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En otras palabras, la interacción de la escuela con el contexto en que se desarrollan los educandos amplían las posibilidades de satisfacer sus nec...

En otras palabras, la interacción de la escuela con el contexto en que se desarrollan los educandos amplían las posibilidades de satisfacer sus necesidades ejecutando acciones conjuntas pro del bienestar, proyectando el desarrollo e implementación de escuela de padres, oferta de servicios a la comunidad, uso de la planta física y de medios, servicio social estudiantil, motivándolos a trabajar por ser cada día mejores y trazar su proyecto de vida con bases sólidas que los lleven a alcanzar lo que se han propuesto ser. En este caso es necesario, el proceso de interacción entre escuela y contexto, permitiendo reconocer las necesidades de los estudiantes y con base a estas el diseño estrategias que vayan unidas a la realidad en que se encuentran; el éxito de estas depende en gran medida de la evaluación constante que se le haga a las mismas y la manera como son ejecutadas por los actores educativos, por lo tanto, esta es la forma de identificar si se obtienen los resultados esperados. 2.2.4. Formación docente como estrategia para el fortalecimiento de la educación. Por este motivo dentro de la gestión directiva se debe llevar a cabo la evaluación de desempeño de los docentes con el fin de realizar ajustes, cambios, crear oportunidades de mejora; cuyo propósito esencial el análisis y valoración del efecto que produce en los aprendizajes y el desempeño de los estudiantes, el despliegue de las capacidades pedagógicas y socio afectivas de los profesores, así como el ambiente relacional que estos profesionales recrean e instalan para la enseñanza y el aprendizaje (Román, 2015). En torno a esto, los docentes deben ser conscientes de crear escenarios de enseñanza – aprendizaje de calidad lo que requiere de un trabajo en equipo de su parte y al mismo tiempo de un proceso de formación permanente que les permita asumir los retos educativos que se presentan a diario, brindar nuevas herramientas y fortalecer la capacidad para generar nuevas alternativas y propuestas para alcanzar aprendizajes concretos en los estudiantes que tiene a su cargo. Por este motivo se necesita la formación profesional para los docentes, atendiendo esta consideración, para Esteves, Viteri, Avilés y Romero (2018) es el proceso de actualización que posibilita realizar de forma adecuada su práctica pedagógica y profesional de una manera significativa, pertinente con los requerimientos, contextos sociales en que se inscribe y a las poblaciones que atiende. A continuación, muestra una figura ilustrativa con los elementos fundamentales que hacen parte de la gestión directiva: Al observar la figura anterior se hace notorio que la Gestión directiva se fundamenta dentro de cuatro componentes fundamentales, los cuales son la gestión estratégica, el gobierno escolar, la gestión de la comunidad y el apoyo a la gestión académica. Dentro de estos cuatro componentes de la gestión directiva, destaca el referido a la gestión estratégica, aplicable a cualquier tipo de organización, porque es el tipo de gestión que, con carácter prospectivo y basado en la participación colectiva, genera de alguna manera el resto de componentes de la acción directiva global. Según Betancourt (2002, p. 25), la Gestión Estratégica representa el cuarto paradigma gerencial, y está basado en el “Poder de la Gente”. En este paradigma, cada Gerente o Líder es quien debe generar en su gestión las estrategias anticipativas y adaptativas que le permitan a la organización sobrevivir y ser competitiva a corto, mediano y largo plazo. Según este autor, la gestión estratégica introduce una serie de nociones nuevas, en relación con la Planificación Estratégica tradicional. En este punto, conviene destacar que, junto a la excelencia y la innovación, uno de los elementos clave de la gerencia estratégica es la anticipación, que hace proactiva a la organización, en el sentido de no esperar solamente a que ocurran las cosas para reaccionar, sino que está identificando permanentemente aquellos factores que la puedan hacer competitiva en el futuro, adelantándose a los acontecimientos o forzando situaciones para que lo que ocurra en el futuro beneficie el desempeño de la organización. En tal sentido, Betancourt (2002) afirma que “una organización que solamente está reaccionando a los cambios del entorno apenas puede sobrevivir, pero, para ser realmente competitiva, la organización tiene que realizar procesos de anticipación”. Por otro lado, es importante resaltar que el proceso de la Gestión Directiva presentado en la figura 6 cierra con un componente direccionado hacia el fortalecimiento de otro elemento clave para el proceso de investigación como lo es la gestión académica. De este modo la gestión académica es entendida como el conjunto de interacciones dinámicas y complejas, desde las cuales emergen las situaciones didácticas que dan sentido a la práctica pedagógica (Inciarte, Marcano, Reyes, 2006). Lo que permite inferir que el punto de acción de la labor ejercida por el docente es el estudiante, reconociendo sus fortalezas para potencializarlas y debilidades para ayudar a sobrepasarlas, brindándole el apoyo necesario para lograrlo. Dicha gestión académica, se conforma por dos componentes clave mostrados a continuación: 2.2.5. Formación y evaluación en la educación. Es imprescindible para los docente caracterizar a cada uno de sus estudiantes, lo que permite según lo establecido en la guía 34 del Ministerio de Educación Nacional al definir lo que los estudiantes van a aprender en cada área, asignatura, grado y proyecto transversal, el momento en el que lo van a aprender, los recursos a emplear, y la forma de evaluar los aprendizajes, es decir, que puede guiar sus accionar basado en las necesidades que surgen, explorando alternativas que le permitan completar su tarea de educar (MEN, 2008). Teniendo en cuenta lo planteado por el MEN se hace necesario que el docente realice un análisis del contexto de los estudiantes y un diagnóstico que le permita identificar los avances de cada estudiante de acuerdo con su edad y necesidades educativas. Este proceso permitirá reconocer a los estudiantes extraedad y las falencias que presenta de acuerdo con su edad. Esta información permitirá hacer una articulación de los Derechos Básicos de aprendizaje (DBA) en las experiencias de aprendizaje básicas y diversificadas. Otro punto de análisis desde esta gestión son los procesos evaluativos a los cuales se ciñen las instituciones, de acuerdo con los planteamientos brindados por el MEN (2009) según Decreto 1290 para realizar seguimiento, valorar los avances o retrocesos dentro de la enseñanza y aprendizaje en el aula; estos procedimientos consignados en el sistema institucional de evaluación de los estudiantes – SIEE donde se establecen criterios de evaluación, la escala de valoración a utilizar, la ejecución de nivelaciones de aprendizajes y los requisitos establecidos por cada institución educativa para la promoción del año escolar. A la luz de estos planteamientos, según el Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2020b), el Sistema Institucional de Evaluación de los Estudiantes -SIEE- es aquel que instituye las regulaciones, debidamente concertadas por la comunidad educativa, con el objeto de hacer el seguimiento y valorar el proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula. Tales regulaciones están referidas a la manera cómo se aprueban las distintas áreas y se produce la promoción de los estudiantes de un grado a otro, y a los criterios que se establecen en estos casos. De esta manera, el SIEE posibilita una visión mucha más clara de los pasos a seguir en la búsqueda del bienestar, apropiación y evolución de la formación de los estudiantes, entre ellos los que se encuentran en condición de extraedad. 2.2.6. Extraedad y entorno social. En cuanto a los resultados desempeño de los estudiantes extraedad está ligado estrechamente a las situaciones de vida con las que muchos a su corta edad les ha tocado lidiar, fundamentado por Lamas (2015) cuando explica que, el rendimiento varía de acuerdo con las circunstancias, condiciones orgánicas y ambientales que determinan las aptitudes y experiencias, de aquí parte que los chicos logran integrar de diferentes formas los elementos cognitivos a sus estructuras para su transformación en un estado nuevo de aprendizaje. Aquí es donde se retoma el accionar del docente como pieza clave al implementar estrategias motivadoras con los estudiantes extraedad porque promueven un aprendizaje autónomo, independiente, realizado de manera que las riendas y el control del aprendizaje vayan pasando de las manos del profesor a las de los alumnos (García, García y Reyes, 2014), convirtiéndose en estudiantes capaces de crear, regular y retroalimentar sus propios aprendizajes, creando una

Esta pregunta también está en el material:

RUTA DE GESTIÓN ESCOLAR PARA EL ASEGURAMIENTO DEL APRENDIZAJE
252 pag.

Gestão Escolar, Gestão Não Escola e Curriculo. Universidad Antonio NariñoUniversidad Antonio Nariño

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