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Envejecimiento cutaneo

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micas más importantes recaen sobre el
estrato basal o germinativo (afectan
principalmente las células madre) y
sobre la unión dermoepidérmica, que
sufre un aplanamiento progresivo. Es-
te último cambio reduce la superficie
de contacto entre la epidermis y la der-
mis, con lo que se incrementa la fragi-
lidad cutánea y se facilita la formación
de ampollas con los traumatismos. 
Aunque con el tiempo se produce
un descenso en la actividad mitótica
de los queratinocitos, en una piel en-
vejecida paradójicamente hay una
mayor predisposición a las neopla-
sias. Los queratinocitos llegan a su lí-
mite replicativo y entran en senescen-
cia, permaneciendo en la fase de re-
poso del ciclo celular. Las células
senescentes son más resistentes a la
apoptosis, persisten largo tiempo sin
replicar o morir, pero, debido al curso
biológico, sus mecanismos reparado-
res del metabolismo oxidativo tienen
una menor eficacia. Por estos moti-
vos, durante el período de senescen-
cia acumulan lesiones sobre las prote-
ínas, los lípidos y el ADN a causa del
estrés oxidativo, aumentando la ines-
tabilidad genética y la presencia de
mutaciones. Cuando la célula acumu-
la un cierto daño proteico y genético,
puede tener lugar su transformación
neoplásica.
Farmacia
Espacio de Salud
Los daños dérmicos y epidérmicos de la piel envejecida pueden prevenirse, en cierta
medida, mediante una buena fotoprotección, pero además pueden tratarse mediante
métodos químicos, aplicación de láser, toxina botulínica, técnicas de microabrasión,
microcoblación, etc. En este artículo se presentan estas opciones. 
Envejecimiento cutáneo
Prevención y tratamiento
El envejecimiento cutáneo es unproceso continuo en el que progre-
sivamente se producen cambios mor-
fológicos y funcionales en la piel. Hay
un declive en las funciones biológicas
y en la habilidad para adaptarse al es-
trés metabólico. El paso del tiempo se
relaciona con parte de estos cambios,
aunque la exposición a la radiación so-
lar tiene un papel protagonista en el
envejecimiento epitelial. Es difícil se-
parar los aspectos que dependen sola-
mente de la edad de los derivados de la
exposición solar, con lo que normal-
mente se considera que una piel con
gran carga actínica es una piel enveje-
cida. En efecto, la piel de las áreas más
fotoexpuestas muestra los rasgos más
intensos de envejecimiento, como las
alteraciones de la pigmentación y las
arrugas (véase imagen de apertura de
este artículo).
Cambios epidérmicos
de la piel envejecida
Durante el proceso de envejecimiento
la piel experimenta cambios estructu-
rales significativos. Incluso en las áreas
fotoprotegidas se produce un adelgaza-
miento generalizado de la epidermis
de un 10-50% entre los 30 y los 80
años de edad. Las alteraciones epidér-
Los melanocitos, que son las células
que dan pigmento a la piel, disminu-
yen un 8-20% por década después de
los 30 años de edad y desarrollan hete-
rogeneidad morfológica y funcional.
Con la exposición solar, se forman fo-
cos de melanocitos activados (que for-
man lentigos), junto con áreas de me-
nor densidad celular, con células inac-
tivadas. Esto ocasiona una disposición
parcheada en el color de la piel, con
manchas hiperpigmentadas (lentigos)
mezcladas con islotes hipopigmenta-
dos (hipomelanosis guttata). 
Las células de Langerhans, que son
las constituyentes más importantes del
sistema inmunológico en la piel, dis-
minuyen con el envejecimiento y su-
fren una pérdida de eficacia en su fun-
ción, con una menor capacidad de cap-
tación de antígenos y de formación de
dendritas para presentarlos. Se cree
que esto puede explicar la disminu-
ción en la capacidad inmunológica de
la piel madura. 
Cambios dérmicos 
de la piel envejecida
La dermis contiene los componentes
de soporte, inervación y vasculariza-
ción de la piel. En la piel joven sana, su
componente principal es el colágeno.
64 Farmacia Profesional
D E R M AT O L O G Í A
Vol. 21, Núm. 3, Marzo 2007
DÍDAC BARCO, ESTHER ROÉ, XAVIER GARCÍA-NAVARRO, FRANCISCA CORELLA y LLUÍS PUIG
Dermatólogos. Servicio de Dermatología. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Barcelona.
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Teorías sobre el envejecimiento 
cutáneo
Hay varias teorías que intentan explicar el proceso de
envejecimiento cutáneo. La hipótesis genética defiende
que es un proceso natural e individual determinado ge-
néticamente. El hecho de que los telómeros tengan una
longitud limitada apoya esta idea: se acortan con cada
ciclo celular y cuando han alcanzado un tamaño crítico,
el ciclo se detiene o entra en apoptosis. 
La teoría ambiental aboga por un daño crónico oca-
sionado por radicales libres derivados de la exposición
solar y de factores ambientales. Con el tiempo se produ-
ce un descenso en los mecanismos antioxidativos. 
La teoría inmunitaria se basa en la senescencia de las
células inmunes de la piel, que facilita la aparición de
cambios degenerativos que favorecen la oncogénesis y
las infecciones. 
Lo más probable es que sean varios los factores que
contribuyen al envejecimiento de la piel y que una visión
global del proceso sea la más próxima a la realidad.
Los cambios epiteliales relacionados con el envejeci-
miento son las alteraciones de la pigmentación, las arru-
gas y la aparición de neoplasias. Se presentan en forma
de cambios degenerativos crónicos como las efélides
(pecas), los lentigos solares, los nevus, las queratosis ac-
tínicas y el cáncer cutáneo.
Vol. 21, Núm. 3, Marzo 2007 Farmacia Profesional 65
Con la edad y la exposición solar, las fibrillas
normales de colágeno son sustituidas por un
material amorfo, homogéneo y sin función
que recuerda a la elastina. Este fenómeno se
conoce con el nombre de elastosis solar, que
es más abundante en las áreas fotoexpuestas,
como el rostro. Entre las fibras elásticas se
produce un depósito de proteoglicanos y glu-
cosaminoglucanos. 
Hay otros cambios secundarios en la dermis
envejecida, como la dilatación de los vasos, el
incremento del número y la actividad de los
fibroblastos y la presencia de un infiltrado in-
flamatorio variable. La superficie de la piel tie-
ne una serie de cambios predecibles con la
edad: las personas jóvenes tienen un patrón
regular fino de arrugas y líneas estrechas,
mientras que las mayores presentan unas
arrugas más profundas y gruesas que aumen-
tan progresivamente.
Fotoenvejecimiento 
de la piel
Debido a la mayor exposición solar a lo largo
de su vida, la población anciana presenta ma-
yor daño actínico en la piel. Como hemos co-
mentado, es difícil establecer un límite preci-
so entre los cambios cutáneos secundarios al
paso del tiempo y los producidos por la agre-
sión solar, ya que habitualmente coexisten.
Además de los cambios intrínsecos por el
envejecimiento, en las áreas donde la radiación
ultravioleta (UV) incide con mayor frecuencia
se producen alteraciones degenerativas adicio-
nales. Estos cambios no solamente son estruc-
turales, sino que suponen una aceleración de
la pérdida progresiva de las funciones cutáne-
as. El daño por radiación ultravioleta es mayor
en los tipos de pieles más claras (fototipos I y
II de Fitzpatrick) y en determinadas áreas co-
mo el dorso de las manos, la cara, el escote y la
parte superior de la espalda.
Los cambios clínicos de la piel fotoexpuesta
son, básicamente, la presentación de una tona-
lidad amarillenta, alteraciones de la pigmenta-
ción, hiperlaxitud, arrugas, telangiectasias y
neoplasias cutáneas. La piel envejecidaque no
ha sido expuesta a la luz solar es también laxa
y con acentuación de los pliegues, pero es fina
y no presenta los signos de daño actínico men-
cionados. Las alteraciones histológicas de la
piel fotodañada son similares a las de una piel
envejecida, aunque más intensas.
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Signos de daño solar
Los signos cutáneos de daño solar y las
lesiones más frecuentes en la piel foto-
dañada son:
Elastosis solar. Consiste en la desorga-
nización de las fibras elásticas de la
dermis como consecuencia de la expo-
sición solar (fig. 1). Incluye distintos
hallazgos clínicos, entre los que desta-
can los siguientes: 
– Cutis rhomboidalis nuchae. Arrugas y
pliegues muy engrosados alrededor
del cuello, respetando con un límite
claro la piel bajo la barbilla, protegi-
da por ésta del sol. 
– Arrugas. La piel presenta pliegues y
surcos. Parece que el tabaco puede
tener un efecto sinérgico con la luz
solar en la creación de estos defectos.
– Atrofia cutánea. Pérdida de la elastici-
dad, típicamente en dorso de manos
y antebrazos. La piel es fina, seca y
arrugada. Encontramos también fra-
gilidad capilar, que puede ocasionar
la aparición de púrpura ante trauma-
tismos mínimos.
– Comedones, quistes de milio y placas
amarillentas. Los comedones (espini-
llas) pueden ser blancos o negros.
Las áreas más afectadas por este tipo
de lesiones actínicas son la región
malar y periocular. Los casos con le-
siones muy intensas, con abundantes
y grandes comedones, reciben la de-
nominación de síndrome de Favre-
Racouchot (fig. 2).
Efélides (pecas). Las efélides son pe-
queñas máculas (manchas) de color
marrón que aparecen habitualmente
en el rostro de niños y jóvenes con fo-
totipos cutáneos claros. Son secunda-
rias a incrementos en la producción de
melanina, sin proliferación de los me-
lanocitos. Típicamente aumentan de
pigmentación en época estival y dismi-
nuyen de intensidad en invierno. Se si-
túan generalmente en el rostro, espe-
cialmente en la región malar y en el
dorso nasal. Aunque popularmente
son consideradas como algo normal,
son indicadores precoces de daño actí-
nico y a quienes las presentan se les
debe recomendar el uso de fotoprotec-
ción de forma temprana. 
Lentigos actínicos. Son máculas que
aparecen por incremento del número
de melanocitos de forma focal. Tienen
un ligero tinte marrón y son lesiones
planas o muy ligeramente elevadas. In-
dican un daño solar crónico y suelen
situarse en zonas fotoexpuestas como
el rostro, el dorso de las manos, el es-
cote o la parte alta de la espalda y los
hombros. Pueden asentar en los labios.
Hipomelanosis guttata. Pérdida focal
de pigmento en los miembros (espe-
cialmente inferiores), probablemente
secundaria a una exposición solar ex-
cesiva. Se compone de máculas blan-
cas aisladas y es un hallazgo frecuente
en las regiones pretibiales de mujeres
de edad media-avanzada. 
Queratosis actínicas. Son lesiones pre-
malignas. Consisten en pápulas o pla-
cas eritematosas, hiperqueratósicas y
rasposas al tacto que se sitúan en la ca-
ra, el cuero cabelludo de las personas
sin pelo, las orejas, el dorso de las ma-
nos, los antebrazos y las áreas pretibia-
les. Sin tratamiento, se engrosan pro-
gresivamente y pueden degenerar en
un carcinoma escamoso.
Queilitis actínica. Se puede equiparar
a una queratosis actínica situada en el
labio (inferior). Igualmente puede pro-
gresar a un carcinoma escamoso inva-
sivo. Se presenta como una pápula o
placa eritematosa, hiperqueratósica y
descamativa en el labio inferior.
Carcinoma escamoso. Es una neopla-
sia epitelial derivada de los queratino-
citos con capacidad para metastatizar.
El aspecto morfológico es variable, en
forma de úlcera, pápula o nódulo con
crecimiento progresivo, más rápido
que el del carcinoma basocelular. En-
tre sus factores de riesgo, el más fre-
cuente es la exposición solar, con lo
que se sitúa principalmente en regio-
nes fotoexpuestas (rostro, orejas, cara
extensora de manos, antebrazos y ex-
tremidades inferiores), incluido el la-
bio inferior. Ante la presencia de una
úlcera o lesión persistente y creciente,
debe consultarse a un dermatólogo pa-
ra descartar un proceso neoplásico.
Carcinoma basocelular. Es un tipo de
neoplasia epitelial derivada de las célu-
las pluripotenciales no queratinizan-
tes. Tiene varias formas de presenta-
ción clínica, pero la más habitual con-
siste en una pápula o placa de color
perlado, con los bordes evertidos y pe-
queñas telangiectasias en su superficie.
Su factor de riesgo principal es la ra-
diación UV, con lo que suele asentar en
áreas fotoexpuestas. Su capacidad de
extensión a tejidos a distancia es míni-
ma, siendo las metástasis excepciona-
les. El tratamiento con exéresis com-
pleta suele ser curativo.
Melanoma. Es una neoplasia maligna
derivada de las células que otorgan la
coloración a la piel, los melanocitos.
Lo más frecuente es que aparezca de
novo sobre piel sana y no sobre lesio-
nes pigmentadas previas (nevus). No
obstante, es importante mantener un
control sobre los nevus. Debe prestar-
se atención a los cambios que puede
ser signos de alarma. Se propone la re-
gla del ABCDE para evaluarlos: «A»
hace referencia a la asimetría de la le-
sión; «B» se refiere a los bordes de la
lesión que han sufrido cambios súbitos
o recientes; «C» designa el color irre-
gular de la lesión; «D» para un diáme-
tro que ha aumentado últimamente y
«E» para lesiones que presentan eleva-
ciones en la superficie de forma rápida.
Siempre que una lesión pigmentada
presente este tipo de cambios u ocasio-
ne prurito o sangrado debe ser evalua-
da por un dermatólogo. El melanoma
es una neoplasia muy agresiva cuando
está evolucionada, y su potencial para
generar lesiones a distancia (metásta-
sis) es muy elevado.
DERMATOLOGÍA. Envejecimiento cutáneo
66 Farmacia Profesional Vol. 21, Núm. 3, Marzo 2007
Figura 1. Elastosis actínica
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Envejecimiento del cabello 
La regulación de la pigmentación del
cabello y su crecimiento recae sobre
varios factores como el estado nutri-
cional, la zona corporal donde asienta
el pelo, la raza y el género de la perso-
na, la respuesta a las hormonas, los ge-
nes y la edad.
La reconstrucción de un folículo pi-
loso pigmentario intacto tiene lugar en
el cuero cabelludo durante 10 ciclos
pilares (aproximadamente hasta los 40
años de edad). A partir de entonces,
por programación genética, el proceso
de pigmentación del cabello se agota y
aparecen los cabellos grises y blancos.
Uno de los motivos es la reducción de
la actividad de la tirosina cinasa del
bulbo piloso, que es la enzima encar-
gada de la síntesis de melanina (pig-
mento que confiere la coloración a la
piel y al cabello). Son pocos los mela-
nocitos que pueden producir pelos in-
tensamente pigmentados en un solo ci-
clo, y su capacidad es mayor cuando la
unidad tiene pocos ciclos de edad. In-
dependientemente del género y de la
raza, la aparición de pelo gris ocurre
en todos los individuos con una corre-
lación cronológica. La edad de apari-
ción de las canas suele estar determi-
nada genéticamente y es próxima a los
40 años. En el caso de los caucásicos,
la apariciónde canas se da a mediados
de los 30; en los asiáticos, a finales de
los 30, y en afroamericanos, a media-
dos de los 40. La emergencia de pelo
blanco empieza por la zona temporal,
se extiende al vértice y luego al resto
del cuero cabelludo, siendo la región
occipital la última afectada. Pese a que
la salida de canas es un proceso indivi-
dual, se acepta que a los 50 años de
edad, el 50% de las personas tiene un
50% del pelo blanco.
Parece que en el proceso de agota-
miento de la pigmentación también in-
fluye el metabolismo, produciéndose
una acumulación de radicales de oxíge-
no reactivos que ocasionan mutaciones
en el ADN mitocondrial y nuclear. Con
la edad no sólo hay un cambio en la co-
loración del pelo, sino que éste se pier-
de en mayor cantidad y se adelgaza.
Tratamiento 
del fotoenvejecimiento
Para el tratamiento del envejecimiento
cutáneo, el paradigma es la prevención
primaria, con la protección frente a la
radiación UV. También cabe hablar, no
obstante, de opciones de prevención
secundaria y terciaria.
Prevención primaria
La máxima intensidad de radiación UV
incide entre las 10 y las 16 h, un inter-
valo de exposición que debería evitar-
se. La fotoprotección de la piel es la te-
rapia antienvejecimiento más efectiva
por sí sola y consiste en evitar la expo-
sición solar excesiva y el uso de ropa o
fotoprotectores que cubran áreas ex-
puestas a la luz solar. 
Los fotoprotectores se dividen en
químicos (que absorben los fotones es-
pecíficos de la luz UV) y físicos (pan-
tallas solares que reflejan o dispersan
la radiación UV). Los protectores sola-
res que absorben la radiación UVB in-
cluyen el ácido paraaminobenzoico y
sus ésteres (padimatos A y O), los ci-
namatos y los salicilatos. Los fotopro-
tectores que absorben los UVA contie-
nen avobenzona y ácido tereptalilide-
no-dicanfor-sulfónico. Las pantallas
para el UVA incluyen dióxido de tita-
nio u óxido de cinc. 
El factor de protección solar (FPS)
indica por qué múltiplo aumenta el
tiempo necesario de exposición solar
para la aparición del eritema. Por
ejemplo, si una persona necesita 10 min
de exposición solar para presentar eri-
tema y se aplica un protector con FPS
de 15, el tiempo de exposición teórico
para obtener este efecto será de 10 ×
15 min.
Prevención secundaria
Para la prevención secundaria del foto-
envejecimiento cutáneo se utilizan
principalmente los preparados de reti-
noides. Deben aplicarse durante varias
semanas antes de provocar cambios vi-
sibles. Los efectos beneficiosos de los
retinoides se deben a su acción sobre la
inducción de la colagenasa y la reduc-
ción de la atipia con restauración de la
polaridad de los queratinocitos. Se uti-
lizan la tretinoína y el tazaroteno, que
pueden reducir las arrugas más finas y
mejorar la pigmentación moteada de la
piel. Ambos son preparados irritantes,
aunque la aplicación secuencial pro-
gresiva reduce este efecto adverso.
Los antioxidantes son sustancias que
también se utilizan en la prevención
secundaria del fotoenvejecimiento.
Entre ellos destacan la vitamina C tó-
pica, la coenzima Q10, el ácido alfali-
poico y los suplementos orales. La vi-
tamina C es un antioxidante potente
que previene el eritema y la formación
de células dañadas por la quemadura
solar, aunque tiene una vida media
muy corta aplicada sobre la piel. Por
este motivo se utilizan fórmulas que
incluyen derivados. Algunos estudios
han reflejado la capacidad de la vitami-
na C para reducir arrugas. La coenzi-
ma Q10 es un componente de la cade-
na mitocondrial de transporte de elec-
trones, con mayor acción sobre la
Vol. 21, Núm. 3, Marzo 2007
DERMATOLOGÍA. Envejecimiento cutáneo
Figura 2. Comedones en la región frontal en un paciente con síndrome de Favre
Racouchot
Farmacia Profesional 67
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epidermis que sobre la dermis. Reduce
las arrugas si se aplica sobre la piel. El
ácido alfalipoico es un antioxidante y
un antiinflamatorio que también ha
mostrado resultados favorables como
tratamiento de los signos cutáneos del
fotoenvejecimiento.
Los estrógenos orales consiguen dis-
minuir la sequedad y las arrugas, pero
no la atrofia cutánea asociada al enve-
jecimiento. La aplicación tópica de es-
trógenos puede aumentar la firmeza y
la elasticidad de la piel, así como dis-
minuir las arrugas.
Prevención terciaria
En referencia a la prevención terciaria,
cabe señalar que hay pocos estudios
que evalúen la eficacia de los trata-
mientos utilizados en pieles fotoenve-
jecidas. Los métodos terapéuticos em-
pleados incluyen los peelings químicos,
las técnicas de resurfacing, los láser, la
toxina botulínica y los rellenos. 
Peelings químicos. Los alfahidroxiáci-
dos (AHA), el ácido salicílico, el ácido
tricloroacético y el fenol se utilizan co-
mo peelings químicos para el trata-
miento de las cicatrices del acné y el fo-
toenvejecimiento. Se clasifican en pee-
lings superficiales, medios o profundos,
en función de la profundidad del daño
que ocasionan en el epitelio. Durante la
regeneración de estas lesiones se pro-
duce una cicatrización y reepitelización
controladas que restauran el aspecto de
la piel. El ácido glicólico es un AHA
que ocasiona un peeling superficial que
mejora la textura de la piel, reduciendo
las arrugas finas y disminuyendo el nú-
mero de queratosis actínicas. Puede
adelgazar el estrato córneo e incremen-
tar el colágeno dérmico, pero paradóji-
camente aumenta la formación de célu-
las dañadas por el sol y la sensibilidad
a los rayos UV para causar eritema. 
Resurfacing. Las técnicas de resurfa-
cing se basan en la microdermoabra-
sión y en la microcoblación, que hipo-
téticamente ocasionan una lesión epi-
dérmica generadora de una respuesta
cicatricial. Con la microdermoabra-
sión aumenta el grosor de la dermis
papilar, mejora la organización de las
fibras de elastina y de colágeno, y se
suavizan las alteraciones de la pigmen-
tación por el daño actínico. La micro-
coblación es la aplicación de campos
energéticos controlados sobre la super-
ficie de piel dañada. Ambos procesos
dan respuestas similares en textura, as-
pecto y claridad cutáneas. 
Láser. Tanto los láseres con acción abla-
tiva como los no ablativos se utilizan en
el tratamiento del fotoenvejecimiento y
las arrugas, ya que incrementan la pro-
ducción de colágeno. Los sistemas abla-
tivos incluyen el láser CO2 y el YAG. El
primero, aplicado como resurfacing fa-
cial, produce un mínimo de un 50% de
mejora en la tonalidad de la piel, la in-
tensidad de las arrugas y la profundidad
de las cicatrices atróficas. El láser YAG
tiene unos resultados similares con una
menor tasa de efectos adversos. Los lá-
seres ablativos pueden ocasionar cica-
trices hipertróficas y alteraciones pig-
mentarias. Además, el proceso de reepi-
telización del daño provocado requiere
un mínimo de una semana para produ-
cirse. Los láseres no ablativos remodelan
el colágeno a través de su acción sobre la
dermis, respetando la epidermis. No re-
quieren proceso de reepitelización poste-
rior, eliminan telangiectasias y reducen
hiperpigmentaciones, pero globalmente
son menos efectivos que los sistemas
ablativos. 
La radiofrecuencia genera calor en la
dermis y el tejido subcutáneo a través
de una corriente eléctrica. Mejora la la-
xitud de la región de las mejillas y del
cuello por contracción del colágeno.
Puede ocasionar eritema, dolor y que-
maduras de segundo grado. 
Toxina botulínica. Impide la neuro-
transmisión muscular. Esto permite
que, sin modificar la estructurade la
dermis, se produzca una disminución
de las arrugas por relajación de la mus-
culatura subyacente. Sus efectos tienen
una duración de 3 meses aproximada-
mente. 
Rellenos dérmicos y subepidérmicos.
Los rellenos del tejido conectivo se di-
rigen contra la atrofia dérmica y del te-
jido subcutáneo propia de la edad. Me-
joran las arrugas finas y la tonalidad
amarillenta de la piel envejecida. Se
dispone de varios sistemas de relleno:
el lipoinjerto autólogo, la inyección de
colágeno bovino, los injertos dérmicos
acelulares (contienen colágeno, elasti-
na y glucosaminoglucanos humanos)
y los rellenos de ácido hialurónico.
Se está trabajando en nuevos com-
puestos para combatir el envejecimien-
to cutáneo, pero permanecen todavía a
nivel experimental. Entre ellos figuran
antioxidantes (isoflavonas orales, glu-
conolactona, genisteína, N-acetilcisteí-
na, polifenoles del té verde, N-furfuri-
ladenina), quelantes del hierro, antiin-
flamatorios o la lipoespondina. ■■
Bibliografía general
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68 Farmacia Profesional Vol. 21, Núm. 3, Marzo 2007
DERMATOLOGÍA. Envejecimiento cutáneo
Conclusiones
El proceso de envejecimiento cutáneo consiste en cambios estructurales
y funcionales intrínsecos en los diferentes componentes de la epidermis
y de la dermis, que son difícilmente distinguibles de los ocasionados
por el daño actínico. La aparición de arrugas, alteraciones en la pig-
mentación y atrofia cutánea son los principales cambios que se obser-
van en una piel senil. La radiación UV no solamente puede ocasionar
estas alteraciones estéticas, sino que además potencia la oncogénesis en
los queratinocitos y los melanocitos, facilitando la aparición de neopla-
sias cutáneas. Pese a que hay tratamientos cosméticos para el envejeci-
miento cutáneo, aplicar fotoprotectores adecuados y evitar la exposi-
ción solar son las medidas más importantes para enlentecer este proce-
so, ya que permiten reducir drásticamente el riesgo de aparición de
alteraciones estéticas y de neoplasias en la piel. 
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