La violencia que se manifiesta en las instituciones escolares, y de la que son protagonistas adolescentes y jóvenes, no puede ni debe permanecer al...
La violencia que se manifiesta en las instituciones escolares, y de la que son protagonistas adolescentes y jóvenes, no puede ni debe permanecer al margen de este quehacer educativo-social. Esto es debido, en parte, a la necesidad de una apertura que permita una comprensión más global de estos hechos en una sociedad sometida a rápidas transformaciones, cuyo remedo educativo no puede encontrarse, en pleno proceso de expansión de la revolución científico-técnica y de democratización de la educación, ni siquiera en la educación permanente o en el presagio de la «ciudad educativa» propuesta en 1972 por Edgard Faure; pero también, a la importancia de ofrecer alternativas que permitan repensar la educación, su praxis y sus instituciones, y reformular sus estructuras e intervenciones, ya que ésta es una de las exigencia de la nueva sociedad multimediática, en la que migraciones y redes trastocan los tiempos y espacios convencionales de la educación y, con ellos, la concepción que se tiene de ella y de las instituciones escolares.
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