Los elementos considerados en el cuadro anterior, cuya adaptación surge de Cortagerena y Freijedo (2005) permiten poseer una visión general de las diversas escuelas que se han encargado del estudio de las relaciones humanas, es así como la primera de ellas, cuya denominación es la misma, asume como elemento fundamental la participación del trabajador, mediante la puesta en marcha de una conducta cooperativa, donde se establezcan grupos de trabajo con ideas y metas claras establecidas, para así lograr alcanzar los objetivos de la organización, donde se manifieste un compromiso inherente al desarrollo de la organización, es decir, se comienza a superar la rigidez de los modelos tradicionalistas, generando así una supervisión más flexible. Posterior a ello, se presenta la escuela neoclásica, cuya presencia se extiende entre los años 1925-1945, se integran en esta escuela las funciones básicas como es el caso de la investigación y el desarrollo, en esta escuela se introduce el organigrama de funciones, con un manual donde se definen la actuación de cada uno de los sujetos dentro de la estructura organizacional, allí escasamente se tomó en cuenta la conducta humana como parte esencial dentro de las organizaciones, a pesar que su aporte los organigramas y manuales de cargo aún hoy día persisten. En paralelo, se desarrolló la escuela estructuralista, cuyo principal exponente fue Max Weber, quien genero un modelo de control social, mediante la racionalidad que se evidencia en razón de las necesidades de los trabajadores, se establecieron reglas y normas dentro de las empresas como una forma de elevar la eficiencia en las acciones, la inclusión fue uno de los elementos fundamentales en esta escuela, a pesar de ello, el cumplimiento de órdenes, sin embargo, fracaso por su excesiva cantidad de normas y rigurosidad, allí se generó una clasificación de liderazgo que en la actualidad se propone aún, como es el caso del liderazgo tradicional, liderazgo carismático y liderazgo burocrático, los cuales aún persisten en las organizaciones actuales. Otra de las escuelas que aparece en el devenir histórico, es la escuela de la teoría de los sistemas (1950-1970), se asumieron las jerarquías en las estructuras organizativas, las cuales poseen funciones propias las cuales se integran mediante subsistemas que al mismo tiempo forman parte de un sistema llamado organización, de manera que la correspondencia entre elementos hace que se desarrollen la organización en función de la correspondencia que se manifiesta en las diversas tareas del colectivo. También se considera la teoría del comportamiento o teoría de la organización (1946), en este caso, se manifiesta el hecho de establecer las limitaciones que posee la racionalidad humana, el administrador en este caso es considerado un agente racional, quien debe demostrar la capacidad de tomar decisiones, las mismas deben generar resultados satisfactorios, es de esta manera como el desarrollo de esta escuela impregna el desarrollo de las relaciones humanas. Tal como se ha logrado apreciar la complejidad en este caso es cada vez más reiterativa porque en la comprensión de las diversas escuelas se denota como en la actualidad se aplican elementos de cada una de ellas. Desde esta perspectiva, es necesario manifestar que la presente investigación se enmarcará dentro de la teoría del comportamiento o teoría de la organización, con la finalidad de aprovechar la racionalidad de los diferentes miembros de la organización y de esta manera se descubren las limitaciones de estos y mediante elementos de enseñanza y aprendizaje se logran superar, es en este caso, donde la racionalidad sirve de base para encaminar un proceso de toma de decisiones acorde con la realidad en la cual se enmarcan los sujetos, al respecto Murillo (2008) señala: Corresponde a un desarrollo de la teoría de las relaciones humanas, con la cual se muestra eminentemente crítica y severa. Si bien comparte algunos de los conceptos fundamentales, los utiliza apenas como puntos de partida o de referencia y los reformula profundamente. (p. 14). De acuerdo con lo anterior, la teoría del comportamiento como parte de las relaciones humanas, es fundamental para la puesta en práctica de la programación neurolingüística, donde se manifiesta la valoración crítica para de esa manera atender de forma exitosa y racional las situaciones que emergen de la realidad, por ello, es una de las teorías con mayor énfasis en el desarrollo organizacional desde la perspectiva de la comunicación humana.