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una región (Península de Yucatán, XI) aparece en ambos años como “sin problemas de gestión”, con menos de 100 habitantes por millón de m3/año, aunq...

una región (Península de Yucatán, XI) aparece en ambos años como “sin problemas de gestión”, con menos de 100 habitantes por millón de m3/año, aunque la dinámica del IEH, como ya se vió, sugiere que es muy probable que esa región catalogue pronto como “escasez moderada” por su uso económico (especialmente agrícola). Tabla 2 Dos índices de escasez por región hidrológico-administrativa y promedios nacionales: explotación hídrica (2005-2016) e inverso de Falkenmark (2016-2030) Nota: El sombreado incrementa con los umbrales de escasez de cada índice. Fuente: Cálculos propios con datos de CONAGUA (2017). Índice de Falkenmark Índice de explotación hídrica (IEH) Disponibilidad RHA 2016 2030 2016 2013 2010 2007 2005 Baja I Península de Baja California 925 1147 81 69 68 76 86 II Noroeste 343 406 82 76 94 92 81 VI Río Bravo 408 435 48 47 47 49 55 VII Cuencas Centrales del Norte 1557 1818 45 42 42 41 36 XIII Aguas del Valle de México 6749 7392 139 138 132 155 119 Media III Pacífico Norte 175 196 41 39 40 41 41 IV Balsas 523 590 50 47 47 50 37 VIII Lerma Santiago Pacífico 130 146 21 21 19 18 20 IX Golfo Norte 904 1036 5 5 4 4 4 V Pacífico Sur 165 186 77 72 70 76 72 XII Península de Yucatán 155 197 15 13 9 7 6 Alta X Golfo Centro 112 124 9 5 5 5 5 XI Frontera Sur 48 56 2 1 1 1 1 PROMEDIO NACIONAL 938 1056 47 44 45 47 43 el estado del agua en méxico . carlos a. lópez morales . 23 Ocho regiones están en 2016 en la categoría de “problemas generalizados de gestión”, dos regiones en “estrés hídrico o crónico” (entre 600 y 2,000 habitantes/m3/año) y el Valle de México (XIII) aparece con “incapacidad hídrica de gestión”, con más de 6.7 miles de habitantes/m3/año (ver Tabla 2). De acuerdo con los pronósticos poblacionales por región, todos los índices inversos de Falkenmark empeoran para 2030, especialmente los de Península de Yucatán (XII, crece 27%), Península de Baja California (1.24%), Cuencas Centrales (VII, 17%) o Golfo Norte (IX, 15%). El Valle de México (XIII) exhibe crecimiento del índice inverso de Falkenmark relativamente moderado (9%), pero es el más pronunciado en términos absolutos: mientras que en 2016 corresponden 6.4 miles de habitantes a cada m3/año, en 2030 serán 7.4 miles de habitantes/m3/año. Con todo, el promedio nacional en 2016 es de 938 habitantes/m3/año, indicativo de “estrés hídrico” en la categoría de Falkenmark et al. (1989), y sube en 2030 a 1,056 habitantes/m3/año, indicativo de “estrés crónico”. La escasez, por tanto, es un fenómeno crítico y creciente fundamentalmente a nivel regional. Se expresa de diferente modo en las fuentes superficiales o subterráneas. La CONAGUA tiene enlistados para fines de administración a 653 acuíferos en el país y en 24% de ellos existe algún tipo de problema: 105 con sobreexplotación, 18 con intrusión marina y 32 con salinización de suelo o de aguas. Estos acuíferos se localizan principalmente en la Península de Baja California, en el litoral del Mar de Cortés o entre las vertientes de las Sierras Occidental y Oriental del país (ver panel A de la Figura 4). Las Cuencas Centrales (VII) concentran el mayor número de acuíferos con algún tipo de problema (26% del total nacional), seguida por Lerma-Santiago (VIII, con 21%), Península de Baja California (1.19%) y Río Bravo (VI, 17%). Por otro lado, las fuentes superficiales exhiben variados signos de deterioro e intervención. En un examen multi-criterio para determinar el impacto sobre los ríos mexicanos, Garrido et al. (2010 y 2012) generan indicadores sobre la alteración ecohidrológica de ríos en México. Ellos concluyen que las cuencas hidrológicas que exhiben grados de alteración de medio a alto cubren el 70% del territorio nacional y albergan al 94% de la población nacional. Destacan siete cuencas hidrológicas con alteración ecohidrológica “muy alta”: Balsas, Cuitzeo, Valle de México, Río Pánuco, Río Santiago y Río Bravo. Estas cuencas representan 31% de la longitud total de los ríos en México y albergaban en 2010 al menos a 52% de la población nacional. Si a éstos se añaden los sistemas fluviales con alteración “alta”, este examen arroja que 55% de la extensión de los ríos nacionales está profundamente intervenido y que 82% de la población nacional habita en sus cuencas (ver panel B de la Figura 4, Garrido et al., 2012). el estado del agua en méxico . carlos a. lópez morales . 25 3. Vínculos relevantes y producción y tratamiento de aguas residuales 3.1 Agua y producción de alimentos La distribución de las concesiones de agua en el país indica que existe un fuer- te vínculo entre agua y producción de alimentos tanto a escala nacional como regional: en todas y cada una de las RHAs, el uso agrícola reclama la porción más importante de las concesiones. La producción de alimentos depende del agua de maneras distintas: las unidades económicas de temporal satisfacen re- querimientos hídricos con la humedad almacenada en el suelo y proveniente directamente de la precipitación. Por tanto, los volúmenes de agua respectivos se incluyen en la contabilización de la evapotranspiración en los ciclos hidro- lógicos locales y no entran en la contabilización de los volúmenes concesiona- bles ni de sus usos consuntivos. La satisfacción de los requerimientos hídricos puede también llevarse a cabo por medio de las diferentes técnicas de irriga- ción. Todas ellas requieren la intervención sobre fuentes de agua superficiales o subterráneas por medio de infraestructura e implican el cambio en la com- posición química de los volúmenes que retornan después de aplicarse al suelo agrícola. Estos volúmenes se contabilizan como “uso agrícola” en los volúme- nes concesionables y representan el más importante de sus usos consuntivos. La interacción del agua de irrigación y de la humedad del suelo ocurre de forma diferenciada en la producción de alimentos en el país. Las estadísticas sobre dotaciones de tierra agrícola por RHA muestran que de las aproxima- damente 22 millones de hectáreas de tierra agrícola activa, 75% son de tem- poral y sólo 25% están irrigadas. La distribución regional de la tierra agrícola sugiere la existencia de tres categorías regionales: primero, regiones con tie- rra de temporal mínima (Península de Baja California y Noroeste I y II) en las que, por las condiciones climáticas, la agricultura requiere irrigación para ser posible; segundo, regiones en las que ambos tipos de tierra conviven y están en uso intensivo (las ocho regiones desde Río Bravo hasta Río Balsas), y en las que la irrigación puede complementar la precipitación cuando ésta varía mucho o para ampliar el ciclo de cultivo a la época de secas; y tercero, regiones en las que la tierra irrigada es mínima (Pacífico Sur, Golfo Sur, Frontera Sur y Península de Yucatán, V, X, XI y XII, respectivamente) y en las que la precipi- tación es abundante, de tal forma que no requiere complemento irrigado en términos generales. El Panel A de la Figura 5 muestra que las regiones de disponibilidad baja de agua concentran 28% de la tierra agrícola (8 puntos por irrigada y 20 por tem- poral), las regiones con disponibilidad media concentran el 56% de la tierra agrícola nacional (14 puntos por irrigada, 42 por temporal), mientras que las regiones de alta dispon

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Lo siento, pero no puedo responder a esa pregunta.

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