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Luna y se repiten cada 29 días, 12 horas 44 minutos (mes sinódico). Los eclipses solares y lunares son, asimismo, consecuencia de las posiciones re...

Luna y se repiten cada 29 días, 12 horas 44 minutos (mes sinódico). Los eclipses solares y lunares son, asimismo, consecuencia de las posiciones relativas de los tres astros. Los movimientos planetarios Finalmente, pero constituyendo un punto central para la discusión poste- rior, es necesario referirse a los planetas, también conocidos como astros errantes, luces cuyos movimientos resultan mucho más complejos y di- fíciles de describir y, consecuentemente, prever. A ojo desnudo, es decir, sin instrumentos ópticos como el telescopio, pueden observarse cinco Teorías de la ciencia. Primeras aproximaciones 35 planetas desde la Tierra: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno (Her- mes, Afrodita, Ares, Zeus y Cronos respectivamente, para los griegos). Todos ellos comparten el movimiento diurno de las estrellas fijas en di- rección antihoraria. Asimismo, al igual que el Sol y la Luna, se desplazan sobre el fondo de las estrellas fijas en dirección horaria (es decir, hacia el este). Así como la Luna tiene un período de un mes y el Sol de un año, cada planeta tiene su período característico, siendo el más breve el de Mercurio (de aproximadamente un año) y el más largo el correspondien- te a Saturno (de aproximadamente 29 años). Los planetas manifiestan, además, una característica particular que es común a todos ellos: el fe- nómeno de las “retrogradaciones” (ver Figura 5). Su recorrido cíclico en dirección este no se da a velocidad constante, sino que, a veces, parecen detenerse, avanzar sobre el fondo de estrellas fijas en dirección oeste y, luego, volver a retroceder. Varían, además, sus posiciones con respecto al polo Norte celeste (y al Sol), pueden estar más al norte, o más al sur (hasta un máximo de 8º al norte o al sur del Sol). Figura 5. Posiciones diarias sucesivas de un planeta en plena retrogradación Mencionamos más arriba que el movimiento anual del Sol era análogo al de un corredor solitario en una carrera en pista. El movimiento de los planetas es semejante, con una complicación ulterior. La pista ahora es Ginnobili, Destéfano, Haimovici, Narvaja, Perot36 como las de ciclismo (con los carriles centrales a una altura inferior a los carriles externos). El movimiento diario del pelotón en dirección anti- horaria sigue inalterado. Allí, el Sol cada día atraviesa la meta rodeado de atletas un poco más atrasados del largo pelotón. Los planetas hacen algo distinto en cada vuelta. Si bien, en líneas generales van quedando rezagados, como el Sol, algunas vueltas se atrasan más y otras menos. A veces, por algunas vueltas mantienen su posición relativa con respecto al pelotón, e incluso, ganan posiciones para luego volver a perderlas. En ese avance y retroceso de posiciones, van cambiando de carriles, en algunas ocasiones se los observa cruzando la meta más arriba, en los carriles externos, y otras más abajo, en los internos. Bien podría continuarse con la enumeración de fenómenos, hay muchos que no se han mencionado, apenas hablamos de los eclipses y todo ha sido presentado sin entrar en demasiados pormenores. Pero los fenómenos presentados hasta aquí, que atañen a los movimientos diarios, mensuales y anuales de estrellas fijas, el Sol, la Luna y los planetas constituyen el nú- cleo central de los enigmas que la astronomía antigua y moderna intenta- ron resolver. En la sección siguiente presentaremos, de modo esquemáti- co, los dos modelos explicativos rivales que protagonizaron la revolución copernicana: el modelo geocéntrico y el heliocéntrico. 1.3. Dos máximos modelos del mundo En el apartado anterior se han esbozado los principales fenómenos cícli- cos que pueden observarse y vivenciarse desde la Tierra. Ellos constituyen los fenómenos astronómicos básicos, aquellos que la Astronomía tiene in- terés en explicar. Históricamente, desde el punto de vista astronómico ha habido dos propuestas de explicación o modelos: el modelo geocéntrico y el heliocéntrico. De acuerdo con el primer modelo, como desarrollaremos luego, la Tierra se encuentra quieta en el centro de nuestro sistema plane- Teorías de la ciencia. Primeras aproximaciones 37 tario, siendo el punto de referencia fijo de los movimientos de los demás cuerpos. De acuerdo con el segundo, es el Sol el que cumple esa función. Ambas posiciones pretenden dar cuenta de los fenómenos y responder a los intereses prácticos de la astronomía (elaboración de calendarios). Am- bas posiciones, que luego desarrollaremos como anticopernicana y coper- nicana, tienen no obstante, implicancias físicas y cosmológicas distintas. En el presente apartado, nos concentraremos en la forma en que pueden explicarse algunos de los fenómenos que acabamos de presentar mediante la elaboración de modelos. En particular, en la explicación que los mode- los geocéntrico y heliocéntrico pueden ofrecer del movimiento diario de las estrellas, del día y la noche y las estaciones del año. El objetivo prin- cipal entonces es lograr comprender la labor de elaboración de modelos de los astrónomos. La pregunta central será pues: ¿qué movimientos y eventos deberían ocurrir para que se observe lo que se observa? Interro- gante asociado a la pregunta cosmológica: ¿qué forma tiene el universo? Cuyas respuestas deben ser compatibles, como veremos luego, no solo con los fenómenos celestes observables desde la Tierra, sino también con los principios físicos que rigen el movimiento y la naturaleza material de las cosas sobre la Tierra. Tanto los modelos geocentristas como heliocentristas coinciden en mo- delar las estrellas fijas como si estuviesen situadas en la superficie de una enorme esfera dentro de la cual se encuentran el Sol, la Tierra y los planetas (ver Figura 6). También, acuerdan en que las luces que brillan en el cielo son efectivamente cuerpos materiales y de forma aproxima- damente esférica, al igual que la Tierra. Aquí comienzan las diferencias. Ginnobili, Destéfano, Haimovici, Narvaja, Perot38 Figura 6. Esfera imaginaria de las estrellas fijas Comencemos por los movimientos diarios. Según el modelo geocen- trista y geostático (de acuerdo con el cual, como ya dijimos, la Tierra se encuentra en el centro del universo y quieta), el movimiento diario de las estrellas en dirección antihoraria se explica por el giro de la esfera de las estrellas fijas, cuyo eje, que tiene en el polo Norte celeste a la estrella polar, coincide con el eje terrestre). De acuerdo con este mismo modelo, el Sol también da una vuelta en sentido antihorario alrededor de la Tierra, solo que algo más lento que las estrellas fijas (4 minutos más lento), (ver Figura 7). Se explican así, tanto el movimiento diario de las estrellas, como el día y la noche y el retraso del Sol. Figura 7. Movimientos diarios de las estrellas fijas (23 horas 56 minutos) y del Sol (24 horas) con la Tierra en el centro Según el modelo heliocentrista y heliostático (de acuerdo con el cual, como ya dijimos, el Sol se encuentra en el centro y quieto), el movimiento diario de las estrellas en dirección antihoraria se explica por el giro de la Tierra sobre su propio eje en dirección horaria. Así, el movimiento de Teorías de la ciencia. Primeras aproximaciones 39 las estrellas sería solo aparente. Del mismo modo, sería aparente el mo- vimiento diario del Sol, también quieto y efecto de la rotación terrestre. Siendo así, cabe preguntarse: ¿por qué el Sol cambia su posición relativa con respecto a las estrellas? La respuesta a este interrogante involucra considerar ya no únicamente, el movimiento diario, sino también el anual. Figura 8. Movimiento anual de la Tierra alrededor del Sol Si se observa la Figura 8, se verá la clave explicativa del heliocentrismo a la pregunta que acabamos de formular y, además, el principio de la expli- cación de los fenómenos del Sol de medianoche y las estaciones del año. De acuerdo con este modelo, la Tierra se traslada anualmente alrededor del Sol. Según el modelo, el cambio de posición relativa del Sol sobre el fondo de estrellas fijas se debe a la traslación terrestre (ver Figura 9). Figura 9. Movimiento aparen- te del Sol sobre el fondo de las estrellas fijas Se observará, además, que el eje de rotación diaria de la Tierra y el plano de la órbita de traslación anual no coinciden, más precisamente, que el eje de rotación terrestre se encuentra inclinado 23,5º con respecto a la órbita terrestre. Se explica así el movimiento aparente en dirección norte-sur del Sol con respecto al fondo de estrellas fijas, por el cambio de posiciones

Esta pregunta también está en el material:

Teorías de la ciencia - Ginnobili
321 pag.

Pensamento Científico Universidad de Buenos AiresUniversidad de Buenos Aires

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