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4.4. Suplementos nutricionales como soporte de la dieta convencional Pilar García Peris Cristina Cuerda Compés Miguel Camblor Álvarez 1. Introducción 2. Generalidades 2.1. Concepto 2.2. Criterios para una prescripción apropiada. Indicaciones y contraindicaciones 2.3. Clasificación de los suplementos nutricionales. Criterios de selección 2.4. Distribución horaria 3. Suplementos nutricionales en diferentes patologías 3.1. Oncología 3.2. Fibrosis quística 3.3. Enfermedad pulmonar 3.4. Infección por VIH 3.5. Geriatría 4. Conclusiones 5. Resumen 6. Bibliografía 7. Enlaces web Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte de la dieta convencional 91 1. Introducción n Conocer el concepto actual de los suplementos nutricionales. n Determinar los criterios básicos para una prescripción adecuada. n Aprender los criterios de selección de los mismos. n Analizar los diferentes preparados que existen en el mercado. n Establecer la evidencia científica de la utilidad de los suplementos nutricionales en diferentes patologías. n Examinar la forma de administración, horario, tiempo que se deben mantener, etc. Objetivos 91 1. Introducción No cabe duda de que una correcta alimentación consigue el mantenimien-to del estado nutricional o la recuperación del mismo, en caso de que se encuentre afectado. La desnutrición es una realidad frecuente tanto en el ámbito hospitalario como en la comunidad. Se llega a la desnutrición bien sea por una menor ingesta, por una alteración del metabolismo de nutrientes o por un exceso de los mismos. La prevención de la desnutrición depende de la identificación precoz de los individuos en riesgo de padecerla. Las consecuencias de la desnutrición dependen del tiempo que se mantenga una ingesta inadecuada y de las enfermedades previas o actuales del paciente. Desde hace años se co- nocen bien los efectos deletéreos de la desnutrición: retraso en la cicatrización, aumento de las complicaciones y mayor número de ingresos. Todo ello provoca un aumento de la morbimortalidad, de la estancia media hospitalaria y de los costes generados por la enfermedad. La desnutrición también está presente en el ambiente extrahospitalario, por lo que no es de extrañar que los suplementos se utilicen cada vez más en la comunidad. Los reciben pacientes de todas las edades que, generalmente, sufren enfermedades que afectan el estado nutricional. Como es lógico, lo más fisiológico es comer por vía oral. Sin embargo, en mu- chas ocasiones es difícil conseguir un óptimo aporte de nutrientes por esta vía a pesar de dar consejos para optimizar la dieta tradicional, porque el paciente tie- ne problemas de dentición, problemas salivares, disfagia o simplemente problemas de tipo social (aislamiento, etc.) o económicos. Cuando esto ocurre es necesario variar la textura de los alimentos, para mantener una deglución adecuada. Si a pesar de ello la ingesta de nutrientes sigue siendo deficitaria, está indicada la prescripción de suplementos nutricionales. A pesar de ello, hay pocos estudios de intervención aleatorios que aporten su- ficiente evidencia científica para el uso de los suplementos en las distintas patolo- gías. Esta es la causa de que no existan unas recomendaciones clínicas específicas para la utilización de la mayoría de estos productos. En este Capítulo se va a definir lo que actualmente se entiende por suplemen- tos nutricionales, los objetivos que se deben planificar antes de su prescripción, los criterios de selección y los tipos de preparaciones que existen en el mercado. Igualmente se estudiarán las indicaciones de los suplementos nutricionales en determinadas patologías. 92 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 93 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez 2. Generalidades 2.1. Concepto Los suplementos nutricionales se definen como aquellos preparados para usos nutricionales especí- ficos, completos o no en cuanto a su composición, que completan una dieta oral insuficiente. Como se ha comentado con anterioridad, en la actualidad no existe un consenso para recomendar el empleo de suplementos nutricionales en pacientes con diferen- tes patologías. Con la evidencia actual, los suplementos nutri- cionales sólo parecen tener un posible o probable efecto beneficioso en aquellos enfermos que pre- sentan un riesgo de desnutrición moderado o al- to, mientras que en los pacientes con un bajo ries- go de desnutrición el beneficio parece improbable (Figura 1). Por este motivo, la indicación no de- be hacerse sin una información exacta sobre la ingesta espontánea de alimentos por vía oral, el estado nutricional del paciente y, lo que es más importante, sobre la capacidad funcional del mis- mo. El conocimiento previo de estas premisas ha- rá posible una evaluación posterior de la repercu- sión de los suplementos nutricionales sobre esos parámetros. Desgraciadamente, esta premisa sobre el uso de los suplementos nutricionales, que parece tan evidente, no siempre se sigue y cuando se revi- san metaanálisis sobre la utilización de los suple- mentos nutricionales, se observa con una frecuen- cia relativamente alta que no están registrados los pesos previos de los enfermos, ni tampoco, co- mo es lógico, los pesos finales tras la intervención; muchas veces no queda registrado por escrito el nombre del suplemento nutricional empleado ni la cantidad, y por supuesto rara vez, se conoce el be- neficio real de los mismos. Por tanto, los objetivos que hay que plantear a la hora de prescribir los suplementos orales son: aumentar la ingesta total de energía, mantener y/ o recuperar el estado nutricional y mantener y/o mejorar la capacidad funcional del paciente. Figura 1. Beneficios de los suplementos nutricionales según el grado de desnutrición. Fuente: Stratton RJ, Green CJ, Elia M. Disease-related malnutrition: an evidence-based approach to treatment. CABI Publishing. London, UK, 2003: 173. 92 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 93 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez 2.2. Criterios para una prescripción adecuada. Indicaciones y contraindicaciones Toda prescripción de suplementos nutricionales debe ir siempre precedida de una evaluación co- rrecta del estado nutricional. Además, los criterios para una prescripción apropiada de los suplemen- tos nutricionales son que el paciente presente una ingesta oral insuficiente, que haya recibido conse- jos dietéticos y/o que presente alteraciones en la deglución, capacidad de absorción alterada, o cir- cunstancias sociales que hagan difícil una modifica- ción dietética. Las contraindicaciones teóricas de los suple- mentos nutricionales serán que el paciente tenga un buen estado nutricional y no se prevea alte- ración en su ingesta oral, así como los pacientes con riesgo de sufrir broncoaspiración (disfagia importante, alteración del estado de concien- cia, etc.). 2.3. Clasificación de los suplementos nutricionales. Criterios de selección Los suplementos nutricionales se clasifican se- gún el tipo de nutriente en energéticos (densi- dad calórica ≥ 1,5 kcal/ml), proteicos (aporte de proteínas ≥ 18% del valor calórico total), mixtos (energéticos y proteicos) y, finalmente, con y sin fi- bra (Tabla 1). Según la patología específica para la que se han definido, se dispone de suplementos para diabetes mellitus, síndromes de malabsorción, insuficiencia respiratoria, cáncer, úlceras por presión, etc. Dependiendo de la presentación del suplemen- to nutricional, se clasifican: • Según el sabor (vainilla, chocolate, café, naran- ja, melocotón, etc.). • Según la consistencia (polvo, líquido, semisólido -natillas y pudding-, y barritas). • Según el envase (brik, botella de cristal, lata, etc.). Los criterios de selección de los suplementos nutricionales deberán tener en cuenta sus caracte- rísticas físicas (sabor, olor, consistencia y aspecto), la composición de nutrientes, la funcióngastroin- testinal del paciente, la enfermedad subyacente y el coste (Tabla 2). 2.4. Distribución horaria La distribución horaria es variable y siempre de- be adaptarse individualmente: entre comidas, en pequeñas tomas a lo largo del día, con la comida principal, con la medicación, al despertar, por la tar- de o por la noche. Siempre se debe intentar conse- guir que los suplementos nutricionales no disminu- yan el consumo de alimentos por vía oral. La temperatura de los mismos es algo que depen- de de las apetencias del enfermo, si bien es verdad que, en general, se prefieren fríos. Siempre, eso sí, se debe insistir en que se tomen despacio, bien con la pa- jita que muchos llevan anexa en el envase o en vaso. Tanto el horario como el tipo de suplemento se deben establecer de acuerdo con el paciente, con los familiares o con el personal responsable. • Características físicas: sabor, olor, consistencia y aspecto • Composición de nutrientes • Biodisponibilidad de nutrientes • Función gastrointestinal • Enfermedad del paciente • Coste Tabla 2. CRITERIOS DE SELECCIÓN DE LOS SUPLEMENTOS Nutrientes • Energéticos: densidad calórica ≥ 1,5 kcal/ml • Proteicos: aporte de proteínas ≥ 18% • Mixtos: energéticos y proteicos • Con o sin fibra Patología • Específicos: diabetes, malabsorción de grasas, úlceras por decúbito... Presentación • Sabor: chocolate, vainilla, café, salados... • Consistencia: polvo, líquido, semisólido (pudding, natillas) y barritas • Envase: brik, botella de cristal, lata... Tabla 1. TIPOS DE SUPLEMENTOS 94 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 95 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez 3. Suplementos nutricionales en diferentes patologías 3.1. Oncología Entre un 40% y un 80% de los pacientes con cán- cer desarrolla algún grado de desnutrición durante el curso de la enfermedad. La etiología de la desnutri- ción es multifactorial. En primer lugar existen facto- res relacionados con el tumor, que van a dar lugar a alteraciones mecánicas o funcionales del aparato di- gestivo que, dependiendo de la localización del tu- mor, afectarán de forma distinta la ingesta de alimen- tos, su masticación, su digestión o su absorción. En segundo lugar, la presencia de un tumor conlleva la alteración per se de la digestión, de la absorción y del metabolismo de todos los principios inmediatos. En tercer lugar, el propio tumor produce sustancias ca- quectizantes, que no hacen sino agravar el problema. Entre los factores relacionados con el paciente hay que destacar sus hábitos adquiridos y la ano- rexia debida a la presencia del tumor, que es deter- minante en la etiología de la desnutrición. Por último, están los factores relacionados con el tratamiento. En este sentido hay que hacer én- fasis en que tanto la cirugía como la quimioterapia y la radioterapia inciden negativamente en el esta- do nutricional de los pacientes. Como resultado de todo lo anteriormente ex- puesto, el paciente con cáncer puede desarrollar un cuadro de caquexia, que va a tener una repercusión negativa en su evolución al dar lugar a un aumento de la morbimortalidad. Desde un punto de vista nutri- cional será por tanto necesario siempre realizar una valoración nutricional y ver si está indicado un poste- rior tratamiento. En el caso de que esté indicado un soporte nutricional, el médico debe comenzar por dar consejos dietéticos con el fin de optimizar la die- ta oral. Si estos no son suficientes se utilizarán los fármacos disponibles en el mercado para mejorar la anorexia, por ejemplo el acetato de megestrol. Cuan- do todo esto falla hay que optar por los suplementos nutricionales y, si esta opción de tratamiento también es insuficiente, se recurrirá a la nutrición artificial. En el contexto concreto de suplementos nutri- cionales y oncología, no son demasiados los traba- jos que muestran una evidencia científica suficien- te al respecto. En una revisión de la literatura se han encontrado 10 estudios controlados y aleato- rizados que han comparado la eficacia de los su- plementos nutricionales en pacientes con cáncer (Tabla 3). Los resultados en cuanto a los objeti- vos antes reseñados (aumento de la ingesta de nu- trientes, mejoría del estado nutricional y del esta- do funcional de los pacientes) son muy dispares, y en muchos casos muy pobres. De hecho, sólo en los trabajos de Arnold et al. (1989), Douglas et al. (1978), Evans et al. (1987) y Ovesen et al. (1992) se constata un aumento de la ingesta total de ener- gía. Con respecto al estado nutricional, únicamen- te mejoraba de forma estadísticamente significativa en los trabajos de Nayel et al. (1992) y Ovesen et al. (1992). El estado funcional variaba positivamen- te en los trabajos de Douglas et al. (1978), Flynn et al. (1987) y Nayel et al. (1992). De todas formas, hay que señalar que estos es- tudios presentan problemas importantes de dise- ño, que hay que tener en cuenta a la hora de in- terpretar los resultados. Por ejemplo, en un mismo estudio se incluyen pacientes con diferentes tipos de tumores en distintos estadios, o incluso no se definen éstos; igualmente, hay enfermos con radio- terapia, quimioterapia, o ambas. Es importante resaltar que no se define cuándo hay que comenzar con los suplementos nutriciona- les; el aporte de calorías es aleatorio, y también lo es la duración del tratamiento con los mismos. En este sentido deben tenerse en cuenta los criterios esta- blecidos para la prescripción adecuada de suplemen- tos nutricionales, que ya se han comentado y que es imprescindible seguir, para optimizar el tratamiento. Una vez que se ha decidido utilizar suplemen- tos nutricionales, hay que optar por elegir el pre- parado más adecuado para cada paciente. Para esta elección hay que tener en cuenta dos aspectos: en cuanto al enfermo, su patología de base que es un tumor, y la función gastrointestinal; en lo referente a los propios suplementos nutricionales, la compo- sición de nutrientes y las cualidades físicas (sabor, olor, consistencia, etc.), ya que estos pacientes pre- sentan alteraciones en el gusto, olfato, etc. A la pregunta acerca de si existe un suplemen- to nutricional ideal para los pacientes oncológi- cos, la respuesta es que hoy por hoy no, pero que sí hay una serie de características que debe inten- tarse que cumplan. Por ejemplo, y salvo contra- indicación explícita, las dietas serán poliméricas estándar y de alta densidad calórica, para poder aportar en menos volumen más calorías y facilitar 94 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 95 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez así el cumplimiento de la prescripción. La presen- tación y el sabor deben siempre individualizarse. En la actualidad se está trabajando en el dise- ño de fórmulas específicas para estos pacientes. En concreto hay estudios con ácido eicosapentaenoi- co y ácido docosahexaenoico. Se ha demostrado que ambos pueden tener un efecto inhibidor so- bre el crecimiento tumoral, disminuir la degrada- ción de proteínas musculares y favorecer la supre- sión de citokinas proinflamatorias. Dentro de este apartado de nutrientes específicos hay que men- cionar también los probióticos. En este sentido, se ha demostrado que disminuyen la apoptosis y la producción de citokinas proinflamatorias, y pue- den preservar la integridad de la barrera intestinal. Estas acciones serían fundamentales en la preven- ción y/o en el tratamiento de la enterocolitis por radioterapia. En cuanto a los prebióticos, al retrasar el va- ciamiento gástrico, disminuir el tránsito intestinal y aumentar la producción de ácidos grasos de ca- dena corta, serían de elección también en la ente- rocolitis secundaria a radioterapia. No cabe la menor duda de que el diseño de dietas con nutrientes específicos parar enfermos con cáncer, que además de mantener y/o recupe- rar el estado nutricional de estos pacientes mo- dularan el caos metabólicoexistente en ellos, se- ría muy positivo. En otro orden de cosas, no debe olvidarse hacer hincapié en el horario y en el tiempo de duración de la suplementación. En cuanto a la duración del tra- tamiento, los estudios controlados y aleatorizados antes comentados están realizados a tiempo muy variable y muchas veces demasiado corto (entre 2 semanas y 12 meses). Parece que los suplementos Tabla 3. ESTUDIOS CON SUPLEMENTOS NUTRICIONALES EN PACIENTES CON CÁNCER Estudios Cánc./trat. ↑ Ingesta ↑ Est. nut. ↑ Est. fun. Tiempo Arnold Cabeza, cuello/ Sí ns No 10 sem 1989 Radioterapia Brown Abdominal/ - ns - 4-6 sem 1980 Radioterapia Douglas Gástrico/ Sí ns Sí 2-4 sem 1978 Radioterapia Elkort Mama/ - ns No 12 m 1981 Quimioterapia Evans Colon, pulmón/ Sí ns No 12 sem 1987 Radiot., quimiot. Flynn Cabeza, cuello - - Sí 2-4 sem 1987 Foster Abdominal/ - ns - 6 sem 1980 Radioterapia McCarter Esófago, 1998 estómago, - - No 1 sem páncreas Nayel Cabeza, cuello/ - Sí Sí 2-4 sem 1992 Radioterapia Ovesen Pulmón, ov., mama/ Sí Sí - 2 m 1992 Quimioterapia Cánc.: cáncer; Est. fun.: estado funcional; Est. nut.: estado nutricional; m: meses; ns: no significativo; ov.: ovario; sem: semanas; trat.: tratamiento. 96 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 97 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez nutricionales se deben mantener durante todo el tiempo que sea necesario, hasta que el paciente rea- lice una alimentación oral suficiente. 3.2. Fibrosis quística La fibrosis quística o mucoviscidosis es una en- fermedad hereditaria (autosómica recesiva) que afecta a las glándulas exocrinas y que origina una amplia variedad de manifestaciones clínicas. La im- portante morbimortalidad de esta enfermedad es- tá relacionada con la afectación pulmonar y sus complicaciones, que son responsables del 95% de las muertes en estos pacientes. Además, el 85% de los pacientes presentan insuficiencia pancreática. En las dos últimas décadas se han producido avances sustanciales en el conocimiento de esta en- fermedad, lo que ha permitido aumentar la super- vivencia de estos pacientes desde los 10 años hasta más de los 40 años desde el momento del diag- nóstico. Múltiples trabajos demuestran la íntima re- lación que existe entre el estado nutricional y la evolución de la enfermedad respiratoria en estos pacientes. Asimismo, entre los niños afectados por esta enfermedad es frecuente el retraso del creci- miento y del desarrollo, que mejora cuando se ins- taura un soporte nutricional apropiado. Por todo ello, resulta de gran importancia optimizar el estado nutricional de estos pacientes mediante la prescrip- ción de dietas orales adecuadas y de nutrición arti- ficial (suplementos, nutrición enteral o parenteral). Se han publicado 13 estudios en pacientes no hospitalizados con la administración de suplemen- tos nutricionales añadidos a la dieta oral (Ta- bla 4). De ellos, sólo tres son aleatorizados. En otros tres se incluyó un grupo control. Una de las razones por las que la mayoría de los trabajos no incluían un grupo control fue de orden ético, ya que los pacientes tratados presentaban retraso del crecimiento. En la mayoría de ellos los suplementos utiliza- dos fueron de fabricación casera, aunque en algu- nos casos se utilizaron preparados comerciales. El aporte energético que supuso la suplementación en la dieta de los pacientes fue muy variable (entre el 20 y el 100% de la ingesta recomendada). La du- ración de la suplementación también fue muy va- riable, desde varias semanas hasta varios años. La mayoría de los estudios se hicieron con niños, aun- que en algunos casos también se incluyeron adul- tos. Todas estas diferencias en el diseño de los es- tudios hacen que los resultados sean variables de unos a otros. En la mayoría de los trabajos la suplementa- ción nutricional produjo un aumento significativo del peso corporal, así como del peso en relación con la edad y con la talla. En algunos estudios tam- bién se observó un aumento significativo de la ta- lla para la edad. La edad ósea también aumentó en dos de los trabajos [Berry et al. (1975) y Yassa et al. (1978)]. En algunos estudios también se obtuvieron mejorías en la masa magra y en la masa grasa. En muchos trabajos se observó un aumento de la ingesta calórica total, a pesar de que los pacien- tes se quejaron de la saciedad producida por los suplementos y de su baja palatabilidad. En algunos de ellos se pudo constatar que más del 80% de la energía aportada por los suplementos se suma- ba a la ingesta oral del enfermo. En el estudio de Yassa et al. se observó una disminución del apeti- to. Con los datos aportados por los estudios no hay información suficiente para recomendar un modo de suplementación concreto ni un horario (mañana, tarde, noche). En casi todos los trabajos, la suplementación nutricional produjo una mejo- ría funcional difícil de cuantificar en los pacien- tes, consistente en mejoría del estado general, mayor actividad física, mejoría pulmonar, mejoría del sueño, reducción en el número de hospitali- zaciones, mejoría de la diarrea, mejorías en el pe- lo y uñas, etc. En cuanto al efecto de la interrupción de la su- plementación nutricional, sólo fue estudiado en el estudio de Yassa et al., en el que se produjo una pér- dida de peso o un enlentecimiento en el incremen- to del peso y talla, sin que se afectase la edad ósea. 3.3. Enfermedad pulmonar Los pacientes con obstrucción crónica al flujo aé- reo son candidatos a padecer desnutrición, por lo que se debe descartar su presencia en todos ellos. Ha habido varios trabajos que han estudiado la utilidad de los suplementos nutricionales en estos pacientes (Tabla 5). De ellos, nueve son aleatorizados y el resto no. En general, la mayo- ría de los estudios muestran que existe mejoría en aquellos pacientes con un peso corporal infe- 96 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 97 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez rior al 90% del peso ideal o con un índice de ma- sa corporal (IMC) inferior a 20 kg/m2. La ganan- cia ponderal media en el conjunto de los estudios oscila entre 1,5 y 4,4 kg, con una media de 2,6 kg. Desde el punto de vista antropométrico, en el 50% de ellos se mostró una mejoría de los plie- gues cutáneos y de la circunferencia media mus- cular del brazo. En cuanto a la ingesta energética, ésta aumen- tó de manera significativa y se aproximó a un 50% de la energía aportada por el suplemento (Efthimiou et al.: 53%; Lewis et al.: 57%; Norre- gard et al.: 83%). El efecto de los suplementos so- bre el apetito, o el momento del día en que de- ben proporcionarse son dos aspectos que no han sido estudiados. Respecto a la capacidad funcional, hay evidencias que muestran que, en aquellos pacientes en los que se consiguió una ganancia ponderal igual o superior a 2 kg, hubo una disminución de la sensación de dis- nea, una mayor distancia caminada y una mejoría tan- to de la fuerza de la musculatura respiratoria como de la prensil [Efthimiou et al. (1988) y Fuenzalida et al. (1990)]. Asimismo, estos dos autores han estudia- Tabla 4. ESTUDIOS CON SUPLEMENTOS NUTRICIONALES EN FIBROSIS QUÍSTICA Estudio Suplemento Duración N.º pacientes Edad kcal Resultados (años) prescritas Scondel et Magnacal® 2 sem 16 S 7-16 a 30% RDI P y T = ↑ ingesta, al., 1987* ↑ saciedad, ↓ apetito Kalnins et Boost plus® 3 m 7 S > 10 a 20% RDI ↑ P al., 1996* 6 noS Steinkamp Fresubín® 3 m 16 S > 4 a 500-800 ↑ P, ↑ masa grasa et al., 2000* 20 noS kcal Allan et al., Casero 3 m-3 a 17 S 6-20 a 100% RDI ↑ P, ↑ T (ns), mejoría 1973 11 S 50% RDI funcional Barclay et Albumaid® y 1 a 12 S 5 m-8 a 100% RDI ↑ P, mejoría funcional al., 1975 Caloreen® Berry et al., Casero 1 a 15 S 10 m-18 a 50-70% ↑ P, ↑ T (ns), ↑ edad ósea, 1975 15 noS RDI mejoría funcional Hayes et al., 3 m 10 S 17-19a 600 kcal ↑ P 1995 Kashirskaja Casero 1 a 42 S 4 m-15 a ↑ P, mejoría funcional et al., 1996 Parsons et Casero 1 a 8 S 4,1-7,7 a 31% RDI ↑ P, ↑ T (ns), ↑ ingesta al., 1983 Rettammel et 3 m 20 S 5-27 a 30% RDI ↑ P al., 1995 Shepherd et Vipep® 6 m 7 S 5,2-13,2 a 1.000-1.200 ↑ P, ↑ T, ↑ ingesta, al., 1983 8 noS kcal mejoría funcional Skypala et Scandishake® 2 m 26 S 9-34 a 20% ↑ P, ↑ ingesta al., 1998 basales Yassa et al., Casero 1 a 28 S 3,2-16 a 100% RDI ↑ P, ↑ T, ↑ edad ósea, 1978 15 noS ↓ apetito *Aleatorizado. a: años; m: meses; noS: grupo no suplementado; ns: no significativo; P: peso; RDI (Recommended Dietary Intake): inges- ta dietética recomendada; S: grupo suplementado; sem: semanas; T: talla. 98 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 99 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez do la repercusión de la suspensión de los suplemen- tos y han observado que, a los tres meses de suspen- derlos, los pacientes vuelven al consumo de energía previo, pierden un 30% del peso ganado con el suple- mento, y desaparece la mejoría funcional que se ha- bía conseguido. 3.4. Infección por VIH Los pacientes con infección por el virus de la in- munodeficiencia humana (VIH) presentan frecuente- mente una alteración del estado nutricional. Aunque el mayor control de la enfermedad con los nuevos tra- Tabla 5. ESTUDIOS CON SUPLEMENTOS NUTRICIONALES EN PACIENTES CON ENFERMEDAD PULMONAR Estudio Suplemento Duración N.º pacientes kcal prescritas Resultados Donahoe et al., 1989* 16 sem 10 S 7 noS ↑ Ingesta, ↑ P y mejoría funcional Efthimiou et al., 1988* Build up® 3 m 7 S 7 noS 640-1.280 kcal ↑ Ingesta, ↑ P, ↑ PTC, ↑ CMMB y mejoría funcional Fuenzalida et al., 1990* Sustacal® 6 sem 5 S 4 noS 1.080 kcal ↑ Ingesta, ↑ P, ↑ PTC, ↑ CMMB y mejoría funcional Ganzoni et al., 1994* Fresubín® 12 m 14 S 16 noS ↑ Ingesta, ↑ P, ↑ PTC Knowles et al., 1988* Sustacal® 2 m 12 S 13 noS 50% TEI ↑ Ingesta, ↑ P y mejoría funcional Lewis et al., 1987* Isocal HN® 8 sem 10 S 11 noS 960 kcal ↑ Ingesta, ↑ P (ns) Norregard et al., 1987* Novo® 5 sem 9 S 7 noS 600 kcal ↑ Ingesta, ↑ P, ↑ FFM y mejoría funcional Otte et al., 1989* Novo® 13 sem 13 S 15 noS 400 kcal ↑ Ingesta, ↑ P, 4 pliegues Rogers et al., 1992* Varios 16 sem 15 S 12 noS ↑ Ingesta, ↑ P y mejoría funcional Openbrier et al., 1984 Sustacal® Ensure® 12-22 m 9 S 750-1.000 kcal ↓ P Pardy et al., 1986 Sustacal® 2 m 25 S ↑ Ingesta Sridhar et al., 1994 Build up® Fortisip® Maxijul® 4 m 9 S ↑ P (ns) Stauffer et al., 1986 1 m 10 S 1.080 kcal ↑ Ingesta, ↑ P (ns) Wilson et al., 1964 3105F® 1 m 43 S 750 kcal ↑ Ingesta Wilson et al., 1986 2 sem 3 S 150% RDI ↑ Ingesta, ↑ P, ↑ PTC, ↑ CMMB y mejoría funcional *Aleatorizado. CMMB: circunferencia media muscular del brazo; FFM (Fat-Free Mass): masa magra; m: meses; noS: grupo no suplementado; ns: no significativo; P: peso; PTC: pliegue tricipital; RDI: ingesta dietética recomendada; S: grupo suplementado; sem: semanas; TEI: ingesta energética total. 98 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 99 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez tamientos antirretrovirales ha contribuido a mejorar el estado nutricional de estos pacientes, todavía siguen siendo un grupo de riesgo de presentar desnutrición. Los trabajos clásicos demostraron una relación en- tre la pérdida de peso y la supervivencia de estos pa- cientes. Los estudios que han analizado la ingesta de estos enfermos muestran en muchos casos ingestas normales, si bien esto depende mucho del grupo de riesgo (drogadictos en comparación con homosexua- les). Los resultados de los estudios con suplementos orales en pacientes con infección por VIH han sido poco concluyentes por varias razones: • En algunos estudios se incluyeron pacientes en diferentes estadios de infección por VIH. • En muchos de los trabajos los pacientes pre- sentaban un índice de masa corporal normal al ini- ciar el estudio. • El tiempo de suplementación fue muy corto en muchos de ellos. • En la mayoría de los estudios la utilización de suplementos orales no produjo un aumento en la ingesta calórica total debido a reducciones en la dieta oral habitual y/o a la mala tolerancia a los su- plementos. Se han recogido los resultados de trece estu- dios aleatorizados y ocho no aleatorizados reali- zados con pacientes no hospitalizados (Tabla 6). Tres de los estudios aleatorizados compararon el grupo suplementado con otro no suplementado [Berneis et al. (2000), Gibert et al. (1999) y Ra- beneck et al. (1998)], mientras que en el resto se compararon los efectos de dos fórmulas diferen- tes de suplementos orales. La mayoría utilizaron dietas enriquecidas con nutrientes inmunomo- duladores (arginina, glutamina, ácidos grasos n-3, RNA), fibra, triglicéridos de cadena media o pép- tidos, que se comparaban con dietas estándar. En muchos de los trabajos no se estudiaron los efec- tos de la suplementación sobre la composición corporal, la ingesta calórica total y el curso clíni- co de los pacientes. Aunque en la mayoría de los estudios se obser- vó una ganancia de peso, sólo en cinco de ellos esta fue estadísticamente significativa. En algunos trabajos la ganancia de peso fue mayor en el gru- po que realizaba una dieta enriquecida, si bien esto pudo deberse a las diferencias en el aporte caló- rico entre los grupos. La suplementación fue po- co eficaz en los pacientes que se encontraban en su peso ideal. En los estudios en los que se realiza- ron otras medidas antropométricas (pliegues cu- táneos, circunferencia muscular) no se encontra- ron cambios significativos, salvo en el estudio de De Luis et al. (2003), en el que observó un aumen- to significativo del pliegue tricipital en el grupo su- plementado. En algunos trabajos en los que se realizó bioim- pedancia se objetivó un aumento de la masa grasa. Sólo en el estudio de Pichard et al. (1998) se obser- vó también un aumento de la masa libre de grasa. La utilización de los suplementos no condujo a un aumento de las calorías totales en la mayoría de los estudios. En los de Chlebowski et al. (1993), Suttman et al. (1996), Álvarez et al. (2000) y De Luis et al. (2003) se observó que sólo un 20% de las calorías aportadas por el suplemento se suma- ban a la ingesta oral del paciente. En el estudio de Hoh et al. (1998) este porcentaje fue mayor, con entre un 36 y un 67%. La utilización de suplementos diferentes (textu- ra, sabor) en los pacientes puede resultar una me- dida eficaz para mejorar la ingesta total. Asimismo, la ingesta de suplementos puede incrementar la in- gesta de micronutrientes. Los estudios anteriores tampoco aportan datos sobre la preferencia en el horario de la ingesta de los suplementos a lo largo del día. En algunos de los estudios se recogieron mejo- rías funcionales: estado inmunológico, función cog- nitiva, función gastrointestinal, reducción en el nú- mero de hospitalizaciones. En la mayoría de ellos estas mejorías fueron mayores con las dietas enri- quecidas frente a las fórmulas estándar, aunque co- mo el aporte calórico fue diferente entre ambos grupos no queda claro el valor de los nutrientes específicos en la explicación de dicha mejoría. En los estudios en los que se recogieron datos de calidad de vida no se observaron beneficios im- portantes, salvo en el estudio de Álvarez et al., en el que se observó una mejoría en las dimensiones físicas y psicológicas de la calidad de vida medida por el Sickness Impact Profile. En ninguno de los tra- bajos se recogieron datos sobre la evolución de los pacientes al finalizar el periodo de suplementación. En cuanto a la tolerancia a los suplementos orales, esta fue variable de unos estudios a otros. Mientras que en muchos casos las fórmulas fueron bien tole- radas, en otros se observaron complicaciones gas- trointestinales: diarrea, náuseas, epigastralgia, dis- geusia, saciedad, etc. 100Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 101 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez Estudio Suplemento Duración N.º pacientes kcal Resultados prescritas Tabla 6. ESTUDIOS CON SUPLEMENTOS NUTRICIONALES EN PACIENTES CON INFECCIÓN POR VIH Chan et al., 1994* Liposorb® (MCT) vs. FS 12 d 12 12 90% RDA ↑ P, ↓ peso y grasa en heces (ambos grupos) Chlebowski et al., 1992* Ensure HN® vs. FE1 68 d 49 480 kcal 566 kcal Mejoría funcional Chlebowski et al., 1993* Ensure® vs. Advera® 6 m 25 31 502-754 607-910 kcal ↑ Ingesta, ↑ P, ↓ n.º de hospitalizaciones en Advera® vs. Ensure® Hellerstein et al., 1994* Fórmula peptídica vs. polimérica 1,5 m 39 610-924 521-783 kcal ↑ Linfocitos, ↓ heces, ↓ n.º de hospitalizaciones en fórmula peptídica vs. polimérica Pichard et al., 1998* FS vs. FE2 6 m 28 27 606 kcal ↑ Ingesta inicial y ↑ P en ambos grupos (no significativo) Berneis et al., 2000* Meritene® 12 sem 8 S 7 noS 600 kcal ↑ Ingesta,↑ P, ↑ masa magra Gibert et al., 1999* S1 Peptamen ® S2 NuBasics® 4 m 178 S1 179 S2 179 noS 500 kcal ↑ Ingesta, ↑ P Rabeneck et al., 1998* Liposorb® (MCT) 6 sem 49 S 50 noS Mejoría funcional Richards et al., 1996* Peptídica vs. polimérica 18 m 27 28 400 kcal ↑ Ingesta, mejoría CD4 fórmula peptídica vs. polimérica Singer et al., 1992* Replete® vs. Impact® 3 m 13 15 948-1.422 kcal ↑ P ambos, mejoría IgA y β2 microglobulina en Impact® Suttman et al., 1996* Impact® vs. FS 8 m 10 695 kcal 638 kcal ↑ P, ↑ ingesta, ↑ sTNFr en grupo del Impact® Álvarez et al., 2000* FE3 3 m 29 S 25 noS ↑ IMC, ↑ masa grasa, ↑ ingesta y mejora calidad de vida De Luis et al., 2003* Ensure® 3 m 35 S 35 noS 750 kcal ↑ Ingesta, P y masa grasa en grupo de Ensure® Burger et al., 1992 12 sem 37 1.000-1.500 kcal ↑ P Burger et al., 1994 Biosorb® drink o Biosorb® 1.500 3 m 34 1.000-1.500 kcal Sin cambios en el P Gaare et al., 1994 Impact® 3 m 10 1.000-1.500 kcal Sin cambios en el P Dowling et al., 1990 12 sem 17 17 ↑ P no significativo Stack et al., 1996 Resource® plus 6 sem 17 7 10 ↑ P 100 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 101 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez 3.5. Geriatría Se acepta la edad de 65 años como definición de persona mayor. Desde un punto de vista práctico se distinguen en esta población tres grupos de edad: en- tre los 65 y los 74 años se habla de ancianos jóvenes, entre los 75 y los 84 años de ancianos y a edades su- periores a los 85 años de ancianos viejos. Un 17% de la población española es mayor de 65 años. Esto representa 6,64 millones de personas. Es importante saber que un 5% de esta población vi- ve institucionalizada y el 95% en su domicilio, algo diametralmente opuesto a lo que ocurre en el res- to de Europa o en los EE UU, donde es frecuente que los ancianos estén en residencias, generalmen- te por propia voluntad. En España, es importante decir que, afortunadamente, de ese 95% el 80% vi- ven en familia y sólo el 20% viven solos, aunque es- te porcentaje es mucho mayor que hace unos años y va en aumento. La prevalencia de desnutrición en la población an- ciana general oscila entre el 3% y el 5%, en los hospi- talizados en servicios médicos el porcentaje aumen- ta entre el 20% y el 40%, en los servicios quirúrgicos es entre el 40% y el 60%, y en los institucionalizados alrededor del 50%. La etiología de la desnutrición es multifactorial. Por un lado están los problemas fisio- patológicos (edad avanzada, disfagia y otras alteracio- nes del tracto digestivo, la pluripatología que con fre- cuencia está presente a esta edad, etc.), por otro los problemas socio-económicos (aislamiento social, in- capacidad física, alcoholismo, tabaquismo, etc.), las al- teraciones psicológicas (depresión, trastornos del comportamiento alimentario), y otros como la poli- medicación o la hospitalización reciente. De todos es conocido que la desnutrición en cualquier población está directamente relacionada con un aumento de la morbimortalidad y empeora la calidad de vida, ya que predispone la aparición de otras patologías, afecta negativamente la capacidad funcional del individuo y aumenta el riesgo de pre- cisar hospitalización y/o institucionalización. Como es lógico, el anciano no escapa a ninguna de estas consecuencias; es más, por la edad es más sensible a ellas. Se precisa por tanto una valoración nutri- cional exhaustiva, pero a la vez útil y al alcance de cualquier profesional de la salud, para poder detec- tar no ya desnutrición, sino población anciana en riesgo nutricional. Para ello se recurrirá a una historia clínica habi- tual, una historia dietética detallada, una reseña so- bre la situación socio-económica del anciano, un examen físico, determinación del peso y antropo- metría. La valoración se completará con una serie de parámetros bioquímicos y una valoración fun- cional y mental. Estudio Suplemento Duración N.º pacientes kcal Resultados prescritas Tabla 6. ESTUDIOS CON SUPLEMENTOS NUTRICIONALES EN PACIENTES CON INFECCIÓN POR VIH (cont.) Wandall et al., 1992 Fórmula con MCT 4 sem 19 ↑ P Fogaca et al., 2000 Advera® 6 sem 12 ↑ P (ns), ↑ PTC Hoh et al., 1998 S1 Ensure® S2 Advera® 6 sem 22 S1 17 S2 13 noS S1 500-750 kcal S2 606-909 kcal Sin cambios en P, FFM, calidad de vida, CD4 *Aleatorizado. a: años; FE1: fórmula enriquecida (péptidos, fibra, n-3); FE2: fórmula enriquecida (arginina, n-3); FE3: fórmula enriquecida (MCT, glutamina, hidrolizado de proteínas y goma guar); FFM (Fat-Free Mass): masa magra; IMC: índice de masa corporal; m: meses; noS: grupo no suplementado; ns: no significativo; P: peso; PTC: pliegue tricipital; RDA (Recommended Dietary Allowances): ingesta dietética recomendada; S: grupo suplementado; sem: semanas; sTNFr: receptores solubles de TNF. 102 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 103 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez Con respecto a la historia dietética hay una se- rie de preguntas imprescindibles que hay que ha- cer en cuanto a cuál es su dieta habitual, si ésta se ha modificado últimamente y por qué, si se han no- tado cambios en el funcionamiento del aparato di- gestivo, dónde come habitualmente, y quién coci- na. No debe olvidarse nunca preguntar si toma algún suplemento dietético o complejo vitamíni- co y por qué. Aunque parece algo evidente, cuando se revisa la literatura o simplemente algunas historias clíni- cas, el peso no siempre está reseñado. Es un dato fundamental e imprescindible. Si el anciano refie- re que ha perdido peso en los últimos meses es un dato de suma importancia en cuanto al pronóstico y tratamiento. En cuanto al índice de masa corporal (IMC), el American Committee on Diet and Health es- tableció que valores de IMC inferiores a 24 kg/m2 y superiores a 29 kg/m2 no eran deseables en indi- viduos de más de 65 años. Son por tanto, estánda- res de normalidad más altos que para poblaciones de menos de 65 años. Siempre que sea posible se realizarán otras me- didas antropométricas, como las de los pliegues cutáneos y de la circunferencia del brazo. Con res- pecto a los pliegues, debe resaltarse que a la ho- ra de interpretarlos no se debe olvidar que con la edad disminuye la masa magra y aumenta la masa grasa. La masa grasa se distribuye de manera dis- tinta que en la persona joven, ya que en los ancia- nos aumenta la grasa interna y disminuye la sub- cutánea. Además, los pliegues en los ancianos son a veces pendulares y difíciles de medir. Siempre que sea posible, para completar la valo- ración nutricional desde el punto de vista bioquí- mico se medirán, además de una analítica general de sangre, proteínas, vitaminas y minerales. El índice de Katz es sencillo y exacto y propor- ciona una idea clara de la capacidad del anciano pa- ra poder realizar sus actividades diarias. También es útil el índice de Barthel. Para la valoración men- tal es útilel Mini Mental de Folstein. Existen muchos métodos de despistaje nutricio- nal para ancianos, pero no todos son factibles. És- tos deben ser sencillos y estar al alcance de todos, y ser capaces de predecir complicaciones asociadas a la desnutrición y por tanto evolución del pacien- te. También deben determinar si el paciente se be- neficiará o no con el tratamiento nutricional. El Nu- trition Screening Initiative (NSI) tiene un cuestionario (Determine), muy sencillo que el paciente puede re- llenar por sí mismo y que informa acerca del riesgo nutricional, pero no es un test diagnóstico. Los nive- les I y II son complejos y no siempre necesarios. El Mini-Nutritional Assessment es un sencillo cuestiona- rio que combina valores antropométricos, valora- ción general, historia dietética y autopercepción del estado nutricional. Es útil para pacientes ingresados o frágiles. La valoración global subjetiva (VGS) es fá- cil y útil (ver Capítulos 3.4 y 4.1). Una vez conocido el estado nutricional del pa- ciente es necesario hacerle una serie de recomen- daciones en cuanto a su ingesta oral. El reparto de energía en los ancianos no difiere del de la pobla- ción general en cuanto a hidratos de carbono (55- 60%) y lípidos (30%). En cuanto a las proteínas, si bien las ingestas dietéticas recomendadas de 1989 sitúan los requerimientos en 0,8 g/kg/día, se pien- sa que una recomendación ideal podía ser de 1 a 1,25 g/kg/día. Debe, además, insistirse en la reco- mendación de 25 g/día de fibra y en un aporte su- ficiente de agua (2 l/día). Ahora bien, en muchas ocasiones la alimenta- ción oral no es suficiente para mantener un esta- do nutricional aceptable. En estos casos, después de una correcta valoración nutricional, se intenta- rá optimizar la dieta oral con consejos en cuan- to a número de comidas, consistencia, etc. Si esto no es suficiente, se recurrirá a las dietas de tex- turas modificada; si con éstas no hay un resultado positivo, el paso siguiente serán los suplementos nutricionales, y si tampoco esto es suficiente a la nutrición artificial, enteral o parenteral, dependien- do de si el intestino es funcionante o no. En cuanto a los suplementos nutricionales exis- ten siete estudios aleatorizados y controlados que estudian el beneficio de dichos suplementos en esta población, y su eficacia en cuanto a mejoría en el es- tado nutricional y funcional (Tablas 7 y 8). En los trabajos, el índice de masa corporal (IMC) de los en- fermos estudiados oscilaba entre 19 y 25 kg/m2. En cuatro estudios [Meredith et al. (1992), Fiata- rone et al. (1994), Gray-Donald et al. (1995) y Potter et al. (2001)] se registró un aumento significativo de la ingesta de energía total. En todos los trabajos se incrementaba el peso, si bien en el de Fiatarone et al. sólo en el grupo que hacía, además, ejercicio. Menos en el trabajo de Meredith et al., en todos mejoraba la capacidad funcional valorada por el test de Barthel. En el de Potter et al. disminuía la mor- 102 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 103 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez talidad en el grupo peor nutrido tratado con suple- mentos. En el trabajo de Gray-Donald et al. incluso se reseñaba, con significación estadística, una dismi- nución en el número de caídas (0% en el suplemen- tado frente a 21% en el no suplementado). En el es- tudio de Fiatarone et al. mejoró la fuerza muscular, pero sólo en el grupo que además de recibir suple- mentos nutricionales hacía ejercicio físico. Merece la pena insistir en que si bien no hay un suplemento ideal para los ancianos, por las carac- terísticas de éstos, son mejor tolerados los de al- ta densidad calórica, hiperproteicos y tal vez con fibra. Como siempre, y dependiendo de la patolo- gía de base, habrá que individualizar la consisten- cia. El horario se decidirá según la ingesta oral to- tal del paciente y su distribución espontánea a lo largo del día. Una opción puede ser entre comidas, o con la medicación. Está indicado mantener la ad- ministración de suplementos mientras la ingesta oral sea inadecuada. Como conclusiones, cabe recordar que: • Los ancianos son una población de riesgo nu- tricional, en la que siempre hay que hacer una valo- ración nutricional precoz. IMC previo Incremento ↑ de la energía (kg/m2) de peso total Chandra, 1985 - Sí - Meredith, 1992 24,5 Sí Sí Woo, 1994 19,3 Sí - Fiatarone, 1994* 25 Sí* Sí* Gray-Donald, 1995 19 Sí Sí Volkert, 1996 19,8 Sí - Potter, 2001 Estratificado Sí Sí Tabla 7. ESTUDIOS CON SUPLEMENTOS NUTRICIONALES EN ANCIANOS *Sólo si además de los suplementos nutricionales se hace ejercicio. IMC: índice de masa corporal. Capacidad funcional Chandra, 1985 Mejoría de la función inmune Meredith, 1992 No mejoría en el test de AVD Woo, 1994 Mejoría en el test de AVD. Mejoría en el test mental Fiatarone, 1994 Mejoría de la fuerza muscular en el grupo suplementado Gray-Donald, 1995 Disminución en el n.º de caídas (0% vs. 21%) Volkert, 1996 Mejoría significativa en el test de AVD Potter, 2001 Mejoría en el test de ADV. Disminución de la mortalidad Tabla 8. ESTUDIOS CON SUPLEMENTOS NUTRICIONALES EN ANCIANOS (CAPACIDAD FUNCIONAL) AVD: actividad de la vida diaria. 104 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 105 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez • El consejo nutricional debe comenzar siempre por adaptar la dieta oral. • Si esto es insuficiente, se administrarán suple- mentos nutricionales. • Ante la imposibilidad de utilizar la vía oral, pau- tar nutrición enteral. • No se debe olvidar el aporte de líquidos. 4. Conclusiones 1. Una valoración clínica y nutricional debe pre- ceder siempre a la prescripción de los suplemen- tos nutricionales. 2. Un consejo dietético encaminado a optimizar una adecuada alimentación oral es imprescindible antes de comenzar con los suplementos nutricio- nales, y es preferible al uso de suplementos nutri- cionales únicamente. 3. Los consejos dietéticos deben continuar si- multáneamente a la utilización de los suplementos nutricionales. 4. Los objetivos a conseguir con los suplemen- tos nutricionales deben plantearse individualmente antes de comenzar su utilización: a) Son útiles en pacientes con peso bajo y en ni- ños con retraso del crecimiento. b) Pueden ser útiles en sujetos con pérdida de peso. c) Son de poca utilidad en pacientes con peso normal o sobrepeso que mantienen una dieta oral insuficiente. 5. La aceptación por parte del paciente requiere una cuidadosa selección del tipo, consistencia, sabor y presentación del suplemento nutricional. 6. El horario de la administración debe consen- suarse con el paciente o sus familiares o con el personal sanitario, para no disminuir el consumo de alimentos por vía oral. 104 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... 105 P. García Peris | C. Cuerda Compés | M. Camblor Álvarez Los suplementos nutricionales se definen como aquellos preparados alimenticios especiales para usos nutricionales específicos, completos o no en cuanto a su composición, que complementan una dieta oral insuficiente. Estos suplementos constituyen un arma de vital importancia dentro de la Nutrición Artificial. Su empleo está indicado cuando, después de una valoración nutricional del paciente, se demuestra que éste está desnu- trido o en riesgo nutricional y después de que se ha intentado optimizar su dieta oral y esta opción no es suficiente. Los consejos dietéticos deben continuar simul- táneamente a la utilización de los suplementos nutricionales. Se debe reevaluar periódicamente la eficacia de los suplementos nutricionales en los pacientes, tanto desde el punto de vista de la ingesta total de energía, como desde el nutricional y funcional. Debe hacerse una cuidadosa selección del tipo, consistencia, sabor y presentación de los suple- mentos nutricionales. Igualmente, el horario debe adaptarse a la ingestaespontánea del paciente. No cabe duda de que los estudios sobre eficacia de los suplementos nutricionales en diferentes patologías son a veces contradictorios, pero siempre se debe plantear su utilización cuando la ingesta oral de un enfermo es insuficiente para mantener y/o recuperar su estado nutri- cional y no hay contraindicación expresa para los mismos. 5. Resumen 106 Capítulo 4.4. Suplementos nutricionales como soporte... Celaya Pérez S. Tratado de nutrición artificial. Grupo Aula Médica, S.A. Madrid, 1998. Es un libro muy práctico y didáctico sobre nutrición artificial. León Sanz M, Celaya Pérez S. Manual de recomendacio- nes nutricionales al alta hospitalaria. Novartis Consumer Health. Barcelona, 2001. Es un manual que recoge, muy clara y concisamente, las recomendaciones dietéticas y de suplementos nutricionales de casi todas las patologías. El lenguaje está muy cuidado y pensado para que el enfermo lo pueda entender, ya que a él va dirigido. Planas M, Pérez-Portabella C. Fisiopatología aplicada a la nutrición. Ediciones Mayo. Madrid, 2002. Es un libro muy completo y muy bien diseñado sobre nutri- ción. Dirigido fundamentalmente a dietistas. Shils M, Olson J, Shike M, Ross C, 9th ed. Modern nutrition in health and disease. Williams & Wilkins. Baltimore, 1999. Es un libro de alto nivel que incluye el tratamiento nutricion- al de todas las enfermedades, desde la valoración nutricional hasta la dieta oral, los suplementos y la nutrición enteral y parenteral. Stratton RJ, Green CJ, Elia M. Disease-related malnutrition: an evidence-based approach to treatment. CABI Publishing. London, UK, 2003. Es un libro basado en la evidencia científica que existe sobre la utilización de suplementos, nutrición enteral y parenteral en determinadas patologías. Vázquez C, Santos-Ruiz MÁ. Vademécum de nutrición arti- ficial, 6ª ed. Díaz de Santos. Madrid, 2004. Es el único vademécum español que incluye todos los produc- tos de nutrición artificial (enteral y parenteral) que hay en el mercado. 6. Bibliografía 7. Enlaces web www.espen.org www.nutritionweek.org www.nadya-senpe.com
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