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Lucernas_altoimperiales_en_Augusta_Emeri

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811 ACTAS DEL V CONGRESO INTERNACIONAL DE LA SECAH (ALCALÁ DE HENARES, 2019)
Lucernas altoimperiales 
en Augusta Emerita. 
Materiales procedentes de 
la colmatación del foso en 
el solar de ampliación del 
Museo Nacional de Arte 
Romano
Resumen: En este trabajo procederemos a presentar una serie de materiales inéditos procedentes de la excavación del solar de la 
ampliación del Museo Nacional de Arte Romano (c/ del Museo esquina con avenida José Álvarez Sáenz de Buruaga) en Mérida. 
En este sentido se ha llevado a cabo un estudio tanto cronotipológico como iconográfico. 
Palabras Clave: Lucernas cerámicas; Iconografía; Augusta Emerita.
Summary: In this work we will proceed to present a series of unpublished materials from the excavation expansion area of the 
National Museum of Roman Art (c/ Museo corner with José Álvarez Sáenz de Buruaga avenue) in Merida. A chronotypological 
and iconographic studies have been carried out. 
Key Words: Pottery lamps; Iconography; Augusta Emerita.
1. EL SOLAR DE LA AMPLIACIÓN DEL MNAR
Los materiales que se presentan en estas líneas 
forman parte del registro arqueológico documentado 
en la excavación previa a las futuras obras para el edifi-
cio de ampliación del Museo Nacional de Mérida (en 
adelante MNAR). Se llevaron a cabo en 2016, aunque 
previamente el solar ya había sido intervenido en dos 
ocasiones: una en 2005 (intervención n.º 2626 del 
CCMM, informe FD2018-3 del MNAR) destinada a 
sondeos arqueológicos de evaluación del terreno y otra 
en 2006 (informe FD2016-2 del MNAR), sistemática 
pero no finalizada.
Desde un punto de vista arqueológico, el solar 
(Fig. 1) se caracteriza por ubicarse en un área extramu-
ros de la ciudad romana, pero muy próximo a una de 
las principales vías de acceso a la colonia, documentada 
en el solar aledaño, en el que se ubica el edificio del 
actual museo. También se encuentra cercano a las mu-
rallas y seguramente a una puerta. El trazo exacto de las 
primeras no es conocido del todo, especialmente en el 
tramo junto al solar intervenido, pero se encuentra do-
cumentado de nuevo en el solar del MNAR y también 
en la denominada Casa del Anfiteatro, en ambas locali-
zaciones de forma parcial (Feijoo Martínez 2000: 200).
Tomando un orden desde el punto de vista de la 
secuencia cronológica, la fase más antigua conocida en 
el solar es la cava de un foso defensivo (Sabio González 
y Murciano Calles 2019: 149), que corre en paralelo 
a la cerca muraria. Este foso, con una cronología muy 
temprana, cercana a la fundación de la colonia romana, 
se encuentra durante unas pocas décadas en funciona-
miento y pronto es abandonado y reutilizado como ver-
tedero, colapsándose rápidamente y siendo olvidado. 
High imperial lamps in Augusta 
Emerita. Materials from the pit 
filling occurred at the expansion 
area of the National Museum of 
Roman Art
ALEJANDRO GONZÁLEZ BLAS 
Universidad de Granada (alegonzablas@correo.ugr.es)
RAFAEL SABIO GONZÁLEZ 
Museo Nacional de Arte Romano (rafasabio@gmail.com)
JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES 
Museo Nacional de Arte Romano (jmaria.murciano@cultura.gob.es)
ALEJANDRO GONZÁLEZ BLAS, RAFAEL SABIO GONZÁLEZ Y JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES
 ACTAS DEL V CONGRESO INTERNACIONAL DE LA SECAH (ALCALÁ DE HENARES, 2019)812
Esta fase sirve para datarlo, y es en la que se encuentran 
ubicados los materiales aquí analizados. 
En paralelo o poco después a esta colmatación del 
foso, se realiza un ramal de acueducto en el lado orien-
tal del mismo, en el ángulo superior de su escarpa y 
con la misma orientación que la muralla y foso. Este 
acueducto, nuevamente, se había documentado con 
una buena conservación tanto en el solar del MNAR 
con en el de la Casa del Anfiteatro, pero en el nuestro 
se encuentra progresivamente arrasado hasta casi desa-
parecer. Lamentablemente, no disponemos de informa-
ción estratigráfica alguna para datar esta destrucción.
Como es obvio, estos elementos urbanos, foso 
y acueducto, junto a la calzada (cuya cronología, al 
menos su primer trazado, debe ser también fundacio-
nal), vertebrarán el área, y seguidamente a la colmata-
ción y olvido del foso y a la generación del acueducto, 
se documentan en el solar una serie de fases funerarias 
caracterizadas por seguir siempre las mismas orientacio-
nes que aquellos. 
En un primer momento, se crearán varios recintos 
funerarios, determinados por un fuerte arrasamiento 
que impide verificar su cierta morfología. Se hallaron 
igualmente algunas tumbas en este período, desvincu-
ladas de dichos recintos, realizadas con el ritual de la 
incineración. Tras el abandono de estos recintos, y en 
relación a su posterior derrumbe y expolio, se inicia una 
extensa fase ininterrumpida en la que se suceden distin-
tos vertidos, en alternancia con la disposición de más 
de un centenar de tumbas individuales de inhumación, 
cuya cronología se puede establecer de manera general 
desde finales del siglo I o inicios de la centuria siguiente 
hasta posiblemente época tardorromana. 
El registro arqueológico documentado finaliza pre-
cisamente en esa época, en torno al siglo V, cuando se 
ejecuta un nuevo foso defensivo, esta vez vinculado 
posiblemente a las labores de restauración y refuerzo 
que se están acometiendo en la muralla fundacional. 
A partir de este momento, la secuencia estratigráfica es 
destruida para la edificación de un bloque de pisos en 
la década de los 70 del siglo XX, que fue demolido en 
2004, una vez fue adquirido por el Estado con la in-
tención de renovar el MNAR. De esta última fase, ya 
contemporánea, perviven en el solar las cimentaciones 
de dicho bloque, que afectaron como es de suponer a lo 
conservado en él.
Figura 1. Localización del solar de la excavación. 
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LUCERNAS ALTOIMPERIALES EN AUGUSTA EMERITA. MATERIALES PROCEDENTES DE LA COLMATACIÓN DEL FOSO EN EL ...
DE LA COSTA AL INTERIOR. LAS CERÁMICAS DE IMPORTACIÓN EN HISPANIA
2. EL RELLENO DEL FOSO DE LA CIUDAD
Como se ha expresado ya, una de las estructuras de 
mayor relevancia entre las documentadas en el curso de 
las excavaciones practicadas en el solar de la ampliación 
del MNAR es uno de los dos fosos que, en función de la 
información actual, sabemos que rodearon las murallas 
de la urbe emeritense desde sus mismos orígenes. Este, 
que debe de identificarse con el más alejado de la línea 
amurallada, consiste en una gran zanja en V que, en 
el sector excavado, mostraba un mayor desarrollo en la 
escarpa que en la contraescarpa. La explicación a este 
último fenómeno radica en que la zona afectada por 
esta sección de su recorrido demostraba una gran pen-
diente en dirección oeste, por lo que el extremo más 
próximo a la muralla hubo de ser suplementado con 
una porción extraordinaria para poder mantener una 
profundidad estable en su contraescarpa, y garantizar 
así su funcionalidad. 
El mayor valor de la documentación del foso no sólo 
radicó en su propia constatación, sino en la asociación 
del mismo con un extenso aporte de materiales aloja-
dos en su cuenca tras la pérdida de uso y consecuente 
amortización de tal estructura defensiva (Sabio Gonzá-
lez y Murciano Calles 2019: 160). Estos se integraban 
dentro de una serie de estratos de diversa naturaleza, 
los cuales detallaremos seguidamente, y denotaban el 
enorme interés de ofrecer una fecha bastante precisa y 
coherente a la colmatación del foso, una estructura en sí 
difícil de datar con precisión, al consistir en un sencillo 
corte en la roca madre. 
Durante el transcurso de la intervención en el solar 
y debido a cuestiones técnicas, se intervino en la totali-
dad de la cuenca del foso en un total de dos ocasiones: la 
primera se llevó a cabo en el área meridional de la exca-
vación, entre mayo y junio de 2016, y la segunda en su 
área septentrional, ya en torno a septiembre y octubre 
del mismo año. Sin lugar a dudas, y por contraste con 
el área meridional, en la que la ejecución de los trabajos 
se hallababastante constreñida por la presencia de dos 
estructuras funerarias y el avance del límite del solar en 
dirección este, el área septentrional fue donde mejor 
pudieron obtenerse tanto el nítido perfil de la cárcava 
defensiva, como la clara secuencia estratigráfica vin-
culada a su amortización inicial. Es por ello que en el 
presente trabajo se ha optado por afrontar de un modo 
exclusivo la estratigrafía del área septentrional, lo cual 
no obsta para que pueda consultarse sintéticamente el 
panorama obtenido en el área sur a través de varios tra-
bajos ya publicados (Sabio González y Murciano Calles 
2019, Sabio González et alii 2018 y Sabio González et 
alii 2019: 161).
Centrándonos pues en la estratigrafía vinculada a 
la colmatación del foso en el área norte, sobre el corte 
UE 70, se desarrollaban en primer lugar dos superficies 
bien diferenciadas, adheridas, al parecer de un modo 
intencionado, a las paredes del foso hasta una altura 
dada (UUEE 551, 554 y 556). A estas se superponía 
un vertido arenoso procedente del extremo ignoto de 
la contraescarpa y con pendiente decreciente hacia el 
Oeste, en el que se percibía la presencia de numero-
sas partículas de bronce, mezcladas con fragmentos de 
crisoles metalúrgicos y un material cerámico que nos 
define cronológicamente un horizonte muy temprano, 
situado en torno a los inicios del siglo I d. C. (UUEE 
553 y 555). En tercer lugar, y sobre este vertido, se de-
ponían un total de tres estratos horizontales, que eran 
aquellos vinculados a los materiales analizados en el 
presente artículo: las UUEE 500, 549 y 550. Con pos-
terioridad a esta secuencia, se produciría un lapso en el 
arrojo de residuos que parece extenderse desde media-
dos del siglo I d. C. hasta las postrimerías de la misma 
centuria o los inicios de la siguiente, que es cuando se 
reactivarían los vertidos mediante la generación de la 
UE 470.
Nuestra interpretación de la secuencia ofrecida es 
que, tras la cava y mantenimiento del foso durante un 
periodo de tiempo que entendemos que se extiende 
desde la fundación de la Colonia hasta inicios del siglo 
I d. C., este es mejorado mediante dos capas de revoco 
destinadas principalmente a favorecer su impermeabi-
lización. Sobre estas se produciría un primer vertido 
desde el Oeste, procedente de una cercana industria 
metalúrgica, aunque aún sin la intencionalidad de col-
matar el foso. Y finalmente, tras la pérdida de interés en 
el mantenimiento de esta singular defensa de la urbe, 
se desarrolla sobre su cuenca un potente vertedero que 
hemos definido como de colmatación sistemática del 
mismo, sólo detenido momentáneamente por el desa-
rrollo sobre su superficie de un área funeraria de carác-
ter monumental, muy limitada en el tiempo debido a 
la enorme inestabilidad del terreno sobre el que se asen-
taba (Sabio González y Murciano Calles 2017 y Sabio 
González y Murciano Calles 2019).
En los tres estratos que nos ocupan (UUEE 500, 
549 y 550), en realidad cabe distinguir físicamente dos 
realidades: de una parte, las UUEE 549 y 550, com-
puestas por un limo muy puro, que recordaba al cieno 
ALEJANDRO GONZÁLEZ BLAS, RAFAEL SABIO GONZÁLEZ Y JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES
 ACTAS DEL V CONGRESO INTERNACIONAL DE LA SECAH (ALCALÁ DE HENARES, 2019)814
durante su proceso de excavación; y de otra parte, la 
UE 500, superpuesta a estas últimas y en la que parecía 
hacerse notar una composición semejante a la de las dos 
anteriores, pero menos compacta y cenagosa. Como se 
pudo comprobar al analizar la secuencia estratigráfica 
con más detenimiento, la diferenciación entre las UUEE 
549 y 550 respecto a la UE 500, parecía radicar senci-
llamente en el desarrollo de las primeras en un entorno 
subacuático, como consecuencia de su deposición en el 
área impermeabilizada previamente por las UUEE 551, 
554 y 556. Es por ello que actualmente tendemos a no 
basar el orden de generación de estas unidades en su 
mera diferenciación formal. De hecho, existen indicios 
más contundentes de que la colmatación sistemática del 
foso, antes que producirse en un sentido estrictamen-
te vertical, lo hizo a partir de aportes procedentes del 
Sur. La práctica equivalencia cronológica entre las tres 
unidades podría demostrarse a partir de los materiales 
asociados a estas, y en este sentido y como podremos 
comprobar, juega un importante papel el análisis de las 
lucernas procedentes de cada una de ellas.
3. CLASIFICACIÓN TIPOLÓGICA
Durante el proceso de excavación, en estas unidades 
se documentaron un total de noventa y tres individuos 
clasificados como lucernas romanas. Si atendemos pre-
viamente a la clasificación morfológica se pueden dividir 
en: margines (veinte individuos), perfiles completos 
(quince individuos), fragmentos de valva superior (dieci-
siete), discos (catorce), bases (doce), rostra (nueve) y, por 
último, ansae e infundibula (tres fragmentos cada uno). 
A continuación, nos centraremos principalmente 
en las diferentes familias y tipologías documentadas, 
siguiendo un orden cronológico. 
3.1. Lucernas de Volutas
En primer lugar, nos encontramos con las lucer-
nas de volutas, las cuales se fechan con carácter general 
entre el 20 a. C. y el siglo II d. C.
De esta familia, se han inventariado un total de 
cincuenta fragmentos, de los cuales un total de treinta 
y siete individuos únicamente han sido clasificados 
como lucernas de volutas, mientras que los otros sí han 
podido ser concretados tipológicamente. 
Desde un punto de vista morfológico, nos encon-
tramos con que la mayor parte de las piezas asociadas 
son margines (diecinueve fragmentos), seguidos de los 
perfiles completos (nueve individuos), los rostra (cuatro 
fragmentos), los infundibula (tres fragmentos) y en 
último lugar los fragmentos de valva superior, con dos 
individuos (n.º 1 al 37).
En relación a las pastas, nos encontramos con que 
la mayoría de las piezas presentan una coloración que 
oscila entre tonalidades ocres y blanquecinas. A esto se 
suma la presencia de engobe en la cara exterior, cuyas 
coloraciones son principalmente anaranjadas, rojizas 
y negruzcas en la totalidad de las piezas, a excepción 
de tres, aunque este número asciende hasta trece si 
sumamos aquellas con presencia de engobe en la cara 
interior. 
En cuanto a la producción de estos individuos ca-
racterizados como lucernas de volutas, los treinta y siete 
ejemplares se encuentran elaborados en la misma pasta 
cerámica con la que se confeccionan las cerámicas de 
paredes finas emeritenses.
3.1.1. Dressel 9
La primera tipología dentro de las lucernas de 
volutas a la que haremos referencia es la Dressel 9, 
marcada por la presencia de un rostrum en forma de 
pico. En el seno de esta, nos encontramos con una divi-
sión en tres subcategorías marcada por la comparación 
entre la distancia entre voluta y voluta con la anchura de 
la parte más amplia del rostrum (Celis 2005: 421). Sin 
embargo, en muchas ocasiones no se conservan ambas 
partes de la pieza para poder asociar cada una de ellas a 
su categoría correspondiente: este es el caso de cinco de 
los individuos (n.º, 38, 39, 40, 41 y 42), en los que sólo 
se conserva una porción del rostrum triangular propio 
de esta tipología. Todas las piezas estarían elaboradas en 
pasta de cerámica de paredes finas, presentando colora-
ciones ocres y engobes negruzcos y rojizos. 
Desde el punto de vista cronológico, las Dressel 9 
se desarrollan principalmente durante época julioclau-
dia, pudiendo concretar su cronología en función del 
subtipo al que la pieza pertenezca.
3.1.2. Dressel 9B
Además de los cinco fragmentos mencionados an-
teriormente, se documentaron tres individuos que sí 
pudieron ser clasificados como una subvariante, en este 
caso como lucernas Dressel 9B. 
Se trata de dos perfiles completos y un fragmento de 
rostrum, conservándose en uno de ellos el lado izquier-
do de la pieza(n.º 43, Fig. 2), mientras que en el otro 
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LUCERNAS ALTOIMPERIALES EN AUGUSTA EMERITA. MATERIALES PROCEDENTES DE LA COLMATACIÓN DEL FOSO EN EL ...
DE LA COSTA AL INTERIOR. LAS CERÁMICAS DE IMPORTACIÓN EN HISPANIA
se conserva la totalidad del rostrum y parte de la zona 
izquierda de la margo (n.º 44, Fig. 2). En el caso del 
fragmento de rostrum (n.º 45, Fig. 2), se trata del lado 
derecho del mismo, conservándose el pico de forma 
triangular y la voluta de la cara exterior. 
En cuanto a las pastas, nos encontramos con una 
pasta de tonalidades grisáceas, en el caso de la primera, 
y tonalidades ocres, en el caso de las dos siguientes. En 
cuanto a los engobes, la primera de ellas presenta un 
engobe marronáceo, la segunda anaranajado y la tercera 
negruzco. 
Lamboglia estableció la cronología de estas lucernas 
en época de Claudio, mientras que Loeschcke dató su 
variante tipológica correspondiente, la Loeschcke IB, 
durante los reinados de Tiberio y Claudio (Lamboglia y 
Beltrán 1952: 87-89; Loeschcke 1919).
3.1.3. Dressel 11
Estas lucernas presentan una morfología similar a 
las anteriores, a excepción de su rostrum, de forma re-
dondeada, y del menor tamaño de sus volutas (Morillo 
2015: 356).
Se han documentado dos individuos clasificados 
como lucernas Dressel 11 (n.º 46 y 47, Fig. 2). El 
primero de ellos es un fragmento de la valva superior 
que conserva parte del rostrum, cuyo arranque muestra 
un perfil circular, conservando una voluta en la cara ex-
terior de la pieza. En relación al segundo de ellos, se 
trata del área derecha de un rostrum circular, presentan-
do una voluta en la parte superior. 
En relación a las pastas, nos encontramos con que 
la primera tiene una tonalidad ocre y un engobe prác-
ticamente desaparecido, mientras que la segunda está 
realizada en una pasta blanquecina y un engobe anaran-
jado. Ambas piezas se encuentran elaboradas en pasta 
de cerámica de paredes finas.
Lamboglia fechó el inicio de la producción de estas 
lucernas en el reinado de Claudio continuándose hasta 
el reinado de Vespasiano. Sin embargo, Loeschcke res-
tringiría su tipo, la Loeschcke IV, a exclusivamente 
época post-augustea (Lamboglia y Beltrán 1952: 87-89; 
Loeschcke 1919).
3.1.4. Dressel 12-13
La principal característica de estas variantes tipoló-
gicas de lucernas es la presencia de una gran ansa plás-
tica. La única diferencia entre ambas es el número de 
rostra (Celis 2005). El ansa plástica es el único elemento 
documentado de estas tipologías de lucernas, conser-
vándose un único individuo. 
Estamos ante un ejemplar (n.º 48, Fig. 2), dotado 
de un ansa plástica completa que presenta forma de 
media luna, una de las iconografías de ansae plásticas 
más comunes. 
En cuanto a la pasta de este individuo, es blanque-
cina y con engobe anaranjado en la cara exterior de la 
pieza. Se trata de una pieza realizada en pasta de cerá-
mica de paredes finas.
En cuanto a la cronología, Lamboglia estableció que 
estas comenzarían a producirse en el reinado de Tiberio, 
produciéndose el cese de su fabricación hacia el reinado 
de Vespasiano. Posteriormente, Loeschcke fecharía su 
tipo equivalente, Loeschcke III, en época de Augusto 
(Lamboglia y Beltrán 1952: 87-89; Loeschcke 1919).
3.1.5. Deneauve VG
Estamos ante una tipología cuya principal carac-
terística es la existencia de unas aletas laterales (Celis 
2005: 422). 
En este contexto, solo constatamos un único indi-
viduo de esta tipología (n.º 49, Fig. 2), con un perfil 
completo redondeado, conservado en su totalidad, el 
cual presenta un marco doble de forma rectangular en 
ambos extremos del canal que flanquean. Además, en la 
base se observa un resalte de forma rectangular junto al 
infundibulum que lo une al rostrum.
Su pasta es anaranjada y con un engobe de tonali-
dades oscilantes entre el anaranjado y el rojizo, tanto en 
la cara exterior como en la interior de la pieza. Se en-
cuentra realizada en pasta de cerámica de paredes finas. 
Deneauve fechó la producción de esta tipología de 
lucernas entre el 25 d. C. y el 100 d. C. Sin embargo, 
otros autores sugerirían la posibilidad de que continua-
ra fabricándose a comienzos del siglo II d. C. (Bailey 
1980: 100).
3.1.6. Deneauve VE
Bajo este tipo se engloban lucernas con un pico plano 
y redondeado que se comunica con el disco por un estre-
cho canal. También presentan apéndices laterales, nor-
malmente de forma redondeada (Celis 2005: 422). 
Al igual que en las tipologías anteriores, nos en-
contramos con un único fragmento (n.º 50, Fig. 2). 
Se trata de un fragmento de margo plana en cuya cara 
exterior conserva un apéndice lateral con los extremos 
desarrollados de forma puntiaguda.
ALEJANDRO GONZÁLEZ BLAS, RAFAEL SABIO GONZÁLEZ Y JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES
 ACTAS DEL V CONGRESO INTERNACIONAL DE LA SECAH (ALCALÁ DE HENARES, 2019)816
 En cuanto a su pasta, presenta una coloración de 
tonos ocres y marronáceos y un engobe anaranjado-
rojizo, tanto en la cara interior como en la cara exterior 
de la pieza. Se trata de una pieza elaborada en pasta 
cerámica de paredes finas. Deneauve fecha el tipo en los 
mismos momentos que los anteriores, entre el 25 d. C. 
y el 100 d. C. (Deneauve 1969: 189).
3.2. Lucernas de Disco
A pesar de lo que se había considerado al comien-
zo de los estudios de las lucernas, esta tipología no 
debe ser vista como una evolución lineal de las lucer-
nas de volutas, aunque sí es cierto que las van susti-
tuyendo paulatinamente, pues su origen se observa en 
la segunda mitad del siglo I d. C., en convivencia con 
aquellas, prolongando su fabricación hasta el siglo III d. 
C. (Celis 2005: 425).
Se trata de la segunda de las familias de lucernas do-
cumentadas. De esta se han documentado un total de 
siete individuos, pudiéndose clasificar tipológicamente 
solo uno de ellos.
Desde un punto de vista morfológico, nos encon-
tramos con que la totalidad de las piezas forman parte 
de la margo de las piezas (n.º 52 al 57). En relación a las 
pastas, a excepción de una que presenta una coloración 
grisácea debido a una cocción reductora, todas oscilan 
entre las tonalidades marronáceas y ocres. También en 
todas se observa la aplicación de engobe tanto en la cara 
exterior como en la cara interior de la pieza, con tonali-
dades que oscilan entre los rojizos y marronáceos. 
3.2.1. Dressel 20
Se trata de una de las tipologías de lucernas de disco 
más frecuente en el Mediterráneo durante el siglo II d. 
C., siendo también el tipo arcaico más común de esta 
familia (Morillo 2015: 356). 
En el solar intervenido, sin embargo, se ha docu-
mentado un único fragmento de esta tipología (n.º 
58, Fig. 2). Estamos ante una pieza que presenta una 
base plana separada del infundibulum por una línea 
horizontal, con una margo con proyección descenden-
te y dos molduras, y cuyo rostrum es separado del resto 
de la pieza por una línea recta horizontal, siendo este 
elemento la característica principal de esta tipología 
de piezas. 
Su pasta es blanquecina y su engobe presenta to-
nalidades anaranjadas y rojizas en la cara exterior de la 
pieza. A ello podemos sumar una mancha producida 
en la cara interior durante el proceso de aplicación del 
mismo. Esta pieza se encuentra elaborada en pasta de 
cerámica de paredes finas. 
3.3. Indeterminadas
Debido al elevado grado de fragmentación de 
algunos de los materiales, se ha hecho imposible la 
clasificación tipológica de algunos de los individuos 
documentados. De esta forma nos encontramos con 
que treinta y dos de los individuos documentados, lo 
que supone un 34,7% de la muestra, han sido estable-
cidos como fragmentos indeterminados. 
En este grupo, nos encontramos con un predomi-
nio tanto de los fragmentos de disco, (catorce indi-
viduos, 43.75%, como de las bases, doce individuos, 
37,5%). A estos hay que sumar tres de margo, cuatro 
de rostrum y uno de ansa. 
En líneasgenerales, las coloraciones de las pastas 
oscilan entre los tonos blanquecinos de algunas piezas 
y las ocres y marronáceas. Veintinueve de las piezas 
tienen engobe en su cara exterior, reduciéndose hasta 
las diecinueve aquellas que presentan algún resto de 
engobe en la cara interior. Todas las piezas, a excep-
ción de un fragmento de rostrum elaborado en cerá-
mica común, se encuentran elaboradas en cerámica de 
paredes finas. 
Mención especial se debe hacer a las piezas n.º 82 
y 88. Se trata de dos bases de tipo plano que presen-
tan sellos de alfarero. La primera de ellas muestra un 
sello in planta pedis conservando solo las letras […]
IS, escritas de forma invertida. En la segunda de las 
piezas, se documenta un nuevo sello in planta pedis, 
consistiendo este únicamente en una [E]. 
4. DECORACIONES
A lo largo de la excavación se ha documentado un 
total de veinticinco fragmentos con decoraciones en el 
disco, a los que habría que sumar dos con decoraciones 
presentes en la margo de dos individuos diferenciados. 
En cuanto al disco, se contabilizan dos decora-
ciones mitológicas, tres circenses, una erótica, una 
de posible carácter laboral, cuatro zoomorfas y dos 
vegetales. 
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LUCERNAS ALTOIMPERIALES EN AUGUSTA EMERITA. MATERIALES PROCEDENTES DE LA COLMATACIÓN DEL FOSO EN EL ...
DE LA COSTA AL INTERIOR. LAS CERÁMICAS DE IMPORTACIÓN EN HISPANIA
Figura 2. Selección de piezas. 
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 ACTAS DEL V CONGRESO INTERNACIONAL DE LA SECAH (ALCALÁ DE HENARES, 2019)818
4.1. Decoraciones Mitológicas
4.1.1. Diana Cazadora
Representación muy deteriorada de una posible 
Diana cazadora (n.º 10, Fig. 3). En esta representación, 
solo se observa el miembro inferior derecho y un arco, 
el cual apunta hacia la derecha, y cuya cuerda no está 
tensada. A pesar de la mala conservación, se ha docu-
mentado un paralelo de esta decoración en el Museo 
Británico (Bailey 1988: Q1014). 
4.1.2. Príapo
Figura antropomorfa famélica (n.º 63, Fig. 3), en la 
que se entreven los huesos de la misma. Se han docu-
mentado dos paralelos de esta figura, uno en el propio 
Museo Nacional de Arte Romano (Rodríguez Martín 
2002: lám. 30, n.º 156) y en Ampurias (Casas i Genover 
y Soler i Fusté 2006: E562). En los dos primeros parale-
los se observa que el miembro viril del hombre sería de 
gran tamaño, debido a su erección. 
4.2. Escenas Circenses
En esta decoración (n.º 76, Fig. 3) se observa una 
cuadriga, identificable por la cantidad de miembros tra-
seros de équidos que se representan. De estos équidos 
únicamente se conservan los cuartos traseros y parte del 
lomo del primero y un total de siete miembros inferio-
res. El auriga dirige el vehículo con la mano izquier-
da, puesto que por su postura estaría manteniendo las 
riendas en ella, mientras que alza el brazo derecho por 
encima de la cabeza. Se han localizado tres paralelos de 
esta decoración, en Ampurias (Casas i Genover y Soler 
i Fusté 2006: E16), Aragón (Amaré 1988: n.º 143) y 
Argelia (Bussière 2000: n.º 9). 
4.3. Escenas Gladiatoras
En el ejemplar n.º 72 (Fig. 3), se documenta un 
jinete que se dirige hacia la izquierda. La cabeza del 
caballo se encuentra erguida y en tensión, evidenciando 
que la figura se encuentra al galope, como se puede ob-
servar también en la forma de los miembros inferiores 
de caballo. En cuanto al caballo, pueden identificarse 
sus crines, sus ojos y la boca. En esta última, se en-
cuentran las riendas, realizado todo ello con un gran 
realismo y precisión en su ejecución. El jinete presenta 
el torso desnudo y el brazo izquierdo levantado, posi-
blemente sujetando algún arma.
En la segunda de las representaciones gladiatorias (n.º 
74, Fig. 3), observamos un gladiador tracio en actitud 
de ataque. Presenta el cuerpo girado hacia la derecha, le-
vantando el brazo izquierdo para lanzar un ataque con 
la espada que porta, mientras que en la mano derecha 
sostiene un escudo cuadrado. Su cuerpo se encuentra cu-
bierto con un subligaculum mantenido por un cinturón 
trenzado Viste también unas grebas en ambas piernas. 
Se han documentado paralelos de esta decoración en 
el Museo Británico (Bailey 1988: Q2671) y Ampurias 
(Casas i Genover y Soler i Fusté 2006: E512).
4.4. Escenas Eróticas
Se trata de una escena en postura coito a tergus (n.º 
65, Fig. 3). Únicamente se conserva parte del lecho y 
la pierna derecha de la mujer. Se han documentado pa-
ralelos en Ampurias (Casas i Genover y Soler i Fusté 
2006: E240), Cartago (Deneauve 1969: n.º 491), el 
Museo Nacional de Arte Romano (Rodríguez Martín 
2002: n.º 186), Montans (Berges 1989: n.º 454) y 
Argelia (Bussìere 2000: n.º 281). 
4.5. Escena Laboral
El n.º 66 (Fig. 3), representa una figura masculina 
que parece estar en cuclillas portando un hacha, con la 
cual va a golpear un elemento que estaría situado sobre 
una posible mesa, colocada a su izquierda, la que solo 
se conserva una pequeña porción. Además, el persona-
je presenta una suerte de mandil que le cubre la parte 
delantera del cuerpo. No se han documentado paralelos 
de esta decoración, pero por la posición podría tratarse 
del trabajo de un herrero o carpintero. 
4.6. Decoración Zoomorfa
4.6.1. Équido
Se muestra al galope hacia la derecha (n.º 68, Fig. 
3). Es un fragmento ínfimo, en el que únicamente se 
observan las crines, la parte superior del lomo y parte de 
la cola. Se han documentado paralelos en el Museo Bri-
tánico (Bailey, 1988: Q1499), Argelia (Bussière 2000: 
n.º 2740) y en el golfo de Fos (Rivet 2003: n.º 513).
4.6.2. Pavo Real
Se observa a este animal en reposo, mientras se 
apoya en una rama y come los frutos de la misma, ubi-
cados entre las patas del ave (n.º 73, Fig. 3). Cono-
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LUCERNAS ALTOIMPERIALES EN AUGUSTA EMERITA. MATERIALES PROCEDENTES DE LA COLMATACIÓN DEL FOSO EN EL ...
DE LA COSTA AL INTERIOR. LAS CERÁMICAS DE IMPORTACIÓN EN HISPANIA
Figura 3. Decoraciones documentadas. 
ALEJANDRO GONZÁLEZ BLAS, RAFAEL SABIO GONZÁLEZ Y JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES
 ACTAS DEL V CONGRESO INTERNACIONAL DE LA SECAH (ALCALÁ DE HENARES, 2019)820
cemos un ejemplar similar en Cádiz (Moreno Jiménez 
1991: n.º 349).
4.7. Decoraciones Fitomorfas
Dentro de este epígrafe situamos el fragmento n.º 12 
(Fig. 3), decorado con una corona fitomorfa, que presen-
ta un pétalo en la parte inferior del disco. Sin embargo, 
debido a que solo conserva esa pequeña porción, no se 
han podido establecer paralelos de la misma. 
5. CONCLUSIONES 
Las conclusiones extraídas de este trabajo, se pueden 
aglutinar en dos grandes apartados, el primero de ellos 
relacionado con el propio foso de la ciudad y su contex-
to, mientras que el segundo de ellos estaría centrado en 
los materiales presentados en este trabajo. 
Como hemos mencionado en las líneas anteriores, 
nos situamos en el relleno del foso de la ciudad, cons-
truido en época augustea. 
Las cronologías dadas por los diferentes materia-
les nos han mostrado cómo esta estructura comenzó 
a amortizarse antes del reinado del propio Tiberio, 
puesto que la unidad que cubre a los niveles de vertido 
más incipientes, se fecha entre los reinados de dicho 
emperador y el de Nerón. 
En relación a este inicio de colmatación del foso, 
nos encontramos con que, al tratarse de una estructura 
desarrollada en época augustea y coetánea a la funda-
ción de la propia ciudad, su vida útil no superaría prác-
ticamente los cincuenta años. 
En cuanto a la fecha de colmatación total, no hay 
que prolongarse mucho en el tiempo, puesto que la UE 
500, aquella que culmina con este proceso, se data entre 
la segunda mitad del siglo I d. C. y finales del mismo. 
De esta forma, nos encontramos con una cierta rapidez 
en su amortización, puesto que en menos de un siglo 
la zona pasó de ser el foso de la ciudad a un posible 
basurero. 
Como hemos mencionado en apartados anteriores,y respecto a las cronologías aportadas por los materiales 
documentados, nos encontramos con que las UUEE 
500, 549 y 550 son coetáneas, siendo la principal di-
ferenciación entre estas el desarrollo de las dos últimas 
en un medio subacuático. Es por ello, como ya se ha 
expuesto, que en este trabajo se presentan el total de las 
lucernas procedentes de las tres unidades.
La cronología aportada por los materiales vistos 
anteriormente, vendría a avalar lo ya expuesto, y se 
complementaría más particularmente con las fechas 
arrojadas por el análisis de los vidrios polícromos proce-
dentes de la excavación, los cuales dataron las unidades 
abordadas entre el reinado de Claudio y el de Nerón 
(Alonso et alii 2017: 240). 
En relación a los focos productores de estos mate-
riales, se han documentado piezas de procedencia local/ 
regional, junto a otras béticas o itálicas. 
Prestando atención a las decoraciones de las piezas, 
siguen con los patrones comunmente establecidos. Este 
elemento también se ha observado con la búsqueda y 
establecimiento de paralelos, los cuales se han docu-
mentado por todo el Imperio.
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