Esta es una vista previa del archivo. Inicie sesión para ver el archivo original
SC 7.1. La composición celular compleja del esbozo renal y la regulación del balance proliferación/sobrevida/muerte celular programada. Factores de crecimiento y proteínas proapoptóticas y antiapoptóticas. V. Flores, R. Rey El desarrollo normal de cualquier esbozo requiere un equilibrio entre la proliferación celular, la diferenciación celular y la apoptosis. En general las células del esbozo cumplen esos comportamientos celulares con una dinámica que caracteriza a toda la población. La sincronización en la dinámica de comportamientos celulares que caracteriza a cada esbozo en particular es fácil explicar en los casos en los que las células del esbozo tienen un origen embrionario común. Sin embargo, en la constitución de los esbozos de la mayoría de los órganos, las células no poseen un origen embrionario común. En muchos casos provienen de varias poblaciones celulares que, en alguna etapa del desarrollo previo, se segregaron y determinaron diferentemente. Por ejemplo, durante la gastrulación se segregan y determinan diferentemente las tres capas germinativas, cada una de ellas posee dinámicas de proliferación, procesos morfogenéticos y de apoptosis diferentes. Sin embargo, muchos esbozos se forman más tarde como consecuencia de la integración de subpoblaciones celulares provenientes de diferentes capas germinativas, y los CCD mencionados se sincronizan una vez constituido el esbozo. El ejemplo del riñón es muy notable en este aspecto debido a que en la formación del esbozo renal participan al menos 4 categorías o subpoblaciones celulares diferentes, cada una con sus respectivas programaciones: a) células del brote ureteral. Estas células tienen su origen en el mesodermo intermedio. Las células de la región mesonéfrica del cordón nefrógeno tempranamente originan el conducto mesonéfrico y éste, a su vez, origina el brote ureteral; b) células de la regiónmetanéfrica del cordón nefrógeno. Estas células se determinan en sentido metanéfrico como consecuencia de interacciones locales, probablemente con la cloaca y tienen la capacidad de originar, entre otras cosas, nefrones; c) células de niveles caudales del mesodermo paraxil que se interacalan con células del metanefros; al parecer carecen de la capacidad para formar nefrones; d) células de la cresta neural que también integran el mesénquima del metanefros. De no ser por el uso de marcadores específicos y del uso de mapas de destinos modernos sería muy difícil distinguir estos tres últimos tipos celulares. Sin embargo, parecen exhibir tasas de proliferación y apoptosis similares, lo que sugiere que ambos CCD se regulan interactivamente. Las células que integran el mesénquima metanéfrico tienen al principio una tasa de proliferación. Luego, durante la morfogénesis y la histogénesis renal aparecen diferencias regionales significativas que también se regulan interactivamente (SC 7.5. El brote ureteral promueve la formación de las células troncales del blastema metanefrogénico). No todas las células del mesénquima metanéfrico inicial aportan descendientes al riñón definitivo. De las células que nacen en el mesénquima metanéfrico, una cantidad importante se eliminanpor apoptosis. Las que sobreviven siguen proliferando, se diferencian y forman parte del parénquima o del estroma renal. En el balance proliferación/apoptosis del mesénquima metanéfrico participan por un lado ciertos factores de crecimiento, las proteínas que integran el control central del ciclo celular y también las que regulan la apoptosis. Entre los factores de crecimiento, las proteínas señal factor de crecimiento fibroblástico 2 (Fgf2), la proteína morfogenética del hueso 7 (Bmp7) y, probablemente también, la proteína señal factor neurotrófico derivado de la glía o Gdnf (Gdnf: Glial cell line- derived neurotrophic factor) parecen cumplir en forma directa un papel central en la regulación de la proliferación. Por otro lado, se considera que los factores de crecimiento Fgf2 y Bmp7 también influyen en el balance proliferación/apoptosis manteniendo activa la expresión de la proteína factor de transcripción Wt1 (WT: de tumor de Wilms). Este factor de transcripción se expresa específicamente en el mesodermo intermedio y contrarresta el ingreso a la vía de la apoptosis inhibiendo a algunas proteínas proapotóticas. Con respecto a la expresión de las proteínas que intervienen en la apoptosis renal, se asigna un papel importante a una combinatoria de factores de transcripción entre los cuales parece poseer papel crucial la proteína factor de transcripción Pax2. Este factor regula el balance proliferación/apoptosis debido a que reprime la expresión de la proteína proapoptótica p53 que facilita el ingreso de las células en la vía de la apoptosis. Las células mesonéfricas y metanéfricas que expresan Pax2 no entran en apoptosis. Por el contrario, la deficiencia en la expresión o la función de esta proteína ocasiona el aumento de la muerte celular y fallas en el desarrollo de los derivados mesonéfricos y metanéfricos (agenesia renal y gonadal). En esta situación también se afecta el desarrollo de los derivados de los conductos de Wolff y de Müller. http://semin-bioldes-vf.com/ http://semin-bioldes-vf.com/ http://semin-bioldes-vf.com/ Otro factor con función antiapoptótica expresado en el blastema metanéfrico y en el brote ureteral es la proteína de la membrana mitocondrial bcl2. También participa en el desarrollo del mesodermo intermedio la proteína factor de transcripción Lim-1; su deficiencia genera una anomalía de la formación del mesonefros y del metanefros (algo similar a lo que ocurre con la deficiencia de Pax2). Los factores mencionados no participan sólo en el desarrollo del riñón, sino también en el de muchas otras estructuras del organismo. Debido a ello, las mutaciones en dichos genes pueden generar malformaciones múltiples y diversas en varios órganos. Señalamos que en el blastema metanefrogénico se expresa el factor de transcripción Wt1, codificado por el gen supresor de tumores del mismo nombre. La proteína Wt1 tiene varias funciones: por un lado es una proteína antiapoptótica ya que se une a la proteína proapoptótica p53 y la inactiva. El gen Wt-1 se expresa específicamente en derivados del mesodermo intermedio, por lo cual sus mutaciones afectan solamente el desarrollo de estructuras urogenitales. Otros datos que indican que la muerte celular en el riñón está regulada por interacciones entre tipos celulares está ejemplificado por el hecho de que la metaloproteasa de la matriz 9 o Mmp9, que participa en las Int e-m en el desarrollo del riñón, también influye sobre la tasa de apoptosis en las etapas tempranas del desarrollo. Los embriones deficientes en Mmp9 sufren un gran aumento en la apoptosis renal que se traduce en una disminución del 20% del peso del órgano y una disminución del 30% del número de nefrones. En los riñones de embriones deficientes en Mmp9 se detecta una disminución de la forma activada del receptor c-kit, receptor de la proteína factor de célula troncal o Scf (Stem cell factor) acompañada de un aumento de la Scf unida a membrana. Este resultado es compatible con resultados de cultivos organotípicos de riñones de estos embriones en los que se detecta un déficit en la secreción de Scf. Estos datos indican que el Mmp9, además de estimular el desarrollo de ramificaciones del brote ureteral, también protege a las células del mesénquima metanefrogénico, las que tienen capacidad de formar nefrones, de la apoptosis. SC 7.2. Factores de transcripción, factores de crecimiento y sus receptores y proteínas de la matriz extracelular regulan dinámicamente el patrón de ramificaciones del brote ureteral. V. Flores, R. Rey Las células mesenquimáticas de la región metanéfrica expresan la proteína factor de transcripción Wt-1 codificada por el gen supresor de tumores homónimo. El factor Wt1 cumple varias funciones. Una de ellas es posibilitar las interacciones recíprocas que ocurren entre las poblaciones celulares que forman el esbozo renal. Su expresión le permite, por un lado, la generación de señales que tienen como población competente el brote ureteral y, por otro, responder a señales provenientes del brote ureteral. También, indirectamente, inhibiendo a proteínas proapoptóticas, participa del balance sobrevida/muerte celular durante el desarrollo renal. Una de las funciones de la proteína Wt-1 es la regulación de la síntesis de dos proteínas señal que genera el blastema metanéfrico: el factor neurotrófico derivado de la glía (Gdnf) y el factor de crecimiento del hepatocito (Hgf). Las células epiteliales del brote ureteral, a su vez, expresan en sus membranas plasmáticas las proteínas receptor de estas señales: el receptor Ret, al que se une el Gdnf, y el receptor c-Met, cuyo ligando es el Hgf. Los dos factores de crecimiento liberados por el mesénquima metanéfrico actúan sobre las células epiteliales del brote ureteral; estimulan la proliferación celular, el crecimiento en longitud de los brotes y su ramificación dicotómica. En este último proceso también participan las proteínas señal denominadas factores de crecimiento transformantes beta (Tgfβ), que poseen efectos contrapuestos a los anteriormente mencionados. El crecimiento, morfogénesis y patrón de ramificaciones del brote ureteral también depende de las características de la matriz extracelular del blastema metanétrico (Véase SC El papel morfogenético del mesénquima. La remodelación regulada de la matriz extracelular como mecanismo de control del patrón de ramificaciones de un órgano epitelial). Por ejemplo, la síntesis, secreción y deposición de proteínas de matriz extracelular como la laminina es esencial, pues, cuando el brote ureteral se ramifica y da origen a los tubos colectores, éstos expresan la proteína integral de membrana fibroquistina. Las moléculas de fibroquistina que se insertan en la región basal de la membrana plasmática poseen la función de realizar interacciones con la laminina y otras proteínas de la matriz extracelular e iniciar vías de señalización intracelulares que controlan muchos de los CCD involucrados en todos los aspectos de la morfogénesis y diferenciación de los túbulos renales. Las que se insertan en las regiones laterales y apical de la membrana poseen otra función (SC Proteínas complejas polifuncionales y sus http://semin-bioldes-vf.com/ http://semin-bioldes-vf.com/ http://semin-bioldes-vf.com/ http://semin-bioldes-vf.com/ http://semin-bioldes-vf.com/ alteraciones como bases moleculares de la enfermedad renal poliquística). La importancia de los componentes de la matriz extracelular en el desarrollo de los derivados del brote ureteral se pone de manifiesto con claridad cuando se analiza el efecto de los factores arriba mencionados en medios de cultivo. Por ejemplo, el factor Hgf promueve la formación de estructuras tubulares ramificadas (similares a ramas del brote ureteral) en los cultivos celulares de riñón (línea celular MDKC: Madin-Darby canine kidney). Este efecto se observa cuando los cultivos se realizan sobre un sustrato con colágeno tipo I. Cuando son cultivadas sobre un extracto de membrana basal de composición compleja (Matrigel) no se produce este efecto. La extracción sucesiva de distintos compuestos del Matrigel y su adición ulterior al sustrato de colágeno tipo I permitió detectar qué sustancia del primero inhibe la tubulogénesis inducida por Hgf en el segundo. Este procedimiento permite constatar que: a) algunas proteínas de la matriz extracelular tales como laminina, fibronectina y entactina facilitan la formación de ramificaciones y, en consecuencia, aumentan la complejidad del patrón de ramas; b) otros componentes, como por ejemplo, colágeno tipo IV, proteoglucanos de heparán sulfato, vitronectina y otros, producen una marcada inhibición de las ramificaciones y c) la proteína señal factor transformante β (Tgf-β), por un lado, reduce el crecimiento de las ramas y, por otro, en el caso de las ramas que sí se forman, tienen menos ramificaciones. Todos estos resultados sugieren que el proceso de crecimiento y ramificación del conducto ureteral y sus ramas está regulado dinámicamente por un conjunto de factores que operan positivamente (lo estimulan) y negativamente (lo inhiben) (Fig. SC 7- 2-1). Habría algunos morfógenos tubulogénicos, o señales positivas, como Gdnf y Hgf, y factores anti-tubulogénicos, o señales negativas, como el Tgf β que, actuando dentro de contexto de una matriz extracelular de composición cambiante, como el que rige durante los procesos de desarrollo de estructuras epiteliales, modularían dinámicamente las características que definen el patrón de ramificaciones: formación de túbulos, longitud de éstos, la frecuencia de ramificaciones y la extensión global de la arborización. http://semin-bioldes-vf.com/ http://semin-bioldes-vf.com/ http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-2-1.jpg http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-2-1.jpg Fig. SC 7-2-1. Representación esquemática del modelo que plantea que el desarrollo del brote ureteral y sus ramas es el resultado regulado de fenómenos estimulantes e inhibitorios del desarrollo. SC 7.3. La constitución del esbozo renal requiere una sucesión de interacciones celulares. V. Flores En la constitución del esbozo renal participan al menos dos poblaciones celulares, el blastema metanéfrico y el brote ureteral. La primera de ellas, sin embargo, de acuerdo con estudios modernos de marcación y seguimiento de linajes celulares, es una población heterogénea de células mesenquimáticas de diverso origen: las propias del mesénquima metanéfrico con el agregado de otras provenientes del mesodermo paraxil y de la cresta neural. La constitución del mesénquima metanéfrico. El cordón nefrógeno del mesodermo intermedio se extiende a lo largo de casi toda la extensión del embrión. Su extremo caudal se ubica a ambos lados de la cloaca. Sólo el mesodermo intermedio del extremo caudal del cordón nefrógeno posee la capacidad de formar nefrones metanéfricos cuando es puesto a interactuar con el brote ureteral. Trabajos clásicos de disociación y reasociación de tejidos embrionarios sugieren que tal capacidad del mesodermo intermedio es adquirida sólo en el entorno de la cloaca, por lo cual el mesodermo intermedio sería determinado en sentido metanéfrico por el epitelio cloacal u otra población celular de la región. A esta región del mesodermo intermedio se agregan luego células originadas en los segmentos caudales de la cresta neural y del mesodermo paraxil. http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-2-1.jpg La incorporación de células de la cresta neural al mesénquima metanéfrico es considerada por algunos investigadores como fenómeno asociado al hecho de que el uréter que deriva del conducto mesonéfrico posee en sus capas musculares plexos nerviosos y neuronas parasimpáticas derivadas de la cresta neural. La formación del brote ureteral. El siguiente paso es la determinación del brote ureteral en el epitelio del conducto mesonéfrico y su ulterior crecimiento hacia el mesénquima metanefrénico. En este proceso, el mesénquima metanéfrico actuaría como población determinante y el brote ureteral como población competente. Una vez constituidos el brote ureteral y el blastema metanefrogénico, el proceso de formación del riñón implica una sucesión de interacciones entre ambas poblaciones. Si bien es imposible conocer la secuencia completa de eventos interactivos, con fines didácticos algunos proponen cuatro categorías de eventos sucesivos: a) El primero de ellos, probablemente mediado por señales de relativamente largo alcance, está mediado por señales generadas en el blastema que llevan a la formación del brote ureteral a partir del conducto mesonéfrico. Este fenómeno implicaría, por un lado, un efecto determinante y, por otro, un efecto estimulante de la proliferación y un efecto quimiotáctico de orientación del crecimiento hacia el blastema. El fenómeno involucra varias señales y se ha propuesto que podría estar bajo el control de un conjunto de factores de transcripción entre los cuales se cuenta el factor de transcripción Wt1. b) El segundo de los fenómenos, que también sería de largo rango de alcance, consiste en la producción de señales por parte de las células del brote ureteral que estimularían a las células del mesénquima metanéfrico del entorno a ingresar en una fase de célula troncal (autorrenovante y con alta tasa proliferativa). Durante esta fase también se inhibirían los procesos de muerte celular generando un aumento de la masa crítica de células necesarias para la constitución del blastema metanefrogénico. c) El tercero de estos fenómenos implicaría la generación de señales adicionales por parte de las células del brote ureteral, en este caso de corto rango de acción, que llevarían a las células del blastema metanefrogénico, inmediatamente adyacentes a los extremos de crecimiento de las ramas del brote ureteral, a agregarse y formar condensaciones mesenquimáticas o nódulos nefronogénicos determinados a formar nefrones. d) El cuarto de estos fenómenos consistiría en la producción de señales por parte del blastema metanefrogénico que regularían el crecimiento y las ramificaciones dicotómicas sucesivas de las ramas del brote ureteral. Estas últimas interacciones regularían el patrón de bifurcaciones y la extensión global de las ramificaciones y, en consecuencia, de la masa de parénquima renal funcionante. La clasificación precedente intenta resumir, en un cuadro relativamente claro y simple, los procesos interactivos involucrados en el desarrollo renal (Fig. SC 7-3-1). Ciertamente el panorama es más complejo y se omiten muchos fenómenos interactivos conocidos. Fig. SC 7-3-1. Modelo de la sucesión de interacciones que podrían ocurrir durante el desarrollo del parénquima renal. Muchas experiencias sugieren que la acción del brote ureteral sobre el mesénquima metanéfrico, promoviendo la formación del blastema metanefrogénico en su entorno inmediato, no es un fenómeno determinante sino permisivo. De acuerdo con esta interpretación, el mesénquima metanéfrico del cordón nefrógeno ya está determinado en sentido metanefrogénico, vale decir, determinado a formar nefrones, antes de su interacción con el brote ureteral. Se funda esta idea en que el hecho de que, si experimentalmente se asocia el mesénquima metanéfrico con una variedad de otros tejidos, en mucho casos el mesénquima metanéfrico responde formando nefrones o, por el contrario, no responde y no se diferencia. Estos http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-3-1.jpg.jpg http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-3-1.jpg resultados sugieren que el mesénquima ya está determinado a formar nefrones y que todas las diversas o variadas señales que puede recibir de varios tejidos embrionarios probablemente son todas permisivas. Vale decir, permiten expresar una vía previamente elegida. Se considera que la potencia del meséquima metanéfrico para responder a dichos estímulos formando nefrones depende de la expresión de la proteína factor de transcripción Wt1. Este factor de transcripción se expresa en el mesénquima desde antes de su interacción con el brote ureteral. Sin embargo, la expresión de la proteína Wt1 no es suficiente para adquirir la determinación (o la competencia) en sentido renal. Probablemente sea la combinatoria de factores de transcripción, en la cual está incluida, la que confiere determinación o competencia al blastema metanefrogénico. Que la expresión de la proteína Wt1 por sí solo no es suficiente está demostrado por el hecho de que otras poblaciones celulares embrionarias como el blastema gonadal y el epitelio celómico también lo expresan y no por eso se diferencian en riñón. SC 7.4. El mesénquima metanéfrico participa en la determinación y formación del brote ureteral a partir del conducto mesonéfrico. V. Flores Algunos autores consideran que el mesénquima metanéfrico genera las señales que promueven el desarrollo del brote ureteral a partir del conducto mesonéfrico. El mesénquima metanéfrico se caracteriza, desde temprano, por la expresión delfactor de transcripción Wt1 codificado por el gen supresor de tumores del mismo nombre. Se considera que el factor Wt1 posee varias funciones de desarrollo. Una de las funciones de la proteína Wt1 en el desarrollo del riñón sería participar en la génesis de algunas de las señales que operan sobre el conducto mesonéfrico. La proteína Wt1 regularía la expresión de lasproteínas señal factor neurotrófico derivado de la glía (Gdnf) y factor de crecimiento de hepatocito (Hgf). Por su parte, el conducto mesonéfrico posee competencia para responder a estas señales pues sintetiza las proteínas receptor c-Ret(receptor de Gdnf) y c-met (receptor de Hgf). Así, el mesénquima metanéfrico podría actuar sobre el epitelio del conducto mesonéfrico determinándolo a formar el brote ureteral. Una vez generado el brote ureteral, la expresión de las proteínas receptor mencionadas queda restringida a los extremos de crecimiento del brote y de sus ramificaciones (Fig. SC 7-4-1 A-E), http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-4-1.jpg.jpg vale decir, en los sitios de crecimiento en los que las interacciones de desarrollo entre ambas poblaciones prosiguen. Fig. SC 7-4-1. Modelo del efecto localizador del sitio de formación del brote ureteral por medio de variaciones en la concentración de la proteína Gdnf y de su receptor Ret. La secreción local de Gdnf, por parte del blastema metanéfrico, y la expresión polarizada de su receptor Ret, con un máximo en el extremo caudal del cordón nefrógeno, determina el sitio de origen del esbozo ureteral a partir del conducto mesonéfrico. Sólo en la región adyacente al mesénquima metanéfrico la activación de la señalización vía Gdnf alcanza el umbral requerido para la determinación del brote ureteral. El modelo considera que, una vez producida la inducción, según se va ramificando el brote ureteral, sólo en sus extremos queda activo el sistema de interacción Gdnf-Ret. La expresión de este último es inhibida en las zonas ya determinadas. (Modificado de Schuchardt y cols., 1996). Una red de interacciones moleculares en las que participan proteínas señal, sus receptores, correceptores y reguladores de la transcripción, generadas en tanto en el blastema, en el brote y en los http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-4-1.jpg tejidos circundantes, contribuyen a definir la localización del sitio de formación del esbozo del riñón (SC 7.6. Una red de vías de señalización regula la formación del brote ureteral y la constitución del blastema metanefrogénico). La atribución de las funciones de desarrollo mencionadas a las moléculas señal y sus receptores citados se debe a que las alteraciones en la expresión de dichas moléculas, debida a mutaciones o a su inhibición con anticuerpos en forma experimental, lleva a la producción de agenesias o a la ausencia bilateral de riñón. La figura SC 7-4-1 muestra que la formación del brote ureteral y de todo el sistema colector renal depende de la expresión de la proteína Gdnf por parte del mesénquima metanéfrico y de la expresión de su receptor Ret por parte del epitelio ureteral. La figura también muestra que la localización del sitio de formación del brote ureteral en la región caudal del conducto mesonéfrico depende, por un lado, de la alta concentración de Gdnf en la región caudal y, también, de la existencia de un gradiente de expresión del receptor Rec, el receptor del Gdnf. Este receptor exhibe su máximo nivel de expresión en el extremo caudal, único lugar en el que las células del conducto mesonéfrico alcanzan el nivel de expresión umbral necesario para que se produzca el efecto del factor Gdnf. Así, ambos hechos, concentración de la señal Gdnf y de su receptor, contribuyen a definir el sitio de nacimiento del brote ureteral. La figura SC 7-4-2 ilustra la importancia de la proteína Gdnf, secretada por el blastema metanéfrico, en la formación, crecimiento y el patrón de ramificaciones del brote ureteral. La figura muestra que los ratones heterocigotas para una mutación que anula la función del factor Gdnf presentan un crecimiento en longitud deficiente del brote ureteral y una disminución del número y longitud de sus ramificaciones. Por otro lado, los ratones homocigotas para dicha mutación muestran drástica abolición del desarrollo del brote ureteral (SC 7.6. Una red de vías de señalización regula la formación del brote ureteral y la constitución del blastema metanefrogénico). http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Vías_señalización_esbozo_renal http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Vías_señalización_esbozo_renal http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Vías_señalización_esbozo_renal http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-4-1.jpg.jpg http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-4-2.jpg.jpg http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Vías_señalización_esbozo_renal http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Vías_señalización_esbozo_renal http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-4-2.jpg Fig. SC 7-4-2. Representación esquemática del déficit de la proteína Gdnf sobre el desarrollo del esbozo ureteral. A. Ilustra el desarrollo del brote ureteral y sus ramas en el esbozo renal mantenido en cultivo durante 3 días. El esbozo fue obtenido de un ratón silvestre (normal). B. Ilustra el desarrollo del brote ureteral, en las mismas condiciones que en A, pero en un esbozo renal obtenido de un ratón heterocigota para una mutación del gen codificante de Gdnf. El tamaño y longitud del brote ureteral y el número y longitud de sus ramas se reducen. C. Desarrollo del brote ureteral, en las mismas condiciones que en A, pero, en este caso, de un ratón con ambas copias del gen codificante de Gdnf mutados. Puede observarse que el conducto mesonéfrico se halla intacto pero no se forma el brote ureteral debido a la falta de la señal apropiada generada en el mesénquima metanéfrico. SC 7.5. El brote ureteral permite la formación del blastema metanéfrico; éste permite el crecimiento y ramificación del brote ureteral. V. Flores Luego de la constitución del brote ureteral, los siguientes pasos son a) la admisión de su crecimiento en la intimidad del blastema metanéfrico y b) la formación de varias generaciones de ramificaciones dicotómicas dentro del mesénquima. En general, los procesos por medio de los cuales los tejidos epiteliales crecen y se ramifican dentro del mesénquima requieren la participación activa de este último (SC El papel morfogenético del mesénquima. La remodelación regulada de la matriz extracelular como mecanismo de control del patrón de ramificaciones de un órgano epitelial). En el caso del desarrollo del riñón, el brote ureteral y el mesénquima metanéfrico, por medio de Int e-m, regulan todo el proceso de generación del sistema de túbulos colectores del riñón. En el ratón existe una mutación, la mutación Danforth, que fenotípicamente se expresa, en el nivel anatómico, como ausencia de riñón. Esta alteración fenotípica ilustra la dificultad en cuanto a diferenciar si la ausencia de un órgano es consecuencia de a) una agenesia de éste, que conceptualmente se debe a una falla en la determinación y constitución del esbozo del órgano o si, por el contrario, se debe a b) diversas alteraciones que pueden afectar el desarrollo del esbozo. La mutación Danforth del ratón, por ejemplo, tiene como característica fenotípica relevante la ausencia de riñón. Sin embargo, no es el resultado de una falla en la formación del brote ureteral. El brote ureteral se forma normalmente ‒es visible morfológicamente http://semin-bioldes-vf.com/ http://semin-bioldes-vf.com/ http://semin-bioldes-vf.com/ http://semin-bioldes-vf.com/ con forma, tamaño y posición normales‒ pero no crece debido a que no posee la capacidad de introducirse ni de ramificarse dentro del mesénquima metanefrogénico. Durante la morfogénesis y la histogénesis renal, el brote ureteral y sus ramificaciones crecen gracias a la actividad de las células localizadas en sus extremos. Vale decir, poseen un “extremo de crecimiento” integrado por células con propiedades biológicas diferentes de las que integran los “tallos” de las ramificaciones. Se sabe que el brote ureteral, una vez constituido, empieza a sintetizar la proteína señal Wnt11 que, al parecer, es necesaria para las interacciones que permiten su crecimiento dentro del mesénquima metanéfrico. También se sabe que el mesénquima sintetiza y deposita proteoglucanos de la matriz extracelular que permiten la síntesis y secreción sostenida de Wnt11 por las células del extremo de crecimiento del brote ureteral, primero, y de cada una de las sucesivas ramificaciones después. En la mutación Danforth, el extremo de crecimiento del brote ureteral no expresa Wnt11; en consecuencia, no se introduce en el mesénquima, no prosigue su desarrollo y a ello se debe la ausencia del riñón. La interacción Wnt11-proteoglucanos es sólo una de un conjunto de interacciones moleculares que regulan el desarrollo integrado de brote ureteral y mesénquima metanéfrico. Nótese que la normalidad del riñón no requiere sólo que el brote ureteral pueda crecer y ramificarse, sino también la elaboración de un patrón de ramificaciones dicotómicas típico del sistema colector renal. La proteína señal factor neurotrófico derivado de la glía o Gdnf (Glial cell-derived neurotrophic factor) aparte de determinar la formación del brote ureteral (Fig. 1) también participa promoviendo el desarrollo sus ramificaciones. La proteína Gdnf se une directamente a su receptor Ret que es expresado por las células de los extremos del brote ureteral y luego de sus ramas. Promueve de esta forma la formación de nuevas ramas a partir de las preexistentes. Fig. SC 7-5-1. Efecto de diversos factores de crecimiento sobre el desarrollo del sistema colector del rinón. A. Una microesfera de gel embebido en Gdnf estimula la formación de un brote epitelial (similar al ureteral) en la región caudal del conducto mesonéfrico mantenido en cultivo de tejido. B. Un fenómeno similar al mostrado en A ocurre en la región cefálica del conducto mesonéfrico. Se forma un brote epitelial amplio y deformado. C. Una microesfera embebida en Hgf o en TgfB1 no posee capacidad de estimular el desarrollo de un brote epitelial. Por otro lado, actuando como agente quimiotáctico, promueve el crecimiento de los brotes hacia zonas de alta concentración de Gdnf en éstas y promueve la formación de brotes (Fig. SC 7.5.2). También se ha mostrado en medios de cultivo que tiene el efecto de aumentar la adhesividad entre las células del epitelio ureteral garantizando su estabilidad. No se ha mostrado que aumente significativamente la proliferación de las células del brote ureteral. Fig. SC 7-5-2. Efecto del Gdnf sobre el pattern de ramificaciones del sistema colector del riñón. Explantes de esbozos de rinón mantenidos durante 2 días en cultivo. A. Ilustra esquemáticamente que una microesfera control, no embebida en Gdnf (señalada en http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-5-2.jpg.jpg http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-5-1.jpg http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-5-2.jpg círculo de línea de puntos), no altera significativamente el patrón de ramificaciones del brote ureteral. B. Muestra el resultado de un cultivo en similares condiciones pero con una microesfera embebida en Gdnf. Se observa un desarrollo exagerado de las ramas del brote ureteral en derrededor de la microesfera (zona de alta concentración de Gdnf). (Modificado de Sainio K, et al. 1997). La proteína Gdnf sería el factor de crecimiento que actuaría en primer término. Participaría en el inicio de la formación del esbozo ureteral y sus ramas, en tanto que otros factores como el factor de crecimiento de hepatocitos o Hgf/Sf (Hepatocytegrowth factor) y el factor transformante β1 o Tgf β1 (Transforming growth factor Beta 1) actuarían a continuación modulando o regulando el proceso, favoreciendo o contrarrestando el efecto de Gdnf. La proteína señal factor de crecimiento transformante β1 o Tgfβ1, por ejemplo, tendría funciones antagónicas al Gdnf en la modulación del proceso de generación de ramificaciones. Este factor, por un lado, inhibe las proteasas extracelularesdenominadas metaloproteasas de la matriz extracelular (Mmp) que degradan el colágeno y, además, estimulan la síntesis de proteínas de la matriz extracelular; de esa forma estabilizan la matriz y el epitelio evitando que éste siga creciendo y ramificándose. La proteína de la matriz extracelular activina también participa en este proceso pues su exceso o su déficit en condiciones experimentales alteran la morfología de las ramificaciones. Lo mismo ocurre con otras varias proteínas que forman parte de la matriz extracelular o de la lámina basal. SC 7.6. Una red de vías de señalización regula la formación del brote ureteral y la constitución del blastema metanefrogénico. V. Flores La constitución del esbozo renal requiere la aparición e integración de tres poblaciones: a) la formación del mesénquima metanéfrico en el extremo caudal del mesodermo intermedio, b) la formación del brote ureteral en el extremo caudal del conducto mesonéfrico y c) la constitución del blastema metanefrogénico, como subpoblación segregada a partir del mesénquima metanéfrico como consecuencia de su interacción con el brote ureteral. La primera población, por un lado, da origen a la tercera y, por otro, origina el estroma del órgano. Las dos últimas están encargadas de formar el parénquima del órgano (el sistema colector y el sistema de nefrones). A estas poblaciones celulares se agregan luego otras dos subpoblaciones, que no participan en la formación del parénquima renal: una proviene del mesodermo paraxil y la otra de la cresta neural de la región lumbar y/o sacra (SC 7.1. La composición celular compleja del esbozo renal y la regulación del balance proliferación/sobrevida/muerte celular programada. Factores de crecimiento y proteínas proapoptóticas y antiapoptóticas). A continuación examinaremos las etapas de formación de las tres poblaciones que originan el parénquima y estroma renal. a) Formación del mesénquima metanéfrico. La formación del metanefros o porción caudal del cordón nefrógeno precede a la del blastema metanefrogénico que resulta de su interacción con el brote ureteral. La potencia del meséquima metanéfrico para responder a la interacción con el brote ureteral depende de la expresión previa de la proteína factor de transcripción Wt1. Ésta, sin embargo, no confiere, por sí sola, determinación en sentido renal. Probablemente sea la combinatoria de factores de transcripción, en la cual está incluida, la que le confiere este carácter. Se sabe que la expresión de Wt1 inicia una cascada de interacciones que termina en la constitución del blastema metanefrogénico. La proteína Wt1 regula la expresión de las proteínas señal factor neurotrófico derivado de la glía (Gdnf) y factor de crecimiento de hepatocito (Hgf). A su vez, el conducto mesonéfrico expresa los receptores de estas señales, las proteínas receptor c-Ret (receptor de Gdnf) y c-met (receptor de Hgf). Así, el blastema mesonéfrico podría poseer una acción determinante sobre el conducto mesonéfrico determinándolo a formar el brote ureteral. b) La formación del brote ureteral. La determinación, y localización, del brote ureteral a partir del conducto mesonéfrico depende de una red de interacciones entre varias vías de señalización. Se sabe que la proteína Wt1 estimula la expresión de la proteína Gdnf y otros factores de crecimiento, por parte del mesénquima metanéfrico y que el conducto mesonéfrico expresa los receptores a dichos factores de crecimiento. Entre ellos tiene un papel central la proteína receptor tirosina-quinasa Ret que opera como uno de los receptores específicos de Gdnf. La acción de Gdnf requiere también la participación de la proteína receptor Gfrα1 (receptor α1de Gdnf) que es expresada tanto por el mesénquima como por el brote ureteral. Este receptor actúa reforzando la acción señalizada a partir de la activación del receptor Ret. La distribución espacial de la expresión y actividad del receptor Ret tiene también efecto localizador de la formación del brote ureteral http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Proteínas_pro_y_antiapoptóticas http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Proteínas_pro_y_antiapoptóticas http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Proteínas_pro_y_antiapoptóticas http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Proteínas_pro_y_antiapoptóticas pues se expresa en forma de gradiente que hace que sólo en su extremo caudal posea un grado de actividad suficiente como para producir la determinación y consiguiente crecimiento e invasión del blastema. Esto es así debido a que la activación de Ret se requiere para estimular la actividad de la enzima fosfatidil inositol-3 quinasa (PI3-K) que promueve la migración celular y la invasión del epitelio dentro del mesénquima metanéfrico (Fig. SC 7-6-1). La localización del sitio de determinación y formación del brote ureteral depende de la distribución espacial de la actividad de ambos, Gdnf y Ret. La actividad de Gdnf está restringida en el espacio ya que, por un lado, es activada por el factor de transcripción Pax2 que es expresada en el propio mesénquima metanéfrico pero, por otro, es inhibida por el factor de transcripción FoxC que se expresa a lo largo de la frontera cefálica del mesénquima metanéfrico restringiendo la acción de Gdnf a la región caudal. Con respecto al receptor Ret, por un lado, su actividad depende de concentraciones apropiadas de Gdnf que se alcanzan sólo en la región caudal y, por otro, su actividad es inhibida por la proteína señal Bmp4, que también se expresa en la frontera cefálica de la región metanéfrica; este hecho restringe la activación de Ret a la región caudal. Así, la distribución especial de Bmp4 también contribuye a definir el sitio de nacimiento del brote ureteral. Una vez constituido el brote ureteral, la expresión del receptor Ret queda restringida a su extremo, y al extremo de sus ramas, en tanto que inhibida en el resto del epitelio mesonéfrico. c) Formación del blastema metanefrogénico. Una vez constituido, el brote ureteral ejerce un efecto permisivo sobre el mesénquima metanéfrico que, entonces, se diferencia en blastema metanefrogénico. Este fenómeno se repite con cada rama del brote ureteral. Se trata de un efecto, de escaso rango de alcance que permite que cada rama del brote ureteral en crecimiento posea un casquete de blastema metanefrogénico en su extremo. El proceso garantiza que cada rama posea una unidad generadora de nefroges (unidad nefronogénica) asociada. El paso siguiente es la abolición de la expresión de Gdnf en las células del blastema metanefrogénico pero su mantenimiento en las células que se ubican periféricamente a él. Esto genera un gradiente de Gdnf, con un máximo en la periferia, que sigue estimulando el crecimiento radial de las ramas del brote ureteral hacia regiones periféricas. A esto se debe el crecimiento centrífugo del riñón y la existencia de una gradiente de diferenciación http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-6-1.jpg de unidades funcionales desde la médula hacia la corteza renal. Este proceso resulta del hecho de que, una vez determinado el brote ureteral, sus células inician la expresión de la proteína señal Wnt11. Esta actividad queda luego restringida a su extremo pero, con cada bifurcación, se transfiere al extremo de sus ramas. Este fenómeno depende del modo como se conforma la población de células de cada extremo durante cada bifurcación (SC El control de la morfogénesis y la composición celular durante las bifurcaciones dicotómicas de las ramas del brote ureteral). Dichas células constituyen un “extremo de crecimiento” y realizan las interacciones que permiten su crecimiento dentro del mesénquima metanéfrico. El mesénquima, por su parte, sintetiza y deposita una combinación de proteoglucanos de la matriz extracelularque, a su vez, permiten la síntesis y secreción sostenida de Wnt11 por las células de los extremos de crecimiento del brote ureteral y de sus sucesivas ramificaciones después. La interacción Wnt11-proteoglucanos es sólo una de un conjunto de interacciones moleculares que regulan el desarrollo integrado de brote ureteral y mesénquima metanéfrico. Sin embargo, tienen un papel importante ya que sus alteraciones pueden impedir el desarrollo del riñón. Fig. SC 7-6-1. Esquema de la organización espacial de la red de interacciones entre las vías de señalización que determinan y localizan la formación del brote ureteral a partir de la región caudal del conducto mesonéfrico. A. La molécula señal Bmp4 inhibe la expresión del receptor tirosina-quinasa Ret y la restringe al extremo caudal del conducto mesonéfrico. Los factores de transcripción FoxC1/C2 reprimen la expresión de Gdnf, que queda restringida a la región caudal. En dicha zona, la expresión de Gdnf es estimulada por el factor de transcripción Pax2 y la proteína Eya1. A su vez, en la región caudal del brote ureteral, los receptores Ret estimulan la http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Determinación_brote_ureteral http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Determinación_brote_ureteral http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Determinación_brote_ureteral http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC7-6-1.jpg actividad de Pl3k, que promueve el crecimiento del brote ureteral dentro del mesénquima. La acción conjunta de todas estas moléculas de expresión espacial restringida contribuyen a localizar la zona de formación del brote ureteral y del blastema metanefrogénico. B. A medida que el brote ureteral y sus ramas invaden el mesénquima emiten señales que continúan promoviendo la formación de más mesénquima metanefrogénico en derrededor del extremo de cada nuevo brote. Luego en la zona central (tallo de las ramificaciones) se suprime la expresión de Gdnf, que sólo persiste en la periferia del blastema. De este modo se promovería el crecimiento en forma radial (hacia zonas de alta expresión de Gdnf) de nuevos brotes.