¿Hay seres vivos inmortales?

Vaya por delante que los seres vivos somos frágiles y todos estaremos muertos antes o después. Aunque sólo sea porque dependemos de un Sol que algún día se apagará y nos llevará por delante... O de un Universo con billones de soles que harán lo propio uno tras otro.

Pero dejando a un lado el final del Sol del que dependemos, la respuesta a tu pregunta es que, aunque parezca mentira, todos somos inmortales, o mejor dicho, todos tenemos una pequeñísima parte inmortal que nos conecta al primer ser vivo de este planeta.

Y me explico.

Millones de seres vivos diferentes pueblan la tierra. Algunos son extraordinariamente complejos como mamíferos o aves, otros relativamente sencillos, como las bacterias o las hidras de agua, pero todos, absolutamente todos, tienen una cosa en común: proceden de seres vivos anteriores.

Ya sé que esto es obvio, pero las implicaciones son brutales.

Cada ser vivo, cada uno de nosotros, es fruto de una célula germinal de su madre (óvulo) mezclada con otra de padre (espermatozoide) que se dividió millones de veces.

Esas células germinales procedentes de nuestros padres a su vez son simplemente dos células un poco especiales de entre los millones en las que se habían dividido las células germinales de nuestros abuelos, que a su vez, también eran dos células de entre los millones en las que se habían dividido las células germinales de nuestros bisabuelos. Y así sucesivamente.

Retrocediendo en el tiempo, cualquier ser que esté ahora vivo es fruto de la división ininterrumpida y exitosa de los primeros seres vivos que una vez poblaron la Tierra, en un proceso de duplicacion, mezcla y evolución, en el que no caben ni el envejecimiento, ni muerte.

Me podéis objetar que las células de nuestro cuerpo sí envejecen y mueren. Y es verdad; sólo pueden dividirse un número limitado de veces.

Pero eso no sucede con todas ellas: la cadena de divisiones que enlaza las células germinales de una generación con la siguiente lleva eludiendo la vejez, y replicándose sin descanso, desde hace miles de millones de años. Si no fuera así, ni yo habría escrito esto, ni vosotros lo estaríais leyendo, porque ninguno de nosotros estaría aquí.

Y nosotros existimos precisamente porque nuestro organismo hace posible la supervivencia de las células de la línea germinal. El resto del cuerpo, formado por células no germinales, están simplemente a su servicio: las cuida, las protege contra agresiones, les garantiza alimento, y les busca pareja. Aunque sea a costa de su propio envejecimiento y muerte.

Por extraño que parezca, no es cierto que todos los seres vivos estén condenados a morir: dentro de nosotros mismos, unas pocas células elegidas, muy pocas, muy pequeñas, muy delicadas, son potencialmente eternas y llevan dividiéndose ininterrumpidamente desde hace miles de millones de años.

Y, por extraño que parezca, nosotros, pobres mortales, existimos precisamente porque garantizamos su eternidad. No todos los seres vivos están condenados a a morir, y nosotros, pobres mortales, somos la prueba.