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SC 9.1. El cierre del tubo neural. V. Flores 
Luego de su formación (determinación y diferenciación parcial) y 
modelación, la placa neural, debido a interacciones con tejidos 
adyacentes con los cuales contacta, se transforma en tubo neural. El 
proceso global consta de varios fenómenos: a)generación de un 
surco medial, b) sobreelevación de los bordes de la placa y 
formación de los pliegues o labios del surco neural, c) acercamiento 
de los pliegues neurales a la línea media, d) fusión de los pliegues 
en la línea media, e) segregación de las tres poblaciones celulares 
que integran los labios del surco neural (ectodermo neural, cresta 
neural y ectodermo epidérmico), f) fusión de los lados derecho e 
izquierdo de la placa neural y del ectodermo epidérmico, g) migración 
de las células de la cresta neural y h) recomposición y estabilización 
de los epitelios. 
- Al principio, la placa neural es plana (Fig. SC 9-1-1 A). La formación 
del tubo neural se inicia con la formación del surco medial en la placa 
neural. Este fenómeno depende principalmente del comportamiento 
de células que ocupan la línea media de la placa neural. En la región 
cefálica de la placa neural –la zona que interactúa con el mesodermo 
precordal y que dará origen al prosencéfalo–, las células mediales se 
originan directamente del ectodermo neural. En la región caudal –la 
que interactúa con la notocorda y que originará al cerebro posterior y 
la médula– las células mediales provienen del nódulo de Hensen. 
Éste genera tanto las células de la notocorda como también las de la 
placa del piso. Las células mediales, independientemente de su 
origen, sufren cambios de forma promovidos por el mesodermo 
subyacente, de cilíndricas pasan a ser cónicas o piramidales truncas 
y, como consecuencia, la placa se pliega generándose un surco 
medial, el surco neural. El sitio en que se genera el surco neural 
opera como eje de giro de las mitades derecha e izquierda de la placa 
neural; debido a ello se denomina “bisagra medial” (Fig. SC 9-1-1 A-
B). 
- Los bordes de la placa neural –la zona de transición entre ésta y el 
ectodermo epidérmico– se encuentran ocupados por una población 
celular determinada a formar la cresta neural. Tres conjuntos de 
fuerzas, actuando simultáneamente, podrían producir la elevación 
hacia el dorso de los bordes del surco neural (Fig. SC 9-1.1 B): 1) el 
efecto de la bisagra medial eleva los bordes de la placa neural hacia 
el dorso, 2) la notocorda y la placa del piso se encuentran 
fuertemente adheridas y al conjunto se lo denomina “notoplaca” (Fig. 
SC 9-1-1 B). Ésta, en el momento en que empiezan a sobreelevarse 
los pliegues neurales, sufre un proceso de rápida elongación. 
Durante dicho proceso, la notoplaca es la estructura más rígida del 
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embrión. Las regiones no mediales de la placa neural, por el 
contrario, exhiben un comportamiento elástico. La notoplaca realiza 
una fuerza de tracción que genera una línea de tensión generalizada 
a lo largo de la línea media y las regiones laterales de la placa, debido 
a su comportamiento elástico, descomponen dicha fuerza a lo largo 
de arcos o curvas orientadas perpendicularmente a la línea de 
tensión medial. La placa neural adopta la forma de dichos arcos y se 
pliega. Este efecto puede ser apreciado por una experiencia simple: 
se sugiere al lector que tense una lámina elástica generando una 
tracción sobre ella. A lo largo de la línea de tensión se generará un 
surco (corresponde al surco medial de la placa); lateralmente a éste 
se formarán dos pliegues (corresponden a los pliegues neurales); 3) 
debido a la acción de estas dos fuerzas, los bordes de la placa se 
elevan, dejan de estar en contacto con el mesodermo paraxil y ello 
permite que la superficie basal de la placa neural realice 
interacciones de adhesión directa con la superficie basal del 
ectodermo epidérmico (Fig. SC 9-1-1 C-D). Estas interacciones 
generan fuerzas de adhesión intersuperficiales que contribuyen a 
acentuar los pliegues neurales que entonces sobresalen hacia el 
dorso. Si se cultivan pequeños trozos del borde de la placa neural 
que contienen la zona de transición y el ectodermo epidérmico, 
ambos se adosan fuertemente y forman pliegues similares a los 
pliegues neurales. 
- El acercamiento de los pliegues neurales hacia la línea media podría 
ser consecuencia de la operación de tres conjuntos de fuerza: 1) el 
incremento en la adhesión entre las dos hojas que forman cada 
pliegue neural hace que aumente la superficie de contacto entre 
ambas y que los bordes libres de cada pliegue se curven hacia la 
línea media (Fig. SC 9-1-1 D); 2) en las regiones laterales de la placa, 
promovidas por el contacto con el ectodermo epidérmico, se generan, 
a cada lado, cambios de forma celular que producen el mismo efecto 
descrito en la bisagra medial. Estas dos regiones se denominan 
“bisagras laterales” (Fig. SC 9-1-1 D); ellas generan fuerzas que 
curvan el borde libre del pliegue hacia la línea media; 3) los dos 
efectos descritos sólo son efectivos porque el surco medial de la 
placa se mantiene fuertemente unido en profundidad a la notocorda 
que sigue operando como elemento rígido (Fig. SC 9-1-1 D-G). La 
interacción con la notocorda hace que la línea media de la placa 
quede adherida profundamente en la línea media ventral; 
simultáneamente las fuerzas de adhesión entre las superficies 
basales de la placa neural y del ectodermo epidérmico y las bisagras 
laterales hacen que los pliegues se aproximen a la línea media dorsal 
(Fig. SC 9-1-1 D-E). Por otro lado, estos efectos son posibles debido 
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que el resto del ectodermo epidérmico en este momento se comporta 
como un material viscoso, se acomoda a las tracciones generadas 
sobre toda la superficie corporal, se distiende fácilmente y las 
tracciones desaparecen. 
- Una vez que los labios del surco neural contactan en la línea media, 
ellos se adosan fuertemente (Fig. SC 9-1-1 E-F). En la zona de 
contacto, el epitelio se desestabiliza debido a cambios en las 
propiedades de adhesión de las tres poblaciones celulares que se 
localizan en los bordes que contactan (células de la placa neural, de 
la cresta neural y del ectodermo epidérmico). Mientras las células de 
la placa neural expresan E-cadherinas, su continuidad con el 
ectodermo epidérmico se mantiene estabilizada. A medida que los 
bordes de los pliegues neurales se aproximan hacia la línea media, 
las células de la placa neural cambian sus propiedades de adhesión. 
Cesa la síntesis de E-cadherinas e inician la expresión de N-
cadherinas y N-CAM. Esto desestabiliza la zona de continuidad de 
los epitelios y se produce un fenómeno de segregación y 
reagregación por adhesividad diferencial. De esa forma, las células 
de los bordes derecho e izquierdo de la placa neural se desprenden 
del ectodermo epidérmico y se fusionan entre sí (Fig. SC 9-1-1 F-G). 
- Este proceso de desagregación y reagregación de los epitelios está 
acompañado de una degradación de la membrana basal. Durante 
dicho proceso se pierde transitoriamente, en sitios localizados, la 
separación neta entre epitelio y mesénquima; las células de la cresta 
neural
abandonan entonces el epitelio y se introducen en el 
compartimento mesenquimático (Fig. SC 9-1-1 F). Una vez que 
migran las células de la cresta neural se reconstruye, en la línea 
media dorsal, la continuidad entre los bordes derecho e izquierdo del 
ectodermo epidérmico (Fig. SC 9-1-1 F-G). De esta forma, el 
ectodermo epidérmico cubre la superficie dorsal (este ectodermo 
genera señales que tienen importante influencia en el desarrollo 
ulterior de la cresta neural y el tubo neural) y se constituye el tubo 
neural que queda cubierto por el ectodermo. Entre ambos quedan las 
células de la cresta neural. En la región cefálica las células de la 
cresta neural abandonan el epitelio antes que se cierre el tubo neural, 
en la región medular lo hacen recién cuando los labios derecho e 
izquierdo se fusionan. 
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Fig. SC 9-1-1. Representación esquemática de los diversos cambios 
que llevan a la formación del tubo neural a partir de la invaginación 
de la placa neural. Durante dicho proceso se forman también la cresta 
neural y los segmentos bilaterales de cresta que llevan a la formación 
de los ganglios (espinales y craneales) de neuronas sensoriales 
primarias. 
- Finalmente, las células de la cresta neural migran lateralmente y se 
ubican a ambos lados del tubo neural. Mientras tanto, en los somitas 
del mesodermo paraxil, que quedan ubicados a ambos lados del tubo 
neural, se constituye el dermatomo. Una parte de las células del 
dermatomo migran medialmente entre el ectodermo epidérmico y el 
tubo neural y generan el mesénquima que contribuye a separarlos. 
Al mismo tiempo se refuerzan la membrana basal y la matriz 
extracelular subyacente a dichos epitelios. En dicho mesénquima, 
más tarde se introducen poblaciones de células del esclerotomo; 
éstas contribuyen a generar las cubiertas cartilaginosas y luego 
óseas que forman los huesos que delimitan el conducto raquídeo. En 
la región craneal dichos tejidos provienen del mesénquima cefálico 
que generan las propias células de la cresta neural. 
Puede apreciarse que el proceso descrito, aunque morfológicamente 
simple, resulta de muchos CCD que actúan en forma integrada en el 
tiempo y en el espacio. Los CCD más directamente implicados son el 
cambio de forma celular, la adhesividad intercelular diferencial, la 
proliferación diferencial y otros. Todos estos CCD dependen, a su 
vez, de procesos biomoleculares sincronizados en tiempo y espacio 
y que se regulan interactivamente entre las poblaciones celulares 
participantes. En teoría, las alteraciones en cualquiera de las 
moléculas involucradas en la ejecución o control de los CCD 
señalados pueden ocasionar alteraciones de la línea media dorsal 
denominadas genéricamente disrafias (véase Capítulo 9, Desarrollo 
del sistema nervioso). 
SC 9.2. Poblaciones celulares organizadoras (pcO) y la 
regionalización y determinación progresiva del tubo neural. V. 
Flores 
El inicio del desarrollo del sistema nervioso central está marcado por 
el efecto determinante ejercido por un conjunto de señales 
provenientes del organizador clásicamente denominado primario o 
nódulo de Hensen. Este efecto consiste en la determinación en 
sentido neural o “neuralización” y no implica, al parecer, ninguna 
especificación particular adicional (como por ejemplo regiones o 
categorías o tipos celulares básicos). Este fenómeno se produce 
antes de la gastrulación; cuando las células de la futura notocorda 
aún se encuentran en la hoja dorsal del embrión. Vale decir, es un 
efecto de señalización por medio de señales que difunden en el plano 
del epitelio dorsal del embrión o epiblasto. Se ha estimado que en 
algunas especies alrededor del 50% de las células epiblásticas 
experimentan neuralización. Las restantes células corresponderían 
al ectodermo epidérmico. Sin embargo, una parte de las células que 
ocupan la zona de transición entre los ectodermos neural y 
epidérmico se determina en sentido de cresta neural. 
Con respecto a la organización longitudinal o céfalo-caudal del 
tubo neural, el siguiente paso en la determinación progresiva de 
regiones corresponde a la especificación de los cerebros anterior, por 
un lado, y de cerebro posterior y médula espinal, por otro. En el 
principio de la gastrulación, el mesodermo precordal (prolongación 
cefálica) migra en sentido cefálico y se ubica por debajo del epiblasto 
neuralizado. Dicha región ectodérmica, que ya en el epiblasto 
pregastrular se encuentra cefálicamente al nódulo de Hensen, 
originará la región cefálica ensanchada de la placa neural. Ella 
formará el cerebro anterior o prosencéfalo y deriva en su totalidad del 
epiblasto neuralizado. La gastrulación continúa con la regresión del 
surco primitivo y, a medida que el nódulo de Hensen se desplaza en 
sentido caudal, va dejando una población de células delante de él. 
Algunas de ellas quedan en la superficie y forman la línea media de 
la placa neural (futura placa del piso). Las otras se invaginan debajo 
de las primeras y van formando la notocorda. Esta región de la placa 
se determina en cerebro posterior y médula por efecto de señales 
provenientes de la notocorda. Durante la gastrulación esta región de 
la placa, junto con la notocorda, crecen en sentido caudal. La región 
caudal de la placa tiene, en consecuencia, dos orígenes: a) la zona 
medial que contacta con la notocorda, junto con ésta, deriva de 
células del nódulo de Hensen y b) las zonas laterales de la placa 
derivan del epiblasto superficial. 
Las especificaciones que siguen, que agregan más detalles a la 
organización longitudinal del tubo neural, depende de la aparición de 
nuevas pCO. 
Las pcO mejor conocidas son la ANR (Anterior Neural Ridge: 
engrosamiento neural anterior), la ZLI (Zona 
LimitansIntratalámica: zona limitante intratalámica) y el IsO 
(Isthmic Organizer: organizador ístmico). Con el tiempo aparecen 
nuevas pcO involucradas en la subregionalización de las diferentes 
regiones. Aparte de estas existen pcO a lo largo de las zonas 
mediales dorsal y ventral del tubo neural que instalan 
el patterning dorsoventral del tubo neural. 
La ANR es una región semilunar engrosada que bordea 
cefálicamente a la placa neural, en el límite con el ectodermo 
epidérmico. La ANR genera señales que especifican los segmentos 
más cefálicos del prosencéfalo (p4-6). La ANR secreta laproteína 
señal Fgf-8 en respuesta a la cual las células de la zona más cefálica 
de la región prosencefálica expresan laproteína factor de 
transcripción Brain Factor 1 (BF1), que participa en al regulación 
de los CCD en dicha región. 
Hay indicios de que en la región prosencefálica de la placa neural 
existen dos zonas con diferente competencia. Las zonas cefálica y 
caudal de la región prosencefálica ofrecen diferentes respuestas a 
las proteínas señal Fgf-8 y Shh. En el límite entre ambas zonas se 
forma la ZLI, que corresponde a la frontera entre los prosómeros 2 y 
3 (frontera p2/3). Con respecto a los derivados de estos segmentos 
prosencefálicos véase SC La metamerización del SNC. 
Más caudalmente se forma otra pcO, el IsO, en el límite entre el 
mesencéfalo y el posencéfalo. Esta pcO instala el patterningdel 
mesencéfalo y de los dos primeros segmentos posencefálicos (r1 y 
r2). El IsO instala dos gradientes decrecientes de morfógeno, uno en 
sentido cefálico y otro en sentido caudal. Ambos tienen su máximo 
en el IsO. El mesencefálico tiene su mínimo en el límite con el 
diencéfalo y organiza los CCD que ejecutan las células del 
mesencéfalo. El segundo gradiente posee un rango de alcance que 
llega sólo hasta el 2º segmento
posencefálico o r2 y organiza los CCD 
de las células de dichos segmentos. El patterning de los restantes 
segmentos del posencéfalo y de los de la médula depende de la 
expresión de un patrón típico de genes Hox que asignan identidad de 
segmento. 
 
Fig. SC 9-2-1. El patterning céfalo-caudal del SNC. A. Esquema de 
vista dorsal de la placa neural. Se representan las poblaciones 
celulares organizadoras que instalan el patterning de varias 
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regiones del encéfalo y las moléculas señal que operan como 
morfógenos en este proceso. Se ilustran también las posibles 
regiones precursoras de diferentes grupos de 
neurómeros. B. Esquema de vista lateral de la región encefálica del 
embrión. Se representan las regiones del encéfalo, los centros 
organizadores, la distribución espacial de señales involucradas en 
el patterning y la ubicación de los neurómeros. Este esquema se ha 
construido a partir de datos de distribución de morfógenos en el SNC 
de embrión de ratón. 
Con respecto a la organización dorsoventral del tubo neural, 
también existen poblaciones celulares y señales organizadoras que 
los especifican y determinan. La organización típica de cada 
segmento del sistema nervioso comprende una población de 
neuronas periféricas (neuronas sensitivas o sensoriales primarias o 
aferentes) y dos poblaciones de neuronas centrales, una de 
neuronas de asociación y una de neuronas eferentes (motoras). Esta 
organización también se especifica tempranamente durante el inicio 
del desarrollo. Mientras se cierra el tubo neural, se genera la 
población de células de la cresta neural que originarán, entre otros 
tipos celulares, a las neuronas sensoriales primarias de los ganglios 
sensitivos de los nervios craneales y raquídeos. Con respecto a las 
neuronas intrínsecas del tubo neural, ellas adquieren carácter de 
neuronas de asociación o eferentes dependiendo de la posición que 
ocupan entre las líneas medias dorsal y ventral del tubo. 
El ectodermo epidérmico de la zona medial dorsal y la notocorda, en 
la zona medial ventral del tubo, generan señales difusibles que 
especifican el carácter asociativo (placa alar) o eferente (placa basal) 
de las neuronas del tubo neural. Estasproteínas señal (BMP4, 
BMP7, Dorsalin, Sonic hedgehog y otras) operan paracrinamente. 
Se distribuyen en forma de gradientes con un máximo en el sitio en 
el que son secretadas y un mínimo en la zona opuesta. Poseen 
acciones antagónicas y el efecto final sobre las neuronas depende 
de la concentración relativa de ambas señales en el sitio en el que 
cada neurona se encuentre. Así, el destino de cada neurona, como 
alar (asociativa) o basal (eferente), depende de su posición dentro 
de un par de gradientes cruzados de señales con efectos 
opuestos (Fig. SC 9-2-1 A). 
Estas señales proveen un grado de especificidad aún mayor que el 
correspondiente a la organización de las neuronas en las placas 
alares y basales. Ambas placas tienen organización columnar con 
diferentes subtipos de neuronas. Las diferentes combinaciones de 
valores de concentraciones relativas de ambas señales, actuando a 
través de sus vías de señalización, generarían la expresión de 
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diferentes combinaciones de factores de transcripción. De estas 
diferentes combinaciones de factores de transcripción dependería 
también la especificación de cada uno de los subtipos de neuronas 
de ambas placas (Fig. SC 9-2-2 A-C). 
 
Fig. SC 9-2-2. Representación esquemática 
del patterning transversal (dorsoventral) de la médula espinal. A. El 
tubo neural recibe señales de poblaciones celulares vecinas 
(ectodermo, somitas, notocorda). Un gradiente D  V de señales 
originadas en el ectodermo y la placa del techo (Wnt, Bmp y otros) 
determina a las células troncales neurales pluripotentes en sentido 
alar e instala un proceso de determinación de tipo neuronal 
dependiente de la posición en la placa alar. Un gradiente V  D de 
señales originadas en la notocorda y la placa del piso (Shh) 
determina a las células troncales neurales pluripotentes en sentido 
basal e instala un proceso de determinación de tipo neuronal 
dependiente de la posición en la placa basal. B. La diferente posición 
de las células troncales neurales pluripontes dentro de los gradientes 
indicados hace que éstas se hallen sometidas a diferentes 
concentraciones de morfógenos que promueven la expresión de 
diferentes combinatorias de factores de transcripción a lo largo del 
eje dorso-ventral del tubo neural. C. Cada combinatoria de factores 
de transcripción especifica un tipo neuronal definido, con una 
posición característica dentro de ambas placas. De este modo se 
produce un proceso de determinación de tipo neuronal 
espacialmente organizado. Dp: cTNP dorsales, Vp: cTNP ventrales, 
pMN: cNT precursora de neurona motora, RA: ácido retinoico. 
 
SC 9.3. La metamerización del SNC. V. Flores 
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A la regionalización y subregionalización del tubo neural le sigue el 
proceso de metamerización. Este fenómeno agrega un mayor grado 
de detalle y especialización en la organización céfalo-caudal del 
SNC. En el SNC se forma una metámera para cada segmento 
corporal. Cada metámera es capaz de formar las categorías 
neuronales básicas que inervan una metámera o segmento corporal. 
La metamerización consiste en la definición de bloques o poblaciones 
celulares con organización simétrica bilateral que se reiteran a lo 
largo del eje céfalo-caudal. Aunque son estructuralmente similares, 
cada segmento es único y posee identidad. Ésta le es asignada por 
la expresión de una combinatoria particular de factores de 
transcripción que operan durante el desarrollo embrionario y que 
tienen específicamente dicha función. La metamerización acontece 
en cada una de las regiones y subregiones definidas a lo largo del 
eje céfalo-caudal. La designación genérica para los segmentos del 
tubo neural es el de “neurómeros”. La designación genérica 
correspondiente a cada región es la de prosómero (segmento 
prosencefálico), mesómero (segmento mesencefálico), rombómero 
(segmento posencefálico) y medulómero o mielómero (segmento 
medular). Sin embargo, dado que cada segmento posee identidad 
(es único), cada uno de ellos posee una denominación propia que 
está integrada por tres elementos: a) un prefijo que alude a la región 
a la que pertenece, b) la raíz “mero” (que alude a metámera) y c) un 
número ordinal que alude a su orden de aparición en la región o, lo 
que es lo mismo, la ubicación espacial que le corresponde, en su 
región, a lo largo del eje céfalo-caudal. El modo como se ordenan 
estos tres elementos en la designación de la metámera depende del 
idioma que se utilice, pero en cualquier idioma está compuesto por 
los tres elementos. Así, por ejemplo, el tercer segmento que aparece 
en el prosencéfalo se denomina “prosómero 3º” o “tercer prosómero”. 
El concepto de organización segmentaria del sistema nervioso 
central es clásico. Tal idea permitió aclarar la existencia de 
correspondencias entre: (a) “sitios de origen de las neuronas 
motoras” y “grupos musculares que inervan”, y (b)“regiones de 
inervación sensorial” y “segmentos medulares”.Tales 
correspondencias anatómicas y funcionales resultan del hecho de 
que a) durante el desarrollo embrionario, somitas (que forman 
músculos esqueléticos y dermis), segmentos del SNC y segmentos 
de células de la cresta neural poseen correspondencia espacial muy 
precisa y b) ellas se conservan, aunque a veces en forma 
enmascarada, en el adulto. Clásicamente, la definición de segmentos 
en el tubo neural en desarrollo tuvo bases estructurales;
se basó en 
que, al igual que los somitas, los rombómeros y los medulómeros son 
identificables morfológicamente como poblaciones celulares con 
simetría bilateral, repetidas a la lo largo del eje céfalo-caudal. Esta 
definición estructural es aplicable sin dificultad en el cerebro posterior 
y los segmentos medulares. En las regiones más cefálicas las 
manifestaciones morfológicas de organización segmentaria son 
menos claras. 
Las regiones cefálicas del SNC recibieron clásicamente el nombre de 
estructuras suprasegmentarias. Una denominación eminentemente 
fisiológica, relacionada con el concepto de nivel de organización 
funcional. Alude a que, si bien los segmentos medulares pueden 
funcionar autónomamente, respondiendo en forma refleja a los 
estímulos provenientes del propio segmento corporal, en general no 
funcionan de esa forma sino en forma coordinada e integrada. En 
efecto, la mayor parte de los actos voluntarios de la vida son 
respuestas complejas que requieren el procesamiento e integración 
de información que ingresa en el sistema por múltiples vías. Tal 
capacidad de procesamiento, integración y elaboración de 
respuestas complejas no radica en los segmentos medulares sino en 
las regiones “superiores” del SNC. A dichas regiones se las 
denominaba suprasegmentarias debido a que, en el esquema de 
organización funcional del sistema, corresponden a un nivel de 
organización superior al de segmento. 
La identidad de cada segmento y, en consecuencia, el modo de 
desarrollo particular de cada uno de ellos está asociado a la 
expresión de una combinatoria particular de homeoproteínas factores 
de transcripción Hox. Diversos estudios de biología molecular sobre 
la distribución espacial de la expresión de estos factores de 
transcripción permiten una identificación de los segmentos aun antes 
de que la metamerización pueda ser apreciada morfológicamente. La 
información proveniente de estos estudios, integrada a estudios 
estructurales y de expresión de diversos marcadores, permite la 
identificación de 6 prosómeros, el cerebro medio (corresponde a 
un mesómero), 7-8 rombómeros y un número de 
mielómeros igual al número de segmentos corporales. 
Los prosómeros 1 a 3 forman parte del diencéfalo; los prosómeros 
4 a 6 forman, en la región ventral, la porción anterior del piso del 
hipotálamo y, en la región lateral, originan el telencéfalo. 
 
Fig. SC 9-3-1. El patterning del SNC. La regionalización y la 
metamerización del tubo neural. Esquema de vista lateral de las 
regiones del tubo neural. Se representan las regiones del encéfalo, 
sus subregiones (proencéfalo, mesencéfalo y posencéfalo), la 
médula espinal y la ubicación de sus neurómeros. p: prosómero; r: 
rombómero; m: mielómero. 
 
SC 9.4. Las placas alares y basales. Su función de desarrollo. 
Su evolución diferencial en función del espacio (eje céfalo-
caudal). V. Flores 
En los mamíferos existen tres categorías principales de neuronas 
tanto para el sistema nervioso de la vida de relación como para el de 
la vida vegetativa. En el caso del SN de la vida de relación dichas 
categorías de neuronas corresponden a a) las neuronas 
aferentes, b) las de asociación y c) las eferentes. 
a) Las neuronas aferentes o sensoriales primarias corresponden al 
SNP y se localizan en su mayor parte en los ganglios de los nervios 
craneales y raquídeos. Estas neuronas poseen un soma ubicado, en 
general, en un ganglio, una dendrita que conecta con un receptor 
periférico y un axón que ingresa en el SNC y que conecta con una 
neurona eferente y una o más neuronas de asociación (conexión 
monosináptica entre input y output) o conecta sólo con una o más 
neuronas de asociación (conexión polisináptica entre input y output). 
Esta categoría de neuronas deriva en su mayor parte de la cresta 
neural. Un grupo de estas neuronas se genera a partir de una 
población celular proliferativa de la línea media dorsal del tubo neural. 
b) las neuronas de asociación son intrínsecas del SNC y se ubican 
entre la neurona aferente y la eferente. Sus dendritas y axones se 
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hallan dentro del SNC y forman todos los circuitos tanto de 
proyección como locales que existen en el SNC. Todos los circuitos 
neurales intrínsecos del SNC constituyen una gran red de 
interconexiones entre neuronas de asociación que se encargan de 
recibir información de las neuronas aferentes, procesar e integrar 
dicha información y elaborar respuestas que se transmiten a las 
neuronas eferentes. Esta categoría de neuronas se genera a partir 
de las células neuroepiteliales placas alares del tubo neural. 
c) Las neuronas eferentes son neuronas que poseen árbol dendrítico 
y soma en el SNC y un axón largo que emerge del SNC y, a través 
de un nervio periférico inerva un efector periférico, en general, 
muscular. Esta categoría de neuronas se genera a partir de las 
células neuroepiteliales de las placas basales del tubo neural. 
El número de neuronas y la complejidad estructural de los circuitos 
que se hallan a lo largo del eje céfalo-caudal varía en relación con la 
riqueza de la información que ingresa en el SNC y con la amplitud del 
campo periférico para inervar en cada región. Así, en el caso de la 
médula espinal, los engrosamientos cervical y lumbar de donde 
nacen los plexos braquial y crural son un ejemplo de mayor riqueza 
de inputs y de campos de inervación periféricos más amplios. 
Si bien los segmentos medulares tienen cierto grado de 
independencia funcional, aparte de la organización segmentaria 
(segmentos distribuidos a lo largo del eje céfalo-caudal), el SNC 
dispone también de estructuras denominadas clásicamente 
suprasegmentarias, formadas por neuronas de asociación o alares, 
que se encargan de organizar un comportamiento integrado de los 
segmentos (SC 9.2. Poblaciones celulares organizadoras (pcO) y la 
regionalización y determinación progresiva del tubo neural). 
A lo largo de la evolución filogenética de los cordados se produjo una 
concentración de funciones de recepción de estímulos ambientales y 
de procesamiento de dicha información en la región cefálica del 
embrión y del SNC. Dicho proceso implicó cambios significativos en 
los CCD del SNC, especialmente en la intensidad de la actividad 
proliferativa de las placas alares y basales. En efecto, el desarrollo 
de las neuronas de asociación generadas a partir de las placas alares 
se hizo mucho más intenso en las regiones cefálicas que en las 
caudales. Este fenómeno posibilitó el desarrollo de grandes 
poblaciones de neuronas que forman las estructuras de asociación 
de los hemisferios cerebelosos (a partir del posencéfalo) y los 
tubérculos cuadrigéminos (a partir del mesencéfalo), y también 
posibilitó el desarrollo, desde cefalocordados en adelante, de una 
gran estructura exclusivamente alar o asociativa, el telencéfalo. El 
http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/visor.aspx#Poblaciones_organizadoras
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desarrollo de la corteza cerebral y de los ganglios de la base 
contenidos en los hemisferios cerebrales depende exclusivamente 
del desarrollo de neuronas alares. El componente basal del tubo 
neural no se extiende en los cordados superiores hasta el extremo 
cefálico del tubo neural. Se extiende sólo hasta el mesencéfalo. En 
efecto, las neuronas eferentes (derivadas de placas basales) más 
cefálicas son las que corresponden al núcleo motor del III par craneal 
o motor ocular común. Desde dicho nivel, en sentido cefálico, no 
existen poblaciones neuronales eferentes. 
Este hecho se explica, desde el punto de vista ontogenético, por el 
hecho de que la región más cefálica de la placa neural, la que 
corresponde al prosencéfalo o cerebro anterior, se origina 
exclusivamente del epiblasto y que no posee en la línea media una 
placa del piso originada a partir del nódulo de Hensen.
El nódulo de Hensen origina la notocorda y la placa del piso de la 
placa neural caudal al cerebro anterior. Dado que ambas estructuras 
–notocorda y placa del piso– están implicadas secuencialmente en la 
especificación de las placas basales, su ausencia en la región 
prosencefálica se acompaña de ausencia de placas basales y en 
consecuencia de neuronas eferentes, en la región del tubo neural 
derivada del prosencéfalo (Fig. SC 9-4-1 A-E). 
http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC9-4-1.jpg
 
Fig. SC 9-4-1. Representación esquemática de proporciones 
relativas de poblaciones neuronales ventrales (basales) y dorsales 
(alares) en diversas regiones del neuroeje de un embrión humano de 
la 7ª SD. A. Vista lateral derecha del encéfalo y médula cervical. Las 
líneas de puntos B a E corresponden a los sitios en los que se 
realizaron las secciones ilustradas abajo. B-E. Secciones 
transversales del tubo neural. La línea roja corresponde al nivel del 
surco limitante que separa las regiones alar y basal en las secciones 
B a D. En el caso E la línea roja corresponde al nivel del surco 
hipotalámico que representa la continuación cefálica del surco 
limitante del mesencéfalo. B. Médula espinal 
cervical. C.Prosencéfalo. Dorsalmente a la línea roja se observan los 
labios rómbicos que originarán a los hemisferios 
cerebelosos. D. Mesencéfalo. La región alar originará los tubérculos 
http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC9-4-1.jpg
cuadrigéminos. E. Prosencéfalo. La región dorsal originará los 
hemisferios cerebrales. Nótese que las diferencias en volumen y en 
número de neuronas entre las regiones alares y basales en la médula 
y en las estructuras suprasegmentarias se incrementará aún más en 
etapas más avanzadas del desarrollo 
 
SC 9.5. Origen y formación de la cresta neural. Determinación y 
migración temprana. V. Flores 
Las células de la cresta neural se originan en la hoja dorsal del 
embrión, en la zona de transición entre el ectodermo de la placa 
neural y el ectodermo epidérmico. Al parecer es necesaria la 
constitución de estas dos poblaciones celulares para que, 
interactivamente, generen a las células de la cresta. Si ambas 
poblaciones son cultivadas separadamente no se forman células de 
la cresta neural. Por el contrario, si ambas poblaciones están juntas 
e interactúan, a lo largo de la zona de contacto entre ambas se 
generan células de la cresta neural. 
Tanto la placa neural como el ectodermo epidérmico tienen la 
potencia para formar células de cresta neural. Durante el plegamiento 
y el crecimiento en longitud de la placa neural a lo largo de todo su 
borde se forman los pliegues o labios del surco neural. Dado que a lo 
largo de los pliegues neurales existe una fuerte adhesión entre las 
dos poblaciones celulares interactuantes, durante dicho proceso se 
siguen formando células de la cresta neural. Una vez generadas una 
cantidad abundante de estas células, cambian sus propiedades de 
adhesión respecto de la placa neural y del ectodermo epidérmico, se 
desprenden de dichos tejidos y abandonan el compartimento 
epitelial. En la región encefálica o craneal esta migración ocurre ya 
durante el cierre del tubo neural; en las regiones posóticas ocurre 
recién luego del cierre. 
Ya durante la formación de la placa neural se observa que, a lo largo 
del borde entre la placa y el ectodermo epidérmico, éste expresa y 
secreta las proteínas señal BMP4 y BMP7. Algunos consideran que 
estas proteínas tienen algún papel en la determinación de las células 
de la cresta neural. Otros le asignan un rol modelador de la forma de 
la placa neural. También se sabe que estas proteínas desempeñan 
un papel en el control de la migración temprana de las células de la 
cresta. Dado que las células de la cresta neural migran a lo largo de 
distancias considerables y que diversas subpoblaciones de células 
de la cresta migran a lo largo de diferentes trayectos, son muchas y 
variadas las señales que controlan la migración de estas células 
desde su sitio de origen hasta los varios y disímiles sitios de 
localización definitiva. 
Se ha propuesto que el inicio de la migración se asocia a la pérdida 
de la adhesión de estas células respecto de las otras que componen 
el epitelio. Esta adhesividad está mediada, por un lado, 
por moléculas de adhesión celular como la proteína de 
membrana N-cadherina y también por la existencia 
de zónulas occludens entre ellas. El inicio de la migración se asocia 
al cese de la síntesis de N-cadherina y al desensamblado de las 
uniones estrechas. El estado ensamblado de estas uniones depende 
de factores que las estabilizan y otros que los desestabilizan. La 
transformación del fenotipo epitelial al de cresta neural requiere la 
expresión de los factores de transcripción (tipo dedos de zinc) 
Snail y Slug. Algunos autores asignan a estos factores un papel en 
la determinación de las células de la cresta neural, aunque otros 
consideran que poseen un papel más general pues comúnmente se 
expresarían en todos los procesos que involucran una transformación 
epitelio-mesenquimática (SC 0.19 Transiciones reversibles 
mesenquimático-epitelial y epitelio-mesenquimática. CMD 
involucrados en su regulación). Ambas proteínas actúan como 
represores de la transcripción de las proteínas de adhesión E-
cadherina que participan en la unión entre células epiteliales y, en 
consecuencia, desencadenan transiciones epitelio-
mesenquimáticas. La proteína Slug participa en el inicio de la 
migración activando a ciertos factores que desestabilizan a los 
complejos de unión (desmosomas, uniones estrechas.,etc.). Estas 
uniones se desensamblan y las células adquieren la posibilidad de 
migrar. Esto sin embargo no es suficiente para la migración. También 
interviene la proteína de señalización celular Rho B, que 
participaría en la reorganización del citoesqueleto necesaria para la 
migración. Ambas proteínas, la Rho B y la Slug son necesarias para 
la migración. Ambas proteínas son expresadas por las células de la 
cresta neural cuando son sometidas a la acción de las 
proteínas BMP4 y BMP7. Todos estos procesos habilitan a las 
células de la cresta neural a abandonar el epitelio, a introducirse en 
el compartimento mesenquimático y disponerse longitudinalmente a 
lo largo de la línea media dorsal entre el ectodermo epidérmico y el 
tubo neural. Desde ese momento en adelante, otro conjunto de 
interacciones con la matriz extracelular del entorno guían a las 
células de la cresta neural hacia diversos lugares y además 
posibilitan que las células de la cresta adquieran organización 
metamérica (SC Factores que controlan la migración de las células 
de la cresta neural). 
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Fig. SC 9-5-1. Esquema de los fenómenos de señalización y 
comportamientos moleculares involucrados en la transición epitelio-
mesenquimática durante la formación e inicio de la migración de las 
células de la cresta neural. 
 
SC 9.6. Regionalización de la cresta neural. V. Flores 
http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC9-5-1.jpg
La cresta neural es la población celular que transitoriamente, durante 
el período somítico, ocupa la región dorsal del embrión entre el tubo 
neural y el ectodermo epidérmico. No es una población celular 
homogénea. Por un lado, es la población celular embrionaria 
precursora del sistema nervioso periférico: genera las neuronas y 
células gliales de los ganglios y plexos del sistema nervioso de la vida 
de relación y del sistema nervioso autónomo (vegetativo). Por otro 
lado, es capaz de originar
una variedad de tipos celulares no neurales 
que también están vinculados a la vida de relación o la vegetativa. La 
categorización regional más básica que puede realizarse respecto de 
las células de la cresta neural se refiere a la existencia de una cresta 
neural craneal (cráneo-facial, preótica o preoccipital) y una 
cresta neural troncal (posótica o posoccipital). Esta 
categorización tiene bases estructurales y funcionales y también 
bases filogenéticas y ontogenéticas. 
En el adulto existen significativas diferencias estructurales y 
funcionales entre las neuronas derivadas de las crestas neurales 
craneal y troncal. La primera genera las neuronas encargadas de la 
inervación denominada especial. Ésta corresponde a todas las 
estructuras derivadas de la región branquial (véase Capítulo 9, 
Desarrollo del sistema nervioso). Este tipo de inervación está 
ausente en la región troncal del organismo. Desde el punto de vista 
ontogenético también existen diferencias significativas entre las 
propiedades de desarrollo de ambas regiones. Se considera que 
estas diferencias encuentran su explicación en la evolución 
filogenética. Se propone que, desde la aparición de los procordados 
en adelante, los estímulos ambientales han constituido una presión 
selectiva muy importante en la modelación del extremo cefálico de 
los vertebrados (cordados superiores). Ello ha hecho que se 
seleccione un conjunto diferente de estrategias de desarrollo para las 
células que elaboran el fenotipo de esta nueva región corporal que 
aparece recién en los vertebrados (SC 13.1 La cefalización. La 
hipótesis de la nueva cabeza. La aparición y evolución de la cresta 
neural craneal). 
La cresta neural craneal, también denominada cefálica, preótica o 
preoccipital, corresponde a los segmentos más cefálicos que se 
extienden desde el diencéfalo hasta el extremo caudal del 
posencéfalo. Constituye una adquisición evolutiva relativamente 
reciente. En rigor en dicha región existe una región estrictamente 
preótica que origina la cara y parte del cuello, hasta la r5 y una región 
posótica correspondiente a r6 a r8 (SC El patterning de la cresta 
neural craneal. Regiones Hox(+) y Hox(-). Su relevancia filogenética 
y sus funciones de desarrollo). 
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La cresta neural troncal se extiende desde el extremo caudal del 
posencéfalo hasta el extremo caudal del tubo neural. Posee varias 
regiones, localizadas a lo largo de segmentos corporales definidos, 
que exhiben diferentes propiedades de desarrollo y, de acuerdo con 
ello, reciben diferentes designaciones. Estas designaciones cambian 
dependiendo de las subpoblaciones celulares y tipos de derivados 
que se consideren, por ejemplo, si aluden a células que invaden la 
somatopleura (vida de relación) o invaden la esplacnopleura (vida 
vegetativa). 
Las células de cresta neural vinculadas a la vida de relación se 
distribuyen a lo largo del todo el tronco y reciben simplemente el 
nombre de cresta neural troncal. Las células de esta población 
siguen una de dos vías migratorias preferenciales: a) una en sentido 
dorsolateral y otra b) en sentido ventral. La primera es seguida por 
las células precursoras de melanocitos que migran sobre el 
dermatomo y luego invaden la somatopleura. La segunda es seguida 
por el resto de las células de la cresta neural, correspondientes a la 
vida de relación, y lo hacen bordeando la superficie de la mitad 
cefálica de cada esclerotomo (SC Factores que controlan la 
migración de las células de la cresta neural). Las células que se 
detienen en ese lugar originan las neuronas sensoriales primarias y 
las células gliales de los ganglios espinales y las células de Schwann 
de los nervios sensitivos y motores que invaden la somatopleura. 
Este conjunto de segmentos de crestas neurales, dado que sus 
células se distribuyen a lo largo de todo el tronco, suelen recibir el 
nombre de crestas neurales troncales. Esta población celular adopta 
el patrón metamérico impuesto por el mesodermo paraxil y, al igual 
que los somitas, están distribuidos en las siguientes 
regiones: cervical, torácica, lumbar y sacra. 
Con respecto a las subpoblaciones de células de cresta neural que 
generan el sistema nervioso periférico vegetativo, las crestas 
neurales troncales poseen una regionalización diferente: existen 
segmentos de crestas neurales que originan las neuronas del 
sistema simpático y otros que originan las del sistema parasimpático. 
Incluidos entre estos últimos se encuentran algunos segmentos de 
cresta neural que se denominan “cardíacos”. 
La cresta neural simpática. Se extiende desde los segmentos 
cervicales hasta los lumbares. Estas células no se detienen a ambos 
lados del tubo neural. Se desplazan en sentido ventral y forman, por 
delante del esclerotomo, los ganglios de las cadenas simpáticas 
laterovertebrales cervicales y toracolumbares. Algunas células 
que migran más ventralmente llegan al plano de los grandes vasos y 
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forman un conjunto de plexos y ganglios periaórticos. Las que 
corresponden a los segmentos 14 a 21 (T6 a L1) migran más 
ventralmente aún y allí forman las células argentafines o 
cromafines de la médula adrenal. 
Las crestas neurales parasimpáticas. Tienen una distribución 
discontinua a lo largo del eje céfalo-caudal. La cresta neural 
vagal se ubica en los segmentos corporales 1º al 7º. Las células 
de estos segmentos migran ventralmente e invaden el mesénquima 
de la esplacnopleura. Forman las neuronas parasimpáticas de los 
plexos de Meissner y Auerbach a lo largo de todas las regiones del 
tubo digestivo derivadas del intestino primitivo (desde el esófago 
hasta el recto). La cresta neural sacrase extiende desde 
el segmento 28º al extremo caudal. Estos segmentos generan 
células que migran similarmente a las vagales e invaden las regiones 
del tubo digestivo caudales al pedículo vitelino. La porción cefálica de 
la cresta vagal, correspondiente a los segmentos 1º al 3º, reciben 
también el nombre de cresta neural cardíaca. Ellas generan células 
que migran ventralmente a ambos lados de la faringe y siguiendo el 
trayecto de los arcos aórticos (principalmente 3º y 4º) llegan hasta el 
corazón, se introducen profundamente y forman el tejido conectivo 
del tabique troncoconal del corazón. También originan células de los 
tejidos conectivo y muscular de las grandes vasos (arterias aorta y 
pulmonar) en la zona proximal al corazón. Algunas de estas células, 
que forman el mesénquima de los arcos branquiales, generan 
estructuras conectivas, cartilaginosas y óseas de la cara, oído, cuello, 
etcétera. 
 
Fig. SC 9-6-1. Ilustra esquemáticamente las regiones y subregiones 
de la cresta neural, sus sitios de origen y de destino. A. Embrión de 
pollo (Período somítico). B.Embrión humano (Quinta semana de 
desarrollo). 
 
SC 9.7. La remodelación de circuitos dependiente de la 
actividad espontánea durante el desarrollo embrionario y el 
refinamiento de circuitos dependiente de la estimulación 
ambiental posnatal. V. Flores 
En general, cuando los axones aferentes a una región acceden a las 
cercanías de sus blancos potenciales, o incluso antes, emiten 
ramificaciones delgadas por medio de las cuales pueden establecer 
contactos lábiles transitorios con las neuronas del entorno que 
encuentran a su paso. Se considera que estas prolongaciones 
delgadas son ramas exploradoras cuya función es la búsqueda de 
blancos potenciales con las que, eventualmente, generar contactos 
estables. 
Podrá advertirse que si todos los axones se comportan
de esa forma, 
en cualquier región considerada, habrá un exceso de ramificaciones 
con respecto al número de axones. Correspondientemente, cada 
neurona blanco recibirá un exceso de ramas y de contactos 
transitorios. 
Esta fase transitoria de “sobreinervación” o de “redundancia de 
contactos” lábiles es seguida luego de una fase de “eliminación de la 
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redundancia”. En general se considera que la eliminación de algunos 
contactos transitorios y el mantenimiento de otros es consecuencia 
de fenómenos de competición entre axones respecto de sus 
neuronas blanco. 
La fase de eliminación de contactos redundantes, depende 
esencialmente del inicio del funcionamiento del sistema y se funda 
en el hecho de que los axones, por un lado, compiten entre sí por sus 
neuronas blanco y, por otro, cooperan entre sí y se refuerzan 
mutuamente. 
La eliminación o, por el contrario, la estabilización y el mantenimiento 
de una sinapsis lábil es el resultado neto de varios tipos de 
interacciones que se ponen en marcha una vez que se inicia el 
funcionamiento del sistema. En consecuencia, dependiendo del 
grado de maduración y diferenciación de un circuito y de la fase en la 
que éste se encuentra es posible distinguir al menos dos etapas 
diferentes de distinto significado biológico. La primera fase se 
denomina habitualmente “remodelación de circuitos dependiente 
de la actividad espontánea” y se produce durante el desarrollo 
embrionario cuando en el sistema empiezan a funcionar 
espontáneamente las neuronas y producen fenómenos de 
estimulación de las neuronas a las que inervan. La segunda fase se 
denomina “refinamiento de circuitos dependiente de la 
estimulación ambiental” y es el resultado de la activación de 
neuronas como consecuencia del ingreso de información proveniente 
de la estimulación ambiental posnatal. 
Remodelación de circuitos dependiente de la actividad 
espontánea de las neuronas en desarrollo. 
La mayor parte de las neuronas inician y “ensayan” una actividad 
espontánea cuando llegan a un cierto grado de diferenciación 
durante el desarrollo prenatal. El inicio de la actividad espontánea y 
de la transmisión sináptica posibilita que nuevos factores entren en 
juego con respecto a la evolución y el mantenimiento de contactos 
previamente establecidos. En este sentido es importante la “afinidad” 
funcional entre neurona inervante e inervada, ya que no todas las 
sinapsis que llegan a una zona y contactan con una neurona 
funcionan en forma similar. 
El funcionamiento de las sinapsis, y su efecto sobre las neuronas a 
las que inervan, depende estrechamente del patrón de descargas 
(frecuencia de pulsos, frecuencia de trenes de descarga y duración 
de trenes) y de la respuesta de la neurona postsináptica a tal 
actividad. Esto es así debido a que el resultado de la actividad 
sináptica no es sólo la transmisión neural; la sinapsis es también 
lugar de inicio de muchas vías de señalización intracelular que 
repercuten globalmente en el funcionamiento de la neurona 
postsináptica. Por dicho motivo, el tipo de estimulación que una 
neurona recibe a través de una sinapsis puede facilitar o aumentar 
su funcionamiento y derivar en su reforzamiento y estabilización o, 
por el contrario, producir efectos opuestos que pueden 
desestabilizarla hasta el punto de que no es mantenida. En este caso 
el contacto se pierde, la sinapsis desaparece y ello puede ser seguido 
de la retracción de la fibra presináptica. 
Un factor importante que hace al mantenimiento cooperativo entre 
sinapsis es la coincidencia temporoespacial. Ello significa que, si un 
par de sinapsis que poseen similar patrón de descargas se hallan en 
la misma zona (o en la misma neurona postsináptica) y además 
descargan simultáneamente, entonces ambas reciben el efecto 
beneficioso de las señales provenientes de la postsinapsis y tienden 
a estabilizarse. Las sinapsis cuyos funcionamientos no coinciden 
temporalmente carecen de este efecto cooperativo; el resultado es la 
competición y su consecuencia, el mantenimiento de una y la 
eliminación de otra. 
Por los motivos expuestos, ocurre que, una vez remodelado el mapa 
crudo, las neuronas que poseen similar patrón de descarga en 
general terminan juntas; recíprocamente, las sinapsis con patrones 
de descarga diferentes en general se hallan separadas. Cuanto más 
similares más cerca, y cuando más diferentes, más lejos. Sobre la 
base de estos principios se produce la remodelación de los mapas 
de proyección crudos. Como puede apreciarse, se trata de un 
ordenamiento al cual se arriba como consecuencia de un proceso de 
autoensamblado o autoorganización regido exclusivamente por 
interacciones locales. No existen factores organizantes externos a los 
propios elementos interactuantes. Ésta es una característica típica de 
los sistemas de comportamientos complejos autoorganizables. 
Refinamiento de circuitos dependiente de la actividad neuronal 
resultante de la estimulación ambiental. 
En el momento del nacimiento, las neuronas del SNC y los receptores 
periféricos no están terminalmente diferenciados. La diferenciación 
terminal y su estabilización incluyen modificaciones promovidas por 
la estimulación ambiental posnatal. 
Los patrones de estimulación de los receptores periféricos luego del 
nacimiento son bastante más complejos que los prenatales ya que 
los estímulos del mundo externo son bastante más ricos, complejos 
y cambiantes que los que se podrían recibir durante el desarrollo 
embrionario. Ello se debe a que, para cualquier tipo de estimulación 
que se considere (visual, auditiva, táctil, etc.), la estimulación 
ambiental es permanentemente cambiante, en función del tiempo. 
Por otro lado, para un instante dado, las propiedades de la 
estimulación ambiental cambian en función de la posición dentro del 
campo receptivo. Así, se suele decir que la estimulación ambiental, 
para cualquiera de sus modalidades (visión, audición, equilibrio, etc.) 
posee “patrón”, vale decir, posee organización temporal y espacial. 
Tal organización y complejidad requieren capacidades de recepción, 
conducción y procesamiento de la información bastante más 
complejas y eficaces que los que permiten la organización estructural 
y el régimen de funcionamiento del sistema antes del nacimiento. 
Debido a todos los hechos mencionados, un apropiado 
funcionamiento del sistema luego del nacimiento requiere una nueva 
adaptación de éste a las condiciones y las características de los 
estímulos del mundo que permitan su recepción, conducción, 
transmisión, procesamiento e integración. Así, el sistema adapta su 
organización tanto funcional como estructural a las características y 
complejidad de la información para procesar durante la vida posnatal. 
Debe notarse que existe una correlación estrecha entre el grado de 
desarrollo de los sistemas nerviosos de diferentes especies, la 
complejidad de su relación con el medio y la complejidad de sus 
relaciones sociales. Cuanto mayor es la organización y complejidad 
social y cuanto mayor es la complejidad de los medios de 
comunicación que utilizan, mayor es la complejidad del SNC y mayor 
es la extensión del período de desarrollo posnatal del sistema. 
Los cambios conductuales observables, en la mayor parte de las 
especies, desde el nacimiento a la adultez tienen como correlato 
cambios en la organización de los circuitos involucrados en la 
ejecución de dichas conductas. La mayor parte de los cambios 
posnatales de dichos circuitos son promovidos por las características 
de la estimulación ambiental y, por ello, denominados “refinamiento 
de circuitos dependiente de la estimulación ambiental”. Se trata de 
una “sintonía fina” que ajusta las características y “detalles” 
funcionales de los circuitos a las características de la estimulación 
ambiental que debe procesar. 
SC 9.8. La fase proliferativa del desarrollo del SNC. Subfases y 
tipos de proliferación celular
durante la neuronogénesis y 
gliogénesis. V. Flores 
Completadas las etapas iniciales de a) inducción 
neural, b) patterning de la placa neural, c) cierre del tubo neural, se 
inicia la fase proliferativa del neuroepitelio. Se trata de un período 
de intensa actividad proliferativa que consta de varias fases 
caracterizadas por diferentes tipos de proliferación. En una primera 
fase, la población de células troncales neurales pluripotentes (cTNp) 
se amplifica, el neuroepitelio se expande planarmente y el tubo neural 
aumenta su tamaño tanto en longitud como en su sección 
transversal. En fases subsiguientes se ponen en marcha diferentes 
tipos de proliferación por medio de las cuales se generan neurona y 
células gliales. 
Este período del desarrollo también se caracteriza por el hecho de 
que, dentro del marco provisto por el patterning inicial de la placa 
neural, se constituyen nuevas pcO que proveen de nuevos marcos 
de referencia temporoespacial a las poblaciones celulares que van 
surgiendo durante la fase proliferativa (Véase SC El patterning del 
sistema nervioso central II. La aparición de centros señalizadores o 
poblaciones celulares organizadoras (pcO) secundarias y la 
regionalización del encéfalo y la médula). 
La actividad proliferativa se cumple con peculiaridades temporales y 
espaciales que generan diferencias estructurales y funcionales entre 
regiones o áreas específicas del SNC. 
En términos generales, la fase proliferativa posee subfases y en cada 
una de ellas predomina un tipo particular de división celular. 
a) Durante la subfase más temprana, las células neuroepiteliales o 
células troncales neurales pluripotenciales (cTNp) realizan un tipo de 
mitosis denominada división simétrica inicial. En este caso, la 
cTNp al dividirse origina dos cTNp. Este tipo de proliferación tiene 
como función expandir la población de cTNp y aumentar en el plano 
tangencial la extensión del neuroepitelio (Fig. SC 9-8-1 A). Esta 
modalidad de mitosis, en general, corresponde a la que realizan las 
células neuroepiteliales presentes durante la etapa temprana del 
desarrollo y durante la subfase neuronogénica directa. Cuando se 
inicia la neurogénesis, en general, las células neuroepiteliales 
evolucionan hacia otro tipo celular, denominada glía radial, que 
también se comporta como cTN pero en general con una potencia 
más restringida. 
b) La siguiente fase se denomina de división asimétrica 
neuronogénica directa. En este caso, la cTNp origina una cTNp y 
una célula de estirpe neuronal. Ésta abandona el ciclo proliferativo 
y debido a ello se denomina posmitótica Fig. SC 9-8-1 B). La célula 
resultante de este tipo de división se denomina neurona joven 
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posmitótica-premigratoria. Esta modalidad de proliferación 
mantiene constante el número de cTN y genera una neurona en cada 
ciclo de división de la cTN. Una cTN origina tantas neuronas como 
ciclos realiza. El orden temporal de aparición de nuevas neuronas, 
con la migración ulterior, se transforma en un orden espacial a lo 
largo del eje radial de la pared del tubo neural (Fig. SC 9-8-1 B). 
Como, en este caso, la neurona se origina directamente de la división 
de una cNTp, el proceso se denomina neuronogénesis directa. 
Este tipo de divisiones corresponde a las más tempranas de la fase 
neuronogénica y en general se forman macroneuronas que 
constituyen las eferencias de la región. 
c) Más tarde se producen mitosis denominadas división asimétrica 
neuronogénica indirecta. Se trata de un proceso más complejo en 
el que la cTNp origina una célula similar y una célula de estirpe 
neuronal con capacidad proliferativa. Esta célula se 
denomina progenitor intermedio amplificador 
neuronogénico (o neuroprogenitor intermedio amplificador). En 
general, los progenitores intermedios amplificadores son 
premigratorios y se acumulan formando una zona adicional en el 
neuroepitelio denominada zona subventricular. La función del 
neuroprogenitor intermedio es amplificar algunos tipos neuronales en 
particular. A partir de un neuroprogenitor amplificador se generan 
varias células del mismo tipo. La amplificación producida depende de 
cuántos ciclos proliferativos cumple el progenitor intermedio antes de 
diferenciarse en una neurona posmitótica premigratoria. Este modo 
de proliferación en general da origen a neuronas de circuitos locales 
de áreas superiores del SNC. 
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Fig. SC 9-8-1. Modalidades de proliferación celular propuestas para 
explicar la corticogénesis en mamíferos (Modelo experimental: 
ratón). A. División simétrica inicial o expansiva. Aumenta el número 
de cTNp y se expande el neuroepitelio. B.División asimétrica 
neuronogénica directa. Mantiene constante el número de cTNp y 
genera una neurona en cada ciclo de división de la cTNp. La 
numeración indica el orden temporal de generación de nuevas 
neuronas. C-D. División asimétrica neuronogénica indirecta. La cTNp 
http://www.medicapanamericana.com/materialesComplementarios/FloresEst/img/SC9-8-1.jpg
origina, en cada ciclo, un progenitor intermedio amplificador cuya 
función es aumentar la población de un tipo neuronal en particular. 
(C con un ciclo; D con dos ciclos). La numeración indica el orden 
temporal de generación de nuevas neuronas. Flechas horizontales: 
expansión planar del neuroepitelio; flechas verticales: expansión del 
eje radial. Modificado de Kriegstein y cols., Nature Review 
Neuroscience 2006. 
Este modelo propone que, en ambos casos de neuronogénesis 
(directa e indirecta), las células que poseen fechas de nacimiento 
similares realizan similares procesos de migración y, en 
consecuencia, terminan integrando la misma capa de la corteza. 
El modelo también propone que las neuronas que sucesivamente (en 
función del tiempo) son generadas en la misma zona de la membrana 
limitante interna, dado el orden que impone la glía radial a la 
migración radial gliofílica, terminan ocupando distintas posiciones a 
lo largo de una columna cortical. 
--En general, las células gliales aparecen más tarde que las 
neuronales y se forman por división asimétrica gliogénica. En este 
caso también, en algunas especies, se han descrito progenitores 
intermedios amplificadores gliogénicos. 
--El final de cada uno de estos tipos de proliferación se caracteriza 
por divisiones simétricas terminales. Tanto células NE como 
progenitores intermedios (neuronogénicos y gliogénicos) originan al 
final dos células posmitóticas similares. En el caso de la célula NE se 
originan dos células ependimarias. Es de destacar que en algunas 
regiones definidas de los hemisferios cerebrales algunas cTNp se 
mantienen durante la vida y pueden producir procesos de 
neuronogénesis y gliogénesis posnatal. Sirven al efecto de facilitar el 
recambio de algunas neuronas que entran en apoptosis y facilitan los 
procesos de remodelación de circuitos vinculados a procesos de 
aprendizaje que ocurren en etapas posnatales. 
 
SC 9.9. La fase migratoria del desarrollo del SNC I. Tipos de 
comportamientos migratorios. La translocación del soma. V. 
Flores 
Clásicamente se consideraba que la fase de migración del SNC en 
desarrollo se caracterizaba sólo, o principalmente, por un 
desplazamiento radial de las neuronas posmitóticas. En la actualidad 
se sabe que el comportamiento migratorio es bastante más versátil, 
que existen varios diferentes tipos de desplazamientos y que ello 
depende de las regiones que se consideren y/o de los tipos 
neuronales que se analicen. 
Para cada región del SNC, luego del pico de la fase proliferativa, se 
inicia la fase migratoria de las neuronas posmitóticas. Toda la 
superficie interna del tubo neural, la
zona de generación (ZG) puede 
ser considerada un gran centro proliferativo. La zona ventricular 
(ZV), donde se producen las mitosis de las células neuroepiteliales, 
y la zona subventricular (ZsV), donde proliferan los progenitores 
intermedios, constituyen la ZG del neuroepitelio. En la ZG nacen 
todas las neuronas y células gliales del SNC, permancen allí durante 
un tiempo como células premigratorias y luego se desplazan a 
ocupar lugares definidos del plano tangencial del neuroepitelio 
y posiciones definidas a lo largo de su eje radial. 
Estos lugares y posiciones dependen del lugar y fecha de nacimiento 
de cada cohorte de neuronas y células gliales. 
Se describen dos tipos genéricos de migración neuronal 
posmitótica: a) la migración radial, coincidente con la orientación de 
las células neuroepiteliales (NE), o célula glía radial (GR) según el 
momento, extendidas entre ambas limitantes y b) lamigración 
tangencial, paralela a las membranas limitantes y al eje medio-
lateral del neuroepitelio. 
La migración radial comprende dos tipos de desplazamientos: 
1) La translocación del soma es un tipo de migración que ocurre, 
en general, durante la fase temprana del desarrollo, cuando la pared 
del tubo neural está formada por células NE, aún no es muy gruesa 
y las neuronas posmitóticas no deben realizar un largo 
desplazamiento radial. En el caso de la corticogénesis, la 
translocación del soma es el principal modo de migración durante la 
fase temprana en la que se constituye el patterning inicial o 
protomapa. En general, este modo de migración realizan las 
neuronas que nacen durante la fase inicial de proliferación 
neuronogénica directa que se diferencian en macroneuronas 
eferentes de cada región (SC 9.8. La fase proliferativa del desarrollo 
del SNC. Subfases y tipos de proliferación celular durante la 
neuronogénesis y gliogénesis). 
Este tipo de desplazamiento es, en general, realizado por neuronas 
posmitóticas que luego de la división de una célula NE heredan una 
prolongación basal que se halla unida a la limitante externa. También 
puede ocurrir en neuronas que luego de su nacimiento emiten una 
prolongación que crece radialmente, llega a la membrana limitante 
externa, se ancla en ella y luego genera una translocación del soma. 
La translocación consiste en un desplazamiento del pericarion de la 
neurona dentro de la prolongación basal de la neurona. Al mismo 
tiempo la prolongación se retrae ( Fig. SC 9-9-1). En este tipo de 
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desplazamiento radial, el extremo de la prolongación líder, o basal, 
posee una posición fija en la membrana limitante externa, se acorta 
durante el proceso, y el soma que se desplaza no presenta una 
prolongación trailer. 
 
Fig. SC 9-9-1. Representación esquemática de la migración radial por 
translocación del soma. Los esquemas reproducen imágenes 
sucesivas de microfotografías tomadas a intervalos de un minuto. La 
experiencia consiste en teñir una célula con un colorante (Oregon 
Green BAPTA-1 488 AM) para su identificación y seguimiento en 
función del tiempo. Barra: 10 μm. 
SC 9.10. Especificación/determinación y diferenciación de tipos 
celulares en el sistema nervioso. Las fases de la diferenciación 
neuronal. V. Flores 
Como en otros sistemas, la diferenciación celular es precedida por 
procesos de patterning (regionalización, subregionalización, 
adquisición de identidad de lugar, etc.), y luego de especificación y 
determinación de tipos celulares locales correspondientes a cada 
región (núcleo, área cortical, etc.) del sistema. 
Si bien en el sistema nervioso en desarrollo es posible hacer un árbol 
de derivación de tipos celulares en forma genérica, tal como ilustra el 
árbol de derivación de linajes de la figura SC 9-10-1, el cuadro 
resultante oculta, en gran medida, la complejidad global del proceso 
debido a que la categoría celular “neurona” es casi tan, o quizá más, 
amplia que todos los otros tipos celulares del organismo. 
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Fig. SC 9-10-1. Representación esquemática del árbol de derivación 
de linajes celulares durante el desarrollo del SNC. El punto de partida 
es la célula neuroepitelial que integra el neuroepitelio. A partir de ella 
se forman diversos tipos de células troncales neurales y gliales. 
Luego aparecen los progenitores intermedios neuronogénicos y 
gliogénicos. (Basado en Cameron R, Rakic P. Glial cell lineage in the 
cerebral cortex: a review and synthesis. Glia 1991; 4:124-7.) 
La complejidad del proceso de generación de linajes neuronales se 
simplifica a través de varios pasos. Éstos se hallan asociados a los 
sucesivos fenómenos de patterning, en los que se van generando 
diferentes categorías de neuronas. Por un lado, de lo general a lo 
particular, se van especificando y adquiriendo identidad de lugar o 
posición los conjuntos de neuronas que corresponderán a cada una 
de las regiones o posiciones del eje céfalo-caudal (de prosencéfalo a 
médula) y, por otro, para cada región en particular, se van definiendo 
las categorías básicas correspondientes 
a macroneuronas o neuronas de proyección (que constituirán la 
eferencia principal de la región) y microneuronas (interneuronas o 
neuronas de asociación) que originarán a las neuronas de 
circuito local. Recuérdese que una tercera categoría de neuronas, 
las neuronas sensitivas osensoriales primarias, vale decir, las 
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que toman contacto directo con los receptores sensoriales, 
pertenecen al sistema nervioso periférico y se segregan 
tempranamente de la placa neural y del ectodermo epidérmico 
durante la formación de la cresta neural. 
Estos fenómenos de especificación/determinación ocurren 
tempranamente, durante la fase proliferativa del neuroepitelio, 
previamente al nacimiento de las neuronas posmitóticas. Ello implica 
que la mayoría de los fenómenos de señalización celular que regulan 
los procesos de especificación/determinación operan sobre 
poblaciones de células troncales neurales 
pluriponteciales (cTNp) o sobre sus derivadas, células 
neuroprogenitoras o glioprogenitoras con potencia más 
restringida. Estos neuroprogenitores o glioprogenitores van 
experimentando sucesivos procesos de restricción de potencia en 
función del tiempo/estado de desarrollo. 
Tanto en las fases de especificación/determinación como en la de 
diferenciación, operan combinaciones típicas de señales, de vías de 
señalización y de factores de transcripción para cada una de las 
decisiones vinculadas a la elección de diferentes vías de desarrollo, 
vale decir, a) vía neuronal vs. glial, b) macroneurona vs. 
microneurona, c) oligodendrocito vs. astrocito, etcétera. 
El proceso descrito implica que al momento de su nacimiento (última 
mitosis o de conversión posmitótica), la neurona ya tiene parte de 
sus comportamientos ulteriores programados. Estos 
comportamientos se refieren a características migratorias, sitios de 
residencia y etapas iniciales de diferenciación. Estos procesos 
poseen una gran variabilidad que depende de las categorías de 
neuronas que se consideren y también del tipo particular de neurona. 
En general, las neuronas sufren muchos cambios morfológicos 
tempranos, luego de su nacimiento, y no todos ellos son 
específicamente cambios de diferenciación. Muchos de ellos 
corresponden al comportamiento migratorio y a interacciones 
celulares transitorias que las neuronas realizan durante su
migración 
posmitótica. Estas modificaciones morfológicas transitorias, por 
llamativas que sean, no deben ser consideradas parte de la 
diferenciación neuronal. 
Muchos tipos neuronales, sobre todo las macroneuronas, inician la 
fase de diferenciación celular recién cuando llegan a sussitios de 
residencia definitivos o zona posmigratoria. Allí, se desprenden 
de la célula GR sobre la cual migran. Se convierten, entonces, 
en neuronas posmigratorias, inician su diferenciación morfológica 
y emiten sus prolongaciones. 
La diferenciación neuronal posee varias fases cuya complejidad y 
duración difiere sustancialmente dependiendo de la categoría 
neuronal (macroneurona o microneurona) y del tipo celular en 
particular. Para el caso de las macroneuronas de proyección, en 
general, existe una fase de diferenciación temprana del soma que 
incluye los cambios que ya están, hasta cierto punto, programados 
en el momento en que la neurona abandona la zona de generación o 
la zona premigratoria. Esta fase transcurre antes de que la neurona 
se integre a un circuito. Vale decir, antes de que establezca 
interacciones con las células con las que normalmente debería 
formar circuitos estables. 
Luego ocurre una segunda fase denominada de modelación de la 
forma final de la neurona o de establecimento de circuitos. Esta 
fase incluye los cambios producidos en la neurona como 
consecuencia de las interacciones, con otras neuronas y células 
gliales, que le permiten integrarse en circuitos de proyección o 
circuitos locales, dependiendo de su determinación previa. La fase 
de establecimiento de circuitos, a su vez pose cuatro 
subfases: a) una fase de neuritogénesis(formación de 
fibras), b) una fase de sinaptogénesis lábil o no estabilizada 
y c) una fase de poda de ramificaciones yeliminación de sinapsis 
redundantes y d) estabilización de sinapsis “definitivas”. Si bien 
todos estos fenómenos forman parte de la diferenciación de las 
neuronas, por su complejidad y extensión son, en general, tratados 
como otras etapas (neuritogénesis, sinaptogénesis, remodelación y 
refinamiento de circuitos) de la neurogénesis. 
Debido a este hecho, el ítem diferenciación neuronal frecuentemente 
alude, en forma restringida, a los cambios que ocurren en el soma 
neuronal y en las ramas proximales del árbol de ramificaciones. Estos 
cambios podrían resumirse en forma genérica de la siguiente manera 
(Fig. SC 9-10-2): 
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Fig. SC 9-10-2. Representación esquemática simplificada de algunos 
de los cambios involucrados en la diferenciación del soma neuronal 
y de los segmentos proximales de axones y dendritas. La 
polarización del soma, la diferenciación del citoesqueleto y la 
elaboración de los sistemas de transporte que llevan organoides y 
sustancias informativas y estructurales a lo largo de las neuritas en 
diferenciación son elementos fundamentales de la diferenciación 
neuronal 
a) Polarización del soma. En general, al finalizar la última mitosis y al 
finalizar sus desplazamientos la neurona joven posee forma 
aproximadamente esférica. El primer fenómeno consiste en 
la ruptura de la simetría esférica. De esta forma, la neurona 
adquiere la organización polar esencial para su futura función de 
conducción de información en un único sentido. El fenómeno 
consiste en la definición de una zona de la superficie neuronal que 
originará los elementos en los que la información fluirán en forma 
centrípeta o aferente (árbol dendrítico) y una que tendrá un flujo de 
información centrífugo o eferente (cono axónico y axón). La 
instalación de esta polaridad depende de cambios en 
la organización de componentes moleculares de la superficie 
neuronal. Este fenómeno es el resultado de la localización de 
componentes moleculares en una zona frontera definida del 
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citoesqueleto y la membrana plasmática. Estos componentes son 
similares a aquellos que en las células epiteliales definen la frontera 
entre los dominios apical y laterobasal de la membrana 
plasmática. 
b) Diferenciación molecular y reorganización espacial del 
citoesqueleto. Otro cambio se observa en la expresión de proteínas 
que son componentes esenciales del citoesqueleto neuronal. Hay 
varios tipos de proteínas que forman filamentos intermedios y 
microtúbulos que son específicos de las neuronas. Estos cambios en 
la expresión de proteínas específicas de tipo celular son, 
precisamente, los que producen los cambios estructurales y 
organizativos del citoesqueleto. Dado que la formación de 
prolongaciones dendríticas y axones depende de la organización del 
citoesqueleto, los tipos neuronales con diferentes patrones de 
crecimiento de prolongaciones exhiben también diferente 
organización del citoesqueleto. 
c) Desarrollo y organización espacial del sistema de 
endomembranas y organoides. Dos características de las 
macroneuronas son el gran volumen de citoplasma alojado en sus 
prolongaciones y la gran extensión de éstas. Debido a ello en el soma 
ocurre un gran desarrollo del sistema de endomembrana y de otros 
organoides ya que deben producir una gran cantidad de materiales 
que luego son exportados a las fibras nerviosas y sus terminales. Es 
típica la abundancia de retículo endoplasmático rugoso (sustancia de 
Nissl) y gran cantidad de aparatos de Golgi y otros elementos. 
d) El punto anterior explica el gran crecimiento que experimentan 
las macroneuronas durante su diferenciación. El crecimiento se 
acompaña, en general, de un primer modelado del soma. Ambos 
fenómenos, crecimiento y modelado, se deben, por un lado, a la gran 
cantidad de organoides, y sus productos, que se acumulan en el 
pericarion antes de ser direccionados a las fibras nerviosas y, por 
otro, al inicio de la emisión de la primera generación de 
prolongaciones. 
e) Durante de desarrollo de la primera generación de dendritas y 
del axón, estas prolongaciones, en general, tienen dimensiones y 
posiciones tan típicas que confieren al soma características 
morfológicas que contribuyen a designarlas con nombres particulares 
(fusiformes, bipolares, monopolares, multipolares, piramidales, 
mitrales, etc.). El tamaño y la forma de los distintos tipos de neuronas 
exhiben una gran variedad que, naturalmente, depende de sus 
distintas funciones y modos de integrase en redes locales o de 
proyección. 
f) Otra característica principal de la diferenciación es el ensamblado 
de sistemas de transporte intracitoplasmáticos que facilitan el 
rápido traslado de elementos del soma a las prolongaciones y 
viceversa. Estos sistemas de transporte dependen de la organización 
de: los microtúbulos, los filamentos intermedios y distintos tipos de 
miosina y otras moléculas motor. Los sistemas moleculares de 
transporte de sustancias y elementos formes (organoides) exhiben 
una gran especialización. Algunos de ellos sirven al efecto del 
transporte anterógrado (centrífugo) y otros retrógrados (centrípetos). 
Algunos sirven al efecto de direccionar elementos a las dendritas o a 
los axones, etc. Por otro lado, exhiben diferentes velocidades 
(rápidos, lentos e intermedios). Es importante notar que, sin estos 
sistemas de transporte, las neuronas no podrían mantener las 
funciones metabólicas vitales ni la estructura de sus prolongaciones. 
g) Como parte de la diferenciación terminal de la neurona queda 
su integración funcional a un circuito neural. Este fenómeno está 
caracterizado por cambios morfológicos y ultraestructurales 
vinculados a la sinaptogénesis e importantes cambios en la 
expresión génica vinculados, a su vez, a la elección de un sistema 
de neurotransmisión en particular y eventualmente la síntesis y 
secreción de sustancias neuromoduladoras. Entre los fenómenos 
de integración funcional se incluyen también la expresión de todos 
los componentes moleculares involucrados en la elaboración de 
medios de comunicación con