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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS
ESCUELA DE PSICOLOGÍA 
Psicología educativa.
 
Programas de reforzamiento, conductas de elección y control de la conducta por estímulo.
Icelsa Sosa Mejía.
	
16-0126
Análisis de la conducta.
Daysi Rodríguez MA.
11/06/2019
Santiago de los Caballeros.
Introducción:
En esta asignación vamos a ver los programas de refuerzo que especifican los tipos de condicionamiento atendiendo no a los diferentes tipos de refuerzo, (que daría lugar a la clasificación de refuerzo positivo, negativo) sino a los diferentes modos de administrar el estímulo reforzante. Los programas de refuerzo fueron muy estudiados por el conductista Skinner; los más importantes son: de refuerzo continuo, de refuerzo parcial, de intervalo fijo, de intervalo variable, de razón fija, de razón variable. Cada programa de refuerzo produce unas características especiales en el condicionamiento operante, en particular en relación con la resistencia a la extinción. 
1. Formula programas de reforzamiento basados en las teorías estudiadas en esta unidad para cada uno de los siguientes casos. Específica si el programa que desarrollaste es de razón simple, razón variable o intervalo.
La teoría del reforzamiento elaborada por Skinner, también conocida como condicionamiento operante o condicionamiento instrumental, intenta explicar la conducta humana en correspondencia con el medio ambiente o los estímulos que la rodean. Mediante el método experimental, Skinner llega a la conclusión de que la aparición de un estímulo desencadena una respuesta en la persona. Si esta respuesta es condicionada utilizando reforzadores positivos o negativos, se podrá ejercer una influencia en dicha reacción o conducta operante, la cual puede potenciarse o inhibirse. Skinner estableció que la conducta se mantiene de un contexto o situación a otra siempre que las consecuencias, es decir los reforzadores no cambien o lo hagan siguiendo unas ciertas lógicas, "reglas" que hay que descubrir. Como consecuencia, tanto el comportamiento humano como el animal pueden ser condicionados o modificados utilizando una serie de estímulos que el sujeto puede considerar satisfactorios o no. Explicado de una manera más sencilla, la Teoría del reforzamiento hace hincapié en que una persona tiene más probabilidades de repetir una conducta que es reforzada de manera positiva, así como será más probable que repita aquellas que estén asociadas a estímulos o refuerzos negativos.
CASO A: Fernando, de 8 años de edad, es muy distraído y presenta un comportamiento verbal inadecuado, interrumpiendo continuamente la dinámica de la clase y el trabajo de los compañeros. 
Cognoscitivo: el niño tiene inadecuada falta de atención y no atiende al juego grupal de trabajo.
Trastorno de déficit de atención: El trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad (TDAH) es un trastorno de origen neurobiológico que se caracteriza por déficit de atención, impulsividad, y/o hiperactividad excesiva. 
Síntomas: no presta atención cuidadosa a los detalles o comete errores por descuido en el trabajo escolar. Tiene problemas para enfocarse durante las tareas o juegos. No escucha cuando se le habla directamente. No sigue instrucciones y no termina el trabajo escolar o los deberes. Tiene problemas para organizar sus tareas y actividades. Evita o le disgustan las tareas que requieran esfuerzo mental continuo (como las tareas escolares). Con frecuencia pierde objetos, como las tareas escolares o juguetes. Se distrae fácilmente. Este niño presenta déficit de atención y para tratar de cambiar utilizaremos los reforzamientos positivos en donde tenemos como objetivo darle recompensas verbales como elogio cuando preste atención premiarlos porque esto hará que el niño en un futuro lo haga de manera autónoma.
Estrategias: Para el comportamiento verbal inadecuado podríamos utilizar el reforzamiento negativo que puede ser el castigo que se le va a dar al niño, por ejemplo. Cuando el niño este interrumpiendo en el aula o diga palabra inadecuadas hablando mucho para distraer a los estudiantes podríamos retirarle el recreo o quitarle algo que le guste al niño. Otras de las técnicas que utilizaremos para que el niño se concentre más son las técnicas de economía de fichas consiste en establecer un sistema en el que el niño gane puntos o fichas por comportarse de una determinada manera. Estas fichas pueden canjearse más tarde por un premio mayor, pactado de antemano. 
Este es de razón variable ya que se estarán utilizando varios tipos de reforzamientos para que el niño no se acostumbre a las mismas cosas.
CASO B: Carlos, de 15 años de edad, presenta una alta hiperactividad, así como un elevado comportamiento agresivo.
La hiperactividad en la adolescencia, como en la edad adulta, no es tanto una hiperactividad motora, como una sensación inquietud interior, impaciencia interior, desasosiego. Se puede manifestar en una incapacidad para permanecer quietos durante un largo tiempo, dar golpecitos con los dedos o los pies, morderse las uñas, darse vueltas en el pelo o juguetear con el bolígrafo.
Entendemos por conducta agresiva aquella conducta que al ser realizada causa daño a uno mismo, a otros o al entorno físico. Es una conducta de riesgo y de ahí la importancia de ser evaluada de manera adecuada cuando se presenta. Lo principal que debemos tener claro es que las conductas agresivas son la expresión de una disfunción del Sistema Nervioso Central y tienen un sustrato neurobiológico.
Estrategias: cómo podemos ver, este adolescente presenta hiperactividad que es un trastorno de la conducta por una actividad constante, comportamientos cambiantes y dificultades de atención. Para poder trabajar con este adolescente debemos referirlo a neurología para saber el grado de hiperactividad que presenta el adolescente, después del diagnóstico se debe hacer un contrato terapéutico en el que el adolescente se haga responsable de participar en el proceso. El objetivo principal es reducir su impulsividad e inquietud motriz y aumentar su atención que son fuente de sus principales problemas , para esto podríamos utilizar tareas educativas donde el adolescente se mantenga ocupado como por ejemplo ponerlo a realizar tareas de su interés como ,pintura, trabajos grupales .También podemos utilizar los reforzadores positivos, es decir, si él hace el trabajo y las tareas podemos elogiarlos y premiarlo para que el adolescente se sienta motivado y se concentre en su labor. Con las siguientes técnicas: 
1. Idearemos actividades excepcionales de recompensa ante conductas especialmente elogiosas.
2. Asignaremos responsabilidades reales en casa (tirar la basura, mantener la habitación recogida etc.)
3. Elaboraremos posters para su habitación con las normas de la casa y las consecuencias de incumplirlas.
4. Escribiremos un horario estructurado con obligación de cumplimiento, pero teniendo en cuenta la flexibilidad.
 CASO C: María, de 12 años de edad, se chupa el dedo. Sus compañeros de clase se burlan de ella y está empezando a querer dejar de ir a la escuela ya que dice que le tratan mal.
Comportamiento de auto estima baja, la niña tiene reforzadores positivos tiene extinción. La succión es un reflejo que el recién nacido tiene antes incluso de su llegada al mundo; las ecografías muestran que los fetos de 13-14 semanas ya chupan sus diminutos dedos. Incluso en algunos bebés se observa, al nacer, una pequeña ampolla en la mano debido a la succión mantenida dentro del útero. El acto de succionar no sólo tiene para el bebé una función nutritiva, sino que también le proporciona seguridad, tranquilidad, sosiego y placer; a esto se le denomina “succión no nutritiva”. La boca es el principal órgano sensorial, junto con el olfato, de un recién nacido. Con ella se alimentan, con ella reclaman atención, y con ella inicialmente empiezan a explorar su pequeño mundo, comenzando por su propio cuerpo. Primero moverán ambas manos de forma descoordinada, después se llevarán esporádicamente las manos a la boca,
y a las pocas semanas ya acertarán a introducir en ella sus dedos para la succión. Esta necesidad de succión no nutritiva puede calmarse con la utilización de un chupete, que en esencia cumplirá las mismas funciones. Sin embargo, no son pocos los niños que rechazan el plástico de la tetina y prefieren succionar sus dedos. 
El pulgar es el dedo que con más frecuencia utilizan, aunque hay niños que intentan meterse otros dedos, o incluso toda la mano, en la boca. En principio no hay que alarmarse porque el niño se chupe el dedo, ya que es absolutamente normal y fisiológico, y sirve al bebé para explorar su propio cuerpo, para descubrirse, y además aprende a tranquilizarse solo, utilizando sus propios recursos. Aunque no lo parezca, que un bebé de pocos meses se chupe el dedo es un signo de madurez desde el punto de vista psicomotor. Las personas con autoestima baja buscan, a veces sin ser muy conscientes de ello, la aprobación y el reconocimiento de los demás y suelen tener dificultad para ser ellas mismas y poder expresar con libertad aquello que piensan, sienten y necesitan en sus relaciones interpersonales, así como para poder decir “no” al otro sin sentirse mal por ello. En ocasiones las personas que esconden en su interior sentimientos de baja autoestima, suelen ocultárselos a sí mismas mediante el uso de diferentes mecanismos de defensa, (negación, intelectualización, fantasía, etcétera) incluso haber creado a su alrededor una coraza defensiva, para protegerse de la amenaza (a menudo fantaseada) frente a posibles rechazos sociales, incluso acríticas personales u opiniones que cuestionen sus creencias. Las personas con Baja Autoestima suelen experimentar ansiedad ante situaciones de intimidad y afectivas. Esto se debe a la dificultad que experimentan a la hora de sentirse seguras y espontáneas en sus relaciones interpersonales.
Conclusión: 
Pregúntele a cualquier padre si quiere que su hijo sea una persona agresiva y es probable que reciba más de una respuesta. Después de todo, la agresividad se relaciona con comportamientos tanto aprobados como desaprobados en nuestra mente y en nuestra sociedad: tanto con la energía y el propósito que nos ayudan a dominar activamente las dificultades de la vida como con las acciones ofensivas y las fuerzas destructivas. La mayoría de nosotros quiere que nuestros hijos sean capaces de adoptar una postura firme cuando otros los tratan con brusquedad. Esperamos que no comiencen peleas, pero si los atacan que puedan enfrentar al atacante y no se vean abrumados. El aprendizaje de un niño para encontrar un equilibrio saludable entre un comportamiento demasiado agresivo y muy poco agresivo probablemente sea la tarea más difícil del crecimiento. Según la teoría del desarrollo, los impulsos o deseos agresivos son innatos en el niño humano y son un aspecto crucial de la fuerza vital sicológica y de la supervivencia. En el curso del desarrollo saludable, estos impulsos se expresan normalmente en varios comportamientos en diferentes edades y, con la ayuda de padres y otros, gradualmente van pasando al control de la persona: moderado, canalizado y regulado, pero de ninguna manera eliminado.

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