La crónica de la fiesta de Huey Tecuílhuitl proporciona una descripción detallada de un recorrido ceremonial realizado por la joven diosa-mazorca, que se desplazaba desde la casa de las doncellas hasta la casa de las ayauhcalli, donde se realizaba el sacrificio de la diosa-mazorca. Este recorrido ceremonial se realizaba en el marco de la fiesta de la diosa del maíz, Chicomecóatl, y de la fiesta de la diosa de la sal, Huixtocihuatl. La joven diosa-mazorca era llevada en hombros por las doncellas, quienes la depositaban en la casa de las ayauhcalli. Allí, la diosa-mazorca era sacrificada y desmembrada por los sacerdotes, quienes esparcían su sangre en el fuego sagrado. Posteriormente, los sacerdotes llevaban los restos de la diosa-mazorca a la casa de las doncellas, donde se realizaba un banquete ritual. Este banquete era seguido por una danza de las doncellas, quienes portaban en sus manos las cabezas de la diosa-mazorca. Finalmente, los restos de la diosa-mazorca eran enterrados en un campo sembrado de maíz, como símbolo de fertilidad y renovación.