¿Alguna vez te hicieron una prueba de ADN y el bebé no era tuyo?

Siii !!!

Ay qué de anécdotas… La moraleja la digo al principio: Todo pasa, todo se supera, lo que queda es la experiencia y hay cosas que viendo hacia atrás, hasta gracia causan.

Tuve una novia con la que conviví por algunas semanas. Para hacer el cuento corto, de un día para otro se desapareció, la familia no sabía nada. Todos estábamos preocupados, hasta que unos días después apareció por teléfono. Supuestamente estaba en la Isla de Margarita, en medio de una crisis existencial. Lo cierto es que regresó (obvio, no a mi casa). Sin embargo, a los pocos días me pide por favor que la deje quedarse en mi casa por un tiempo, porque su hermano la quería agredir físicamente por el mal rato.

Conociendo al hermano, accedí a duras penas. Días después, me dijo que estaba embarazada. Yo saqué mis cuentas y realmente había probabilidad (baja, pero cierta) de que yo fuera el padre. Lo cierto es que días después se volvió a ir de repente (esta vez, donde una vecina en la casa de al lado) , y previamente me había dicho que había abortado.

Esta historia es multidimensional, pero concentrémonos en la pregunta… Tiempo después, también se fue de casa de la vecina (mejor dicho, la echaron). Desde ahí no supe más nada de ella…

Hasta unos 10 meses después. Mi futuro compadre, quien fue el que me la presentó, me dijo, palabras más, palabras menos: "No me quiero meter en eso, pero vi a Y… y la niña es igual a ti…". Menuda sorpresa, porque recuerden que la señora me había dicho que había abortado!

Así que al día siguiente me aparecí en su casa, y en un gran despliegue histriónico, me dijo que la niña era mia, que no había estado con más nadie, bla bla bla…

Ah por cierto… El "parecido" entre ambos era que ella y yo éramos peloncitos!!! (No me defiendas, compadre…)

Así que llegué a un acuerdo con ella. Yo iba a hacerle la prueba de ADN. Ella accedió de mil amores…

Yo estaba en territorio desconocido. Por internet conseguí ofertas de tests tomando raspados de encías y mandando las muestras por correo, pero me parecía tan impersonal…

Mi hermana me orientó un poco. En las afueras de Caracas existe el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, y prestan ese servicio, con validez incluso para temas legales. Así que llamé al IVIC y me asignaron una cita, si mal no recuerdo a 15 días. Me dijeron que teníamos que ir: la niña, la mamá y yo.

Así que a las 2 semanas nos fuimos a Caracas. Por supuesto, en el interin asumí perfectamente mis deberes paternales en forma cautelar.

Llegado el momento, y ya en la sala de espera, por esas circunstancias de la vida la mamá de la niña me pide la llave del carro para buscar algo. Y estando ella allá, nos llaman. Yo pasé con la niña, pensando que iba a ser rápido, a la final, solo sería frotar la encía con un hisopo…

Pero no. La prueba era sanguínea. Empezaron con la niña, y veo que entran 2 ayudantes… Yo me preguntaba, Para qué? De inmediato obtuve la respuesta: Por la edad de la niña, decidieron tomarle la muestra en la yugular!! Asi que era imprescindible garantizar que la niña no se moviera.

El proceso fue rápido pero me dejó impactado. La niña lloró mucho. Les confieso que de haberlo sabido no le hubiera hecho la prueba a la niña a una edad tan temprana; quizás hubiera esperado unos meses, quizás un año o dos.

Lo cierto es que cuando la mamá llegó, ya todo había pasado. Nos tocaba a ella y a mi.

Ya fuera del Instituto, le conté lo sucedido a la mamá. Ella se indignó mucho por lo que estaba haciendo pasar a la niña sin necesidad… otra sesión histriónica.

Pues bien, los resultados me los enviaban por correo una semana después, creo. La mamá se jactaba de cómo se iba a morder la lengua la gente después de que llegaran los resultados.

Un día antes me preguntó: ¿Qué, estás asustado?

Cuando llegó el día, con el sobre en la mano, me dije: Vamos Richard, para qué abrir el sobre? La niña es tuya. Esta mujer no hubiera llegado tan lejos si no lo fuera. Y sólo abrí el sobre, porque realmente la prueba costó un buen dinero… para algo pagué, verdad?

Todavía recuerdo cuando leí los resultados. En jerga técnica, analizaban varios marcadores, y más o menos concluía así: La probabilidad de que esta niña no sea hija de Richard Reina es del 99 %.

Por supuesto, de inmediato fui a casa de la fulana, que vivía con su mamá. Otra vez en trance histriónico, no me hablaba del 99 % de improbabilidad, sino del 1% de probabilidad… Que se habían confundido con la sangre… la mamá indignada (conmigo! Pueden creer?), me decía: El papel aguanta todo… Solo la hermana no aguantaba la vergüenza. El clímax llegó cuando tomó una hojilla para cortarse las venas, tratando de manipular hasta el final. Ahí me fui, y bueno, advirtiéndole a la hermana, porsiacaso se fuera a hacer daño de verdad, uno nunca sabe…

Pues bien, esa la historia. Me afectó por unas semanas, me obsesionó… quería saber cómo se dio toda esa trama. Pero ya después me sacudí. Y aquí les estoy escribiendo, casi divirtiendome… Y ustedes también!!

Saludos!!