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que surge constantemente y se transforma, en definitiva, bajo la influen- cia de los determinantes externos y sociales, por lo tanto, en el humanis...

que surge constantemente y se transforma, en definitiva, bajo la influen- cia de los determinantes externos y sociales, por lo tanto, en el humanis- mo hay ideas muy valiosas, pero no brinda una imagen lo más certera posible de la motivación humana, pues pierde de vista su determinación histórico-social. Por lo general, la psicología cognitiva trata el estudio del psiquismo desde el ángulo de su determinación interna, a partir de los procesos cognoscitivos. Este punto de vista contiene elementos ciertos, pero no enfatiza igualmente la importancia de los determinantes externos sociales y de los factores afectivos. Aquí se reconoce la influencia universal del factor cognitivo, pero se concibe la motivación como la unidad de lo afectivo y lo cognitivo, en la cual predomina lo afectivo y es determinada en todo momento y en última instancia por el medio social. Asimilar los aspectos positivos de estas escuelas supone una apertu- ra crítica a sus componentes ciertos y a sus técnicas psicoterapéuticas. La motivación como un reflejo de su medio sociohistórico En este epígrafe se tratarán los diferentes aspectos de la influencia del medio sociohistórico sobre la motivación humana. Las circunstan- cias sociales externas influyen sobre el desarrollo y funcionamiento de los procesos cognitivos, pero la estructura de estos últimos es relativa- mente independiente de la situación concreta y social que los rodea, sin embargo, la estructura y el funcionamiento de la motivación humana son mucho más dependientes de sus circunstancias sociales cambiantes. Primero nos referiremos a los determinantes externos equilibradores y desequilibradores. En segundo lugar, plantearemos algunas hipótesis sobre la jerarquía motivacional, en dependencia del momento histórico. Determinantes externos y sociales, equilibradores y desequilibradores Con respecto al equilibrio psíquico (ya definido como la relativa ar- monía entre los distintos factores y el predominio de la motivación supe- rior) existen situaciones externas desequilibradoras y situaciones externas equilibradoras; estas últimas conducen al equilibrio, lo refuerzan y per- feccionan. 198 Determinantes equilibradores El determinante equilibrador es la armonía entre satisfacción e insa- tisfacción. El término armonía indica que la satisfacción conduce a la insatisfacción y la insatisfacción, a la satisfacción. Las satisfacciones que se le ofrecen al individuo lo llevan a esforzarse y sacrificarse para obtener nuevas satisfacciones, por ejemplo, los pa- dres tratan con cariño al hijo, pero a su vez son ejemplos para este y le exigen. Como consecuencia, la satisfacción del niño con sus padres le lleva por su propia iniciativa a esforzarse por cumplir sus deberes y ta- reas.26 O también ocurre que el individuo se esfuerza por obtener un premio, se sacrifica y lo logra, y como consecuencia la insatisfacción conduce a la satisfacción. En estos casos se destaca la función activa del sujeto que por su pro- pia iniciativa se esfuerza (se sacrifica) y esto conduce a la construcción y superación de su personalidad y a la satisfacción que ello implica, pero es necesario precisar la naturaleza de la insatisfacción o del sacrificio que se asigna la persona, pues no toda insatisfacción asumida por iniciativa del sujeto conduce hacia su equilibrio. La insatisfacción equilibradora es aquella que conduce a una mayor complejidad y armonía interna y externa de la personalidad del sujeto consigo mismo y en sus relaciones con el medio social, por ejemplo, arries- garse y esforzarse para robar y finalmente consumir drogas no es una insatisfacción equilibradora, pero sacrificarse estudiando intensamente para aprobar un examen, sí es una insatisfacción equilibradora. Esta armonía entre satisfacción e insatisfacción favorece el equili- brio de la motivación tanto en la infancia y en la consecuente motivación arcaica, como en la juventud y la adultez (motivación superior) y en todo momento (motivación actual). Como consecuencia, estos determinantes equilibradores externos engendran tendencias y características, entre ellas las siguientes: – Una relativa armonía entre el componente afectivo y el cognitivo de la motivación, que conduce al desarrollo y equilibrio de ambos. – El predominio más o menos estable en la jerarquía reguladora de los deberes asumidos sobre las tendencias opuestas a los mismos, basado en una relativa armonía entre lo social y lo individual. – El predominio de los fines y proyectos asumidos sobre las tendencias reactivas que se oponen a ellos y el constante planteamiento de nuevas metas, una vez cumplidas las anteriores. 26 Amor con amor se paga: este es el título de una obra de nuestro Héroe Nacional, José Martí, quien dijo: “Siempre lo impuesto es vano y lo libre es vivífico” (tomo 11, página 426) “No me parecen definitivas sino las conquistas de la mansedumbre” (tomo 9, página 16). Consultar José Martí, Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. 199 – La búsqueda, al agravarse y reiterarse conflictos insolubles, de una armonía entre los deberes asumidos y las tendencias puramente individuales, y entre los fines y proyectos y la motivación reactiva. Esto supone la modificación de la motivación superior y el logro de una distancia y contradicción, pero a su vez de una relativa cercanía entre el yo ideal (lo que se aspira para sí mismo) y el yo real. – El logro estable de un estado emocional predominantemente positivo, orientado al cumplimiento de los deberes y proyectos asumidos. – El desarrollo de una autovaloración adecuada, centrada en los aspectos positivos y reales de su propia personalidad, pero que reconozca igualmente sus limitaciones y errores. – La relativa armonía entre la motivación arcaica y la superior, en la cual, en caso de conflicto, predomina esta última. – La relativa armonía entre las motivaciones conscientes e inconscientes, en la cual, ante un conflicto, por lo general predominan las conscientes. – La interrelación relativamente armónica entre las motivaciones específicas e inespecíficas (los mecanismos de defensa), pero con el predominio de las específicas. Determinantes desequilibradores Llamamos determinantes desequilibradores a la desarmonía entre satisfacción e insatisfacción. En este caso la satisfacción no conduce al esfuerzo, no se le exige al sujeto, no se promueve en él su desarrollo, no se le estimula para lograrlo (a esto comúnmente se le llama sobreprotección). En otro caso, la insatisfacción no conduce a la satis- facción. El esfuerzo positivo, desarrollador, no recibe una recompensa favorable, sino una frustración. Se trata aquí de la privación, de la frus- tración, de la frustración o privación por conflicto; de la amenaza, que engendra el medio social en el individuo y no conduce a su satisfacción, sino solo a su insatisfacción. A esto comúnmente se le llama rechazo, sobre todo con respecto a la educación infantil. En estos casos se destaca la función pasiva del sujeto, quien no se esfuerza por su propia iniciativa espontánea en cumplir con las exigen- cias externas y superarse, o si lo hace (en el caso del castigo o la amena- za), es debido a una presión externa y no a una iniciativa propia. Esta desarmonía entre satisfacción e insatisfacción engendra desequi- librio y agudas contradicciones que se manifiestan en la infancia y en la consecuente motivación arcaica, pero también en la juventud y la adultez (en la motivación superior) y en todo momento (motivación actual); se 200 manifiesta, además, en una serie de tendencias desequilibradoras que actúan tanto en la motivación arcaica como en la superior y la actual. Estas, entre otras, son las siguientes: – Antagonismo entre el componente afectivo y el cognitivo que lleva al desorden emocional o a la tergiversación cognitiva. – Predominio de lo social significativo en detrimento, a menudo innecesario e inadecuado, de la satisfacción puramente individual y asociado a vivencias negativas o agresivas de frustración y privación. – Frecuente incumplimiento con los deberes asumidos (lo social significativo) y el predominio de lo puramente individual, en perjuicio de los deberes asumidos.27 – Predominio de la conducta reactiva sobre los fines y proyectos que el sujeto se asigna a sí mismo o la ausencia de estos últimos. – Existencia de agudas contradicciones antagónicas entre lo social y lo individual, entre los fines y proyectos asumidos y las posibilidades externas, capacidades personales y conductas reactivas (la existencia de una gran distancia entre el yo real y el yo ideal). La incapacidad para modificar el yo ideal, o sea, los deberes morales y proyectos asumidos. – Estado emocional negativo predominante (ansiedad, agresión, depresión) que no favorece el cumplimiento con los deberes y metas asumidas. – Existencia de una autovaloración inadecuada por subvaloración (que puede engendrar tendencias compensatorias de superioridad) o por sobrevaloración, que desequilibran al sujeto

Esta pregunta también está en el material:

Psicología de la Motivação
274 pag.

Avaliação Psicológica Universidad VeracruzanaUniversidad Veracruzana

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Lo siento, pero parece que has copiado y pegado un texto extenso. ¿Puedes resumir tu pregunta o proporcionar una pregunta más específica?

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