Los fracasos baratos. En cualquier proceso de innovación hay fracasos muy costosos y que consumen mucho tiempo. Entonces ¿por qué no tratar de redu...
Los fracasos baratos. En cualquier proceso de innovación hay fracasos muy costosos y que consumen mucho tiempo. Entonces ¿por qué no tratar de reducir el número de fracasos? Pues porque, en realidad, esa es una meta muy elevada, que pocas empresas dedicadas a la innovación han alcanzado alguna vez. Además, el fracaso es un elemento clave de la innovación: ¿cómo se aprende si no? Por tanto, en lugar de intentar reducir el número de fracasos, céntrate en limitar su coste siguiendo estas indicaciones: Abarata tus experimentos. Las pruebas no tienen por qué ser caras; no necesitas reproducir un concepto con todo lujo de detalles para ponerlo a prueba. Plantéate formas más económicas de contrastar tus hipótesis. Cambia el orden de los experimentos. Prueba en primer lugar las teorías estratégicas y luego las logísticas. Y antes de perfeccionar un producto, asegúrate de que exista mercado para él. Toma decisiones rápidas. Las grandes empresas tienden a permitir que las malas ideas se enquistes. Así que acelera la toma de decisiones en materia de innovación y descarta los proyectos que supongan un derroche de tiempo y dinero.
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