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Como enfermera, ¿cuál fue un error potencialmente grave que pudo evitar que cometiera un médico?

💡 1 Respuesta

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Aprendiendo a Aprender

Gracias por el A2A.

Consideré no responder esta pregunta por un par de días porque no quiero parece como que estoy menospreciando a los doctores. No lo hago. He trabajado con algunos médicos realmente increíbles, al igual que con unos cuantos que no son tan increíbles, pero este fue el caso más grandísimo de arrogancia, ego - no sé cómo llamarlo - que he experimentado jamás en 30 años de práctica.

Trabajé como una médica del ejército hasta que finalicé mi licenciatura de enfermería y salí para trabajar en un hospital civil. Para hacer un poco de dinero extra aparte, trabajé para una agencia que me enviaba a diferentes hospitales cuando llamaban necesitando personal. Recibí una llamada preguntando si me importaría trabajar un turno en el hospital militar local.

¿Podría? Estaba emocionada de volver a mi viejo suelo donde había vivido por 4 años, pero esta vez como una enfermera de la UCI en toda regla. No había vuelto desde hacía seis años, así que estaba ansiosa de ver si algo había cambiado.

Llegué a la UCI quirúrgica, y mi turno empezó bien. Revisé mis dos pacientes y noté un problema con uno de ellos. Sospeché que él tenía pericarditis (una inflamación del saco alrededor del corazón que es causada algunas veces por infección), y llamé al residente para preguntarle si podía hacer un electrocardiograma para confirmar. Él fue muy amable en el teléfono y vino de una vez mientra yo hacía el electrocardiograma, confirmando mi diagnóstico.

Él era joven y solo había sido un residente de cardiología por un par de meses. Me preguntó que me había causado sospechar esa condición y qué estaba buscando en el electrocardiograma. Le expliqué todo, y él fue cortés, amigable, y feliz de aprender algo nuevo. Incluso le sugerí qué medicación y dosificación debería ordenar, y me preguntó si podía venir más tarde y "escoger mi cerebro" para otras preguntas que tenía.

"Cuando sea." dije, feliz de poder ayudarlo.

Este va a ser un buen turno, pensé.

Mi segundo paciente tenía un residente diferente. Él entró, nunca hizo contacto visual conmigo, incluso cuando me habló, y era distante y cortante. No hay problema, pensé, estaba acostumbrada a lidiar con doctores arrogantes y había visto ya la arrogancia en un 8 en una escala de 10, así que sabía que no debía tomarme nada personal.

El paciente tenía una arritmia, o ritmo cardíaco anormal. Estaba estable con ella y yo no estaba demasiado preocupada. El doctor ordenó una medicación para tratarlo y salió de la UCI. Miro su orden, era correcta, medicamento correcto, dosis correcta, todo bien hasta ahora. Le di la medicación y 15 minutos más tarde me llama.

"¿Cuál es su ritmo?" preguntó sin siquiera decir hola.

"Aún lo mismo, pero estable" dije.

"Repita la dosis." y colgó.

Muy bien. Estaba aún bien dentro de una dosis normal. Le di la medicación de nuevo.

15 minutos más tarde, llama de vuelta.

"¿Ya se ha roto?"

"No." Significando que el ritmo aún estaba igual.

"Repita la dosis." dijo.

"Pero…" comencé y él me colgó. Estaba tratando de decirle que este medicamento en particular no era de actuación rápida, tomaba algo de tiempo antes de que trabajara y 15 minutos no era lo suficientemente largo.

La dosis de carga ahora iba a estar en el límite superior. Le di el medicamento y pensé, está bien, eso es. Ahora solo tenemos que esperar.

15 minutos más tarde, me llama de vuelta.

"¿Algún cambio?"

"Sin cambios todavía."

"Repita la dosis."

"¡Espere!" dije en el teléfono antes de que él tuviera oportunidad de colgarme de nuevo. Traté de mantener mi voz cortés y nivelada. "Hemos alcanzado los límites de la dosis de carga segura; este medicamento toma tiempo. El paciente está estable, no está en peligro, si solo lo vigilo por una hora o algo, debe funcionar y devolverlo al ritmo normal."

"Repita la dosis." dijo, con molestia en su voz.

"No." le dije firmemente. "Si le doy más, pronto detendrá su corazón."

"¿Exactamente cuándo te graduaste de la escuela de medicina?" me preguntó sarcásticamente, como si yo nunca hubiese escuchado eso antes. "Yo soy el doctor, tú solo eres una enfermera, y tú harás lo que yo te diga que hagas."

"No. No voy a darle una sobredosis a MI paciente porque usted me diga. Todo lo que tiene que hacer es tener un poco de paciencia y el ritmo se devolverá. El paciente está estable, con buena presión sanguínea. Puede esperar." Yo aún estaba tratando de sonar gentil y razonable.

Él me tiró el teléfono. Me pregunto a veces ahora en la era de los teléfonos móviles que el presionar un botón para colgarle a alguien no es ni remotamente tan satisfactorio como los viejos días cuando le tirabas el teléfono en la oreja de alguien con tal fuerza que hacía que la campana sonara. Los viejos deben extrañar eso terriblemente.

Bueno, al menos se acabó, pensé. Si él pensó que tirarme el teléfono me iba a asustar… Si tuviese un dólar por cada doctor quien me hubiese colgado en los últimos seis años…

Cinco minutos más tarde, entró en la UCI, furioso. Yo estaba sorprendida. En verdad pensé que habíamos acabado. Se dirigió directamente hacia mí y se levantó hacia mi cara.

"¡Dele el medicamento al paciente, AHORA!" me vociferó.

Yo lo miré fijamente y a sus barras de capitán brillando en la luz fluorescente de la UCI. Por suerte para mi ahora yo era una civil y esas barras no me perturbaban ni un poco. Él tampoco sabía que yo era una antigua militar y ya había pasado por el entrenamiento básico, así que tener un hombre gritándome en mi cara no era ni remotamente tan intimidante como él pensaba. ¿Crees que eres malo? Debiste haber visto a mis sargentos de taladros, pensé.

"No." dije, sin gritar, en lugar de resucitar mi vieja y suave pero firme voz de Army NCO. "La dosis que quiere darle es mucha. Pondría en peligro al paciente, y no haré eso."

Él me fulminó con la mirada, y yo lo miré de vuelta impasiblemente. "Bien." Escupió. "Se lo daré yo mismo."

Yo estaba aturdida. No podía creer que un residente tuviese un ego tan desenfrenado como para tratar de anular el sentido común. Nunca había tenido un doctor, aparte de un anestesiólogo, que intentara dar una medicación por su cuenta (a diferencia de lo que ves en la televisión).

"Si administra este medicamento, le dejo saber que voy a documentar 'enfermera rehusó administrar la medicación, dada por el médico.'" Estaba segura de que al menos le daría una pausa y permitiría que algo de sentido se hundiera.

"Escriba lo que quiera." dijo. "Aún se la daré."

Increíble. Inmediatamente fui al teléfono y llamé al médico tratante, su supervisor.

"¿A quién está llamando?"

"¿A quién cree que estoy llamando? A su médico tratante." Pensé que si no podía detenerlo, su jefe sería capaz de hacerlo.

"¡Deme el medicamento!" le gritó a una de las jóvenes enfermeras 2° teniente.

"No lo haga." le advertí.

Los doctores ni siquiera tienen acceso a los códigos para las máquinas de entrega de medicamento así que necesitan una enfermera para retirar un medicamento. Así de inaudito es para ellos el administrar un medicamento por su cuenta, que los hospitales usualmente ni siquiera les permiten acceso a ello.

La pobre teniente no sabía qué hacer. Simpaticé con ella. Estaba recibiendo una orden de un capitán, y no podría rehusarse muy bien a ello. De mala gana, le dio el medicamento.

El médico tratante no había contestado su llamado y la enfermera encargada había corrido al banco de sangre así que no estaba siquiera allí para respaldarme.

Le hablé a la enfermera. "Teniente, llame al médico tratante nuevamente, por favor."

Lo hizo.

El doctor entró en la habitación. Afortunadamente, el paciente estaba inconsciente y no tenía idea que toda esta conmoción estaba pasando a su alrededor.

Yo dudé, sin saber qué hacer, entonces agarré el gran carro rojo de choque desde la esquina de la UCI y comencé a rodar a la habitación.

"¿Qué diablos cree que está haciendo con eso?" me gritó el capitán de nuevo.

"No voy a dejar que este paciente muera porque su doctor es un idiota." Le espeté, terminando con la gentileza. "Su corazón se detendrá como en 30 minutos, y voy a estar lista para cuando lo haga."

El residente puso el medicamento en la línea intravenosa. "La voy a reportar." Amenazó y salió de la UCI.

"Adelante." Gesticulé bajo mi aliento con algunas otras palabras seleccionadas para él. Enchufé al paciente al marcapaso temporal en el desfibrilador y esperé lo inevitable.

37 minutos después, el corazón del paciente se detuvo. Esperé diez segundos para poder correr una bonita tira de EKG clara de asistolia (línea plana) para pegarlo en su archivo. Entonces encendí el marcapaso, y funcionó perfectamente. Un segundo más tarde, el corazón del paciente respondió a los impulsos eléctricos de la máquina y estaba de regreso.

Llamé al residente para dejarle saber lo que había sucedido, más para poder informar que él había sido notificado.

"Su paciente se fue de asístole." le dije.

"No escuché que se llamara un código."

"No, lo alejé de eso. Solo pensé que le gustaría saber."

Él me tiró el teléfono de nuevo.

No me importaba. Podría escribir honestamente que se le había dicho del cambio en la condición.

Cinco minutos después, el médico tratante llamó de vuelta.

"Disculpe. No me di cuenta que la batería estaba muerta en mi buscapersonas, y cuando la reemplacé vi que me había llamado 15 veces. ¿Qué sucede?"

La batería muerta en el buscapersonas era tan increíble como un adolescente viniendo a casa después del toque de queda e insistiendo que su reloj se había detenido y en realidad no sabían qué hora era.

Lo dejé pasar. Le conté lo que había sucedido con su residente. Para su crédito, el doctor vino a la UCI inmediatamente y revisó al paciente, mis notas, y la línea plana del electrocardiograma. Me cuestionó a mi y a las otras enfermeras cuidadosamente en cuestión de la cronología y todo lo que se había dicho y hecho.

"Voy a reportarlo." le advertí.

Él asintió. "Tienes que hacerlo. Esto fue erróneo. Hablaré con él." Él fue extremadamente amable y se disculpó conmigo en nombre de su residente.

Con la ayuda de la enfermera encargada, presenté un reporte de incidente detallando todo lo que había ocurrido.

Afortunadamente, por el tiempo pasado, el medicamento estaba desapareciendo y el corazón del paciente estaba de vuelta funcionando por su cuenta. Sin daño.

Una semana más tarde, mi agencia me llamó mientras me estaba alistando para ir a mi trabajo "real". "Cuéntame qué sucedió en el hospital militar." dijo ella.

"¿Por qué? ¿Qué le dijeron?" estaba curiosa.

"Quiero escuchar tu lado de la historia primero."

Le conté todo, paso a paso. "¿Qué dijeron ellos?"

"No te preocupes por ello. Te creo. Pero, por cierto, has sido prohibida de volver allí." me informó.

Así que ese fue el final de mi tiempo militar/civil en un hospital del ejército.

En cuanto al residente, la enfermera 2° teniente que le había dado el medicamento al doctor también me había dado su número de teléfono en caso que yo necesitara algo. La llamé y le conté lo sucedido en mi agencia. Ella se indignó y me apoyó. Le pregunté qué, si es que algo, le había sucedido al doctor.

"No sé si le hablaron, pero sigue aquí, y su actitud no ha cambiado ni un poco."

No había esperado nada diferente en realidad.

Pensé en ese día varias veces con los años y decidí que si tuviese que hacerlo de nuevo no hubiese dejado que él le diera la droga. Le hubiese bloqueado la puerta con mi cuerpo (lo cual terminé haciendo a otros dos doctores en mi carrera). Pero este fue el incidente que me dio el coraje de bloquear físicamente a los otros dos.

Vivan y aprendan.

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