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varía en función de cada persona, pero siempre es recomendable introducir una cantidad prudente. Hay que masticar con la boca cerrada y moviendo la...

varía en función de cada persona, pero siempre es recomendable introducir una cantidad prudente. Hay que masticar con la boca cerrada y moviendo la mandíbula de arriba abajo, alternando el lado derecho y el lado izquierdo de la boca, es decir, evitar masticar siempre por el mismo lado. En el momento de tragar, el alimento tiene que estar situado sobre la lengua y hay que empujar contra el paladar, para deglutirlo. La cabeza tiene que mantenerse derecha, sin echarla hacia atrás, evitando hacer gestos exagerados. Del mismo modo que para beber no hay que aspirar ni poner la cabeza hacia atrás, ni hacer ruido. Todo esto la mayoría de la población lo hace de forma intuitiva, sin reflexionar, naturalmente. Ahora bien, en determinados casos es esencial tener presente estas pautas para poder reconducir algunos patrones erróneos. Uno de los inconvenientes que detectan los pediatras a la hora de valorar algunas patologías del habla y el lenguaje es que muchos niños realizan una alimentación muy poco variada, con alimentos de texturas blandas o incluso básicamente líquidas. Introducir distintas texturas en la comida obliga a nuevos movimientos y nuevas sensaciones de contacto. Y hacerlo en el momento adecuado, sin demorar la novedad, siempre es positivo. Hay bastantes niños, cuando menos más de los deseados, que en edades avanzadas todavía hacen uso del biberón. Las familias acostumbran a justificar esta actuación diciendo que es más fácil que se tomen la leche o la papilla con el biberón que no con la cuchara porque van más rápido, es más limpio y muchos niños pueden hacerlo solos. Todas estas razones se basan en el punto de vista del adulto. Si el niño tiene que hacer uso de la cuchara, necesita que la persona mayor le muestre cómo hacerlo y esté cerca para ayudarlo, por lo menos las primeras veces. Si se utiliza la cuchara es fácil que se ensucie el babero, la ropa, la mesa y el adulto tiene que limpiar y eso lleva trabajo. Pero todo ello lo que hace es atrasar la autonomía del niño. Y no solo la autonomía, sino que haciendo uso de biberón, cuando ya es capaz de beber con un vaso y comer con una cuchara, la deglución se hace disfuncional: se come con la boca entreabierta, se tritura poco la comida, la posición del arco dental se ve afectada y puede acabar requiriéndose un tratamiento de ortodoncia. Además de la deglución disfuncional hay que pensar en el mensaje contradictorio que se da, quizás sin palabras, pero a través de los hechos: «eres capaz de hacerlo solo, pero te lo facilito», «te haces mayor, pero a mama le gusta verte pequeño, eres mi bebé». Cuando la deglución es disfuncional, esta se produce no solo cuando se come, sino a lo largo de todo el día y toda la noche porque de forma constante se hace un ejercicio de deglución para tragar la saliva. Y si la mecánica no es la adecuada, la patología se puede ir agravando. Recomendaciones para una correcta respiración Como ya se ha visto en los apartados del sistema auditivo y bucofonador y conociendo las bases neurobiológicas del lenguaje, la respiración es fundamental para una buena dicción. Para garantizar que el aire llega correctamente a los pulmones es necesario mantener las fosas nasales limpias, inspirar por la nariz y expirar por la boca, controladamente y de forma larga y sostenida, hacer una respiración profunda y abdominal, coger y sacar el aire alternativamente por una fosa y por la otra. Si la respiración es bucal en lugar de nasal, la boca siempre se mantiene abierta. Esto implica que la posición de la lengua es siempre baja. Para que el paladar tenga la forma óptima para la respiración, con la boca cerrada la lengua debería adaptarse al paladar. Si esto no es así, el paladar acaba teniendo una forma anómala y eso hace que la estructura maxilofacial pueda quedar alterada. Respirar incorrectamente hace que la oxigenación sea deficitaria, con todas las consecuencias que esto implica, especialmente el cansancio. A la hora de dormir, se ronca y no se descansa en profundidad. Un hábito fundamental para mantener un buena higiene nasal y facilitar la respiración es aprender a sonarse, con paciencia, práctica y disponiendo de un buen modelo. Hay que conocer el órgano en el cual se acumulan los mocos y saber qué hacer si se tapa y causa incomodidad. Se coge el pañuelo con una mano, se toma aire por la boca y se cierra, reteniendo el aire. Con uno de los dos dedos, pulgar o índice, se tapa una fosa nasal y se saca el aire por la fosa destapada y se expulsan las mucosidades que hay en el interior. Después se hace con la otra fosa. Se puede repetir la operación expulsando las mucosidades por las dos fosas a la vez, con suavidad. Recomendaciones para un buen uso de la voz En cuanto a la voz, los modelos adultos son una referencia para los niños, que suelen imitarla de forma automática, sin conciencia. Esta imitación supone, en ocasiones, una emisión de voz inadecuada; son numerosos los niños que hablan gritando. Esto puede desencadenar disfonía y alteraciones orgánicas como, por ejemplo, la formación de nódulos por un mal funcionamiento y entonces habrá que hacer una consulta al foniatra. La voz es el medio a través del cual nos comunicamos. Con la voz expresamos emociones. La voz, como el habla, forma parte de un todo, de nuestro cuerpo como instrumento de comunicación y este se va modificando a lo largo de la vida. Las cualidades del sonido: la intensidad, la altura, el timbre y la duración determinan que cada persona tenga su propia voz. Acciones preventivas Maestros, cantantes, entrenadores deportivos, vendedores y otros colectivos vulnerables a las patologías de la voz pueden seguir una serie de recomendaciones para evitar estropear la voz. • Hablar despacio, haciendo pausas durante las explicaciones. • Evitar hablar cuando ya no queda aire. • Hablar bajo y callar ante el ruido ambiental. • Respirar correctamente: inspiración nasal y profunda. • Mantener una buena postura corporal. • Cuidar la alimentación y descansar adecuadamente. • Hacer ejercicio físico y mantener una buena higiene nasal. • Llevar agua siempre y beber a sorbos y a menudo. • Procurar tomar bebidas templadas. • Evitar fumar. Un ejercicio saludable para la voz es cantar. Formar parte de una coral es algo que nos puede dar la oportunidad de compartir un rato agradable y es una forma de poder cantar teniendo en cuenta otras voces, escuchándolas y formando parte de un todo, en que la aportación de cada persona ayuda a construir una nueva «voz» colectiva. Cantando se ponen en coordinación el ritmo, la melodía y la respiración. Además de ser una actividad gratificante tiene la virtud de estimular la memoria, la atención, la concentración y la escucha. Recomendaciones para estimular la percepción auditiva Los estímulos auditivos de nuestro entorno son muy diversos y no todos se distinguen del mismo modo. Los sonidos del habla se perciben de forma distinta a otros sonidos, como por ejemplo la música. Por esta razón es necesario ofrecer a los niños una variedad de tipologías de estímulos auditivos y mirar de instaurar los hábitos de atención, de espera, de percepción del silencio, de escucha y así aprender a disfrutar del hecho de escuchar. Es importante determinar las cualidades sonoras: sonido-silencio, fuerte-flojo, rápido-lento, largo-corto, igual-diferente, agudo-grave, continuo-discontinuo. Saber localizar la fuente sonora y diferenciar la voz hablada de la voz cantada. También hay que recordar que el ritmo es una de las características del habla, y que una forma de promoverlo es escuchando canciones siguiendo el ritmo con el cuerpo, dar palmas, «diciendo» las canciones como si las manos las cantaran, siguiendo la melodía de las canciones, tarareando el estribillo, exagerando la prosodia. Así se puede trabajar la entonación, porque hay entonaciones ascendentes o descendentes. No «entonamos» igual una pregunta que una afirmación o una exclamación. Si no hay ninguna patología, la percepción auditiva acostumbra a garantizar que con una buena discriminación se reciben todos los «colores» del mundo sonoro. Ahora bien, en edades tempranas, es decir, de cero a tres, cuatro y cinco años, hay niños que a menudo están tapados o congestionados debido a procesos de otitis y tienen momentos en los que no oyen bien. Al hacer la consulta al pediatra, este puede derivar al especialista, el otorrinolaringólogo (ORL), que puede pedir una audiometría para valorar la

Esta pregunta también está en el material:

La logopedia (Nolla)
108 pag.

Fonoaudiologia Universidad de ValènciaUniversidad de València

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Lo siento, parece que has copiado un texto extenso que no parece ser una pregunta. ¿Puedo ayudarte con algo más?

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