¿Por qué el microondas es eficaz para calentar los alimentos pero no los platos?

En el interior del microondas, una onda electromagnética con una frecuencia de 2450 MHz es generada por un magnetrón y es irradiada por una antena metálica (ventilador) hacia el compartimento donde se encuentran los alimentos. Mediante el proceso de resonancia, esta onda es absorbida por las partículas de agua de los alimentos que se van a calentar. La energía absorbida aumenta la vibración de las partículas, provocando el calentamiento de los alimentos.

El horno de microondas no suministra calor, actúa exclusivamente sobre las moléculas de agua de los alimentos. Los alimentos secos o los recipientes no se calientan con el microondas, aunque por conducción el alimento calentado puede calentar el recipiente. Las microondas tienen una gran capacidad de penetración en los alimentos, lo que permite cocinar desde el interior y no desde la superficie, como en los hornos convencionales. Además, no hacen vibrar las moléculas de vidrio o plástico, que no se calientan dentro del horno. Como las moléculas de agua de los alimentos tienen una carga eléctrica diferente en sus polos, giran con la variación de la polaridad (dirección) del campo eléctrico. La fricción entre las moléculas produce calor y, por tanto, cocina los alimentos. Los recipientes metálicos no pueden utilizarse en un horno microondas porque el metal refleja las ondas, impidiendo que lleguen a los alimentos.

Es importante recordar que nuestro cuerpo tiene un alto porcentaje de agua y puede verse seriamente perjudicado por la radiación de los hornos microondas. Sin embargo, estos aparatos están blindados, es decir, la radiación, producida internamente, no atraviesa sus paredes. Junto al cristal de la puerta se coloca una rejilla metálica: los espacios entre las mallas de esta rejilla son más pequeños que las microondas. Además, las puertas tienen un mecanismo de seguridad que desconecta inmediatamente el magnetrón si se abre durante el funcionamiento.