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umida por iniciativa del sujeto conduce hacia su equilibrio. La insatisfacción equilibradora es aquella que conduce a una mayor complejidad y armon...

umida por iniciativa del sujeto conduce hacia su equilibrio. La insatisfacción equilibradora es aquella que conduce a una mayor complejidad y armonía interna y externa de la personalidad del sujeto consigo mismo y en sus relaciones con el medio social, por ejemplo, arriesgarse y esforzarse para robar y finalmente consumir drogas no es una insatisfacción equilibradora, pero sacrificarse estudiando intensamente para aprobar un examen, sí es una insatisfacción equilibradora. Esta armonía entre satisfacción e insatisfacción favorece el equilibrio de la motivación tanto en la infancia y en la consecuente motivación arcaica, como en la juventud y la adultez (motivación superior) y en todo momento (motivación actual). Como consecuencia, estos determinantes equilibradores externos engendran tendencias y características, entre ellas las siguientes: – Una relativa armonía entre el componente afectivo y el cognitivo de la motivación, que conduce al desarrollo y equilibrio de ambos. – El predominio más o menos estable en la jerarquía reguladora de los deberes asumidos sobre las tendencias opuestas a los mismos, basado en una relativa armonía entre lo social y lo individual. – El predominio de los fines y proyectos asumidos sobre las tendencias reactivas que se oponen a ellos y el constante planteamiento de nuevas metas, una vez cumplidas las anteriores. 26 Amor con amor se paga: este es el título de una obra de nuestro Héroe Nacional, José Martí, quien dijo: “Siempre lo impuesto es vano y lo libre es vivífico” (tomo 11, página 426) “No me parecen definitivas sino las conquistas de la mansedumbre” (tomo 9, página 16). Consultar José Martí, Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. 199 – La búsqueda, al agravarse y reiterarse conflictos insolubles, de una armonía entre los deberes asumidos y las tendencias puramente individuales, y entre los fines y proyectos y la motivación reactiva. Esto supone la modificación de la motivación superior y el logro de una distancia y contradicción, pero a su vez de una relativa cercanía entre el yo ideal (lo que se aspira para sí mismo) y el yo real. – El logro estable de un estado emocional predominantemente positivo, orientado al cumplimiento de los deberes y proyectos asumidos. – El desarrollo de una autovaloración adecuada, centrada en los aspectos positivos y reales de su propia personalidad, pero que reconozca igualmente sus limitaciones y errores. – La relativa armonía entre la motivación arcaica y la superior, en la cual, en caso de conflicto, predomina esta última. – La relativa armonía entre las motivaciones conscientes e inconscientes, en la cual, ante un conflicto, por lo general predominan las conscientes. – La interrelación relativamente armónica entre las motivaciones específicas e inespecíficas (los mecanismos de defensa), pero con el predominio de las específicas. Determinantes desequilibradores Llamamos determinantes desequilibradores a la desarmonía entre satisfacción e insatisfacción. En este caso la satisfacción no conduce al esfuerzo, no se le exige al sujeto, no se promueve en él su desarrollo, no se le estimula para lograrlo (a esto comúnmente se le llama sobreprotección). En otro caso, la insatisfacción no conduce a la satisfacción. El esfuerzo positivo, desarrollador, no recibe una recompensa favorable, sino una frustración. Se trata aquí de la privación, de la frustración, de la frustración o privación por conflicto; de la amenaza, que engendra el medio social en el individuo y no conduce a su satisfacción, sino solo a su insatisfacción. A esto comúnmente se le llama rechazo, sobre todo con respecto a la educación infantil. En estos casos se destaca la función pasiva del sujeto, quien no se esfuerza por su propia iniciativa espontánea en cumplir con las exigencias externas y superarse, o si lo hace (en el caso del castigo o la amenaza), es debido a una presión externa y no a una iniciativa propia. Esta desarmonía entre satisfacción e insatisfacción engendra desequilibrio y agudas contradicciones que se manifiestan en la infancia y en la consecuente motivación arcaica, pero también en la juventud y la adultez (en la motivación superior) y en todo momento (motivación actual); se manifiesta, además, en una serie de tendencias desequilibradoras que actúan tanto en la motivación arcaica como en la superior y la actual. Estas, entre otras, son las siguientes: – Antagonismo entre el componente afectivo y el cognitivo que lleva al desorden emocional o a la tergiversación cognitiva. – Predominio de lo social significativo en detrimento, a menudo innecesario e inadecuado, de la satisfacción puramente individual y asociado a vivencias negativas o agresivas de frustración y privación. – Frecuente incumplimiento con los deberes asumidos (lo social significativo) y el predominio de lo puramente individual, en perjuicio de los deberes asumidos.27 – Predominio de la conducta reactiva sobre los fines y proyectos que el sujeto se asigna a sí mismo o la ausencia de estos últimos. – Existencia de agudas contradicciones antagónicas entre lo social y lo individual, entre los fines y proyectos asumidos y las posibilidades externas, capacidades personales y conductas reactivas (la existencia de una gran distancia entre el yo real y el yo ideal). La incapacidad para modificar el yo ideal, o sea, los deberes morales y proyectos asumidos. – Estado emocional negativo predominante (ansiedad, agresión, depresión) que no favorece el cumplimiento con los deberes y metas asumidas. – Existencia de una autovaloración inadecuada por subvaloración (que puede engendrar tendencias compensatorias de superioridad) o por sobrevaloración, que desequilibran al sujeto. – Existencia de motivaciones inconscientes dominantes en el control de la conducta y en aguda contradicción con las conscientes. – Predominio de las motivaciones inespecíficas (los mecanismos de defensa) en aguda contradicción con las motivaciones específicas. – Existencia de conflictos antagónicos con el medio social, que a su vez son interiorizados como conflictos íntimos que desequilibran al sujeto y le generan estados emocionales negativos y perturbadores. De todo lo dicho se desprende que no todas las privaciones, frustraciones o conflictos son negativos, o sea, conducentes a un desequilibrio, 27 Para la elaboración de estos puntos de vista nos hemos apoyado en las ideas del gran teórico de la psicología soviética, Rubinstein, quien de manera indirecta y a través de sus libros, fue nuestro insuperable maestro. En su obra Principios de Psicología General, 1969, expresó que algunos se limitan a los motivos puramente individuales, pero para otros lo social significativo se convierte ciertamente en algo obligatorio, pero se experimenta como fuerza externa y extraña; para otros lo social significativo se convierte en lo más íntimo y personal. 201 28 J Nuttin, destacado psicólogo belga, ya fallecido, nuestro recordado y querido profesor en la Universidad de Lovaina, Bélgica, en el curso 1969-1970, nos hablaba de frustraciones positivas y negativas. Consúltese su obra Psychanalyse et Conception Spiritualiste de L¨Homme. Publications Universitaires, Louvain, 1968. Aquí nos hemos apoyado en estas concepciones del profesor Nuttin. a una fijación o regresión. Existen privaciones, frustraciones y conflictos positivos, que conducen a un nivel más alto de complejidad y armonía de la personalidad, cuando el sujeto se las plantea o las asume por iniciativa propia. Estas privaciones, frustraciones y conflictos positivos constituyen hechos fundamentales del desarrollo normal y constructivo de la motivación infantil y adulta. Las privaciones, frustraciones o conflictos negativos son aquellas metas desarrolladoras y positivas o paralizadoras y destructivas que le se imponen al sujeto desde fuera e implican un rechazo del mismo, o también aquellas metas decididas por el propio sujeto en una acción autodestructiva derivada de la depresión y del desequilibrio psíquico, que conducen a la desintegración de la personalidad.28 Otros determinantes histórico-sociales de la motivación El individuo nace, se desarrolla y vive inmerso en la sociedad nacional e internacional que en su permanencia y en sus cambios se refleja profundamente en su personalidad. Entre los determinantes sociales se pueden señalar aquellos de la base económica (las relaciones de producción y consumo) y los de la superestructura ideológica y científica, ambos interpenetrados e inseparables. A continuación nos referiremos a 2 aspectos de esta determinación sociohistórica de la motivación humana. Influencia de la igualdad y la desigualdad social La distribución de los bienes materiales y de la posición social puede ser más o menos desigual o igualitaria. Partimos de la hipótesis de que el aumento de la desigualdad social en la distribución de los bienes materiales favorece el incremento de

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Psicología de la Motivação
274 pag.

Avaliação Psicológica Universidad VeracruzanaUniversidad Veracruzana

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