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¿Qué plantas necesitan la menor cantidad de agua?

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Plantas secas

El desierto es un sitio muy difícil para las plantas debido al aire seco y caliente. Para mover los nutrientes desde sus raíces, las plantas evaporan agua de sus hojas mediante el proceso de la transpiración. Pero en el desierto, donde el agua es escasa, muchas plantas tienen adaptaciones que les ayuden a guardar el agua. Las plantas pueden almacenar el agua en varias maneras: controlando la cantidad de agua perdida por la transpiración, controlando la cantidad de agua que absorben, o la cantidad que almacenan. Si una planta tiene adaptaciones que la ayudan a lidiar con el clima desértico, a ésta le llamamos xerófita, lo cual significa planta seca.

A los cactus y otras plantas que almacenan grandes cantidades de agua para sobrevivir las temporadas de sequía se les conoce como suculentas. Aun durante las lluvias leves, las suculentas absorben la mayor cantidad de agua que pueden almacenar, depositando la misma en áreas de almacenamiento en sus raíces, hojas o tallos.

Algunas plantas solo viven y crecen durante la temporada mojada, produciendo semillas que pueden tolerar la temporada seca. De esta manera, la planta adulta, la cual pierde mucho más agua que las semillas, evita las condiciones secas y calientas de las temporadas secas del desierto. A estas plantas se les conoce como anuales, porque reaparecen cada año.

Otras plantas, conocidas como las perennes, viven por varios años, pero pueden volverse inactivas o latentes durante la temporada de sequía.

Muchos cactus utilizan sus afiladas espinas para ayudar a proveer sombra y alejar a los depredadores. Imagen por William Warby.

Sin embargo, algunas plantas de desierto no almacenan mucha agua, no mueren, y no se vuelven inactivas durante la época de sequía. Estas plantas tienen la capacidad de tolerar las condiciones más calientes y secas del año.

Estas plantas utilizan una variedad de trucos para lidiar con las condiciones desérticas. Por ejemplo, las espinas de los cactus y algunas otras plantas ayudan a proveer sombra, manteniendo la planta fresca mientras está expuesta a la luz solar. Algunas plantas, como el árbol de mezquita, desarrollan raíces primarias muy largas que pueden extenderse hasta 100 pies bajo tierra para alcanzar agua subterránea almacenada a grandes profundidades.

MARAVILLAS EN EL DESIERTO , AQUI DOS DE LAS MAS CURIOSAS.

Lidiar con condiciones difíciles es una cosa. Pero lo que la Welwitschia mirabilis y la Acanthosicyos horridus logran, es algo muy diferente: son dos plantas que han llevado la vida en el desierto a la perfección.

La Welwitschia crece solo en el desierto del Namib, en Namibia, y es la planta nacional del país. La planta joven no tiene nada de extraordinario. Crece próxima al suelo y parece muerta. En toda una atracción se transforma cuando crece. Como la Welwitschia gigante que se halla 50 kilómetros al oeste de Swakopmund, en la costa atlántica.

Tiene la altura de un ser humano y su edad se estima en 1.500 años. Una cerca la protege de los visitantes. "Lo que la ha mantenido con vida tantos años es la niebla, cuya humedad absorbe a través de raíces extremadamente finas”, dice Titus Shuuya, científico del Centro Gobabeb de Investigaciones sobre el Desierto.

La Niebla de la Vida

La niebla es característica del desierto del Namib. Se forma en la costa del Océano Atlántico, donde la corriente fría de Benguela choca con masas de aire calientes y húmedas. El viento la lleva luego hacia el interior del desierto.

La Welwitschia crece 0,37 milímetros por día, como constató Titus Shuuya. Pero si las condiciones ambientales son menos favorables, simplemente crece menos, agrega Monja Gerber, bióloga de Gobabeb.

Eso es lo que la hace tan longeva: su paciencia para soportar las malas condiciones y esperar que mejoren. Las Welwitschia tiene solo dos hojas, también la de 1.500 años de edad. A primera vista no se ve, porque son muy largas y sus puntas se subdividen numerosas veces.

Esas hojas subdivididas se enrollan alrededor de su parte inferior. "Así dan sombra a las raíces y evitan la pérdida de humedad”, explica Titus Shuuya. La Welwitschia también puede cambiar de color. Cuando hace mucho calor, produce más pigmentos rojos, que la protegen de los rayos solares. Cuando bajan las temperaturas, produce más clorofila, el pigmento verde básico de la fotosíntesis.

Una planta que genera su propio entorno

No tan famosa como la Welwitschia, pero no por eso menos impresionantes es la nara (Acanthosicyos horridus). Es un arbusto sin hojas, pero con espinas, que también crece solo en el desierto del Namib. La falta de hojas minimiza la pérdida de agua. La fotosíntesis la realiza a través de sus ramas y espinas verdes, a través de las que puede absorber directamente humedad.

Naras: las plantas que construyen sus propias dunas.

La nara genera su propio entorno. Crece sobre dunas de arena, que antes no existían: la planta las construye ella misma. Eso funciona así: cuando surge lentamente del suelo del desierto, la nara reúne arena a su alrededor, traída por el viento. En algún momento, la parte inferior de la nara queda completamente cubierta por arena. Entonces muere y sirve de nutriente a una nueva planta que crece sobre la primera. Así se forman cúmulos de naras de hasta tres metros de alto, fijando cada vez más arena.

Melones en el desierto

Lo particular en la nara es también su fruto: las naras femeninas producen melones amarillo-anaranjados, grandes como huevos de avestruz. Los melones son una fuente alimenticia acuosa, no solo para los animales, sino también para los seres humanos. Los topnaars –un pueblo namibio del desierto– los cosechan regularmente y venden las semillas, ricas en aceites omega 3, que son usadas para producir cosméticos.

Nara con melón en el desierto del Namib.

"La nara es la base de existencia de los topnaars”, dice Monja Gerber, integrante de un equipo que estudia si es posible cultivar naras en gran escala. Eso sería una gran ayuda para las comunidades topnaar, que viven en condiciones muy humildes.

Hasta ahora no se ha logrado cultivar la nara. Cuando se intenta trasladar un plantón de un lugar a otro, muere. Nadie sabe por qué, dice Gerber. Al igual que la Welwitschia, también la nara crece solo en algunas partes del desierto del Namib y en ningún otro lugar del mundo.

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Que bién que has preguntado.

Un abrazo.

Diógenes.

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