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Salvar las almas, hablar en los idiomas: 
conflicto religioso, cambio de género en euskera 
 
 
Begoña Echeverria 
En su área de investigación analiza la influencia de las 
instituciones educativas sobre las prácticas e ideologías 
lingüísticas de minorías étnicas y lingüísticas.
 
"Aparentemente, el País Vasco ha sido evangelizado y los vascos son buenos 
cristianos... Aún así, existen cultos entre bastidores, pequeñas deidades poderosas" 
(Barandiaran 1972:78) 
Introducción 
El relativo retraso en la evangelización de los vascos se ha considerado que es una de 
las razones que ha permitido la conservación del euskera. Como consecuencia de ello, el 
pueblo vasco, protegido de la supuesta homogeneización de la Iglesia Romana (intento 
lógico), era libre de adorar a sus dioses en su propia lengua. En el siglo X, los vascos se 
convirtieron en fervientes católicos. Aun así, no dejaron totalmente de lado sus 
creencias "paganas" (y esas creencias se transmitieron en euskera). 
Este relato muestra que existe una relación directa entre la religión y la lengua. El 
utilizar una lengua para rendir culto religioso contribuirá a promocionarla como lengua 
cotidiana; y no utilizarla para dicho fin tendrá el efecto contrario. Sin embargo, para 
poder entender totalmente el uso del lenguaje, debemos tener en cuenta los significados 
sociales atribuidos a las lenguas, en particular los dominios y los contextos (cf Woolard 
& Schieffelin 1994:70), no sólo constatar su presencia o ausencia. Mi trabajo 
desarrollado en la Comunidad Autónoma del País Vasco, por ejemplo, mostró que, 
aunque en los centros educativos se promovía explícitamente la idea de que vasco era 
"toda persona que sabe la lengua vasca", favorecían implícitamente a los hablantes 
rurales masculinos de la lengua vernácula (Echeverría 2003). Asimismo, mostré que 
el diccionario vasco-inglés escrito específicamente para el colectivo vasco de la 
diáspora americana también reproducía dicho privilegio masculino. Así, el diccionario 
utilizaba referentes masculinos en la mayor parte de los ejemplos en los que aparecía un 
género específico, limitando, asimismo, la variedad de funciones y actividades en los 
que aparecía el referente femenino, y colocaba dichos referentes femeninos en una 
posición subordinada frente a sus correspondientes referentes masculinos (Echeverría 
2007b). 
En este artículo, analizaré la función que desempeña el género respecto al uso del 
euskera en el ámbito religioso. En concreto, mostraré que la forma pronominalhi -clave 
para trasmitir nociones de solidaridad y muestra genuina del "euskera coloquial"- se 
utiliza de diferente manera en textos de los diferentes credos religiosos. Cabe señalar, 
asimismo, que el tratamiento coloquial femenino tiene más connotaciones negativas que 
el masculino, por lo que se ha producido una mayor pérdida a lo largo del tiempo. 
Para contextualizar este argumento, en el siguiente apartado se mostrará cómo 
funcionan los pronombres vascos en la gramática y en la pragmática. 
El problema de los pronombres: ¿Por qué tienen tanta relevancia? 
En euskera se utilizan dos pronombres para designar a la segunda persona del singular: 
hi y zu. Sin embargo, aunque hi se considera un indicador de la solidaridad y la 
intimidad frente a zu, la mayoría de los hablantes utiliza más este último pronombre 
para la mayor parte de los fines de interacción. Aún así, hi es similar a otras formas T tal 
y como describe Brown & Gilman (1960). Se utiliza entre amigos cercanos, para gastar 
bromas o expresar enojo. También se usa frecuentemente para dirigirse a personas de la 
misma edad (hermanos y amigos de la misma edad) y personas más jóvenes (hijos, 
hermanos pequeños). En este sentido, hi se considera que es un marcador de solidaridad 
o familiaridad (Echeverria 2003; Urla 1997); sin embargo, hi también indexa los 
significados sociales no necesariamente en paralelo con otras formas T, como 
representación de la "auténtica" identidad vasca y la masculinidad (Echeverria 2003). 
Como se explicará con más detalle posteriormente, el hitano -tratamiento hika (tuteo)- 
se utiliza asimétricamente con zuka (usted), en una forma no análoga con otras formas 
de T/V. 
Además, sólo dentro de su sistema pronominal, cuando se utiliza hi, el género se marca 
en euskera. Cuando el destinatario es el sujeto de un verbo transitivo o el objeto 
indirecto, el verbo auxiliar marca el género del destinatario ("-n" si es femenino, "-k " si 
es masculino): 
 
Tabla 1: El género en el euskera 
 Ergativo Dativo 
 "Has hecho el trabajo" "Te pasó a ti" 
 Lan egin du-n Gertatu -ø-zai-n 
 Trabajo hacer AUX-2sgFemErg Pasar 3Abs-AUX-2sgFemDat 
 Lan egin du-k Gertatu -ø-zai-k 
 Hacer trabajo AUX-2sgMascErg Pasó3Abs-AUX-2sgMascDat 
Una característica más inusual de esta formación del género es la alocutividad, por la 
que el verbo declinado coincide con el género del destinatario, incluso cuando el 
destinatario no aparece en la frase (Oyharçabal 1993:91): 
 
 
 
Tabla 2: La alocutividad en el euskera 
 “Un amigo me ve” 
 Laguna-k ikusten n-a-i-n -ø 
 Amigo-Erg ve 1SgAbs-pres-AUX-ALLOCfem -3SgErg 
 Laguna-k ikusten n-a-i-k -ø 
 Amigo-Erg ve 1SgAbs-pres-AUX-ALLOCmasc -3SgErg 
Esta formación del género en la gramática está repetida por un patrón de uso del género. 
Como se ha indicado anteriormente, hi se utiliza mucho menos que zu; y se usa aún 
menos si cabe, para dirigirse a interlocutores femeninos (noka) que a interlocutores 
masculinos (toka). En zonas rurales donde el uso de hika se ha conservado, es más 
probable que se utilice entre interlocutores masculinos que para dirigirse un interlocutor 
masculino a otro femenino, o un interlocutor femenino a otro femenino. Además, pese a 
que la forma hika sigue utilizándose en ámbitos culturales tradicionales (deporte rural, 
duelos verbales rituales), sobre todo las formas correspondientes a toka, tal vez sea 
porque esos ámbitos culturales están dominados por hombres (Echeverria 2003). 
Tal vez lo más relevante en términos sociolingüísticos sea el aspecto negativo que a 
menudo acompaña al uso de noka. Mi trabajo de campo desarrollado en el País Vasco y 
la diáspora, muestra que el uso de noka cuenta con una estima social mucho más baja 
que el de toka. El uso de noka es raro incluso entre la minoría de hablantes vascos 
competentes en toka; cuando pregunté la razón de dicho hecho, generalmente se dieron 
respuestas vagas tales como "no está bien visto" o "es irrespetuoso". Estas respuestas 
me parecieron curiosas, ya que las formas de noka son "lingüísticamente iguales" a las 
formas de toka; ocupan el mismo lugar en la estructura del euskera y, por tanto, deben 
estar disponibles para los mismos fines de interacción. De hecho, así ocurrió hace 
tiempo. Los lingüistas vascos coinciden en que noka y toka fueron, en origen, los únicos 
pronombres para la segunda persona del singular en euskera, mientras que zu 
representaba la segunda persona del plural (Alberdi 1995; Trask 1997). 
En el siguiente apartado, se analizará el uso pronominal en textos religiosos/mitológicos 
en un intento por desentrañar la "genealogía simbólica" de los pronombres vascos. Del 
análisis realizado se desprende que en estos textos se produce un uso de los pronombres 
según el género, donde noka tiene una connotación más negativa que toka, 
contribuyendo a que se produjera una mayor pérdida de uso y prestigio con el tiempo. 
Mientras que toka se utiliza por interlocutores en textos mitológicos, protestantes y 
católicos, con diferentes fines sociolingüísticos, la forma noka se utiliza en 
interacciones entre personajes tales como brujas y laminas (criaturas parecidas a las 
hadas) "paganas", es decir, se utiliza con personajes paganos que resultaron derrotados 
en el enfrentamiento entre el paganismo y el cristianismo. 
El uso del lenguaje según el género en textos religiosos 
En mi anterior trabajo, mostré que la religión contribuyó a que se produjeran cambiosen el sistema pronominal del euskera. Los protestantes intentaron captar nuevos 
seguidores traduciendo el Nuevo Testamento (Leizarraga 1571) y fragmentos del Viejo 
Testamento (Urte 1700) al euskera. El catolicismo en el País Vasco se había impuesto al 
Protestantismo para finales del siglo XVIII. Pero esta batalla por las almas dejó atrás un 
interesante legado pronominal. Los protestantes utilizaron hi en sus documentos, 
mientras que los católicos (Duvoisin 1865) utilizaron zu, reservando hi principalmente 
para fines de interacción tales como mostrar desprecio o desden. Esto revistió a hika con 
connotaciones negativas, contribuyendo a su pérdida a lo largo del tiempo (Echeverria 
2007a). 
 
Sin embargo, un análisis más profundo de estos textos destapa algunos patrones 
interesantes respecto al género. En los textos protestantes, noka es la forma de 
tratamiento pragmáticamente no marcada para dirigirse a interlocutores femeninos, 
mientras que toka se utiliza con interlocutores masculinos. Noka se utiliza con menos 
frecuencia que toka, debido a que el número de personajes femeninos de los textos 
bíblicos en general es menor, pero cuando se utiliza se hace del mismo modo que con 
toka. Esto es, estas formas coloquiales se utilizan habitualmente cuando alguien se 
dirige a un interlocutor concreto, sin tener en cuenta el estado civil o social del 
interlocutor, rango o tipo de relación (relaciones de parentesco o de cualquier otro tipo). 
Sin embargo, este uso libre de la forma coloquial en los textos protestantes se extiende 
más allá de lo que se considera correcto en euskera estándar actual. A continuación 
podemos ver que Abraham y su mujer Sarah para comunicarse utilizan la forma hika (se 
señalan en negrita las formas de noka; en negrita e itálicas las de toka; las palabras 
subrayadas indican las formas alocutivas ): 
Texto 1: Sarah y Abraham 
Neura nescatoa ematen daroat hire galtcarbean: bagnan ikhussi dic contcebitu 
cuela, horrengatic mesprecio eguiten dic nitaz... Orduan Abranec ihardetssi 
cioen Sarairi, horra hire nescatoa heure escuan dun, eguin dio nahi dun becala. 
(Gen 16: 5-6) 
"Yo te di mi sierva por mujer: y viéndose encinta, me mira con desprecio"... Y 
respondió Abraham a Sara, "He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo 
que bien te parezca." 
Parece que el uso mutuo de la forma coloquial entre marido y mujer no es inusual, ya 
que dicho tratamiento también se produce en otras lenguas, entre las que se encuentran 
el español y el francés. Pero este uso se marca en euskera. Los esposos normalmente 
utilizan la forma zu para tratarse recíprocamente, incluso si antes de mantener la 
relación sentimental utilizaban la forma hi, porque "los patrones asumidos en el 
matrimonio son completamente diferentes y como consecuencia de ello desaparecen la 
relaciones de solidaridad entre marido y mujer" (de Rijk 1991:377). 
Además, en euskera, al contrario que en otras lenguas cercanas, el uso asimétrico del 
T/V es bastante común. Cuando se utiliza en los contextos de confianza y familiaridad la 
forma hi, la norma indica que se deben utilizar asimétricamente las formas zu/hi; cuando 
los padres utilizan el tratamiento hi con sus hijos, a ellos les corresponde utilizar la 
forma zu para dirigirse a sus progenitores. Pero este modelo no se corresponde con el 
patrón empleado en los textos protestantes. En el Texto 2, Rebeca y su hijo Jacob 
utilizan hi entre ellos: 
Texto 2: Rebecca & Jacob 
Oray bada, ene Semea, obedio diococ ene hitcari manteen daroadan gaucan . . . 
Eta Jabobec ihardetssi cioen Rebecca . . . bere Amari, horra, Esau ene anaia . . . 
guicon illetss dun bagnan ni naun guicon ille gabea . . . (Gen 27: 11) 
"Ahora pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando."... Y Jacob dijo a 
Rebeca su madre: "He aquí, Esaú, mi hermano… es hombre velloso, y yo 
lampiño..." 
Los investigadores que han analizado el uso del tratamiento en euskera aceptan que 
cuando se utiliza hika, se emplea asimétricamente cuando los interlocutores provienen 
de diferentes estratos sociales. Pero, como podemos ver en los textos 3 y 4, en los textos 
protestantes se mantiene el uso de hika incluso en diálogos donde los interlocutores 
están situados en posiciones completamente diferentes en la jerarquía social -deidades y 
seres humanos-: 
Texto 3: Dios y Eva 
Eta Jainco Eternalac erran cioen emazteari, cergatic eguin dun hori... eta 
emazteac ihardesssi cuen, sugueac enganatu niauc, eta jan diat handic. (Gen 3: 
13). 
Y entonces Jehová Dios dijo a la mujer "¿Qué es lo que has hecho?"... Y dijo la 
mujer "la serpiente me engañó, y comí". 
Del mismo modo, incluso cuando el diálogo se produce entre el "Hijo de Dios" y una 
mujer de un grupo social estigmatizado, se emplea la forma hi: 
Texto 4: Jesús y la mujer samaritana 
Ethor cedin emazte Samaritanabat ur idoquitera: erran ciecon hari jesusec, indan 
edatera . . . . Diotsa emazteac, Jauna, eztuc cercaz idoqui decan, eta putzua duc 
barna: nondic duc beraz ur vici hori? (Jn 4: 7, 9) 
Vino una mujer de Samaria a sacar agua. Y Jesús le dijo: "Dame de beber"... La 
mujer le dijo "Señor, no tienes con qué sacarla y el pozo es hondo: ¿De dónde, 
pues, tienes el agua viva?" 
Por tanto, hemos visto que en los textos protestantes, noka se utiliza habitualmente con 
interlocutores de sexo femenino para todos los fines de interacción. En los textos 
católicos, sin embargo, el uso de noka, en general, sigue otros patrones muy diferentes. 
Textos católicos 
Como se ha indicado anteriormente, los textos católicos difieren de los protestantes en 
que utilizan generalmente la forma respetuosa (zu) con interlocutores individuales, a 
menos que dichos interlocutores sean castigados o reprendidos. En el Texto 5, por 
ejemplo, los sacerdotes utilizan toka para rechazar a Judas: 
Texto 5: Judas y los Sacerdotes 
Zerralarik: Bekhatu egin dut, hobengabeko dola salduz. Bainan hekiek ihardetsi 
zioten: Guri zer dihoakigu? Hire ikhustekoa duk. (Mt 27: 4-5) 
Diciendo: "Yo he pecado entregando sangre inocente." Mas ellos dijeron: "¿Qué 
nos importa a nosotros?" ¡Allá tú! (Mt 27: 4-5) 
Pero esta práctica sólo se produce cuando el interlocutor es de sexo masculino; cuando 
los interlocutores que reciben una recriminación son femeninos las formas de noka no 
se utilizan. 
Uno de los usos más comunes de la forma coloquial en los textos católicos se produce, 
concretamente, para expulsar demonios. En todos los casos, como se muestra en el 
Texto 6, al dirigirse a un alma o un espíritu se utiliza el tratamiento de toka: 
Texto 6: Alma como naturaleza masculina 
Bada, Jesusek galdatu zioen: Zer duk izena? Eta ihardetsi zuen: Andana; zeren 
hainitz debru baitziren gizon hartan sarthuak. 
Entonces Jesús preguntó: "¿Cómo te llamas?" Y él respondió: "Andana"; ya que 
había muchos demonios en el hombre. 
Pero existen ejemplos que indican que el alma no siempre se conceptualizó como 
naturaleza masculina. En la obra religiosa de Axular, Gero (1643), un alma es castigada, 
en noka: 
 
Texto 7: Alma como naturaleza femenina 
Baina alferrik guztiak. Zeren nola baituen libertatea, eta heure burua heure 
eskuko, hala egin dun heure plazera eta borondatea: garaitu naun, eztun nitzaz 
konturik egin: ez aiz nitzaz gobernatu. Galdu dinat nik neure trabaillua, eta bai 
hik ere, sekula fingabekotzat heure burua." 
"Porque hubo libertad, para aclararte, hiciste lo que deseaste y lo que quisiste: 
Aunque me derrotaste, no me prestaste atención: Yo no te gobierno. Me he 
esforzado y tú también, para que seas una persona disciplinada". 
En los textos católicos, doscientos años después, sin embargo, la forma noka se 
utilizaba únicamente con interlocutores que no tenían conexión con los seres humanos, 
corpóreos o espirituales. De hecho, noka sólo se utilizaba para dirigirse a entidades tales 
como ciudades: 
Texto 8: La ciudad con el tratamiento de noka 
Jeresulame, Jerusaleme, profetak hiltzen eta hire gan bidaliak direnak 
harrikatzen ditunana,zembatetan nahi izan ditinat hire umeak bildu, oiloak 
hegalpera chitoak biltzen dituen bezala, eta hik ez baitun nahi izatu! (Mt 23: 37) 
"¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son 
enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus 
polluelos y no quisiste! 
Los ejemplos anteriores muestran que toka se emplea ocasionalmente en los textos 
católicos, aunque para mostrar desdén, y que no se utiliza con interlocutores femeninos 
(noka). Este hecho, quizás, sea la razón de que noka tenga más connotaciones negativas 
que toka. Los textos católicos ofrecen ejemplos en los que se castiga a interlocutores 
masculinos utilizando para ello las formas coloquiales de tratamiento (toka), pero no 
hace lo mismo para dirigirse a interlocutores femeninos (noka). La mayoría de la 
población católica, como consecuencia de ello, llegaría a considerar inapropiado el uso 
de noka, incluso en las circunstancias más propicias. 
Noka en la mitología 
Los textos bíblicos descritos anteriormente difieren de los mitos y leyendas vascos 
(Azkue et al 2002; Barandiaran 1960, Barandiaran 1962, Barandiaran 1972, 
Barandiaran 1987, Barandiaran 2002; Cerquand 1987). En primer lugar, los personajes 
femeninos aparecen con más frecuencia en la mitología vasca que en los textos bíblicos. 
Esto, quizás, no es sorprendente dado que la religión de los vascos anterior al 
cristianismo era de carácter matriarcal. En segundo lugar, noka se utiliza habitualmente 
para dirigirse a interlocutores femeninos en singular mientras que en los textos católicos 
se utiliza zuka. En tercer lugar, pese a que en estos mitos aparecen personajes cristianos 
y seres humanos, noka se utiliza, especialmente, cuando al menos uno de los 
interlocutores es un brujo, diablo, gentil o algún personaje de la mitología vasca. 
Cuando los interlocutores son de estratos sociales diferentes en los textos mitológicos 
prevalece un uso asimétrico de noka/zuka y en los textos mitológicos el hika. 
Según una leyenda, unas costureras están discutiendo sobre si las brujas existen o no. 
Finalmente llegan a la conclusión de que sí, después de todo "todo lo que tiene un 
nombre debe existir" pero una costurera sigue en duda. Cuando se dirige a su hogar al 
atardecer, un grupo de brujas le acosan. Cada una le arranca un pelo de la cabeza, 
burlándose de ella: 
Texto 9 
"Ez geala, bano bagittun: Maripetralin ez beste guztik emen gaittun " 
"Decís que no existimos, pero sí existimos. Todas menos Maripetralin estamos 
aquí". 
Se dice que había tantas brujas que la costurera se quedó calva. 
En otra historia, una mujer es atemorizada por laminas que se deslizan por su chimenea 
cada tarde. Finalmente pide ayuda a su marido, que traza un plan. Se viste con ropa de 
su mujer y va a su trabajo habitual (el de la mujer). La lamina baja por la chimenea y 
observa que la "mujer" se comporta de forma diferente. La lamina pregunta "¿Y quien 
eres tú?" "Nadie", responde el marido. "Dame algo de beber", dice la lamina. En lugar 
de eso, el hombre arroja aceite caliente en la cara de la lamina; ella huye, pide ayuda a 
gritos. Pero no recibe ayuda de sus amigas laminas: 
Texto 10 
Lamiaren lamiak ikusi zutenean haren arrenkura, galdegiten diote, "Zer dun 
lagun? Nork egin din?" "Inork ez." "A! Orduan zer nahi dun hik, inork ez badin 
egin herorrek dun kulpa eta beste inork." (Azkue eta beste, 2002:30-31). 
Cuando otras laminas la vieron quejarse, le preguntaron "¿Qué te ocurre amiga?" 
¿Quién te hizo eso?" "Nadie". "¡Ah! ¿Entonces qué quieres? Si nadie te lo hizo, 
no se puede culpar a nadie". 
Noka también se utiliza en los diálogos del diablo con las brujas. Una leyenda habla de 
dos hermanos que abandonan sus sueños de convertirse en curas porque son demasiado 
pobres para seguir con sus estudios. Se encuentran con un hombre que les da un saco de 
oro y un vaso; les dice que si son capaces de averiguar dentro de un año de qué está 
fabricado el vaso, podrán quedarse con el saco de oro. Pero si se equivocan, él se 
quedará con sus almas. Los hermanos rezan en vano fervientemente para que Dios les 
dé la respuesta. Afortunadamente, el día antes de que finalice el año, uno de ellos 
aparece en una cueva donde escucha a un hombre, en realidad un diablo, bailando con 
una bruja y jactándose: 
Texto 11 
"Biar garai ontako etortzeko zetunat ba nik be gazte. "Zeittea?"-galdetu 
ementzion sorginek. "Baso 'at eman nenan: asmatzen baldin bazoen zekin eine 
zan, zaku-urrre 'at antzako izetekon, eta bestela an animak netzako izetekon." 
"Zekin eine da ba basoa?" "Ostielan da launbaten ebaittako azkazalakin." 
(Barandiaran 1962: 93-95). 
"Mañana a esta hora tendremos dos jovencitos con nosotros". "¿Y eso?" 
preguntó la bruja. "Les he dado un cristal con la condición de que si pueden 
averiguar de qué está hecho, les daré un saco de oro; si no, me quedaré con sus 
almas". "Entonces, ¿de qué está fabricado el cristal?" "De uñas cortadas los 
viernes y los sábados". 
Al responder correctamente la pregunta al día siguiente, el hermano consigue mantener 
el saco de oro, permitiéndole a él y a su hermano alcanzar sus sueños de ser curas. 
En total, he encontrado treinta y nueve mitos o leyendas donde noka se utiliza 
exclusivamente como tratamiento. Noka era el único tratamiento utilizado entre dos 
interlocutores femeninos; en un caso fue utilizado con un interlocutor femenino que no 
respondió al orador; y en una conversación con un interlocutor masculino (toka). 
Así mismo, encontré cinco ejemplos donde noka se utilizó asimétricamente con zuka. 
Los interlocutores más mayores (masculinos o femeninos) utilizaban noka con los 
interlocutores más jóvenes que a su vez se dirigían a ellos utilizando zuka. 
Otra leyenda habla de tres niños huérfanos. Abandonan su casa en busca de comida y 
por último llegan a un palacio, donde la criada les da algo de comer. Pero les advierte 
que deben permanecer en silencio, o de lo contrario el Tártaro o Tártalo (un tipo de 
monstruo) aparecerá y se los comerá por ser cristianos. Los niños se asustan e intentan 
permanecer en silencio, pero el Tártaro les descubre porque les oye respirar. Él exige a 
la criada que le diga quiénes son; ella, al final, se lo dice aunque al principio intenta 
protegerlos. Como vemos en el Texto 12, mientras que el Tártaro se dirige a la criada en 
noka, ella se defiende en zuka: 
Texto 12 
Tartaroa jiten da. Sarthu bezain fite hasten da usaindatzen; erraiten dio 
neskatoari, "Hemen badun giristino zenbait." Neskatoak erraiten dio, "Ez, jauna, 
ez da batere." Tartaroak: "Izan bederen badun, sentitzen dinat heien usaina. 
Erran egia, bertzenaz hiltzen hut." Neskatoa izitzen da eta erraiten dio tartaroari: 
"Bai, jauna, egia erratea badut hemen zenbait giristino; zu hemen ez zinelarik jin 
zaitazu hirur haur gaxo hormatuak eta goseak hilak; sar arazi ditut barnerat, 
eman diotet jateran eta edatera, eta nola bait ziren biziki uhnatuak, Juan dituzu 
etzatera: hortxeko barrika horren bornean dituzu, gaxo aingeruak." (Cerquand, 
1987:75). 
El Tartaroa aparece. Tan pronto como entra, comienza a olisquear; le dice a la 
criada "Aquí hay un cristiano". La criada responde "No, mi señor, no hay 
ninguno". El Tartaroa: "Al menos hay uno porque puedo olerlo. Dime la verdad 
o te mataré." Asustada, la criada responde "Sí, mi señor, a decir verdad, aquí hay 
algunos cristianos. Cuando usted no estaba allí, tres niños pobres, congelados, 
entraron, muertos de hambre. Los tengo dentro, les di algo de comer y de beber 
y esto les ha revivido. Se acostaron. Están justo allí, los pobres". 
Al final, sin embargo, los niños vencieron al Tártaro y se escaparon. 
Uno puede discutir que el uso asimétrico entre estos dos personajes se debe a la 
naturaleza diferente; quizás se considera inadecuado que un ser humano pueda utilizar 
la forma coloquial con un personaje poderoso del mundo metafísico. Pero las 
características sugieren que este no es el caso. Además de las leyendasanalizadas 
anteriormente, hay otras historias que muestran interacción entre diablos, brujas o 
laminas y seres humanos. Hemos visto en el Texto 10 anterior que noka se utiliza en la 
conversación entre la "mujer" y la lamina. Del mismo modo, el diablo utiliza noka 
cuando se dirige a una mujer joven (cuyos dedos exige como sacrificio) y ésta le 
responde en toka. Hika también se utiliza entre un marido y su mujer, que se convierte 
en una bruja. 
En total, en estos textos aparecen cuarenta y cuatro casos de noka. Esto puede parecer 
poco, a menos que tengamos en cuenta que estos ejemplos corresponden a algunos de 
los volúmenes que sobre la mitología y leyendas vascas existen. No me sorprendería 
que se encontraran más casos de noka en el resto del corpus, si se analizaran otras 
fuentes relacionadas con la mitología vasca (por ejemplo, canciones). 
 
Conclusión 
En este artículo, se ha demostrado que las formas coloquiales de tratamiento no se 
utilizan de la misma manera en los textos religiosos católicos y protestantes. El hecho 
de haberse asignado connotaciones más negativas a las formas coloquiales femeninas 
con respecto a las correspondientes formas masculinas, ha contribuido, sin duda, a que 
se produzca una mayor pérdida del uso del tratamiento coloquial femenino a lo largo del 
tiempo. Esto es significativo hasta el punto que las formas coloquiales de hi son 
centrales a la hora de representar nociones tales como la solidaridad, la confianza y la 
"auténtica" identidad vasca. Si estas formas de tratamiento femenino son proscritas 
socialmente, las mujeres no tendrán la capacidad de expresar lingüísticamente la 
auténtica identidad vasca. ¿Cómo puede influir este hecho en la actitud de las hablantes 
para hablar euskera? ¿Qué implicaciones puede tener esto para el futuro del euskera, 
una lengua en peligro de extinción? 
Esta investigación también tiene implicaciones para un campo de estudio relativamente 
nuevo, "La Sociología de la Lengua y la Religión." Mientras se abre camino en su 
examen simultáneo de la religión y el lenguaje, resulta sorprendente que se preste tan 
poca atención a otra construcción social que coloca a las personas de forma desigual, el 
género. El euskera muestra el valor de hacerlo. Los usos y los cambios del euskera no 
pueden entenderse en su totalidad sin insertarlos en su contexto socio-histórico, donde 
la dinámica del género y la religión ha desempeñado (y siguen desempeñando) 
funciones fundamentales. Sucede lo mismo en otras comunidades cuyas lenguas están 
en peligro de extinción; por ello, anima a los escolares y a los activistas de la lengua en 
esas comunidades a examinar la interacción de las ideologías religiosas, de género y 
lengua de forma simultánea. 
Referencias 
• Alberdi, Xabier. 1995. The development of the Basque system of terms of 
address and the allocutive conjugation. In Jose Ignacio Hualde, Joseba Lakarra 
and R.L. Trask (eds.), Towards a history of the Basque language (Current issues 
in linguistic theory, 131). Amsterdam: John Benjamins, pp. 275-293. 
• AXULAR, Pedro: Gero. Bordele, 1643. 
• Azkue, Resurrection Maria, J.M Barandiaran, J. Barbier, J.F. Cerquand, J. 
Garmendia Larrañaga, J. Gereño, & W. Webster. 2002. Euskal Herriko mito 
hautatuak. San Sebastián: Hiria. 
• Barandiaran, Jose Miguel. 2002. Brujería y brujas en los relatos populares 
vascos. San Sebastián: Editorial Txertoa. 
• Barandiaran, Jose Miguel. 1987. De ethnografia de Navarra. San Sebastián: 
Editorial Txertoa. 
• Barandiaran, Jose Miguel. 1972. El Mundo en la mente popular vasca II. San 
Sebastián: Colección Auñamendi. 
• Barandiaran, Jose Miguel. 1962. El mundo en la mente popular vasca III. San 
Sebastián: Colección Auñamendi. 
• Barandiaran, Jose Miguel. 1960. El mundo en la mente popular vasca I. San 
Sebastián: Colección Auñamendi. 
• Brown, Roger and Albert Gilman. 1960. The pronouns of power and solidarity. 
In Thomas Sebeok (ed.), Style in language, 253-276. 
• Cerquand, Jean Francois. 1987. Ipar Euskal Herriko legenda eta ipuinak. San 
Sebastián: Editorial Txertoa. 
• De Rijk, Rudolf P.G. 1991. Familiarity or solidarity: The pronoun hi in Basque. 
RIEV 36:373-378. 
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Notas finales 
Los términos zu y zuka (las formas nominales y pronominales, respectivamente) se 
utilizarán indistintamente, como hi e hika. La segunda persona del singular en euskera 
cuenta con otros dos pronombres: Xu se utiliza únicamente en dialectos orientales. 
Berori, se usa para mostrar gran respeto; tradicionalmente se utilizaba en los dialectos 
occidentales pero en la actualidad dicho uso ha desaparecido (cf. Alberdi 1995).