Yo hace años, si me venía bien les invitaba a entrar, les sentaba a una mesa y conversaba con ellos horas si fuera necesario. No sirvió de nada. Son infranqueables, les muestras una y otra vez sus errores de concepto y les da igual. Además son (los que me tocó a mi) muy cortitos, de muy poca cultura y con la doctrina metida a machamartillo. No hay nada que hacer con ellos. No son mala gente, pero no tienen arreglo. No sé qué les hacen que los pierden para siempre.
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