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UVA 
L I M I T A C I O N C L I N 
ROBERTO OPAZO CASTRO 
PSICOTERAPIA 
INTEGRATIVA 
DEUMCION CL1CA 
Oé1<p 
PSICOTERAPIA 
INTEGRATIVA 
DELIMITACION CLINICA 
á¡S¡$k BIBLIOTECA 
U k5 JL f » ] II mi uní 
UNIVERSIDAD SANTO TOMAS 
BIBLIOTECA " K " " " " 0 3 4 8 9 4 
Roberto Opazo Castro 
>2) 
E D I C I O T S Í E S I C P S I 
Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativa 
Depar tamento de Derechos Intelectuales 
Inscripción N° 119722 
2001 Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativa. 
Impreso en Graphipress y Cía. L tda . 
José Fagnano 611 
Santiago - C H I L E 
Todos los derechos son reservados 
N i n g u n a parte de este l ibro puede ser 
reproducida en ninguna forma y por ningún 
medio . 
Este l i b r o puede ser adquir ido en el Instituto Chi leno de 
Psicoterapia Integrat iva ( ICPSI) , en Marchant Pereira 446, 
Providencia , Santiago - C H I L E . 
Ejemplares pueden ser ordenados al fono/fax (56-2) 225 7601 
o a la casilla electrónica icpsi(S),terra.cl 
Pedidos del extranjero solo tendrán como recargo el 
estricto valor del envío. 
Diseño: Cris t ian Opazo Marchet t i . 
Asesoría Metodológica : A l b e r t o Muñoz Fuentes. 
Impreso en Santiago de Chi le . 
Ediciones I C P S I . 
Inst i tuto Chi leno de Psicoterapia Integrativa. 
M a y o , 2001 . 
A Roberto Opazo Oyarzún 
y Lucía Castro Weston, 
mis padres tan amados. 
Amigos entrañables y 
compañeros.... siempre. 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 7 
I N D I C E 
P R Ó L O G O S 
Fernando Alliende L u c o 13 
A m p a r o Belloch Fuster 17 
INTRODUCCIÓN 19 
P A R T E I P S I C O T E R A P I A I N T E G R A T I V A : 
Fundamentos Conceptuales 27 
1. -E1 Movimiento hacia la integración: una Reseña Histórica 27 
2. -Una Encrucijada Integrativa: ¿A qué nivel buscar la Integración? 34 
3. -Los Cimientos de la Psicoterapia Integrativa: Un Modelo 
Integrativo Supraparadigmático 43 
• Fundamentos Epistemológicos del Modelo Integrativo 49 
• Fundamentos Metodológicos del Modelo Integrativo 60 
• Fundamentos Paradigmáticos del Modelo Integrativo: 
L a Causalidad en el marco del Modelo 78 
• PRINCIPIOS DE INFLUENCIA: 
la causalidad en el ámbito de lo humano 80 
En la ruta de la seguridadpredictiva 80 
Rupturas predictivas: un desafío al principio 
de causalidad 84 
a) Rupturas predictivas en física cuántica 86 
b) Rupturas predictivas en teoría del caos 88 
c) Rupturas predictivas biológicas 90 
d) Rupturas predictivas cognitivas 92 
El Principio de Causalidad en el ámbito psicológico 95 
Los Principios de Influencia 100 
• Los Paradigmas del Supraparadigma 107 
5 Roberto Opazo 
Modelo Integrativo Supraparadigmático: 
Delimitación Estructural 117 
Modelo Integrativo Supraparadigmático: 
Delimitación Funcional 121 
P A R T E I I P S I C O T E R A P I A I N T E G R A T I V A : 
Delimitación Clínica 130 
4 - Modelo Integrativo Supraparadigmático: preguntas de 
relevancia clínica 130 
• ¿Por qué existen tan pocas leyes en psicología y en 
psicoterapia? 131 
• ¿Por qué desajustes similares pueden provenir de 
causas diferentes y por qué causas similares 
pueden producir desajustes diferentes? 131 
• ¿En qué medida cada paciente es un Universo 
diferente? 132 
• ¿Es el "insight", el darse cuenta, una condición necesaria para el 
cambio en psicoterapia? 133 
• ¿De dónde procede el cambio en psicoterapia, desde "fuera" o 
desde "dentro" del sistema psicológico humano? 134 
• ¿Por qué los pacientes tienden a cambiar poco en 
psicoterapia? 135 
• ¿Qué aporta el Modelo a la comprensión de los fenómenos 
psicopatológicos? 137 
• ¿Qué aporta el Modelo a la predicción clínica, es decir al 
pronóstico de la evolución? 138 
• ¿Cómo es posible potenciar el cambio en psicoterapia? 139 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 9 
• ¿En qué medida el Modelo Integrativo Supraparadigmático 
puede contribuir a romper la tendencia al "empate" entre los 
enfoques? 139 
5 - Psicoterapia Integrativa: consideraciones generales 141 
6 - Postulados básicos de la Psicoterapia Integrativa 144 
7 - Psicoterapia Integrativa: una delimitación conceptual 149 
8 - Relevancia clínica de los factores comunes 152 
9 - Las variables del paciente en Psicoterapia Integrativa 158 
10 - Las variables del terapeuta en Psicoterapia Integrativa 171 
11 - Las variables de la relación paciente/terapeuta en Psicoterapia 
Integrativa 183 
12 - E l contexto formal de la Psicoterapia Integrativa : encuadre 
terapéutico 190 
13 - Fase didáctica: la comprensión como fuente de colaboración activa 194 
14 - L a Evaluación Clínica Integral en el marco de la Psicoterapia 
Integrativa 198 
15 - Los Objetivos Terapéuticos en el marco de la Psicoterapia 
Integrativa 219 
• Objetivos erapéuticos: niveles de aproximación 220 
• Función de los Objetivos Terapéuticos 221 
• Las fuentes de los Objetivos Terapéuticos 
• L a precisión de los Objetivos Terapéuticos 
222 
223 
Del Modelo a la acción: conceptos movilizadores en Psicoterapia 
Integrativa 224 
• Los E S T I M U L O S E F E C T I V O S en el proceso de Psicoterapia 
Integrativa 225 
• Los P R I N C I P I O S D E I N F L U E N C I A en el proceso de 
Psicoterapia Integrativa 235 
• L a SIGNIFICACIÓN BIOLÓGICA en el proceso de 
Psicoterapia Integrativa 241 
• Los E S P A C I O S D E SIGNIFICACIÓN C O G N I T I V A en el 
proceso de Psicoterapia Integrativa 249 
• Las C O G N I C I O N E S A F E C T I V O / D E P E N D I E N T E S en el 
proceso de Psicoterapia Integrativa 256 
• L a I N E R C I A A F E C T I V A en el proceso de Psicoterapia 
Integrativa 262 
• E l A W A R E N E S S I N T E G R A L en el proceso de Psicoterapia 
Integrativa 269 
• L a C O N D U C T A P U L S A N T E en el proceso de Psicoterapia 
Integrativa 277 
• L a POTENCIACIÓN I N T E R A C C I O N A L en el proceso de 
Psicoterapia Integrativa 282 
• Los R A S G O S D E L A P E R S O N A L I D A D DIÁDICA en el 
proceso de Psicoterapia Integrativa 288 
• E l A M B I E N T E PATO-DISTÓNICO en el proceso de 
Psicoterapia Integrativa 295 
• E l T R A S F O N D O E F I C A Z en el proceso de Psicoterapia 
Integrativa 301 
• Los C O N C E P T O S M O V I L I Z A D O R E S en Psicoterapia 
Integrativa: una panorámica general 307 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 11 
17 - E l rol de las Técnicas en el proceso de Psicoterapia integrativa 308 
18 - E l Proceso de Psicoterapia Integrativa 311 
19 - Psicoterapia Integrativa: una Evaluación Crítica 335 
20 - R E F E R E N C I A S 344 
21 - I N D I C E D E A U T O R E S 380 
22 - I N D I C E D E M A T E R I A S 384 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 13 
P R Ó L O G O 
Cuando Roberto aceptó m i audaz oferta de prologar su l ibro , no 
sabía el riesgo que corría. Probablemente en mí, el afecto generado a 
través de tantos años - en los que hemos compart ido trabajo e ilusiones 
- p u d o más que el juicio prudente . 
Parece ser m u y certera esa afirmación de que toda obra expresa 
y representa a quien ha sido su autor. Naturalmente , mientras más 
m a d u r o y c o m p r o m e t i d o esté el autor al momento de crear su obra, en 
mayor grado será posible reconocer la i m p r o n t a or ig ina l de su 
paternidad. En este caso, el l ibro "Psicoterapia Integrativa: Delimitación 
Clínica" que tiene frente a usted, es el resultado de u n proceso de 
evolución existencial, no solo en el cuestionamiento especulativo del 
saber y de sus fundamentos, sino en la permanente búsqueda de 
elementos que, como psicoterapeutas, nos p e r m i t a n ser universales en 
el pensar, particulares en el actuar e integrales en el experienciar. 
Conozco al autor desde sus perseverantes afanes adolescentes, 
en lo sentimental y en lo deport ivo . N o obstante su incipiente inglés, 
logró conquistar a una de las alumnas más destacadas de su " H i g h -
School" en W a s h i n g t o n D.C. Sin aparente destreza física, intentó y 
logró ser seleccionado de fútbol de cuanto equipo escogió.Q u i e n 
escribe estas líneas se dejó engañar por las apariencias y sufrió u n 6-2 y 
6-0 en tenis, además de perder una comida. 
En los años de la revuelta estudianti l , digamos en la pr imavera 
del 68, Roberto y yo compart imos el l iderazgo de los a lumnos de 
psicología de la Univers idad Católica; nos tocó estar juntos en las duras 
y en las maduras . Y cuando se trataba de conversar de temas de 
historia, política, religión, fútbol, filosofía, etc., la cita "bibliográfica" o 
el e jemplo preciso, venían a sellar su lógica envolvente. 
Quienes le etiquetaban como exponente nítido del hemisferio 
izquierdo, sólo sabían de sus primeros estudios de ingeniería, de sus 5 
años de psicoanálisis didáctico, de la r iguros idad de su estudio 
sistemático. Ignoraban de la i n q u i e t u d , gusto - y en algunos aspectos 
destreza - por el arte en todas sus formas. Cierto que con más cual idad 
receptiva que cal idad expresiva. Basta escucharle su a m p l i o repertorio 
musical , con una perfecta reproducción en la letra, pero de una 
superable tonal idad en la melodía. 
14 Roberto Opazo 
La oferta clínica que Roberto nos hace tiene u n mat iz difícil de 
lograr. Justamente tiene que ver con lo que más adelante él expone. La 
riqueza de la m u l t i p l i c i d a d y de la var iedad, lejos de configurar u n caos 
imposible de organizar, pasa a ser u n todo más coherente que i n v i t a a 
organismizar. Es decir a incorporar siempre nuevos elementos que 
estallan en una nueva resultante creadora, como proceso situalizador 
del saber. De allí que nos parece relevante el M o d e l o propuesto, como 
u n paradigma integrat ivo, no solo integral . Cuando se le define de ese 
m o d o - integral - de algún m o d o se escapa algo esencial: la dinámica 
del proceso. 
Los que hemos trabajado en el marco del M o d e l o Integrat ivo 
b ien sabemos que tanto en su valor metodológico, como en la apertura 
a lo supraparadigmático, la afirmación tiene valor por la c lar idad de la 
hipótesis y por su verificación en la acción. Así, la f l ex ib i l idad y 
apertura a incorporar nuevos datos y nuevas experiencias, vendrían a 
afectar la aproximación en u n impacto retrógrado y anterógrado. 
En los inicios, en las primeras formulaciones del M o d e l o , 
Roberto fue experimentando en lo p r o p i o la v i d a , pasión y muerte de la 
extrapolación de cada una de las aproximaciones paradigmáticas. Su 
estudio r iguroso sobre las bases orgánicas del comportamiento , su 
i n q u i e t u d por los vacíos de la investigación en las relaciones del 
sistema endocrino con los afectos, su interés por los fundamentos 
biológicos del aprendizaje. Su motivación por adentrarse en el enfoque 
gestáltico o por formarse en psicoanálisis didáctico, expresan la 
intensidad y seriedad en su búsqueda de lo aportat ivo. Más de 10 años 
de estudio intensivo y r iguroso con su g r u p o de trabajo - y de 
investigación auto-financiada - abarcando la perspectiva conductual , la 
cognit ivo-conductual , los fundamentos epistemológicos, cada 
paradigma del M o d e l o . Su permanente intercambio con destacados 
exponentes de los más diversos enfoques, fueron entrelazando una red 
de ayuda en ese proceso, que en algunos casos hoy lo es de cercana 
amistad. 
Así, el encantamiento surgía como respuesta novedosa al d u r o 
desencanto. Aparecen nuevas formulaciones: inercia afectiva, 
pr inc ipios de influencia, potenciación interaccional. . . . Se dis fruta del 
hallazgo del SELF en su potencia integradora, en su valor de unic idad , 
en su riqueza de or ig ina l idad . 
En tanto, en el afán de compart i r y confrontar con audacia, 
organiza, dir ige , asesora o. . . expone. Rara vez sólo asiste. Expone en 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 15 
congresos, cátedras, coloquios, reuniones clínicas. Comparte con 
alumnos, psicólogos, psiquiatras, organizaciones nacionales e 
internacionales. Publica libros, artículos en revistas científicas. 
Memorable fue la manifestación de esta búsqueda integrativa, en la 
organización del magno Congreso Clínico t i tu lado "Integración en 
Psicoterapia". 
I n q u i e t u d , búsqueda, capacidad, tenacidad, creatividad. El autor 
tras la obra. U n a obra que podrá evaluar usted desde su perspectiva. 
Desde la mía, se trata de una propuesta sólida, motivante , creativa, 
trascendente. Capaz de estar a la altura de u n nombre que pone la vara 
m u y alta: "Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica". 
Suerte Roberto y . . . . u n abrazo. 
F E R N A N D O A L L I E N D E L U C O . 
Psicólogo, U n i v e r s i d a d Católica de C h i l e . 
I N S T I T U T O C H I L E N O 
DE PSICOTERAPIA I N T E G R A T I V A . 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 17 
P R Ó L O G O 
Decía d o n Santiago Ramón y Cajal, allá por 1897, que "el 
excesivo cariño a la tradición, el obstinado empeño en fijar la Ciencia 
en las viejas fórmulas del pasado, cuando no denuncian invencible 
pereza mental, representan la bandera que cubre los intereses creados 
por el error". N a d a de esto hay en la obra de l Doctor Opazo. M u y al 
contrar io , se trata de u n texto que respira v i d a por todas y cada una 
de sus páginas, que recoge de la tradición solamente aquello que debe 
ser respetado y , aún esto, es anal izado y puesto en cuestión con 
c lar idad y valentía para rescatar lo útil y descartar lo obsoleto, 
s iguiendo la máxima de Poincaré que el autor cita con el énfasis que 
amerita ("La ciencia está hecha de hechos, así como una casa está 
hecha de ladr i l los . Pero u n montón de hechos no es ciencia, así como 
u n montón de ladr i l los no es una casa"). 
D u r a n t e los últ imos cincuenta años la psicoterapia enmarcada 
en el ámbito de la teorización y la práctica psicológicas, ha 
exper imentado u n avance espectacular. Los psicólogos 
psicoterapeutas no sólo h a n desarrol lado nuevos m o d o s de tratar con 
el s u f r i m i e n t o h u m a n o , sino que además h a n demostrado que esos 
modos son en muchas ocasiones más eficaces ( inc luyendo aquí la tan 
traída y l levada, aunque seguramente necesaria, ra t io 
costo/eficacia/eficiencia) que los desarrollados por otros 
profesionales de la sa lud menta l , que cuentan con muchos más 
medios y apoyos de todo t ipo (y, s ingularmente , apoyo económico) . 
Seguramente por este inus i tado éxito son muchos los que se sienten 
instalados cómodamente en una especie de " s e g u r i d a d " científica que 
les l ibera de plantearse nuevos retos, nuevas perspectivas, nuevos 
procederes. Y por descontado que n i se les ocurre d u d a r acerca de la 
b o n d a d e i d o n e i d a d de su actuación clínica. Sin embargo hay otros, 
ciertamente menos numerosos que los anteriores, que se plantean 
dudas sistemáticas acerca de lo que se está haciendo, lo que no sólo 
no i m p i d e n i paral iza su actuación clínica, sino, por el contrar io , la 
convierte en óptima. Roberto Opazo es d i g n o representante de este 
segundo g r u p o de terapeutas, los cuales, lejos de caer en la 
c o m o d i d a d de los tópicos b ien asentados, pero tópicos al cabo, buscan 
nuevos m o d o s de practicar la psicoterapia, que sean más eficaces que 
los ya conocidos. Y esto es, precisamente, lo que se encuentra a lo 
largo de todo el l ibro : la d u d a sistemática y razonada, la búsqueda de 
mejores respuestas a las viejas preguntas, el p lanteamiento de 
18 Roberto Opazo 
preguntas nuevas, y la oferta de soluciones o vías de salida desde el 
r igor y la investigación propias . La honest idad y c lar idad con la que 
se real izan todas estas cosas es, a m i entender, otro de los méritos del 
l i b r o . Pero aún hay otro más que me gustaría resaltar: todas las 
af irmaciones se real izan de u n m o d o tentat ivo , lejos del d o g m a t i s m o 
que en muchas ocasiones impera en tal o cual "escuela" de 
Psicoterapia. Y lo que es mejor: se e jempl i f ican con casos reales, 
extraídos de la p r o p i a ac t iv idad profes ional de Roberto comopsicoterapeuta y de la de sus colegas del Cecidep y de l Ins t i tu to 
Chi leno de Psicoterapia Integrat iva (ICPSI); lo que, a su vez, muestra 
otro de los valores indudables del l i b r o y de su autor: la capacidad 
para trabajar en y con u n equipo, que es de donde salen las buenas 
ideas y los buenos profesionales. 
Se trata pues de u n l i b r o que, aunque como es lógico se halla en 
la línea de otras publicaciones previas del autor, representa a m i 
entender la culminación de una trayectoria profesional impecable y 
extremadamente lúcida. Su lenguaje, claro y directo, faci l i ta la 
comprensión de muchos conceptos psicológicos intr incados y 
complejos, lo que an ima al lector a seguir avanzando en la cada vez 
más compleja t rama del texto, que el autor suaviza y aclara con 
ejemplos de casos y problemas reales. En suma, u n texto 
ex t raordinar io que todos los que se interesan por la práctica de la 
psicoterapia y por cuáles son sus fundamentos científicos, deberían 
leer detenidamente . Yo lo he hecho y he a p r e n d i d o muchís imo con él. 
P R O F . D R A . A M P A R O B E L L O C H F U S T E R 
C A T E D R Á T I C A D E P S I C O P A T O L O G Í A 
U N I V E R S I D A D D E V A L E N C I A (ESPAÑA) 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 19 
I N T R O D U C C I Ó N 
"Psicoterapia Integrat iva : Delimitación Clínica" , fue m i Tesis de 
Doctorado en la Facultad de Ciencias H u m a n a s de la U n i v e r s i d a d 
Nac iona l de San Luis , República A r g e n t i n a . M e permitió acceder al 
Título de Doctor en Psicología otorgado por esa prest igiada 
U n i v e r s i d a d . 
La evaluación y los comentarios recibidos en relación a m i Tesis, 
me alentaron a publ icar el presente l i b r o . Sin embargo, el paso de 
Tesis a l i b r o no ha resultado fácil. A u n q u e he respetado la estructura 
básica de la Tesis y he m a n t e n i d o las directrices centrales de mis 
planteamientos , conf igurar u n l i b r o a par t i r de ella me ha s ignif icado 
m o d i f i c a r formas y modal idades , agregar nuevas ejemplificaciones 
clínicas, a m p l i a r y re-actualizar la bibliografía, incorporar los que he 
d e n o m i n a d o "marcos motivacionales de apertura gestált ica", e 
incluso re-escribir por completo algunas secciones. El resultado de 
estos esfuerzos deberá ser evaluado por cada lector. Incluso los 
colegas que h a n tenido la enorme deferencia de comentar este l ibro , 
h a n tenido acceso a su versión o r i g i n a l como Tesis de Doctorado y no 
a ésta versión f i n a l . 
P h i l i p A n d e r s o n ha señalado que " e l agua es más que u n 
conjunto de partículas, que la biología es más que química aplicada y 
que la psicología es más que biología apl icada" . 
Blaise Pascal sostuvo que " e l hombre es in f in i tamente más que 
el h o m b r e " . A u n q u e la afirmación admite múltiples lecturas, todas se 
relacionan con la comple j idad del ser h u m a n o . Y pocos d o m i n i o s de l 
conocimiento h a n p e r m i t i d o palpar tan " i n v i v o " la c o m p l e j i d a d del 
ser h u m a n o , como lo ha v e n i d o haciendo la psicoterapia. La 
c o m p l e j i d a d del ser h u m a n o lo torna multifacético, inasible y poco 
predecible, p o r lo que a la psicoterapia le ha v e n i d o resul tando difícil 
el legi t imarse con prestancia como disc ipl ina . 
Precisamente el sentido de publ icar este l ibro , guarda estrecha 
relación con el p a n o r a m a que presenta la psicoterapia 
contemporánea, el cual muestra fortalezas y debil idades notables. 
A través de los ya 100 años de historia de la psicoterapia, el 
talento, la abnegación y la perseverancia de los psicoterapeutas, se ha 
manifestado de diferentes maneras. Entre otras, en la génesis de 
conceptos y de paradigmas, en el desarrollo de categorías y de 
ins t rumentos de diagnóstico, en la elaboración de eficentes técnicas 
de cambio de s íntomas específicos, en el desarrollo de diversas líneas 
de investigación. A la hora de los análisis críticos, no es posible 
20 Roberto Opazo 
desmerecer el va lor de los esfuerzos desplegados a través de los 
años, por terapeutas de las más variadas orientaciones. 
Desafortunadamente , la creat iv idad ha excedido con creces a la 
r i g u r o s i d a d . Es así que el desorden, las discrepancias y las 
discusiones h a n v e n i d o p r e d o m i n a n d o en todos los aspectos de la 
psicoterapia. Tal vez esto pueda resultar esperable, en una disc ipl ina 
relacionada con la clínica, la filosofía, la ciencia y el arte; pero el tema 
se torna inevi tablemente problemático, cuando el desorden desborda 
t o d o límite y se evoluciona en una dirección entrópica. 
Es así que en los d o m i n i o s de la teoría, los desacuerdos 
comienzan p r o n t o , es decir al n i v e l de la p r o p i a teoría del 
conocimiento ; por lo tanto, la l i teratura psicoterapéutica suele ser 
escenario de fuertes discusiones epistemológicas. Y al n i v e l de las 
teorías clínicas específicas, las hipótesis explicativas t i enden a ser 
impactantes en su enunciación, pero laxas en su precisión e 
insuficientes en su verificación; por ende, en lugar de acumular 
conocimientos seleccionados, válidos y organizados, la psicoterapia se 
encuentra i n v o l u c r a d a en u n proceso i n d i s c r i m i n a d o de almacenaje 
s in f i n . 
En el ámbito más abstracto de los modelos teóricos y de los 
paradigmas causales, si b ien se h a n gestado paradigmas creativos y 
aportat ivos , u n problema central es que ha p r e d o m i n a d o 
marcadamente una tendencia al " r e d u c c i o n i s m o , " sea hacia lo s imple 
o b ien hacia lo complejo. A través de los años nos ha costado m u c h o 
el hacer co-existir interact ivamente a diversos paradigmas 
explicat ivos, y hemos t e n d i d o a sobredimensionar u n o , sea este el 
p a r a d i g m a cogni t ivo , o el inconsciente, o el sistémico o.... 
Y, en nuestro afán por explicar p r o n t o y por actuar p r o n t o , nos 
ha costado tolerar la i n c e r t i d u m b r e , nos ha costado esperar por 
mayores evidencias y nos ha costado decir n o sé. De este m o d o , 
hemos pre fer ido decir m u c h o a par t i r de poco, y no hemos logrado 
desarrollar una "macro- teor ía" , capaz de explicar sin s impl i f i car , el 
comple jo devenir de la dinámica psicológica. 
Aún cuando en el ámbito de la invest igac ión se h a n real izado 
grandes aportes, el grueso de los estudios adolece de sustanciales 
l imitaciones . C o n frecuencia, la l a x i t u d metodológica ha dejado 
ampl ios espacios para que operen en p l e n i t u d los sesgos ideológicos 
de l invest igador . U n prob lema central al respecto, es el hecho que el 
mejor predic tor del resultado que arrojará una investigación, es la 
orientación teórica del invest igador . Vía "allegiance effect", cada cual 
encuentra lo que quiere encontrar y demuestra lo que quiere 
demostrar . Es así que cada enfoque puede exhibir u n cúmulo de 
"evidencias" que respaldan sus postulados y estrategias clínicas, 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 21 
"evidenc ias" que surgen preferentemente de l corazón y n o de la 
verificación. 
Tampoco en los d o m i n i o s de las estrategias clínicas el 
panorama es m u y alentador. N o obstante los b ien documentados 
méritos de diversas técnicas específicas, a la psicoterapia en general le 
resulta difícil superar al efecto placebo, lo cual n o habla b ien de l 
poder operat ivo de las estrategias clínicas en general. Por otra parte, 
u n p r o b l e m a central es que los enfoques t ienden a " e m p a t a r " al m o -
mento de someter a ju ic io crítico sus resultados terapéuticos, lo cual 
no habla b ien de las teorías y estrategias específicas de cada enfoque. 
Y aunque este supuesto " e m p a t e " pueda ser cuestionable, lo que es 
claro es que ningún enfoque ha superado s ignif icat ivamente a los 
demás . 
Las consideraciones anteriores const i tuyen tan solo una muestra 
de la problemática existente,y en m o d o a lguno pre tenden ser 
exhaustivas. N o obstante esto, cada afirmación precedente está 
fuertemente avalada por las más serias evidencias disponibles . El solo 
hecho que en la actual idad co-existan más de 300 enfoques de 
psicoterapia, discrepantes entre sí, const i tuye una evidencia g lobal 
adic ional para la d irecc ional idad entrópica que he v e n i d o señalando. 
E n los hechos, la m u l t i p l i c i d a d de enfoques psicoterapéuticos 
conf igura u n p e r f i l m u y semejante al de las escuelas filosóficas, de las 
que la psicología quiso alejarse hace ya más de u n siglo. 
Este panorama o p e r f i l que presenta h o y en día la psicoterapia, 
genera nuevas discrepancias y t o d o t i p o de reacciones. Deja 
indiferentes a algunos y p r o f u n d a m e n t e preocupados a otros. Se hace 
difícil, s in embargo, encontrar terapeutas que se declaren satisfechos 
con el p a n o r a m a que presenta actualmente la psicoterapia. Es así que, 
40 años después, aún resultan oportunas las palabras de M e e h l 
(1960), cuando planteaba que la psicoterapia es el arte de aplicar u n a 
ciencia que todavía n o existe. 
En el marco descrito, no p u e d e n sonar extrañas las palabras de 
Richard Cox en la Convención A n u a l de la A m e r i c a n Psychological 
Associat ion (1997): " C o m o profesión, la psicología clínica está 
sufr iendo una crisis de i d e n t i d a d " . Desde otro ángulo, en su reciente 
l i b r o "Desi lusiones de la Psicoterapia", Watters y Ofshe (1999) 
s intet izan las cosas en los siguientes términos: "Después de u n largo 
período de impres ionante crecimiento, la profesión de la sa lud menta l 
se está desplazando hacia u n c r u d o i n v i e r n o durante el cual muchos 
enfoques y practicantes actuales no sobrevivirán". Los autores 
agregan que, entre bambalinas, los psicoterapeutas reconocen que la 
profesión está inmersa en una p r o f u n d a crisis, a la base de la cual 
22 Roberto Opazo 
estarían los desacuerdos múltiples, la falta de cohesión en el área y la 
falta de cohesión perc ibida por el público. 
Las propuestas de una Psicoterapia Integrat iva , por lo tanto, no 
solo i n v o l u c r a n la necesidad de hacerse cargo " e g o d i s t ó n i c a m e n t e " 
de este panorama; i n v o l u c r a n también la necesidad de aportar al 
menos algunas respuestas mejores que las ya existentes. 
Puesto que los enfoques no h a n resuelto nuestros problemas, 
muchos terapeutas h a n v e n i d o evoluc ionando hacia una especie de 
" n o enfoque" . Es así que se ha v e n i d o p r o d u c i e n d o una suerte de 
migración n a t u r a l desde el ant iguo " f a n a t i s m o " por u n enfoque, hacia 
los terr i tor ios ampl ios , l ibres y flexibles representados por la 
tendencia ecléctica. E n este marco n u e v o de tolerancia y apertura , se 
va lor iza el respeto por todas las opiniones y se l eg i t ima el que cada 
cual opere según su leal saber y entender. Sin embargo, la celebración 
de la nueva f l e x i b i l i d a d emergente suele d u r a r poco, ya que el 
eclecticismo pasa a aportar nuevo desorden al desorden. De este 
m o d o el eclecticismo —con su valioso aporte de respeto y tolerancia 
— trae consigo el riesgo de m u l t i p l i c a r el desorden pre-existente y de 
acentuar la d i recc ional idad entrópica pre-existente. 
C u a n d o los enfoques más " r e s t r i n g i d o s " parecen estar entrando 
en decadencia, y cuando la alternativa ecléctica i n v o l u c r a una mezcla 
de tolerancia deseable y de desorden adic ional , las preguntas 
pertinentes surgen espontáneamente: ¿es posible construir u n camino 
mejor? ¿ p o d e m o s ir más allá de u n mero eclecticismo? ¿es la 
integración u n camino mejor? 
La Psicoterapia Integrat iva puede ser considerada como una 
especie de síntesis entre la aproximación vía enfoque " t r a d i c i o n a l " y 
la aproximación ecléctica, en la m e d i d a que procura nutr i rse de lo 
mejor de cada una. La Psicoterapia Integrat iva toma de los enfoques 
la necesidad de d e l i m i t a r una teoría guiadora , aún cuando procura 
a m p l i a r y p r o f u n d i z a r la teoría. Y toma de l eclecticismo la necesidad 
de a m p l i a r horizontes , de aunar fuerzas de cambio y de cu l t ivar la 
tolerancia, aún cuando introduce estrictos criterios de selección del 
conocimiento y estrictos criterios para ir ordenándolo. 
Integrar es construir u n a t o t a l i d a d a p a r t i r de partes diferentes. 
C o m o lo ha señalado Millón (1999), la integración nos exige una teoría 
global izadora, la génesis conexa de una t o t a l i d a d . Y una Psicoterapia 
Integrat iva deberá ser consistente con esa teoría global izadora, la que 
a su vez pasará a ser guiadora . En suma, una Psicoterapia Integrat iva 
der iva de u n a teoría o m o d e l o integrat ivo . 
La pregunta de f o n d o para la Psicoterapia Integrat iva es qué de 
n u e v o y qué de mejor puede aportar. El desafío no consiste en evitar 
que sea u n enfoque, sino en evitar que pase a ser u n o más de los 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 23 
cientos de enfoques que la historia de la psicoterapia ha vis to nacer, 
prometer , crecer y decaer. U n a Psicoterapia Integrat iva , para 
leg i t imar su existencia, debe aportar claras ventajas comparat ivas , 
tanto en relación a los enfoques " t radic ionales" como en relación al 
enfoque ecléctico. 
V i sua l izo al recién pasado siglo XX como el siglo de la 
c rea t iv idad y de la divergencia en psicoterapia. Es así que, no 
obstante sus múltiples contribuciones, el siglo XX nos está legando 
una gestalt demasiado abierta: la falta de una g r a n síntesis de lo mejor 
de las teorías propuestas y de lo mejor de las estrategias aplicadas. Sin 
esa gran síntesis, los esfuerzos del siglo XX amenazan con d i lu i rse en 
u n proceso de atomización s in límite, conducente a su vez a u n 
desprestigio s in límite. 
El proceso pendiente de decantación y de síntesis será tarea de 
muchos . Pendiente está la búsqueda de convergencias, en torno al 
conocimiento mejor, organizado de la mejor manera. Deseo concebir 
al emergente siglo X X I como el siglo de la delimitación y del 
perfeccionamiento de una Psicoterapia Integrat iva , construida sobre 
la base de aprender de nuestra historia . En relación a esa exigencia de 
los t iempos , válida para los psicoterapeutas, este l i b r o pretende 
const i tuir algún aporte. 
En este l ibro , el lector encontrará u n M o d e l o Integrat ivo , 
propuesto como una teoría/práctica a par t i r de la cual se d e l i m i t a 
cl ínicamente u n a Psicoterapia Integrat iva . Encontrará además una 
a m p l i a ejemplificación clínica de la Psicoterapia Integrat iva y una 
ac t i tud que procura a la vez ser f lexible y r igurosa . 
El lector podrá coincidir c o n m i g o o b ien discrepar. Sería 
absurdo pretender que — en m e d i o de l descrito panorama de 
discrepancias múltiples — nuestras propuestas emergieran generando 
una convergencia y u n consenso universales. Por lo tanto, u n objet ivo 
más "real is ta" es querer aportar una opción diferente y 
f u n d a m e n t a d a . "Provocar " en el b u e n sentido del término, e i n v i t a r 
dec id idamente a quienes deseen transitar con nosotros como 
compañeros de ruta . Lo que sí pasa a const i tuir una expectativa 
legítima, es que quienes transitemos juntos por esta ruta , podamos 
llegar más lejos. 
El esfuerzo que hay tras este l i b r o no es escaso. Largos años de 
estudio e investigación. Muchas horas de práctica clínica. M u c h o 
t i empo de trabajo en equipo. A través de esos años, ta l vez la m a y o r 
ventaja comparat iva que hemos v e n i d o a d q u i r i e n d o , tenga relación 
con el i r alcanzando u n nuevo " p u n t o ax ia l " , como lo l lamaba 
Jaspers. U n p u n t o desde el cual no hay favor i t i smos por u n 
p a r a d i g m a determinado ; u n p u n t o desde el cual se p r i v i l e g i a la 
24 Roberto Opazo 
cal idad del conocimiento y losaportes válidos a los pacientes, 
cualquiera sea el or igen de ambos. 
Este l i b r o debe m u c h o a quienes h a n sido mis compañeros de 
r u t a a través de los años; para todos ellos vaya m i reconocimiento y 
m i g r a t i t u d . También vaya m i g r a t i t u d para tantos a lumnos que, a 
través del t i e m p o , me h a n enriquecido con su apoyo, su crítica, sus 
inquietudes y su talento. Y para quienes son mis compañeros en el 
Ins t i tu to Chi leno de Psicoterapia Integrat iva , u n agradecimiento 
grande, l leno de cariño, l leno de f u t u r o . 
Deseo f ina lmente personalizar mis agradecimientos en dos 
psicólogas lat inoamericanas de excepción, de A r g e n t i n a la una, de 
Chi le la otra. 
A Clar ibel Morales de Barbenza, de A r g e n t i n a , Directora de m i 
Tesis de Doctorado en la U n i v e r s i d a d Nac iona l de San Luis , m i 
agradecimiento más sentido; por su valioso aporte profesional , p o r su 
respaldo permanente a m i trayectoria como psicólogo, y por su 
amis tad inavaluable . 
Los notables aportes de Verónica Bagladi Letelier, de l Ins t i tu to 
Chi leno de Psicoterapia Integrat iva , tiñen en toda su extensión las 
páginas de este l ibro . Su reconocida capacidad profesional se ha 
expresado en comentarios críticos m u y " a d hoc" , en acertadas 
sugerencias, y en u n estímulo personal permanente. Los aportes de 
Verónica se agradecen desde cada una de las páginas de 
"Psicoterapia Integrat iva : Delimitación Clínica" . 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 25 
P A R T E I 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 25 
P A R T E I 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 27 
P A R T E I 
P S I C O T E R A P I A I N T E G R A T I V A : 
F u n d a m e n t o s C o n c e p t u a l e s . 
1.- E L M O V I M I E N T O H A C I A L A I N T E G R A C I Ó N : U N A 
R E S E Ñ A H I S T Ó R I C A . 
Valorar el enfoque ecléctico es valorar una actitud de apertura 
flexible, de respeto sin dogmatismos. El movimiento hacia la 
integración, sin embargo, involucra exigencias adicionales. 
Como es sabido, la teoría dialéctica propuesta por Hegel (1770-
1831) postula que la dinámica histórica evoluciona desde una tesis 
a una antítesis, para decantar finalmente en una síntesis. Una 
interpretación dialéctica del devenir histórico de la psicoterapia, 
permite delimitar como tesis el período de las escuelas o enfoques 
"estrechos" excluyentes y más bien rígidos. La antítesis estaría 
representada por la evolución hacia un eclecticismo "amplio", 
abierto y flexible. El movimiento hacia la integración en 
psicoterapia constituiría el paso siguiente, es decir la síntesis . 
En la práctica, eclecticismo e integración han evolucionado 
muy de la mano."Debería ser destacado, sin embargo, que gran 
parte de lo que milita bajo la bandera ecléctica suena como el 
discurso de un santurrón: un deseo de agradar a todos y de decir 
que todo el mundo está en lo cierto. Estas etiquetas se han 
convertido en murmullos intrascendentes, filosofías con las que las 
personas de mente abierta desearían aliarse. Pero la "psicoterapia 
integrativa" debería significar más que esto. Esfuerzos de este tipo, 
meritorios en diversos aspectos, representan más bien el trabajo de 
pacifistas, no el de innovadores y no el de integracionistas de la 
psicoterapia. La integración es ecléctica, por supuesto, pero es algo 
más. Es sintetizada a partir de una teoría de fondo cuya orientación 
y utilidad general deriva de la conocida máxima: "el todo es mayor 
que las suma de sus partes." (Millón, 1990 p . 164). 
Las palabras de Millón, en relación al eclecticismo, no solo 
suenan fuerte sino también, en m i opinión, resul tan bastante injustas. 
E l eclecticismo const i tuye una respuesta comprensible a l panorama 
existente, const i tuye una etapa previa a la integración, ta l vez 
28 Roberto Opazo 
necesaria para muchos . Más aún, muchos no t ienen m u y claro las 
diferencias entre eclecticismo e integración, e incluso muchos 
eclécticos desean ser integrat ivos y no saben cómo. 
Procurar hacer u n a "reseña histórica" de algo, exige per f i lar con 
a lguna c la r idad de qué se trata ese " a l g o " . Es así que el conceptualizar 
" integrac ión" , const i tuye una especie de pre-requis i to para poder 
reseñar el cómo ha v e n i d o evoluc ionando el m o v i m i e n t o hacia la 
integración en la psicoterapia. 
Concuerdo con Millón en que la integración es ecléctica - en el 
sentido que i n v o l u c r a f l e x i b i l i d a d y apertura - y en que i m p l i c a 
también algo más. Integrar i n v o l u c r a construir una t o t a l i d a d a p a r t i r 
de partes diferentes (Opazo, 1992). Integrar i n v o l u c r a encontrar 
respuestas articuladas a conjuntos que son diversos y complejos 
(Fernández-Alvarez, 1996). Integrar i m p l i c a la coordinación de las 
actividades de las diferentes partes, para alcanzar u n f u n c i o n a m i e n t o 
armonioso. Integrar i n v o l u c r a la génesis conexa de una t o t a l i d a d . 
I m p l i c a u n a " a p e r t u r a ecléctica", en el sentido de favorecer el 
escuchar, el recoger hipótesis, el alejarse de dogmas. Pero exige u n 
paso adic ional : u n decantar, seleccionar, evaluar, sintetizar. . . .y u n 
f o r m a r u n a t o t a l i d a d coherente con lo v a l i d a d o . E n u n sentido 
r iguroso , la integración exige una teoría integrat iva , u n Modelo 
Integrativo. En las propias palabras de Millón y Davis (1999) : " A 
diferencia de l eclecticismo, la integración insiste en la primacía de u n a 
Gestalt que dá coherencia, proporc iona u n esquema interact ivo y crea 
u n o r d e n orgánico entre las diferentes unidades o elementos" (p. 188). 
Teniendo como referente el marco conceptual antes señalado, 
me aventuraré a adentrarme en esta breve reseña histórica acerca de 
cómo se ha v e n i d o evoluc ionando hacia la integración. 
En el ámbito de la Psicoterapia, durante los últ imos cien años se 
h a n hecho muchas cosas; algunos aportes h a n sido m u y valiosos, 
otros muchos h a n s ignif icado poco. Recordando lo que decía 
Ebbinghaus (1913) para la psicología, es posible señalar que la 
Psicoterapia ha tenido u n largo pasado, pero una corta historia . Es en 
ese contexto que se ha v e n i d o generando el m o v i m i e n t o hacia la 
Integración en Psicoterapia. 
E n la evolución del m o v i m i e n t o hacia la Integración en 
Psicoterapia, es posible enfatizar hitos, precisar circunstancias 
favorecedoras, d i s t i n g u i r etapas y reconocer aportes relevantes. E n 
las líneas siguientes haré una breve reseña de estos aspectos. 
Hacia mediados de la década de los 80, se formó la Society for 
the E x p l o r a t i o n of Psychotherapy In tegra t ion (S.E.P.I.), la cual celebró 
su p r i m e r a reunión anual en A n n a p o l i s , U.S.A. Recogiendo sus 
postulados esenciales, puede decirse que S.E.P.I. es una organización 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 29 
in terd isc ip l inar ia de profesionales, interesada en enfoques de la 
psicoterapia que no estén l i m i t a d o s a una orientación; los objetivos 
p r i m a r i o s de S.E.PJ. son alentar la comunicación y servir como g r u p o 
de referencia para i n d i v i d u o s interesados en explorar la interfase 
entre diferentes enfoques de la psicoterapia. 
Desde m i perspectiva, la creación de SEPI const i tuye una 
respuesta ante las múltiples l imitaciones y di f icul tades que ha v e n i d o 
most rando la evolución de la psicoterapia. 
Entre los factores favorecedores del m o v i m i e n t o hacia la 
integración en psicoterapia, se menciona frecuentemente, en p r i m e r 
término, la necesidad de otorgarle u n i d a d a u n campo que ha v e n i d o 
exper imentando una enorme diversificación. Puesto que el exceso de 
enfoques (Karasú, 1986) amenaza con una evolución entrópica de la 
psicoterapia, la necesidad de síntesis pasa a const i tuir u n i m p e r a t i v o 
de los t iempos . SEPI aporta la o po r t u n i d a d de buscar esa síntesis. 
U n segundo factor favorecedor de l m o v i m i e n t o hacia la 
integración en psicoterapia, surge de la insatisfacción con las teorías 
psicoterapéut icas . Es así que Bergin y Gar f i e ld (1994) sostienen que 
falta u n a buena teoría y que la caida de las teorías antiguas no ha sido 
reemplazada por otras mejores. 
U n tercer factor favorecedor del m o v i m i e n t o hacia la 
integración en psicoterapia lo const i tuye la insatisfacción con los 
resul tados de los procesos terapéuticos . Exceptuando algunas 
técnicas específicas, la psicoterapia en general muestra di f icul tades 
para p r o m o v e r cambios s ignif icat ivos en los pacientes, incluso para 
superar al efecto placebo (Prioleau, M u r d o c k y Brody, 1980; 
A r k o w i t z , 1992). 
U n cuarto factor favorecedor del m o v i m i e n t o hacia la 
integración en psicoterapia lo const i tuye la "tendencia al empate" 
entre los enfoques. Ya en 1975 L u b o r s k y , Singer y L u b o r s k y 
pos tu laron el así l l a m a d o veredicto del pájaro d o d o — " todos h a n 
ganado y todos merecen p r e m i o s " — extraído de u n pasaje de A l i c i a 
en el País de las Marav i l l as . La idea central es que ningún enfoque se 
ha mostrado s ignif icat ivamente superior a los otros: "Existe poca 
evidencia para sugerir la s u p e r i o r i d a d de una escuela sobre o t r a " 
(Lambert , 1992, p . 103). Recientemente L u b o r s k y (1996) ha rat i f icado 
que, veinte años después, sigue aún más convencido de la va l idez de l 
"veredic to de l d o d o " , lo cual llevaría a concluir que los 
planteamientos teórico/clínicos específicos de cada enfoque apor tan 
poco al proceso de cambio en psicoterapia. Incluso en la eventua l idad 
que el supuesto " e m p a t e " no fuera tan efectivo, la mera discusión de 
su p o s i b i l i d a d resulta más que sugerente. 
30 Roberto Opazo 
U n q u i n t o factor favorecedor del m o v i m i e n t o hacia la 
integración en psicoterapia, se relaciona con una especie de 
eclecticismo espontáneo (Fernández-Alvarez, 1996) que se ha v e n i d o 
desarrol lando entre los psicoterapeutas. En m e d i o de tanta discusión 
teórica y clínica poco conducente, muchos terapeutas h a n optado por 
p r i v i l e g i a r a los pacientes, en el sentido de procurar u t i l i zar toda 
estrategia clínica aportat iva , "venga de donde venga" . Es así que en 
los Estados U n i d o s alrededor del 60% de los psicoterapeutas se 
def inen como eclécticos (Norcross, 1988; Jensen, Bergin y Greaves 
1990). Incluso alrededor del 65% de los terapeutas no eclécticos usan 
técnicas provenientes de otros enfoques (Watkins , 1986). Esto abre la 
p o s i b i l i d a d de ir in tegrando teorías y técnicas en u n marco conceptual 
más a m p l i o : "Deber íamos abrirnos a la p o s i b i l i d a d de que nuestras 
áreas de d e b i l i d a d p u d i e r a n ser complementadas por u n área de 
fortaleza proveniente de otra orientación" ( G o l d f r i e d , 1982, p . 587). 
U n sexto factor favorecedor de l m o v i m i e n t o hacia la integración 
en psicoterapia surge de la exigencia social de mostrar eficiencia 
(Constant in , 1984). D a d o el alto costo económico que i n v o l u c r a u n 
proceso de psicoterapia, las instituciones de salud h a n comenzado a 
cuestionar el sentido de f inanciar procesos largos, costosos y de 
u t i l i d a d discut ible . En general " l a sociedad en su t o t a l i d a d ha 
comenzado a reclamar resultados y a exigir mejorar la r e n t a b i l i d a d de 
las prestaciones" (Fernández-Alvarez, 1996, p . 2). El lo t iende a 
faci l i tar la integración en la m e d i d a que los clínicos se v e n forzados a 
pesquisar fuerzas de cambio útiles, cualquiera sea la cuna o r i g i n a l de 
éstas. 
F inalmente u n séptimo factor favorecedor de l m o v i m i e n t o hacia 
la integración en psicoterapia, se relaciona con una actitud menos 
dogmática de los psicoterapeutas. En la m e d i d a que las actitudes 
exitistas y / o prepotentes de cada enfoque no se h a n vis to respaldadas 
al m o m e n t o de evaluar los resultados clínicos, el d o g m a t i s m o in ic ia l 
ha v e n i d o bajando de tono. Podría decirse que el i m p a c t o con la 
rea l idad se ha t r a d u c i d o en una m a y o r modest ia en las afirmaciones y 
en u n a m a y o r apertura en los ámbitos teóricos y estratégicos: " L a 
últ ima década en part icular ha sido testigo de intentos de 
acercamiento y de la declinación de la guerra fría ideológica" 
(Beitman, G o l d f r i e d y Norcross, 1989, p . 138). Esta ac t i tud de m a y o r 
apertura resulta esencial para pos ib i l i tar la integración en 
psicoterapia. 
E n términos generales, diría que la resistencia a la integración 
se fortalece cuando u n clínico está convencido de que su enfoque 
func iona bien, que su teoría permi te una adecuada comprensión y 
que sus estrategias terapéuticas son potentes en términos de cambio. 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 31 
Puesto que práct icamente todas las líneas de evidencia a p u n t a n en la 
dirección opuesta, ta l postura se viene haciendo cada vez más 
insostenible. 
A contrar io sensu, la apertura hacia la integración se const i tuye 
cada vez más en u n a especie de " i m p e r a t i v o de los t i e m p o s " . Así lo 
h a n v e n i d o entendiendo u n creciente número de psicoterapeutas que, 
desde hace ya algún t i e m p o , h a n aportado su pensamiento, su trabajo 
clínico y su investigación, en la línea de fortalecer la integración en 
psicoterapia. 
Tempranamente French (1933) publicó "Interrelaciones entre el 
psicoanálisis y el trabajo exper imental de P a v l o v " . Ya en 1936, 
Rosenzweig describía los factores comunes entre las psicoterapias. 
Posteriormente D o l l a r d y M i l l e r (1950) p r o p u s i e r o n opciones 
integrat ivas en "Personal idad y Psicoterapia", en par t icular 
in tentando t raduc i r los conceptos psicoanalíticos al lenguaje de las 
teorías de l aprendizaje. 
E n la época de los 60 Jerome Frank explícito de u n a espléndida 
manera los posibles aspectos comunes a los diferentes enfoques 
terapéuticos en su l i b r o "Persuasión a n d H e a l i n g " . Lazarus (1967) 
aportó su "eclecticismo técnico" , el cual fue contextual izado en el 
marco de su enfoque m u l t i m o d a l . En 1977, Paul Wachte l propuso 
caminos de integración entre el psicoanálisis y la terapia conductua l , 
propuesta que enriqueció en 1987 en su l i b r o " A c t i o n a n d I n s i g h t " . 
Hacia 1980 Bandura propone su modelo de l d e t e r m i n i s m o recíproco, 
el cual i n v o l u c r a una integración de las variables ambientales, 
cognit ivas y conductuales. 
Por su parte G o l d f r i e d (1980), ha c o n t r i b u i d o de una manera 
m u y sustancial a activar el m o v i m i e n t o hacia la integración. E n 1986, 
Beutler p r o p o n e la "psicoterapia ecléctica s istemática" , la cual 
procura i r o rdenando la aproximación meramente ecléctica. 
E n 1986 Prochaska y DiClemente p r o p o n e n u n m o d e l o 
comprens ivo del cambio terapéutico, a través de su "enfoque 
transteórico" ; estos aportes t ienen el mérito de buscar la integración 
en niveles m á s abstractos, no ya en los ámbitos meramente técnicos. Y 
más recientemente Millón (1988; 2000), ha propuesto i r gestando la 
integración en t o r n o a lo que él d e n o m i n a psicosinergia; los aportes 
de Millón destacan por su ca l idad, en par t icular en el ámbito de los 
trastornos de la personal idad. 
Es u n hecho entonces, que la integración se ha v e n i d o buscando 
en niveles más concretos (técnicos), en niveles más abstractos 
(conceptuales, modelos teóricos), en el ámbito de los "factores 
comunes" a los enfoques, y en terr i tor ios más intermedios . La 
p r e g u n t a de f o n d o — cuya respuesta permanece pendiente — se 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 31 
Puesto que prácticamente todas las líneas de evidencia a p un t a n en la 
dirección opuesta, ta l postura se viene haciendo cada vez más 
insostenible. 
A contrar io sensu, la apertura hacia la integración se const i tuye 
cada vez más en u n a especie de " i m p e r a t i v o de los t i e m p o s " . Así lo 
h a n v e n i d o entendiendo u n creciente número de psicoterapeutas que, 
desde hace ya algún t i e m p o , h a n aportado su pensamiento, su trabajo 
clínico y su investigación, en la línea de fortalecer la integración en 
psicoterapia. 
Tempranamente French (1933) publicó "Interrelaciones entre el 
psicoanálisis y el trabajo exper imental de P a v l o v " . Ya en 1936, 
Rosenzweig describía los factores comunes entre las psicoterapias. 
Posteriormente D o l l a r d y M i l l e r (1950) p r o p u s i e r o n opciones 
integrat ivas en "Personal idad y Psicoterapia", en par t icular 
in tentando t r a d u c i r los conceptos psicoanalíticos al lenguaje de las 
teorías del aprendizaje. 
E n la época de los 60 Jerome Frank explícito de una espléndida 
manera los posibles aspectos comunes a los diferentes enfoques 
terapéuticos en su l i b r o "Persuasión a n d H e a l i n g " . Lazarus (1967) 
aportó su "eclecticismo técnico" , el cual fue contextual izado en el 
marco de su enfoque m u l t i m o d a l . En 1977, Paul Wachte l p r o p u s o 
caminos de integración entre el psicoanálisis y la terapia conductua l , 
propuesta que enriqueció en 1987 en su l i b r o " A c t i o n a n d I n s i g h t " . 
Hacia 1980 Bandura propone su m o d e l o del d e t e r m i n i s m o recíproco, 
el cual i n v o l u c r a u n a integración de las variables ambientales, 
cognit ivas y conductuales. 
Por su parte G o l d f r i e d (1980), ha c o n t r i b u i d o de una manera 
m u y sustancial a activar el m o v i m i e n t o hacia la integración. E n 1986, 
Beutler propone la "psicoterapia ecléctica s istemática" , la cual 
procura ir o rdenando la aproximación meramente ecléctica. 
E n 1986 Prochaska y DiClemente p r o p o n e n u n m o d e l o 
comprens ivo de l cambio terapéutico, a través de su "enfoque 
transteórico" ; estos aportes t ienen el mérito de buscar la integración 
en niveles m á s abstractos, n o ya en los ámbitos meramente técnicos. Y 
más recientemente Millón (1988; 2000), ha propuesto i r gestando la 
integración en t o r n o a lo que él d e n o m i n a psicosinergia; los aportes 
de Millón destacan por su cal idad, en par t icular en el ámbito de los 
trastornos de la personal idad. 
Es u n hecho entonces, que la integración se ha v e n i d o buscando 
en niveles más concretos (técnicos), en niveles más abstractos 
(conceptuales, modelos teóricos), en el ámbito de los "factores 
comunes" a los enfoques, y en terr i tor ios más in termedios . La 
pregunta de f o n d o — cuya respuesta permanece pendiente — se 
32 Roberto Opazo 
refiere a cual de estos niveles const i tuye u n ter r i tor io más apto para 
procurar la integración. 
E n el ámbito de las publicaciones integrativas relevantes, el 
" Journal of Psychotherapy I n t e g r a t i o n " se editó por p r i m e r a vez en 
1991. En 1992 Norcross y G o l d f r i e d p u b l i c a n el " M a n u a l de 
Integración en Psicoterapia" y en 1993 Stricker y G o l d p u b l i c a n el 
" M a n u a l C o m p r e n s i v o de Integración en Psicoterapia". 
A n i v e l del m o v i m i e n t o integrat ivo en América Lat ina , Héctor 
Fernández-Alvarez, de la República A r g e n t i n a , puede ser señalado 
como u n o de los pioneros del m o v i m i e n t o de Integración; en 1992 
publ ica su l i b r o "Fundamentos de u n M o d e l o Integrat ivo en 
Psicoterapia". E n 1992, el Centro de Estudios H u m a n o s , AIGLÉ, 
realiza en Buenos Aires sus Jornadas "Confluencias y Contrastes" con 
u n marcado acento integrat ivo . 
El Centro Científico de Desarrol lo Psicológico de Chi le , 
presentó tempranamente su M o d e l o Integrat ivo en W a s h i n g t o n D.C. 
(1983), realizó u n a m p l i o Congreso sobre Integración (1991) y publicó 
su l i b r o " Integración en Psicoterapia" en 1992. Roberto Opazo publ ica 
"Fuerzas de C a m b i o en Psicoterapia: u n M o d e l o I n t e g r a t i v o " (1992) y 
en 1997 este m i s m o autor publ ica " I n the Hurr icane ' s Eye: a 
Supraparadigmat ic Integrat ive M o d e l " , en el Journal of 
Psychotherapy Integrat ion , de SEPI. 
Desde 1994 AIGLÉ de A r g e n t i n a y CECIDEP de Chile , 
c o n f l u y e n en la docencia de u n Programa de Maestría en la 
U n i v e r s i d a d N a c i o n a l de San Luis y c o o r d i n a n esfuerzos integrat ivos 
a través de SEPI y a través de los programas de Postítulo que 
desarrol lan ambas insti tuciones. 
Diversos psicólogos y psiquiatras h a n v e n i d o c o n t r i b u y e n d o 
sustancialmente al desarrol lo del m o v i m i e n t o in tegra t ivo en América 
Lat ina . Es el caso de la psicóloga Beatriz G ó m e z , de l ps iquiatra 
Herber t Chappa y de la psicóloga Clar ibel Morales de Barbenza, 
todos de la República A r g e n t i n a . También amer i tan reconocimiento el 
psicólogo B e m a r d Rangé, de Brasil , y la ps iquiatra Raquel Z a m o r a , 
del U r u g u a y . Y, en Chi le , de part icular relevancia h a n sido los aportes 
de los psicólogos A n a María Marche t t i , Eugenio Suárez, Fernando 
A l l i e n d e y Verónica Bagladi , y de los psiquiatras H u m b e r t o Guajardo 
y X imena Rojas. 
Ser " o b j e t i v o " en la narrat iva histórica no es tarea fácil. Esto lo 
sintetiza m u y bien u n p r o v e r b i o africano: "Has ta que los leones no 
tengan sus propios historiadores, todas las historias de cacerías 
glorificarán al cazador" . Es así que, en esta breve "reseña histórica" , 
me v o y a p e r m i t i r u n alcance que const i tuye u n gesto de inmodest ia 
profes ional , a la vez que de o r g u l l o ins t i tuc ional . En A b r i l de l año 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 33 
2000, en u n acto p o s t u m o que engrandece su existencia, e l Centro 
Científico de Desarrol lo Psicológico (CECIDEP), de Santiago de Chile , 
graduó la que — en c o n f o r m i d a d con la información disponib le — 
const i tuye la p r i m e r a promoción en el m u n d o de Psicoterapeutas 
Integrat ivos con reconocimiento of ic ial , tanto profes ional como 
univers i tar io . 
A la hora de decantar y de evaluar retrospectivamente la 
evolución de l m o v i m i e n t o hacia la integración en psicoterapia, es 
necesario señalar que el camino in tegrat ivo recién se inic ia . La 
evolución hacia la integración ha i n v o l u c r a d o u n a m p l i o p r i m e r paso 
hacia el eclecticismo y u n comparat ivamente menor paso hacia la 
integración. M u c h o s clínicos desean la integración, pero pocos saben 
en qué consiste y cómo buscarla. Si hemos de poner las cosas en u n 
lenguaje directo, habría que señalar que nuestros "héroes 
in tegra t ivos" suelen ser m u y bri l lantes, y suelen ser par t i cularmente 
valiosos como personas, pero — y que no nos escuche Millón — la 
mayoría de ellos más que integrat ivos son ecléct icos . 
Si b ien la integración está en marcha, queda u n b u e n camino 
por recorrer. Ya en 1966 W o l f e señalaba que " l a integración de la 
teoría de l aprendizaje con el psicoanálisis es inevitable antes o 
después, s in embargo algunos o muchos de nosotros podemos 
resistirnos a ello apasionadamente" (p. 535). Treinta y cinco años 
después, las resistencias comienzan a amainar y los deseos de 
integración se empiezan a incrementar. La necesidad de buscar la 
integración se empieza a tornar insoslayable y la o p o r t u n i d a d social 
para " b i e n v e n i r " la integración se vue lve cada vez más palpable. 
Se ha dicho que " N a d a es más fuerte que una idea a la cual le ha 
l legado su h o r a " . Ta l vez nuestro desafío hoy , como psicoterapeutas, 
consista en no malgastar esa hora . 
34 Roberto Opazo 
2.- U N A E N C R U C I J A D A I N T E G R A T I V A : ¿ A Q U É N I V E L 
B U S C A R L A I N T E G R A C I Ó N ? 
El buencomprender facilita el buen hacer, el conocimiento 
científico facilita el desarrollo tecnológico. "Nada es tan práctico 
como una buena teoría" decía KurtLewin (1936). 
El camino opuesto, sin embargo, se transita con mayor 
dificultad: el buen hacer no garantiza el comprender. "Uno de los 
grandes proyectos del pensamiento occidental ha sido entender la 
naturaleza: No debe confundirse con la idea de controlar la 
naturaleza. "Ciego sería el amo que creyera entender a sus 
esclavos porque obedecen sus órdenes. " Prigogine (1996). 
Veíamos que algunos clínicos han v e n i d o buscando la 
integración en el ámbito de l buen hacer, es decir en el ámbito de las 
técnicas y de las estrategias de cambio (ej. eclecticismo técnico). 
H e m o s vis to también que otros la h a n v e n i d o buscando en el ámbito 
de la comprensión, a través de una macro-teoría uni f i cadora y a m p l i a 
(ej. enfoque transteórico). Es así que, enfrentados a ésta verdadera 
"encrucijada integrat iva" , es necesario que nos hagamos cargo de las 
siguientes interrogantes: ¿A qué n i v e l buscar la integración? ¿Es 
necesario optar? 
Si asumimos que la integración se puede buscar en el ámbito de 
la investigación, en el ámbito del b u e n hacer (n ive l de las técnicas), o 
en el ámbito de l comprender , lo p r i m e r o que se nos presenta es u n a 
pésima interacción entre éstos ámbitos. Es u n hecho ampl iamente 
reconocido, que los datos de la investigación, las teorías y la práctica 
psicoterapéutica, no han v e n i d o interactuando bien. 
Desde una perspectiva func iona l , el ideal es que los datos de la 
investigación aporten materia p r i m a que sirva de base para i r 
generando adecuadas teorías y para i r me jorando las estrategias 
clínicas. A su vez las teorías, configuradas sobre estas bases, servirían 
como guía de la f u t u r a investigación y contribuirían a i r generando 
nuevas estrategias clínicas. Por su parte, la práctica clínica iría 
apor tando elementos para generar nuevas hipótesis, y para ir 
ver i f i cando o rechazando las hipótesis ya gestadas. Idealmente 
entonces, los tres estamentos interactuarían pos i t ivamente de u n 
m o d o recíprocamente enriquecedor. Desafortunadamente, nada de 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 35 
esto es lo que ha v e n i d o ocurr iendo y el c i rculo v i r t u o s o , recién 
descrito, se encuentra a la espera de ser creado. 
E n los hechos, lo que t iende a p r e d o m i n a r es la desconfianza, 
la incomunicación e incluso la descalificación recíproca, entre los tres 
niveles o instancias que hemos expl ic i tado. Hace m u c h o que los 
estudiosos del tema vienen denunciando la existencia de u n 
verdadero "gap" entre investigación, teoría y práctica clínica: " A u n q u e 
es fuente de frecuentes lamentos, el gap entre los investigadores de la 
psicoterapia y los clínicos resiste los intentos de acercamiento y 
amenaza con empeorar" (Talley et. al , 1994, p . l ) . 
El prob lema reconoce diversas etiologías. Por una parte, los 
datos de la invest igac ión h a n t e n d i d o a ser laxos, equívocos, 
contradictor ios . E l clínico que desee nutr i rse desde la investigación, 
encuentra "evidencia" a favor de c u a l q u i e r h ipótes is , incluso a favor 
de hipótesis contradictorias entre sí. En los hechos, a los 
investigadores les ha resultado difícil cu l t ivar la precisión y el r igor 
metodológicos; en esto t iende a i n f l u i r sustancialmente el hecho que 
muchos clínicos son a su vez investigadores, careciendo de la 
formación necesaria y — sobretodo — de la ac t i tud científica necesaria. 
En general, en la investigación se ha p r i v i l e g i a d o el demostrar lo que 
se quiere demostrar , con el consiguiente daño para el conocimiento . 
" E l conocimiento a través de una investigación r igurosa , exige la 
suspensión de l i n v o l u c r a m i e n t o emocional en el resultado de las 
hipótesis, y exige la v o l u n t a d de ser conduc ido p o r los resultados 
generados p o r los datos" (Soldz y M c C u l l o u g h , 2000, p . 4). La rea l idad 
es que a muchos investigadores les ha resultado difícil el d o m i n a r sus 
propias emociones, y h a n t e n d i d o a recoger datos sesgados p o r sus 
propias motivaciones teóricas y clínicas. 
E n términos generales, la investigación t iende a ser más 
valorada en las palabras que en los hechos. Es justo señalar entonces, 
que el a veces largo y tedioso proceso de recolección de datos, es poco 
reconocido en u n n i v e l efectivo. Es así que los investigadores t i enden 
a quejarse p o r el hecho que los teóricos n o estén interesados en usar la 
investigación para m o d i f i c a r sus teorías; tampoco los clínicos se 
muestran m u y abiertos a recoger la investigación para enriquecer sus 
estrategias. Esto se debería, en parte, a la pobre ca l idad de la 
investigación; pero además — y de u n m o d o m u y sustancial -- a la 
falta de vocación científica de teóricos y clínicos. 
Los investigadores suelen reclamar también por el carácter 
genérico, a m b i g u o e impreciso, que t ienen las hipótesis f o r m u l a d a s 
por los psicoterapeutas; muchas de estas hipótesis son laxas y no 
falseables, aceptables para algunos clínicos pero s in m a y o r va lor 
científico. " Igualmente frustrante para el invest igador , es la 
36 Roberto Opazo 
m e n t a l i d a d de "l lanero sol i tar io" de algunos clínicos, quienes confían 
exclusivamente en su sabiduría clínica, una aproximación 
completamente i n t u i t i v a que no es i n f o r m a d a n i por la investigación 
n i por la teoría" (Anderson , 2000, p . 85). 
E n el ámbito de la teoría, las cosas no parecen presentar i n 
p e r f i l m á s saludable. Supuestamente, investigación y teoría 
c o n f i g u r a n el conocimiento científico, el cual a su vez debería ser 
capaz de enmarcar la práctica clínica. "Es m i convicción que la ciencia 
es la p l a t a f o r m a sobre la cual descansa la práctica y la mejor amiga 
que la práctica tiene. En esta encrucijada crítica, la ciencia puede 
llegar a ser la más s ignif icat iva aliada de la práctica" (Seligman, 1996, 
p . 1078). Y la ciencia evoluciona desde variables más puntuales hacia 
hipótesis, leyes y teorías más amplias , capaces a su vez de orientar la 
nueva praxis . 
La teoría, por lo tanto, puede ser descrita como u n g r u p o de 
leyes conectadas y sistematizadas; i m p l i c a u n conjunto de conceptos, 
definiciones y proposiciones relacionados entre sí y que p e r m i t e n la 
explicación y la predicción de los fenómenos. Las teorías son 
esenciales para la ciencia y const i tuyen una integración de hipótesis y 
leyes, en redes sistemáticas que tratan de describir y de predecir 
formas m á s amplias de eventos. Por lo tanto, el va lor de u n a teoría 
depende de su poder predic t ivo , de su aporte en términos de 
estrategias de cambio y de su aporte a la identificación de los 
mecanismos intervinientes a través de los cuales se p r o d u c e n los 
cambios (Bandura, 1986). U n a teoría puede ser más s imple o más 
compleja , más genérica o más cercana a los hechos puntuales . 
U n a buena teoría tiene valor heurístico, lo cual i m p l i c a que 
orienta la solución de problemas y fomenta la c reat iv idad. En el 
ámbito de la psicoterapia, una buena teoría es capaz de guiar la 
investigación y de c o n t r i b u i r a enriquecer la práctica clínica. En 
última instancia, una teoría guiadora pasa a regular a las otras 
instancias, en la m e d i d a que i m p o n e sus términos sobre la 
investigación y sobre la práctica cl ínica. . . . aunque se mant iene 
permanentemente permeable a ser m o d i f i c a d a por éstas. 
U n hecho — más lamentable que sorprendente — es el que las 
cosas n o h a n marchado b ien en el ámbito de la teorías. Es así que 
muchas teorías derivan simplemente de intuiciones clínicas, 
fundamentadas en pocos casos clínicos; y muchos clínicos carecen de 
vocación para i r ver i f i cando sus hipótesis. Es así que muchashipótesis se d a n por verif icadas per sé, y su valoración depende más 
de lo carismático de su enunciación que del r igor de su verificación. 
A d i c i o n a l m e n t e , los clínicos t i enden a generar teorías 
"reduccionistas", ta l vez en u n afán desesperado por encontrar u n a 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 37 
explicación rápida y clara para guiar el quehacer práctico. T o d o esto 
ha conspirado contra la elaboración de mejores teorías. 
Y cuando los clínicos h a n quer ido recurr i r a los datos de la 
investigación para conf igurar sus hipótesis, se h a n encontrado con la 
d i f i c u l t a d que i n v o l u c r a el querer gestar buenas teorías a p a r t i r de 
datos poco confiables y contradictorios , consecuencia de 
investigaciones m a l realizadas. ¡Óptimo!. 
N o resulta extraño entonces que muchos clínicos se estén 
desentendiendo de las teorías, que incluso las descal i f iquen y que el 
eclecticismo se esté expandiendo con una fuerza creciente. E n u n 
t e m p r a n o estudio real izado por M a h o n e y (1974), encontró que en una 
escala de 1 a 7, los terapeutas en p r o m e d i o marcaron u n 2 en cuanto a 
su grado de satisfacción con la teoría psicoterapéutica a la cual 
adscribían. M á s recientemente Gar f i e ld y Bergin (1994) refuerzan lo 
anterior , cuando señalan que la psicoterapia ha ingresado a una 
especie de era "a- teór ica" . 
C o m o si todas las di f icul tades l igadas a la teoría en 
psicoterapia f u e r a n insuficientes, algún uso de la teoría ha v e n i d o 
resul tando iatrogénico, es decir, per judic ia l . C u a n d o u n invest igador 
o u n clínico adscribe apasionadamente a una teoría — y aún h o y 
muchos lo hacen — suele instalar u n sesgo percept ivo infranqueable , 
u n a especie de "anteojera percept iva" , que i m p i d e el paso de la 
información "ant i - teoría" . Se va generando así u n sesgo c o n f i r m a t o r i o 
auto-perpetuante de la teoría. 
Gal i leo Gal i l e i creía apasionadamente en su " t eor ía " religiosa. 
Esto lo llevó a rechazar la acertada teoría de Kepler acerca de las 
órbitas elípticas. Gali leo sostuvo que las órbitas de los planetas 
deberían ser circulares, porque siendo los círculos más perfectos que 
las elipses, sería absurdo pensar que Dios — obviamente u n Ser 
perfecto — eligiera una f o r m a imperfecta al m o m e n t o de la creación. 
D a d o el p e r f i l decadente que presenta la teoría en el ámbito de 
la psicoterapia, podría pensarse que los sesgos al estilo Gali leo están 
" d e m o d é " y que ya no operan; lo sorprendente es que sí operan y 
m u c h o . Ta l vez los eclécticos invest iguen menos, pero lo cierto es que 
la teoría ha v e n i d o sesgando m u y fuertemente la investigación en 
psicoterapia. Es así que el mejor predic tor acerca de cual enfoque 
terapéutico superará a los otros en una investigación es.... la 
orientación clínica de l invest igador (Robinson, Berman y Neimeyer , 
1990). De este m o d o , cuando el invest igador es conductista, la terapia 
conductua l aportará los mejores resultados, y así sucesivamente. E n el 
últ imo t i e m p o L u b o r s k y (1996), ha d e n o m i n a d o a este sesgo 
"allegiance effect", el cual es d e f i n i d o como la tendencia de los 
38 Roberto Opazo 
investigadores a encontrar evidencias a favor de l enfoque al cual 
adscriben. 
Desde m i p u n t o de vista, el "allegiance effect" — por la 
a m p l i t u d con la cual opera, en u n ámbito de expertos en percepción — 
const i tuye u n a verdadera tragedia profesional y ha v e n i d o 
per judicando sustancialmente el desarrollo de la psicoterapia. 
¿Cuánto p u e d e n aportar miles de investigaciones realizadas " c o n la 
camiseta puesta"?. En lugar de p r i v i l e g i a r al paciente y al 
conocimiento , hemos v e n i d o p r i v i l e g i a n d o la distorsión y la 
competencia, con el objeto de "ganar" a cualquier precio. E n lugar de 
acarrear agua al m o l i n o de l conocimiento, hemos pre fer ido l levar 
agua que favorezca a nuestro enfoque... . p o r m u y contaminada que 
esta agua pueda estar. Por supuesto, no todos los datos se h a n 
recogido así, n i s iempre la teoría ha operado así. Pero la m a g n i t u d del 
prob lema no solo alienta la preocupación sino que i n v i t a a una 
construct iva rebelión. 
E l creciente desprestigio en el que ha v e n i d o cayendo la teoría, 
trae consigo consecuencias a su vez lamentables. Por e jemplo, si 
empezamos a renunciar a toda teoría y caemos en una era "a- teór ica" , 
pasamos a consol idar el desorden y la atomización. A d i c i o n a l m e n t e , 
la falta de teoría nos empieza a dejar sin "pautas guiadoras" del 
invest igar y del actuar, es decir, nos empieza a dejar a la der iva . E l 
desprestigio de las teorías contr ibuye a sumirnos en u n desprestigio 
profes ional , p e r f i l a n d o una especie de profesión también a la der iva : 
"Si las teorías que los terapeutas emplean son solo mitos 
(seleccionados no por su correspondencia con la rea l idad sino p o r su 
c r e d i b i l i d a d ) , el status social que concedemos a los psicoterapeutas es 
una m e n t i r a , en la m e d i d a que esté basado en esas teorías" (Watters y 
Ofshe, 1999, p . 135). 
E n relación con el ámbito de la práctica clínica, lo hab i tua l es 
que los terapeutas t i e n d a n a desentenderse de los hallazgos de la 
investigación. A algunos el tema s implemente n o les interesa. Otros , 
descalifican la va l idez de los datos. Aún otros consideran innecesario 
el aporte de la investigación científica, asumiendo una ac t i tud en la 
línea de " s i m i enfoque es bueno y y o hago b ien las cosas ¿quién 
necesita de datos aburr idos y discutibles?". 
M u c h o s clínicos consideran que las sutilezas del trabajo clínico 
no son abordables por investigaciones toscas y cuanti tat ivas. E n 
suma, son muchos los clínicos que consideran que t ienen poco o nada 
que aprender de la investigación. " L a práctica de la psicoterapia 
i n v o l u c r a una compleja relación interpersonal que no puede ser 
reduc ida a la aplicación de hallazgos de la investigación, así como n o 
basta con el s imple conocimiento de los materiales con los que se 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 39 
construirá la casa" (Soldz y M c C u l l o u g 2.000, p.7). Así, los problemas 
reales que enfrentan los clínicos " e n la cancha", tendrían poco que ver 
con los hallazgos de la investigación. 
Incluso aquellos clínicos que se m o t i v a n para enriquecer su 
práctica a p a r t i r de la investigación, se t o p a n en ocasiones con eso de 
que el b u e n hacer no hace necesario el comprender . U n 
psicoterapeuta me confiaba que l leva años apl icando exitosamente la 
desensibilización sistemática de W o l p e (1974). C u a n d o se interesó por 
la investigación esclarecedora de los "mecanismos in terv in ientes " de 
la técnica, se encontró con que aún h o y la investigación no logra 
d i l u c i d a r si lo que opera es una extinción clásica, una inhibición 
recíproca, expectativas, placebo o bien. . . . A p a r t i r de experiencias 
como ésta , no resulta extraño que los clínicos se v a y a n alejando de los 
datos de la investigación. 
Teniendo como telón de f o n d o el panorama poco alentador 
que he v e n i d o anal izando, es hora de re-plantearnos las preguntas 
acerca de dónde buscar la integración. El sabor poco grato que deja el 
análisis precedente, inv i ta a concluir que no tiene sentido integrar 
técnicas que apor tan poco y que no tiene sentido integrar teorías que 
apor tan poco. Vistas así las cosas, la integración podría ser concebida 
como u n a empresa s in destino. Pero antes de llegar a u n a conclusión 
catastrofal de ese t i p o , lo procedente es establecer si existen algunas 
estrategias realmente aportativas, si existen algunas teorías realmente 
aportat ivas, y si es posible u n a integración promisor ia de ellas sobre 
bases más sólidas. 
¿Es deseable buscar la integración aln i v e l de la c l ínica 
aplicada?. 
El prob lema de una " integrac ión" pragmática a n i v e l clínico 
aplicado, se relaciona con la i n f i n i d a d de variables involucradas . Si 
b ien es posible i r estableciendo en f o r m a "a- teór ica" las estrategias 
que t i enden a func ionar mejor en cada caso, en u n sentido de f o n d o 
hay tantos t ipos de desajustes como personas; por ende, lo que es m i e l 
para una persona puede ser hiél para otra y el " recetar io" i n d i c a t i v o 
de qué se requiere en cada caso puede a d q u i r i r una extensión 
in terminable . La ausencia de teoría invo lucra la ausencia de una 
pauta guiadora , que ayude a organizar el proceso; por esta vía, no 
resulta difícil caer en una especie de "gasfitería psicoterapeutica" m u y 
poco p r o m i s o r i a . N o resulta aventurado asumir que los datos 
"suel tos" apor tan menos que los datos organizados y sistematizados: 
" L a comprensión científica requiere más que hechos. Requiere análisis 
teórico e interpretación de los hechos y una posterior verificación de 
estos análisis e interpretaciones a través de estudios b ien const ru idos" 
(Or l insky , G r a w e y Parks, 1994, p . 361). En otras palabras, y como lo 
40 Roberto Opazo 
h a n señalado Lenzenweger y C l a r k i n (1996), los datos s in teoría 
l l evan a la confusión y a la incomprensión. 
H e m o s visto que se puede adscribir a una teoría "estrecha" y a 
la vez asumir una a m p l i a apertura en los niveles técnicos; esto 
equivale a " b o r r a r con el codo práctico lo que se ha escrito con la 
mano teórica" . Puesto que esto lo t ienden a hacer muchos clínicos, en 
los hechos se ha v e n i d o consol idando u n a especie de inconsistencia 
crónica . En u n sentido de f o n d o buscar la integración en u n n i v e l 
práctico y a-teórico equivale a no buscar la integración. De hecho, no 
se habla de " integración técnica" sino de "eclecticismo técnico" . 
Integrarse en función de u n paciente para "desintegrarse" a 
continuación carece de sentido. " E n p r i m e r lugar las terapias 
integracionistas requieren fundamentarse en una teoría coordinada; 
deben ser algo más que u n esquema de técnicas eclécticas, u n cóctel 
de diversas alternativas reunidas de n u e v o en cada caso" (Millón y 
Davis 1999, p . 193). 
E n la encruci jada clínica que hemos v e n i d o expl ic i tando, t o d o 
parece indicar que la integración h?y que buscarla p r i m e r o a n i v e l 
de la teoría, para - a par t i r de ella - i r d e r i v a n d o una integración 
hacia los datos y hacia la práctica clínica. Así, una "macro- teor ía" 
integrat iva aportaría u n encuadre gu iador que, "obl igar ía" a la 
integración de la investigación y de la práctica clínica. 
A d i c i o n a l m e n t e , "obl igar ía" a generar el círculo v i r t u o s o 
indispensable, el cual a su vez facilitaría una interacción 
enriquecedora entre los hallazgos de la investigación, los desarrollos 
teóricos y la práctica psicoterapéutica. "Creo que es i m p e r a t i v o que 
teoría, investigación y práctica sean interactivas y estén ínt imamente 
conectadas. En este sentido me mantengo f ie l a las ideas de l m o d e l o 
de l científ ico/practicante en el cual la investigación y los servicios 
profesionales son m u t u a m e n t e i n f l u y e n t e s " (Mahoney 1991, p . 63). 
E l p r o b l e m a entonces, es que la psicoterapia pasa a quedar 
confrontada con u n a especie de contradicción v i t a l : la integración hay 
que buscarla in tegrando buenas teorías y no parecen existir buenas 
teorías que se p u e d a n integrar . C o m o diría m i hi jo Cr is t ian : 
¡Excelente! (lo dice con una voz ronca, p r o f u n d a , y con u n tono 
irónico; vale la pena escucharlo). 
A f o r t u n a d a m e n t e , no todas las teorías son deficientes así como 
no todos los datos de la investigación const i tuyen "percepciones de 
deseo". Tal vez el prob lema esencial de las así denominadas teorías 
"estrechas" no sea su mala ca l idad intrínseca, s ino e l que se les haya 
e n c o m e n d a d o la tarea de tener que expl i car lo t o d o . 
Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 41 
También en el ámbito de la investigación existen datos m u y 
valiosos, que requierenser detectados, es decir requieren de una 
"discriminación posit iva" en m e d i o de la b r u m a . 
Incluso en el ámbito de la práctica clínica, la idea de que no 
existen aportes específicos de los enfoques —y que t o d o cambio der iva 
de la acción de los factores comunes - admite una segunda lectura, 
en el en tendido que el panorama de ningún m o d o es p o s i t i v o . 
En suma, aunque el panorama no es alentador, dista de ser u n 
desastre tota l . En el ámbito de la práctica clínica, la Psicoterapia 
Integrat iva requiere de u n marco teórico p r o f u n d o e integrador que le 
s irva de guía para su desarrollo. U n a integración sólida en 
psicoterapia se puede construir incluso sobre las bases teóricas, 
empíricas y clínicas existentes, pero ello exige d i s t i n g u i r con r igor el 
t r i g o de la "pa ja " y descubrir las bases sólidas que se encuentran 
d i l u i d a s en m e d i o de u n andamiaje frágil y peligroso. 
H e m o s vis to cómo — en el caso de Gali leo — el aporte de la 
teoría puede resultar l imi tante . Pero son muchos los casos en los que 
el aporte teórico ha i n v o l u c r a d o que el " c o m p r e n d e r faci l i ta el b u e n 
hacer". George G a m o w (1904-1968), fue u n físico nuclear que 
contribuyó a conf igurar la teoría del B ig Bang. Sobre la base de l 
conocimiento existente a la fecha, G a m o w predi jo en 1948 la 
existencia de una huel la del B ig Bang bajo la f o r m a de una radiación 
milimétrica perdurable hasta nuestros días. Este remanente del 
universo temprano , fue descubierto por Penzias y W i l s o n en 1965; la 
predicción de G a m o w , f u n d a m e n t a d a en deducciones matemáticas y 
en leyes y teorías físicas, pasaba a ser conf i rmada 17 años después. 
En el ámbito de la psicoterapia, no resulta fácil encontrar 
ejemplos equivalentes, aún cuando la teoría pueda ser m u y aportat iva 
también. Es así que, a m o d o de ejemplo, se puede señalar que la teoría 
de la auto-eficacia de A l b e r t Bandura (1977), ha demostrado u n 
i m p o r t a n t e poder p r e d i c t i v o . In tegrando el i n f o r m e verbal a la 
observación conductua l , Bandura ha logrado predecir con precisión la 
conducta de enfrentamiento f u t u r o de pacientes fóbicos. 
Frente al tema de lo deficiente de las teorías, surgen entonces 
dos alternativas de solución: o abandonar toda teoría, con las 
consecuencias de desorden y m a l pronóstico que ello i n v o l u c r a , o b ien 
mejorar la teoría, hasta conf igurar u n marco conceptual a m p l i o , 
p r o f u n d o , capaz de acoger en p l e n i t u d el devenir de la dinámica 
psicológica. A u n q u e esto sea más fácil de decir que de hacer, 
considero que una buena selección de las teorías y de los datos de la 
investigación, p e r m i t e n aún h o y generar u n marco in tegra t ivo 
coherente. 
42 Roberto Opazo 
De generarse ta l marco, la encrucijada integrat iva in ic ia l pasaría 
a const i tuir u n falso d i lema y no sería necesario optar. U n a verdadera 
integración teórica generaría a su vez una integración de la 
investigación y de la práctica clínica, en el marco de u n sistema 
in tegra t ivo to ta l interdependiente . 
E l desprestigio actual de la teoría favorece u n a mejor acogida 
hacia u n a Psicoterapia Integrat iva que hacia u n M o d e l o In tegrat ivo , 
lo cual resulta doblemente paradójico. Es paradójico, porque no sería 
concebible u n a Psicoterapia Integrat iva s in u n M o d e l o que le s irva de 
f u n d a m e n t o y de guía. Es paradójico también, porque si algún día 
l legáramos a estrechar fi las en torno a u n M o d e l o In tegra t ivo b ien 
planteado — aunque comparta el "pecado o r i g i n a l " de pertenecer a la 
desprestigiada categoría de las teorías