¿Por qué dejaste a los Testigos de Jehová?

No les dejé porque nunca fui oficialmente uno (nunca me bauticé). Pero como le pasa a muchas personas, mi padre se cambió a esta religión y bienintencionadamente nos la impuso a la familia sin más, así que de alguna forma pertenecí por un tiempo.

A los 18 me vine a estudiar a otra ciudad. No tuve el apoyo paterno porque, como sabrán muchos, aunque los TJ no te dicen que sea "malo" estudiar, pasivamente te lo sugieren o le restan valor comparado con la importancia de "su obra". Mi padre, compartía tal punto de vista y sin duda, le habrá parecido humillante que uno de sus hijos dejara claro a la vista de todos que quizá no creía tanto en una cercana "venida de Cristo" o que aún apostara a algo en este "sistema de cosas". Así que yo no pedí permiso y él, luego de aclarar su posición, ya no dijo nada. Pasaron dos años hasta que alguno de sus hermanos en la fe le dijera que "no se veía mal" que me apoyara económicamente, que se decidió a hacerlo. Lo agradecí, aunque nunca lo esperé.

Por años (mientras estuve allá) se me presionó para que me bautizara, pero absolutamente me negué. Incluso siendo creyente en algún momento me parecía un compromiso demasiado serio y no creía dar el ancho para perfección y entrega que se pide, además sabía que mi padre, juez severísimo, no me dejaría en paz más aún de lo que ya hacía, en cuanto a como yo me comportaba o manejaba.

Así que me fui de casa a vivir con tías de otra religión cuando entré a la universidad (porque, como dije, estaba en otra ciudad). Ellas me ofrecieron dónde quedarme y apoyo para estudiar. Y afortunadamente, fuera de los chistes típicos con su consiguiente respuesta, nunca me molestaron con temas religiosos. Yo no huía de la religión de mi padre, pero confieso que una vez que dejé de tener la obligación paterna de seguir yendo a las "reuniones" me sentí liberado (no, no para portarme mal, porque hasta aburrido soy). Tuve una intención inicial de ir (quizá temiendo que me preguntaran en mi casa si iba), pero recién fui me sentí acosado por ellos. Quizá no malintencionadamente, pero querían saberlo todo (que si ya casi me bautizaba, que si estaba estudiando con alguien la biblia, que cuántas horas al mes hacía de predicador, etc.) y ya me estaban apuntando para salir a publicar con ellos. Así que simplemente dejé de ir. y jamás lo extrañé.

Yo ya tenía mis dudas. Así que para mi, a partir de entonces y por más de una década fue un periodo de paz al que llamaba "mis vacaciones religiosas" y por primera vez me sentí tranquilo en todos esos temas. Ya no me atormentaba, ya no tenía a nadie encima juzgándome ni pretendiendo que yo fuera de cierta forma.

Después me leí EL MUNDO Y SUS DEMONIOS de Carl Sagan, y por primera vez me puse a pensar en serio en la posibilidad de que todo fuera un gran engaño (el libro no es anti-religión sino pro-ciencia, pero las consecuencias de pensar son un tanto inevitables).

Y heme aquí. Solo lamento el tiempo perdido, pero nunca es demasiado tarde. Creo que me sentí por primera vez no creyente hasta que retomé el tema en serio allá por los 33 años. Y si hay algo que no extraño es la religión (ninguna).

…

Ah, perdón (ya estoy como el abuelo Simpson, charlando de todo menos lo preguntado). Bueno, aunque me "asocié" involuntariamente por unos 13 años, los dejé (de una forma u otra) porque entendí que siendo honesto no podría con ese paquete (y eso cuando me creía la de "tu modelo es Cristo, no te fijes en los demás cómo se comportan") pero al final tampoco creí que tal religión pudiera ser verdadera, pues ellos mismos hablan de los "frutos" como forma de identificar a los que servían "correctamente" a un dios y a mi me constó que para la mayoría de los que yo conocía no había siquiera una comprensión real de las cosas, o tenían una forma muy peculiar de verlas, por ejemplo: Depende de en quién se aplicara, la severidad variaba, se les olvidaba la idea principal tras algunas cosas y luego se quedaban más en los detalles que en lo importante y todo aquello de los "comités" y un par de favoritismos y los que se hacían TJ por conveniencia (a mi padre le decías que estabas interesado en "la verdad" de los TJ y de inmediato podías obtener favores de él). No sé. Pero definitivamente NO quería quedarme y todo se me acomodó finalmente al irme a estudiar.

Ese "abandono", por llamarle de alguna manera, me permitió por primera vez pensar libremente las cosas, porque salí de un entorno fuertemente cerrado en cuanto al tema. De todas maneras, mi "fuga" no fue de esa religión sino de TODAS, porque una vez que analicé con mucha calma las cosas y puse más información abierta en mi cabeza (y sabiendo lo que sabía de la religión católica), la cosa no mejoró respecto a todo lo religioso.