Por supuesto que serviría para "crear conciencia de país" y para muchas cosas más.
Nadie plantearía hoy un servicio militar como el que hubo y el Ejército español no tiene nada que ver con aquel. Un servicio breve pero intenso, bien planificado, con objetivos claros, serviría para un montón de cosas suya carencia es tan evidente que nadie puede discutirlas. Hay virtudes militares con alto valor pedagógico que transcienden ideologías. Aprenderlas y practicarlas no sólo no hace mal a nadie sino que le hace mucho bien. A lo mejor se acababa con tanta falta de respeto en las aulas, en los hospitales, en todas partes.
Es increíble que los mismos que mandan a sus hijos de Erasmus para que los chicos conozcan Europa y convivan con otros europeos se opongan a que los jóvenes españoles puedan pasar una temporada alejados de su región de origen y de todos los localismos que les enseñan en el corrupto sistema educativo. Sólo por eso, un servicio militar obligatorio ya merecería la pena.
Y otros países que lo abolieron ya están planteando algo así. Por algo será. Francia lo está haciendo y algunos países europeos también.
Edito 26/02/2019 Quienes más se oponen a la reistauración de un servicio militar obligatorio de cualquier tipo son los actuales militares profesionales. Dicen que ellos son soldados que manejan equipos sofisticados y no pueden perder tiempo, energía ni recursos en hacer de niñeras. Que no es la función de un ejército moderno dedicarse a tal menester.
Bien, esta crítica podría entenderla, tal vez, en un ejército profesional extranjero, pero viniendo del ejército español, no.
La unidad más publicitada y mejor pagada del ejército español es la Unidad Militar de Emergencias. Es la unidad que se utiliza para apagar incendios, limpiar las calles en inundaciones y últimamente también para retirar la nieve. Y estaría muy bien si no fuera porque existe toda una estructura de Protección Civil, bomberos forestales, etc, en manos de las comunidades autónomas, cuya incompetencia manifiesta llevó a la creación de la UME sin que, naturalmente, se eliminase a cambio a los organismos incompetentes. Una duplicidad más a costa del contribuyente, con la colaboración del ejército. El ejército se presta como coartada populista gigantesca, asumiendo funciones que no le son propias, para apuntalar al criminal por ineficiente estado de las autonomías. A nuestros políticos les resulta mucho más fácil y rentable desplegar a la UME, cada vez con más frecuencia y más escenarios, para cosechar el aplauso fácil y agradecido del pueblo, que asumir la ingrata tarea de hacer pedagogía y explicar a ese mismo pueblo la necesidad de un presupuesto de defensa decente. Y para esto pidieron y obtuvieron la colaboración activa del estamento militar. A los militares profesiones que tanto se quejan de la distorsión que supondría hacerse cargo por unos meses de unos reclutas a los que vendría de maravilla enseñar algo de disciplina, porque les distrae de su preparación para la guerra moderna, no les causa el menor rubor verse a sí mismos haciendo de bomberos.
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