Si tu hijo se pasa el día jugando videojuegos y se rehúsa a estudiar, pero se las arregla para obtener notas sobresalientes. ¿Cómo lo hace? ¿Es...

Déjame darte algunos consejos que desearía haber recibido cuando era adolescente, ya que la descripción de tu hijo es similar a mí “yo” a esa edad.

En ese entonces era adicto a los juegos. No me di cuenta hasta casi una década después. Hice a un lado todas mis responsabilidades para poder darme tiempo para los videojuegos. También obtuve excelentes calificaciones y aprendía de forma natural en la escuela, por lo que no necesitaba estudiar para obtener un rendimiento bastante bueno. Siendo sincero, la escuela me parecía aburrida, lo que creo que fue un factor que me empujó a los juegos.

Hubiera deseado que en esa época alguien me preguntara porque jugaba tanto. Quizás habrían descubierto que, para mí, no solo era un mecanismo de alivio para el estrés, sino que se había convertido en una compulsión. Quizás podría haber visto a un terapeuta en mi adolescencia, lo cual me hubiera ayudado a desarrollar los hábitos de trabajo que la mayor parte de las personas aprenden en su edad adulta, pero en lugar de eso me estanqué en los juegos.

Después descubrí que el mundo real no es nada parecido a como se pinta en la preparatoria y universidad. Aún seguía alimentando mi adicción, pero ahora también necesitaba alimentarme a mí mismo. Trabajé en empleos con salario mínimo para poder tener el mayor tiempo posible para jugar, sin llevarme trabajo pendiente a casa. Abandone mis otros pasatiempos para poder jugar más. Hubo un momento en que deje de trabajar para seguir jugando, lo cual provocó el colapso de mi salud mental, esto me hizo tomar conciencia del hecho de que los videojuegos habían controlado mi vida.

Así que, pregúntale a tu hijo por que juega tanto. No solo lo obligues a dejarlo, puede ser que exista una razón negativa detrás de este comportamiento que necesite ser detectada. Ten una conversación sobre sus objetivos en la vida y como cree que pueda lograrlos. Esta situación podría no representar nada especial, o podría ser algo que lo atormente durante su vida adulta.