter, University of 
Minnesota School of Medicine, Minneapolis.)
Recirculación del linfocito 
y migración a los tejidos
Los linfocitos vírgenes recirculan constante­
mente entre la sangre y los órganos linfáticos 
periféricos, donde pueden ser activados por 
antígenos para convertirse en células efectoras, 
y los linfocitos efectores migran desde los teji­
dos linfáticos a las zonas de infección, donde se 
eliminan los microbios (fig. 1-16). De este modo, 
los linfocitos en estadios definidos de su vida mi- 
gran a diferentes localizaciones donde son necesarios 
para sus funciones. La migración de los linfocitos 
efectores a los lugares de infección es más relevante 
para los linfocitos T, porque los linfocitos T efectores 
tienen que localizar y eliminar microbios en estos 
sitios. Por el contrario, las células plasmáticas no 
necesitan migrar a lugares de infección; en cambio, 
secretan anticuerpos, los cuales entran en la sangre, 
donde pueden unirse a microorganismos patógenos 
o toxinas vehiculados por la sangre. Además, los 
anticuerpos pueden llegar a las zonas tisulares de 
infección por la circulación.
Los linfocitos T vírgenes que han madurado en el 
timo y entrado en la circulación migran a los gan­
glios linfáticos, donde pueden encontrarse con los 
antígenos que drenan los epitelios y los órganos 
parenquimatosos. Estos linfocitos T vírgenes entran 
en los ganglios linfáticos a través de vénulas poscapi­
lares especializadas, llamadas vénulas de endotelio 
alto (VEA). Las moléculas de adherencia usadas 
por los linfocitos T para unirse al endotelio se des­
criben en el capítulo 6. Las quimiocinas producidas 
en las zonas del linfocito T de los ganglios linfáticos 
y mostradas en las superficies de las VEA se unen al 
receptor para quimiocinas CCR7 expresado en los 
linfocitos T vírgenes, lo que hace que los linfoci­
tos T se unan fuertemente a las VEA. Los linfocitos T 
vírgenes migran entonces a la zona de linfocitos T, 
donde los antígenos son presentados por células den­
dríticas. Los linfocitos B vírgenes también entran 
en los tejidos linfáticos, pero después migran a los 
folículos en respuesta a las quimiocinas que se unen 
al CXCR5, el receptor para quimiocinas expresado 
en estos linfocitos B.
En el ganglio linfático, si un linfocito T reconoce 
de forma específica a un antígeno en una célula den­
drítica, ese linfocito T forma conjugados estables con 
la célula dendrítica y se activa. Tal encuentro entre 
un antígeno y un linfocito específico probablemente 
sea un episodio aleatorio, pero la mayoría de los 
linfocitos T del cuerpo circulan a través de algunos 
ganglios linfáticos al menos una vez al día. Como 
se mencionó anteriormente y se describirá mejor 
en el capítulo 3, la probabilidad de que el linfocito T 
correcto encuentre a su antígeno aumenta en los
18 Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario
Vaso
Tejido
periférico [_!___________ i
Vaso sanguíneo 
periférico
Vénula del 
endotelio 
alto
Linfocito T 
efector o 
de memoria 
Linfocito T 
virgen
Ganglio linfático
FIGURA 1-16 Migración de los linfocitosT. Los linfocitosT vírgenes migran desde la sangre, a través de las vénulas de endotelio alto, 
hacia las zonas de linfocitosT de los ganglios linfáticos, donde son activados por antígenos. Los linfocitosT activados salen de los ganglios, entran 
en el torrente sanguíneo y migran, de forma preferente, a los tejidos periféricos en los sitios de infección e inflamación. Las moléculas de adherencia 
implicadas en la unión de los linfocitosT a las células endoteliales se describen en el capítulo 6.
órganos linfáticos periféricos, en particular en los 
ganglios linfáticos, porque los antígenos microbianos 
se concentran en las mismas regiones de estos órga­
nos a través de los cuales recirculan los linfocitos T 
vírgenes. De este modo, los linfocitos T encuentran 
al antígeno que pueden reconocer y se activan para 
proliferar y diferenciarse. Los linfocitos vírgenes que 
no se han encontrado con los antígenos específicos 
abandonan los ganglios linfáticos y vuelven a entrar 
en la circulación. Las células efectoras generadas tras 
la activación del linfocito T migran preferentemen­
te a los tejidos infectados por los microbios, donde 
los linfocitos T realizan su función de erradicar la 
infección. Señales específicas controlan estos pa­
trones precisos de migración de linfocitos T vírgenes 
y activados (v. capítulo 6).
Los linfocitos B que reconocen y responden al 
antígeno en los folículos del ganglio linfático se di­
ferencian en células secretoras de anticuerpos, que 
permanecen en los ganglios linfáticos o migran a la 
médula ósea (v. capítulo 7).
Los linfocitos T de memoria constan de diferen­
tes poblaciones; algunas células recirculan a través 
de los ganglios linfáticos, donde pueden organizar 
respuestas secundarias a los antígenos capturados, 
mientras que otras migran a las zonas de infección, 
donde pueden responder con rapidez para eliminar 
la infección.
Sabemos menos sobre la circulación del linfocito 
a través del bazo u otros tejidos linfáticos. El bazo no 
contiene VEA, pero el patrón general de migración 
del linfocito virgen a través de este órgano proba­
blemente sea similar al de migración a través de los 
ganglios linfáticos.
PERSPECTIVA GENERAL DE LAS RESPUESTAS 
INMUNITARIAS A LOS MICROBIOS
Ahora que hemos descrito los principales compo­
nentes del sistema inmunitario, es útil resumir las 
características clave de las respuestas inmunitarias 
a los microbios. El objetivo aquí está en la función 
fisiológica del sistema inmunitario: la defensa contra 
las infecciones. En posteriores capítulos se expondrá 
con mayor detalle cada una de estas características.
Respuesta inmunitaria innata temprana 
a los microbios
Las principales barrerasentre el huésped y el am­
biente son los epitelios de la piel y los de los aparatos 
digestivo y respiratorio. Los microbios infecciosos 
suelen entrar a través de estas vías e intentan coloni­
zar al huésped. Los epitelios sirven de barreras físicas 
y funcionales a las infecciones, al impedir, simultá­
neamente, la entrada de microbios e interfiriendo en 
su crecimiento por medio de la producción de sus­
tancias antimicrobianas naturales. Si los microbios 
son capaces de atravesar estos epitelios y de entrar 
en los tejidos y la circulación, se encuentran con 
los mecanismos de defensa de la inmunidad innata, 
que están diseñados para reaccionar con rapidez
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Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario 19
contra los microbios y sus productos. Los fagocitos, 
incluidos los neutrófilos y los macrófagos, ingieren 
microbios en las vesículas y los destruyen mediante 
la producción de sustancias microbicidas en estas 
últimas Los macrófagos y las células dendríticas que 
se encuentran con los microbios también secretan 
citocinas, que sirven a numerosas funciones.
Las dos principales reacciones celulares de la in­
munidad innata son la inflamación, que induce 
citocinas y otras moléculas y sirve para llevar leucocitos 
y proteínas plasmáticas a la zona de infección o le­
sión, y la defensa antivírica, que está mediada por 
interferones de tipo I (una familia particular de cito­
cinas) y linfocitos NK. Muchas proteínas plasmáticas 
participan en la defensa del huésped, incluidas las del 
sistema del complemento, que activan los microbios, 
y cuyos productos matan a los microbios y los cu­
bren (opsonizan) para que sean fagocitados por los 
macrófagos y los neutrófilos. Además de combatir 
las infecciones, las respuestas inmunitarias innatas 
estimulan la consiguiente inmunidad adaptativa y, de 
este modo, proporcionan señales que son esenciales 
para iniciar las respuestas de linfocitos T y B específi­
cos frente al antígeno. Las acciones combinadas de los 
mecanismos de la inmunidad innata pueden erradicar 
algunas infecciones y mantener a los microorganis­
mos patógenos controlados hasta que se active la 
respuesta inmunitaria adaptativa, más potente.
Respuesta inmunitaria adaptativa
El sistema inmunitario adaptativo usa las siguientes 
estrategias para combatir a la mayoría de los mi­
crobios:
• Los anticuerpos secretados se unen a los microbios 
extracelulares, bloquean su capacidad de infectar a 
las células del huésped, y promueven su ingestión 
y posterior destrucción por los fagocitos.
• Los fagocitos ingieren microbios y los matan, y los 
linfocitos T cooperadores potencian las capacida­
des microbicidas de los fagocitos.
• Los linfocitos T cooperadores reclutan leucocitos 
para destruir microbios y potenciar la función de 
barrera epitelial para expulsar microbios.
• Los linfocitos T dtotóxicos destruyen a las células 
infectadas por los microbios que son inaccesibles 
a los anticuerpos.
Las respuestas inmunitarias adaptativas se desa­
rrollan en pasos, cada uno de los cuales corresponde 
a determinadas reacciones de linfocitos (fig. 1-17).
Captura y muestra de los antígenos microbianos
Los microbios que entran a través de los epitelios, 
así como sus antígenos proteínicos, son capturados
por las células dendríticas que residen en estos epi­
telios y los antígenos unidos a las células son trans­
portados a los ganglios linfáticos de drenaje. Los 
antígenos proteínicos son procesados en las células 
dendríticas para generar péptidos, que se muestran 
en la superficie de la CPA unidos a las moléculas 
del CPH. Los linfocitos T vírgenes reconocen estos 
complejos péptido-CPH, lo que constituye el primer 
paso en el inicio de las respuestas del linfocito T. 
Los antígenos proteínicos también son reconocidos 
por los linfocitos B en los folículos linfáticos de los 
órganos linfáticos periféricos. Los polisacáridos y 
otros antígenos no proteínicos son capturados en los 
órganos linfáticos y reconocidos por los linfocitos B 
pero no por los linfocitos T.
Como parte de la respuesta inmunitaria innata, 
las células dendríticas que presentan el antígeno 
a los linfocitos T vírgenes se activan para expresar 
moléculas llamadas coestimuladores y secretar cito­
cinas, ambos necesarios, además del antígeno, para 
estimular la proliferación y diferenciación de los lin­
focitos T. La respuesta inmunitaria innata a algunos 
microbios y antígenos polisacáridos también da lugar 
a la activación del sistema del complemento, que 
genera productos de escisión de proteínas que tienen 
varias funciones inmunitarias. Algunos productos 
generados por el complemento potencian la prolife­
ración y la diferenciación de los linfocitos B. De este 
modo, el antígeno (a menudo denominado señal 1) 
y las moléculas producidas durante las respuestas 
inmunitarias innatas (señal 2) actúan conjuntamen­
te para activar a los linfocitos específicos frente al 
antígeno. El requisito de la señal 2 desencadenada 
por el microbio asegura que los microbios induzcan 
la respuesta inmunitaria adaptativa y no sustancias 
inocuas. Las señales generadas por los linfocitos 
por la unión de los receptores para el antígeno a 
su antígeno y de los receptores para los coestimu­
ladores a sus objetivos conducen a la transcripción 
de varios genes, que codifican citocinas, receptores 
para citocinas, moléculas efectoras y proteínas que 
controlan la supervivencia y el ciclo celulares. Todas 
estas moléculas participan en las respuestas de los 
linfocitos.
Inmunidad celular: activación de los linfocitos T 
y eliminación de los microbios asociados a las células
Cuando son activados por el antígeno y los coes­
timuladores en los órganos linfáticos, los linfocitos T 
vírgenes secretan citocinas, que actúan como fac­
tores de crecimiento y responden a otras citocinas 
secretadas por las CPA. La combinación de señales 
(antígeno, coestimulación y citocinas) estimula la 
proliferación de los linfocitos T y su diferenciación 
en linfocitos T efectores. Los linfocitos T efectores 
generados en el órgano linfático pueden migrar de
20 Capítulo 1 - Introducción al sistema inmunitario
Reconocimiento Activación 
del antígeno del linfocito
Eliminación 
del antígeno
Contracción
(homeostasis) Memoria
Célula productora “fc, 
de anticuerpos jk Linfocito T 
efector
Células 
de memoria 
supervivientes
7 Días desde la 
exposición al antígeno
FIGURA 1-17 Fases de la respuesta inmunitaria adaptativa. Una respuesta inmunitaria adaptativa consiste en distintas fases; las 
tres primeras son el reconocimiento del antígeno, la activación de los linfocitos y la eliminación del antígeno (fase efectora). La respuesta declina 
a medida que los linfocitos estimulados por el antígeno mueren por apoptosis, restaurando así el estado estable basal llamado homeostasis; las 
células específicas frente al antígeno que sobreviven son las responsables de la memoria. La duración de cada fase puede variar en función de 
las respuestas inmunitarias. Estos principios se aplican a la inmunidad humoral (mediada por linfocitos B) y a la celular (mediada por linfocitos T).
nuevo a la sangre y después a cualquier lugar donde 
esté el antígeno (o microbio). Estas células efecto- 
ras se reactivan gracias al antígeno en las zonas de 
infección y realizan las funciones responsables de la 
eliminación de los microbios. Diferentes clases de 
linfocitos T se diferencian en células efectoras con 
propiedades funcionales distintas. Los linfocitos T 
cooperadores secretan citocinas y expresan molé­
culas de superficie que median sus funciones. Al­
gunos de estos linfocitos T cooperadores activados 
reclutan neutrófilos y otros leucocitos en las zonas 
de infección; otros activan a los macrófagos para 
que maten a los microbios ingeridos, y aún otros 
permanecen en los órganos linfáticos y ayudan a los 
linfocitos B. Los LTC matan directamente a las células 
en cuyo citoplasma existen microbios. Estos

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