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nadie para juzgar, se trata de darte una opción: mentir o no mentir. El ciclo que estamos tratando de romper es aquel en el que la mentira es autom...

nadie para juzgar, se trata de darte una opción: mentir o no mentir. El ciclo que estamos tratando de romper es aquel en el que la mentira es automática y se sale de tu control. El primer paso para superar cualquier mal hábito consiste en volverse consciente de él. Si has estado mintiendo de manera automática, no necesariamente eres consciente de lo que has estado haciendo. Prométete que durante un día entero no mentirás. Luego observa qué sucede. Puedes ser o no capaz de hacerlo. Si puedes hacerlo, bien. ¿Fue fácil o te costó trabajo? Si no puedes hacerlo, escribe lo que ocurrió: acerca de qué mentiste y en qué estabas pensando un instante antes de mentir. Al final del día evalúa lo que ocurrió, sin enjuiciarte. Hiciste lo que hiciste. Obtuviste lo que pudiste obtener. Fue fácil o difícil. Pudiste hacerlo durante una parte del día pero no el día completo. Pudiste hacerlo en determinadas situaciones y no en otras. Quizá pudiste hacerlo cuando estabas relajado y no cuando estabas tenso. Simplemente siéntate y examínalo. Más que enjuiciarte, conócete un poco mejor volviéndote un poco más consciente de cómo te comportas. Comienza al día siguiente con la misma determinación. Repite el proceso. Hazlo durante tres o cuatro días. Al finalizar ese plazo, ve qué progresos has hecho. Si sigues mintiendo automáticamente, convendría que te comprometieras a que la siguiente vez que te descubras mintiendo, vas a admitirlo y corregirás cualquier afirmación equivocada que hayas hecho. Es un compromiso poderoso. Significa decir para tus adentros: "Aunque el hábito es fuerte, resulta importante que yo lo cambie". Si no puedes hacerlo, al menos sé realista y acepta el hecho de que, por el motivo que sea, no estás listo para cambiar. Si aumentar tu conciencia y aceptar tu compromiso no conduce a la desaparición de la mentira automática, probablemente se trate de algo más que un simple mal hábito. Puede ser algo en lo que necesites trabajar a mayor profundidad. Puede ser una táctica de sobrevivencia que ya no tenga razón de ser. Dada tu historia y dados los temores que adquiriste en la infancia, tal vez necesites buscar ayuda para modificar tu comportamiento. Algunas cosas se resuelven con facilidad. Otras requieren mucho más trabajo y ayuda para solucionarse. Esto no significa que estés mal, simplemente que para ti puede resultar más difícil de lo que esperabas. Cuando trabajo con alguien propenso a la mentira, le digo: "Creo que crees lo que acabas de decir". Entonces examinamos su afirmación, vemos qué significa y descubrimos dónde yace la verdad. Muchos hijos adultos de alcohólicos se van al otro extremo. Como en su casa se miente tanto, deciden no mentir jamás. Es una manera menos común de manejar ese problema que consiste en crecer. Es una negación del patrón de conducta familiar. Si has participado en los programas de Alcohólicos Anónimos, Al‐Anón o Jóvenes Alcohólicos Anónimos, puedes echar mano de sus herramientas de recuperación para romper este hábito. Puedes hacer lo que se hace con el alcohol: te comprometes a dejar de beber y un buen día dejas de hacerlo. Un buen día comienzas a tener confianza en ti mismo. Un buen día puedes empeñarte en cambiar tus malos hábitos. 4. LOS HIJOS ADULTOS DE ALCOHÓLICOS SE JUZGAN SIN PIEDAD. Hugo, hijo de dos alcohólicos, me escribió acerca de sí mismo y de sus sentimientos. Expresó su descubrimiento más significativo en términos muy sencillos: "Aunque puedo cometer errores, yo no soy un error". Estas palabras muestran que había alcanzado cierto grado de libertad. Había comenzado a mirarse sinceramente sin enjuiciarse. Cuando uno aprende a distinguir entre la conducta y la persona, es libre de cambiar, desarrollarse y crecer. Aunque desde tu infancia te han dicho muchas veces que no estás a la altura de las circunstancias, es importante que reconozcas que todos los enunciados tienen un lado positivo y uno negativo. Por ejemplo, si eres inteligente, resulta maravilloso que lo seas porque así puedes comprender lo que la gente menos inteligente no puede. Sin embargo, esto a menudo resulta desconcertante. Si eres muy sensible, el gozo es mayor que el sufrimiento. ¿Quién determina lo que está bien? ¿Quién determina lo que no está tan bien? El asunto es explorarlo, dejarse fascinar por ello y descubrir lo que significa. Puedes haber decidido que tu vida es una tragedia griega. Tengo una paciente que así lo hizo, aunque todo parece indicar que lo único que ocasiona sus problemas es su actitud. La vida no tiene que percibirse según sus grados de amargura. Si la percibes de este modo, quizá quieras calcular cuál es el beneficio. ¿Qué ganas enjuiciándote? ¿Por qué nunca juzgas el lado

Esta pregunta también está en el material:

Janet Geringer Woititz - Hijos Adultos de Padres Alcoholicos
177 pag.

Psicologia Universidad Nacional Autónoma De MéxicoUniversidad Nacional Autónoma De México

💡 1 Respuesta

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Lo siento, parece que has pegado un texto extenso que no parece ser una pregunta. ¿Puedes formular una pregunta específica sobre este tema?

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