Así, pues, Redi puso trozos de carne en un frasco de gran abertura, dejando unos abiertos, al raso, mientras cubría los demás con un «papel herméti...
Así, pues, Redi puso trozos de carne en un frasco de gran abertura, dejando unos abiertos, al raso, mientras cubría los demás con un «papel herméticamente atado y sujetado». Pocos días después, la carne que se encontraba en los frascos abiertos estaba llena de gusanos, mientras que la de los frascos cerrados había quedado perfectamente incólume. «En los frascos cerrados —dijo Redi— no he visto que naciese gusano alguno, incluso al cabo de muchos meses
Compartir