¿Nosotros realmente existimos?

¿Cuántos triángulos ves en la imagen?

A menos que seas descarado, dirías cinco.

Ahora, imagina que tomas uno de los triángulos exteriores pequeños -digamos, el de la cima- y lo apartas del grupo. Mueves ese triángulo a otro lugar.

Cuando hiciste eso, ¿Qué sucedió con el triángulo de en medio? ¿Dónde ha ido?

¿Existió?

Una respuesta es que ninguno de estos triángulos "existe". Ellos son solo el resultado de un contexto. Cuando las circunstancias de su alrededor cambian, nos damos cuenta que ellos nunca tuvieron una "triangulación" inherente, solo fue una etiqueta temporal que les asignamos.

De igual manera, tú y yo tenemos concepciones propias como personas que son resultado de un largo contexto -con quién trabajamos, dónde crecemos, qué comemos de desayuno-. Nosotros no existimos en el vacío. Si quitas las causas y circunstancias que nos hacen ser quienes somos, el sentido de "yo" y el sentido de "tú" va a estar tan vacío como nuestro sentido del triángulo desaparecido.

Esta es una explicación que aprendí de un amigo en un monasterio budista en el que estoy viviendo este verano. Él te hubiera dicho que nosotros existimos, pero solo de la forma en que los triángulos de palo lo hacen. Es una manera de mantener las cosas en perspectiva.