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UVA L I M I T A C I O N C L I N ROBERTO OPAZO CASTRO PSICOTERAPIA INTEGRATIVA DEUMCION CL1CA Oé1<p PSICOTERAPIA INTEGRATIVA DELIMITACION CLINICA á¡S¡$k BIBLIOTECA U k5 JL f » ] II mi uní UNIVERSIDAD SANTO TOMAS BIBLIOTECA " K " " " " 0 3 4 8 9 4 Roberto Opazo Castro >2) E D I C I O T S Í E S I C P S I Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativa Depar tamento de Derechos Intelectuales Inscripción N° 119722 2001 Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativa. Impreso en Graphipress y Cía. L tda . José Fagnano 611 Santiago - C H I L E Todos los derechos son reservados N i n g u n a parte de este l ibro puede ser reproducida en ninguna forma y por ningún medio . Este l i b r o puede ser adquir ido en el Instituto Chi leno de Psicoterapia Integrat iva ( ICPSI) , en Marchant Pereira 446, Providencia , Santiago - C H I L E . Ejemplares pueden ser ordenados al fono/fax (56-2) 225 7601 o a la casilla electrónica icpsi(S),terra.cl Pedidos del extranjero solo tendrán como recargo el estricto valor del envío. Diseño: Cris t ian Opazo Marchet t i . Asesoría Metodológica : A l b e r t o Muñoz Fuentes. Impreso en Santiago de Chi le . Ediciones I C P S I . Inst i tuto Chi leno de Psicoterapia Integrativa. M a y o , 2001 . A Roberto Opazo Oyarzún y Lucía Castro Weston, mis padres tan amados. Amigos entrañables y compañeros.... siempre. Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 7 I N D I C E P R Ó L O G O S Fernando Alliende L u c o 13 A m p a r o Belloch Fuster 17 INTRODUCCIÓN 19 P A R T E I P S I C O T E R A P I A I N T E G R A T I V A : Fundamentos Conceptuales 27 1. -E1 Movimiento hacia la integración: una Reseña Histórica 27 2. -Una Encrucijada Integrativa: ¿A qué nivel buscar la Integración? 34 3. -Los Cimientos de la Psicoterapia Integrativa: Un Modelo Integrativo Supraparadigmático 43 • Fundamentos Epistemológicos del Modelo Integrativo 49 • Fundamentos Metodológicos del Modelo Integrativo 60 • Fundamentos Paradigmáticos del Modelo Integrativo: L a Causalidad en el marco del Modelo 78 • PRINCIPIOS DE INFLUENCIA: la causalidad en el ámbito de lo humano 80 En la ruta de la seguridadpredictiva 80 Rupturas predictivas: un desafío al principio de causalidad 84 a) Rupturas predictivas en física cuántica 86 b) Rupturas predictivas en teoría del caos 88 c) Rupturas predictivas biológicas 90 d) Rupturas predictivas cognitivas 92 El Principio de Causalidad en el ámbito psicológico 95 Los Principios de Influencia 100 • Los Paradigmas del Supraparadigma 107 5 Roberto Opazo Modelo Integrativo Supraparadigmático: Delimitación Estructural 117 Modelo Integrativo Supraparadigmático: Delimitación Funcional 121 P A R T E I I P S I C O T E R A P I A I N T E G R A T I V A : Delimitación Clínica 130 4 - Modelo Integrativo Supraparadigmático: preguntas de relevancia clínica 130 • ¿Por qué existen tan pocas leyes en psicología y en psicoterapia? 131 • ¿Por qué desajustes similares pueden provenir de causas diferentes y por qué causas similares pueden producir desajustes diferentes? 131 • ¿En qué medida cada paciente es un Universo diferente? 132 • ¿Es el "insight", el darse cuenta, una condición necesaria para el cambio en psicoterapia? 133 • ¿De dónde procede el cambio en psicoterapia, desde "fuera" o desde "dentro" del sistema psicológico humano? 134 • ¿Por qué los pacientes tienden a cambiar poco en psicoterapia? 135 • ¿Qué aporta el Modelo a la comprensión de los fenómenos psicopatológicos? 137 • ¿Qué aporta el Modelo a la predicción clínica, es decir al pronóstico de la evolución? 138 • ¿Cómo es posible potenciar el cambio en psicoterapia? 139 Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 9 • ¿En qué medida el Modelo Integrativo Supraparadigmático puede contribuir a romper la tendencia al "empate" entre los enfoques? 139 5 - Psicoterapia Integrativa: consideraciones generales 141 6 - Postulados básicos de la Psicoterapia Integrativa 144 7 - Psicoterapia Integrativa: una delimitación conceptual 149 8 - Relevancia clínica de los factores comunes 152 9 - Las variables del paciente en Psicoterapia Integrativa 158 10 - Las variables del terapeuta en Psicoterapia Integrativa 171 11 - Las variables de la relación paciente/terapeuta en Psicoterapia Integrativa 183 12 - E l contexto formal de la Psicoterapia Integrativa : encuadre terapéutico 190 13 - Fase didáctica: la comprensión como fuente de colaboración activa 194 14 - L a Evaluación Clínica Integral en el marco de la Psicoterapia Integrativa 198 15 - Los Objetivos Terapéuticos en el marco de la Psicoterapia Integrativa 219 • Objetivos erapéuticos: niveles de aproximación 220 • Función de los Objetivos Terapéuticos 221 • Las fuentes de los Objetivos Terapéuticos • L a precisión de los Objetivos Terapéuticos 222 223 Del Modelo a la acción: conceptos movilizadores en Psicoterapia Integrativa 224 • Los E S T I M U L O S E F E C T I V O S en el proceso de Psicoterapia Integrativa 225 • Los P R I N C I P I O S D E I N F L U E N C I A en el proceso de Psicoterapia Integrativa 235 • L a SIGNIFICACIÓN BIOLÓGICA en el proceso de Psicoterapia Integrativa 241 • Los E S P A C I O S D E SIGNIFICACIÓN C O G N I T I V A en el proceso de Psicoterapia Integrativa 249 • Las C O G N I C I O N E S A F E C T I V O / D E P E N D I E N T E S en el proceso de Psicoterapia Integrativa 256 • L a I N E R C I A A F E C T I V A en el proceso de Psicoterapia Integrativa 262 • E l A W A R E N E S S I N T E G R A L en el proceso de Psicoterapia Integrativa 269 • L a C O N D U C T A P U L S A N T E en el proceso de Psicoterapia Integrativa 277 • L a POTENCIACIÓN I N T E R A C C I O N A L en el proceso de Psicoterapia Integrativa 282 • Los R A S G O S D E L A P E R S O N A L I D A D DIÁDICA en el proceso de Psicoterapia Integrativa 288 • E l A M B I E N T E PATO-DISTÓNICO en el proceso de Psicoterapia Integrativa 295 • E l T R A S F O N D O E F I C A Z en el proceso de Psicoterapia Integrativa 301 • Los C O N C E P T O S M O V I L I Z A D O R E S en Psicoterapia Integrativa: una panorámica general 307 Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 11 17 - E l rol de las Técnicas en el proceso de Psicoterapia integrativa 308 18 - E l Proceso de Psicoterapia Integrativa 311 19 - Psicoterapia Integrativa: una Evaluación Crítica 335 20 - R E F E R E N C I A S 344 21 - I N D I C E D E A U T O R E S 380 22 - I N D I C E D E M A T E R I A S 384 Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 13 P R Ó L O G O Cuando Roberto aceptó m i audaz oferta de prologar su l ibro , no sabía el riesgo que corría. Probablemente en mí, el afecto generado a través de tantos años - en los que hemos compart ido trabajo e ilusiones - p u d o más que el juicio prudente . Parece ser m u y certera esa afirmación de que toda obra expresa y representa a quien ha sido su autor. Naturalmente , mientras más m a d u r o y c o m p r o m e t i d o esté el autor al momento de crear su obra, en mayor grado será posible reconocer la i m p r o n t a or ig ina l de su paternidad. En este caso, el l ibro "Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica" que tiene frente a usted, es el resultado de u n proceso de evolución existencial, no solo en el cuestionamiento especulativo del saber y de sus fundamentos, sino en la permanente búsqueda de elementos que, como psicoterapeutas, nos p e r m i t a n ser universales en el pensar, particulares en el actuar e integrales en el experienciar. Conozco al autor desde sus perseverantes afanes adolescentes, en lo sentimental y en lo deport ivo . N o obstante su incipiente inglés, logró conquistar a una de las alumnas más destacadas de su " H i g h - School" en W a s h i n g t o n D.C. Sin aparente destreza física, intentó y logró ser seleccionado de fútbol de cuanto equipo escogió.Q u i e n escribe estas líneas se dejó engañar por las apariencias y sufrió u n 6-2 y 6-0 en tenis, además de perder una comida. En los años de la revuelta estudianti l , digamos en la pr imavera del 68, Roberto y yo compart imos el l iderazgo de los a lumnos de psicología de la Univers idad Católica; nos tocó estar juntos en las duras y en las maduras . Y cuando se trataba de conversar de temas de historia, política, religión, fútbol, filosofía, etc., la cita "bibliográfica" o el e jemplo preciso, venían a sellar su lógica envolvente. Quienes le etiquetaban como exponente nítido del hemisferio izquierdo, sólo sabían de sus primeros estudios de ingeniería, de sus 5 años de psicoanálisis didáctico, de la r iguros idad de su estudio sistemático. Ignoraban de la i n q u i e t u d , gusto - y en algunos aspectos destreza - por el arte en todas sus formas. Cierto que con más cual idad receptiva que cal idad expresiva. Basta escucharle su a m p l i o repertorio musical , con una perfecta reproducción en la letra, pero de una superable tonal idad en la melodía. 14 Roberto Opazo La oferta clínica que Roberto nos hace tiene u n mat iz difícil de lograr. Justamente tiene que ver con lo que más adelante él expone. La riqueza de la m u l t i p l i c i d a d y de la var iedad, lejos de configurar u n caos imposible de organizar, pasa a ser u n todo más coherente que i n v i t a a organismizar. Es decir a incorporar siempre nuevos elementos que estallan en una nueva resultante creadora, como proceso situalizador del saber. De allí que nos parece relevante el M o d e l o propuesto, como u n paradigma integrat ivo, no solo integral . Cuando se le define de ese m o d o - integral - de algún m o d o se escapa algo esencial: la dinámica del proceso. Los que hemos trabajado en el marco del M o d e l o Integrat ivo b ien sabemos que tanto en su valor metodológico, como en la apertura a lo supraparadigmático, la afirmación tiene valor por la c lar idad de la hipótesis y por su verificación en la acción. Así, la f l ex ib i l idad y apertura a incorporar nuevos datos y nuevas experiencias, vendrían a afectar la aproximación en u n impacto retrógrado y anterógrado. En los inicios, en las primeras formulaciones del M o d e l o , Roberto fue experimentando en lo p r o p i o la v i d a , pasión y muerte de la extrapolación de cada una de las aproximaciones paradigmáticas. Su estudio r iguroso sobre las bases orgánicas del comportamiento , su i n q u i e t u d por los vacíos de la investigación en las relaciones del sistema endocrino con los afectos, su interés por los fundamentos biológicos del aprendizaje. Su motivación por adentrarse en el enfoque gestáltico o por formarse en psicoanálisis didáctico, expresan la intensidad y seriedad en su búsqueda de lo aportat ivo. Más de 10 años de estudio intensivo y r iguroso con su g r u p o de trabajo - y de investigación auto-financiada - abarcando la perspectiva conductual , la cognit ivo-conductual , los fundamentos epistemológicos, cada paradigma del M o d e l o . Su permanente intercambio con destacados exponentes de los más diversos enfoques, fueron entrelazando una red de ayuda en ese proceso, que en algunos casos hoy lo es de cercana amistad. Así, el encantamiento surgía como respuesta novedosa al d u r o desencanto. Aparecen nuevas formulaciones: inercia afectiva, pr inc ipios de influencia, potenciación interaccional. . . . Se dis fruta del hallazgo del SELF en su potencia integradora, en su valor de unic idad , en su riqueza de or ig ina l idad . En tanto, en el afán de compart i r y confrontar con audacia, organiza, dir ige , asesora o. . . expone. Rara vez sólo asiste. Expone en Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 15 congresos, cátedras, coloquios, reuniones clínicas. Comparte con alumnos, psicólogos, psiquiatras, organizaciones nacionales e internacionales. Publica libros, artículos en revistas científicas. Memorable fue la manifestación de esta búsqueda integrativa, en la organización del magno Congreso Clínico t i tu lado "Integración en Psicoterapia". I n q u i e t u d , búsqueda, capacidad, tenacidad, creatividad. El autor tras la obra. U n a obra que podrá evaluar usted desde su perspectiva. Desde la mía, se trata de una propuesta sólida, motivante , creativa, trascendente. Capaz de estar a la altura de u n nombre que pone la vara m u y alta: "Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica". Suerte Roberto y . . . . u n abrazo. F E R N A N D O A L L I E N D E L U C O . Psicólogo, U n i v e r s i d a d Católica de C h i l e . I N S T I T U T O C H I L E N O DE PSICOTERAPIA I N T E G R A T I V A . Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 17 P R Ó L O G O Decía d o n Santiago Ramón y Cajal, allá por 1897, que "el excesivo cariño a la tradición, el obstinado empeño en fijar la Ciencia en las viejas fórmulas del pasado, cuando no denuncian invencible pereza mental, representan la bandera que cubre los intereses creados por el error". N a d a de esto hay en la obra de l Doctor Opazo. M u y al contrar io , se trata de u n texto que respira v i d a por todas y cada una de sus páginas, que recoge de la tradición solamente aquello que debe ser respetado y , aún esto, es anal izado y puesto en cuestión con c lar idad y valentía para rescatar lo útil y descartar lo obsoleto, s iguiendo la máxima de Poincaré que el autor cita con el énfasis que amerita ("La ciencia está hecha de hechos, así como una casa está hecha de ladr i l los . Pero u n montón de hechos no es ciencia, así como u n montón de ladr i l los no es una casa"). D u r a n t e los últ imos cincuenta años la psicoterapia enmarcada en el ámbito de la teorización y la práctica psicológicas, ha exper imentado u n avance espectacular. Los psicólogos psicoterapeutas no sólo h a n desarrol lado nuevos m o d o s de tratar con el s u f r i m i e n t o h u m a n o , sino que además h a n demostrado que esos modos son en muchas ocasiones más eficaces ( inc luyendo aquí la tan traída y l levada, aunque seguramente necesaria, ra t io costo/eficacia/eficiencia) que los desarrollados por otros profesionales de la sa lud menta l , que cuentan con muchos más medios y apoyos de todo t ipo (y, s ingularmente , apoyo económico) . Seguramente por este inus i tado éxito son muchos los que se sienten instalados cómodamente en una especie de " s e g u r i d a d " científica que les l ibera de plantearse nuevos retos, nuevas perspectivas, nuevos procederes. Y por descontado que n i se les ocurre d u d a r acerca de la b o n d a d e i d o n e i d a d de su actuación clínica. Sin embargo hay otros, ciertamente menos numerosos que los anteriores, que se plantean dudas sistemáticas acerca de lo que se está haciendo, lo que no sólo no i m p i d e n i paral iza su actuación clínica, sino, por el contrar io , la convierte en óptima. Roberto Opazo es d i g n o representante de este segundo g r u p o de terapeutas, los cuales, lejos de caer en la c o m o d i d a d de los tópicos b ien asentados, pero tópicos al cabo, buscan nuevos m o d o s de practicar la psicoterapia, que sean más eficaces que los ya conocidos. Y esto es, precisamente, lo que se encuentra a lo largo de todo el l ibro : la d u d a sistemática y razonada, la búsqueda de mejores respuestas a las viejas preguntas, el p lanteamiento de 18 Roberto Opazo preguntas nuevas, y la oferta de soluciones o vías de salida desde el r igor y la investigación propias . La honest idad y c lar idad con la que se real izan todas estas cosas es, a m i entender, otro de los méritos del l i b r o . Pero aún hay otro más que me gustaría resaltar: todas las af irmaciones se real izan de u n m o d o tentat ivo , lejos del d o g m a t i s m o que en muchas ocasiones impera en tal o cual "escuela" de Psicoterapia. Y lo que es mejor: se e jempl i f ican con casos reales, extraídos de la p r o p i a ac t iv idad profes ional de Roberto comopsicoterapeuta y de la de sus colegas del Cecidep y de l Ins t i tu to Chi leno de Psicoterapia Integrat iva (ICPSI); lo que, a su vez, muestra otro de los valores indudables del l i b r o y de su autor: la capacidad para trabajar en y con u n equipo, que es de donde salen las buenas ideas y los buenos profesionales. Se trata pues de u n l i b r o que, aunque como es lógico se halla en la línea de otras publicaciones previas del autor, representa a m i entender la culminación de una trayectoria profesional impecable y extremadamente lúcida. Su lenguaje, claro y directo, faci l i ta la comprensión de muchos conceptos psicológicos intr incados y complejos, lo que an ima al lector a seguir avanzando en la cada vez más compleja t rama del texto, que el autor suaviza y aclara con ejemplos de casos y problemas reales. En suma, u n texto ex t raordinar io que todos los que se interesan por la práctica de la psicoterapia y por cuáles son sus fundamentos científicos, deberían leer detenidamente . Yo lo he hecho y he a p r e n d i d o muchís imo con él. P R O F . D R A . A M P A R O B E L L O C H F U S T E R C A T E D R Á T I C A D E P S I C O P A T O L O G Í A U N I V E R S I D A D D E V A L E N C I A (ESPAÑA) Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 19 I N T R O D U C C I Ó N "Psicoterapia Integrat iva : Delimitación Clínica" , fue m i Tesis de Doctorado en la Facultad de Ciencias H u m a n a s de la U n i v e r s i d a d Nac iona l de San Luis , República A r g e n t i n a . M e permitió acceder al Título de Doctor en Psicología otorgado por esa prest igiada U n i v e r s i d a d . La evaluación y los comentarios recibidos en relación a m i Tesis, me alentaron a publ icar el presente l i b r o . Sin embargo, el paso de Tesis a l i b r o no ha resultado fácil. A u n q u e he respetado la estructura básica de la Tesis y he m a n t e n i d o las directrices centrales de mis planteamientos , conf igurar u n l i b r o a par t i r de ella me ha s ignif icado m o d i f i c a r formas y modal idades , agregar nuevas ejemplificaciones clínicas, a m p l i a r y re-actualizar la bibliografía, incorporar los que he d e n o m i n a d o "marcos motivacionales de apertura gestált ica", e incluso re-escribir por completo algunas secciones. El resultado de estos esfuerzos deberá ser evaluado por cada lector. Incluso los colegas que h a n tenido la enorme deferencia de comentar este l ibro , h a n tenido acceso a su versión o r i g i n a l como Tesis de Doctorado y no a ésta versión f i n a l . P h i l i p A n d e r s o n ha señalado que " e l agua es más que u n conjunto de partículas, que la biología es más que química aplicada y que la psicología es más que biología apl icada" . Blaise Pascal sostuvo que " e l hombre es in f in i tamente más que el h o m b r e " . A u n q u e la afirmación admite múltiples lecturas, todas se relacionan con la comple j idad del ser h u m a n o . Y pocos d o m i n i o s de l conocimiento h a n p e r m i t i d o palpar tan " i n v i v o " la c o m p l e j i d a d del ser h u m a n o , como lo ha v e n i d o haciendo la psicoterapia. La c o m p l e j i d a d del ser h u m a n o lo torna multifacético, inasible y poco predecible, p o r lo que a la psicoterapia le ha v e n i d o resul tando difícil el legi t imarse con prestancia como disc ipl ina . Precisamente el sentido de publ icar este l ibro , guarda estrecha relación con el p a n o r a m a que presenta la psicoterapia contemporánea, el cual muestra fortalezas y debil idades notables. A través de los ya 100 años de historia de la psicoterapia, el talento, la abnegación y la perseverancia de los psicoterapeutas, se ha manifestado de diferentes maneras. Entre otras, en la génesis de conceptos y de paradigmas, en el desarrollo de categorías y de ins t rumentos de diagnóstico, en la elaboración de eficentes técnicas de cambio de s íntomas específicos, en el desarrollo de diversas líneas de investigación. A la hora de los análisis críticos, no es posible 20 Roberto Opazo desmerecer el va lor de los esfuerzos desplegados a través de los años, por terapeutas de las más variadas orientaciones. Desafortunadamente , la creat iv idad ha excedido con creces a la r i g u r o s i d a d . Es así que el desorden, las discrepancias y las discusiones h a n v e n i d o p r e d o m i n a n d o en todos los aspectos de la psicoterapia. Tal vez esto pueda resultar esperable, en una disc ipl ina relacionada con la clínica, la filosofía, la ciencia y el arte; pero el tema se torna inevi tablemente problemático, cuando el desorden desborda t o d o límite y se evoluciona en una dirección entrópica. Es así que en los d o m i n i o s de la teoría, los desacuerdos comienzan p r o n t o , es decir al n i v e l de la p r o p i a teoría del conocimiento ; por lo tanto, la l i teratura psicoterapéutica suele ser escenario de fuertes discusiones epistemológicas. Y al n i v e l de las teorías clínicas específicas, las hipótesis explicativas t i enden a ser impactantes en su enunciación, pero laxas en su precisión e insuficientes en su verificación; por ende, en lugar de acumular conocimientos seleccionados, válidos y organizados, la psicoterapia se encuentra i n v o l u c r a d a en u n proceso i n d i s c r i m i n a d o de almacenaje s in f i n . En el ámbito más abstracto de los modelos teóricos y de los paradigmas causales, si b ien se h a n gestado paradigmas creativos y aportat ivos , u n problema central es que ha p r e d o m i n a d o marcadamente una tendencia al " r e d u c c i o n i s m o , " sea hacia lo s imple o b ien hacia lo complejo. A través de los años nos ha costado m u c h o el hacer co-existir interact ivamente a diversos paradigmas explicat ivos, y hemos t e n d i d o a sobredimensionar u n o , sea este el p a r a d i g m a cogni t ivo , o el inconsciente, o el sistémico o.... Y, en nuestro afán por explicar p r o n t o y por actuar p r o n t o , nos ha costado tolerar la i n c e r t i d u m b r e , nos ha costado esperar por mayores evidencias y nos ha costado decir n o sé. De este m o d o , hemos pre fer ido decir m u c h o a par t i r de poco, y no hemos logrado desarrollar una "macro- teor ía" , capaz de explicar sin s impl i f i car , el comple jo devenir de la dinámica psicológica. Aún cuando en el ámbito de la invest igac ión se h a n real izado grandes aportes, el grueso de los estudios adolece de sustanciales l imitaciones . C o n frecuencia, la l a x i t u d metodológica ha dejado ampl ios espacios para que operen en p l e n i t u d los sesgos ideológicos de l invest igador . U n prob lema central al respecto, es el hecho que el mejor predic tor del resultado que arrojará una investigación, es la orientación teórica del invest igador . Vía "allegiance effect", cada cual encuentra lo que quiere encontrar y demuestra lo que quiere demostrar . Es así que cada enfoque puede exhibir u n cúmulo de "evidencias" que respaldan sus postulados y estrategias clínicas, Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 21 "evidenc ias" que surgen preferentemente de l corazón y n o de la verificación. Tampoco en los d o m i n i o s de las estrategias clínicas el panorama es m u y alentador. N o obstante los b ien documentados méritos de diversas técnicas específicas, a la psicoterapia en general le resulta difícil superar al efecto placebo, lo cual n o habla b ien de l poder operat ivo de las estrategias clínicas en general. Por otra parte, u n p r o b l e m a central es que los enfoques t ienden a " e m p a t a r " al m o - mento de someter a ju ic io crítico sus resultados terapéuticos, lo cual no habla b ien de las teorías y estrategias específicas de cada enfoque. Y aunque este supuesto " e m p a t e " pueda ser cuestionable, lo que es claro es que ningún enfoque ha superado s ignif icat ivamente a los demás . Las consideraciones anteriores const i tuyen tan solo una muestra de la problemática existente,y en m o d o a lguno pre tenden ser exhaustivas. N o obstante esto, cada afirmación precedente está fuertemente avalada por las más serias evidencias disponibles . El solo hecho que en la actual idad co-existan más de 300 enfoques de psicoterapia, discrepantes entre sí, const i tuye una evidencia g lobal adic ional para la d irecc ional idad entrópica que he v e n i d o señalando. E n los hechos, la m u l t i p l i c i d a d de enfoques psicoterapéuticos conf igura u n p e r f i l m u y semejante al de las escuelas filosóficas, de las que la psicología quiso alejarse hace ya más de u n siglo. Este panorama o p e r f i l que presenta h o y en día la psicoterapia, genera nuevas discrepancias y t o d o t i p o de reacciones. Deja indiferentes a algunos y p r o f u n d a m e n t e preocupados a otros. Se hace difícil, s in embargo, encontrar terapeutas que se declaren satisfechos con el p a n o r a m a que presenta actualmente la psicoterapia. Es así que, 40 años después, aún resultan oportunas las palabras de M e e h l (1960), cuando planteaba que la psicoterapia es el arte de aplicar u n a ciencia que todavía n o existe. En el marco descrito, no p u e d e n sonar extrañas las palabras de Richard Cox en la Convención A n u a l de la A m e r i c a n Psychological Associat ion (1997): " C o m o profesión, la psicología clínica está sufr iendo una crisis de i d e n t i d a d " . Desde otro ángulo, en su reciente l i b r o "Desi lusiones de la Psicoterapia", Watters y Ofshe (1999) s intet izan las cosas en los siguientes términos: "Después de u n largo período de impres ionante crecimiento, la profesión de la sa lud menta l se está desplazando hacia u n c r u d o i n v i e r n o durante el cual muchos enfoques y practicantes actuales no sobrevivirán". Los autores agregan que, entre bambalinas, los psicoterapeutas reconocen que la profesión está inmersa en una p r o f u n d a crisis, a la base de la cual 22 Roberto Opazo estarían los desacuerdos múltiples, la falta de cohesión en el área y la falta de cohesión perc ibida por el público. Las propuestas de una Psicoterapia Integrat iva , por lo tanto, no solo i n v o l u c r a n la necesidad de hacerse cargo " e g o d i s t ó n i c a m e n t e " de este panorama; i n v o l u c r a n también la necesidad de aportar al menos algunas respuestas mejores que las ya existentes. Puesto que los enfoques no h a n resuelto nuestros problemas, muchos terapeutas h a n v e n i d o evoluc ionando hacia una especie de " n o enfoque" . Es así que se ha v e n i d o p r o d u c i e n d o una suerte de migración n a t u r a l desde el ant iguo " f a n a t i s m o " por u n enfoque, hacia los terr i tor ios ampl ios , l ibres y flexibles representados por la tendencia ecléctica. E n este marco n u e v o de tolerancia y apertura , se va lor iza el respeto por todas las opiniones y se l eg i t ima el que cada cual opere según su leal saber y entender. Sin embargo, la celebración de la nueva f l e x i b i l i d a d emergente suele d u r a r poco, ya que el eclecticismo pasa a aportar nuevo desorden al desorden. De este m o d o el eclecticismo —con su valioso aporte de respeto y tolerancia — trae consigo el riesgo de m u l t i p l i c a r el desorden pre-existente y de acentuar la d i recc ional idad entrópica pre-existente. C u a n d o los enfoques más " r e s t r i n g i d o s " parecen estar entrando en decadencia, y cuando la alternativa ecléctica i n v o l u c r a una mezcla de tolerancia deseable y de desorden adic ional , las preguntas pertinentes surgen espontáneamente: ¿es posible construir u n camino mejor? ¿ p o d e m o s ir más allá de u n mero eclecticismo? ¿es la integración u n camino mejor? La Psicoterapia Integrat iva puede ser considerada como una especie de síntesis entre la aproximación vía enfoque " t r a d i c i o n a l " y la aproximación ecléctica, en la m e d i d a que procura nutr i rse de lo mejor de cada una. La Psicoterapia Integrat iva toma de los enfoques la necesidad de d e l i m i t a r una teoría guiadora , aún cuando procura a m p l i a r y p r o f u n d i z a r la teoría. Y toma de l eclecticismo la necesidad de a m p l i a r horizontes , de aunar fuerzas de cambio y de cu l t ivar la tolerancia, aún cuando introduce estrictos criterios de selección del conocimiento y estrictos criterios para ir ordenándolo. Integrar es construir u n a t o t a l i d a d a p a r t i r de partes diferentes. C o m o lo ha señalado Millón (1999), la integración nos exige una teoría global izadora, la génesis conexa de una t o t a l i d a d . Y una Psicoterapia Integrat iva deberá ser consistente con esa teoría global izadora, la que a su vez pasará a ser guiadora . En suma, una Psicoterapia Integrat iva der iva de u n a teoría o m o d e l o integrat ivo . La pregunta de f o n d o para la Psicoterapia Integrat iva es qué de n u e v o y qué de mejor puede aportar. El desafío no consiste en evitar que sea u n enfoque, sino en evitar que pase a ser u n o más de los Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 23 cientos de enfoques que la historia de la psicoterapia ha vis to nacer, prometer , crecer y decaer. U n a Psicoterapia Integrat iva , para leg i t imar su existencia, debe aportar claras ventajas comparat ivas , tanto en relación a los enfoques " t radic ionales" como en relación al enfoque ecléctico. V i sua l izo al recién pasado siglo XX como el siglo de la c rea t iv idad y de la divergencia en psicoterapia. Es así que, no obstante sus múltiples contribuciones, el siglo XX nos está legando una gestalt demasiado abierta: la falta de una g r a n síntesis de lo mejor de las teorías propuestas y de lo mejor de las estrategias aplicadas. Sin esa gran síntesis, los esfuerzos del siglo XX amenazan con d i lu i rse en u n proceso de atomización s in límite, conducente a su vez a u n desprestigio s in límite. El proceso pendiente de decantación y de síntesis será tarea de muchos . Pendiente está la búsqueda de convergencias, en torno al conocimiento mejor, organizado de la mejor manera. Deseo concebir al emergente siglo X X I como el siglo de la delimitación y del perfeccionamiento de una Psicoterapia Integrat iva , construida sobre la base de aprender de nuestra historia . En relación a esa exigencia de los t iempos , válida para los psicoterapeutas, este l i b r o pretende const i tuir algún aporte. En este l ibro , el lector encontrará u n M o d e l o Integrat ivo , propuesto como una teoría/práctica a par t i r de la cual se d e l i m i t a cl ínicamente u n a Psicoterapia Integrat iva . Encontrará además una a m p l i a ejemplificación clínica de la Psicoterapia Integrat iva y una ac t i tud que procura a la vez ser f lexible y r igurosa . El lector podrá coincidir c o n m i g o o b ien discrepar. Sería absurdo pretender que — en m e d i o de l descrito panorama de discrepancias múltiples — nuestras propuestas emergieran generando una convergencia y u n consenso universales. Por lo tanto, u n objet ivo más "real is ta" es querer aportar una opción diferente y f u n d a m e n t a d a . "Provocar " en el b u e n sentido del término, e i n v i t a r dec id idamente a quienes deseen transitar con nosotros como compañeros de ruta . Lo que sí pasa a const i tuir una expectativa legítima, es que quienes transitemos juntos por esta ruta , podamos llegar más lejos. El esfuerzo que hay tras este l i b r o no es escaso. Largos años de estudio e investigación. Muchas horas de práctica clínica. M u c h o t i empo de trabajo en equipo. A través de esos años, ta l vez la m a y o r ventaja comparat iva que hemos v e n i d o a d q u i r i e n d o , tenga relación con el i r alcanzando u n nuevo " p u n t o ax ia l " , como lo l lamaba Jaspers. U n p u n t o desde el cual no hay favor i t i smos por u n p a r a d i g m a determinado ; u n p u n t o desde el cual se p r i v i l e g i a la 24 Roberto Opazo cal idad del conocimiento y losaportes válidos a los pacientes, cualquiera sea el or igen de ambos. Este l i b r o debe m u c h o a quienes h a n sido mis compañeros de r u t a a través de los años; para todos ellos vaya m i reconocimiento y m i g r a t i t u d . También vaya m i g r a t i t u d para tantos a lumnos que, a través del t i e m p o , me h a n enriquecido con su apoyo, su crítica, sus inquietudes y su talento. Y para quienes son mis compañeros en el Ins t i tu to Chi leno de Psicoterapia Integrat iva , u n agradecimiento grande, l leno de cariño, l leno de f u t u r o . Deseo f ina lmente personalizar mis agradecimientos en dos psicólogas lat inoamericanas de excepción, de A r g e n t i n a la una, de Chi le la otra. A Clar ibel Morales de Barbenza, de A r g e n t i n a , Directora de m i Tesis de Doctorado en la U n i v e r s i d a d Nac iona l de San Luis , m i agradecimiento más sentido; por su valioso aporte profesional , p o r su respaldo permanente a m i trayectoria como psicólogo, y por su amis tad inavaluable . Los notables aportes de Verónica Bagladi Letelier, de l Ins t i tu to Chi leno de Psicoterapia Integrat iva , tiñen en toda su extensión las páginas de este l ibro . Su reconocida capacidad profesional se ha expresado en comentarios críticos m u y " a d hoc" , en acertadas sugerencias, y en u n estímulo personal permanente. Los aportes de Verónica se agradecen desde cada una de las páginas de "Psicoterapia Integrat iva : Delimitación Clínica" . Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 25 P A R T E I Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 25 P A R T E I Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 27 P A R T E I P S I C O T E R A P I A I N T E G R A T I V A : F u n d a m e n t o s C o n c e p t u a l e s . 1.- E L M O V I M I E N T O H A C I A L A I N T E G R A C I Ó N : U N A R E S E Ñ A H I S T Ó R I C A . Valorar el enfoque ecléctico es valorar una actitud de apertura flexible, de respeto sin dogmatismos. El movimiento hacia la integración, sin embargo, involucra exigencias adicionales. Como es sabido, la teoría dialéctica propuesta por Hegel (1770- 1831) postula que la dinámica histórica evoluciona desde una tesis a una antítesis, para decantar finalmente en una síntesis. Una interpretación dialéctica del devenir histórico de la psicoterapia, permite delimitar como tesis el período de las escuelas o enfoques "estrechos" excluyentes y más bien rígidos. La antítesis estaría representada por la evolución hacia un eclecticismo "amplio", abierto y flexible. El movimiento hacia la integración en psicoterapia constituiría el paso siguiente, es decir la síntesis . En la práctica, eclecticismo e integración han evolucionado muy de la mano."Debería ser destacado, sin embargo, que gran parte de lo que milita bajo la bandera ecléctica suena como el discurso de un santurrón: un deseo de agradar a todos y de decir que todo el mundo está en lo cierto. Estas etiquetas se han convertido en murmullos intrascendentes, filosofías con las que las personas de mente abierta desearían aliarse. Pero la "psicoterapia integrativa" debería significar más que esto. Esfuerzos de este tipo, meritorios en diversos aspectos, representan más bien el trabajo de pacifistas, no el de innovadores y no el de integracionistas de la psicoterapia. La integración es ecléctica, por supuesto, pero es algo más. Es sintetizada a partir de una teoría de fondo cuya orientación y utilidad general deriva de la conocida máxima: "el todo es mayor que las suma de sus partes." (Millón, 1990 p . 164). Las palabras de Millón, en relación al eclecticismo, no solo suenan fuerte sino también, en m i opinión, resul tan bastante injustas. E l eclecticismo const i tuye una respuesta comprensible a l panorama existente, const i tuye una etapa previa a la integración, ta l vez 28 Roberto Opazo necesaria para muchos . Más aún, muchos no t ienen m u y claro las diferencias entre eclecticismo e integración, e incluso muchos eclécticos desean ser integrat ivos y no saben cómo. Procurar hacer u n a "reseña histórica" de algo, exige per f i lar con a lguna c la r idad de qué se trata ese " a l g o " . Es así que el conceptualizar " integrac ión" , const i tuye una especie de pre-requis i to para poder reseñar el cómo ha v e n i d o evoluc ionando el m o v i m i e n t o hacia la integración en la psicoterapia. Concuerdo con Millón en que la integración es ecléctica - en el sentido que i n v o l u c r a f l e x i b i l i d a d y apertura - y en que i m p l i c a también algo más. Integrar i n v o l u c r a construir una t o t a l i d a d a p a r t i r de partes diferentes (Opazo, 1992). Integrar i n v o l u c r a encontrar respuestas articuladas a conjuntos que son diversos y complejos (Fernández-Alvarez, 1996). Integrar i m p l i c a la coordinación de las actividades de las diferentes partes, para alcanzar u n f u n c i o n a m i e n t o armonioso. Integrar i n v o l u c r a la génesis conexa de una t o t a l i d a d . I m p l i c a u n a " a p e r t u r a ecléctica", en el sentido de favorecer el escuchar, el recoger hipótesis, el alejarse de dogmas. Pero exige u n paso adic ional : u n decantar, seleccionar, evaluar, sintetizar. . . .y u n f o r m a r u n a t o t a l i d a d coherente con lo v a l i d a d o . E n u n sentido r iguroso , la integración exige una teoría integrat iva , u n Modelo Integrativo. En las propias palabras de Millón y Davis (1999) : " A diferencia de l eclecticismo, la integración insiste en la primacía de u n a Gestalt que dá coherencia, proporc iona u n esquema interact ivo y crea u n o r d e n orgánico entre las diferentes unidades o elementos" (p. 188). Teniendo como referente el marco conceptual antes señalado, me aventuraré a adentrarme en esta breve reseña histórica acerca de cómo se ha v e n i d o evoluc ionando hacia la integración. En el ámbito de la Psicoterapia, durante los últ imos cien años se h a n hecho muchas cosas; algunos aportes h a n sido m u y valiosos, otros muchos h a n s ignif icado poco. Recordando lo que decía Ebbinghaus (1913) para la psicología, es posible señalar que la Psicoterapia ha tenido u n largo pasado, pero una corta historia . Es en ese contexto que se ha v e n i d o generando el m o v i m i e n t o hacia la Integración en Psicoterapia. E n la evolución del m o v i m i e n t o hacia la Integración en Psicoterapia, es posible enfatizar hitos, precisar circunstancias favorecedoras, d i s t i n g u i r etapas y reconocer aportes relevantes. E n las líneas siguientes haré una breve reseña de estos aspectos. Hacia mediados de la década de los 80, se formó la Society for the E x p l o r a t i o n of Psychotherapy In tegra t ion (S.E.P.I.), la cual celebró su p r i m e r a reunión anual en A n n a p o l i s , U.S.A. Recogiendo sus postulados esenciales, puede decirse que S.E.P.I. es una organización Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 29 in terd isc ip l inar ia de profesionales, interesada en enfoques de la psicoterapia que no estén l i m i t a d o s a una orientación; los objetivos p r i m a r i o s de S.E.PJ. son alentar la comunicación y servir como g r u p o de referencia para i n d i v i d u o s interesados en explorar la interfase entre diferentes enfoques de la psicoterapia. Desde m i perspectiva, la creación de SEPI const i tuye una respuesta ante las múltiples l imitaciones y di f icul tades que ha v e n i d o most rando la evolución de la psicoterapia. Entre los factores favorecedores del m o v i m i e n t o hacia la integración en psicoterapia, se menciona frecuentemente, en p r i m e r término, la necesidad de otorgarle u n i d a d a u n campo que ha v e n i d o exper imentando una enorme diversificación. Puesto que el exceso de enfoques (Karasú, 1986) amenaza con una evolución entrópica de la psicoterapia, la necesidad de síntesis pasa a const i tuir u n i m p e r a t i v o de los t iempos . SEPI aporta la o po r t u n i d a d de buscar esa síntesis. U n segundo factor favorecedor de l m o v i m i e n t o hacia la integración en psicoterapia, surge de la insatisfacción con las teorías psicoterapéut icas . Es así que Bergin y Gar f i e ld (1994) sostienen que falta u n a buena teoría y que la caida de las teorías antiguas no ha sido reemplazada por otras mejores. U n tercer factor favorecedor del m o v i m i e n t o hacia la integración en psicoterapia lo const i tuye la insatisfacción con los resul tados de los procesos terapéuticos . Exceptuando algunas técnicas específicas, la psicoterapia en general muestra di f icul tades para p r o m o v e r cambios s ignif icat ivos en los pacientes, incluso para superar al efecto placebo (Prioleau, M u r d o c k y Brody, 1980; A r k o w i t z , 1992). U n cuarto factor favorecedor del m o v i m i e n t o hacia la integración en psicoterapia lo const i tuye la "tendencia al empate" entre los enfoques. Ya en 1975 L u b o r s k y , Singer y L u b o r s k y pos tu laron el así l l a m a d o veredicto del pájaro d o d o — " todos h a n ganado y todos merecen p r e m i o s " — extraído de u n pasaje de A l i c i a en el País de las Marav i l l as . La idea central es que ningún enfoque se ha mostrado s ignif icat ivamente superior a los otros: "Existe poca evidencia para sugerir la s u p e r i o r i d a d de una escuela sobre o t r a " (Lambert , 1992, p . 103). Recientemente L u b o r s k y (1996) ha rat i f icado que, veinte años después, sigue aún más convencido de la va l idez de l "veredic to de l d o d o " , lo cual llevaría a concluir que los planteamientos teórico/clínicos específicos de cada enfoque apor tan poco al proceso de cambio en psicoterapia. Incluso en la eventua l idad que el supuesto " e m p a t e " no fuera tan efectivo, la mera discusión de su p o s i b i l i d a d resulta más que sugerente. 30 Roberto Opazo U n q u i n t o factor favorecedor del m o v i m i e n t o hacia la integración en psicoterapia, se relaciona con una especie de eclecticismo espontáneo (Fernández-Alvarez, 1996) que se ha v e n i d o desarrol lando entre los psicoterapeutas. En m e d i o de tanta discusión teórica y clínica poco conducente, muchos terapeutas h a n optado por p r i v i l e g i a r a los pacientes, en el sentido de procurar u t i l i zar toda estrategia clínica aportat iva , "venga de donde venga" . Es así que en los Estados U n i d o s alrededor del 60% de los psicoterapeutas se def inen como eclécticos (Norcross, 1988; Jensen, Bergin y Greaves 1990). Incluso alrededor del 65% de los terapeutas no eclécticos usan técnicas provenientes de otros enfoques (Watkins , 1986). Esto abre la p o s i b i l i d a d de ir in tegrando teorías y técnicas en u n marco conceptual más a m p l i o : "Deber íamos abrirnos a la p o s i b i l i d a d de que nuestras áreas de d e b i l i d a d p u d i e r a n ser complementadas por u n área de fortaleza proveniente de otra orientación" ( G o l d f r i e d , 1982, p . 587). U n sexto factor favorecedor de l m o v i m i e n t o hacia la integración en psicoterapia surge de la exigencia social de mostrar eficiencia (Constant in , 1984). D a d o el alto costo económico que i n v o l u c r a u n proceso de psicoterapia, las instituciones de salud h a n comenzado a cuestionar el sentido de f inanciar procesos largos, costosos y de u t i l i d a d discut ible . En general " l a sociedad en su t o t a l i d a d ha comenzado a reclamar resultados y a exigir mejorar la r e n t a b i l i d a d de las prestaciones" (Fernández-Alvarez, 1996, p . 2). El lo t iende a faci l i tar la integración en la m e d i d a que los clínicos se v e n forzados a pesquisar fuerzas de cambio útiles, cualquiera sea la cuna o r i g i n a l de éstas. F inalmente u n séptimo factor favorecedor de l m o v i m i e n t o hacia la integración en psicoterapia, se relaciona con una actitud menos dogmática de los psicoterapeutas. En la m e d i d a que las actitudes exitistas y / o prepotentes de cada enfoque no se h a n vis to respaldadas al m o m e n t o de evaluar los resultados clínicos, el d o g m a t i s m o in ic ia l ha v e n i d o bajando de tono. Podría decirse que el i m p a c t o con la rea l idad se ha t r a d u c i d o en una m a y o r modest ia en las afirmaciones y en u n a m a y o r apertura en los ámbitos teóricos y estratégicos: " L a últ ima década en part icular ha sido testigo de intentos de acercamiento y de la declinación de la guerra fría ideológica" (Beitman, G o l d f r i e d y Norcross, 1989, p . 138). Esta ac t i tud de m a y o r apertura resulta esencial para pos ib i l i tar la integración en psicoterapia. E n términos generales, diría que la resistencia a la integración se fortalece cuando u n clínico está convencido de que su enfoque func iona bien, que su teoría permi te una adecuada comprensión y que sus estrategias terapéuticas son potentes en términos de cambio. Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 31 Puesto que práct icamente todas las líneas de evidencia a p u n t a n en la dirección opuesta, ta l postura se viene haciendo cada vez más insostenible. A contrar io sensu, la apertura hacia la integración se const i tuye cada vez más en u n a especie de " i m p e r a t i v o de los t i e m p o s " . Así lo h a n v e n i d o entendiendo u n creciente número de psicoterapeutas que, desde hace ya algún t i e m p o , h a n aportado su pensamiento, su trabajo clínico y su investigación, en la línea de fortalecer la integración en psicoterapia. Tempranamente French (1933) publicó "Interrelaciones entre el psicoanálisis y el trabajo exper imental de P a v l o v " . Ya en 1936, Rosenzweig describía los factores comunes entre las psicoterapias. Posteriormente D o l l a r d y M i l l e r (1950) p r o p u s i e r o n opciones integrat ivas en "Personal idad y Psicoterapia", en par t icular in tentando t raduc i r los conceptos psicoanalíticos al lenguaje de las teorías de l aprendizaje. E n la época de los 60 Jerome Frank explícito de u n a espléndida manera los posibles aspectos comunes a los diferentes enfoques terapéuticos en su l i b r o "Persuasión a n d H e a l i n g " . Lazarus (1967) aportó su "eclecticismo técnico" , el cual fue contextual izado en el marco de su enfoque m u l t i m o d a l . En 1977, Paul Wachte l propuso caminos de integración entre el psicoanálisis y la terapia conductua l , propuesta que enriqueció en 1987 en su l i b r o " A c t i o n a n d I n s i g h t " . Hacia 1980 Bandura propone su modelo de l d e t e r m i n i s m o recíproco, el cual i n v o l u c r a una integración de las variables ambientales, cognit ivas y conductuales. Por su parte G o l d f r i e d (1980), ha c o n t r i b u i d o de una manera m u y sustancial a activar el m o v i m i e n t o hacia la integración. E n 1986, Beutler p r o p o n e la "psicoterapia ecléctica s istemática" , la cual procura i r o rdenando la aproximación meramente ecléctica. E n 1986 Prochaska y DiClemente p r o p o n e n u n m o d e l o comprens ivo del cambio terapéutico, a través de su "enfoque transteórico" ; estos aportes t ienen el mérito de buscar la integración en niveles m á s abstractos, no ya en los ámbitos meramente técnicos. Y más recientemente Millón (1988; 2000), ha propuesto i r gestando la integración en t o r n o a lo que él d e n o m i n a psicosinergia; los aportes de Millón destacan por su ca l idad, en par t icular en el ámbito de los trastornos de la personal idad. Es u n hecho entonces, que la integración se ha v e n i d o buscando en niveles más concretos (técnicos), en niveles más abstractos (conceptuales, modelos teóricos), en el ámbito de los "factores comunes" a los enfoques, y en terr i tor ios más intermedios . La p r e g u n t a de f o n d o — cuya respuesta permanece pendiente — se Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 31 Puesto que prácticamente todas las líneas de evidencia a p un t a n en la dirección opuesta, ta l postura se viene haciendo cada vez más insostenible. A contrar io sensu, la apertura hacia la integración se const i tuye cada vez más en u n a especie de " i m p e r a t i v o de los t i e m p o s " . Así lo h a n v e n i d o entendiendo u n creciente número de psicoterapeutas que, desde hace ya algún t i e m p o , h a n aportado su pensamiento, su trabajo clínico y su investigación, en la línea de fortalecer la integración en psicoterapia. Tempranamente French (1933) publicó "Interrelaciones entre el psicoanálisis y el trabajo exper imental de P a v l o v " . Ya en 1936, Rosenzweig describía los factores comunes entre las psicoterapias. Posteriormente D o l l a r d y M i l l e r (1950) p r o p u s i e r o n opciones integrat ivas en "Personal idad y Psicoterapia", en par t icular in tentando t r a d u c i r los conceptos psicoanalíticos al lenguaje de las teorías del aprendizaje. E n la época de los 60 Jerome Frank explícito de una espléndida manera los posibles aspectos comunes a los diferentes enfoques terapéuticos en su l i b r o "Persuasión a n d H e a l i n g " . Lazarus (1967) aportó su "eclecticismo técnico" , el cual fue contextual izado en el marco de su enfoque m u l t i m o d a l . En 1977, Paul Wachte l p r o p u s o caminos de integración entre el psicoanálisis y la terapia conductua l , propuesta que enriqueció en 1987 en su l i b r o " A c t i o n a n d I n s i g h t " . Hacia 1980 Bandura propone su m o d e l o del d e t e r m i n i s m o recíproco, el cual i n v o l u c r a u n a integración de las variables ambientales, cognit ivas y conductuales. Por su parte G o l d f r i e d (1980), ha c o n t r i b u i d o de una manera m u y sustancial a activar el m o v i m i e n t o hacia la integración. E n 1986, Beutler propone la "psicoterapia ecléctica s istemática" , la cual procura ir o rdenando la aproximación meramente ecléctica. E n 1986 Prochaska y DiClemente p r o p o n e n u n m o d e l o comprens ivo de l cambio terapéutico, a través de su "enfoque transteórico" ; estos aportes t ienen el mérito de buscar la integración en niveles m á s abstractos, n o ya en los ámbitos meramente técnicos. Y más recientemente Millón (1988; 2000), ha propuesto i r gestando la integración en t o r n o a lo que él d e n o m i n a psicosinergia; los aportes de Millón destacan por su cal idad, en par t icular en el ámbito de los trastornos de la personal idad. Es u n hecho entonces, que la integración se ha v e n i d o buscando en niveles más concretos (técnicos), en niveles más abstractos (conceptuales, modelos teóricos), en el ámbito de los "factores comunes" a los enfoques, y en terr i tor ios más in termedios . La pregunta de f o n d o — cuya respuesta permanece pendiente — se 32 Roberto Opazo refiere a cual de estos niveles const i tuye u n ter r i tor io más apto para procurar la integración. E n el ámbito de las publicaciones integrativas relevantes, el " Journal of Psychotherapy I n t e g r a t i o n " se editó por p r i m e r a vez en 1991. En 1992 Norcross y G o l d f r i e d p u b l i c a n el " M a n u a l de Integración en Psicoterapia" y en 1993 Stricker y G o l d p u b l i c a n el " M a n u a l C o m p r e n s i v o de Integración en Psicoterapia". A n i v e l del m o v i m i e n t o integrat ivo en América Lat ina , Héctor Fernández-Alvarez, de la República A r g e n t i n a , puede ser señalado como u n o de los pioneros del m o v i m i e n t o de Integración; en 1992 publ ica su l i b r o "Fundamentos de u n M o d e l o Integrat ivo en Psicoterapia". E n 1992, el Centro de Estudios H u m a n o s , AIGLÉ, realiza en Buenos Aires sus Jornadas "Confluencias y Contrastes" con u n marcado acento integrat ivo . El Centro Científico de Desarrol lo Psicológico de Chi le , presentó tempranamente su M o d e l o Integrat ivo en W a s h i n g t o n D.C. (1983), realizó u n a m p l i o Congreso sobre Integración (1991) y publicó su l i b r o " Integración en Psicoterapia" en 1992. Roberto Opazo publ ica "Fuerzas de C a m b i o en Psicoterapia: u n M o d e l o I n t e g r a t i v o " (1992) y en 1997 este m i s m o autor publ ica " I n the Hurr icane ' s Eye: a Supraparadigmat ic Integrat ive M o d e l " , en el Journal of Psychotherapy Integrat ion , de SEPI. Desde 1994 AIGLÉ de A r g e n t i n a y CECIDEP de Chile , c o n f l u y e n en la docencia de u n Programa de Maestría en la U n i v e r s i d a d N a c i o n a l de San Luis y c o o r d i n a n esfuerzos integrat ivos a través de SEPI y a través de los programas de Postítulo que desarrol lan ambas insti tuciones. Diversos psicólogos y psiquiatras h a n v e n i d o c o n t r i b u y e n d o sustancialmente al desarrol lo del m o v i m i e n t o in tegra t ivo en América Lat ina . Es el caso de la psicóloga Beatriz G ó m e z , de l ps iquiatra Herber t Chappa y de la psicóloga Clar ibel Morales de Barbenza, todos de la República A r g e n t i n a . También amer i tan reconocimiento el psicólogo B e m a r d Rangé, de Brasil , y la ps iquiatra Raquel Z a m o r a , del U r u g u a y . Y, en Chi le , de part icular relevancia h a n sido los aportes de los psicólogos A n a María Marche t t i , Eugenio Suárez, Fernando A l l i e n d e y Verónica Bagladi , y de los psiquiatras H u m b e r t o Guajardo y X imena Rojas. Ser " o b j e t i v o " en la narrat iva histórica no es tarea fácil. Esto lo sintetiza m u y bien u n p r o v e r b i o africano: "Has ta que los leones no tengan sus propios historiadores, todas las historias de cacerías glorificarán al cazador" . Es así que, en esta breve "reseña histórica" , me v o y a p e r m i t i r u n alcance que const i tuye u n gesto de inmodest ia profes ional , a la vez que de o r g u l l o ins t i tuc ional . En A b r i l de l año Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 33 2000, en u n acto p o s t u m o que engrandece su existencia, e l Centro Científico de Desarrol lo Psicológico (CECIDEP), de Santiago de Chile , graduó la que — en c o n f o r m i d a d con la información disponib le — const i tuye la p r i m e r a promoción en el m u n d o de Psicoterapeutas Integrat ivos con reconocimiento of ic ial , tanto profes ional como univers i tar io . A la hora de decantar y de evaluar retrospectivamente la evolución de l m o v i m i e n t o hacia la integración en psicoterapia, es necesario señalar que el camino in tegrat ivo recién se inic ia . La evolución hacia la integración ha i n v o l u c r a d o u n a m p l i o p r i m e r paso hacia el eclecticismo y u n comparat ivamente menor paso hacia la integración. M u c h o s clínicos desean la integración, pero pocos saben en qué consiste y cómo buscarla. Si hemos de poner las cosas en u n lenguaje directo, habría que señalar que nuestros "héroes in tegra t ivos" suelen ser m u y bri l lantes, y suelen ser par t i cularmente valiosos como personas, pero — y que no nos escuche Millón — la mayoría de ellos más que integrat ivos son ecléct icos . Si b ien la integración está en marcha, queda u n b u e n camino por recorrer. Ya en 1966 W o l f e señalaba que " l a integración de la teoría de l aprendizaje con el psicoanálisis es inevitable antes o después, s in embargo algunos o muchos de nosotros podemos resistirnos a ello apasionadamente" (p. 535). Treinta y cinco años después, las resistencias comienzan a amainar y los deseos de integración se empiezan a incrementar. La necesidad de buscar la integración se empieza a tornar insoslayable y la o p o r t u n i d a d social para " b i e n v e n i r " la integración se vue lve cada vez más palpable. Se ha dicho que " N a d a es más fuerte que una idea a la cual le ha l legado su h o r a " . Ta l vez nuestro desafío hoy , como psicoterapeutas, consista en no malgastar esa hora . 34 Roberto Opazo 2.- U N A E N C R U C I J A D A I N T E G R A T I V A : ¿ A Q U É N I V E L B U S C A R L A I N T E G R A C I Ó N ? El buencomprender facilita el buen hacer, el conocimiento científico facilita el desarrollo tecnológico. "Nada es tan práctico como una buena teoría" decía KurtLewin (1936). El camino opuesto, sin embargo, se transita con mayor dificultad: el buen hacer no garantiza el comprender. "Uno de los grandes proyectos del pensamiento occidental ha sido entender la naturaleza: No debe confundirse con la idea de controlar la naturaleza. "Ciego sería el amo que creyera entender a sus esclavos porque obedecen sus órdenes. " Prigogine (1996). Veíamos que algunos clínicos han v e n i d o buscando la integración en el ámbito de l buen hacer, es decir en el ámbito de las técnicas y de las estrategias de cambio (ej. eclecticismo técnico). H e m o s vis to también que otros la h a n v e n i d o buscando en el ámbito de la comprensión, a través de una macro-teoría uni f i cadora y a m p l i a (ej. enfoque transteórico). Es así que, enfrentados a ésta verdadera "encrucijada integrat iva" , es necesario que nos hagamos cargo de las siguientes interrogantes: ¿A qué n i v e l buscar la integración? ¿Es necesario optar? Si asumimos que la integración se puede buscar en el ámbito de la investigación, en el ámbito del b u e n hacer (n ive l de las técnicas), o en el ámbito de l comprender , lo p r i m e r o que se nos presenta es u n a pésima interacción entre éstos ámbitos. Es u n hecho ampl iamente reconocido, que los datos de la investigación, las teorías y la práctica psicoterapéutica, no han v e n i d o interactuando bien. Desde una perspectiva func iona l , el ideal es que los datos de la investigación aporten materia p r i m a que sirva de base para i r generando adecuadas teorías y para i r me jorando las estrategias clínicas. A su vez las teorías, configuradas sobre estas bases, servirían como guía de la f u t u r a investigación y contribuirían a i r generando nuevas estrategias clínicas. Por su parte, la práctica clínica iría apor tando elementos para generar nuevas hipótesis, y para ir ver i f i cando o rechazando las hipótesis ya gestadas. Idealmente entonces, los tres estamentos interactuarían pos i t ivamente de u n m o d o recíprocamente enriquecedor. Desafortunadamente, nada de Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 35 esto es lo que ha v e n i d o ocurr iendo y el c i rculo v i r t u o s o , recién descrito, se encuentra a la espera de ser creado. E n los hechos, lo que t iende a p r e d o m i n a r es la desconfianza, la incomunicación e incluso la descalificación recíproca, entre los tres niveles o instancias que hemos expl ic i tado. Hace m u c h o que los estudiosos del tema vienen denunciando la existencia de u n verdadero "gap" entre investigación, teoría y práctica clínica: " A u n q u e es fuente de frecuentes lamentos, el gap entre los investigadores de la psicoterapia y los clínicos resiste los intentos de acercamiento y amenaza con empeorar" (Talley et. al , 1994, p . l ) . El prob lema reconoce diversas etiologías. Por una parte, los datos de la invest igac ión h a n t e n d i d o a ser laxos, equívocos, contradictor ios . E l clínico que desee nutr i rse desde la investigación, encuentra "evidencia" a favor de c u a l q u i e r h ipótes is , incluso a favor de hipótesis contradictorias entre sí. En los hechos, a los investigadores les ha resultado difícil cu l t ivar la precisión y el r igor metodológicos; en esto t iende a i n f l u i r sustancialmente el hecho que muchos clínicos son a su vez investigadores, careciendo de la formación necesaria y — sobretodo — de la ac t i tud científica necesaria. En general, en la investigación se ha p r i v i l e g i a d o el demostrar lo que se quiere demostrar , con el consiguiente daño para el conocimiento . " E l conocimiento a través de una investigación r igurosa , exige la suspensión de l i n v o l u c r a m i e n t o emocional en el resultado de las hipótesis, y exige la v o l u n t a d de ser conduc ido p o r los resultados generados p o r los datos" (Soldz y M c C u l l o u g h , 2000, p . 4). La rea l idad es que a muchos investigadores les ha resultado difícil el d o m i n a r sus propias emociones, y h a n t e n d i d o a recoger datos sesgados p o r sus propias motivaciones teóricas y clínicas. E n términos generales, la investigación t iende a ser más valorada en las palabras que en los hechos. Es justo señalar entonces, que el a veces largo y tedioso proceso de recolección de datos, es poco reconocido en u n n i v e l efectivo. Es así que los investigadores t i enden a quejarse p o r el hecho que los teóricos n o estén interesados en usar la investigación para m o d i f i c a r sus teorías; tampoco los clínicos se muestran m u y abiertos a recoger la investigación para enriquecer sus estrategias. Esto se debería, en parte, a la pobre ca l idad de la investigación; pero además — y de u n m o d o m u y sustancial -- a la falta de vocación científica de teóricos y clínicos. Los investigadores suelen reclamar también por el carácter genérico, a m b i g u o e impreciso, que t ienen las hipótesis f o r m u l a d a s por los psicoterapeutas; muchas de estas hipótesis son laxas y no falseables, aceptables para algunos clínicos pero s in m a y o r va lor científico. " Igualmente frustrante para el invest igador , es la 36 Roberto Opazo m e n t a l i d a d de "l lanero sol i tar io" de algunos clínicos, quienes confían exclusivamente en su sabiduría clínica, una aproximación completamente i n t u i t i v a que no es i n f o r m a d a n i por la investigación n i por la teoría" (Anderson , 2000, p . 85). E n el ámbito de la teoría, las cosas no parecen presentar i n p e r f i l m á s saludable. Supuestamente, investigación y teoría c o n f i g u r a n el conocimiento científico, el cual a su vez debería ser capaz de enmarcar la práctica clínica. "Es m i convicción que la ciencia es la p l a t a f o r m a sobre la cual descansa la práctica y la mejor amiga que la práctica tiene. En esta encrucijada crítica, la ciencia puede llegar a ser la más s ignif icat iva aliada de la práctica" (Seligman, 1996, p . 1078). Y la ciencia evoluciona desde variables más puntuales hacia hipótesis, leyes y teorías más amplias , capaces a su vez de orientar la nueva praxis . La teoría, por lo tanto, puede ser descrita como u n g r u p o de leyes conectadas y sistematizadas; i m p l i c a u n conjunto de conceptos, definiciones y proposiciones relacionados entre sí y que p e r m i t e n la explicación y la predicción de los fenómenos. Las teorías son esenciales para la ciencia y const i tuyen una integración de hipótesis y leyes, en redes sistemáticas que tratan de describir y de predecir formas m á s amplias de eventos. Por lo tanto, el va lor de u n a teoría depende de su poder predic t ivo , de su aporte en términos de estrategias de cambio y de su aporte a la identificación de los mecanismos intervinientes a través de los cuales se p r o d u c e n los cambios (Bandura, 1986). U n a teoría puede ser más s imple o más compleja , más genérica o más cercana a los hechos puntuales . U n a buena teoría tiene valor heurístico, lo cual i m p l i c a que orienta la solución de problemas y fomenta la c reat iv idad. En el ámbito de la psicoterapia, una buena teoría es capaz de guiar la investigación y de c o n t r i b u i r a enriquecer la práctica clínica. En última instancia, una teoría guiadora pasa a regular a las otras instancias, en la m e d i d a que i m p o n e sus términos sobre la investigación y sobre la práctica cl ínica. . . . aunque se mant iene permanentemente permeable a ser m o d i f i c a d a por éstas. U n hecho — más lamentable que sorprendente — es el que las cosas n o h a n marchado b ien en el ámbito de la teorías. Es así que muchas teorías derivan simplemente de intuiciones clínicas, fundamentadas en pocos casos clínicos; y muchos clínicos carecen de vocación para i r ver i f i cando sus hipótesis. Es así que muchashipótesis se d a n por verif icadas per sé, y su valoración depende más de lo carismático de su enunciación que del r igor de su verificación. A d i c i o n a l m e n t e , los clínicos t i enden a generar teorías "reduccionistas", ta l vez en u n afán desesperado por encontrar u n a Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 37 explicación rápida y clara para guiar el quehacer práctico. T o d o esto ha conspirado contra la elaboración de mejores teorías. Y cuando los clínicos h a n quer ido recurr i r a los datos de la investigación para conf igurar sus hipótesis, se h a n encontrado con la d i f i c u l t a d que i n v o l u c r a el querer gestar buenas teorías a p a r t i r de datos poco confiables y contradictorios , consecuencia de investigaciones m a l realizadas. ¡Óptimo!. N o resulta extraño entonces que muchos clínicos se estén desentendiendo de las teorías, que incluso las descal i f iquen y que el eclecticismo se esté expandiendo con una fuerza creciente. E n u n t e m p r a n o estudio real izado por M a h o n e y (1974), encontró que en una escala de 1 a 7, los terapeutas en p r o m e d i o marcaron u n 2 en cuanto a su grado de satisfacción con la teoría psicoterapéutica a la cual adscribían. M á s recientemente Gar f i e ld y Bergin (1994) refuerzan lo anterior , cuando señalan que la psicoterapia ha ingresado a una especie de era "a- teór ica" . C o m o si todas las di f icul tades l igadas a la teoría en psicoterapia f u e r a n insuficientes, algún uso de la teoría ha v e n i d o resul tando iatrogénico, es decir, per judic ia l . C u a n d o u n invest igador o u n clínico adscribe apasionadamente a una teoría — y aún h o y muchos lo hacen — suele instalar u n sesgo percept ivo infranqueable , u n a especie de "anteojera percept iva" , que i m p i d e el paso de la información "ant i - teoría" . Se va generando así u n sesgo c o n f i r m a t o r i o auto-perpetuante de la teoría. Gal i leo Gal i l e i creía apasionadamente en su " t eor ía " religiosa. Esto lo llevó a rechazar la acertada teoría de Kepler acerca de las órbitas elípticas. Gali leo sostuvo que las órbitas de los planetas deberían ser circulares, porque siendo los círculos más perfectos que las elipses, sería absurdo pensar que Dios — obviamente u n Ser perfecto — eligiera una f o r m a imperfecta al m o m e n t o de la creación. D a d o el p e r f i l decadente que presenta la teoría en el ámbito de la psicoterapia, podría pensarse que los sesgos al estilo Gali leo están " d e m o d é " y que ya no operan; lo sorprendente es que sí operan y m u c h o . Ta l vez los eclécticos invest iguen menos, pero lo cierto es que la teoría ha v e n i d o sesgando m u y fuertemente la investigación en psicoterapia. Es así que el mejor predic tor acerca de cual enfoque terapéutico superará a los otros en una investigación es.... la orientación clínica de l invest igador (Robinson, Berman y Neimeyer , 1990). De este m o d o , cuando el invest igador es conductista, la terapia conductua l aportará los mejores resultados, y así sucesivamente. E n el últ imo t i e m p o L u b o r s k y (1996), ha d e n o m i n a d o a este sesgo "allegiance effect", el cual es d e f i n i d o como la tendencia de los 38 Roberto Opazo investigadores a encontrar evidencias a favor de l enfoque al cual adscriben. Desde m i p u n t o de vista, el "allegiance effect" — por la a m p l i t u d con la cual opera, en u n ámbito de expertos en percepción — const i tuye u n a verdadera tragedia profesional y ha v e n i d o per judicando sustancialmente el desarrollo de la psicoterapia. ¿Cuánto p u e d e n aportar miles de investigaciones realizadas " c o n la camiseta puesta"?. En lugar de p r i v i l e g i a r al paciente y al conocimiento , hemos v e n i d o p r i v i l e g i a n d o la distorsión y la competencia, con el objeto de "ganar" a cualquier precio. E n lugar de acarrear agua al m o l i n o de l conocimiento, hemos pre fer ido l levar agua que favorezca a nuestro enfoque... . p o r m u y contaminada que esta agua pueda estar. Por supuesto, no todos los datos se h a n recogido así, n i s iempre la teoría ha operado así. Pero la m a g n i t u d del prob lema no solo alienta la preocupación sino que i n v i t a a una construct iva rebelión. E l creciente desprestigio en el que ha v e n i d o cayendo la teoría, trae consigo consecuencias a su vez lamentables. Por e jemplo, si empezamos a renunciar a toda teoría y caemos en una era "a- teór ica" , pasamos a consol idar el desorden y la atomización. A d i c i o n a l m e n t e , la falta de teoría nos empieza a dejar sin "pautas guiadoras" del invest igar y del actuar, es decir, nos empieza a dejar a la der iva . E l desprestigio de las teorías contr ibuye a sumirnos en u n desprestigio profes ional , p e r f i l a n d o una especie de profesión también a la der iva : "Si las teorías que los terapeutas emplean son solo mitos (seleccionados no por su correspondencia con la rea l idad sino p o r su c r e d i b i l i d a d ) , el status social que concedemos a los psicoterapeutas es una m e n t i r a , en la m e d i d a que esté basado en esas teorías" (Watters y Ofshe, 1999, p . 135). E n relación con el ámbito de la práctica clínica, lo hab i tua l es que los terapeutas t i e n d a n a desentenderse de los hallazgos de la investigación. A algunos el tema s implemente n o les interesa. Otros , descalifican la va l idez de los datos. Aún otros consideran innecesario el aporte de la investigación científica, asumiendo una ac t i tud en la línea de " s i m i enfoque es bueno y y o hago b ien las cosas ¿quién necesita de datos aburr idos y discutibles?". M u c h o s clínicos consideran que las sutilezas del trabajo clínico no son abordables por investigaciones toscas y cuanti tat ivas. E n suma, son muchos los clínicos que consideran que t ienen poco o nada que aprender de la investigación. " L a práctica de la psicoterapia i n v o l u c r a una compleja relación interpersonal que no puede ser reduc ida a la aplicación de hallazgos de la investigación, así como n o basta con el s imple conocimiento de los materiales con los que se Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 39 construirá la casa" (Soldz y M c C u l l o u g 2.000, p.7). Así, los problemas reales que enfrentan los clínicos " e n la cancha", tendrían poco que ver con los hallazgos de la investigación. Incluso aquellos clínicos que se m o t i v a n para enriquecer su práctica a p a r t i r de la investigación, se t o p a n en ocasiones con eso de que el b u e n hacer no hace necesario el comprender . U n psicoterapeuta me confiaba que l leva años apl icando exitosamente la desensibilización sistemática de W o l p e (1974). C u a n d o se interesó por la investigación esclarecedora de los "mecanismos in terv in ientes " de la técnica, se encontró con que aún h o y la investigación no logra d i l u c i d a r si lo que opera es una extinción clásica, una inhibición recíproca, expectativas, placebo o bien. . . . A p a r t i r de experiencias como ésta , no resulta extraño que los clínicos se v a y a n alejando de los datos de la investigación. Teniendo como telón de f o n d o el panorama poco alentador que he v e n i d o anal izando, es hora de re-plantearnos las preguntas acerca de dónde buscar la integración. El sabor poco grato que deja el análisis precedente, inv i ta a concluir que no tiene sentido integrar técnicas que apor tan poco y que no tiene sentido integrar teorías que apor tan poco. Vistas así las cosas, la integración podría ser concebida como u n a empresa s in destino. Pero antes de llegar a u n a conclusión catastrofal de ese t i p o , lo procedente es establecer si existen algunas estrategias realmente aportativas, si existen algunas teorías realmente aportat ivas, y si es posible u n a integración promisor ia de ellas sobre bases más sólidas. ¿Es deseable buscar la integración aln i v e l de la c l ínica aplicada?. El prob lema de una " integrac ión" pragmática a n i v e l clínico aplicado, se relaciona con la i n f i n i d a d de variables involucradas . Si b ien es posible i r estableciendo en f o r m a "a- teór ica" las estrategias que t i enden a func ionar mejor en cada caso, en u n sentido de f o n d o hay tantos t ipos de desajustes como personas; por ende, lo que es m i e l para una persona puede ser hiél para otra y el " recetar io" i n d i c a t i v o de qué se requiere en cada caso puede a d q u i r i r una extensión in terminable . La ausencia de teoría invo lucra la ausencia de una pauta guiadora , que ayude a organizar el proceso; por esta vía, no resulta difícil caer en una especie de "gasfitería psicoterapeutica" m u y poco p r o m i s o r i a . N o resulta aventurado asumir que los datos "suel tos" apor tan menos que los datos organizados y sistematizados: " L a comprensión científica requiere más que hechos. Requiere análisis teórico e interpretación de los hechos y una posterior verificación de estos análisis e interpretaciones a través de estudios b ien const ru idos" (Or l insky , G r a w e y Parks, 1994, p . 361). En otras palabras, y como lo 40 Roberto Opazo h a n señalado Lenzenweger y C l a r k i n (1996), los datos s in teoría l l evan a la confusión y a la incomprensión. H e m o s visto que se puede adscribir a una teoría "estrecha" y a la vez asumir una a m p l i a apertura en los niveles técnicos; esto equivale a " b o r r a r con el codo práctico lo que se ha escrito con la mano teórica" . Puesto que esto lo t ienden a hacer muchos clínicos, en los hechos se ha v e n i d o consol idando u n a especie de inconsistencia crónica . En u n sentido de f o n d o buscar la integración en u n n i v e l práctico y a-teórico equivale a no buscar la integración. De hecho, no se habla de " integración técnica" sino de "eclecticismo técnico" . Integrarse en función de u n paciente para "desintegrarse" a continuación carece de sentido. " E n p r i m e r lugar las terapias integracionistas requieren fundamentarse en una teoría coordinada; deben ser algo más que u n esquema de técnicas eclécticas, u n cóctel de diversas alternativas reunidas de n u e v o en cada caso" (Millón y Davis 1999, p . 193). E n la encruci jada clínica que hemos v e n i d o expl ic i tando, t o d o parece indicar que la integración h?y que buscarla p r i m e r o a n i v e l de la teoría, para - a par t i r de ella - i r d e r i v a n d o una integración hacia los datos y hacia la práctica clínica. Así, una "macro- teor ía" integrat iva aportaría u n encuadre gu iador que, "obl igar ía" a la integración de la investigación y de la práctica clínica. A d i c i o n a l m e n t e , "obl igar ía" a generar el círculo v i r t u o s o indispensable, el cual a su vez facilitaría una interacción enriquecedora entre los hallazgos de la investigación, los desarrollos teóricos y la práctica psicoterapéutica. "Creo que es i m p e r a t i v o que teoría, investigación y práctica sean interactivas y estén ínt imamente conectadas. En este sentido me mantengo f ie l a las ideas de l m o d e l o de l científ ico/practicante en el cual la investigación y los servicios profesionales son m u t u a m e n t e i n f l u y e n t e s " (Mahoney 1991, p . 63). E l p r o b l e m a entonces, es que la psicoterapia pasa a quedar confrontada con u n a especie de contradicción v i t a l : la integración hay que buscarla in tegrando buenas teorías y no parecen existir buenas teorías que se p u e d a n integrar . C o m o diría m i hi jo Cr is t ian : ¡Excelente! (lo dice con una voz ronca, p r o f u n d a , y con u n tono irónico; vale la pena escucharlo). A f o r t u n a d a m e n t e , no todas las teorías son deficientes así como no todos los datos de la investigación const i tuyen "percepciones de deseo". Tal vez el prob lema esencial de las así denominadas teorías "estrechas" no sea su mala ca l idad intrínseca, s ino e l que se les haya e n c o m e n d a d o la tarea de tener que expl i car lo t o d o . Psicoterapia Integrativa: Delimitación Clínica 41 También en el ámbito de la investigación existen datos m u y valiosos, que requierenser detectados, es decir requieren de una "discriminación posit iva" en m e d i o de la b r u m a . Incluso en el ámbito de la práctica clínica, la idea de que no existen aportes específicos de los enfoques —y que t o d o cambio der iva de la acción de los factores comunes - admite una segunda lectura, en el en tendido que el panorama de ningún m o d o es p o s i t i v o . En suma, aunque el panorama no es alentador, dista de ser u n desastre tota l . En el ámbito de la práctica clínica, la Psicoterapia Integrat iva requiere de u n marco teórico p r o f u n d o e integrador que le s irva de guía para su desarrollo. U n a integración sólida en psicoterapia se puede construir incluso sobre las bases teóricas, empíricas y clínicas existentes, pero ello exige d i s t i n g u i r con r igor el t r i g o de la "pa ja " y descubrir las bases sólidas que se encuentran d i l u i d a s en m e d i o de u n andamiaje frágil y peligroso. H e m o s vis to cómo — en el caso de Gali leo — el aporte de la teoría puede resultar l imi tante . Pero son muchos los casos en los que el aporte teórico ha i n v o l u c r a d o que el " c o m p r e n d e r faci l i ta el b u e n hacer". George G a m o w (1904-1968), fue u n físico nuclear que contribuyó a conf igurar la teoría del B ig Bang. Sobre la base de l conocimiento existente a la fecha, G a m o w predi jo en 1948 la existencia de una huel la del B ig Bang bajo la f o r m a de una radiación milimétrica perdurable hasta nuestros días. Este remanente del universo temprano , fue descubierto por Penzias y W i l s o n en 1965; la predicción de G a m o w , f u n d a m e n t a d a en deducciones matemáticas y en leyes y teorías físicas, pasaba a ser conf i rmada 17 años después. En el ámbito de la psicoterapia, no resulta fácil encontrar ejemplos equivalentes, aún cuando la teoría pueda ser m u y aportat iva también. Es así que, a m o d o de ejemplo, se puede señalar que la teoría de la auto-eficacia de A l b e r t Bandura (1977), ha demostrado u n i m p o r t a n t e poder p r e d i c t i v o . In tegrando el i n f o r m e verbal a la observación conductua l , Bandura ha logrado predecir con precisión la conducta de enfrentamiento f u t u r o de pacientes fóbicos. Frente al tema de lo deficiente de las teorías, surgen entonces dos alternativas de solución: o abandonar toda teoría, con las consecuencias de desorden y m a l pronóstico que ello i n v o l u c r a , o b ien mejorar la teoría, hasta conf igurar u n marco conceptual a m p l i o , p r o f u n d o , capaz de acoger en p l e n i t u d el devenir de la dinámica psicológica. A u n q u e esto sea más fácil de decir que de hacer, considero que una buena selección de las teorías y de los datos de la investigación, p e r m i t e n aún h o y generar u n marco in tegra t ivo coherente. 42 Roberto Opazo De generarse ta l marco, la encrucijada integrat iva in ic ia l pasaría a const i tuir u n falso d i lema y no sería necesario optar. U n a verdadera integración teórica generaría a su vez una integración de la investigación y de la práctica clínica, en el marco de u n sistema in tegra t ivo to ta l interdependiente . E l desprestigio actual de la teoría favorece u n a mejor acogida hacia u n a Psicoterapia Integrat iva que hacia u n M o d e l o In tegrat ivo , lo cual resulta doblemente paradójico. Es paradójico, porque no sería concebible u n a Psicoterapia Integrat iva s in u n M o d e l o que le s irva de f u n d a m e n t o y de guía. Es paradójico también, porque si algún día l legáramos a estrechar fi las en torno a u n M o d e l o In tegra t ivo b ien planteado — aunque comparta el "pecado o r i g i n a l " de pertenecer a la desprestigiada categoría de las teorías