La evaluación de la discapacidad intelectual no se limita a una sola área, sino que requiere una mirada integral que considere diferentes aspectos de la vida de la persona.
Las cinco dimensiones que se deben considerar para una evaluación completa son:
Dimensión I: Habilidades intelectuales:
Dimensión II: Conducta adaptativa:
Dimensión III: Salud:
Dimensión IV: Participación:
Dimensión V: Contexto:
Es importante destacar que estas dimensiones no son independientes, sino que interactúan entre sí.
Por ejemplo, una persona con una discapacidad intelectual leve puede tener un buen desempeño en el ámbito social, pero tener dificultades en el ámbito educativo.
Por lo tanto, la evaluación de la discapacidad intelectual debe ser realizada por un equipo multidisciplinario de profesionales que puedan considerar todas las dimensiones relevantes.
Este equipo puede estar compuesto por:
La evaluación de la discapacidad intelectual es un proceso complejo que requiere un enfoque multidisciplinario.
Al considerar todas las dimensiones relevantes, la evaluación puede proporcionar información valiosa para el desarrollo de un plan de intervención individualizado que responda a las necesidades específicas de la persona.
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